Partida Rol por web

Fortunas perdidas

ACTO 1 Capítulo 1 - Escena 3: Llegada a Shiro no Soshi

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26/04/2021, 22:29
Ikoma Kazuo

Durante el paseo Kazuo admiró a partes iguales tanto al castillo como a su señora. Como no tenía malas intenciones —más allá de las miradas que le dedicaba— no le dio más importancia de la necesaria a los cortesanos que les acompañaban en la distancia. Lo cierto era que tenía una curiosidad sincera por la historia y los secretos del castillo, así como por la mujer de luto con la que la magistrada Shosuro se había cruzado antes de desaparecer, y aunque quería tirar de ese hilo, no sabía muy bien cómo hacerlo. Además, había algo que le había desconcertado desde el primer momento, algo que creía que debía plantear. 

—Mi reputación —contestó, justo antes de exhalar una risa corta y ronca—. No tiene que temer por ella. La guerra, en cambio... 

Se apoyó de espaldas en la baranda, mirándola a ella y alternativamente a los escoltas de su dignidad. 

El Clan al que sirvo está sobradamente versado en esos menesteres, Soshi-sama —en ese instante recordó a Isshin, y se preguntó cómo les estaría yendo a los demás—. Los descendientes de Akodo y Matsu han hecho de ello un arte, y nosotros los Ikoma nos enorgullecemos de contar sus historias. Ahora bien, cuando veo las tierras que gobernáis, los frutos que rinden... me digo: sí, de tener la más mínima sombra de un derecho sobre estos valles, hasta mi familia se lanzaría a perseguirlos con el mismo ímpetu con el que lo harían mis primos. Estoy seguro de ello. 

Entonces se volvió en la misma dirección en la que miraba ella, encarando también el oeste. Quienes les seguían tal vez no les escuchaban, pero había conocido en el pasado gente capaz de leer las palabras en su boca según las pronunciaba, y desde entonces no se había vuelto a fiar de nadie. 

—Podría parecer una pérdida de tiempo, pero ese hecho es algo sobre lo que he meditado mucho durante el viaje. ¿Sabéis quién no lo haría, de todas las huestes que mi daimyo comanda? Los de la prole de Kitsu. Nuestros hechiceros, con los que sin duda os habréis cruzado, los que viven más pendientes del reino del espíritu que de aquel en el que habitan —la miró en silencio, estudiando su reacción solo para caer presa una vez más de sus bonitas facciones. Cuando se recompuso, siguió hablando—. Por eso me sorprendió ver a dos familias de shugenja enfrentadas por un asunto de índole tan... temporal. Y aun más que nadie dijera nada al respecto. Solamente el Campeón hizo referencia a ese hecho, y de una manera muy intrascendente. Y yo, montando a Daitan, mi caballo, no podía evitar pensar: ¿cuan épico sería que el verdadero motivo de tanta muerte y tanta desolación en realidad fuera un asunto del espíritu, y no una mera cuestión legal? ¿No sería esa una historia mucho más digna de recordar? 

Hablaba con el entusiasmo de un niño, y dadas las circunstancias y el sufrimiento que les aguardaba al otro lado de las murallas, ello podía resultar insultante. Kazuo pareció darse cuenta en cuanto cerró el pico y de inmediato postró su cabeza con humildad. 

—Disculpadme, Shoshi-sama. Os ruego que no malinterpretéis mis palabras. No deseo que esta guerra vaya a más, y estoy seguro de que vos y yo tenemos eso en común. Por eso es imperativo que cooperemos en los días venideros, a fin de detener este sinsentido. Mi mente soñadora seguirá poniéndose en lo peor y escribiendo la terrible historia que le he introducido, pero le prometo que cuando todo esto haya acabado, si queréis, os la contaré con todo lujo de detalles, y así podremos celebrar el haber evitado tamaña desgracia. 

- Tiradas (1)

Motivo: Percepción + Investigación

Dificultad: 30

Tirada (6): 3, 3, 5, 8, 2, 6

Guardados (3): 8, 6, 5 (Se tiran de nuevo solo los dieces guardados)

Total: 19, Fracaso

Notas de juego

Fallo la tirada que me has pedido, que no sé para qué era. 

Tiro un anzuelo con mi hipótesis conspiranoica de que esto no es solo una cuestión de tierras, a ver qué pasa. 

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02/05/2021, 22:34
Soshi Shinobu

La mujer estudió la reacción del Ikoma.

- No me malinterpretéis , Ikoma-sama. Vuestra forma de expresaros denota que sois un hombre de gran cultura y sin duda una gran inteligencia, y habéis sobrevivido varios años en Ryoko Owari toshi sin morir y con el honor intacto. Es una hazaña nada despreciable.

La señora del castillo se asomó a un balcón y contempló el horizonte. La luz del sol atravesaba espesas nubes de cargadas de lluvia como si fuesen cilindros de luz. Las montañas solo mostraban sus magníficos colores allá donde la luz casi mágica.

- Este es mi hogar. Lo ha sido desde mucho antes de que mi marido hubiese imaginado que sería el señor de este castillo. Los León más que ningún otro clan debería entender que no podíamos quedarnos de brazos cruzados cuando los Unicornio entraron en nuestras tierras y asumieron el control de los caminos.

Ninguno queríamos esto. Mi pueblo sufre. Mis hombres han muerto y sangrado. - Su rostro se giró hacia Kazuo, pero no mostraban odio o resentimiento. A pesar de la experiencia que debía tener Shinobu en el arte de ocultar sus sentimientos, Kazuo podía apreciar claramente signos de aflicción y tristeza en su mirada.

- Somos Soshi, estudiamos los Kami de aire para la corte, el entretenimiento, el arte. No tenemos experiencia militar como los Iuchi que tuvieron que sobrevivir siglos luchando en los reinos de las arenas ardientes contra bárbaros. Nunca buscamos esta situación ni la hubiéramos provocado en primera estancia.

La señora de los Soshi miró confusa a Kazuo. - ¿Índole Temporal? - Sus preciosos ojos se estrecharon y alzo una ceja divertida, como si estuviese evaluando si el León le estaba tomando la medida - Atacaron nuestras aldeas, obligaron a nuestras tropas a concentrarse en puntos distantes para atacar las minas y quedarse con el oro y el jade.

Decidme Ikoma-sama ¿Qué habrían hecho vuestra familia en nuestro lugar? ¿Dejarlo pasar? ¿ignorar la afrenta y perder el control de las minas? ¿ignorar el dolor de las familias que perdieron a sus hijos en la distracción?

No somos belicosos, pero tampoco cobardes.

Shinobu escuchó a Kazuo disculparse, más no parecía airada o molesta. Las mismas palabras en una Daimyo Matsu no hubieran sido calmadas ni con la más espléndida de las retóricas. Pero Shinobu solo se apoyó en la barandilla de madera y suspiró al ver los campos de refugiados.

- No hay necesidad de disculpa, Ikoma-sama. Nadie más que mi persona desea que todo esto termine. A pesar de lo que mi marido pueda decir, mi familia está perdiendo recursos y vidas a cada día que pasa. Solo deseo que alguien detenga la mano delos Iuchi.

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04/05/2021, 00:39
Ikoma Kazuo

Ikoma-sama prestó atención a la Escorpión mientras con la mirada escudriñaba lo que el horizonte de los Valles de Ojatara y las murallas de Shiro no Soshi tenían a bien mostrarle. La mención de su “honor intacto” despertó en él simpatía y suspicacia a partes iguales: por un lado, agradecía e incluso admiraba que alguien viera más allá de la fachada que él mismo se había construido para operar con mayor libertad en la corte… pero a la vez temía que por ello Shinobu fuera capaz de ver sus verdaderas intenciones, y no lo que él pretendía que todos vieran. ¿Estaba exagerando el sentido de sus palabras? ¿Había reconocido su reputación como la máscara que en realidad era? Fuera como fuera, le convenía ser cauto.

El anzuelo que había lanzado con su historia no parecía haber pescado la menor atención por parte de su interlocutora, por lo que supuso que, como temía, se había dejado llevar por su imaginación. Pese a la forma en que su experiencia y cometidos le habían moldeado, Kazuo era en el fondo un romántico incurable, y las guerras por cuestiones territoriales le resultaban tan aburridas que una parte de él siempre andaba en busca de motivos ulteriores más interesantes. Sin embargo, según lo que ella le contaba, parecía que las familias de shugenja eran tan capaces de guerrear por frivolidades como el resto de samuráis.

—Olvidáis que mi Clan pasó por una situación similar no hace mucho, Soshi-sama —hacía referencia a Toshi Ranbo—, y que entonces el León no encontró muchos apoyos1, y que los pocos que se le ofrecieron no bastaron para que se hiciera justicia.

Guardó silencio unos segundos, para que las palabras dejaran su poso en la mente de la esposa del daimio. Oficialmente estaba ahí como agente de la magistratura, pero lo que guiaba su mano era y siempre había sido la dicha del León. Su misión, su verdadera misión, consistía en retorcer acontecimientos y voluntades para asegurar el mejor de los porvenires posibles para su Clan, sin importar el precio y sin importar el sacrificio.

—Mi familia aprendió entonces que la justicia no vale más de lo que se estime en la corte —continuó, como si un miembro del temido Clan del Escorpión no supiera ya lo que le estaba diciendo— y, lamentablemente, el valor de la justicia que vos requerís no se decidirá en ningún palacio del Escorpión. Temo que el único consejo que os puedo dar sea que cultivéis ahora más que nunca las virtudes de la honestidad y la cortesía para con el resto de Rokugán2. Mirumoto-sama, como estudiante del dojo Kitsuki, inevitablemente dará con la verdad, sea cual sea esta, así que no temáis a ese respecto... pero aseguraos de que vuestros aliados están preparados para presentar batalla en la corte, llegado el momento3. Lo primordial ahora mismo es detener las hostilidades.

Notas de juego

Estoy “insinuándome” un poquitito. 

1. Necesito unas pinceladas de trasfondo en lo relativo al tema de Toshi Ranbo. ¿Los Clanes del Escorpión y del Unicornio, de qué lado se pusieron? ¿León o Grulla?

2. “Si tú rascas mi espalda…”. Me insinúo, muy sutilmente.

3. Los dos bandos han cometido crímenes de guerra, así que a lo mejor no le interesa que se sepa toda la verdad.

Edit: he quitado las negritas a los primeros párrafos de descripción, que se me colaron

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09/05/2021, 22:40
Soshi Shinobu

- Lo recuerdo Ikoma Kazuo.- dice ladeando los ojos y dedicando una sonrisa nerviosa, como si el León hubiese entrado en el terreno que ella deseaba - De hecho mis cortesanos en la corte de Otosan Uchi me contaron, si no me falla la memoria, que los diplomáticos Bayushi hicieron todo lo posible por mermar la influencia de los Grulla para evitar que las familias Imperiales validasen esa - puso un énfasis adecuado en su siguiente palabra - "injusta"  invasión. Pero me temo que ni los Ikoma ni los Bayushi fueron rivales para la "influencia" del Canciller Kakita Yoshi sobre nuestro estimado Emperador.

Lo lamento... no quería que sonase a reproche, Kazuo-san - la dama Soshi pronunció si nombre con una informal familiaridad, a la vez que depositaba una mano en su antebrazo para enfatizar su disculpa. 

- Los Bayushi llevan mucho tiempo avisándonos de la extensa influencia que los Grulla tienen sobre la Corte Imperial, pero las tramas de palacio quedan muy lejos para una noble de una provincia tan lejana como esta. Mi opinión para tales temas es desmerecedora de validez... pero me reconforta saber que alguien nos entiende.

Shinobu escuchó a Kazuo con interés, afirmando suavemente con la cabeza ante su opinión, pues estaba completamente de acuerdo con su opinión. Le hizo un gesto para continuar con la visita, y le llevó hasta una terraza en una de las plantas más altas del palacio, y le invitó a cruzar uno de los puentes que conectaban con otro edificio. Era un puente estrecho, de madera resistente y forma de arco pero de poca amplitud, tan solo un par de personas podían cruzarlo a la vez.

Ella se detuvo a mitad y se apoyó en la barandilla de madera. Sus escoltas tuvieron que quedarse en el edificio, donde con el viento no podían escuchar nada de su conversación.

- Las hostilidades ya han sido detenidas gracias a los Kami. Nadie más que yo deseaba que esta locura terminase. No negaré que necesitamos aliados, Kazuo-san. Son momentos desesperados para nosotros... y haré todo lo que sea necesario para poder detener la muerte de mi pueblo. - los ojos de la Dama Soshi se posaron en los de Kazuo, antes de bajar lentamente con tristeza.

Inspiró profundamente volvió a coger a kazuo del antebrazo (*) y señaló a un lugar de la muralla, al otro lado del castillo, Shosuro Norie se cruzó con una noble escorpión vestida de blanco que limpiaba sus lágrimas. Unos poco metros más allá se podía ver lo que guardaban un grupo de bushi escorpión firmes: Un cuadrado de telas blancas colocadas como paredes en el patio trasero. El emblema de los Soshi y su mon ondeaba con el viento. Un grupo de familiares lloraban de forma respetuosa y mantenían las formas mientras el viento jugaba con sus ropas y cabellos. La sensación de tristeza lo envolvía todo.

Kazuo tenía demasiada experiencia para saber lo que todo aquello significaba: Seppuku

Un pequeño reguero de sangre escapaba por debajo de una de las telas. Hacía varios minutos que todo aquello había terminado.

Shosuro Norie parecía querer abrazar a la desconsolada viuda, pero las normas y el protocolo se lo impedían.

- No puedo negar que nuestros hombres también han cometido crímenes horribles arrastrados por el odio, pero no todo lo que esos villanos Iuchi nos han acusado. - señaló a la escena del sepukku -  Soshi Furuyari, general del ejército Soshi, quedó horrorizado por los crímenes que se le imputaban a sus hombres, algunos de sus principales discípulos se tomaron la justicia y atacaron a la familia Iuchi en su propio hogar usando técnicas poco honorables. Ha cometido seppuku para limpiar el nombre de su familia, para salvarnos.

 

Notas de juego

(*) Tocar el brazo es algo impropio de la etiqueta rokuganesa, es casi como un coqueteo.

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09/05/2021, 23:43
• Director de Juego •

Tras unos minutos de intimidad, Isawa Satoru es guiado por dos sirvientas que la acompañan hasta el ozen en la planta baja del edificio. El lugar está demasiado vacío y muy silencioso. Allí las sirvientas le preparan todo, echan piedras al fuego vivo en las aguas cristalinas, dejan ropas limpias para vestirse cuando termine y el Fénix se relaja con un baño de agua caliente...

Cuando Satoru se gira para preguntar algo a las criadas, estas han desaparecido.

El silencio es incomodo, hasta que el Isawa oye unos delicados pasos acercarse. Entre el vaho del agua caliente, Satoru puede ver la figura delicada y fina de una samurai-ko, de gran belleza y delgadez. Soshi Isane lleva solo una túnica de seda muy fina de color carmesí, apenas se sostenía sobre sus delicados hombros parcialmente descubiertos

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09/05/2021, 23:58
Soshi Isane

- Soy la cortesana y doncella de Soshi Bantaro y su esposa. Me han ordenado satisfacer todos tus deseos, Satoru-san. Por una vez desde hace mucho tiempo no somos iguales y estoy a vuestras órdenes. Si deseas intimidad puedo volver en otro momento.

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18/05/2021, 15:31
Isawa Satoru

Lo cierto es que Satoru había acudido a su baño nervioso, asistido por un par de sirvientas, y esperando ver en cualquier momento a Isane. Pero la samurai-ko no apareció, y cuando las heimin le dejaron a solas, se desprendió de sus ropas sucias y se introdujo en la calidez del baño, dejando que su cuerpo y su mente fuesen relajándose poco a poco al contacto del calor del agua.

Al menos, hasta que el silencio pareció cambiar, y el instinto del shugenja lo advirtió de que no estaba solo.

La bruma de vapor que lo rodeaba no la dejó verla hasta que estuvo sólo a unos pasos de distancia, pero él ya sabía quién era incluso antes de escuchar sus suaves pasos o adivinar su silueta. Era como si la presintiera, o como si fuera capaz de notar el olor de su piel a través de la humedad del baño.

Isane.

Apenas cubierta con una seda que la abrazaba como si fuese una segunda piel, revelando las curvas de su cuerpo. Unas curvas que él conocía perfectamente, en las que una vez se había perdido y en las que no podía permitirse perderse de nuevo. En una misión como en la que estaba, la hermosa escorpión tendría más de enemiga que de aliada.

Sabía todo eso, pero era incapaz de contener el sentimiento que brotaba del centro de su alma, tan visceral e imparable como el fuego que devora todo a su paso.

Había pasado tanto tiempo que había olvidado ya lo que era sentirse frente a ella. La forma en la que esa mujer tiraba de su cuerpo y su alma. En esos momentos, se sentía como un antiguo adicto al opio que se internara de nuevo en un fumadero. Y lo comprendía, comprendía la intensidad de esa sensación, de una necesidad, capaz de hacer que uno hombre arrojara su vida entera por la borda sólo por tenerla una vez más.

-Isane… yo… -Contestó a sus palabras, con voz ronca, mientras se removía en el baño para intentar ocultar su más que evidente reacción física ante la vista de ella.

-Mentiría si te dijera que no te deseo. -Añadió, con voz estrangulada. Por supuesto que la deseaba. Deseaba cerrar los ojos y perderse en el fuego de su piel, en la brisa de su aliento, y en todos sus secretos. Pero no se perdonaría a sí mismo aprovecharse de ella. -Que no querría ordenarte que dejes caer esa ropa y vinieras a mí. Pero voy a darte órdenes, Isane.

-Ven a mí... sólo si lo deseas, como iguales. -Satoru estaba desgarrado entre el deseo de tenerla y la prudencia de rechazarla. Sabía que, escogiera lo que escogiera ella, él saldría herido. -Si no… puedes irte.

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18/05/2021, 23:03
Ikoma Kazuo

Kazuo se dejó llevar por la dama Soshi. Se había percatado del gesto que se había dibujado en su semblante cuando insinuó una posible colaboración, pero no había visto venir los roces y ahora se sentía un poco descolocado. Como si hubiera despertado a la bestia, de manera inadvertida. 

«Está jugando contigo, Kazuo-kun», pensó, burlándose de sí mismo. «No caigas en sus garras».

Pese a ser consciente del peligro que suponía la belleza de Shinobu, al omoidasu le estaba costando más de lo que esperaba encontrar las fuerzas para resistirlo, y solo lo logró gracias al inesperado reguero de sangre que alcanzó a ver allí donde apuntaban las delicadas manos de la esposa del daimio. La visión de aquel trazo rojo arrastrándose con la escasa vida que le quedaba despertó al León que llevaba dentro, haciéndole recuperar el aliento y la compostura de inmediato. De repente todo encajaba, o casi todo. Sabía por quién lloraban en el palacio, pero no por qué lo hacía Shosuro Norie. 

—No es fácil cumplir con el deber —sentenció—, pero Soshi Furuyari lo ha hecho. Lloradle con orgullo, y consolaos sabiendo que ahora está en compañía de vuestros ancestros. Por mi parte, me aseguraré de que el Campeón Esmeralda sepa lo que ha ocurrido aquí hoy. Os prometo que su sacrificio no habrá sido en vano.

Calló unos segundos, mientras observaba en la distancia a la magistrada del Clan del Escorpión.

—¿Eran cercanos, el general y la magistrada? —y arqueó una ceja a la vez que daba una breve cabezada hacia delante, señalando en la dirección de Norie.

Notas de juego

Perdona, semanas horribles

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20/05/2021, 00:09
Soshi Isane

Soshi Isane mantenía la mirada fija y desafiante cuando Satoru pronunció aquellas palabras.

- El Deseo es uno de los tres pecados originales, Satoru-san. 

Sus ojos destilaban desconfianza, la última vez que hablaron en privado cruzaron palabras muy duras, y estaba claro que la doncella no había olvidado todo cuanto se habían dicho.

Pero luego esbozó una sonrisa y comenzó a deshacer el obi de su kimono de seda. 

Su media sonrisa y su relajada postura inalterada, demostraba que la cortesana no se sentía incómoda ni intimidada por la situación, estaba claro que no era una inexperta en el flirteo y sus dedos se deshacían lentamente de su ropa insinuando su esbelto cuerpo como si de un baile erótico se tratase, calculado, meticuloso..

Isane se puso una toalla, y comenzó a caminar lentamente hasta introducirse en el agua caliente. Mirando desafiante, rodeó al Isawa hasta ponerse en su espalda, con sus pechos medio sumergidos en el agua. Su mano se deslizó por la cintura de Satoru y subió por su espalda, acariciando con delicadeza y provocando un estremecimiento en la piel del shugenja.

- No me subestimes ni me creas una ingenua por que digas unas palabras bonitas, Satoru. Tengo experiencia en escuchar tus adulaciones.

Los labios de Isane se acercaron a la piel de su antiguo amante, y pudo notar su aliento cálido tan cercano como su cuerpo ardiente. Por un segundo parecía que le iba a besar, y Satoru se sintió lleno de deseo, pero la escorpión se detuvo unos instantes y sus labios rozaron el lóbulo del oído del Fénix . 

- Con gusto os complaceré, mi señor Satoru, pero nunca me he sentido menos ni he hecho nada que contigo que no… haya deseado con intensidad.

Sus cuerpos se tocaron, los pezones duros de sus pechos rozaron la espalda del Fénix y este podía notar el calor de su delgado cuerpo, estremeciéndose con su voz aterciopelada.

- Decidme Satoru, ¿me seduciréis para sacarme información de la guerra? - De pronto capturó el lóbulo de su oreja entre sus dientes y su lengua humedeció el cuello de él - ... pero mucho me temo que solo soy una doncella, acompaño a la señora Shinobu y los hombres no nos dejan atender ni escuchar los asuntos de la guerra. Aunque yo sirvo a Shinobu, y ella está más preocupada que el mismo Daimyo en las consecuencias de esta miserable guerra.

Isane comenzó a besar con suavidad el lóbulo de la oreja, emitiendo un leve gemido de excitación y luego bajó por el lateral del cuello de satoru, produciéndole estremecimientos de placer, su mano rodeó al Shugenja y pronto comenzó a acariciar su entrepierna.

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20/05/2021, 22:46
Soshi Shinobu

Soshi Shinobu cerró los ojos agradecida al percibir que Kazuo apreciaba el gesto de honor del general..

- Soshi Furuyari fue un buen hombre y un soldado leal, además de un buen amigo. Soshuro Norie y él fueron amigos de juventud. Era un hombre con un gran sentido del humor y amaba jugar al go.

Shinobu se estremece cuando la brisa fría mueve sus cabellos tapando la mitad de su rostro. Ella mueve su mano y se posiciona la melena detrás de su oreja. Sin duda era una mujer hermosa, pero no portaba máscara, como era típico en su clan. "Junshin", era como llamaban a aquellos escorpión que ensalzaban la "Sinceridad" por encima de la "Lealtad", algo muy raro y a veces incluso despreciado entre sus hermanos de clan.

- No soy yo quien debe relatar los pecados cuando su cuerpo aun está caliente. Furuyari pidió permiso a su Daimyo, mi esposo y es a su señor a quien debéis pedir explicaciones. Furuyari solo ha querido limpiar el nombre de su clan por las acusaciones que el clan del Kirin ha vertido sobre su señor.

Por desgracia, es ahora mi esposo Soshi Bantaro-sama quien os debe dar las explicaciones...

Shinobu dijo estas últimas palabras como temiendo que dicha conversación fuese a ser una catástrofe para su clan. Intentaba no irse de la lengua con las palabras pero apenas podía ocultar un gesto de temor en su voz.

El ayudante de la magistrada pudo ver a varios shugenjas santificando y orando. Varios etas esperaban en la parte de atrás dispuestos a recoger todo y llevarse el cadáver. El cuerpo de un hombre fornido y fibroso estaba en el suelo vestido de blanco. Un tanto estaba en su vientre, la sangre manaba del abdomen y del cuello cortado. Un samurai vestido de negro y rojo limpiaba la espada con la que había ejecutado el corte liberador de su general...

- Deberíamos entrar, el frío es cada vez más intenso.

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23/05/2021, 10:17
Ikoma Kazuo

—No pretendía inmiscuirme en vuestros asuntos —su respuesta resonaba con el incómodo eco con el que lo hacen todas las disculpas, ese tono que a Kazuo, aun con el dominio casi absoluto que tenía sobre su propia voz, tanto se le atragantaba—. No era mi intención sonsacaros, Soshi-sama. Os ruego que, por favor, aceptéis mis disculpas.

Cuando habló de su marido, el daimio, sintió una punzada de envidia infantil y apretó los dientes en un gesto que hizo que pareciera que la barba se le erizaba. Sabía de sobra lo que estaba haciendo su cabeza y cómo se la estaba jugando, y si la Junshin no estaba usando su propia belleza como un arma… entonces él era más torpe de lo que pensaba.

—Sí, retornemos —y se sintió triste de abandonar la intimidad de aquel puente, pese a lo macabro de la escena que les ofrecía. Una parte de él quería consolarla, pero no sabía cómo, por lo que se limitó a caminar de regreso junto a ella en un desacostumbrado silencio.

Notas de juego

Muy guay la escena, mis dieses 

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25/05/2021, 22:50
Soshi Shinobu

- No hay nada que disculpar Ikoma Kazuo-san - dijo comenzando a caminar por el puente, y esbozando una media sonrisa - Es fácil hablar con usted, y a veces olvido mi lugar. Mi esposo siempre dice que hablo demasiado. 

Pensaba que seríais... distinto. 

Su rostro mira hacia el horizonte y se encoge ante la caricia de una brisa fría, recogiéndose y frotando sus brazos desnudos. Sin duda, estaba conteniendo algo que quería decir y no se atrevía.

Soshi Bantaro... mi esposo... es un hombre muy particular... es un hombre difícil de describir, pero pronto le conoceréis.  Quisiera preveniros y daros algunos consejos. Dejadme avisaros que no le gustan los golpes bajos... y mucho menos que utilicen esa palabra... "Bajo".

Soshi Bantaro-sama puede ser alguien abrumador, pero es un poderoso Daimyo y uno de los más astutos. Sin embargo peca de orgullo. A pesar de sus palabras y su arrogante actitud de invulnerabilidad, la familia Soshi ha perdido más hombres y ha sufrido más la miseria de la guerra que los Unicornio.

En el linde del arco de entrada al palacio, Shinobu puso una mano en el brazo del Ikoma. Se mantuvo en silencio, mirando directamente a los ojos de su invitado. De alguna manera, la noble trataba de suplicar comprensión.

- Diga lo que diga en la cena, no es Bantaro-sama quien ha perdido cientos de hermanos en el frente, no es Bantaro-sama quien ha perdido las minas de las que dependían sus familias, ni es Bantaro-sama quien ha perdido toda posibilidad de obtener sustento del suelo para sus familias por culpa de los campos salados...

así que os ruego que cuando os reunáis con él entendáis que las personas que viven en el valle Ojatara y sirven con sus vidas humildes al Emperador, no son Soshi Bantaro, ni cenaran esta noche los manjares que os serán servidos.

Shinobu dijo estas últimas palabras y rápidamente supo que sin darse cuenta había cruzado una línea peligrosa exponiendo a su esposo. Sus sentimientos personales estaban haciendo juicios en voz alta y se estaba poniendo en evidencia.

- Tiradas (1)

Motivo: Tirada social de Kazuo

Dificultad: 25

Tirada (9): 9, 15 (10, 5), 5, 5, 5, 4, 6, 7, 8

Guardados (4): 15, 9, 8, 7

Total: 39, Éxito

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28/05/2021, 13:53
Isawa Satoru

-También el Arrepentimiento -Musitó Satoru entre dientes para sí mismo, mientras sus ojos se mantenían clavados en la figura de su antigua amante, capturados como imanes por ella, por la forma en la que movía el cuerpo que nunca había llegado a abandonar sus sueños. Sabía que posiblemente se arrepintiera de lo que iba a suceder, como se había arrepentido de lo que sucedió en el pasado, pero también sabía que no sería capaz de evitar que sucediera.

Cuando entró al baño, a Satoru le costó mucho trabajo no acudir inmediatamente a ella. A duras penas logró mantenerse inmóvil, dejando que fuese ella la que se acercara, a pesar de que todo su cuerpo clamaba por tenerla.

-No me atrevería a subestimarte, Isane. -Contestó, tratando de contener el temblor de su cuerpo cuando ella comenzó a rondarle. -Pero ni soy tu señor… ni acabo de decir nada que no sea cierto.

-Ni tú eres sólo una doncella… -Protestó, débilmente, mientras ella tiró de su lóbulo y comenzó a besar su cuello. -Ni Shinobu está tan al margen de la guerra.

Un gemido quebró su voz a media frase cuando la mano de Isane alcanzó su entrepierna, cerrándose alrededor de su hombría. Todo su cuerpo se estremeció en una oleada de un placer prohibido y anhelado, y cuando ella comenzó a acariciarlo, sus ojos se cerraron para abandonarse completamente a ella y olvidarlo todo.

Por unos momentos, incluso lo logró. Abrumado por el placer, olvidó la amargura, las peleas, la rabia, los celos, las mentiras… Todo eso ardió en el fuego que Isane avivaba en su alma. Sus manos cobraron vida de nuevo, y buscaron el cuerpo de ella a sus espaldas. Acarició la curva de su cadera y su ombligo, antes de descender hacia su propia entrepierna y comenzar a acariciarla allí. Con cuidado, pero también con necesidad, hasta que sintió también la propia humedad de ella mezclándose con el baño entre sus dedos.

-Pero me da igual todo eso. -Añadió, girándose de pronto hasta colocarse frente a ella. Los ojos de Satoru brillaban mientras buscaban los de ella, y sus manos rodearon su cadera para acercarla a él. -La guerra puede esperar a mañana.

El calor de su piel sobre la suya era como un horno, y su olor parecía haberse vuelto tan fuerte como para bloquear cualquier otra sensación. Satoru no mentía. Sólo ella era capaz de hacerle olvidar hasta ese punto. Lentamente, acercó sus labios a los de la shugenja.

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31/05/2021, 00:05
Soshi Isane

 ...Según lo poco que sé... la guerra se inició del modo habitual, como hace unos años. El Daimyo Soshi pensaba obtener una victoria fácil, ya que el viejo Daimyo Unicornio, un auténtico estratega se había retirado por vejez, y su hijo no es más que un ignorante comparado con su padre...

Pero la guerra se tornó cruenta. Los Iuchi han usado tropas de otras familias y han cometido crímenes aberrantes contra nuestras tierras.

Nos acusan de atacar con asesinos en su castillo y de envenenar sus pozos... pero no tienen pruebas, no hay nada que puedan relacionar con nosotros. Soshi Bantaro es burdo a veces, pero sus generales son muy astutos... nuestros soldados nunca utilizarían una treta tan horrible y estereotipada de nuestro clan.

Isane detuvo sus besos cuando el Shugenja mencionó a su señora Shinobu. - La escorpión la miró fijamente a los ojos y se puso seria. El shugenja la atrajo cogiéndola de la cadera y la besó con intensidad, su piel sedosa se enroscó alrededor del cuerpo de Satoru como una serpiente.

La escorpión levantó la cabeza con un gemido pero trató de resisitirse a los besos de Satoru - No... no digas eso de mi señora... - dijo entre gemidos tratando de presentar una débil resistencia. - ella... ella solo busca salvar a su pueblo. No es como su esposo.... ella... - emitió un gemido de placer - ¡Por todos los kami! al jigoku con todo...

Satoru se excitó con su resistencia y se puso ligeramente violento, cogiendo a la escorpión por el pelo y obligándola a mirarle a los ojos. Su cuerpo desnudo era tan excitante que Satoru iba a perder la cordura. Ella estaba muy excitada, y finalmente dejó de hablar de la guerra para besar al Fénix con fuerza y rodear su cuerpo con las piernas desnudas. Liberó un gemido ahogado cuando sus cuerpos se fundieron y clavó las uñas en su espalda aún sabiendo que le dejaría marca. 

Ambos estaban fuera de si, y se dejaron llevar por la lujuria en un apasionado encuentro.

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31/05/2021, 00:19
Soshi Isane

Los dos amantes yacían enroscados en el agua del onsen. Isane masajeaba la espalda de Satoru depositando algún beso ocasional en su cuello. El shugenja había perdido la noción del tiempo y había quedado exhausto después de aquel arrebato. Solo Isane había conseguido llevarle hasta esas cotas de pasión.

Isane suspiró dejando su barbilla sobre el pecho de su amante.

- Pensais que fuimos nosotros ¿verdad? - dijo sin todo ese tono preparado y metódico que solía usar en la corte - los magistrados siempre suelen pensar que la culpa es de los escorpión, incluso antes de investigar las pistas.

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31/05/2021, 16:23
Isawa Satoru

En ocasiones, el fuego puede incluso superar el tiempo.

La pasión que estalló entre Satoru e Isane los arrastró, como un río turbulento, de vuelta al pasado. De vuelta a los momentos en los que las primeras lenguas de fuego de su amor comenzaban a brotar, tan inocentes como imparables. Refugiándose únicamente en sus sentidos, el Isawa logró olvidarlo todo y perderse en ella como no podría perderse jamás en ninguna otra mujer.

Podrían haber pasado minutos, horas, o días, y no le hubiera importado. Sólo sabía que cuando hubieron terminado ambos se dejaron caer, exhaustos y pleno, en las aguas del onsen.

Satoru callaba, respirando lenta y profundamente, dejándose embriagar por el vapor mezclado con el sudor de sus cuerpos. Aún sentía en sus labios el sabor de los de Isane, y el ligero dolor en su espalda allí donde sus uñas habían atravesado la piel. Pero era un dolor que, mezclando con los recuerdos, estaba peligrosamente cercano al placer.

-La guerra es un demonio… -Murmuró a media voz cuando ella habló, como si en el fondo no quisiera comenzar una conversación que, tarde o temprano, lo llevaría de vuelta al mundo real. Un mundo en el que la magia que acababa de compartir con Isane desaparecería, dejando atrás cenizas amargas, como siempre hacía. -Y puede hacerse más grande que los samuráis que creen dirigirla.

-No creo que seáis vosotros. -Contestó finalmente, cuando ella se quejó de los estereotipos que acostumbra a soportar su gente. -O que la culpa sea sólo vuestra. Ni sólo de los Unicornio. Una vez cae la primera gota de sangre… El miedo, la rabia, el dolor… pueden devorar incluso el alma más noble. -Añadió con tristeza, y giró la cabeza para depositar su beso en la base del cuello de ella. No era tan diferente a lo que les había sucedido a ellos. Ambos culpándose… y ambos perdiendo.

-Y además… No veo qué podríais ganar con esto. -Poco a poco, la mente de Satoru comenzaba a funcionar. Y a recordar las palabras de ella antes de que ambos renunciaran a la conversación para entregarse a otros menesteres. Palabras acerca de la señora del castillo y de su esposo. -Vuestros campos están salados. A este paso, las minas acabarán en manos Imperiales. Y los Iuchi no están mejor situados… No comprendo quién gana con toda esta muerte.

 

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01/06/2021, 00:14
Ikoma Kazuo

Kazuo calló cuando Soshi Shinobu se expresó en aquellos términos tan íntimos, esforzándose por mantener la cabeza fría y sobre todo por dar más peso a las consideraciones políticas que acompañaban a sus palabras que a las personales. Era un esfuerzo titánico, uno al que ni el mismísimo Akodo podría haber hecho frente, por lo que cabía preguntarse qué opciones tenía él de resistirse, siendo como era un descendiente distante del anciano Ikoma. Lo que había dicho de que “esperaba a alguien distinto” se sentía como una espina clavada en el pie, y a cada paso que su mente daba en pos de controlar la situación, el cortesano era sorprendido por el dolor y la punta se le hundía más y más honda.

Las disculpas que hizo por su marido a continuación al León le sentaron como un jarro de agua fría, por lo que se limitó a contestar con una reverencia exagerada que escondiera su rostro y le diera un respiro. Un solo vistazo a sus ojos suplicantes le había bastado para deducir lo fácil que sería perderse en ellos.

Notas de juego

Me quedo pendiente de que me contestes en el off-topic, aunque si crees que no es necesario que lo haga y el silencio basta como respuesta, pues seguimos. 

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02/06/2021, 23:15
Soshi Isane

- ...Según lo poco que sé... la guerra se inició del modo habitual, como hace unos años. El señor Soshi pensaba obtener una victoria fácil, ya que el viejo Daimyo Unicornio, un auténtico estratega, se había retirado por vejez y su hijo no es más que un ignorante comparado con su padre...

Pero la guerra se tornó cruenta. Los Iuchi han usado tropas de otras familias y han cometido crímenes aberrantes contra nuestras tierras.

Nos acusan de atacar con asesinos en su castillo y de envenenar sus pozos... pero no tienen pruebas, no hay nada que puedan relacionar con nosotros. Soshi Bantaro es burdo a veces, pero sus generales son muy astutos... nuestros soldados nunca utilizarían una treta tan horrible y estereotipada de nuestro clan.

Isane depositó un beso suave en el cuello del Shugenja y este sintió de nuevo un calor ascendente allí donde su piel había sido tocada por sus labios. Por un segundo deseó callarla de nuevo para que no cesase sus caricias. La escorpión le miró fijamente a los ojos y se puso seria. Satoru deseaba besarla.

- ...Somos la familia Soshi... maestros del Aire y de los secretos. Nuestros shugenja son expertos en magia de aire, somos capaces de ver en la distancia, de sondear pensamientos y transmitir mensajes con gran velocidad. Solo alguien como tú puede entender la versatilidad de nuestro poder. Nuestros espías son conocidos por tener una información exhaustiva sobre las posiciones y número del enemigo, y somos expertos en prevenir sus ataques.

La señora Shinobu dice que nuestros maestros Shugenja están desconcertados por los ataques de los Unicornio... han atacado donde no lo esperábamos, han masacrado nuestros pueblos, templos y nuestros expertos informadores apenas han podido hacer nada. Sus tropas son mayores de lo estimado por nuestros espías... ¿como es esto posible? solo utilizando tropas ajenas y recibiendo ayuda de una tercera fuerza. Una fuerza a la que le ha dado igual los templos, los inocentes y las tierras del Emperador.

Soshi Isane se dio la vuelta para salir del agua lentamente mientras envolvía su escultural cuerpo con una túnica de seda.

- ...por una sola vez, Satoru... los escorpión no somos los monstruos que todo el mundo cree que somos.

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02/06/2021, 23:41
Soshi Shinobu

- Lo lamento - dice bajando el rostro y dejando que la oscuridad del pasillo ocultase parcialmente su rostro - no debería haber dicho esas cosas tan horribles. No soy una buena esposa... Yo solo... deseo lo mejor para mi pueblo. Solo quería que no culpaseis a mi gente por la opinión que os genere mi esposo.

Se giró para mirar directamente a los ojos de Kazuo. Sus ojos eran tan hermosos como los de una noche estrellada, pero estaban brillantes como si estuviese a punto de derramar una lágrima apenas contenida.

- Ya os he enseñado lo más básico de nuestro palacio, somos humildes, acostumbrado como estará a los enormes palacios de los Soshuro en Ryoko owari, este lugar os parecerá ridículo y rodeado de miseria... pero es mi hogar. 

Debéis prepararos para la cena, os llevaré a vuestros aposentos.

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05/06/2021, 12:58
Ikoma Kazuo

—No os preocupéis —le consoló Kazuo—. Los samuráis del Clan del León, por haber crecido bajo las enseñanzas de Akodo, somos los más críticos respecto a cómo ha de ser un samurái, y a mi juicio no habéis hecho nada que os desmerezca de vuestra posición. 

Le puso una mano en el hombro, tratando de confortarla, pero la retiró al poco, por lo inapropiado del gesto. Después hizo una reverencia y se marchó a sus aposentos.