Partida Rol por web

Notas de juego

-… esto indicaría que Rossie Campbell ya habría pedido el divorcio por violencia familiar, y si nos ponemos a contar, este es el tercer divorcio de Jason Earegtti, conocido por sus ataques de ira frente a las cámaras…-

-Bueno, muchas gracias, Albert… No se vayan que enseguida comienza “Por el Millón” ¡Hasta mañana!-

Albert Tydus esperó forzando su sonrisa hasta que las luces y las cámaras se apagaron. Se aflojó en el sillón donde estaba sentado y se sostenía la cabeza con su mano… Refunfuñaba mucho, para que el conductor del programa donde estaba, se acercara a preguntarle:

-Albert… ¿Estás Bien?... Qué… ¿Qué te pasa?- le palmea la espalda y se pone en cuclillas para estar a la altura de su cabeza –¿Siguen esos tipos con las amenazas? Hazme caso y llevemos todo esto a la justicia… No puede ser que porque hallamos conseguido esas fotos…-

-¡Pero no! ¿No ves que nos contra demandarían por violación a la propiedad privada y por extorsión? Aunque pensándolo bien, no se quién saldría ganando en esto…-

-Yo tampoco sé que puede pasar, pero al menos hasta el momento no he recibido cartas con dedos mutilados…-

-Vamos, arriba esos animos… ¿Tomamos un café aquí a la vuelta? Luego iremos a realizar la denuncia correspondiente…-

-Vale, pero que no tome mucho tiempo…-

“Albert Tydus nació en el año 1958, en la capital inglesa, siendo el único hijo de Martha y Frank Tydus. Su madre fue quien se dedicó a criarlo mientras su padre trabajaba en los ferrocarriles durante todo el día. Vivían cómodamente y sin mayores dificultades, creciendo con las historias que su padre le contaba sobre la época de la Segunda Guerra Mundial. El Pequeño Albert tenía dificultades en la escuela, hasta que un día descubrió su vocación por contar y retratar momentos de las otras personas, como visitas importantes e incluso el casamiento de algunos familiares.

Pasó cerca de una decada y media, cuando el joven Albert decidió estudiar periodismo en la Universidad de Londres, aunque esos 5 años de estudios no lo catapultaran hasta algún diario importante de la ciudad. Es por eso que, con otros compañeros de la universidad, decidieron comenzar un emprendimiento independiente para ganar algo de dinero para substistir.

Comenzó su carrera como reportero en esta gacetilla independiente en la ciudad de Londres, hasta que las cosas se complicaron por problemas de reparto de dinero y decidió probar suerte en Francia. Allí comenzó a golpear puertas de editoriales, hasta que una revista de paparazzis lo contrata como fotógrafo. En sus comienzos no tiene mucho éxito ya que las notas las redactaba otro periodista, hasta que esto amenaza su puesto de trabajo. Albert reacciona a tiempo, y escribe un borrador con respecto a unas fotos que había tomado. Inmediatamente conserva su trabajo y es ascendido, cada año, a un puesto mejor, hasta llegar a ser co-conductor del programa de la compañía.

 Durante su carrera como redactor, conoce a una maquilladora, que terminó por ser su esposa, Johanne Letrié, y con la cual tuvieron dos hijos: Sean y Marianne, de 6 y 2 años.

 Lo que comenzó siendo un programa de reportajes y espectáculos, se malformó en un formato donde el caos y el perjudicar al otro se volvieron moneda corriente. Poco a poco, los productores y los mismos periodistas se manejaban en negocios de extorsión y trafico de imágenes y videos para perjudicar a ciertas personas.”

“ En las últimas semanas, Albert y su equipo habían logrado conseguir, mediante el hackeo de una Pc, imágenes de una orgía-ritual-satánica cuyos miembros eran personas reconocidas del ambiente del espectáculo. El equipo lo tomó como una excusa para que las celebrities  se divirtiesen. Publicaron fragmentos de fotos en la televisión y una nota al respecto en la revista.

 En menos de 3 horas desde que se enviaron a publicar la tanda de ejemplares, Albert comienza a recibir amenazas, con trozos de papel, diciendo “Pagarás por delatarnos”.

Estos mensajes se repetían por cada día que siguieron hablando del tema, y de las repercusiones, con los hombres y mujeres retratados en las imágenes. Albert decidió no seguirles el juego, y continuar con la investigación, ya que las amenazas jamás se cumplían.

 A medida que se adentraban en explorar mirar los detalles fotograficos, notaban manchas de sangre en rincones de las paredes, personas relacionadas con negocios turbios y hasta rostros conocidos, de empresarios asesinados hacia algunos meses.

 Ese día, Albert prefirió no hablar nada del tema en el programa, pero ahora que su compañero lo animaba a presentar la denuncia, pensaba contárselo.”

Se encuentran con el guardia de la seguridad del local, quien iba en busca de repuestos para las cámaras de vigilancia, cuyas conexiones se habían zafado desde dentro de las paredes.

Extrañado por el asunto, Basile, el conductor, decide acompañarlo mientras Albert se queda esperando en la vereda del estudio.

Saca un cigarillo, pero no puede conseguir que la llama salga del encendedor que acababa de comprar. Se da la vuelta para ingresar al estudio, pero una figura grande y oscura lo detiene. Choca y se vuelve hacia atrás, espantado. Alguien lo espera del otro lado, y lo amarra fuerte.

El primer sujeto enorme se acerca y dice:

-Te hemos dicho que nos delataste… La amenaza no fue suficiente para ti…- le tapa la boca a Albert, para evitar que grite. –Ahora, por dar a conocer la verdadera naturaleza de nuestros miembros primerizos… Te haremos sufrir como nunca nadie lo ha hecho…-

-No te mataremos, querido Tydus- dice el ser que lo sostiene por detrás –Sino algo peor… Te daremos una vida de tormentos… y eterna…-

Acto seguidido, el vampiro que habló primero se abalanza sobre Albert, que pese a gritar horrorizado, no emite ningun sonido. Muerde sobre el cuello del humano, que siente como la vida se le va apagando, las  fuerzas menguan y los parpados le pesan.

Cuando recobra la conciencia, se ve a si mismo cubierto de sangre, y con un sabor extraño en la boca, que lo hacen sentir vivo nuevamente.

Allí, bajo sus rodillas, yace el cuerpo de Basile y el guardia de seguridad, completamente desgarrados, y con mordidas en todo el cuerpo, bañados en su propia sangre. En ese momento, Albert se dio cuenta lo que los extraños le habían hecho: lo convirtieron en un no-muerto. Un Vampiro.

¿Como viviría, ahora que ha asesinado a dos personas y lo volverá a hacer para sobrevivir…? ¿Y su familia? ¿Qué pasará con ellos? No se podrá acercar para no lastimarlos, pero tampoco quiere abandonarlos… 

Notas de juego

Se encuentran con el guardia de la seguridad del local, quien iba en busca de repuestos para las cámaras de vigilancia, cuyas conexiones se habían zafado desde dentro de las paredes.

Extrañado por el asunto, Basile, el conductor, decide acompañarlo mientras Albert se queda esperando en la vereda del estudio.

Saca un cigarillo, pero no puede conseguir que la llama salga del encendedor que acababa de comprar. Se da la vuelta para ingresar al estudio, pero una figura grande y oscura lo detiene. Choca y se vuelve hacia atrás, espantado. Alguien lo espera del otro lado, y lo amarra fuerte.

El primer sujeto enorme se acerca y dice:

-Te hemos dicho que nos delataste… La amenaza no fue suficiente para ti…- le tapa la boca a Albert, para evitar que grite. –Ahora, por dar a conocer la verdadera naturaleza de nuestros miembros primerizos… Te haremos sufrir como nunca nadie lo ha hecho…-

-No te mataremos, querido Tydus- dice el ser que lo sostiene por detrás –Sino algo peor… Te daremos una vida de tormentos… y eterna…-

Acto seguidido, el vampiro que habló primero se abalanza sobre Albert, que pese a gritar horrorizado, no emite ningun sonido. Muerde sobre el cuello del humano, que siente como la vida se le va apagando, las  fuerzas menguan y los parpados le pesan.

Cuando recobra la conciencia, se ve a si mismo cubierto de sangre, y con un sabor extraño en la boca, que lo hacen sentir vivo nuevamente.

Allí, bajo sus rodillas, yace el cuerpo de Basile y el guardia de seguridad, completamente desgarrados, y con mordidas en todo el cuerpo, bañados en su propia sangre. La calle estaba desierta, silenciosa como nunca le había parecido. Si la policía llegaba, sin duda lo culparían de los asesinatos… ¿Pero, quién se haría cargo de lo que le hicieron a él?

Empieza a oir pasos acelerados hacia donde está. Mira de un lado a otro, pero no ve a nadie. Sus pasos se oyen cada vez mas fuertes y cerca, pero todavía no distingue a nadie.

Dándole un gran susto, una mano se aferra a su hombro y le dice suavemente:

-Acompañame… Te diré que fue lo que pasó…-

El hombre arrastró con fuerza descomunal al confundido y aterrado Albert al pasillo oscuro, donde iba a parar la basura del estudio de tv.

- Mira, parece que has metido las narices en algún asunto de los sabbath ¿sabías eso?- la persona parecía un viejo ermitaño, envuelto entre ropas ajetreadas y una bufanda que le cubría casi todo el rostro, a excepción de sus pequeños ojos rojos. El recién no-muerto quedó en silencio.

- ¡Qué va! Seguro te lo debiste haber ganado… Esos malditos lo han hecho para que te cacen los demás vampiros, seguro…- olfatea un poco el lugar y continua – Haremos una cosa… Te llevaré con los demás, para que te unas a nosotros, los errantes, y evitar que los grandes clanes de la Camarilla te den muerte dentro de unas horas. Siempre podemos explicarle los motivos por los cuales te “abrazaron”, ¿eh?-

Albert seguía mudo, incapaz de responder a las extrañas palabras que mencionaba el anciano.

-No te gusta hablar… Ya veo… Al menos no me interrumpes…- dice riendo por debajo de su abrigo, el viejo, mientras le señala unas escaleras que suben a una azotea.

-Ven por aquí, te llevaré con los demás y te daremos algo con lo cual nutrirte…-

El viejo lleva de excursión a Tydus entre tejados, escaleras y pasillos escondidos entre los edificios mas viejos de la ciudad. Hasta que llegan por fin a una pequeña y vieja sala de cine abandonada. El vagabundo hace meter a Albert por una abertura cubierta por un cartel de películas, mientras el también se zambulle.

Allí, alrededor del centro de la sala, desprovista de asientos, varios vagabundos se ponen en guardia, gesticulando sonidos animales. El viejo que acompañaba al periodista responde de igual manera, y los demás se calman. Se saca la bufanda, y Albert se horroriza: El viejo, a pesar de tener ojos pequeños y rojizos, tiene una nariz pronunciada cuyas fosas nasales se unen con sus labios superiores, poblados, a su vez, de mucha barba corta y albina.

El viejo no se alarma, y continua riendo –Se ve que es la primera vez que entras en contacto con un gangrel… JeJeJe…-

¿Como viviría, ahora que ha asesinado a dos personas y lo volverá a hacer para sobrevivir…? ¿Y su familia? ¿Qué pasará con ellos? No se podrá acercar para no lastimarlos, pero tampoco quiere abandonarlos… 

RESUMEN:

A partir de aquí, Albert conoce lo que es un gangrel, y éste viejo, de nombre Horace, lo toma como protegido para que los miembros de la camarilla no lo ataquen. Los demás miembros que vivían con Horace lo dejan mientras buscan un nuevo refugio, mientras él cuida de Albert mientras se encuentra desmayado.

Pasa una semana exactamente desde el abrazo del sabbat, cuando el viejo gangrel lleva a pasear a Albert, por la ciudad, de noche. Allí le cuenta algunos secretos de su tribu para mantenerse vivo en la ciudad parisina, y es cuando el reportero pregunta a Horace si puede ver a su familia. Éste accede, pero primero, hurta un periódico de un puesto y le señala la portada, donde se ve que existe un misterio alrededor suyo y del guardia y conductor asesinados. Según reza el titular, la policía local está investigando su paradero y a las personas captadas en las imágenes que se vieron expuestas.

Con Horace, llegan a pocas cuadras de su casa, trepan tejados en silencio, hasta que Albert puede ver por unos minutos a su familia sentada, frente al fuego de la hoguera. El Gangrel, que conoce muy bien los instintos vampirezcos, le pide que se aleje, ya que él mismo hace un gran sacrificio para no avalanzarse contra la familia de la casa. Es entonces cuando ponen a prueba un plan que le permite estar en contacto con su familia sin acercarse demasiado y herirlos, debido a la marca de La Bestia que lleva dentro. El viejo vagabundo consigue un telefono celular y simula ser un secuestrador, e inmediatamente, pone al telefono a Albert unos pocos segundos. Advierte a la mujer que él estará bien siempre y cuando no avise a la policía, y que seguirá recibiendo esas llamadas esporádiscas cuanto tiempo se necesite.

Ya ha pasado casi un mes desde que Albert Tydus se volvió vampiro. Se ha acostumbrado a vivir mudandose por rincones oscuros (y antes peligrosos) de París, mientras caza alguno que otro animal callejero, o almas perdidas en la droga, las cual, tras preguntarle si desea terminar con su vida, los mata. Todavía se lo ve, con mirada triste, por zonas poco iluminadas junto a un viejo vagabundo, envuelto en harapos, mientras el todavía conserva parte de lo que fue su traje de co-conductor.

Notas de juego

Creo que ahi está todo lo de la ficha, si fata algo, no dudes en decirme, que probablemente hoy me encuentre mas seguido.

Notas de juego

Master, estoy teniendo algunos problemas de salud y de ánimo últimamente, y además me voy este fin de semana de viaje. El lunes procuraré estar de vuelta con las pilas cargadas, pero por ahora estoy tomandome un pequeño descanso rolero... Y he pausado mi partida y además bajado mi ritmo de posteo, para que no te pienses que es tu partida, soy yo XD

Si tienes que pnjotizarme necesariamente, o hacer un salto para meterme en conjunción con los acontecimientos, lo entenderé.

Notas de juego

Y quien no felicite se convierte en la cena!