Partida Rol por web

Mi gente son soldados, no creen en dioses, solo en la fuerza de las armas. Necesitamos mejorar el transporte, deberiamos hacer carros para transportar con mayor prestreza la madera y la piedra que Arno dice se puede extraer...habiendo tantas poblaciones cercanas, va a ser complejo su explotacion, deberiamos enviarles misivas para indicarles que un representante de la ciudad ira a visitarlos con fines comerciales, de momento es lo principal asegurarnos el aprovisionamiento de materia prima. Bien los prisioneros seran destinados a la construccion de la empalizada, pero eso no nos aumentara mucho el ritmo.

- Con tener otros 100 hombres me es suficiente, pero no será tan fácil. La principal razón por la que no pude conseguir más mano de obra es porque todos están ocupados, todos tienen sus bestias o sus tierras que cuidar. Si se dedican a la empalizada tendrían que descuidar sus otras ocupaciones y eso podría significar escasez de comida, además de que nadie quiere que sus tierras se estropeen o sus bestias mueran por falta de cuidados.

una parte de mis hombres estan manteniendo un flujo constante con la provision de madera sin la cual no hay empalizada....y la otra manteniendo "la paz aqui dentro" la solucion podria ser incrementar las patrullas y todo aquel que pesquemos a la empalizada....pero no es una solucion rapida...aunque matariamos dos pajaros de un tiro mantendriamos el perimetro a salvo, tendriamos informacion y aumentaria algo la mano de obra....

Asdrubal, todos tenemos dioses, aunque los llamemos de forma diferente o sean dioses de la guerra que nos acompañan en cada batalla. 

Te conseguiré esos 100 hombres, Godwyn.

Indico a mis hombres que me sigan con los prisioneros y con los cuerpos de sus compañeros. Me dirijo a alguna zona elevada en el centro de la ciudad. Tomo el cuerno de uno de mis hombres y lo hago sonar varias veces, congregando a los ciudadanos. Espero a que se congregue la gran mayoría, y poniendo en juego mi carisma, mi buena fama entre la plebe y mi retórica, comienzo mi discurso:

¡Ciudadanos de Gavión!
Yo, Arimnesto, os convoco para  para haceros partícipes de los peligros que nos acechan fuera de nuestra ciudad. Esta noche, algo me hizo fijar la vista en unos movimientos en la maleza. Descubrí y apresé un grupo de hombres que acechaban en la maleza, amparados por la oscuridad. Desconozco sus verdaderas intenciones, ya que no hablan nuestro idioma, pero ¿quién se ampara en la oscuridad a las puertas de una ciudad? Nadie con intenciones que supongan una amenaza para nosotros.

¿Y sabéis qué fue lo que me hizo mirar hacia la maleza? Fue Gávea, la diosa protectora de Gavión. Ella, que vela por nuestra joven ciudad y nos advierte de las amenazas. Somos una nación formada de muchos pueblos. Desconozco cómo se llaman los dioses en cada una de vuestras lenguas, pero estoy convencido de que todos oráis a algún tipo de dios para que os proteja. Desde que somos un pueblo unido, desde que somos Gavión, esa diosa es Gávea. 

Mirad, no os miento. Aquí tenéis dos prisioneros y los cuerpos de otros cinco. Algunos más escaparon. Pero ya hay patrullas vigilando los exteriores y dándoles caza. No quiero que cunda el pánico entre vosotros. Sólo quiero que seamos conscientes de los riesgos a los que estamos expuestos cuando aún ni siquiera tenemos una empalizada de madera para protegernos.

En la expedición he visto otros asentamientos y debemos estar preparados para cualquier tipo de hostilidad. Necesitamos terminar la empalizada. ¡Nada hay más importante que la seguridad de nuestra ciudad! ¿De qué os servirá un ganado sano y un suelo fértil bien sembrado cuando seáis pasados a cuchillo por el enemigo, cuando vuestras mujeres sean violadas y vuestros hijos esclavizados?

Yo os conmino, ciudadanos de Gavión, a que los asuntos de seguridad de la ciudad sean los más importantes, los que antes se deban resolver. Por eso, es necesario que todos trabajemos hombro con hombro, como conciudadanos, como hermanos. Quiero que de cada dos familias acuda un hombre adulto a trabajar en la empalizada cada tres hasta que esté terminada. La familia cuyo padre se queda en casa, colaborará en las tareas diarias de la familia cuyo padre está en la empalizada. Y cuando éste vuelva y aquél marche, se devolverá la ayuda prestada.

Si alguna familia tiene más de un hombre varón, no hará falta que se organicen con ningún vecino, que venga un hijo con brazos fuertes y el padre siga con sus quehaceres.

Además, vamos a construir un humilde altar a Gávea aquí, desde donde os hablo. Para que nos ilumine y nos proteja, para que podáis orarle y tenerla dentro de nuestros muros. Y para que nos bendiga, hoy hacemos este sacrificio. ¡Gávea! protégenos de nuestros enemigos y danos fuerzas para que nuestra ciudad llegue a ser grande, segura, y respetada en el mundo. 

Llegado a este punto del discurso, uno de mis hombres me acerca un cordero, y con mi cuchillo lo degüello como sacrificio ante todo el pueblo.

Asdrubal permanece callado durante todo el discurso de Arno. Una vez ha acabado este, se adelanta hasta ponerse a su altura. Bien, ya habeis oido las graves noticias y las buenas nuevas que de sus viajes ha traido Arno. Mis hombres estan proveyendo de madera al gurpo de la empalizada, estos son coordinados y supervisados por el experto ojo de Godwyn. Haced pues una fila de voluntarios y empecemos los trabajos, cada minuto perdido es un minuto no recuperable. Ademas de esto apartir de ahora se pone en funcionamiento la academia militar. Todos los hombres deben asistir, se os pasaran los turnos adecuados a las necesidades de cada cual por edades y ocupaciones. Si sabeis luchar, sereis mas utiles a la ciudad y a vosotros mismos. Arno se ocupara de un turno de adiestramiento, yo del siguiente. Aprended con prestreza y sereis grandes, perded el tiempo y los gusanos daran buena cuenta de vosotros.

Asdrubal vuelve a una posicion mas retrasada y da ordenes a sus hombres de confianza...estos dos prisioneros, a primera fila en la empalizada....los cinco muertos quiero sus cabezas sobre cinco picas de madera  a las puertas de la ciudad... En cuanto a los dos que cogisteis presos por lo del pastor, tambien a la empalizada, los prisioneros solo podran tomar pan y agua...y descansar la mitad que el resto. Trabajaran desde la salida del sol hasta su puesta, y dormiran en los calabozos. Los cuatro seran engrilletados unos a otros para evitar la tentacion de la fuga o peleas....solo se les desencadenara de sus compañeros cuando esten trabajando pero no seran desencadenados del todo.....

Arno se hizo a un lado cuando Asdrubal comenzó a hablar. En cuanto éste acabó su discurso se le acercó y le puso una mano en el hombro, haciendo un gesto de asentimiento con el que mostraba su pleno acuerdo con lo dicho. Después se dirigió a Asdrubal y Godwyn.

Acudo a mi villa. Aún no he visto a mi mujer desde que regresé. Al atardecer nos encontraremos de nuevo aquí para decidir algunos asuntos. Por una parte he pensado en organizar expediciones comerciales a los emplazamientos que he descubierto en mi viaje. Deberán ser comerciantes de confianza y discretos, pues el objetivo es recabar información sobre esos pueblos. Por otro lado, creo que debemos recompensar los esfuerzos de aquellos que más se esfuercen por Gavión. Igual que a los delincuentes los enviaremos a la empalizada, recompensaremos con terrenos en esta parte de la ciudad a los que realicen proezas por esta la misma. Así crearemos un barrio de gran riqueza y privilegio al que todos querrán pertenecer, y estimularemos el espíritu de sacrificio y superación de nuestros ciudadanos. Un general que gane una batalla, un ingeniero que acelere la construcción, un artesano que mejore nuestro acero...

Pensad en estas dos ideas y al atardecer tomamos decisiones en firme.

Dicho esto se alejó en busca de su caballo.

La convocación tuvo que esperar a la mañana ya que por la noche no tenía sentido realizarla. Cuando Arno hizo sonar el cuerno el sol apenas había salido y la mayoría de los habitantes salieron a ver qué sucedía. Algunos de seguro no estarían allí, muchos estaban en los barcos de Druso mientras que otros pescaban durante la noche o salían con sus bestias antes de la salida del sol.

En conclusión, poco más de tres cuartas partes de la ciudad debía encontrarse allí.

Las palabras de Arno junto con la muestra de los cadáveres y prisioneros consiguieron su objetivo. Los murmullos fueron en aumento desde que mencionó el peligro que acechaba la ciudad hasta que por fin se callaron para continuar escuchando.

Las nuevas de Asdrubal no fueron tomadas con tanto entusiasmo, de seguro el tener que realizar un entrenamiento militar y arriesgar la vida en batalla no era del agrado de muchos. Sin embargo dada la perspectiva que se les estaba mostrando pareció que la mayoría lo aceptaron.

Una hora más tarde Godwyn ya contaba con los hombres necesarios para la empalizada y unos 40 jóvenes se presentaban a Asdrubal como los primeros voluntarios para comenzar el entrenamiento, de seguro estos lo deseaban desde antes.

Arno salió de los terrenos de los Arimnesto tras despedirse de su mujer. Pronto daría a luz. Gavión no era la ciudad que Arno había soñado cuando se asentaron en aquellos terrenos. Aún era bastante insegura. Pero iban dando pasos en la buena dirección. El pueblo era cada vez más consciente de la necesidad de estar unido y protegerse. Estaba satisfecho con la respuesta de la gente a los discursos de aquel día. Aunque necesitarían mucho más.

Se dirigió al promontorio donde se construiría el pequeño altar a Gávea, y oró en silencio, pero a la vista de todo el que pasara por allí.

Después habló con guardias de la ciudad, y encomendó hacer regularmente un turno en la entrada de Gavión. Con el objetivo de vigilar la entrada y salida, y con la instrucción de identificar a aquellas personas que no fueran habituales en la ciudad. Le informarían a él, Godwyn o Asdrubal en caso de que ocurriera cualquier acontencimiento fuera del normal tránsito de ciudadanos.

Además instauró de forma regular las patrullas de exploración en un amplio radio con el objetivo de advertir cualquier movimiento de personas o tropas en la zona.

Luego se acercó a un grupo de cazadores y les informó de la ubicación de la zona boscosa de caza que había visto en su expedición. Estaba a muy poca distancia y podrían ir y venir en el día. Con un buen aprovisionamiento podrían mejorar la dieta de carne de Gavión, necesitar comprar menos a Illiaria, y si la producción era buena, secar carne para comerciar con ella.

A la hora convenida se reunió con Godwyn y Asdrubal.

¿habéis pensado en los que os hablé? Necesito al menos tres caravanas de comerciantes que entren en los tres asentamientos que divisé. Sólo tienen que acercarse a comerciar, sin ninguna muestra de hostilidad, y tener los ojos bien abiertos. Una patrulla escoltará a cada caravana desde la distancia, para protegerles en el camino. Dentro de la ciudad se limitarán a vender sus mercancías. Cuando regresen deberán informarnos de todo lo que han visto. Si conocéis a los comerciantes apropiados para esta misión, encomendadles la misión. Por supuesto serán compensados con prebendas cuando regresen, además de poder enriquecerse con sus ventas.

 Creo que Godwin sera el mas indicado para esto, puesto que tiene cierta experiencia comercial. Pero, tres caravanas con escolta, dejaria muy desprotegida la ciudad, deberiamos enviar una caravana aun tardando mas...el tiempo no creo que de momento corra en nuestra contra, pero no estoy muy dotado para estas artes asi que me parecera bien la decision final que se tome. Aunque una patrulla la deberian componer al menos 15 hombres asi que perderiamos a 45 de los 300 que tenemos disponibles eso es casi 1/6 de nuestro ejercito armado y entrenado. Sin embargo, si enviamos solo una carvana podemos incrementar los hombres que la protejan, dar una mayor impresion de fortaleza y no perder tantos hombres, se podrian enviar 30 y solo nos desariamos de 1/10 de nuestras fuerzas. No hace falta que entren en la ciudad pero creo que seria bueno que fueran visibles desde la misma, aunque quedando claro que son una escolta y no una fuerza de ataque.... 

- Estoy con Asdrubal, prefiero enviar una caravana por vez. Quizás Druso pueda viajar en ella, el comercio es lo suyo y yo estoy dedicado a la empalizada que prefiero no dejar sola. No tenemos gente muy preparada así que prefiero supervisar el trabajo, sobre todo ahora que somos muchos trabajando en ella.

Tenéis razón. Mejor una sola caravana para no desproteger Gavión. Una décima parte de nuestra fuerza no será determinante aquí y apoyará en buena medida a la caravana.

Si Druso está dispuesto, la caravana puede ser diplomática y comercial al mismo tiempo. Seguro que las habilidades de Druso pueden ayudarnos a establecer buenas relaciones con esas poblaciones, al mismo tiempo que obtenemos información de ellos. Aún no tenemos fuerza suficiente para conquistarlos, tratemos de tener buenas relaciones y establecer relaciones comerciales provechosas con ellos. Que Druso presente los respetos de Gavión y nuestros deseos de establecer relaciones provechosas para todos. 

También sería interesante que planteara la oferta de asentamiento a albañiles y herreros. Si en esas poblaciones sobran, quizás algunos quieran venir a Gavión a labrarse un futuro lleno de posibilidades. Los comerciantes deberán tantear el terreno también y hablar con este tipo de artesanos si lo ven prudente.

Son tres asentamientos. Que un jinete de la expedición vuelva a marchas forzadas a Gavión una vez salgan del primer asentamiento, otro cuando salgan del segundo y otro cuando emprendan el camino de vuelta. Así estaremos parcialmente informados de cómo evoluciona la partida.

Los soldados deberán mantener actitud pacífica mientras Druso establece los primeros contactos. Evitemos ser recibidos como enemigos.

Que Druso elija una partida de comerciantes dispuestos a la expedición, discretos y que puedan captar detalles que a él se le escapen. Yo elegiré soldados de las mismas condiciones.

Así sea. Que marchen cuanto antes.

- Los mejores se fueron en las embarcaciones que mandé antes, pero no importa yo basto para el comercio. Llevaré gente para que estén atentos y que hablen con la gente de las ciudades. Creo que será mejor dar la noticia de que Gavión es una recién formada ciudad y que promete para aquellos que sepan su oficio, no creo que buscar artesanos activamente sea una buena idea. Podría caer mal al resto de los gobernantes.

Hago silencio por unos segundos pensando en las opciones.

- Quizás pueda comprar algún esclavo, aunque no tenemos mucho con qué comerciar. Casi todo se fue en los barcos.

Lo que realmente nos interesa es tener información de estos asentamientos. Si puedes comerciar con lo que haya disponible perfecto. También les puedes informar de las mercancías que podemos traer de Iliria o las nuestras que ahora mismo van de camino hacia allá, por si en un futuro pudieran interesarles. Pero lo importante es la misión diplomática para establecer relaciones amistosas con ellos.

En caso de que comercien con esclavos, pueden sernos útiles para las obras que tenemos que realizar. Siempre que la economía lo permita, podrías comprar algunos.

Druso, sobre todo, fíjate en su potencial militar. Debemos saber a qué amenazas nos enfrentamos en caso de que resulten hostiles.

-Bueno en ese caso, con todo lo hablado. Me marcharé y empezaré ir tanteando a ver dónde podemos conseguir esclavos por buen precio, también en todas las ciudades y pequeñas villas en las que comercie intentaré indagar sobre el nivel del ejército que tienen y si los tienen preparando para guerras.

Tras decir todo eso se despidió de sus camaradas y partió en dirección al puerto

No habían barcos en el puerto ya que estos se encontraban comerciando sin Druso. La única opción era la de partir por tierra, además de que en barco no llegaría a las ciudades vistas por Enilas.

Con algunos hombres de armas y provisiones el marinero partió dejando el control de la ciudad a los demás

 Comienzo con la instruccion militar de los hombres tal y como se habia especificado en el discurso. Dejando al cargo del suministro de la madera a mi hombre de confianza.

Por mi lado continúo con la construcción de la empalizada.

El viaje se realiza sin percances, la región se encuentra en paz y no hay demasiados peligros. Menos aún para un grupo armado y numeroso.

La ciudad más cercana según las instrucciones de Arno, te recibe con una alta empalizada de casi 5 metros de altura. A estas horas del día, poco más del mediodía, las puertas se encuentran abiertas y ves cómo no son pocos los hombres que entran a la ciudad. La mayoría lleva grandes fardos a cuestas y unos pocos van con pequeñas carretas llenas de mercancía.

-Me pregunto qué es lo que tiene esta ciudad que hace que los hombres acudan en tropel a vivir en ella, ¿será la seguridad?, ¿el comercio?, ¿el nivel de vida? -Aquellas preguntas agolpaban su mente una y otra vez mientras miraba los alrededores.

Yo también colaboré con la formación militar de los ciudadanos. Incidiendo en el uso de la espada y en las formaciones tácticas de manera que pudieran automatizar movimientos grupales de tropa en el campo de batalla. También los instruí en tácticas defensivas usando la empalizada que pronto estaría terminada. 

Mientras me dedicaba a estas tareas, mi cabeza estaba dando vueltas a un asunto muy importante. En alguna de las ocasiones en las me reuní con Godwyn y Asdrubal les comenté mis inquietudes:

Pronto dispondremos de la empalizada. Ya hemos iniciado un culto divino que nos una como nación, estamos entrenando a los ciudadanos militarmente. Los próximos pasos que debemos dar son: aumentar la población y atraer ingenieros.

La población será necesaria para cualquier actividad que queramos organizar. El capital humano es el más valioso.

Los ingenieros serán clave para la explotación de la cantera y el desarrollo de maquinaria militar.

¿Cómo pensáis que podemos atraer a esta gente?. Quizás podemos  ofrecer tierras a quien quiera venir a Gavión en busca de una oportunidad, y ofrecer privilegios atractivos a los ingenieros y maestros artesanos que estén dispuestos a venir a Gavión. ¿Qué pensáis?