Partida Rol por web

Chase no tuvo más remedio que esperar pacientemente junto a su hermana mayor Tesla. El muchacho había acudido vestido con unos pantalones rectos, una camisa a cuadros, y sus gafas de leer puestas, pero todo su esfuerzo en parecer mayor sería en vano. La cercanía a su hermana mayor no hacía mas que remarcar la diferencia de edad entre ambos. Además de un rostro mucho más infantil que Tesla, Chase era mucho más bajito que su hermana. A sus diecinueve años, ella era ya una mujer. A sus quince años, en cambio, Chase no había mas que acabado de entrar en la adolescencia.

Para variar, esta vez había conseguido que Cosmo no le acompañara a la Academia Claremont, lo cual era inusual, porque normalmente no había manera de que el mono se separara de él. Además, debido a la capacidad de Cosmo para teletransportarse, resultaba prácticamente imposible retenerlo por la fuerza.

Sin embargo, Victoria le había entretenido a base de su golosina preferida: Bananas.

De todos modos, tanto Tesla como Chase se sentían más relajados al saber que Cosmo estaba con Victoria, pues si había algún problema, el simio podría ayudarla. Ninguno de ellos se sentía seguro sabiendo que Adam andaba pululando cerca, quién sabe en qué lugar de la ciudad de Freedom City se escondía en estos momentos.

Chase se alejó apenas un par de metros de su hermana para contemplar una vitrina de exposición llena de una serie de medallas y trofeos deportivos juveniles ganados por los jóvenes de la Academia Claremont en diferentes modalidades deportivas:

—Espero que los profesores les controlen para que no hagan trampas con los chicos corrientes.— Su rostro pareció más infantil aún si cabía, al sonreír pícaramente tras sus gafas, y señalar al mismo tiempo con el dedo un trofeo.

Era un segundo premio de una carrera campo a través, y en la superficie dorada de la copa figuraba gravado el nombre de Ray Gardener Junior. —Porque mi amigo Ray tiene super velocidad.—

Dejó de señalar al trofeo de la vitrina, para girarse a mirar a su hermana, antes de transmitirla telepáticamente: —Por suerte, dejé la Academia Claremont, y es el abuelo Alexander el que me educa en el Núcleo, por que si me hubiera quedado aquí, me hubiera sentido tentado de no estudiar nada, y los días de examen leer las respuestas a las preguntas en la mente de los profesores.—

Tesla conocía bien a Chase, y sabía que el muchacho estaba bromeando. Chase nunca sería capaz de hacer algo así. Era demasiado honrado incluso para eso.

Demasiado inocente.

Tesla tomó asiento en uno de los cómodos sofás del hall de la Academia Claremont. Se sentía inquieta por tener que separarse temporalmente de sus hermanos dado el peligro inminente. Era consciente de que ellos sabían defenderse perfectamente, y que “El Núcleo” era el lugar mas seguro donde podían estar, sobre todo teniendo en cuenta sus sofisticadas medidas de seguridad.

Pero el encontrarse separada de ellos le causaba una extraña sensación de incomodidad, como si no estuviese en el lugar en el que debía estar. Lo que seguramente se debiese a las pocas veces que se habían separado en sus vidas, más que a la posibilidad de que Gamma fuera a intentar nada contra las instalaciones del edificio Goodman.

En cualquier caso habían decidido pedir ayuda a la Liga de la Libertad, y su razón le decía que hacían lo correcto. Así que trató de alejar esa inquietud, que la estaba incomodando, respirando profundamente mientras dejaba su mente en blanco.

Cuando ya se empezaba a sentir un poco mejor, Chase, su hermano pequeño, le dijo:

—Espero que los profesores les controlen para que no hagan trampas con los chicos corrientes. Porque mi amigo Ray tiene super velocidad.

A lo que Tesla contestó, con una cálida sonrisa:

—Conociendo lo orgulloso que es tu amigo Ray, sé que no disfrutaría de una victoria obtenida con trampas. Además, es un chico que está bastante en forma para su edad. Ahora que lo pienso—continuó—quizás no te vendría mal a ti también un poco de ejercicio de vez en cuando. En casa tenemos un hermoso gimnasio por el que nunca se te ve. Recuerda: "mens sana in corpore sano".

Tesla sabía que su hermano no le iba a hacer el menor caso. Que lo suyo era ejercitar su mente. Pero como hermana mayor no podía evitar una cierta preocupación acerca de lo poco preparado que estaba para la actividad física. Y dada la vida que llevaban, era necesario estar preparado para cualquier imprevisto. Como recordaba lo estaba su padre, pese a que sus facultades principales también fuesen las mentales.

Tras la comunicación mental de Chase, Tesla le dedicó una pícara sonrisa de complicidad. Y, a continuación, pensó, con la confianza de que su hermano le estaría leyendo la mente: —Pues quizás no te vendría mal estar cerca de tu amigo y otros chicos de tu edad. Sé que te sientes bien en casa, con nosotros, pero estoy segura de te estás perdiendo algunas buenas experiencias al recibir tu formación en casa. Quizás debamos hablarlo y que te lo planteases para el curso que viene.

Tesla sabía que su hermano, Chase, era un chico especial. Pero, para bien o para mal, tenía una edad determinada, y unos pensamientos y sentimientos acordes a dicha edad, pese a su gran madurez. Es por ello, que una academia adaptada a sus necesidades especiales, y en donde ya cuenta con un amigo, quizás fuese el entorno mas adecuado para que se formase, no sólo academicamente, sino también en valores y experiencias.

Pero ya tendrían tiempo de sopesar pausadamente todos estos asuntos, ya que por el momento había uno que les requería toda su atención.

Lemar había escuchado a Tetis y asintió pensativo a sus palabras. Era más seguro si iban todos a ver a Presagio, pero lo mismo entonces le entraba algún tipo de timidez propia de los vigilantes. Sería cuestión de probar, total, lo mismo ya había tenido algún tipo de visión sobre la visita multitudinaria.

Solo que entonces Nancy intervino, sin comentar nada sobre lo de la policía, pero enseñando el ordenador, que mostraba que todo el sistema estaba caído.

- Será mejor que nos pongamos los uniformes, la fiesta puede empezar antes de lo que pensábamos.

Dijo sacando su pañuelo negro y atándolo con tranquilidad. Aquella intrusión al sistema podría indicar que iban a venir más sorpresas a continuación.

Además pasó otra cosa, la aparición de aquellos dos Atom. Parecían muy jóvenes, tanto o más que sus colegas de los Next-Gen. Sonic miró entonces a Ray, pues seguramente sería él quien querría ir a abrirles.

- Ya tenía yo ganas de conocer a esta gente. 

Fran se quedo pensativa, analizando como la derrotaron aquel dia.- Estaban entrenados para tener unas defensas mentales y habilidad marcial muy buenas, aparte solo necesitaban conocer los puntos debiles de mi telekinesis. Quizas contra otros poderes mentales de otro tipo no esten tan preparados.

Fue entonces cuando la señorita Gardener nos mostro la pantalla del ordenador. Aunque no era su especialidad, Fran conocia suficiente sobre ordenadores para saber que estaba pasando. - Ya ha empezado el ataque, Xiao no se limitara a mandar matones. Señorita Gardener, le recomiendo que ponga a sus mejores hackers a trabajar o desconecte la red. Y ponga el complejo en alerta- Añade muy seria mientras se gira a los demas.- Cuanto antes veamos a ese tal Presagio mejor, no pasara mucho antes de que los matones empiezen a actuar. 

Ikari quedó absorta ante el fallo repentino del sistema.

Parece que ellos son más listos o nosotros poco precavidos. 

Un ruido le distrajo de su inmediata intervención. Oyó murmullos, pasos y nuevo olor en el ambiente. Algo había hecho ensombrecer el radiante sol que hasta el momento lucía por las ventanas. ¿Sería un presagio?. Se asomó un instante al hall de entrada. 

¡Vaya!, dos chicos que se adentraban en un lugar como éste decía mucho de ellos. Para bien o para mal, eso pronto lo averiguarían.

Saludó a los recién llegados. Pero, como de costumbre, se quedó mirando atentamente sin dirigir palabra alguna. Miró a Nancy, esperando una nueva explicación.

En ese momento vio que aparecían los dos jóvenes Atom. Sonic había terminado de colocarse la máscara y en esos momentos terminaba de ajustarse la camisa negra con la gran S en el pecho. Aún le faltaba cambiarse de pantalones y usar un calzado más ligero.

Miró a los dos hermanos. Tenía entendido que los Atom eran una especie de genios de la tecnología así que parecían como caídos del cielo dadas las circunstancias.

- Bienvenidos a los dos. Yo soy Sonic, es un placer. Sabéis, habéis llegado justo cuando hemos descubierto que nos han hackeado todo el sistema informático. Me pregunto si vosotros también estaréis teniendo problemas en vuestra base.

Seguramente no, pero era una forma de sacar el tema y ver si alguno de ellos era un experto en el tema de la seguridad informática. Después de decir eso se fijó en las expresiones de sus rostros pues no había notado aún su estado de ánimo. 

Tras una corta espera apareció una chica alta y de aspecto cuidado. Les saludó, a lo que Tesla respondió cortésmente con otro saludo mientras se incorporaba del cómodo sofá. Y se quedaron así, callados, hasta que apareció un hombre cuyo rostro estaba parcialmente oculto tras una máscara.

Éste se presentó con su nombre en clave y les puso en situación sobre su problema.

—Gracias por la bienvenida. Yo soy Tesla Atom y él es mi hermano Chase—dijo mientras señalaba a Chase con un ligero movimiento de cabeza—.Pues, que nosotros sepamos, nuestra base no ha sido hackeada. Pero quizás Chase pueda confirmarlo poniéndose en contacto mentalmente con alguno de nuestros hermanos.

Sobre vuestro problema—continuó—quizás yo pueda hacer algo al respecto, ya que poseo un cierto nivel de conocimientos informáticos. ¿Me podrías indicar dónde se encuentra el terminal mas cercano desde donde pueda acceder al sistema?

Tesla no estaba segura de que pudiera conseguir neutralizar el ataque, pero, al menos, debía intentarlo. Además, ávida de acción, deseaba enfrentarse con el reto que suponía confrontar su inteligencia y conocimientos con los de otro informático capaz de entrar en un sistema tan complejo como debía ser el de la Academia Claremont. Estaba convencida de que, aún en el peor de los casos, algo aprendería. Y eso siempre la emocionaba.

Cuando vi que los hermanos se demoraban en entrar me levanté de la silla y decidí salir a buscarlos junto a Lemar, para que vieran una cara conocida. Podría ser una situación tensa el conocer a un nuevo grupo, así que supuse que al menos tener a alguien conocido allí podría ayudarles a sentirse más relajado. De este modo abandoné la sala vestido de calle, junto a Lemar que llevaba puesto medio uniforme de Sonic. Lo miré enarcando una ceja cuando saludó a Tesla de aquella guisa, ya que no nos habíamos disfrazado cuando conocimos al grupo de Fran, Jaime e Ikari.

- Hola Tesla, hola Chase. Vamos, pasad, os estábamos esperando. Dentro tenemos el portatil de mi... de la señora Gardener - Me corregí a tiempo antes de contestar a los hermanos y después de haberlos saludado. - Este de aquí es Sonic, y la chica silenciosa de allí es Ikari, seguidme y os presentaré al resto. - Añadí, presentando a mis compañeros presentes, y ocultando el nombre de Lemar dado que él mismo había decidido vestirse como su Alter Ego. A continuación me dirigí a la sala donde nos reuníamos, esperando que mis dos amigos me siguieran.

Chase, de unos catorce o quince años, menudo y de apenas metro sesenta y cinco de altura, vestía unos pantalones rectos, una camisa a cuadros, y llevaba puestas unas gafas. 

De maneras muy discreta, Chase había saludado con un gesto de la mano al señor Sonic según su hermana Tesla les presentó a ambos. Luego se giró para mirar con ojos soñadores a la chica algo más mayor que él, que se había asomado tan discretamente un momento antes para saludarlos a él y a su hermana. Era muy alta, de pelo castaño y ojos verdes.

Cuando su hermana Tesla se dirigió a él, Chase no se enteró de la mitad de lo que ella le decía. Tan embelesado estaba en la chica de ojos verdes.

Iba a decirla algo, cuando apareció su amigo Ray. Tan tempestuoso como la tormenta que acompañaba su nombre, que practicamente les arrastró hasta otra estancia, donde esperaban más personas. Chase agachó entonces la cabeza para mirar al suelo un segundo, mientras con el dedo índice sostenía la montura de las gafas en el punto de la unión entre las lentes, como si no se atreviera a mirar a los ojos a la chica que Ray había llamado Ikari. Quizás se ruborizó un momento.

Recordó algo, y entonces levantó la cabeza como si acabaran de picharle con una aguja, para a continuación girarse rápidamente hacia Tesla y mirarla a los ojos.

Con sólo una mirada interrogadora de Chase. Tesla se dio cuenta que su hermano no se había enterado de lo que ella le había pedido. El muy tonto.

Luego se giró de forma tope hacia Ray Gardener: —Ah, si. Hola Ray.— Ray, que conocía bien a su amigo Chase, enseguida se dio cuenta que le pasaba algo al chico. Chase era un chico espabilado, y no solía estar tan empanado.

Fran no pudo evitar mirar con suspicacia y recelo a los dos recien llegados, mientras adoptaba disimuladamente una pose defensiva. Eran un par de crios, pero ella tambien lo era ella cuando habia trabajado para su padre, y dada la situacion no se podia permitir confiarse lo mas minimo. Cualquiera podia podia ser un agente enemigo.

Sin embargo, al ver la actitud relajada y amistosa de Lemar y Ray con ellos, Fran comprendio que eran amigos de ellos, y potenciales aliados. Ademas, a juzgar por la mencion de mensajes mentales era muy probable que no fueran humanos normales.

Mas relajada, Fran dio un paso adelante y saludo con una inclinacion a los dos chicos.- Saludos jovenes, mi nombre es Francesca.

Sólo con escuchar a la chica, Tesla, ya se veía que se le daba bien la tecnología y eso podía venirles bien. La chica había entrado y preguntado enseguida por un terminal, mientras que el otro de menor edad, ni siquiera decía nada, así que parecía que no les traía a la academia un asunto demasiado urgente.

Lemar también había advertido que Ray le miraba como si no entendiera porqué se disfrazaba.

- Vamos chicos. - Dijo entonces con un poco de urgencia. - El sistema ha sido hackeado justo cuando el Capitán Thunder se ha marchado. Es posible que las cámaras no estén funcionando. Quizá las alarmas tampoco están funcionando. Quizá alguien se esté infiltrando en este mismo instante. O lo mismo no, pero tenemos que subir el nivel de alerta. Si se escucha cualquier cosa no dudéis en activar vuestras protecciones.

Se acercó a Tesla y le señaló el portátil que llevaba Nancy en sus manos. - Creo que ese terminal servirá, si Nancy está de acuerdo en que lo uses. Muchas gracias por el ofrecimiento. - Tras decir aquello la imagen del muchacho comenzó a distornionarse, como si la luz resbalara antes de llegar hasta él formando el efecto similar al de alguien que está bajo el agua: había activado su campo de fuerza. Sonic abrió la puerta de la sala y se plantó en medio, echando un vistazo fuera por si había peligro, empezando una especie de guardia, atento a lo que pasaba fuera y dentro. Le habría dicho a Ray que indagara también, pero habían venido sus amigos y tampoco era plan de fastidiarle ya que aún no estaba claro que hubiera peligro.

Jaime asintió a las palabras de Nancy. Algo le había avisado que los poderes mentales eran complejos, y que para saber exáctamente de dónde procedían, había que hacer un estudio antes. Y la mente era uno de los mayores misterios de la humanidad.

Desechó la idea de dejarse estudiar cuando vió que habían entrado en el sistema. Cualquier dato que allí estuviera ya no era seguro, lo que le llevó a preguntar

Nancy, en vuestro sistema, ¿tenéis datos sobre nosotros? Habilidades, poderes... Cualquier cosa Cierto que el padre de Fran podría ser muy poderoso, pero si tenía conocimiento de lo que ellos podían hacer con el más mínimo detalle, partían con una gran desventaja.

Seguía enfrascado en sus pensamientos, cuando dos nuevos jóvenes llegaron. El apellido le sonaba de algo, pero su mente no quería dar pasos a esos recuerdos. Seguía meditando las opciones que tendrían en el combate.

Hola, chicos. Yo soy Jaime la mirada de aquellos jóvenes parecía despreocupada, pero con un cierto toque de seriedad. ¿Les ocurriría algo?

Jaime volvió a preguntar por sus poderes a la vez que matizaba que no solo los metahumanos eran susceptibles de ser pagados por el padre de Fran, ante esas palabras Tetis pensó que eso de no poder confiar en nadie era una verdadera putada pero al menos tenían la información almacenada. Entonces la intervención de la señora Gardener, mostrando la pantalla de su portátil, acabó de fastidiar las cosas.

La rubia se quedó clavada en el sitio, ella no entendía prácticamente nada de ordenadores pero si alguien estaba teniendo acceso a toda la información de la Academia y de la Liga no era indicativo de nada bueno -La seguridad de todos los estudiantes y metahumanos está en peligro- pensó mientras se le aceleraba el pulso -pueden elegir qué poderes les interesan y coaccionar a quien los posea para usarlos- para ella estaba muy claro que ese ataque estaba relacionado con el asunto que los había llevado a aquella sala, aunque en realidad nada lo indicase aparte de las palabras de Fran.

Tan metida estaba en sus cavilaciones que no se dió cuenta de la llegada de los dos jóvenes hasta que Lemar se acercó con la chica hasta donde estaba sentada Nacy con el portátil -Parece que Rayo los conoce, eso solo puede significar que se trata de los Atom- se dijo la joven para situarse justo antes de recomponer su imagen y avanzar para presentarse 'como era debido'.

-Buenos días, -dijo con una sonrisa jovial alargando la mano hacia los dos -soy Tetis, encantada de conoceros aunque las circunstancias no sean las mejores.

Los animos estaban claramente caldeados, y no era para menos dando que estaban accediendo a nuestra red. No sabía cúanto podrían sacar así. Al fin y al cabo nos habían hecho saber que estaba siendo atacada ¿Era para robar información o solo una demostración de fuerza? Por lo que sabía de informática uno no anunciaba en pantalla un ataque a una base de datos, y se requería de un sistema de vigilancia para darse cuenta de ello. Generalmente el que mostraba un aviso era porque podía, estaba indicando su fuerza. Y era de suponer que nuestra red era más o menos segura.

- ¿Qué seguridad tiene nuestra red? ¿No podemos apagar los servidores? Puedo hacerlo de forma manual si es necesario, solo tengo que correr hasta allí. Aunque necesitaría saber dónde están. - Pregunté en voz alta, mirando alternativamente a Tesla y a mi madre.

Estaba tenso y listo para echar a correr, pero todo aquello no hizo que pasase por alto el escueto saludo de mi amigo Chase. Mientras pasaba junto a él para acercarme al ordenador le di un codazo suave. - Eh ¿Qué te pasa? - Le susurré al oido.

Chase se sonrojó ante la pregunta de Gardener, y se giró de nuevo para mirar tímidamente a Ikari. Entonces el hijo del Capitán Thunder se sobresaltó un poco al oír mentalmente la voz de su amigo Chase en su cabeza. No era la primera vez que Chase hacia eso, pero siempre resultaba una sensación algo extraña:

—¿Quién es esa chica? No estaba aquí estudiando durante la corta temporada que estuve estudiando en la Academia Claremont antes de que yo dejara de venir para volver a las clases privadas de mi abuelo en El Núcleo.—

Chase apartó rápidamente la mirada de la chica, temeroso de que ella le descubriera escrutándola, para volver a mirar a su amigo Ray.

Chase se sonrojó ante la pregunta de Gardener, y se giró de nuevo para mirar tímidamente a Ikari. Entonces el hijo del Capitán Thunder pareció sobresaltarse un poco.

Sólo fue un segundo. Chase apartó rápidamente la mirada de la chica, temeroso de que ella le descubriera escrutándola, para volver a mirar a su amigo Ray.

Tenía aún el rostro colorado cuando carraspeó para dirigirse a todos los presentes: —Muchas gracias por su bienvenida a todos. —Sonaba demasiado formal para ser alguien tan joven. —No se preocupen por nada. Mi hermana se ocupará del problema. —Hablaba de ella con tanta confianza. Como si su hermana mayor Tesla fuera la salvadora del mundo. Quizás en cierto modo, desde el punto de vista del pequeño mundo del muchacho, así lo fuera.

Volvió a hablar como si de un pequeño caballerito se tratase: —En realidad habíamos venido para pedir vuestra ayuda en otra cuestión, pero como parece que en este momento está en peligro la seguridad de todos los miembros de la Academia, creo que los Atom podemos apartar nuestro tema temporálmente hasta que todo este asunto del ataque informático se haya solucionado.—

Luego, volviendo a un tono más propio de su edad soltó con asombro, dirigiéndose al enmascarado de color. —¡Vaya, tioooo! ¡Pero si tú eres Sonic, el justiciero de Lincoln!—

Y el cabeza de chorlito parecía haberse olvidado de lo que su hermana le había pedido antes. En ciertos aspectos, y por mucho que quisiera disimularlo, seguía siendo un niño.

—Hola Raymond. Sí, Sonic ya se había presentado a si mismo y a Ikari—dijo Tesla cuando éste la saludo.—veamos ese portátil. Te seguimos.

Cuando entraron a una gran sala de reuniones, fueron presentándose nuevos integrantes del grupo a los que Tesla saludaba con un gesto afable y desenfadado. Eran momentos tensos, tanto por lo que ellos habían venido a solicitar, como por las circunstancias en las que se encontraba la red informática de la Academia. Pero Tesla, pese a su juventud, quiso transmitir una sensación de serenidad y profesionalidad ante los que podrían ser sus futuros aliados y compañeros.

Tras la invitación de Sonic, Tesla tomó el portátil de Nancy, se sentó y empezó a teclear de forma mecánica tratando de sortear las barreras que pudiera haber puesto el hacker. Para, de ese modo, tratar de recuperar el control del sistema, expulsar al intruso y crear nuevas barreras mas seguras que le impidiesen regresar.

Mientras trataba de hacer todo esto, pudo escuchar una salida de tono de su hermano, Chase, que le pareció demasiado inmadura para la situación y lugar en el que se encontraban. Por lo que, sin apartar la vista del portátil, se comunicó con él mentalmente, evitando dejarlo en evidencia ante los demás, y le dijo con tono fraternal y comprensivo:

—Chase, trata de comportarte. Mostrar tu admiración de manera tan efusiva puede que haga que alguien se sienta incómodo. Recuerda que todavía somos desconocidos para ellos, salvo para Raymond, y que estamos en una misión importante en representación de toda nuestra familia.

Además, si no recuerdo mal—continuó—te había pedido que te pusieses en contacto para averiguar si todo anda bien por casa.

Ikari no estaba acostumbrada a tanta gente y eso se notaba, Su lugar de procedencia era más bien desértico, pocas personas coincidían en un solo instante, tal vez en alguna celebración o partida de caza. Además, si fuese ese el caso, ella los veía de lejos. Se sentía algo incómoda en estas situaciones y por ello procuró no intervenir con frecuencia.

Estaba atenta ante el manejo, aparentemente importante, de la nueva compañera. Tenían que tratar de solucionar el nuevo problema que les acontecía. Ella esperó pacientemente unos instantes más.

Gardener se puso nerviosa tras las palabras de Francesca, no disponía de ningún miembro de la Liga de la Libertad con conocimientos suficientes sobre ordenadores para apaliar el ataque informático que estaban sufriendo. Y en caso de que alguno supiera, se había marchado lejos de allí. Se puso en pie por si tuviera que apagar toda la red informática, si apagaba la conexión a internet, ya no tendrían forma de acceder a su base de datos, a menos que ya los hubieran obtenido todos.

Ante la pregunta de Jaime, la mujer agachó su rostro. Me temo que sí, las fichas que rellenasteis al llegar, e incluso los datos que hemos ido tomando durante estos meses están en la base de datos. Está bien protegida y encriptada, por eso me sorprende que la red informática haya caído de esta forma. Dijo molesta ante semejante metedura de pata. Ahora todos estaban en peligro, hasta los Atom estaban en su base de datos... Podría investigar que criminal nos está haciendo esto, pero... era evidente que sin base de datos, era imposible poder investigar quién era el causante de semejante ataque electrónico.

Tras aquellas últimas palabras, Nancy se levantó y apagó toda la red informática. Si aún no habían entrado, sería mejor no darles más facilidades. Pues a pesar de los múltiples intentos de Tess, no había logrado hacer nada por evitar el ataque. No era una experta en ordenadores, al menos no tanto como el que había logrado entrar.

Y luego estaban los Atom, que también venían con un grave problema, y que todavía no habían planteado a sus compañeros. La verdadera razón por la que se encontraban allí.