Partida Rol por web

Estamos en la apacible y tranquila madrugada.

Si había algo que caracterizaba al ser humano, era que mientras se dormía parecía que todos los problemas desaparecían, se olvidaban. Ahora tan solo había espacio para el mundo onírico, para las ilusiones, para los deseos, pero también para las pesadillas.

Estamos en la apacible y tranquila madrugada.

Si había algo que caracterizaba al ser humano, era que mientras se dormía parecía que todos los problemas desaparecían, se olvidaban. Ahora tan solo había espacio para el mundo onírico, para las ilusiones, para los deseos, pero también para las pesadillas.

Estamos en la apacible y tranquila madrugada.

Si había algo que caracterizaba al ser humano, era que mientras se dormía parecía que todos los problemas desaparecían, se olvidaban. Ahora tan solo había espacio para el mundo onírico, para las ilusiones, para los deseos, pero también para las pesadillas.

De repente abriste los ojos. Te acababas de despertar en mitad de la noche.

Estabas tumbado en la rústica cama, mirabas al techo de madera y te preguntabas porqué te habías despertado así.

Estamos en la apacible y tranquila madrugada.

Si había algo que caracterizaba al ser humano, era que mientras se dormía parecía que todos los problemas desaparecían, se olvidaban. Ahora tan solo había espacio para el mundo onírico, para las ilusiones, para los deseos, pero también para las pesadillas.

Y es ahí donde estabas envuelto: en un mar de sangre, horrores y gritos.

Abriste los ojos y veías todo de color carmesí, el olor a metal impregnaba tu boca. No eras capaz de reconocer donde estabas pero sí lo que había pasado: una masacre.

Tenías el corazón acelerado, y notabas que perdías el control de tu cuerpo ¿un cuchillo en la mano? eso es lo que viste cuando miraste a tu propio cuerpo...

De repente vino un jadeo profundo y abriste los ojos de par en par: acababas de despertar de una pesadilla.

Estabas tumbado en la rústica cama, mirabas al techo de madera y te preguntabas porqué te habías despertado así... aunque lo más intrigante de todo era... ¿por qué tenías un cuchillo de cocina en tu mano derecha?

Estamos en la apacible y tranquila madrugada.

Si había algo que caracterizaba al ser humano, era que mientras se dormía parecía que todos los problemas desaparecían, se olvidaban. Ahora tan solo había espacio para el mundo onírico, para las ilusiones, para los deseos, pero también para las pesadillas.

De repente abriste los ojos. Te acababas de despertar en mitad de la noche.

Estabas tumbado en el incómodo sofá mientras mirabas al techo de madera y te preguntabas porqué te habías despertado así.

Tuve que ahogar un grito cuando vi el cuchillo tras despertar de la pesadilla, empapado en sudor.

¿Cómo había llegado aquello a mi mano? ¿Sería sonámbulo? Aquellas voces de ayer, la ouija... o algo realmente extraño se estaba manifestando o mi salud mental estaba mucho peor de lo que creía.

Me levanté de la cama y me quité la camiseta con la que me había acostado. Estaba empapada en sudor. Hacía calor en la habitación, pues el sol le había estado pegando todo el día. No quería abrir la ventana para que no me comieran los mosquitos mientras dormía.

Tenía la boca pastosa. Dejé el cuchillo sobre la alhacena y salí de mi habitación en dirección al porche. Debía respirar algo de aire fresco. Procuré no hacer ruido para no alarmar a nadie con mis problemas de sueño.

Susana dormía abrazada a Julia, de manera inconsciente claro... pero ahí estaba ella, sumida en un sueño en apariencia normal. Soñaba que iba trotando por el bosque jugando al pilla pilla, como cuando era una niña y el bosque estaba lleno de luz y música, parecía el lugar más bonito del mundo...

Saliste al exterior, creyendo que el aire fresco iba a ser una solución a tu malestar tras la pesadilla. El cuchillo estaba ahora fuera de tu alcance pero... ¿porqué llegó a tus manos?

El aire que corría en el porche era cálido, demasiado cálido. Llegaste a sentir nauseas por tal impacto de calor en tu cuerpo, pero lo peor de todo no era eso, sino creer que había "algo" que te estaba observando allí fuera.

De repente empezaste a sentirte inseguro, pequeño, débil e indefenso ante esa mirada invisible. Tus vellos estaban ahora de punta y otro escalofrío recorrió tu cuerpo.

De repente abriste los ojos. Te acababas de despertar en mitad de la noche.

Estabas tumbada en la cómoda cama de matrimonio bajo los brazos de Susana que dormía abrazada a ti. Mirabas al techo de madera y te preguntabas porqué te habías despertado así.

Quizás el peso de la conciencia o la inquieta incertidumbre de lo que ocurría con nosotros me hizo despertar, Susana dormía abrazada a mi, no era algo extraño, pues varias veces habíamos dormido juntas, era como mi hermana y mi mejor amiga, lamentaba tanto lo que ocurría, pero también estaba con sentimientos contrarios al ver mis propios intereses; no hice mas que acariciar su cabello mientras velaba por su sueño e invocaba a Morfeo a llevarme a sus brazos.

Pero no lograba volver a conciliar el sueño, me aparte de entre los brazos de Susana y me senté en el borde de la cama, quizás si beba un poco de agua podría volver a dormir; busque mis zapatillas con la intención de salir a la cocina.

Uy, uy... tu lo que quieres es que me salga la pesadilla...mala persona XD toy fuera y desde el móvil. Cuando llege me invento to los suelos que quieras ^^

De repente abriste los ojos. Te acababas de despertar en mitad de la noche.

Estabas tumbada en la cómoda cama de matrimonio... pero algo fallaba ¿y Julia?. Mirabas al techo de madera y te preguntabas porqué te habías despertado así; aunque la teoría más certera era que tu amiga no había sido demasiado discreta a la hora de levantarse.