Partida Rol por web

El grupo se disponía a marcharse cuando Masaki nota que tiran de su pantalón, al mirar puede ver a la chica zorro allí mirándola, sus ojos se abren de par en par y le coloca la mano en la cabeza mientras con una amplia sonrisa dice:

Hola pequeña

Pero en ese momento aparece Iwamori que la coge por los brazos y la lleva a sus hombros, Masaki se queda mirando cómo reacciona la pequeña que parece bastante asustada al principio, pero después parece que le gusta. Ella se mantiene cerca y hace gestos a la niña mientras le sonríe, sabe que no le entiende, pero le va hablando:

Vaya que alto ¿verdad?... oye, ¿Cómo te llamas? Ummm ah, si

Hace un gesto señalándose y dice:

Masaki

Después señala a la pequeña y hace un gesto de duda y dice:

¿Tu?

Así se llevó casi todo el camino interactuando con la pequeña y con unas ganas horrendas de acariciarle esas orejas y esa cola. Finalmente llegan a la armería en donde estaba al que ella había bautizado como “chimenea humana” que como siempre estaba fumando. Al verle saluda como es debido y escucha lo que dice a los recién llegados. Ella permanece en su sitio pendiente de la niña zorro a la que le hace un gesto para ver si quiere bajar y así su compañero poder estar más libre mientras espera lo que su superior le indique al encargado de la armería que les habían enviado allí.

Informe del Soldado Mashira:

Al salir de la base conducimos hasta una explanada donde la médico del equipo afirma escuchar voces que provienen de un monstruo que se oculta bajo el agua en un lago de la misma explanada. Comienzan las discrepancias entre yoko y Akari. Estas perduran hasta el final de la misión.

Después del incidente con el monstruo encontramos a un hombre que parece ser un autoctono de la zona, este iba acompañado de un ramado de ovejas pequeñas y voladoras a las que acaba esquilando y a cambio de unas raciones nos da un poco de lana para mullir los asientos del Humbee, los soldados Matsu, Kin y Striker-Tanaka intentan comunicarse con el y logran entenderse un poco con él, este nos lleva hasta su aldea. Donde conocemos a Iskandar el jefe de la aldea.

Poco después de llegar a la aldea unos "trasgos" atacan a la aldea y no nos queda otra que defendernos por que tenemos que haya un riesgo vital para nosotros. Una vez repelido el ataque se nos informa que han secuestrado a la hija del jefe de la tribu. En pos de las futuras relaciones con los humanos de este lado de la puerta, el equipo toma como lider al soldado Ryuuji y decide seguir al trasgo jefe en una misión de rescate.

Una vez allí dentro la recluta akari realiza maniobras sigilosas para rescatar a la hija del jefe sin alertar a los enemigos pero encontramos a la muchacha con orejas de gato que se ha colado en el humbee y decidimos rescatarla también. Una vez rescatados a todos los civiles utilicé la munición explosiva para volar por los aires la base del enemigo bajo la petición de equipo. Una vez realizada la misión devolvemos a la hija y a la chica gato a la aldea, esta última acaba colandose con nosotros. Los médicos curaron a todos los heridos del incidente.

Peticiones: 

- Una radio de largo alcance para poder contactar rápidamente con la base en caso de vernos envueltos en situaciones parecidas. 

-Cámara de fotos y de video para poder tener referencias de lugares ya visitados.

- una herramienta para ayudar o algún cartógrafo para poder hacer un mapa de la zona.

- Establecer relaciones diplomáticas con la aldea.

Capto la divertida mirada de Yuuta de camino a la armería pero por mi parte, solo me encojo levemente de hombros. Son cosas que pasan.
En cambio, cuando entramos en la misma, aunque mi olfato no es tan sensible como el de la chiquilla que nos acompaña, no puedo evitar un leve carraspeo a causa de lo cargado de humo de tabaco que esta el ambiente.
Y me resulta extraño que permitan fumar en el interior al encargado.
Me coloco a la derecha del grupo mientras el susodicho encargado nos dirige la palabra.
Pero yo también espero a que nuestro cabo inicie la conversación.
Aun que claro, no puedo evitar echar un vistazo alrededor. Pues siempre es bueno hacerse una idea de las "existencias" disponibles

Yoko se mantiene sumida en sus propios pensamientos mientras sigue los pasos de aquel Teniente. Ya decidida va organizando mentalmente lo que piensa escribir en el informe y tras tener unos cuantos minutos para elaborarlo, como así también con este hombre que está a cargo, analiza muy bien lo escrito. 

Durante una larga extensión de palabras que sólo reflejan el inicio de una misión con algunos traspiés por parte de Akari, continúa el relato sin desmerecer a nadie, siempre valorando pros y contras sin entrar en la tirria o el exceso de broncas, manteniendo un firme argumento dentro de todo profesional. 

Ya contando sobre el Jefe de aquella tribu, la bondad de esa gente y cómo poco a poco se fue complejizando la misión debido al suceso del secuestro, el rescate y todo lo que ello conlleva. Obviamente haciendo hincapié en el trabajo organizado, que pese a costar en un principio, comenzó a funcionar mejor ya cuando la situación resultó ser más preocupante y peligrosa. 

Finalmente tras redactar todo el informe sin desmerecer a nadie, lo firma con una tranquilidad absoluta, tan propia de ella. Y tras dejarlo sobre el escritorio de su Teniente, aguarda paciente por si surgen preguntas o le indica la retirada. 

- Gracias por su informe soldado - comenta el teniente primero - En cuanto a las peticiones, puedo intentar hacer algo con lo de la radio y el cartógrafo, pero me temo que las cámaras de vídeo y fotográficas están prohibidas por mantener el secreto de lo que hay al este lado del portal. Puede retirarse.

-Gran informe soldado Matsu, puede retirarse. -dijo mientras volvía a coger la libreta en la que habías apuntado todos los detalles de la misión y se lo empezaba a leer otra vez. - Contactaré con usted si tiene alguna duda.

Johan no pudo evitar sonreir casi toda la parte del tiempo dándose la vuelta y viendo como el soldado Iwamori, tan duro como parecía demostrar que era, tenía su lado tierno junto a Sato que trataba de hablar con ella. Se vió tentado a entrar en el trapo e intentarlo el también pero tenían que llegar a la armería lo antes posible. El olor del tabaco no le molestó salvo por que estaba intentando dejarlo y el aroma le aumentó un poco el mono pero podría sobreponerse a el. Se acercó al mostrador y vió que nadie dijo una sola palabra.

-Si teneis alguna preferencia personal o habeis entrenado con algún tipo de rifle es el momento de decirlo chicos. Aun así pediré algo standard según vuestra especialización. Suspiró tocándose la cabeza y lamentándose para si mismo -Ojalá tuvieramos un ametrallador... De acuerdo, creo que necesitaremos las siguientes cosas:

-3 Carabinas M4 y 2 lanzagranadas M203

-1 Fusil de francotirador M24

-Una MP7.

-5 Pistolas Mineba P-9

El teniente parecía bastante pensativo, no tenía muy claras las cualidades de Katsuro al ser un piloto y pensó que una subametralladora podría ser una buena elección para un piloto.

-Ademas de municiones , granadas y miras... ¿Podriamos llevarnos algunos fusiles extras y otro equipamiento?

El cabo Buki mira a la soldado Sato y le devuelve el saludo diciéndole que puede descansar. -  Por lo menos alguien tiene algo de educación – Apagó el cigarrillo en un cenicero bastante lleno y se puso de pie para observar mejor al que había realizado la petición, lo examinaba a fondo, pues no era normal ver a alguien no japonés con el uniforme. – Tú debes ser el cabo Kahler, el teniente primero me habló de ti.

Se notó rápido que a diferencia de los demás militares el cabo Buki trataba a las personas de tu en vez de ser formal y utilizar usted. – Déjame que consulte con la base de datos vuestras fichas. – sus dedos empezaron a moverse a toda prisa por el teclado del ordenador y en menos de un minuto ya tenía todos los datos que necesitaba.

- Veamos, 3 carabinas M4… concedido. Fusil de francotirador M24… Iwamori… - suspiró – concedido. MP7… concedido. 5 pistolas Mineba P-9… denegado. Solo le puedo dar 2, una para usted por ser cabo y otra al tirador designado, protocolo. En cuanto a los lanzagranadas, solo le puedo dar uno pues usted es el único de su grupo con la metopa de granadero.

Volvió a teclear en el ordenador mientras daba una pequeña explicación. – Las armas vienen equipadas ya con un equipo básico, miras y munición. Por lo demás, si no quiere ningún cambio os pondré a cada uno un equipo básico. – se aclaró la garganta – 6 vendajes de cada menos Quickclot que son 4, 5 granadas de humo blanco y 2 granadas de humo verde, rojo y azul, 6 cargadores del arma principal, 4 para la secundaria, 3 granadas de fragmentación y 2 flash, tapones de oído y palas de trincheras. Creo que no me dejo nada. Cuando os marchéis de misión pasad por aquí, si queréis un día antes incluso, tendréis todo listo. Me imagino que el teniente primero Yanagida os asignará un par de vehículos para los 10.

Cuando terminó se volvió a sentar en la silla, y cogió el cigarrillo que había apagado hace unos momentos mirando a ver si se podía aprovechar un poco más. Al ver que no lo volvió a dejar en el mismo sitio y se encendió uno nuevo.

A pesar de que la soldado recordaba unas cuantas palabras de las instrucciones sobre el lenguaje autóctono de la región especial no recibió una respuesta de la pequeña chica zorro salvo una mirada curiosa que realizó ladeando un poco la cabeza.

Luego sonrió y volvió a juguetear con el pelo del soldado Iwamori mientras sujetaba la libreta que le había dejado con la mano libre.

Una vez que me tocó mi turno, entré en el despacho y tomé asiento frente al Teniente Primero, juntando las manos con cierto nerviosismo. Era la primera vez que un superior me pedía que le contase lo sucedido en vez de realizar un informe escrito, por lo que me hallaba inquieto de no saber si sabría contarle bien todo lo sucedido o se me olvidaría algún detalle.

-Mientras llevábamos el Humvee, hicimos un alto en el camino cerca de un lago -expliqué, dubitativo-. Queríamos reposar un poco, así que Ryuuji y Nakahima se quedaron vigilando el vehículo, mientras los demás nos acercábamos. Entonces comenzamos a sentir una voz penetrando en nuestras cabezas. Era como... como... como telepatía. Esa voz nos pidió que nos marchásemos de allí, ya que era su hogar. -Valoré durante un breve instante exponer que la impulsiva acción de Akari había complicado la situación con aquella criatura, pero preferí callar. Al fin y al cabo, la recluta había terminado acoplándose bien al resto del grupo cuando había sido necesario colaborar en equipo, por lo que no le veía sentido a delatar sus errores frente al superior-. Se trataba de una especie de animal acuático, quizá con forma humanoide, aunque no llegamos a percibirlo bien. La doctora Yoko aseguró que era de color más bien negruzco. Como la criatura no dio muestras de hostilidad, el encuentro no pasó a mayores.

-Después, nos reunimos con Ryuuji y Nakahima de nuevo. Estos estaban conversando con un pastor nativo que nos condujo hasta su aldea. Allí fue donde conocimos a Iskandar, el jefe del poblado, y a su hija Sylvie. Los aportes de la doctora Yoko fueron cruciales para que pudiéramos entendernos con los nativos, ya que es la que mejor comprende su idioma. -No era del todo cierto, ya que yo también entendía y hablaba más o menos bien el idioma de los nativos, pero prefería que fuera mi compañera quien se llevase aquel mérito-. Iskandar nos dejó comer en su casa pero, poco después, la aldea fue atacada por una avanzadilla de trasgos. Hirieron a Iskandar y se llevaron a su hija al interior de un pozo, por lo que decidimos bajar a rescatarla. Nos abrimos paso mediante sigilo hasta el enclave subterráneo de los trasgos, y la recluta Akari y yo nos encargamos de extraer a Sylvie y a esa niña zorro de una de las casas donde los trasgos las retenían. Después, nos replegamos y volamos la base de los trasgos. Creo que eso es todo, señor.

Akari presenta de nuevo su saludo marcial aunque no se mueve. Se lo piensa un poco quieta en la sala dejando un pequeño silencio incómodo antes de volver a hablar:

- Teniente, me gustaría presentar una solicitud para realizar el CIBI. 

Akari no dice nada más y se queda esperando una respuesta. No sabe que más añadir en estos momentos ya que como recluta nunca ha pedido una promoción anteriormente y tampoco ha visto o escuchado a nadie pedir una.

La niña se revuelve, pero por suerte en seguida se le pasa y se aferra a mi cabello, lo que me obliga a esconder una mueca de incomodidad aunque nada que no pueda manejar. Sato-san, intenta comunicarse con la niña, no parece que consiga mucho pero al menos lo intenta.

Al llegar al arsenal, el humo nos recibe y casi me haría pensar que una granada se ha disparado, pero el olor es muy característico y molesto. Aparto lo poco que nos alcanza moviendo la mano, aunque es un intento ineficaz por mi parte. El encargado pregunta por el equipo que necesitamos, y es el cabo el que responde; sin embargo nos tiran algunas de las armas que Kahler solicita. Al parecer no tenemos el entrenamiento necesario. A pesar de todo, están bien informados.

-Uhm… Cabo, creo que necesitaríamos algún cuchillo o machete extra. Solo por si acaso.- Las palas son útiles, pero no se suelen llevar cerca. Además, no viene mal tener un objeto de filo con el que poder ayudarte. Otra cosa es que nos lo concedan.-Y, personalmente creo que serian útiles unos binoculares telemetricos*, y un equipo de camuflaje.

Al parecer, dispondremos de equipamiento dentro del vehículo, y seremos 10. Nos juntaremos con el primer grupo… eso entiendo. Supongo que será lo mejor. Imagino que igualmente Kahler estará al mando, pero habrá que hablar con los que ya experimentaron el área especial.

De momento sigo a un lado del grupo en silencio. Aunque no puedo evitar soltar una leve sonrisa al ver como jugetea nuestra particular compañera.
Me pregunto a donde hubiera podido ir mi gorrilla si se me llega a subir encima. No obstante cuando Iwamori propone sus especificaciones, asiento levemente con la cabeza.
Doy un paso al frente y aporto.
Secundo la petición de mi compañero. De hecho solo se me ocurre que dispondremos de esa clase de equipamiento incluido en los vehiculos.
Miro levemente a Iwamori entonces y añado.
Quizá te refieras algún tipo de óptica para tu apoyo como francotirador. Binoculares es correcto. Aunque yo diría que no esta de mas algún intensificador nocturno sea ele o térmico. Supongo que las miras de tu M 24 ya llevaran de serie ese extra. Hablo del posible apoyo.
Dicho esto callo y me limito a mirar a nuestro cabo. Al fin y al cabo es el nuestro mando. Y en realidad, nuestras peticiones acabaran en el momento en que el lo ordene.

Salí contento de dejar el informe, era la parte que menos me gustaba de la misión, pero la mas necesaria o al menos eso me gustaba creer para someterme a la atenta mirada de un oficial. 

A quien hay que sobornar para darme una ducha? -Comenté al salir de la oficina, quizás en los barracones encontraba la respuesta. Y allí es donde decidí ir. 

Tras despedirme del teniente me marché de allí respirando con calma. No parecía que hubiera habido ningun problema con el reporte, por lo que me dirigí a los barracones a darme una ducha para quitarme todo el olor a sudor y suciedad que llevaba encima. Además, tenía que cuidar bien el pelo si no quería que Aoko me matara al volver.

Al terminar me puse ropa limpia y me dirigí al comedor. Necesitaba comer algo antes de dirigirme de nuevo al mando a preguntar si alguién mas había conseguido contactar con nativos y si habían aprendido algo del idioma tambien. Necesitabamos mejorar la comunicación con los locales si queríamos evitar malentendidos.

- Gracias por su informe, puede retirarse - dijo el Teniente Primero mientras empezaba ojear los papeles que tenía encima de la mesa.

El Teniente Primero se queda mirando a la Recluta durante nos segundos antes de dar su respuesta. – Me parece correcto. Por lo que me habéis contado desempeñaste un papel importante en la misión, así que te veo capacitada para el ascenso. De hecho estaba dudando si proponértelo yo mismo. – Dijo con una sonrisa amable en la cara.

- Te voy a explicar un poco como hacemos los exámenes aquí. Como no tenemos muchos recursos tenemos que apañárnoslas como mejor podemos,  así que la parte teórica te la hará el mismo instructor de tiro. No serán preguntas muy complejas, pero te aconsejo que revises algún manual por si hay alguna pregunta que te pueda sorprender. Mañana a las 9:00 en el campo de tiro te estarán esperando.

Dicho esto le Teniente se calló por si tenías alguna duda que quisieses preguntar.

Akari sonríe emocionada.

- No le defraudaré señor. - le digo antes de volver a presentar el saludo marcial y salir de la habitación.

Akari sale fuera y pregunta a los soldados de la base para guiarse un poco por la zona ya que apenas pasó en ella 5 minutos desde que cruzó la puerta y aún no sabe ni donde está el campo de tiro. Akari también pregunta por un lugar donde poder revisar todo lo necesario para estudiar para el CIBI.

De camino a los barracones os juntasteis los dos, uno de los deberes de un soldado era mantener a punto las herramientas que utilizaban, y la más importante era su propio cuerpo.

Al llegar a los barracones visteis que se trataba de un edificio bastante parecido a las residencias que utilizaban los estudiantes cuando iban a las universidades. El edificio era largo y tenía una gran puerta, su estructura era de chapa y seguramente estaría reforzada con madera para darle más consistencia. También visteis como una excavadora estaba terminando de realizar unas pequeñas obras en la parte trasera.

*

Nada más entrar en el edificio había una recepción en la que una mujer de pelo azul oscuro mordía una chocolatina con forma de cigarro. Detrás de ella un cartel que ponía que no se podía fumar. – Vaya, a vosotros no os había visto todavía, soy Asako Kusakabe, la encargada de los dormitorios, encantada. – aunque se había presentado no se había levantado de la silla, de hecho su único movimiento fue el de inclinar la silla peligrosamente hacia atrás mientras os veía pasar. – Hombres a la derecha, mujeres a la izquierda. Como os vea donde no tenéis que estar cuando no tenéis que estar os la cargáis, dormir aquí es un privilegio que puede desaparecer de forma rápida. Aunque vosotros habéis tenido suerte, acaban de terminar las obras de los baños, aguas termales para todos ¿No pensáis que es mucha casualidad? De momento solo hay una piscina, así que hombres y mujeres comparten baño, pero no horarios. Las horas impares para los hombres, las pares para las mujeres, que no se os olvide. Ah, podéis elegir cualquier habitación que no tenga nombre, son de 3 personas, organizaros como queráis. – dicho esto terminó la chocolatina y se sacó otra de un paquete de tabaco.

No podía alegrarme mas de lo que acababa de escuchar. Esperaba que fueran tiendas de campaña y barreños con una bomba que terminara en una ducha, no esperaba unos baños ni unos barracones bien montados. Sonreí al soldado Mashira.

-Parece que después de todo tenemos algo de suerte. Si, hemos estado de misión desde ayer qeu llegamos y acabamos de volver-dicho esto miré el reloj para asegurarme de la hora que era y no cometer ningun error-.Solo para confirmar, ¿esta es la misma hora que tienen ustedes?-le pregunté a la encargada antes de ir a buscar un dormitorio- Bueno, busquemos una habitación para nosotros. ¿Le decimos al soldado Tenryuu si quiere acompañarnos? Así seríamos 3-mientras le decía esto comenzaba a tomar el camino al ala de hombres.