Partida Rol por web

Sin hacer ningun ruido el sherif se posa jnto al hombre sin que este sea notado, solo la mirada de Robert al seguir al cainita es muestra de la prsencia de este.

Al tiempo, el acompañante de la sngre azul sigue la mirada de Robert unos segundos, sin percibir nada.

Lentamente arqueo una ceja mirándolo de arriba a abajo. Manteniendo el rostro inexpresivo.

“Se suponía que una mujer debía estar en este lugar...esto es cada vez mas extraño”

Sonriendole levemente para mantener mi apariencia tranquila miro al hombre frente a mi.

-Buenas noches Sr... ¿Es esta su residencia?...-

Le hablo con voz tranquila y suave. Mientras aguardo.

No señorita yo soy el portero pero dígame que os desea de esta familia. El portero pregunta a La señorita

Vuelvo a mirar al hombre levantando nuevamente la ceja.

“Muy bien vestido para ser un portero...además, la puerta estaba abierta y me recibió antes de golpear...”

-Estoy buscando a Lady Lucile...¿Ella se encuentra?-

Apoyo lentamente la mano en mi cadera, mirándolo fijamente. Comenzando a molestarme por haber aceptado.

 Lady Lucile se encuentra en este momento ocupada, si queréis  podéis pasar y esperarle no creo que mi señora se demore mucho.

Por cierto Lady, mi trabajo es saber quien llega y quien sale de esta casa, por tal razón tengo que saber quienes se acercan a esta casa por seguridad y cordialidad. Si os molesta mi vestimenta no es menor considerando a quien le trabajo, lo menos que puedo hacer es vestir como se debe nada menos y nada más.  Una cosa mas tendrán que dejarme todas sus pertenencia peligrosas tanto armas o cualquier otro objeto que produzca daño, este es un requisito indispensable para que os reciba mi señora espero que no os incomode y que lo podáis entender, todo sea por su seguridad y la de mi Lady, pero no  os preocupaos se les serán devueltas a la salida. Después El portero da una sonrisa cordial.

Lentamente me abro el abrigo para mostrarle solo el vestido pegado al cuerpo. Probándole que no tengo arma alguna.

-Mi nombre es Katarina Nova...Pero puede llamarme Kat... Vengo de parte de Esmeralda...ella sabe quien es...Y el es Arnold, mi querido sirviente y guardaespaldas, el tampoco viene armado...-

Me sonrío tranquilamente apoyando las manos en la cintura, manteniendo el abrigo abierto.

-¿Necesita saber algo mas acerca de nosotros? Sr...Creo que no se ha presentado...-

Con calma me cruzo de brazos, levantando el izquierdo para jugar con unos mechones de cabello mientras aguardo.

Si no os molesta revisare a tu sirviente, para verificar que no lleva nada.

Extiendo la mano hacia Arnold.

-Arnold Cielo...dejalo que te revise, para que acabe de confiar en lo que le digo...-

Le hablo de manera tranquila, manteniendo la sonrisa fría en el rostro.

Robert se acerca y revisa a Arnold

Dando un paso adelante, el hombre de casi 2 metros mira al portero mientras extiende los brazos.

- Por supuesto, no tengo nada que esconder.

Me sonrío satisfactoriamente al oír eso, mientras miro fijamente al portero. Sigo jugando con mi cabello mientras aguardo.

“Muy bien Arnold, eres un chico obediente y cauto...cada vez estoy mas de acuerdo que eres un excelente guardián...”

- Dejemonos de rodeos de una vez. - una ronca voz se escucha desde el flanco de Arnold.

- ¿Porque te envio Esmeralda en su lugar?, por tu comportamiento intuyo que no tienen idea de que pasa.

Una figura aparece e la nada mientras Arnold queda estupefacto. Una cara, o lo que queda de ella se materializa junto a la pareja, las ropas mas practicas que elegantes estan conformadas por una camisa blanca con una gran mancha carmesi y unos vaqueros.

Al costado del personaje, una enorme mano descansa en la empuñadura de una imponente espada ancha, mientras habla a travez de lo que quedan de unos labios.

- Tu debes ser Katarina, espero que me recuerdes.

Miro de reojo, imaginándome quien es, hago una leve inclinación de cabeza.

-Esme esta algo ocupada, así que como su hija me envió para reemplazarla. Me dijo que se estaba necesitando algo de ayuda, pero en efecto no me ha contado nada de lo que ocurre. Simplemente le encargo a Arnold aquí presente...- Digo señalándolo – Que me trajera aquí y hablara con Lady Lucile...-

Me pongo de perfil y me acerco a Arnold para quedarme cerca de el. Mientras observo a quien me hablo.

Observo al sheriff y le hago otra leve reverencia.

-Sheriff...lo recuerdo. No hemos tenido muchas oportunidades de charlas pero se quien es...-

Me pongo delante de Arnold. A pesar de ser mas grande y mas alto sigue siendo un “protegido” para ella.

-Así es...Soy Katarina....-

Al ver como Katarina se interpone entre el vastago y el, Arnold se relaja un poco, pero sigue sin poder quitar la mirada del sheriff.

- La señora Esmeralda nos envia, que..que.. queria que ayudaramos en algo a Lucile..

- Quien pido ayuda fui yo, ahora vuelvan al auto, necesitamos quien nos lleve y rapido.

Ulrich hace una seña con la mano hacia Volgo pidiendole que salga, mietras que desenfunda la espada con la otra.

- Robert, Katarina y tu grandote, al auto. Intentare reconocer la zona, esperen al otro.

Mientras el sheriff camina tranquilamente de vuelta a la casa, este desaparece.

Ya era hora de movernos me exasperaba tanta inactividad, señorita usted antes que yo, El portero le señala con la palma de la mano el auto.

Lo miro unos momentos, levantando una ceja. Inexpresiva ahora, y con un leve dejo de molestia.

“Se nota que los modales faltan en todos lados ahora...”

-Arnold...preferiría que vuelvas... Tu estarás mas vulnerable entre nosotros y no tengo ganas de conseguirme otro Guardián... tu eres el único capaz para ese puesto...-

Le digo caminando hacia el vehículo y deteniéndome en la puerta.

-Si quieres venir no voy a prohibírtelo...pero sabes a que te enfrentas...-

Le digo sonriendole levemente y mirando a mis compañeros fugazmente.

¿Disculpe señorita se refiere a mi?, el portero le pregunta a la chica.