Partida Rol por web

Fortunas perdidas

[PROLOGO] Un té en la Ciudad de las Mentiras.

Cargando editor
06/01/2021, 00:40
• Director de Juego •
 

Prólogo

 

Esta es una historia, de algo que ocurrió hace mucho tiempo, un suceso que podía haber cambiado el mundo para siempre, el mundo de una sola persona, y el corazón de todo un Imperio. Una de esas historias que deben recordarse, para comprender quienes somos y en lo que pudimos habernos convertido.

 

 

“Ryoko Owari fue construida por Shosuros, y sigue siendo una ciudad Shosuro hasta hoy en día... Y, según creo yo, esto será así para siempre. ¿Qué es lo que esto significa? Esta es la ciudad de los secretos, por supuesto, pero no de los secretos de este mundo... eso es dominio de los Bayushi. Ni de los secretos del otro mundo, ya que esos solo lo conocen los miembros de mi familia; ni tan siquiera los secretos de los espíritus, que pertenecen a la familia Soshi. No, una ciudad Shosuro no es un lugar de secretos políticos o mágicos.
Es un lugar de secretos de dentro del corazón.”

Cita del famoso poeta Yogo Morosuke

 

Entre las suaves colinas y tranquilas praderas de Rokugan se alza una ciudad cuyos muros son verdes como el jade.
Está situada en el corazón de las tierras de los misteriosos Escorpión y se llama Ryoko Owari Toshi, aunque la ciudad ha recibido muchos nombres: Al principio se la conoció como “la ciudad del final del viaje”, con la esperanza de atraer habitantes (cosa que no consiguió el nombre, sino la agresiva política económica de su sexto gobernador). También se la conoció como “la ciudad de las Murallas Verdes”, por el color de las murallas construidas a base de piedra caliza natural de la zona; sin embargo, estas murallas fueron derruidas durante el asedio León, y poco queda de las murallas originales; hoy en día, una nueva muralla de 7 metros de altura de granito de las Montañas de la Espina del Mundo protege la ciudad. Actualmente se la conoce como “la Ciudad de las Historias” por la fama de su distrito licenciado, pero en muchos otros círculos donde no haya Shosuro se la nombra como “la Ciudad de las Mentiras”.

Esta es la segunda ciudad más poblada del imperio, la más siniestra guarida de intriga y villanía del Imperio Esmeralda. Más allá de sus brillantes puertas se ocultan oscuros secretos, tesoros desconocidos y dagas envenenadas.

Si buscas garitos de juego, casas de geishas, fumaderos de opio o cualquier otra actividad ilícita, Ryoko Owari es el lugar al que acudir. Por supuesto, toda esta actividad ocurre bajo el rostro "legítimo" de la ciudad, y también se desarrolla un alto grado de comercio legal en ella. Pero tras las puertas cerradas y los rostros abiertos acechan vicios de todas clases

Aquí es donde comienza nuestra historia.

 

 

 

A pesar de su fama, a pesar de su multitudinaria población, y a pesar de ser una de las ciudades con un índice de criminalidad más altos del Imperio, la verdad es que Ryoko owari es todo un espectáculo. Cada día sucede algo nuevo en esta ciudad.

Esta historia comienza aquí.

Cargando editor
06/01/2021, 01:30
• Director de Juego •
Sólo para el director

Lugar: Casa del Magistrado esmeralda en Ryoko Owari, Distrito Noble
Momento: Otoño temprano, año 1119 del calendario Isawa

La espaciosa habitación donde se encontraban los samurái era realmente apacible y acogedora, para ser el lugar donde se hacían los tribunales del Magistrado de la ciudad más corrupta del Imperio… Era una sala silenciosa con suelo de caoba , de un tamaño suficiente para albergar a unas treinta o cuarenta personas, pero en la que solo habían cinco nobles y una criada.

La habitación tenía una pared completamente abierta al jardín exterior de la residencia del Magistrado Esmeralda. Desde la sala podía escucharse el apacible sonido de la lluvia fina y suave en el perfecto jardín. Comenzaba a hacer un poco de frío, se notaba que el verano estaba alejándose día tras día.

Los cinco viajeros allí reunidos se miraban unos a otros con curiosidad y escepticismo. Habían venido de muy lejos por orden del Campeón Esmeralda, todos llevaban sus citaciones con el sello del campeón, y algunos de ellos todavía no sabían la responsabilidad que les había reunido allí; pero claro, cuando el mismísimo Doji Satsume-sama les cita en persona a través de un mensaje urgente, ¿Quién se atrevería a fallar al mismísimo Campeón del Emperador?

La criada estaba asistiendo al funcionario oficial. Este se encontraba releyendo los informes de cada uno de los viajeros, mientras los miraba con rsuspicacia y asentía de manera lenta y concisa.

Cada viajero había sido invitado a entra en la sala de reuniones y los que habían llegado más tarde apenas les habían dejado tiempo de darse un baño o cambiarse de ropa. Sin duda había una urgencia inusual en aquel encuentro. 

Sentados en la sala, se les había dado a cada uno un pequeño almuerzo a base de arroz, setas rehogadas con soja y un poco de delicioso pulpo aromatizado. Cada uno tenía un cuenco de Té para invitados, aunque los más conocedores de la cultura de Ryoko Owari sabrán que es costumbre que cada uno se traiga su propia taza.

Cargando editor
11/01/2021, 00:21
• Director de Juego •

 

Lugar: Casa del Magistrado esmeralda en Ryoko Owari, Distrito Noble
Momento: Otoño temprano, año 1119 del calendario Isawa               

 

Desde arriba, sobre la colina, el Distrito Noble contempla la ciudad de Ryoko Owari. En una tarde despejada, el sol baña las últimas horas de la tarde con un aura dorada embriagadora, las lámparas colgadas de los árboles del Distrito Licenciado parecen libélulas luminescentes, mientras que el globo del Templo del Sol es como un faro de esperanza que refleja los rayos dorados sobre la ciudad. Cuando los campos de opio florecen, las murallas del sur muestran kilómetros de un peculiar colorido, y cuando la nieve cae los lujosos tejados y los techos de las chozas quedan decorados por una brillante luz blanca.

Aquí las casa son más grandes, los edificios más elegantes, las puertas más grandes, los jardines están extremadamente bien cuidados, como si fuesen obras de arte que deben cuidarse a diario. Incluso los pavimentos empedrados son pulidos y confortables bajo los pies de los nobles y las brillantes herraduras de sus monturas.

Si hay algo que sea de calidad en Ryoko Owari, con el tiempo irá a parar al Distrito Noble.

Has estado inquieto desde que recibiste la carta.

No te gusta visitar esa ciudad plagada de escorpiones, de traficantes y de ruidosos mercaderes. Pero uno simplemente no puede ignorar una orden directa del Campeón esmeralda, no sin ignorar un deber tan honorable.

El mensaje llegó cuando estabas a punto de iniciar un viaje, pero era claro y directo. Tus habilidades y logros han sido tenidos en cuenta y se requieren tus servicios de forma urgente.

Despegas la vista del pergamino cuyo sello sello esmeralda tú mismo rompiste para ver la casa que se presenta ante ti.

La Residencia del Magistrado esmeralda en la ciudad. 

Desde fuera, este edificio parece formidable e imponente. Es una construcción alta y completa, un firme repositorio y un reflejo de la justicia del Emperador. La casa tiene recias puertas y fuertes ventanales, y los muros están hechos de la piedra más dura. Muchas de las casas de Ryoko Owari no están construidas para que resistan un asedio. Esta sí.

Cargando editor
11/01/2021, 00:34
• Director de Juego •

 

Lugar: Casa del Magistrado esmeralda en Ryoko Owari, Distrito Noble
Momento: Otoño temprano, año 1119 del calendario Isawa               

 

Desde arriba, sobre la colina, el Distrito Noble contempla la ciudad de Ryoko Owari. En una tarde despejada, el sol baña las últimas horas de la tarde con un aura dorada embriagadora, las lámparas colgadas de los árboles del Distrito Licenciado parecen libélulas luminescentes, mientras que el globo del Templo del Sol es como un faro de esperanza que refleja los rayos dorados sobre la ciudad. Cuando los campos de opio florecen, las murallas del sur muestran kilómetros de un peculiar colorido, y cuando la nieve cae los lujosos tejados y los techos de las chozas quedan decorados por una brillante luz blanca.

Aquí las casa son más grandes, los edificios más elegantes, las puertas más grandes, los jardines están extremadamente bien cuidados, como si fuesen obras de arte que deben cuidarse a diario. Incluso los pavimentos empedrados son pulidos y confortables bajo los pies de los nobles y las brillantes herraduras de sus monturas.

Si hay algo que sea de calidad en Ryoko Owari, con el tiempo irá a parar al Distrito Noble.

Akodo Isshin ha estado inquieto desde que ha recibido la carta.

No le gusta visitar esa ciudad plagada de escorpiones, de traficantes y de ruidosos mercaderes. Pero uno simplemente no puede ignorar una orden directa del Campeón esmeralda, no sin ignorar un deber tan honorable.
El mensaje llegó cuando estaba a punto de iniciar un viaje de regreso a su hogar, pero era claro y directo. Sus habilidades y logros han sido tenidos en cuenta y se requieren sus servicios de forma urgente. 

Ikoma Kazuo había tratado de apaciguar el espíritu inquieto de su primo lejano, después de todo, Kazuo había vivido mucho más tiempo en aquella ciudad y había superado con creces todos los prejuicios que le acompañaban. Sin embargo sentía el inevitable cosquilleo de la curiosidad, pues no podía ser casualidad que hubiese recibido la misma carta que Akodo Isshin.

El samurai Akodo  despega la vista del pergamino cuyo sello sello esmeralda rompió el mismo para ver la casa que se presenta ante ellos. Kazuo reconoce a la perfección aquellos muros. 

La Residencia del Magistrado esmeralda en la ciudad. 

Desde fuera, este edificio parece formidable e imponente. Es una construcción alta y completa, un firme repositorio y un reflejo de la justicia del Emperador. La casa tiene recias puertas y fuertes ventanales, y los muros están hechos de la piedra más dura. Muchas de las casas de Ryoko Owari no están construidas para que resistan un asedio.

Esta sí.

Cargando editor
11/01/2021, 00:44
• Director de Juego •

 

Lugar: Casa del Magistrado esmeralda en Ryoko Owari, Distrito Noble
Momento: Otoño temprano, año 1119 del calendario Isawa               

 

Desde arriba, sobre la colina, el Distrito Noble contempla la ciudad de Ryoko Owari. En una tarde despejada, el sol baña las últimas horas de la tarde con un aura dorada embriagadora, las lámparas colgadas de los árboles del Distrito Licenciado parecen libélulas luminescentes, mientras que el globo del Templo del Sol es como un faro de esperanza que refleja los rayos dorados sobre la ciudad. Cuando los campos de opio florecen, las murallas del sur muestran kilómetros de un peculiar colorido, y cuando la nieve cae los lujosos tejados y los techos de las chozas quedan decorados por una brillante luz blanca.

Aquí las casa son más grandes, los edificios más elegantes, las puertas más grandes, los jardines están extremadamente bien cuidados, como si fuesen obras de arte que deben cuidarse a diario. Incluso los pavimentos empedrados son pulidos y confortables bajo los pies de los nobles y las brillantes herraduras de sus monturas.

Si hay algo que sea de calidad en Ryoko Owari, con el tiempo irá a parar al Distrito Noble.

Kakita Mirai ha estado inquieta desde que ha recibido la carta.

No le gusta visitar esa ciudad plagada de escorpiones, de traficantes y de ruidosos mercaderes. Pero una simplemente no puede ignorar una orden directa del Campeón Esmeralda, no sin ignorar un deber tan honorable.
El mensaje llegó cuando estaba a punto de iniciar un viaje de regreso a la capital acompañando a su amiga Mirumoto Megumi, pero el mensaje que ambas recibieron era claro y directo. Sus habilidades y logros han sido tenidos en cuenta y se requieren sus servicios de forma urgente. 

Mirumoto Megumi había tratado de apaciguar el espíritu inquieto de su yojimbo, después de todo, Megumi había vivido mucho más tiempo en ciudades como aquella y había superado retos con mentirosos de toda índole. Sin embargo sentía el inevitable cosquilleo de la curiosidad, pues no podía ser casualidad que hubiese recibido la misma carta que su yojimbo. Muy pocas veces el mismísimo Campeón Esmeralda solicitaba su presencia inmediata.
Sin duda, Megumi sabía que debía ser algo importante. No tenía claro si les obligaba a ir hasta allí por sus "excelentes referencias y habilidades" tal y como decía la carta, o porque simplemente eran los agentes Magistrado más cercanos a la localización del Campeón Esmeralda.

Pronto lo averiguaría.

La samurai Grulla despega la vista del pergamino cuyo sello sello esmeralda rompió ella misma para ver la casa que se presenta ante ellos. Era la primera vez que iba a estar ante el famoso Doji Satsume, no solo el Campeón Esmeralda, sino también el Daimyo de su Clan y señor de todas las tierras Grulla. 

Mirumoto Megumi reconoce a la perfección aquellos muros y el kanji del estandarte en la puerta. 

La Residencia del Magistrado esmeralda en la ciudad. 

Desde fuera, este edificio parece formidable e imponente. Es una construcción alta y completa, un firme repositorio y un reflejo de la justicia del Emperador. La casa tiene recias puertas y fuertes ventanales, y los muros están hechos de la piedra más dura. Muchas de las casas de Ryoko Owari no están construidas para que resistan un asedio.

Esta sí.

Cargando editor
12/01/2021, 18:35
Ikoma Kazuo

El omoidasu observó la imponente estructura desde la calle, con los labios tan prietos que parecía que contenía una sonrisa.

—Aquí es, primito —sentenció, en un tono que era difícil saber si caía del lado del cariño o de la guasa—. La residencia de su señoría, el ilustrísimo y honorable magistrado esmeralda. 

Era un hombre peculiar, Ikoma Kazuo. Lucía una tupida barba y portaba tanto wakizashi como katana, que le daban la apariencia de un ronin pendenciero, y solo los colores del clan y el mon de su familia que le adornaban la vestimenta le delataban como un Ikoma. Al reencontrarse los dos en aquella ciudad, había observado con pulcritud todas las formalidades que se esperaban de él. Sin embargo, debía de haber estado esforzándose, porque en cuanto los dos leones partieron rumbo a la residencia del magistrado, Kazuo abandonó toda prudencia y empezó a comportarse de una manera más franca y juguetona. Con una jovialidad desbordante le fue indicando a Isshin los mejores sitios para pasar el rato, llenar el buche o echar un trago, según pasaban por delante de cada uno de ellos. Tenía esa misma vehemencia que en el clan que compartían monopolizaban los descendientes de Ikoma, pero parecía menos severa de lo habitual, a veces hasta burlesca. 

—Al principio cuesta acostumbrarse a esta ciudad —dijo, al reconocer la expresión de su acompañante, mientras este releía la carta—, pero es solo una cuestión de tiempo. 

Pese a ser un cortesano, Kazuo tenía la constitución de un guerrero. Sus hombros eran grandes y separados, y su pecho parecía siempre henchido, listo para liberar en cualquier momento a los cuatro vientos y quien sabe si también alguno más. Por eso, cuando se inclinó hacia Isshin, a este le resultó tan extraño que de sus labios no saliera más que un leve susurro.

—Como con todos los venenos —añadió—, la tolerancia solo se consigue mediante la exposición continuada... 

Notas de juego

Omoidasu: bardo 

Al final no hemos dejado muy claro cuál va a ser nuestra relación, así que si lo prefieres, podemos ir improvisándolo. ¿Le hace gracia a Isshin que le llame "primito"? ¿Le ofende? 

@Hatori, ¿cómo se llama el magistrado?

Cargando editor
12/01/2021, 23:18
Kakita Mirai

Mirai dobló el pergamino sellado y lo guardó cuidadosamente bajo el eri de su juban mientras contemplaba nerviosa las frías piedras del palacete. Algunos, poetas podría ser, dirían que aquella ciudad era un regalo para la vista; que las colinas eran la misma reencarnación del jade que algún día habia formado parte de los muros de aquella ciudad, que estaba tan llena de vida como de ríos lo estaban los bosques del Dragón, tan llena de

Sin embargo, Mirai era incapaz de admirar todas sus virtudes porque detestaba tan apasionadamente Ryoko Owari como cualquier otra localidad de territorio Escorpión. Los Escorpión no eran una mala hierba, eran la peor. Faltos de compasión pero llenos de sonrisas falsas, a sus ojos eran viles y mentirosos; todos ellos peligrosos, calculadores, crueles y despiadados. Unos parásitos capaces de envenar la mente con palabras poco confiables y de romper el espíritu con los secretos que coleccionaban. Ni las piedras más preciosas ni el incienso con el aroma más dulce harían desvanecer el recuerdo del fantasma de corrupción que percibió nada más entrar en la Ciudad de las máscaras.

-No me gusta este lugar. - musitó para que solo Megumi pudiera escuchar. No había nadie más en aquella calle vacía, así que realizó un gesto comedido y se aferró durante unos pocos segundos a la mano de su mejor amiga.  Ella era lo único que le quedaba en esa tierra, así que bebió de aquel roce como un árbol casi marchito que bebe del rocio para sobrevivir. - Ya sé lo que vas a decirme - No podemos ignorar la orden del Campeón, pensó que diría. - Pero sigue sin gustarme. - Apretó los labios, mirando de reojo todo a su alrededor, alerta como siempre estaba y queriendo cumplir para irse lo más rapidamente posible de alli. La idea de conocer a Doji excitaba su mente, no obstante, pero fueron su ética y la necesidad de proteger con su vida y corazón a Megumi lo que le dio fuerzas para llegar hasta alli. -Cuanto antes entremos, antes podremos partir. 

Notas de juego

post cortido :( Lo siento, es que con la tablet me es muy dificil escribir. el siguiente mejor.

Cargando editor
13/01/2021, 20:26
Akodo Isshin

Ryoko Owari la ciudad de las mentiras, una forma amable de llamarla, pozo inmundo de corrupción y decadencia era otra, menos amable pero igual de cierta. 

Para Isshin está ultima le hacía mucha más justicia, incluso ahora en el distrito noble, bajo toda esa elegancia y belleza había la misma corrupción y decadencia o incluso más. Y cuando ya estaba apunto de dejar este maldito lugar atras, había recibido órdenes, y para Isshin cumplir órdenes era tan natural cómo respirar. 

Cita:

- Aquí es, primito —

Isshin apretó los labios y le dedicó una mirada furibunda a su primo, Ikoma Kazuo.

No le había extrañado encontrar a su primo en esta ciudad, tenía cierta fama de borracho y pendenciero, rasgos que compartía con la mitad de las personas que viven esta maldita ciudad.

No habían tardado mucho en cruzar el barrio noble hasta llegar la residencia del magistrado esmeralda.
Antes de entrar Isshin releyó el pergamino que había recibido sin levantar la mirada contesto a su primo.
- No tengo ninguna intención de acostumbrarme-

Tras eso levantó la mirada para observar la formidable construcción que parecía más una fortaleza qué otra cosa, y no dudaba que ese había sido la intención del constructor.
- No pienso quedarme ni un segundo más del extrictamente necesario-
Continuo esta vez observando a su primo que se acercaba para susurrarle algo, cuya peculiar apariencia era más adecuada para un bushi que para un cortesano.

Cita:

—Como con todos los venenos —añadió—, la tolerancia solo se consigue mediante la exposición continuada...

Isshin se apartó y le dedico una mirada de desaprobación, demasiada tolerancia.
- Entremos, nos están esperando y contra antes terminemos, mucho mejor-
Sentenció con un tono gélido.

Cargando editor
13/01/2021, 23:36
Isawa Satoru

 

Los vientos del otoño levantaban hojas teñidas de todos los tonos de ocre y las depositaban caprichosamente en el suelo, cubriendo los caminos desde Kyuden Isawa con un manto anaranjado que, a la anaranjada luz del atardecer, parecía hacer arder la tierra. El viaje desde las provincias Fénix había resultado más tranquilo, aunque algo más lento de lo que Satoru había esperado. Las tensiones provocadas por los conflictos de Toshi Ranbo se dejaban notar en el clima de las fronteras.

Así, que, dos días más tarde de lo que había planeado, el joven Isawa pudo finalmente contemplar el espectáculo que conformaba la Ciudad de las Mentiras, con sus inagotables y abarrotadas calles replegadas tras sus altos muros de piedra. Una ciudad en la que se decía que se podría conseguir todo lo que se pudiese comprar y más, aunque también que el precio casi nunca era el que se había imaginado.

Ryoko Owari era un tesoro maldito, una joya que, no importa cuánto se lave, jamás quedaría completamente limpia de la ponzoña en que la se creó.

De algún modo, es como si toda la ciudad fuese una máscara, un extraño mempo de prosperidad que oculta todas las depravaciones que se esconden en ella de la misma forma que un bayushi esconde su rostro tras la madera lacada. El instinto social de Satoru se lo susurraba constantemente mientras cabalgaba por las avenidas más anchas. Los secretos pulsaban en el aire. Se dejaban sentir en la forma en la que los plebeyos lo miran al pasar. En la forma en la que se hablaban unos a otros. Como si siempre estuviesen a punto de salir a la superficie, pero sin llegar nunca a alcanzarla.

El shugenja dejó escapar un suave e imperceptible suspiro. No, daba igual la belleza de la ciudad, él nunca llegaría a sentirse cómodo en un lugar así.

Y sin embargo, tampoco creía ser capaz dejar de admirar su belleza. Tal vez simplemente fuese la secuela de un veneno escorpión del que nunca se libraría del todo.

Con una sonrisa amarga, y el recuerdo de unos ojos negros rondando su mente, Satoru cabalgó a través de las calles de la ciudad con tranquilidad, acercándose al distrito Noble, con sus pensamientos desordenados tratando de adivinar qué sería lo que encontrara al llegar al destino al que había sido convocado. Qué motivos habrían llevado al propio Campeón a sacarlo de su autoimpuesto encierro.

Desde que recibió la carta con el sello esmeralda había estado meditando sobre ese asunto. Al principio, sintió miedo de que sus acciones de un año atrás hubiesen sido descubiertas, pero mientras preparaba todo para el viaje, se convenció de que no podría ser ése el motivo. El fuego había cubierto las huellas de su mentira, y sólo su hermano podía dar fe de lo sucedido. Y además, si el Campeón Esmeralda hubiese descubierto su engaño, probablemente lo que se hubiera presentado en su hogar no se hubiese limitado a un simple mensajero.

Con esas ideas rondando su mente, finalmente se encontró con su destino, el hogar del magistrado esmeralda, y no pudo sino evaluar con respeto la construcción, que destacaba entre sus vecinos como una armadura pesada Hida entre una tropa de ashigarus. La mayor parte de las casas del distrito noble estaban diseñadas para mostrar lujo y ostentación. La que tenía frente a él, además, parecía emanar fuerza.

Descendiendo de su montura con cuidado, caminó por la entrada de la hacienda hasta que topó con el primer sirviente.

-Mi nombre es Isawa Satoru, shugenja del clan del Fénix. –Anunció con aplomo, aunque cualquier samurái o heimin bien entrenado hubiera sabido leerlo perfectamente en su indumentaria. Pero para asegurarse de que se comprendía la urgencia, extrajo de su bolsa de viaje el pergamino con el sello, y lo mostró durante un momento. –He sido convocado por el Campeón.

Cargando editor
13/01/2021, 23:45
Mirumoto Megumi

Después de un viaje tan largo las samuraikos caminaban junto a sus monturas. Megumi sostenía las riendas muy cerca del bocado de Kuroi aliviando así la presión, después de un viaje tan largo veía innecesario entrar en Ryoko Owari a lomos de él era una llamada de atención completamente innecesaria.

Megumi tenía una relación amor-odio con todas las ciudades, sentía que debía realizase una purga en todas. Tan sólo caminando por el mercado hacia sido capaz de identificar a varios timadores de sedas, cerámica y artesanía, gente confabulando en las esquinas, escondiéndose para cuchichear. ¡Como no! si aquella era la ciudad de las mentiras, pero todas eran iguales. Cerró los ojos un instante intentando recordar las montañas dragón, la tranquilidad y el silencio de sus templos, pero incluso allí se hallaba la decepción y el engaño.

Mirai: No me gusta este lugar. 

Megumi abrió la boca para contestar, pero se detuvo al sentir su tacto y se limitó a sonreír. 

Ya sé lo que vas a decirme - - Pero sigue sin gustarme. - 

Megumi admiraba a Mirai, no era para nada una mojigata grulla de la corte que no saben decir la verdad ni aunque les amenacen con ir a la muralla. Ella era clara y directa y lo suficientemente inteligente como para saber cuando callar. 

Mirai, contestó frenando el paso a pocos metros de la entrada, en todas las ciudades hay escorpiones, grullas. 

 -Cuanto antes entremos, antes podremos partir.  

De repente la sonrisa se borró del rostro de Megumi, sus facciones no revelaban ningún atisbo de sentimiento. Apretó levemente su mano. 

Recuerda que lo importante no es lo que tu sientas, sino lo que ellos perciban. 

Soltó su mano, se sacudió la cabeza y se recolocó el kimono estirando la tela en la que lucia el mon del campeón esmeralda. Golpeó la puerta de entrada  y acarició al caballo mientras esperaba que se abriera. 

Cargando editor
14/01/2021, 13:02
Funcionario imperial

- Bienvenidos. Les estábamos esperando. - dijo una voz grave y seca sobresaltando a ambos samurai. En la puerta, donde hace apenas unos segundos no había nadie, ahora estaba apostado un hombre de edad avanzada y mirada afilada, vestido con las ropas características de funcionarios menores. Detrás de él, dos funcionarios se apresuraron a abrir la puerta, sujetar las monturas y aliviar a los invitados de cualquier carga pesada que pudieran llevar de su viaje.

Cargando editor
14/01/2021, 13:11
• Director de Juego •

El hombre que había hablado no se movía en absoluto, solo estudiaba a los samurai con paciencia. El emblema de la magistratura esmeralda relucía en la espalda de su kimono. Luego, sin decir nada, comenzó a caminar al interior de la residencia, dando por sentado que los samurai le seguían.

Cada uno de los magistrados que ha vivido aquí ha dejado una marca personal: los despachos son solemnes, al igual que el patio. El jardín tiene un toque de delicadeza coronado por un árbol que un unicornio regaló a una magistrada que residió en la ciudad. Es un árbol grande, con unas ramas delgadas que están enredadas y retorcidas  cuyas hojas caen con delicadeza, bailando con la brisa de la tarde anunciando el inicio del otoño.

Las habitaciones del interior de la casa, sin embargo, son opulentas, con biombos lacados, lámparas de ornamento y una gran cantidad de mobiliario de lujo. Mucho de todo esto está decorado con motivos del clan Grulla.

El funcionario llegó a  una habitación y un criado abrió una puerta de rodillas, inclinándose ante los samurai cuando entraron.

La espaciosa habitación donde se encontraban los samurái era realmente apacible y acogedora, para ser el lugar donde se hacían los tribunales del Magistrado de la ciudad más corrupta del Imperio… Era una sala silenciosa con suelo de caoba , de un tamaño suficiente para albergar a unas treinta o cuarenta personas, pero en la que solo habían seis asientos para  nobles vacíos y una cortesana menor de la grulla que estaba delante de un fuego preparando té.

La habitación tenía una pared completamente abierta al jardín exterior de la residencia del Magistrado Esmeralda. Desde la sala podía escucharse el apacible sonido de la lluvia fina y suave en el perfecto jardín. Comenzaba a hacer un poco de frío, se notaba que el verano estaba alejándose día tras día.

La casa es muy acogedora, bien iluminada y de temperatura agradable. Sólo un asceta estaría incómodo aquí.

Cargando editor
14/01/2021, 13:17
Funcionario imperial

- Bienvenidas. Les estábamos esperando. - dijo una voz grave y seca sobresaltando a ambas samurai. En la puerta, donde hace apenas unos segundos no había nadie, ahora estaba apostado un hombre de edad avanzada y mirada afilada, vestido con las ropas características de funcionarios menores. Detrás de él, dos funcionarios se apresuraron a abrir la puerta, sujetar las monturas y aliviar a las invitadas de cualquier carga pesada que pudieran llevar de su viaje.

Cargando editor
14/01/2021, 13:32
• Director de Juego •

El hombre que había hablado no se movía en absoluto, solo estudiaba a los samurai con paciencia. El emblema de la magistratura esmeralda relucía en la espalda de su kimono. Luego, sin decir nada, comenzó a caminar al interior de la residencia, dando por sentado que los samurai le seguían.

Cada uno de los magistrados que ha vivido aquí ha dejado una marca personal: los despachos son solemnes, al igual que el patio. El jardín tiene un toque de delicadeza coronado por un árbol que un unicornio regaló a una magistrada que residió en la ciudad. Es un árbol grande, con unas ramas delgadas que están enredadas y retorcidas  cuyas hojas caen con delicadeza, bailando con la brisa de la tarde anunciando el inicio del otoño.

Las habitaciones del interior de la casa, sin embargo, son opulentas, con biombos lacados, lámparas de ornamento y una gran cantidad de mobiliario de lujo. Mucho de todo esto está decorado con motivos del clan Grulla.

El funcionario llegó a  una habitación y un criado abrió una puerta de rodillas, inclinándose ante los samurai cuando entraron.

La espaciosa habitación donde se encontraban los samurái era realmente apacible y acogedora, para ser el lugar donde se hacían los tribunales del Magistrado de la ciudad más corrupta del Imperio… Era una sala silenciosa con suelo de caoba , de un tamaño suficiente para albergar a unas treinta o cuarenta personas, pero en la que solo habían seis asientos para  nobles casi todos vacíos. En la habitación solo habían dos samurai hombres con ropajes del clan León y una cortesana menor de la grulla que estaba delante de un fuego preparando té.

La habitación tenía una pared completamente abierta al jardín exterior de la residencia del Magistrado Esmeralda. Desde la sala podía escucharse el apacible sonido de la lluvia fina y suave en el perfecto jardín. Comenzaba a hacer un poco de frío, se notaba que el verano estaba alejándose día tras día.

La casa es muy acogedora, bien iluminada y de temperatura agradable. Sólo un asceta estaría incómodo aquí.

Cargando editor
14/01/2021, 13:34
Funcionario imperial

El funcionario dejó a los samurai León en la sala y se disculpó antes de ir a atender a los siguientes invitados.
Unos diez minutos después, entró en la sala de nuevo acompañado por dos samurai-ko ataviadas con ropas de viaje.

Una de ellas, parecía una Magistrada de mirada astuta y rostro impasible. A su lado, una yojimbo de cabellos blancos y con las inconfundibles ropas del Clan de la Grulla.

El funcionario hizo un gesto a las damas para que tomaran asiento mientras él volvía a salir.

La cortesana Grulla que preparaba té, ignoraba deliberadamente cualquier conversción, ciñéndose a su única función: preparar el té con una habilidad que rozaba la perfección.

Notas de juego

Megumi y Mirai llegan unos diez minutos despúes de los León, por si quieren conversar antes entre ellos.

Cargando editor
14/01/2021, 23:32
Ikoma Kazuo

Kazuo saludó con la protocolaria reverencia que seguía a su nombre al grupo de funcionarios que les recibió, y los acompañó al interior de la casa haciendo gala de un talante mucho más serio que el que le había demostrado a Isshin. Tal vez fuera cierto que, tras tanto tiempo lejos de las tierras del Clan, se había acostumbrado a los usos de otro tipo de samuráis... pero no dejaba de resultarle irónica la imagen que su primo y él proyectaban. El joven Akodo no solo no compartía su sentido del humor, sino que lo hacía de una manera tan manifiesta que todo parecía una jugarreta del destino, una inadvertida reminiscencia de la relación que sus dos antepasados también habían compartido. Al final decidió cerrar el pico y no abusar más de su confianza, no fuera que le tachara de descortés, y aguardó pacientemente la llegada del magistrado disfrutando de la pericia con la que la cortesana manejaba sus instrumentos.

Notas de juego

¿Qué hacemos? ¿Tú quieres seguir hablando, o nos juntamos con las chicas? 

Cargando editor
14/01/2021, 23:36
Akodo Isshin

Isshin observó al funcionario que acababa de aparecer en la puerta hizo una reverencia y lo siguió a través del jardín hasta llegar a la habitación principal.
Un sitio amplio y acogedor, aunque estaba seguro de que para la mayoria de ciudadanos de esta ciudad está misma sala era el último sitio donde querrían estar.
-Llevas algún tiempo en la ciudad, tienes alguna idea de porque han solicitado nuestra presencia-
Pregunto a su primo acercándose a él para que no pudiera escucharle la cortesana que estaba preparando el té.

Notas de juego

Como tú veas podemos ya postear para todos

Cargando editor
15/01/2021, 00:03
Ikoma Kazuo

Kazuo se volvió para contestar a Isshin, pero entonces aparecieron las dos samurai-ko, y se vio obligado a callar. Poniéndose en pie, realizó una reverencia a cada una de las dos, aunque la que dedicó primero a la magistrada pareció llegar más hondo que la que prestó a su yojimbo. Era algo más alto que el rokuganés medio, y lucía un kimono de una tonalidad dorada que le habría hecho destacar en cualquier sitio, rematado por un obi blanco que sostenía contra su cintura una katana y un wakizashi

—Soy Ikoma Kazuo —dijo, confirmando lo que ya revelaba el mon entretejido en su vestimenta—. Humilde omoidasu1 al servicio del venerable Clan del León.

Y se volvió hacia Isshin, sopesando introducirle a él también. Al final, por cautela, decidió dejar que lo hiciera él mismo, por lo que esperó de pie a que todos tomaran asiento para hacerlo él. 

Notas de juego

Pues ea, todos juntitos 

Cargando editor
16/01/2021, 09:27
Kakita Mirai

Entre Suzume y Megumi, la rubia cuadró los hombros en el preciso instante en el que escuchó la voz del añejo funcionario imperial. Sus ojos se deslizaron sobre las riendas del pony negro e imperceptiblemente apartó su mano de la de Megumi y entregó la montura a los otros dos hombres que se acercaban. Asintió cortésmente con la cabeza, y aunque para los funcionarios aquello habría sido un amable saludo, ese gesto era en realidad una respuesta velada a las últimas palabras que había pronunciado su amiga. 
Como siempre, ella tenía razón. Por incómoda que pudiera sentirse en esa ciudad de sanguijuelas, lo único que verdaderamente importaba tras aquellas puertas eran las apariencias, nada más.

A medida que se adentraban en el palacete, los olores, las joyas y los adornos, algunos blancos y azules, y relajaron fácilmente a la Grulla. El árbol le recordó a las intrincadas figuras florales que hacía su hermana durante las mañanas de invierno y las hojas cayendo a los origamis que volaban en casa cuando el viento se colaba entre los paneles de bambú. 

Cuando entró en la habitación acompañando a Megumi, fijó primero su mirada en el té, después en la delicada cortesana Grulla que lo preparaba y finalmente en la dos figuras apostadas delante.
Hizo lo propio y sonrió y se reverenció cortésmente ante el odaimasu con kimono dorado mientras tomaba asiento en el lugar que les había indicado el funcionario imperial, esperando que Megumi hiciera los honores de presentarlas a ambas si así lo estimaba oportuno. Aquel hombre, un tanto más alto y de apariencia afable, parecía sinceramente agradable y a priori no percibió que fuera una amenaza directa para ellas. Si se tratase de un lengua afilada, ¿por qué llevar con él una katana? Si requiere de un filo entonces sus palabras no serán tan hirientes, pensó. Megumi también repararía en sus armas.

Tras doblar delicadamente el kimono azul bajo sus muslos al sentarse, observó en un gesto rápido y con discreción al acompañante del bardo. Otro orgulloso León, parecía, y cuando consiguió discernir todas las facciones de su rostro un recuerdo invadió su mente.

¿Akodo Isshin? Se preguntó a si misma.

Habrían pasado unos 5 o 6 años desde el Campeonato Topacio, pero recordaba perfectamente a su compañero de duelos. Ese rostro adolescente había sido sustituido por el de un hombre joven de facciones un tanto más duras. La redondez de sus mejillas había desaparecido para dar paso a una nariz recta y afilada entre unos pómulos bien marcados. No obstante, sus ojos seguían siendo tan veloces y despiertos como los recordaba, y el pelo, ahora más largo y mejor peinado, le recordó vagamente al estilo de Akodo Kage. Mirai echó de su mente cualquier otro recuerdo doloroso de aquellos días y se esforzó con toda su voluntad en pensar solamente en el bushi, preguntándose entre tanto qué haría allí o quién le habría citado. ¿Sería un yojimbo del odaimasu? Lo que estaba claro es que ahora sería un gran duelista y la rubia sonrió para sí esperando respuestas, excitada por la idea de que, en algún momento, pudiera batirse de nuevo con él.

Notas de juego

yaaaaaaaay :3 :3

Cargando editor
17/01/2021, 17:58
Funcionario imperial

- Bienvenido. Le estábamos esperando. - dijo una voz grave y seca sobresaltando al samurai. En la puerta, donde hace apenas unos segundos no había nadie, ahora estaba apostado un hombre de edad avanzada y mirada afilada, vestido con las ropas características de funcionarios menores. Detrás de él, dos funcionarios se apresuraron a abrir la puerta, sujetar las monturas y aliviar al invitado de cualquier carga pesada que pudieran llevar de su viaje.