Partida Rol por web

El barco zarpó hace ya una semana, los entrenamientos con Vargr han sido agotadores y el descanso breve. Al cabo de unos días decidiste empezar a conocer mejor a la gente que te acompaña, empezando por Katherina. 

Ten en cuenta que en es una ex-Arbitro del Cuarto, no esta acostumbrada a los asuntos "personales".

Miro hacia la mujer rubia, que está sentada tiesa como si en vez de espalda tuviera una barra de hierro y con la taza de té firmemente agarrada. Está tan fuera de su ambiente que me da hasta un poco de lástima. Al contrario que yo (que suelo ser más campechana) ella está muy incómoda sin su uniforme, a lo que tiene que empezar a acostumbrarse. Con tranquilidad bajo uno de los pies de mi banqueta, sólo para poder ponerme un poco más cómoda. Al moverme me cruje la espalda y hago una ligera mueca, ya que es la primera vez en toda mi vida que estoy realmente apaleada y cansada de entrenar. Sin dejar de mirar a la otra mujer ladeo un poco la cabeza, la conversación se había tornado interesante.

-Supongo que el hecho de que con una sola nave el Rey Pirata rompiera el bloqueo no ayudó a las relaciones posteriores, sobre todo teniendo en cuenta que tu posición a cargo de la defensa te dejaría en una posición endeble, ¿o me equivoco?.

Doy un lento sorbo a la bebida, esperando hasta que ella pueda recordar lo que pasó.

-Tuvo que ser difícil pensar en él como...varias cosas a la vez. ¿Qué vas a hacer ahora, Katherina?. Llevas toda la vida preparándote para ser Árbitro, y ahora has dejado de serlo.

Pues...no lo se, la verdad.- te contesta rompiendo la rigidez, ves cierta tensión acumulada sobre su cabeza.- Siendo sincera, me había dedicado a esto durante toda mi vida, una vida que estaba mas que dispuesta a sacrificar, y ahora....

Ves como se le derrumba el mundo sobre los hombros, la que en su momento tuvo un regio porte ahora está ante ti en el que probablemente sea su mayor momento de duda en toda su vida.

No quiero que pienses que soy desleal al Cuarto por no aceptar su otra faceta, una de muchas al parecer.- te cuenta entre sollozos.- Entiendo que quiera ocultarlo, y las razones de hacerlo, pero aun así... me siento traicionada...como si dedicase toda mi vida a una mentira...

¡Mierda, mierda, mierda!. Tengo un par de segundos en los que me quedo en blanco, mirándola totalmente pasmada. La he visto en medio de un combate gritando órdenes a diestro y siniestro, siendo respetada por una multitud de soldados que ponían su vida en sus manos sabiendo que ella no iba a dudar. Y no dudaba, en todo el tiempo que hemos pasado juntas jamás la vi dudar, incluyendo el primer día en el que me invitó a su tienda y me sometió a un Tercer Grado digno de la Inquisición (todo muy civilizado, pero fue un interrogatorio en toda regla). Y ahora se está desmoronando por una cuestión de confianza, lo que puede dar al traste no sólo con su vida, si no con la vida de la persona que decidió confiar en ella.

Con suavidad le quito la taza de las manos, tarde o temprano va a necesitarlas y no queremos sumar una quemadura a lo que ya está sufriendo. Después de poner ambas tazas a cubierto me inclino hacia delante, bajando los pies de mi banqueta, y le doy un par de toquecitos suaves con la mano en la muñeca, intentando procurarle algo de consuelo. Con la otra mano saco de mi bolsillo un pañuelo (que creo que le he cogido a Ulrick, al menos lleva sus iniciales bordadas) y se lo pongo en la otra mano.

-Bueno, al fin y al cabo sigues estando a su lado, puede que no como Árbitro, pero puedes seguir ayudándolo. Creo que ahora necesitáis vuestra ayuda mutua más que nunca.- Frunzo un momento el ceño, reconociendo el “modus operandi”...parece preocupada en que yo, una casi completa desconocida, piense que está siendo desleal.- A ver, comprendo que resulte difícil para ti aceptar las otras facetas del Cuarto...pero recuerda que todos somos varias cosas en la vida, y cuánto más larga más posibilidades de cambio hay. Si quieres mi opinión, yo pensaría en que lo que hace lo hace con buenas intenciones, y que no te lo dijo antes para que no te preocuparas...- intento no sonreír pero no puedo evitar darle cierto tono cariñoso a mi voz.- porque ibas a preocuparte de una manera que no tenía nada que ver con ser uno de sus Árbitros, ¿verdad, Katherina?. Y eso habría sido un peligro para ambos.- suspiro con suavidad.- Desde mi propia experiencia a veces lo que hacemos lo hacemos más para proteger a nuestros seres queridos que para protegernos a nosotros mismos. Y en cuanto a lo otro...digamos que era demasiado extraño para que te lo explicara, es el tipo de cosas que no se le cuentan a tus Árbitros, ¿no crees?.

Le imprimo a mi voz un tono mesurado y tranquilo, empatizando con ella y procurando que se calme y me cuente qué es lo que le preocupa. Una vez abierta la herida es mejor limpiarla cuanto antes.

Se seca las lagrimas con el pañuelo con cuidado, pero sin recato, es una soldado al fin y al cabo. En cosa de unos segundos parece recobrar la compostura, pero sigue compungida.

Es posible...no estoy acostumbrada a esas cosas...-su voz suena bajo, pero vuelve a recuperar la firmeza.- Creo que en el fondo, eso explica muchas cosas...

​Te fijas en que vuelve a tener la chispa de una determinación férrea en la mirada.

¿Te importaría ayudarme a encontrar la forma de ayudarlo de nuevo?.- y aparta la mirada levemente.- Eres lo mas parecido que e tenido a una...amiga....

-Supongo que no estás muy acostumbrada a la intimidad. No te preocupes, a mí también me pasaba, te habituarás rápido.- Asiento con la cabeza y le sonrío.- Por supuesto, te ayudaré en todo lo que pueda. Y Katherina...- desvío la mirada, me da un poco de reparo lo de “amiga”.- si necesitas cualquier cosa y no estoy en cubierta intentando evitar que Vargr me mate estoy en mi habitación tomando un té con Ulrick y charlando, aprendiendo el nuevo idioma. Me acuesto muy tarde y me levanto muy temprano, así que estoy a tu disposición cuando lo necesites si te hago falta, aunque sólo sea para charlar. Simplemente toca la puerta y entra, o ven a los entrenamientos, no me vendría mal probar con otro adversario.

Gracias por el ofrecimiento, significa mucho.- una sonrisa aflora en sus labios, haciendo aparecer una calidez en su rostro que no habías visto aún.- Y en cuanto a lo de las practicas de combate, probablemente te estés entrenando con la representación humana del mismo, en comparación con el solo soy una niña con un palo.- y suelta una risita melodiosa que se lleva todos vuestros malos ánimos.

-La representación humana del combate me da cada paliza que no puedo ni andar.- Sonrío de medio lado.- Aunque he de reconocer que estoy mejorando, quizás una niña con un palo sea una novedad para aquellos días en que no quiero tener veinte moratones más en el cuerpo. Así que si alguna vez te apetece vente.

Cuando oigo la puerta del camarote giro la cabeza hacia el sonido, por lo general esperan un par de segundos antes de asomar la cabeza ó entrar directamente. Si no hacen ninguna de las dos cosas digo a quien sea que pase y sonrío a la mujer rubia.

-Parece que alguien nos reclama, me temo. Ha sido un placer charlar contigo.

La puerta se abre al cabo de unos instantes y entra Ulrick con paso firme, destilando elegancia a pesar de vestir unas calzas de lana y un jersey, mal combinados con unas gastadas botas de viaje.

Se queda brevemente parado al veros a las dos sentadas, y ves que lleva una cartera de cuero llena de papeles desordenados asomando de ella.

¿Interrumpo algo?- suelta con una picara sonrisa, muy propia de el. 

Cuando lo veo entrar se me escapa una sonrisa genuina que intento cambiar por una serena cara de póker cuando él nos mira, buscando fastidiarle. Con tranquilidad levanto la taza de té, que aún está tibia y medio llena, y le sonrío de medio lado. Me callo la respuesta que le iba a dar, ya que Katherina no está acostumbrada a nuestros frecuentes intercambios de dobles sentidos y bromas y puede sentirse incómoda, pero no puedo evitar sonreír con picardía.

-Ya sabes que siempre interrumpes. Estábamos disfrutando de un té y charlando, aún hay agua caliente si quieres uno. Hasta te lo puedo preparar yo, si me lo pides bien.- Doy un sorbo a mi bebida y señalo con el mentón la cartera atestada de documentos, enarcando las cejas cuando me fijo en su indumentaria.- Vas vestido para matar...- comento con socarronería. Incluso yo, que no soy ningún genio de la moda, procuro vestirme al menos con prendas que combinen entre ellas.- ¿Necesitas algo?.

Me lo puedo quitar si no te gusta.- te responde con un guiño- y no suelo decir que no a algo caliente.

Se sienta en una silla, que al parecer siempre ha estado ahí....o no...

Esto, amiga mía, son los documentos que permitirán a tres extranjeros cruzar las tierras de Lannet para ver al mismísimo emperador.- y te pasa la cartera sobre la mesa.- Peeeeeeeero, no dice que no podamos ir acompañados de ningún lannetense.

-Puedes quitarte ese horrible jersey pero déjate las calzas puestas, te resaltan las pantorrillas.- Le respondo con una sonrisa mientras me pongo en pie (con el correspondiente crujido en la espalda provocado por el entrenamiento) y le hago un té. Le doy la taza mientras me vuelvo a sentar con una sonrisita ladina en la cara.- Ya sabes que para ti siempre lo tengo listo y lo más caliente posible.

Alargo la mano izquierda y recojo la cartera, empezando a ojear los papeles.- Correcto, tres extranjeros y...¿Quién va a hacer el papel estelar de lannetense?. Porque ninguno de nosotros da el perfil, viejo amigo.- Con la vista en los papeles suspiro.- ¿Puedo preguntarte cómo lo has conseguido, o nos vas a escandalizar a las dos con la respuesta?

Como gustes.- dice justo antes de quitarse el jersey, revelando una camisa de tiras que deja poco a la imaginación. Al parecer la prisión no ha hecho mella en su físico, para nada. 

Verás, este salvoconducto me llevará a mi y a dos escoltas hasta el palacio imperial.- comienza la explicación.- Y los conseguí de manos de un relevante miembro de una de las grandes familias de Lannet y del mismísimo emperador, para poder abrir una pequeña ruta comercial. Al parecer Empresas Aysha esta en alza este año. Oh, gracias.- añade al coger su taza de te.- Justo como a mi me gusta.

Pensaba que no iba a responder a la provocación. Me equivoqué. Suelto una risita y hago el paripé de mirarlo de arriba a abajo.- ¿El tiempo en chirona te lo pasaste haciendo flexiones?.- Ignorando el teatrillo me giro un momento hacia Katherina.- Te pido disculpas anticipadas por todo lo que vas a oír y a ver cuando éste desvergonzado y yo estemos juntos. Quiero que sepas que somos normales.

Vuelvo a mirar los papeles.- Así que otra persona y yo vamos a ser tus escoltas y...- levanto la cabeza.- ¿Empresas Aysha?. No sé si quiero que me lo expliques...¿Tengo alguna empresa de la cual tú eres el representante, o has nombrado una de tus empresas en mi honor?.

Te pasa unos papeles del fondo de la cartera. Al parecer es una fundación de una compañía mercantil a tu nombre, aunque sin firma.

Digamos que necesito transporte legal de mercancías para mis negocios. Y a alguien le vendría bien una pequeña fuente de ingresos.- y se gira un segundo hacia Kate.- Cualquier parecido con la normalidad es una farsa.- y le guiña un ojo, al parecer Kate también sabe sonrojarse

Se levanta de golpe.

Si me disculpáis, estos son vuestros asuntos privados.- y se dirige lentamente hacia la puerta.- Ha sido una buena charla, creo que debo organizar mi cabeza y hablar con Vargr.

Justo antes de cerrar la puerta es imposible no ver la mirada ruborizada que le lanza a Ulrick antes de salir.

-Sólo si vamos a medias, Ulrick. Es la única manera de que ésto sea justo.- miro los papeles y cuando Katherina me habla levanto la cabeza y le sonrío. Luego la apunto con un dedo, sonriente.- Siempre que quieras charlar andaré por aquí. Y date algo de cuartelillo, no tienes prisa ninguna y debes acostumbrarte a la nueva situación.- Le hago un gesto de despedida con la mano.- Nos vemos luego.- Se me escapa una risita cuando la veo mirar así a Ulrick, que intento camuflar con una tos para no avergonzarla.

Después de que ella cierre la puerta miro a Ulrick.- No hagas estas cosas delante de Katherina. No está acostumbrada y se pone nerviosa. Y como Vargr se cabree va a usarte de palillo mondadientes.- Mi tono de voz es el mismo que usaría para echarle la bronca a un hermano. Luego vuelvo a mirar los papeles.- ¿Hay algo que deba saber antes de firmar éstos papeles?.

Yo no he hecho nada.- exclama con un gesto inocente que lo habría sacado del juicio de la Inquisición.- Y no soy fácil de atrapar.-añade con un guiño.

Arrima la silla hacia ti, para mirar los papeles desde mas cerca mientras te los explica.

Verás, manejar un imperio mercantil es una de las cosas más complicadas que he hecho. Y hay mas regulaciones y complicaciones de las que a uno le gustarían.- te empieza a contar mientras se arrima un poco más.- Actualmente tengo demasiados negocios relevantes a mi nombre, así que fundé una compañía mercantil al tuyo, no como tapadera, sino como un regalo. Empresas Aysha empezó hace un mes con tres caravanas y cuatro barcos.

-Ya sé que no haces nada. Al menos no de forma consciente, creo.- Sonrío de medio lado mientras le doy un sorbo a mi bebida.- Sólo te comento que cuando ella pensó que tenía una historia con Vargr casi me...en fin, no importa. Simplemente no quiero que te pase nada desagradable por una bobada.- Pongo los papeles entre los dos, dándole un poco de libertad de movimiento.- Te agradezco el regalo, pero no sabría ni por dónde empezar, ¿en serio no tienes suficientes cosas importantes que tienes que hacer, para aún por encima regalarme una compañía mercantil y enseñarle a llevarla?.- Le sonrío con suavidad.- No creo haberte hecho suficientes tés como para que me regales ésto.- No demuestro estar incómoda con su proximidad, al contrario de lo que le ocurriría al 99% de las mujeres (y al 50% de los hombres), y continúo sonriéndole.- Así que desembucha. Cuéntame todo lo que necesito saber acerca de nuestra nueva compañía mercantil.

¿Sabes lo que dicen de no mezclar negocios y diversión? Mentiras todas.- y saca de detrás de la silla una botella de cristal y unos pequeños vasos.- Schnaps?- y te hace un sugerente gesto levantando las cejas.

Además, necesitas relajarte un poco después de tu entrenamiento con el grandullón.- añade mientras sirve un poco en ambos vasos.- Y será muuuuuucho mas fácil pensar en como hacernos más ricos.

​​La verdad, no recuerdas cuando fue tu ultimo día de diversión, o puede que si, guiño guiño