Partida Rol por web

Los nuevos soldados que se iban a dirigir a la región especial habían recibido un examen previo antes de poder atravesar el portal. No era nada del otro mundo, pero los candidatos que se dedicaban a labores de papeleo o no estaban tan acostumbrados al ejercicio diario notaban como sus músculos entumecidos protestaban.

Dentro de los exámenes previos también se impartían rigurosas clases teóricas sobre lo poco visto hasta el momento en la región especial a parte de recordar tácticas militares que se estaban llevando a cabo en el otro lado de la puerta. El Ejército de Autodefensa Japonés no tomaba parte en ninguna guerra y su aparición en un territorio extranjero se había limitado a labores humanitarias, por ello el hecho de recordar movimientos tácticos no estaba mal visto entre los soldados.

Por otro lado también recordaban cuales eran sus obligaciones y sus prohibiciones al otro lado de la puerta. Entre las obligaciones no había mucho que destacar, hacer caso a los superiores, tomar responsabilidad sobre las decisiones que se tomaban, defender a los compañeros y sobre todo defenderse a uno mismo. Siempre decían que protegerse a uno mismo era lo más importante, pues saber salvar tu vida podría servir para salvar las de muchos en un futuro, si te arriesgabas por nada y morías estabas echando tu vida a la basura.

La lista de las prohibiciones era bastante más larga aunque por su parte era lógica. Aunque fuese una región de la que se había recibido un ataque estaba totalmente prohibido matar a un ser inteligente que se encontrase al otro lado. En caso de que tu vida corriese peligro o de suponerlo habría que hacer una advertencia, y si seguía temiendo por la seguridad propia se podría disparar, aunque evitando puntos vitales y siempre pidiendo un sanitario para atenderlo, sobre todo si es un civil. Tampoco se podían traer objetos o comida a Japón sin un permiso previo ya que no se sabe si podrían tener algún tipo de enfermedad desconocida.

Pero finalmente, cuando todas las pruebas teórico-prácticas habían sido superadas los integrantes voluntarios de las Fuerzas de Autodefensa Japonesas estaban listos para partir hacia un nuevo mundo lleno de posibilidades y la gran puerta se situaba ante ellos.

La seguridad era alta y se necesitaban varias personas para tener permisos de abrir las compuertas que permitían el acceso al tremendo monumento, aunque en ese momento ya se encontraban abiertas. Dentro solo se podía ver oscuridad, no había ningún tipo de luz como se esperaría de tratarse de un túnel.

Cuando los Humvees se pusieron en marcha pilló a muchos por sorpresa, pues aunque habían oído hablar de ella, para la mayoría era la primera vez que veían la puerta y estaban absorto por la construcción.

En la trayectoria hacia la región especial no había mucha conversación, se podía notar el ambiente algo cargado, y el estar en un lugar en el que la única luz provenía de los focos de los vehículos no mejoraba las cosas. Pasaron unos cuantos minutos, aunque bien podrían haber sido horas, pues aquella oscuridad hacía que fuese difícil de percibirlo, de hecho era difícil saber si el camino había sido recto o si se había girado en algún momento, aunque la repentina luz cortó los pensamientos de los soldados haciendo que prestasen atención al frente. La región especial estaba a unos pocos pasos.

Se podía sentir un clima más caluroso con tan solo acercarse a la puerta y también era una hora distinta, puede que fuesen varias las horas de diferencia, sabíais que apenas estaba amaneciendo cuando salisteis de Japón pero en la Región Especial el sol se encontraba bien alto en el cielo.

Se aparcaron los Humvee y todos desembarcaron lo más rápido posible, pues las ordenes que se habían recibido eran las de presentarse en formación tan pronto se llegase al otro lado. Cada uno de los voluntarios había sido asignado a un equipo de reconocimiento y el viaje hasta el otro lado se había distribuido de tal forma que cada equipo fuese en un Humvee, seguramente para que los miembros se fuesen conociendo, aunque fuese por lo menos de vista.

Una vez en el punto de reunión y cuando todos estabais en formación apareció un superior el cual parecía que os fuese a dar algo más de información. Se trataba de una persona que no era especialmente alta o fuerte a simple vista, pero dado a su rango de teniente primero, el cual dedujisteis por el uniforme, tenía que ser alguien inteligente y competente.

- Soy el teniente primero Akira Yanagida y soy el encargado de revisar que estéis bien formados y listos para vuestra primera misión en la Región Especial. Vuestro deber será el de salir a explorar la región especial ahora que las cosas están un poco más calmadas. – no parecía alguien muy imponente, pero podíais ver como muchos otros voluntarios le tenían mucho respeto, incluso podíais ver alguno que parecía tenerle hasta miedo. – Mientras estéis aquí tendréis que responder ante las ordenes que se dicten desde la base y todo lo que encontréis y sea desconocido tendrá que ser reportado a base lo antes posible.

El teniente se pasó un tiempo hablando sobre como tenían que actuar los equipos de reconocimiento, simplemente era volver a recordar los deberes y prohibiciones que os habían nombrado antes de pasar por el portón. Por último terminó dando la orden de que cada equipo se subiese a su vehículo y emprendiese la marcha cuanto antes.

Todos los equipos rápidamente siguieron a su superior y empezaron a revisar los suministros de los que disponían antes de emprender el viaje. Todos los equipos menos uno, el cual se quedó en la fila sin mover ni un solo músculo, puede que por miedo, por prudencia o simplemente porque no sabían que hacer.

Akari aun tenía el cuerpo algo tembloroso por los nervios y la sensación tan desacogedora que provoca el túnel, aunque tras ver el paisaje del otro lado consiguió calmarse un poco.

El teniente Yanagida no parecia un oficial como los de la academia, parecía mas bien amable y tranquilo aunque el silencio que impuso en el ambiente era bastante imponente así que decidí tenerle el mismo respeto que se merece cualquier otro teniente por si acaso. Tras el discurso de bienvenida todos los equipos se pusieron en marcha, pero esta era mi primera misión y no tenía mucha idea de que hacer, apenas había abandonado la Academia y tanto el entorno como las pautas eran bastante diferentes de lo que había practicado.

- "Mis disculpas Teniente Yaganida" - digo mientras doy un paso al frente para destacar entre la fila y levanto la mano hacia mi frente para realizar el gesto de saludo militar - "Akari acaba de salir de la Academia y aún no está familiarizada con el entorno y las pautas de esta base. Podría darnos una guía rapida de que realizar, además de lo aprendido en la academia, antes de una expedición?"

Miro al frente algo intranquila esperando una respuesta, es algo vergonzoso que un recluta pregunte algo tan básico pero como dijo un filósofo: "Es mejor parecer ignorante unos segundos que serlo toda la vida.".

Me puse nervioso mientras subía al Humbee, mirando a modo de despedida la tierra que me vio nacer. No sabía cuanto tiempo iba a pasar hasta que volviera y comenzar un viaje siempre era emocionante, tomé asiento intentando respetar el espacio para los demás, pero para un armario de hombre que medía casi dos metros y pesaba mas de 100 kilos era complicado respetar el espacio vital de otros cuando se viaja en un vehículo pequeño. Mostré mi mejor sonrisa y me presenté a los demás.

Encantado chicos! Soy Yosuke, soy la unidad anti-tanque del equipo, espero que nos llevemos todos bien! - miré a todo el escuadrón con esperanza de encontrar gente amable o al menos amigable.

Después de llegar a la base mas allá de la puerta nuestro nuevo encargado comenzó a hablar. Genial, nuestra primera misión es una misión de reconocimiento! Pretendían mandarnos ahí fuera sin habernos instruidos sobre la zona, sin haber nombrado un líder ni habernos mostrado que equipación debíamos llevar. Me vi en la obligación de intervenir y carraspeé. - Perdone teniente primero Yanagida! Soy Yosuke Mashira! Que se espera de nosotros en esta misión de reconocimiento? Cual será el armamento designado para esta misión y quien será nuestro líder y enlace con la central? - Comenté muy serio haciendo un saludo militar nada mas presentarme. Comprendía que era un A-T pero lo mas recomendable no era llevar un bazooka preparado por si las moscas, quizás esta vez tenía que hacer de soldado de campo. Solo quería esclarecer un poco la confusión que tenía en mi cabeza.

Di un paso adelante igual que la joven, esperando una respuesta, primero para ella y luego para mi, esperando no sonar impertinente con mi superior.

A penas podía respirar después de las pruebas fisicas. No era un blanducho, pero hacía tiempo que no hacia ejercicio en serio, y cansaba mas de lo que recordaba. Pero todo fuera para poner un mundo entre ella y yo, lo mas literalmente posible. Me dispuse a responder al grandullón cuando se presentó en cuanto se presentó.

-Soldado Nakahima Kin, del equipo medico. Un placer-dije recuperando el aliento finalmente.

Tras la entrada y la información proporcionada por el teniente me dispuse a ir a nuestro vehiculo, pero al ver que algunos miembros se paraban a hablar con el oficial, decidí quedarme esperando en silencio y en formación, esperando a que terminaran y procurar mantener el grupo.

El dejar su lugar no resulta escabroso para Yoko, más que nada porque su mente se mantiene puesta en el siguiente paso a seguir, aferrada a la sola idea de que es conveniente siempre avanzar para conocer, experimentar. Por esa razón, cada prueba, interrogatorio o lo que ha surgido dentro de estas últimas horas, fueron tranquilas para la rubia mientras se mantiene expectante y dispuesta a dar lo mejor de si. 

Una vez que el sol golpea un poco más fuerte en su rostro, parpadea unas cuantas veces para adaptarse y así evitar la fotosensibilidad que genera ese color de ojos. Ya sus compañeros se van presentando antes de subir al Humbee y otros creen conveniente realizar ciertas preguntas que valen la pena escuchar su respuesta. 

- Aquí Matsu Yoko, oficial médico. Un placer. -  saluda a todos. 

Ya portando esa actitud típica militar ataviada con su uniforme que mantiene todas sus curvas escondidas y resguardadas. La Doctora rápidamente sube al vehículo para sentarse junto al grandulón, así al menos hay proporción entre los dos ya que ella es bastante pequeña. De momento se mantiene en silencio mientras espera las respuesta del Teniente y las indicaciones correspondientes debido al caso, al margen de las señaladas con anterioridad. 

Después de mucho tiempo, había decidido dejar el tabaco, por lo que ahí estaba yo, Joaquin Striker-Tanaka, formando parte de aquella fila de soldados, un tanto nervioso y con muchos parches de nicotina en los bolsillos.

El teniente primero Akira Yanagida me había caído bien prácticamente de inmediato. No parecía tratarse de una persona muy imponente e intimidante, sino más bien sencilla, con un aspecto físico muy común. No cabía duda de que debía de tratarse de un hombre muy inteligente y competente para haber adquirido semejante posición. Además, tenía el nombre de mi película de anime favorita, no podía ser un mal tipo.

-Joaquin Striker-Tanaka. Fusilero. Encantado de conocerles, camaradas -me presenté, en tono firme y serio.

El teniente primero miró a los soldados que todavía seguían en su sitio, primero algo extrañado, aunque luego parecía haber recordado algo.

- Es verdad, no recordaba que tenía un escuadrón sin líder - dijo tras escuchar las explicaciones de la soldado Shimakaze - vosotros sois un caso especial, resulta que tenemos más voluntarios de los que esperábamos y no hemos podido asignar un superior a cada uno, por eso os voy a mandar una misión sencilla para ver que tal respondéis como grupo. - dijo mientras miraba la libreta que llevaba consigo. - Primero tendremos que pasar por la armería donde tendréis vuestro equipo para la misión. Luego os daré información sobre la misión y pariréis a vuestro destino. ¿Tenéis alguna pregunta antes de ponernos en marcha?

Ninguna pregunta mas por mi parte Teniente primero Yanagida, en cuanto mis compañeros estén listos podemos partir! - Me cuadré seriamente mientras miraba a mis compañeros, ninguno parecía dispuesto a preguntar nada mas, pero mas valía prevenir que curar así que me quedé allí postrado después de retirar el saludo.

Tengo ganas de ver que tipo de armas nos tienen preparadas para esta misión. - Pensaba para mis adentros, la idea de pasearme con explosivos y lanzacohetes nunca me desagradaba pero me parecería extraño que me dejaran llevar una arma tan pesada para un mero reconocimiento. Quizás la podía dejar en el humbee.

- Nada más Teniente. - responde en un tono serio. 

Se encuentra arriba del Humbee así que solo resta esperar a que el resto de compañeros suban al mismo para salir. De momento permanece en silencio, ansiosa por comenzar con todo está misión.

-Por mi parte ninguna pregunta, señor -declaré, adoptando un tono severo y militar, cuadrándome de inmediato-. ¡Listo para ponernos en marcha, señor!

Nunca había sido el soldado más disciplinado ni el más profesional de mi pelotón, pero sabía de la importancia de nuestra misión y pretendía dar una imagen de seriedad al teniente primero.

- Akari no tiene más preguntas y espera ansiosa las indicaciones, señor! - digo manteniendo el saludo militar aunque relajándome por la respuesta amable del teniente.

Una misión sencillita debería ser pan comido, hasta para una novata como Akari - pienso para mis adentros - aunque espero que no haya mucha batalla. A Akari le gustaría primero poder conocer el terreno y crear en su mente posiciones tácticas de combate donde poder defenderse en caso de un ataque sorpresa.

Estaba acostumbrado a que cuando hacía una pregunta y la respuesta era negativa los soldados o reclutas se quedasen callados, dando a entender que no había ninguna, aunque no estaba mal que contestasen demostrando por lo menos las ganas que tenían de participar.

- Perfecto, pues os voy a poner al tanto de la situación. Aunque antes que eso os voy a presentar a un nuevo compañero. – hizo un gesto con la mano y un soldado se aproximó hacia ellos. Era bastante alto e imponente, por lo menos comparado con el resto de soldados japoneses, aunque por el color negro de sus ojos y su pelo eran bastante tradicionales. Tenía una mirada algo intimidante, parecía un soldado listo para cualquier cosa. – Este es el soldado Tenryuu, lleva aquí casi desde que cruzamos la puerta, y nos fue de bastante ayuda cuando los nativos de la Región Especial atacaron nuestras posiciones, pero ahora… - el Teniente Primero suspiró – Bueno, espero que aprenda algo de vosotros. Soldado Tenryuu, espero que se comporte esta vez, intente aprender algo de sus compañeros, sobre todo de la Recluta Shimakaze, su padre ha sido un ejemplo a seguir en la policía local y el mismo entrenó a su hija.

El teniente esperó a que el soldado entrase en la formación antes de proseguir. – Vuestra misión será sencilla, necesitamos información de los alrededores y todavía no disponemos de los medios como para enviar drones de reconocimiento. Además necesitamos hacer la primera toma de contacto con los habitantes de este mundo, nuestra misión es de paz, no queremos entrar en guerra. Partiréis dirección Oeste hasta haber recorrido unos cuantos kilómetros. – desde la posición en la que estabais podíais ver una cordillera hacia el lugar que el teniente había señalado, probablemente estaría a 200 o 300 kilometros y tardaríais unas pocas horas en llegar. – Tomad información topográfica de todo lo que veáis, ríos, pueblos, bosques… Lo que queremos es saber que nos rodea. Ah, tenéis prohibido abrir fuego a no ser que sea estrictamente necesario, se os pedirá un informe redactado al final de la misión en el que explicareis vuestros resultados. Dicho esto, todo vuestro equipo está en el Humvee, vendas médicas, fusiles, munición y hasta un AT que espero que no necesitéis. También disponéis de unas radios cortas para comunicaros entre vosotros.

Como no tenéis un superior y no podréis contactar conmigo haré ahora un pequeño equipo provisional para ver que tal respondéis. Tenryuu irá al volante, Striker estará en la torreta sobre el Humvee, los médicos en la parte trasera, la recluta también va atrás, Mashira copiloto. Recordad que no tenemos GPS, ni mapas, ni conocemos las estrellas, tendrán que hacer uso de la brújula para orientarse.  – la charla duró un rato más y cuando el Teniente Primero terminó sus explicaciones, recordando una vez más las prohibiciones a este lado de la puerta, dio media vuelta y marchó en dirección a unos barracones que parecían ser los de los oficiales, por el tamaño que tenían.

Cuando el teniente termina la explicación Akari vuelve a presentar su saludo militar y tras alejarse mira a sus compañeros, sobre todo al nuevo soldado que se ha incorporado. Siendo Akari tan bajita ver a alguien tan grande le da una sensación de inseguridad, aunque ya está acostumbrada a tratar con personas grandes en el ejército.

Una vez aprendidas las caras de su equipo se da media vuelta y se dirige al Humvee donde inspecciona y recoge el equipo que va a necesitar y se sube al vehículo en la parte de atrás y espera a que todos sus compañeros se hayan subido.

- Soy Shimakaze Akari - dice en voz alta al resto del grupo cuando se ponen en marcha - Podéis llamarme Akari, he salido recientemente de la academia y esta es mi primera misión asi que mi rango es recluta, Akari espera que podamos colaborar en esta misión y aprender de vuestra experiencia. La especialidad de Akari es el sigilo y las armas a distancia, aunque Akari tambien sabe usar con soltura las armas con las que se entrenó en la academia. Además Akari sabe cazar y tiene soltura explorando. Ya que no tenemos un líder asignado Akari cree que sería bueno que compartieramos nuestras habilidades para, en caso de crisis, elegir quien es la persona mas indicada para cada momento - explica con calma. Tras eso se queda en silencio mirando al suelo, esperando la respuesta de alguno de los miembros del vehículo que la acompañaban en su primera misión fuera de la academia.

- Entendido Señor. - pronuncia Yoko. 

Observando al detalle la apariencia del nuevo miembro del equipo, en cierta forma le ha llamado la atención por su altura y esa expresión en su rostro. 

No obstante tras dedicar varios minutos a mirarlo, decide mejor revisar su equipo médico para tener constancia de lo que lleva. La misión es muy clara y agradece que sea de aquella forma, el tener que peinar una zona, describir e investigar es una tarea que le apasiona a la rubia. En verdad va a disfrutar de ello. 

Luego cuando la chica se presente, simplemente asiente sin saber que decir. Es un currículum vitae en persona, algo llamativo, pero es mejor conocer a sus compañeros a la perfección así descubre cuáles son las virtudes o defectos que tienen. Al fin de cuentas deberá curarlos o salvarles la vida. 

- Un gusto, soy Yoko. Oficial Médico. - se presenta a la chica.

-Señor si señor-fue mi respuesta a la ultima frase del Primero.

Dicho esto me dirigí directamente al Humvee a comprobar de que equipo medico disponíamos. Suponía que no seria nada del otro mundo dada la naturaleza tranquila de la mision, nada mas allá de unos vendajes basicos y alguno de compresión, pero era bueno saber que se tenía. 

Cuando las muchachas se comenzaron a presentar, decidí que aun habiendolo hecho ya en el camino de venida, no estaría de mas volver a presentarse.

-Soldado Nakahima Kin, tambien medico. Estoy mas especializado en el tratamiento de heridas graves en campamentos que en combate, pero podeis confiar en mi-solté una sonrisa dulce y relajada.

Ante la despedida del teniente primero me cuadré y me despedí como se despedía a los oficiales.- Señor, si señor!- Me dirigí al coche sonriente, sabiendo que esta vez no era necesario usar la fuerza bruta, esperaba que el nuevo fuera igual de amigable que los demás. 

Me senté de Copiloto y me fije en el detalle de que a pesar de que Ryuugi era alto, yo aún le sacaba al menos diez centímetros. Miré a mi equipo girando la cabeza para saludarlos y presentarme de nuevo, mientras intentaba localizar las armas en el humvee. - Yo soy Yosuke Mashira, llamadme Mashira para acortar. - Sonreí con la típica sonrisa de un hermano mayor, casi prometiendo que todo iría bien. - Tened confianza en vosotros mismos, y en los demás también! Somos un equipo y seguro que todo sale a pedir de boca. Como he dicho antes soy el AT y espero que no me tengáis que pasar el bazooka en esta misión. Tened las armas a mano y el equipo que necesitéis y si sois tan amables me pasáis una pistola y un rifle? 

Volví a sonreír una vez me hubieran pasado todo.- Tened las radios a punto y cuando esté todo listo nos vamos! Adelante chicos! - Intentaba animar el ambiente y hacer que los nervios de empezar la primera misión se disiparan. Contábamos con dos médicos y eso siempre era una garantía de salir con vida de un conflicto.

Había escuchado toda la presentación por parte de su Teniente Primero, al igual que la explicación sobre lo que tendrían que hacer, a aquella unidad reunida frente a él, información que él ya había recibido anteriormente, en el momento en que había comenzado a ayudar a las fuerzas en la Región Especial. Debido a ésta repetición, moría por continuar pronto con su misión, deseando volver a la acción, donde obtendría esa adrenalina que tanto disfrutaba, permanecer quieto sin hacer nada no era algo que disfrutara demasiado, pero las ordenes debían de ser respetadas.

Cuando escuchó a Yanagida mencionarle y vio que éste hacía un gesto para que se acercara, el joven asintió para luego acercarse al grupo, escuchando con atención cómo su Teniente Primero le presentaba ante el resto, a la vez que le explicaba que esperaba que se comportase y aprendiera algo de una chica que parecía varios años más joven que él. Si, cómo no, asintió simplemente para que dejara de decir tantas tonterías como esa última. Al menos, en lo que hacía, no necesitaba que nadie le enseñase nada.

¿Paz? ¿Eso significa que no le dispararían a nada? Espera que no, que alguien fuera lo suficientemente estúpido como para atacarles así podría luchar, no le gustaba demasiado la inacción y el hecho de no poder hacer uso de sus habilidades contra alguien, le molestaba bastante. De cualquier manera, tenía que aceptar las ordenes de su superior, por lo que no había mucho que pudiera hacer al respecto más que desear que algún habitante de aquel lugar, decidiera atacarles mientras exploraban y entraban en contacto con los nativos.

Comprendido, Teniente Primero. Realizando el saludo militar, el soldado afirmó que había captado todo lo necesario para la misión. Al parecer le tocaría ir al volante, algo que no tenía mucho problema en hacer. Cuando su superior se retiró, Ryuuji se acercó al resto mirando por un momento a Akari, quien también le miraba, probablemente evaluando sus capacidades, por lo que el joven simplemente le dedicó una sonrisa divertida para luego centrar su atención en el resto de sus compañeros.

Otra chica, Yoko, parecía también observarle por lo que el soldado hizo lo mismo con ella. Era bastante atractiva, a pesar de parecer un poco más joven que él y sin duda más pequeña en tamaño, si bien no parecía alguien que se especializara en matar personas. Por el momento simplemente le guiñó el ojo a la joven para luego continuar caminando hacia el Humvee y ponerse al volante, al mismo tiempo que escuchaba la extraña presentación por parte de Akari. Genial, hablaba de esa forma... tendría que aprender a tolerar eso.

Por otro lado, había un sujeto bastante grande, más alto que él incluso lo cual no era algo que se acostumbrara a ver, cuya actitud era bastante brillante, parecía la clase de persona que siempre se llevaba bien con todos, algo que al joven mucho no le importaba, ya que era mejor eso a tener un idiota en el grupo que le buscara problema a él, al cual el soldado no tendría problema en darle una buena golpiza si ese fuera el caso ya que siempre le daba la bienvenida a una buena pelea.

Un gusto. Como ya me han presentado, soy Ryuuji. Ametrallador. Soy muy bueno disparándole a algo o a alguien, y en combate cuerpo a cuerpo. Si necesitas a un hombre de acción, ese soy yo. Se presentó de manera simple aunque con un tono bastante confiado como si realmente fuera perfecto para esa tarea. No se iba a poner a dar todo un currículo como había hecho la otra chica, él no hacía esas cosas, prefería demostrarlas en una misión con acciones y no con palabras.

Bueno, había dos médicas, una tiradora y el AT, espera... una médica y un médico de apariencia bastante afeminada que a Ryuuji casi le hace caer en una trampa... eso estuvo cerca. Una buena unidad, en especial si tenían en cuenta el hecho de que poseían dos médicos, facilitando bastante el trato de heridas que pudieran recibir en combate.

No estaba nervioso por comenzar la misión, principalmente porque era algo que anhelaba más que otra cosa, además de que ya tenía experiencia en combate, teniendo en cuenta también su actitud aguerrida. Esperaba que el resto tampoco estuviera nervioso, de lo contrario tendrían problemas, y eso era algo que al joven nunca le agradaba.

Aguardé a que el resto de mis compañeros se presentaran ante el nuevo integrante de nuestro grupo del que nos había hablado el teniente primero y me acerqué a él, extendiéndole mi mano como gesto de cordialidad. La primera impresión que tuve de él es que parecía una persona bastante competente.

-Joaquin Striker-Tanaka. Fusilero. Mucho gusto en conocerle -me presenté, en tono educado.

Era otro día tranquilo en la base de la Región Especial. Desde que mandaron el último ataque a gran escala las cosas habían estado bastante tranquilas y la base que se había establecido tenía ahora más recursos e instalaciones. 

Es por eso que se estaban destinando más escuadras a la labor de reconocimiento del nuevo mundo, y hoy, una vez más, se iba a crear una nueva escuadra que estuviese lista para partir hacia un territorio desconocido en busca de respuestas. Aunque parecía que los miembros de esta todavía no se habían reunido.

Los soldados Sato, Kurita e Iwamori llevaban en la región especial unos días ya, pero sin tener una labor específica. No habían llegado a tiempo para participar en la batalla por el control del portal, pero habían visto los restos del campo de batalla. Ahora ayudaban a construir un lugar seguro y con fortificaciones decentes.

En el día de hoy, tenían que revisar el nuevo cargamento que iba a llegar por el portal a la Región Especial, iban a traer helicópteros de guerra. Unos pensaban que igual era demasiado para la época en la que se encontraba la región, pero eran ordenes de arriba. El cadete Yuuta fue el primer piloto en pisar la Región Especial, y aunque de momento no tenía permiso para pilotar por motivos análisis del estado del aire, estaba siendo muy útil a la hora de preparar una zona de aterrizaje y despegue de los aviones.