Partida Rol por web

Ulises se lamentó un poco de no recibir las respuestas a las preguntas que había formulado a las chicas que parecían pertenecer a una organización de mutantes, pero supuso que ambas estaban demasiado nerviosas como para poderlo atender, además, que tampoco hubo mucho tiempo ya que las tres puertas que había descrito Nerea previamente aparecieron frente a sus ojos. Fue ahí cuando entendió el poder de la chica. Podía ser capaz de adivinar el futuro inmediato aparte del pasado de una cosa o persona. — ¿Y ahora no te viene a la mente cuál de las tres abrimos? — preguntó intentando hacerse oír puesto que temía que tomaran la ruta equivocada.

Escuchó las teorías de todos los que fueron interpretando las imágenes, relacionándolos directamente con sus vidas o poderes de manera individual. Podría tener sentido porque solo ellos sabían por todo lo que habían pasado, pero estuvo más a favor de la interpretación de Nerea pues incluía a todos por igual, a todos como metahumanos que eran, independientemente de sus poderes o historias personales.

— No sé si será casualidad pero hay ocho bombillas y somos ocho — comentó por si alguno no se había dado cuenta, lo que podía dar más fuerza a la teoría de Nerea. — Creo que es un juego de elección… No estoy muy seguro de abrir las tres puertas a la vez por si pasa lo que ella acaba de decir — señaló a Carla. — Por otra parte pienso que es una acción que el ilusionista no se esperaría pero no me gustaría correr ese riesgo. Si tuviera que escoger una, escogería la de la lámpara o la familia, la interrogación inversa me causa peor impresión.

Javier no era el más lúcido y tampoco el mas avispado. Escuchaba las palabras de los demás y no dejaba de dar vueltas a como coño se les ocurrían esas cosas pues llegaban a deducciones cuando él solo veía los dibujos y nada más.

Odiaba los acertijos.

-¿Y si la trampa es lo que nosotros esperamos?. Es decir, muchos decis que el símbolo de interrogación da mal rollo, ¿pero y si lo que quiere es que rechacenos de un vistazo la elección buena? -negaba con la cabeza ante lo que acababa de decir- no me hagáis caso, no tengo ni idea de nada de esto y odio con todas mis fuerzas los acertijos, me hacen sentirme más idiota que de costumbre, aunque, ¿y si la interrogación es el futuro según la teoría de ella? -señaló a la chica del bate- dar a luz el nacimiento, luego la familia y el futuro es una incógnita, pero ni zorra.

Mientras elucubraban Rebeca se sentó en el borde de la escalera, apoyando la barbilla sobre sus rodillas y cerró los ojos, aquella reunión de metahumános anónimos estaba empezando a agotarla. No obstante escuchó con atención todas las teorías, realmente le parecía que Nerea era la más acertada por su significado colectivo. Abrió los ojos y desvió la mirada hacia Carla mientras hablaba y luego hacia Ulises.

- Pienso que Carla tiene razón-intervino desviando esta vez su mirada a algún punto inexacto del suelo- y estoy con Ulises en el tema de abrir qué puertas, las más seguras parecen las primeras. Aunque como dice Javier puede que la lámpara pinte demasiado segura y sea un cebo, quizá me quedaría con la família, da mal rollo pero parece un resultado intermedio entre la más segura y la que menos.-Cuando calló recordó que no les había dicho su nombre- Ah, perdón, me llamo Rebeca.

Chamán se quedó sorprendido ante las palabras de Ulises pues había mencionado que había ocho bombillas. Creo que no has contado contigo. Le dijo al hombre. A menos que uno de nosotros no sea de verdad y sea otra mera ilusión, me temo que somos nueve y las bombillas ocho. Luego miró a Carla que era la que parecía tomar las decisión con mayor entereza. Yo tampoco tengo claro qué es lo mejor, si dividirnos o ir todos a la misma. Concluyó encogiéndose de hombros mientras esperaba una solución por parte del grupo.

Eugenia giró el mango del bate entorno a su mano, tras volver a asirlo pasó  otra mano sobre su grasienta cabellera dejando que los mechones de pelo asomasen tomando la forma de una cresta por una milésima de segundo mientras tomaba toda la determinación necesaria para realizar el más ínfimo de los actos comunes que se precisaba en aquel momento: abrir una puerta.

- Pues al carajo, tíos, que nos dan las putas uvas y ni tan siquiera he probado el puto champán barato todavía.- Sentenció abriendo la puerta sobre la que estaba dibujada la familia. Iban a tener que capear con mierda si o si y quedarse embobados, mirando las puertas como quien trata de deducir la imagen oculta en una lámina del ojo mágico sin haber sido capaz de haber visto nunca una puta vaca, podía ser más malo que bueno, dependiendo de con qué mierda pretendía asustarlos.

Antonio era impaciente por naturaleza, poco acostumbrado a esperar, por lo que cuando la joven de pelo armada con un bate abrió la puerta, él decidió dar un paso adelante. Una lámpara, una familia de cuatro miembros y una interrogación pintada de rojo, que podría estar simulando la sangre. Le resultaba demasiado escabroso como para no pensar en que las tres puertas fueran un mensaje directamente dirigido a él.

-Voy a entrar -dijo, en tono seco, avanzando en dirección a la puerta con el dibujo de la familia que había abierto su compañera-. Lo siento, pero no puedo quedarme aquí hablando por más tiempo. Mi familia podría estar en peligro. Daré un chispazo para avisar si estoy en peligro.

Mientras la chica del bate aún sostenía la puerta abierta, AJ decidió colarse dentro y entrar por ella, sin saber a qué se enfrentaría al otro lado.

- ¡N-no!- alcanzó a decir, era tarde, la tal Leve ya había abierto la puerta de par en par y el chico de los rayos estaba cruzando al otro lado sin tener en cuenta a nada ni nadie más. Rebeca suspiró resignada y murmuró molesta, más para sí misma que para nadie en concreto- Pero si no hemos decidido nada...

La gente impulsiva le crispaba los nervios, en honor a la verdad, no más que algunos clientes que tenía que tratar día a día, pero ese era otro tema. Se levantó resoplando del escalón, se iba a sentir realmente mal si detrás de aquella puerta garabateada, que ella acababa de señalar como “la del peligro intermedio”, encontraban algo aterrador o terminaba muriendo alguien. <<Si es que yo no sé para qué hablo, ya le hubiese pesado a otro el cargo de conciencia.>> Se quedó de pie mirando al resto sin atreverse a ir hacia la puerta, no tenía pensado acercarse ahí a menos que recibiese algún tipo de aprobación del grupo experimentado de metahumanos o alguna decisión de grupo unánime.

- ¿Y bien, qué hacemos, vamos detrás del heavy o nos dividimos?- preguntó con aspereza.

AJ notó repentinamente un tirón hacia atras, haciéndolo retroceder antes de que se introdujera en la puerta. Había sido Carla, y antes de que este pudiera protestar, con tono serio le miró y dijo.- Tranquilo, que vas detrás de mí, con el escudo puedo darnos tiempo si algo aparece repentinamente, tanto para salvarnos, como para que atacar si es necesario.

Un segundo después, se puso delante de la puerta con el escudo, dejando a AJ a su espalda, y sin apartar la mirada de la entrada, comenzó a poner algo de orden. - Javier, tu y chamán os encargareis si hay que curar a alguien o alejarlo del peligro,mejor quedaros por el medio del grupo. Nerea mira a ver si puedes anticiparnos lo que nos vamos a encontrar. Leve parece que sabes defenderte, si Nerea usa sus poderes para intentar darnos alguna ventaja, estará indefensa, agradecería que no te alejaras mucho de ella. Maria, tu y la otra chica id por el centro y si podéis ayudar en algo hacedlo. El chico que se regenera, Ulises creo que era, si vas último estarás más expuesto que los demás sí algo nos ataca por detrás, pero eres el que más posibilidades tiene de salir bien parado sí algo así pasa, me gustaría que fueras en último lugar.- Carla había declinado el liderazgo hace apenas unos días, odiaba dar órdenes a los demas, al igual que no le gustaba que le dieran órdenes a ella. Pero sentía una gran presión por sacar a salvo a aquellas personas de allí, no quería ver morir a nadie más. Haría todo lo que estuviera en su mano para ello.- vamos todos juntos.- sentenció, por el tono, parecian las únicas palabras que había dicho que no admitian discusión. Después empezo a cruzar la puerta. No sabia si los demás le harían caso o no en como actuar, pero lo que había dicho era la mejor idea que tenía de cómo moverse.

Burbujas empezaba a caerle bien a Eugenia, por lo menos le habían crecido un par y aquella imagen de ella a la vanguardia con un escudo policial fotocopiado le parecía lo más, no sabía si para una serie de dibujos para críos o para una peli de serie B casposa peor con gracia. Recapitulando acabó por ponerle nombre a Cactus y agarrando el bate pero en posición de reposo se plantó a su lado.

- ¿Me concede este baile, señotita?- Le comentó mientras tomaba su posición en el trenecito que la jefecilla había planificado.

Le vino a la memoria una tonta canción que había aprendido en el colegio en clase de inglés, le sonaba que era de la asutraliana esa que también salía en pelis. Como fuera. No pudo evitar canturrearla en voz baja, asombrándose de que toda la letra se le hubiese quedado en la media neurona que aún conservaba.

Everybody's doing a brand-new dance, now
Come on baby, do the Loco-motion
I know you'll get to like it if you give it a chance now
Come on baby, do the Loco-motion
My little baby sister can do it with me
It's easier than learning your A-B-Cs

​So come on, come on, do the Loco-motion with me

Por alguna extraña razón le parecía una canción ideal para patear siguiendo el ritmo. Agarró el bate con más fuerza tratando de visualizar el campo de visión que tendría que abarcar una vez cruzada la puerta.
 

Antes de que se llegara a consenso alguno una de las puertas se abrió. Nerea miro con cierta desconfianza hacia el interior de la puerta, como si lo que pudiera salir de allí significara su futuro, y muy bien esto podía ser cierto. Observo como parecían discutirse el puesto de ser primeros en entrar por aquella puerta mientras en su cabeza seguía dándole vueltas a todo aquel asunto. Probablemente si el edificio no hubiera quedado tan destrozado tras la grita que había aparecido no se habrían visto en la necesidad de avanzar por aquel pasillo hasta encontrarse con aquellas puertas.

Seguramente los gigantes habrían estado para generar miedo y hacerlos avanzar hacia donde el ilusionista quería, sin mencionar que, aunque quizá fuera una forma de intentar quitarse la ansiedad provocada por saber que dos personas habían muerto, no podía dejar de pensar que quizá habían sido ilusiones. Aun sabia sin saber cuál era el motivo por el que el ilusionista los había traído hasta allí, pero era evidente que intentaría guiarles por donde el quisiera.

Sus ojos se abrieron sorprendidos durante un momento mirando como AJ se internaba por la puerta junto a Carla y la chica del bate. Fue entonces cuando la pregunta de otra persona llamo su atención, la chica de cabellos castaños ondulados. Ella también había usado sus poderes en la sala anterior. Ella también podía responder a la duda que le acababa de surgir.- La de la grieta… fuiste tu ¿Verdad?.- Pregunto ignorando la pregunta que había hecho la joven sobre seguir a AJ.- ¿Tu poder siempre tiene tal magnitud?.- No lo preguntaba por simple curiosidad. Realmente aquellas personas eran tan poderosas… ¿O simplemente habían visto lo que el ilusionista había querido?

Ni le gustaba decidir de aquella rápida manera por cual puerta pasaban ni tampoco la de hacerlo en diferentes grupos. Ulises apoyaba la unidad por encima de todo pero creyó entender que era irrelevante para otros pero él no era nadie para impedirles atravesar la puerta que se había abierto.

En ese momento, la chica de pelo liso, Carla, lo detuvo al tiempo que dio varias indicaciones. Sonaran a órdenes o no, Ulises tenía intención de cumplirlas ciegamente, al fin y al cabo ella y su grupo formaban parte de una organización de mutantes y debían saber lo que hacían. Qué liderara le daba seguridad y mayor esperanza de que todo saliera bien.

- Sí, de acuerdo. - Asintió con la cabeza mientras se desplazaba a la retaguardia, asegurándose quedar el último. Serviría de escudo humano de hacer falta si alguien venía hacia ellos desde el camino que habían recorrido con intención de dañarlos.

Agradecida de que alguien tomara el mando y organizara aquel caos con un poco de cabeza, Rebeca fue a colocarse en la posición que tocaba. Realmente le gustaba estar en la retaguardia, así si las cosas se ponían feas por delante, quizá tendría tiempo para intentar controlarse y no empeorar las cosas.

Se miraba los pies cuando Nerea la sacó por completo de sus pensamientos con aquellas preguntas. La miró con los ojos muy abiertos, creía que nadie había reparado en que ella había sido la causante. Pensándolo bien, era bastante estúpido creer que nadie se había dado cuenta que la grieta partía de sus pies. Se sintió ansiosa y muy boba en ese momento, estaba tardando demasiado en contestar así que se apresuró a hacerlo sin pensar muy bien lo que iba a decir.

- S-sí, ¡NO! Quiero decir, no lo sé.- Cerró los ojos y respiró profundamente, tendría que explicarse mejor. Volvió a abrirlos con un poco más de calma aunque rascó nerviosamente su brazo.- Perdona, no... no te sabría decir, hace muy poco tiempo que lo tengo, antes de esa grieta solo me salió un par de veces. La primera fue una grieta bastante más pequeña que la de antes y... - se mordisqueó el labio dudando pero finalmente añadió bajando más la voz-la segunda provoqué un temblor en mi edificio sin querer. La verdad es que me ha sorprendido lo de la pista, pero no sé si es normal o no.

Javier estuvo escuchando y observando las reacciones hasta que Carla decidió ejercer de líder y planear algo con sentido, a lo que Javier dio las gracias silenciosamente. Si se movían como pollos sin cabeza estarían perdidos.

El joven se puso junto a Chamán, María y la otra chica que se había presentado como Rebeca al final. Esta chica iba hablando con Nerea y no pudo evitar escuchar lo que decía. ¿Habría sido ella la del temblor que hizo que salieran y se toparan con el Ilusionista?. Tal ves si o tal vez no, pero el joven ahora tenia que mantenerse atento por si eran emboscados por algo o alguien.

Todos decidieron seguir a Carla y se adentraron en aquella sala, los únicos que se quedaron fuera fueron María y Chamán. La primera porque parecía tener dudas en entrar y el segundo para esperarla y no dejarla sola.

- Hola. Escuchó Ulises en cuanto abrió la puerta del dibujo familiar. En aquella habitación, que más bien parecía el vestuario de los equipos deportivos que visitaban el lugar, se encontraba sentado sobre uno de los bancos de madera su compañero de piso. El chico le dedicó una sonrisa de oreja a oreja. Acércate. Le dijo mientras daba un golpecito al banco para invitarle a sentarse. Quería que se colocara junto a él como hacían cuando estaban en el sofá de casa. Sé que estás asustado, pero no tienes razón de estarlo. Ven, cuéntame qué es lo que sientes, qué es lo que está pasando, y sobre todo ¿por qué crees que estás aquí?

- Hola. Escuchó Rebeca en cuanto cruzó la puerta del dibujo familiar. En aquella habitación, que más bien parecía el vestuario de los equipos deportivos que visitaban el lugar, se encontraba sentada sobre uno de los bancos de madera su vecina Clotilde. La mujer le dedicó una sonrisa de oreja a oreja. Acércate. Le dijo mientras daba un golpecito al banco para invitarla a sentarse. Quería que se colocara junto a ella como hacían cuando estaban en el sofá de su casa. Sé que estás asustada, pero no tienes razón de estarlo. Ven, cuéntame qué es lo que sientes, qué es lo que está pasando, y sobre todo ¿por qué crees que estás aquí?

- Hola. Escuchó Nerea en cuanto cruzó la puerta del dibujo familiar. En aquella habitación, que más bien parecía el vestuario de los equipos deportivos que visitaban el lugar, se encontraba sentada sobre uno de los bancos de madera su compañera de piso. La mujer le dedicó una sonrisa de oreja a oreja. Acércate. Le dijo mientras daba un golpecito al banco para invitarla a sentarse. Quería que se colocara junto a ella como hacían cuando estaban en el sofá de casa. Sé que estás asustada, pero no tienes razón de estarlo. Ven, cuéntame qué es lo que sientes, qué es lo que está pasando, y sobre todo ¿por qué crees que estás aquí?

- Hola. Escuchó Eugenia en cuanto cruzó la puerta del dibujo familiar. En aquella habitación, que más bien parecía el vestuario de los equipos deportivos que visitaban el lugar, se encontraba sentada sobre uno de los bancos de madera su padre. El hombre le dedicó una sonrisa de oreja a oreja. Acércate. Le dijo mientras daba un golpecito al banco para invitarla a sentarse. Quería que se colocara junto a ella como hacían cuando estaban en el sofá de casa. Sé que estás asustada, pero no tienes razón de estarlo. Ven, cuéntame qué es lo que sientes, qué es lo que está pasando, y sobre todo ¿por qué crees que estás aquí?

- Hola. Escuchó Carla en cuanto cruzó la puerta del dibujo familiar. En aquella habitación, que más bien parecía el vestuario de los equipos deportivos que visitaban el lugar, se encontraba sentada sobre uno de los bancos de madera su amiga. La mujer le dedicó una sonrisa de oreja a oreja. Acércate. Le dijo mientras daba un golpecito al banco para invitarla a sentarse. Quería que se colocara junto a ella como hacían cuando estaban en el sofá de su casa. Sé que estás asustada, pero no tienes razón de estarlo. Ven, cuéntame qué es lo que sientes, qué es lo que está pasando, y sobre todo ¿por qué crees que estás aquí?