Partida Rol por web

Anankaia y Felicia se teletransportan al puerto de la ciudad. Cerca de donde está marcado el sello al que deben enfrentarse. No ven a nadie a su alrededor y sólo se escucha el ruido del viento y del mar golpeando contra el puerto. Algún chillido de gaviota que regresa a tierra, presagio de tormenta.

Anankaia apareció como había desaparecido, con una sonrisa en la boca. En cuanto se materializaron en el puerto le quitó la mano del hombro a su compañera y la depositó en sus caderas, adoptando una característica posición de brazos en jarras.

-Esta zona siempre me gustó, las vistas son geniales, espero que no halla muchos daños. En fin, veamos qué tenemos aquí...

Notas algo extraño en la superficie del agua. El viento provoca que las olas vayan de derecha a izquierda pero acabas de ver un par de ellas que van de izquierda a derecha, van en contra de la corriente y eso sólo puede significar que hay algo en el agua...

-Felicia, atención al agua -susurró Anankaia mientras comenzaba a reunir su poder en alguna tarea "mística". Al parecer se estaba dedicando a tejer alguna cosa con hilos metálicos y pesos, pero era todo un batiburrillo un tanto confuso de ver mientras se formaba- Cuando acabe tira esto al agua... -añadió sin mirar a su compañera, concentrada como estaba en su tarea.

Tras terminar la red Felicia la lanza al agua esperando "pescar" algo. La red parece haber tocado algo porque el agua se mueve con fuerza como si algo se moviera dentro del agua...

- ¿Qué planeas hacer con la red? - pregunta Felicia.

-He notado que había algo en el agua, y dado que no he visto boya alguna, deduje que se trataba de nuestro adversario. Yo de ti agarraría ese cabo con fuerza, de aquí a nada podríamos tener un bicho enredado bien grandote y cabreado al que hacer frente... -dijo Anankaia, haciendo un comentario más que una advertencia de sus frases.

La hérculea Felicia atrapa el cabo y en ese momento las aguas se agitan y se muestra vuestro adversario...

Su tamaño es inmenso, más de cincuenta metros de altura con aspecto antropomorfo ya que posee cabeza, extremidades superiores y tronco. Parece poseer cola pero no podéis verla ya que su tamaño lo tapa...sin duda es un auténtico Titán de la antigua Grecia...

Os mira con sus múltiples ojos blancos y abre la boca enseñándoos sus numerosos y afilados dientes...

Es una lástima que no sea un animal acuático, porque podría haber sido hasta divertido imaginarse qué podría hacer semejante Leviatán en el Tibet. O "nadando" en la reentrada a la atmósfera. Pero los juegos mentales no son lo más apropiado cuando lo que tiene una ante sí es de semejante tamaño y poder de destrucción potencial. Tras las heroínas se alza la ciudad y sus millones de habitantes. Algo así no se puede dejar suelto.

Anakaia concentró su poder, incluso prescindiendo de una parte del control sobre su propio movimiento, y procedió a volcarlo sobre el titán, mirando fíjamente a sus moléculas, a sus átomos, proyectándolos de un lado a otro, creando una reacción en cadena de gran magnitud que, si todo iba bien, desembocaría en una verdadera implosión. Nunca lo había intentado con algo tan grande, no las tenía todas consigo, pero había que intentarlo. Ni siquiera lanzó una de sus agudas frases, estaba demasiado ocupada.

La criatura no parece inmutarse con el ataque de Anankaia. Su dureza parece muy grande...levanta su brazo y se prepara para golpear la zona. Su brazo y mano son inmensos y será difícil esquivar tremendo ataque.

 - ¡¡¡¡¡¡ROOOOARRRRGHHHHH!!!!!! - gruñe la bestia mientras golpea

Esa cosa era muy, muy grande y muy, muy dura, pero también estúpida y lenta. Cuando decidió atacarla Anankaia pareció ver el intento a cámara lenta y simplemente derivó con suavidad hacia un lado. Su campo de fuerzo hizo que ni notara la brisa ocasionada por el brusco movimiento de la criatura para atacarla.

Y ahora, vuelta a empezar.

Otra vez el Levistán parece resistir el ataque aunque has notado que le ha costado un poco más resistirse a tu poder de desintegrar. Puede que tu primer ataque le haya hecho gastar demasiada energía. 

Retrocede unas decenas de metros mientras por la boca lanza un chorro de agua con mucha fuerza que tu compañera no logra esquivar y tú tendrás que esforzarte al máximo para que no te alcance. 

-¿¡Pero qué...!? -dijo Anankaia antes de ser impactado por el chorro de agua a presión. No pudo decir más, porque la fuerza del impacto la dejó aturdida, a pesar de su campo de fuerza y capacidad sobrehumana de movimiento en el aire. Cuando volviera a levantarse, en algunos segundos, a parte de un dolor considerable, se alegraría de que la zona no tuviera nadie para mirar, pues su ropa, ya de por sí bastante ceñida, no había quedado exactamente como se esperaba para una emisión para todos los públicos...

El chorro de agua aunque no es un ataque demasiado fuerte logra derribar a Anankaia y trasladarla como si fuera una tabla a la deriva durante unas decenas de metros. Termina parando tras golpearse con una farola que se derrumba tras el impacto con la heroína.

Felicia ha desaparecido totalmente de tu vista. Ha sido arrastrada por las aguas y no logras divisarla. Puede que haya sido arrastrada al mar o que esté sepultada bajo la carretera ya que el chorro ha abierto varias grietas en el piso del puerto.

Notas que el agua es algo más densa de lo que debería ser, la sensación no es agradable pero sobre todo te causa temor por si no fuera agua normal...¿qué podrá ser?

-Vale, he perdido a mi compañera de vista y estoy luchando con un monstruo gigante al que no consigo ver. Está claro que tengo que cambiar el enfoque...

Dicho y hecho, Anankaia desapareció de entre los restos retorcidos de la farola y volvió a aparecer un instante después a unos 100m por encima del lugar, sobrevolándolo y comenzando a buscar con su impresionante mirada de capacidades atómicas al monstruo y a su compañera.

No logras ver a Felicia por ninguna parte, y por desgracia no puedes ver a través del ser al que te enfrentas. Es posible que se deba a que posee cierta protección mágica o que tus poderes estén fallando. No puedes saberlo con exactitud.

El ser parece buscarte por la zona sin encontrarte, viendo que no estás empieza a moverse hacia el muelle. Parece que quiere entrar en plan godzilla y destrozar todo cuanto se ponga en su camino. Y viendo su pegada no crees que le sea demasiado difícil.

Oh, no, no, nonono... Si llega al puerto va a ser un desastre. No veo a Felicia por ninguna parte, ¿la habrá engullido? Demonios, qué mal van las cosas. Pues no estoy dispuesta a dejar que empeoren. Bicho, vas a escupir a mi amiga o lo vas a pasar mal, muy pero que muy mal.

Anankaia sobrevoló al monstruo, manteniendo su velocidad y distancia hasta que decidió que era el momento de actuar, entonces se plantó en el aire, levitando y se concentró en el interior de aquel ser. Si podía verlo podía afectarlo, y si podía afectarlo sus átomos harían lo que a la voluptuosa heroína le viniera en gana, lo que en estos momentos venía a ser agitarse muy incómodamente en su interior. Era como darle puñetazos gigantes, pero sin tocarle la piel.

Los golpes no parecen afectarle lo más mínimo. Lo golpeas una y otra vez y se muestra impasible, es como si su cuerpo fuera capaz de aguantar todo los golpes...como si golpearas una y otra vez una ola. El agua no se puede destruir a golpes...

En ese mismo instante...

 Todas las televisiones nacionales y muchas internacionales empiezan a emitir en directo desde la Isla de la Libertad. Muchos periodistas están en buques o helicópteros a pesar de que es un área restringida al vuelo. Helicópteros de la policía y de la Guardia Nacional intentan expulsarlos aunque sin demasiado éxito.

En el agua ocurre lo mismo, las patrulleras abordan un par de barcos y detienen a todo el personal de a bordo pero son demasiadas para que puedan detener a todas las personas y siguen emitiendo.

En lo alto de la Estatua de la Libertad espera pacientemente un individuo. Viste una especie de capucha negra y nadie puede ver su rostro. La liga de la Libertad se aproxima para combatirlo...en breve empezará el combate.