Partida Rol por web

El plan estaba en marcha, la Agente Montoya había hablado con la prensa para informar que un Descompresor de Partículas de gran valor iba a ser transportado por el centro de Freedom City a uno de los laboratorios más importantes de la ciudad. No había tenido que hacer más para que docenas de curiosos se acercaran a mirar, para que los medios gravasen todo y para que un furgón blindado cruzase una de las carreteras más importantes de la ciudad.

El plan estaba en marcha, el cebo estaba en la caña, y tan solo tenían que esperar a ver si algo picaba.

Unos golpes en la puerta de la habitación de Tetis la encuentran ya preparada, se ha puesto ropa cómoda de colores oscuros y una peluca morena oculta su pelo. Coge el intercomunicador que le tienden y se lo pone en la oreja izquierda, en la mano derecha unas gafas de sol que se pone de inmediato antes de salir por la puerta.

Su posición en la charada, en un coche detrás del furgón. Su misión, detener a cualquiera que se quiera acercar a pie al furgón y quién sabe, a lo mejor hacer amigos -Vamos allá-.

Me encontraba listo para la acción, con la adrenalina corriendo por mi cuerpo. Caminaba junto a los curiosos que seguían expectantes el furgón, manteniéndose alejados por el cordón policial. La trampa estaba lista y nosotros dispuestos a caer sobre los villanos en cuanto aparecieran por allí. Esperaba que lo hicieran, para poder atraparlos, y para poder ponerme en acción una vez más. Llevaba mi traje de acción debajo de la ropa de diario, podría cambiarme en un abrir y cerrar de ojos. 

Con los músculos en tensión, continué siguiendo al furgón mientras avanzaba, dispuesto para lo que pudiera pasar.

Había llegado el momento de montar aquél dispositivo. Esta era la parte que menos le gustaba a Sonic: el paseo por la ciudad, exponiendo a toda esa gente a cualquier ataque de área que pudieran tener los villanos. El joven pensaba que esta era la parte del plan más peligrosa.

Ya no podía hacer nada, salvo esperar. Allí dentro de los coches era bastante probable que fuera atacado, pero no tenía ningún otro sitio donde ir. Él quería estar apartado y lo menos visible posible para proteger su identidad secreta. Por esa razón escogió sentarse en un coche lejano a la acera y en la parte de atrás.

De vez en cuando echaba un vistazo alrededor, por si se veía llegar a los malos y poder así ponerse la máscara rápidamente. Ensayó mentalmente las palabras que podía decirle a Sílfide para intentar que se rindiera y así pasó el tiempo. Mirando y pensando.

Mucha gente se agolpaba en los alrededores, había bastante alboroto, ruido, personas impacientes por intentar salir en televisión de un modo secundario.

No lo soporto - pensaba a la vez que se iba desplazando, con su capucha.

No quería estar en primera línea, pero tampoco demasiado atrás. Tendría que localizar al jefe y tener contacto directo con él, sino sería un problema.

Se colocó cerca de un grupo, muy a su pesar, y de una especie de árbol o planta.

En el camión junto al "gigantón" todo era un poco estrecho. Jaime estaba inquieto. El primer movimiento era una serie de ataques mentales, y de él dependían dejar inutilizados a todos los secuaces de esos cuatro. Unas gotas de sudor salían de las sienes del hombre, que no dejaba de juguetear con la pierna. Los momentos pasaban y todavía no pasaba nada. ¿Se habrían creído la trampa?

Tetis se montó en el coche, ajustó el asiento y los espejos, y arrancó el motor. Le encantaba conducir, era una de las cosas que mas le gustaba de la superficie, conducir y la cantidad de ropa diferente que podía encontrarse en las tiendas. Salió despacio para no llamar la atención y se puso a una distancia correcta del furgón, su atención estaba puesta tanto en el vehículo que circulaba delante como en la gente que se agolpaba en las aceras mirando el gran furgón; aunque, dados los poderes de la gente con la que se iban a enfrentar, no descuidaba mirar el cielo.

Se podía decir que estaba un poco nerviosa pero no en exceso, al fin y al cabo el peso de la misión no recaía sobre ella -Aunque bien puedo hablar con Sílfide para convencerla, de mujer a mujer- pensó mientras sus dedos tamborileaban sobre el volante al ritmo de la música que se podía escuchar salir por los altavoces del vehículo. La música también le encantaba, los sonidos se oían muy diferentes al ser transportados por el aire y no por el agua; el que mas le gustaba: el batir de las olas contra la arena de la playa, lo mejor de ambos mundos.

De pronto cuatro tipos que parecían estar camuflados con el resto de curiosos saltaron a la carretera. Estaban a varios metros del furgón, por lo que a Francesca, que era la que conducía, le dio tiempo a frenar antes de atropellarlos.

Entonces, cada uno de ellos sacó una pistola y se pusieron a pegar tiros a las ruedas para que la furgoneta terminase de frenar. Para cuando Francesca quiso hacer algo, la furgoneta ya estaba completamente parada, y Jaime había acabado en el suelo y con un par de golpes en su cabeza. Ulrich era un tipo más dificil de abatir, por lo que se mantuvo en pie sin problema alguno.

Aquellos cuatro serían los secuaces de algún enemigo, pero ¿alguien se habría adelantado a Factor Cuatro?

Tetis iba concentrada en lo que estaba haciendo cuando de pronto el furgón comenzó a frenar bruscamente, no había visto a nadie volando ni convertido en llamas.

- ¿Qué se supone que pasa Fran?

Habló por el intercomunicador mientras apretaba el pedal del freno para no chocar con el gran vehículo que le precedía, pero antes de llegar a recibir contestación oyó muchos disparos. La joven dudó un momento en si delatar ya su presencia saliendo al encuentro de los delincuentes o esperar algún otro acontecimiento.

Era de esperar que los malos también fueran astutos. De hecho quizá eran más astutos que ellos, que eran muy jóvenes para este trabajo. Esos lacayos estaban tanteando el terreno, comprobando la fuerza de sus rivales, o tratando de distraerlos, o todo a la vez. Sonic se inquietó un poco porque tenían la obligación de seguir ocultos, pero alguien debía plantarles cara. ¿Cuál era la mejor forma?

- Esto es algún tipo de prueba. Si salimos todos, o uno de los que ya conocen, Factor Cuatro no aparecerá. Pero si dejamos el furgón sin protección por detrás seguramente aparezcan y se traguen la trampa.

Sonic no entendía mucho de coches, pero aceleró intentando que los lacayos se apartaran de su camino.

- Nereida y yo tenemos que ponerlos delante del furgón con los coches. Rayo, empieza a tumbarlos, ponte también delante del furgón. Los demás tendríais que esperar. Tiene que parecer que Rayo es el único superhéroe aquí.

Esperó estar haciendo lo correcto. Probablemente no conocieran a Rayo y tenía sentido que un velocista apareciera rápidamente. Aparte, estaba seguro de que Rayo no podría contenerse, así que iba a meterse a dar palos sí o sí.

Durante el instante en el que la joven dudó pudo escuchar la voz de Sonic por el auricular, asintió sin darse cuenta que no podía verla y aceleró bruscamente para hacer valer su tapadera -Sólo soy una agente de encubierto que va a hacer su trabajo-.

Intentó no tocar para nada el furgón, si había que rascar algo que fuese al otro vehículo, y se dejó caer hacia abajo en el asiento para ofrecer el mínimo blanco posible. Sólo sus ojos eran visibles desde fuera.

- Imagino que Sonic tiene razón, o eso o alguien más se ha adelantado a Factor Cuatro, de todas formas no hace falta un grupo de superhéroes para encargarse de cuatro matones. Que empiece la fiesta, estos son míos. - Contesto al intercomunicador que llevaba en el oído. Después, con un rápido movimiento me coloco el traje de "trabajo". Entonces, a una velocidad endiablada, salgo de entre el público, cruzo la carretera hasta colocarme detrás de los tres matones que estaban más juntos, pasando junto a ellos como una exhalación y golpeándolos a los tres a gran velocidad. 

Después continúo corriendo a tal velocidad que mi contorno se difumina, atravieso la carretera y alcanzo la otra acera, tratando de colocarme tras las plantas que adornaban la calle para evadir la mirada de los sorprendidos matones, que seguramente no esperasen una acometida tan veloz. 

Tan distante y fría como de costumbre, sin necesidad de llamar la atención entre la multitud, Ikari pudo ver que cuatro individuos se interponían en los planes que habían trazado.

De un lado a otro, mirándolos muy bien, no lograba discernir quiénes eran. 

¿Problemas?, no, solo más leña que hay que cortar - pensó.

Odio hacer esto, pero voy a tener que dejarte fuera de combate durante un tiempo.

Estratégicamente situada y viendo a tan solo uno de las cuatro personas, el que estaba más separado del resto y más cerca de ella, procuró convertir sus pensamientos en hechos y así aturdirle.

María Montoya no podía creerse lo que estaba viendo. Los Next-Gen habían decidido pasar al ataque sin ningún tipo de miramiento. ¿Cómo podía ser posible que en lugar de frenar acelerasen? ¡Aquello podría terminar en una terrible tragedia y dudaba mucho que aquellos niñatos fueran capaces de frenar a tiempo!

La agente de Policía se vio en la obligación de disparar a los coches donde iban Nereida y Sonic, desvelando así su posición. ¡Estais locos! ¡Tenemos que detenerlos, no atropellarlos y matarlos! Dijo después de pegar un par de disparos a las ruedas de los coches haciendo que así frenasen en seco.

Ulrich permaneción quieto a la espera de cualquier tipo de ataque. No podía aún mostrarse, por lo que continuaría escondido a la espera de cualquiera que intentase robar el aparato ficticio que llevaban.

Montoya tuvo que esquivar a los civiles que le rodeaban para desenfundar su pistola y lanzar sendos disparos a ambos coches. Los Next-Gen pretendían atropellar a los secuaces y aquello no iba a ser permitido por la agente. Los dos coches frenaron en seco haciendo que Sonic y Nereida por poco tuvieran un accidente. Pero al menos, María había logrado la muerte de aquellos cuatro individuos.

El pequeño Rayo golpeó a tres secuaces que había allí, parecía que el camuflaje que llevaban había evitado que el cuarto fuera golpeado. A pesar de ello, solo uno de ellos se quedó un poco grogui, los otros dos continuaban en perfectas condiciones.

El cuarto, el que no había llegado a alcanzar Rayo, pareció quedarse sin saber que hacer, como si alguien lo estuviese manipulando.

Y entonces, Pira apareció por sorpresa sobrevolando la zona, y aprovechando que Rayo había frendo en seco, le lanzó un rayo de fuego que lo dejó gravemente herido e inconsciente. El más joven de los Next Gen había caído ante el primer ataque de Factor Cuatro. Nadie había podido hacer nada para evitarlo, y encima, para colmo de todo, no había ni rastro de los tres que quedaban.

Sonic no pudo creer lo que estaba pasando. Rayo había caído contra todo pronóstico en un instante y sin poder tumbar a los lacayos, los cuales parecían muy duros.

- Sólo quería poner los coches delante del furgón y que se apartaran los bandidos. Pero quizás tomé demasiada velocidad.

Se excusó ante Montoya, a la que le había obligado a dispararles pensando que iban a matar a aquellos tipos.

- Si queremos que el plan inicial resulte, tenemos que fingir una retirada y esperar a que abran el furgón. Entonces actuaremos todos.

Rayo había acabado en la otra acera y era difícil llegar hasta él, pero estando caído seguramente dejarían de prestarle atención.

Aquello estaba resultando muy difícil. Sonic se preguntó si lo estaría haciendo bien, pero tenía que tener fé en sí mismo y esperar a que terminara todo para analizar lo sucedido. De momento se bajó del coche y se alejó.

- Megastar, si ese loco de Pira amenaza a Rayo tendrás que atacarle, pero esperemos que lo deje tranquilo.

Jaime había caído al suelo, golpeándose la cabeza. Su angustia por el plan le había pasado factura, y no se había sentado a tiempo. Miró a Ulrich cuando consiguió levantarse, pensando que tendría que controlar a su amigo. Pero no fue así, el grandullón estaba aguantando con panciencia.

¿Qué ha pasado? preguntó, ya que dentro del furgón no podían ver nada. Eso no era una trampa, era parte del ataque de los cuatro fantásticos reaccionó tras pasar todo. Los que os habéis descubierto, huid atacando a Pyra. Con un poco de suerte, os seguirá y podréis detenerla mientras los demás vienen a por el furgón.