Partida Rol por web

Vuelas a la mansión de Daniel Adams y tras acceder a su interior dejas a Nímede en una habitación. Está inconsciente y algo febril pero no parece revestir gravedad.

Bajas a ver si te informan de algo más y ves en la sala a Zweig y a Adams que tiene la mano en la cara como pareciendo no da crédito a lo que está viendo.

En la televisión aparece una imagen de Anankaia lanzando un ser inmenso hacia el Villano y destruyendo de paso la cabeza de la estatua de la Libertad....

- Espero que no le pasen la factura... - musito apartando la mirada brevemente, entre avergonzado y sorprendido por aquello - Desde luego, de esto se hablará mucho tiempo. - sonrío y asiento con la cabeza a modo de saludo a la joven que acaba de llegar, volviendo a mirar el televisor después.

Estoy un poco cansada, no mucho, pero al menos estoy mejor que la chica.

ME quedo con la boca abierta y carraspeo. Ya veo que esto va viento en popa, nosotras hemos tenido una pequeña sorpresa en forma de enanos de color verde con mala baba. Devuelvo el saludo con una sonrisa, busco un sitio donde sentarme y miro la television.

Creo que ahi van a necesitar bastante ayuda y la  chica que me acompaño creo que necesita un medico, tiene algo de fiebre.

Daniel observa la situación que captan las imágenes de televisión. Dicen que la batalla ha terminado y hay algunos que comentan que el Villano sólo hablaba y ya se vio lo que duró. 

Pero Daniel permanece en silencio y os dice:

- ¿No os pareció demasiado sencillo?

He estado pensativa mientras todo pasaba por la television y asiento a su pregunta. 

Demasiado facil....replico mientras me quedo pensativa mirando a la pantalla. Puede que todo esto sea una maldita trampa o una cortina de humo de otra cosa que este preparando.
Todo empezo  con los ataques a propiedades suyas o a su propia persona, incluso a allegados , puede que este ahora mismo haciendo lo mismo o robando el Banco de la Reserva Federal*

- No, lo que veíamos era un señuelo...el enemigo no estaba visible...

Coge el auricular e intenta comunicarse con Anankaia. Sólo escucha estática.

- Debemos movernos...me parece que eso era una trampa y todos han caído como tontos...por eso no quería que fuerais...mierda...

Se levanta y se prepara para ir con vosotros. Llama a su prima para que avise a todos, le pasa su teléfono móvil y le dice.

- Llama a todos los de la lista...que vayan a la Isla de la Libertad urgentemente...dile a Seven que cure a Traceur si está herido...a Potemkin dile que avise a Altair. Ya ayudó a la ciudad en el pasado...

Mira para Zweig y Karen.

- Es posible que Ángel Negro esté preparado en los alrededores...es un asesino muy capaz. No sé a quiénes tendrá en nómina pero sé que estará cierto clan con el que tiene que ajustar cuentas. Zweig usted se encargará de vigilar el perímetro e impedir que lleguen los numerosos refuerzos. Espero que Traceur le eche un cable en cuanto aparezca. - hace una pausa - Riddick aparecerá tarde o temprano y podría haber cambiado de bando según la situación...así que cuidado con él. Señorita Ellis, usted y yo nos encargaremos de combatir al Villano. Anankaia nos ayudará y espero que la señorita Sinclair aparezca finalmente. Nímede creo que no podrá ayudarnos...

Asiento meditabundo y empiezo a caminar tras el joven millonario y el resto de personas que le acompañan, no dejar pasar refuerzos, esperaba que sólo fuese eso y no hubiese problemas en el resto de Nueva York.

Hay veces que es mejor no levantarse de la cama y esperar que pase el dia. Creo que hoy es uno de esos días, me levanto y aliso un poco la capa de mi traje antes de subir la capucha y seguirle. Tal vez puede que ese villano puede que le este esperando y por eso aun no se ha mostrado. Creo que debería tener más cuidado y si ocurre algo que nos sobrepase debería irse y dejarnoslo a nosotros

Seguís a Daniel Adams hasta una terraza donde se supone que os esperará un helicóptero u os teletransportará. Cuando salís al exterior veis algo inquietante. 

En unos pocos segundos una gran nube de tormenta se ha concentrado sobre la ciudad, y la temperatura ha bajado varios grados. Un fuerte viento del Norte empieza a soplar, es un viento gélido...de los que soplan antes de las terribles tormentas de nieve y hielo que asolan el estado en invierno.

- Señorita Ellis, intente ver si puede hacer algo para mejorar el clima...me preocupa que nuestro adversario tenga tanto poder... - comenta con cierta preocupación

Me preocupa mas que haya usado mi propia tormenta para hacer esto. Tenia que haberla disipado. replico mientras con un suave impulso de aire para elevarme hacia las nubes de la tormenta.

Creo que puede que me venga un poco grande pero si no consigo pararlo con todo el poder que tengo, no creo que nadie pueda pararlo.

Miro al cielo con el ceño fruncido y los ojos entrecerrados, quizá no sea una buena idea tomar un helicóptero con esa cosa sobre nuestras cabezas, me cruzo de brazos y observo a la joven elevarse en el aire mientras extiende los brazos. Sin mucho más que aportar a la conversación, decido quedarme en silencio junto al señor Adams.

Karen Ellis intenta controlar la tormenta y disiparla pero le resulta prácticamente imposible. Intenta levantar viento para desplazar las negras nubes pero las ráfagas de viento no son capaces de moverlas. Siguen concentrándose y a medida que lo hacen podéis ver que la tormenta será grande, seguramente la más grande de la historia de la Gran Manzana.

No ves absolutamente nada extraño aunque tienes una sensación de que está a punto de suceder algo malo en donde estáis vosotros, sientes la necesidad de tirarte al suelo y evitar daños.

Estoy al lado del joven Adams y aunque no veo nada más que aquella enorme tormenta y a la señorita Ellis intentando controlarla, algo me dice que no estamos a salvo, ni mucho menos.

- Señor Adams, ¡al suelo! - grito empujando al multimillonario antes de echarme cuerpo a tierra yo mismo.

A cabezona no hay quien me gane, asi que simplemente sigo intentandolo, golpeando con lo poco que tengo en este momento para disiparla. La vida de millones de personas esta en mis malditas manos y no voy a dejar que nadie muera, no en mi guardia, no este dia. 

Una bola de fuego de color violáceo es lanzada hacia vosotros impactando de lleno en la terraza...el impacto es poderoso aunque claramente no tenía la intención de daros...de ser así es posiblemente que alguno de vosotros muriera...

Todos los presentes sois despedidos debido a la fuerte explosión. Dan Adams se lleva la peor parte ya que impacta contra la fachada de la casa, Zweig recibe un fuerte impacto y sale despedido varios metros aunque gracias a su complexión y entrenamiento logra mantener la conciencia. La mejor parada es la señorita Ellis que gracias a su campo de fuerza logra aguantar la embestida de la explosión tras sólo volar unos pocos metros.

En el aire sobre vosotros planea El Villano. Os mira con aires de suficiencia y por fin podéis ver su rostro...

Os sonríe desde su posición de privilegio. Chasquea los dedos y cuatro ninjas aparecen y acceden a la mansión, se escuchan sonidos de lucha dentro pero cesan en pocos segundos. Los ninjas salen con Jenny Harman (la novia de Adams) en brazos, parece estar inconsciente.

Adams parece recuperar parcialmente la consciencia y mira al cielo. El Villano sonríe y dice con malicia

- Te avisé hace años imbécil...Ella es mía, no debiste entrometerte...ahora vivirás sabiendo que nunca más volverás a deshonrar su piel tocándola con tus sucios dedos...Ella me pertenece para toda la eternidad.

Mira a Zweig y Karen con desprecio.

- Vosotros patéticos mortales no podréis hacer nada por detenerme...intentadlo si queréis pero sabed que sólo el fracaso os espera. Yo soy el gran David André Hesenford, amo y señor del Multiuniverso...

Tras decir esto chasquea los dedos y tanto los ninjas, Jenny y él desaparecen de vuestra vista.

- Hijo de puta... - masculla Daniel Adams antes de caer inconsciente de nuevo.

A su lado Zweig comienza a incorporarse y sacudirse el polvo de los escombros provocados por la explosión. Karen no tardará mucho más en estar preparada ya que ha sido la menos dañada en este ataque furtivo.