Motivo: Tirada misteriosa
Tirada: 1d20
Resultado: 20
O es muy buena o es muy mala :]
De repente la sensación de agobio se convierte en paranoia.
Hay alguien dentro de la casa.
Durante tu salida de la habitación hasta llegar al porche no habías escuchado a nadie, sin embargo ahora estabas totalmente seguro de que había alguien o "algo" deambulando ¿por la cocina quizás?
Sus movimientos eran sigilosos y eso hacía que te pusieras nervioso, nervios y a la vez histérico ¿quién se estaba atreviendo a colarse en vuestra casa? sentías una irremediable sensación de no permitir que nadie se riese de ti.
- ¡Cómo puede ser! ¡Me cagontós sus muertos más frescos! - Pensé mientras entraba nuevamente en la casa. Cerré la puerta detrás de mí, procurando no hacer ruido y bloqueando aquella posible vía de escape para quien quiera que fuese aquel intruso.
Me dirigí a la cocina y abrí con cuidado, debía cogerlo desprevenido. Asomé la cabeza buscando la sombra de quien quiera que fuese y, ya de paso, algún objeto contundente, por lo que pudiera pasar.
Ay ay ay...
Otra tiradita s'il vous plaît :P (siempre será 1d20)
Motivo: Tirada misteriosa 2
Tirada: 1d20
Resultado: 20
Estoy abonado al 20 XD
Motivo: (ya me da miedo tanta tirada)
Tirada: 1d20
Resultado: 2
En el interior del bosque Susana encontró un columpio sujeto a dos grandes árboles. Sin dudarlo, la rubia se subió a él y comenzó a mecerse, con cada va y ven que daba la velocidad del columpio era mayor, al principio le resultó divertido... Susana reía gritando "Más Fuerte!" y cuanto más gritaba más veloz se mecía. Hasta que llegó un punto en el que la velocidad era escesiva... si seguía así caería y con aquella velocidad nada bueno podría pasarle. La rubia comenzó a llorar y a pedir que parara, pero sin conseguirlo... desesperada luchó por detenerlo y cuando parecía que lo iba a lograr un zarpazo cortó la cuerda precipitando a Susana al vacío.
- ¡AH!- gritó asustada incorporándose de repente en la cama con la frente perlada en sudor- ¿Julia?- dijo palpando el lugar donde debía estar su amiga, un escalofrio le recorrió la columna "Tranquila Susana... lo mismo ha ido a beber agua o al servicio" trató de tranquilizarse a sí misma "Yo también quiero agua". Se levantó de la cama dispuesta a ir al comedor de la cabaña para de paso ver donde había ido Julia.
Para tu sorpresa viste que la persona que andaba hurgando en la cocina era Julia.
Pero no una Julia cualquiera, era la Julia más atractiva que habías visto nunca.
La forma en la que iba vestida era claramente provocadora ¿te estaría buscando a ti?¿te estaba provocando a ti?
Ella no se había percatado de que estabas en el porche, y tú cada vez tenías más calor. No sabías si era por todo lo que habías vivido con ella en el lago, pero sentiste que había muchas cosas sin zanjar y tu cuerpo te pedía más...y más y más.
¡Tirada de 1d20 por favor!
¡Tirada de 1d20 por favor!
Motivo: Mi no querer mirar...
Tirada: 1d20
Resultado: 12
Motivo: El 20 perenne
Tirada: 1d20
Resultado: 4
Esta vez no, esta vez un 4.
De repente una furia interna hizo que tus pies se detuvieran
¡Susana!
Acababas de verla entrar en la cocina, parecía que Julia no la había visto tampoco, pero sabías cuales eran sus intenciones: hacerte la vida imposible.
Tenías la oportunidad perfecta para demostrar tu calor a la atractiva Julia y en su lugar tenía que aparecer aquella chica rencorosa, aquella que tapó tu felicidad con falso egoísmo ¿realmente estuviste enamorado de ella? poco a poco te ibas dando cuenta de que no, tu amor siempre lo tuvo Julia, aquella diosa de cabellos morenos.
Apretaste el puño por la impotencia de ver que todo se desmoronaba, deseabas que Susana se alejase de allí, de hecho estabas hasta planteándote decirle tres o cuatro verdades a la cara ahora que estabas despejado.
Apunto estuve de liarla parda. A punto estuve de entrar en la cocina y besar a Julia en el cuello mientras mis manos recorrían su figura, tal como deseaba en ese momento, y todo ello en presencia de Susana. Susana... la pérfida, la traidora. Si alguna vez albergué amor hacia ella, ese recuerdo había desaparecido del todo. El rencor ocupaba ahora su lugar.
De haber abrazado a Julia habría acabado de destrozar a Susana, pero también habría sido un mazazo duro para Julia, con lo cual quizá habría sido peor el remedio que la enfermedad.
Decidí entrar. Y decidí dejar la delicadeza a un lado, respecto a la rubia.
Ahora me queda claro que los 20 eran pifias XD
Continuo en otro post
Terminaba de guardar en la nevera la botella agua mineral, al girarme para buscar el vaso vi a Susana entrar en la cocina. -¿Tampoco puedes dormir?- le ofrecí el vaso de agua. -Ten, hace un poco de calor y te refrescara-
Después de todo lo ocurrido con la ouija, al fin estábamos mas tranquilos, un par de horas dormidas nos habían sentado bien y se agradecían. -No hemos podido hablar bien, estoy preocupada y un tanto inquieta con tu actitud, la de ambos en realidad, creí que estarías devastada, muchas veces habíamos charlado de este futuro y de lo mucho que amabas a Pablo, pero ahora me cuesta un poco imaginar que en menos de un día vuestros afectos hayan cambiado tanto-
Busque otro vaso para sacar agua e hice lo mismo, saque agua de la nevera y finalmente bebí, fría y refrescante, luego me gire y apoye en el mueble a mirar a mi amiga.
Recuerda que todos los post deben ir a solo al director a no ser que diga lo contrario. Me mantengo a la espera :D
Entré en la cocina, pues había oído ruidos allí. Por un momento había pensado que pudiera tratarse de un intruso, pues la paranoia aún me duraba, pero no, eran Julia y Susana.
- Hola. - Dije al entrar. A aquellas horas de la noche supuse que habrían ido a por un baso de agua o algo, pero lo que era seguro es que les costaba dormir tanto como a mí.
Miré a Julia. - ¿Pesadillas? Por mi parte unas cuantas. - Miré a Susana. - Después de esto espero que te deshagas de esa maldita tabla. - Lo cierto es que lo poco que había dormido lo había pasado fatal. Supongo que nadie podría culparme por achacar a la ouija todo aquello. Pensar que Susana había montado todo aquel circo con la única intención de hacerme sufrir era, como poco, presuntuoso, pero en aquel momento esa idea aún no se había ido de mi cabeza. De hecho, mis palabras intentaron ser duras, pues en mi fuero interno la acusaba de mi estado de ánimo.
Susana estaba hablando con Julia y cada vez la discusión estaba más acalorada.
- ¡Pero serás zorra! ¿Cómo has podido hacerme esto a mi?¡a mi! - le reprochó a su amiga mientras le echaba una mirada fulminante.
Julia estaba paralizada, apenas se percató de que habías llegado hasta que comenzaste a hablar. Había lágrimas en sus ojos y no sabías si era por culpa tuya o por otro motivo.