Partida Rol por web

¿Plata? -La sorpresa y consternacion del mulato parecen genuinas, realmente aparenta no comprender nada- Oye, brother, yo negocio con petardos, no con joyas ¿De donde quieres que saque un cuchillo de plata? Bueno, podria hacerse, pero... Tendria que hacerlo fabricar, te saldria caro, tardaria unos dias... -El traficante se encoge de hombros, desprendiendose de la carga de la decision- Respecto a las cortas no hay problema. Diez unidades os las puedo proporcionar ya mismo, con algo de municion extra, si quereis. Este es el precio.

Extrae de un bolsillo un cuaderno de notas y anota algo, arrancando la hoja para tendersela a Luigi. Es una cifra, el precio en euros. Una cantidad considerable, mas alta de lo habitual en este tipo de negocios. Algo que se hace evidente a primera vista para cualquiera que alguna vez ha comprado armas en el mercado negro.

Cagalli suspira y finalmente dice:

-Bueno ya que no hay de plata me conformare con las normales pero que sean bien bonitas para una chica como yo

Cagalli mira de reojo cuando su compañero mira el precio, ella ha comprado muchas veces en el mercado negro y sabe que intentan timarles, sin embargo prefiere esperar un poco a ver como reacciona Luigi

Aficcionados, ni siquiera tenía cuchillos de plata, eso me pasa por no haber tenido tiempo para encontrar porvedores decentes.

Creo que no sabes con quien hablas, no te interesa estar a mal con nosotros y poner esos precios abusivos... estamos en una buena posición en el puerto lo que a alguien en su posición entenderá que le viene bien no llevarse mal con quien puede poner en peligro uno de los principales puntos de entrada a la ciudad...

Me yergo, separandome un paso de la furgoneta y lanzando la colilla humeante a un costado, sin mirar siquiera dónde cae.

Si estás negociando con él es porque sabes que está bien conectado y tiene referencias. - mi voz suena vacía desde detrás de la cortina de pelo. - Y si no tuvieses prisa o estuvieses en un apuro, no estarías regateando el precio como si esto fuera un zoco marroquí.

Serán tres y veo que sus necesidades especiales las hace ser necesidades peligrosas pero no voy a dejar que se crezcan con el chamaquito.

Pese a ver el precio abusivo, Danny no iba a intervenir hasta que el otro hombre, en plan chulesco, abre la boca.
- A eso también yo sé jugar. - piensa, sonriendo de medio lado.

Aún al lado de Luigi, permitiendo que esté un paso por delante, al menos hasta que empiecen las tortas, (si es que las hay que no lo espera), cruza sus brazos haciendo que los músculos se marquen aún más, pese a saber que no toda la fuerza viene de sus músculos, pero aún no hay necesidad de que se entere alguien más de los que ya lo saben.

- Si, tenemos prisa lo que os viene bien, pero habrá más veces que necesitemos chucherías y podamos buscar otros proveedores. Si éstos precios bajan, - quita a Luigi el papel de la mano, hace una bola con él y se lo pasa al motero, con desprecio. - ya no necesitaremos hacerlo.

No hago el más mínimo amago de coger la bola de papel, dejando que caiga al suelo.

Miro entonces al calvito, sin hacer caso siquiera al musculito, y le digo.

Ata en corto a tu perro o ponle un bozal. - gallitos de pelea he visto muchos peores que este pero el calvo es el que parece al mando - Y enseñale de paso a preguntar antes de hablar.

Señalo con el pulgar al manito. Vengo con él pero no soy su matón, sabes que seguramente no le haga falta teniendo en cuenta sus referencias.

Cagalli suspira, estaban perdindo el tiempo en ese sitio de forma demasiado infantil, asi pues cruzando los brazos dice:

- Bueno, tras esta lucha de testosterona, porque no pasamos a algo mas productivo, señor umm no se su nombre, vendedor de petardos, baje los precios y tendra unos clientes contentos y fieles asi de simple, nos gusta mucho la pirotecnia y queremos tener unos cuantos espectaculos asi que si usted nos los proporciona seguro que sacara mucho beneficio

Mira a Dany y "al greñas" y dice:

- Venga ya os peleareis otro dia, sois los dos unos machotes pero no creo que aqui sea un buen sitio para pelearse ya que no queremos llamar mucho la atencion verdad...

Cagalli pretendia calmar los animos alli ya que no les interesaba llamar la atencion pero a los vendedores aun menos que a ellos, de todas formas tendrian que seguir mirando y se lo comentaria a Luigi, el buscar otras fuentes alternativas de armas ya que siempre es mas adecuado, ademas necesitaba unas buenas armas, unos cuchillos como los que tenia antes ya que ahi podia radicar la diferencia

Mientras las bravatas se suceden y la tensión aumenta, el traficante se mantiene en un divertido segundo plano, observando la pantalla de su teléfono móvil con interés, aunque sin perder ojo de la situación. Finalmente, cuando habla Cagalli se guarda el móvil en el bolsillo y saca un cigarro, encendiéndolo antes de hablar.

Hey, calma, viejos... -Da una calada al cigarro, ofreciendo con la otra mano su paquete de tabaco, por si alguien quiere acompañarle- No estamos aquí para pelear. Bueno, tú no se exactamente para qué estás aquí -Dice mirando a Jules, encogiéndose de hombros- pero yo he venido solamente a hacer negocios. Y los negocios funcionan de esta manera, gueys, ley de oferta y demanda. Vosotros necesitáis, y yo tengo. Si no os gusta el precio, podéis acudir a otro. Es un mercado libre. -Vuelve a encogerse de hombros, con confianza. Se nota que ha practicado el discurso- Pero ahora mismo tenemos prácticamente monopolizado el negocio, os va a costar mucho comprar una mierda si no viene de nosotros. ¿Quién sabe? Puede que hasta tengáis que comprarlo más caro. O puede que tengáis que volver con el rabo entre las piernas y aceptar que solo podéis hacer negocios con nosotros, en cuyo caso trataré de no aumentar demasiado la oferta actual. -Una sombra de malicia brilla en sus ojos- Después de todo, nos interesa seguir haciendo negocios... y no es aconsejable matar serpientes a bastonazos...

La tensión aumenta y yo sonrio levemente.

Negociar es la esencia de cualquier transacción... nosotros dominamos el puerto y tarde o temprano tu mercancia tendrá que pasar por alli. Es mejor para las dos partes llevarnos bien, esta ciudad puede ser muy fructifero para todos si nos llevamos bien y con un riesgo mínimo. Ademas se puede negociar con favores aparte con dinero... tu dirás Cruz, prefieres el corto beneficio inmediato o eres de los que puede ver el beneficio a largo plazo...

Me aparto un par de pasos hacia un lateral para dejar al bola de billar y al cubanito que terminen de hacer sus tratos.

Saco mi paquete arrugado de tabaco y cojo un pitillo, haciendo el gesto de ofrecer al resto mientras lo enciendo con mi mechero sin llama.

Cuando terminéis, tenemos que hablar. - digo al calvito.

¿Yo? Ni pincho ni corto, guey -Responde Cruz, visiblemente molesto por el cariz de la negociación. O quizás solo impaciente- El negocio no es mío, ¿sabes? Puede que en caso contrario aceptara tu oferta, no lo se, pero yo soy el intermediario. Y mi jefa ha puesto el precio. Lo tomáis o lo dejáis, es así de sencillo. Puede que sea cierto que controláis el puerto, no lo se. Pero nadie ha dicho que la mercancía llegue por mar. Y si así fuera no tendríais problemas para conseguirla vosotros mismos ¿no? Pero aquí estamos...

Todos podéis percibir la velada acusación. No se cree que controléis el puerto. Eso, unido al anterior comentario, matar serpientes... hace que os planteéis si este tipo sabe mucho más de lo que parece acerca de vosotros.

Mirad, yo lo veo así: No tenéis posibilidades de conseguir armas por vuestra cuenta, por eso necesitáis un traficante; necesitáis el material, porque tenéis un problema del carajo en vuestro patio; y mi jefa se niega a bajaros el precio. Podría estar aprovechándose de vuestra necesidad, pero si queréis saber mi opinión, no es su estilo. Yo creo que la habéis cabreado, o algo.

Cruz se encoge de hombros, y hace ademán de cerrar el portón de la furgoneta, con las armas dentro.

Pero eso no es asunto mío. Yo hago lo que me dicen, brothers, así que si no estáis dispuestos a pagar el precio...

Cagalli suspira y dice a sus compañeros:

- Venga, terminemos ya, que me estoy congelando aqui un poco, ya hablaremos con su jefa que creo que se quien es, de hecho la otra noche estuvimos hablando 

Cagalli sonrie y se acerca al vendedor extendiendo su mano y dice:

- Bien me das mi regalo? ellos van a comprarlo y me digiste que me regalarias unos cuchillos

Cagalli hace un barrido con la mirada para asegurarse que no hay nadie, para que no sea muy evidente el intercambio, es decir para que nadie le vea coger las armas, para "controlar" como esta la zona

Lo que dice no me gusta lo más minimo pero si es cierto tiene poco margen de negociación, chasqueo la lengua con algo fastidio.

Te propongo otro pacto, te pago un precio más justo ahora y ese sobreprecio lo negociaré con tu jefa en otro momento. ¿Que te parece?  Estaba claro que esa era una negociación con la jefa estaba casi perdida de antemano, ya que implicitamente te comprometias con el precio pero era mejor que nada.

Cruz se gira para mirar a Cagalli con una sonrisa, pero al escuchar de nuevo a Luigi tratando de negociar tuerce el gesto y muestra un semblante serio, cerrando de golpe la puerta de la furgoneta.

Oye, bro, no tengo tiempo para boludeces. Si no quieres pagar el precio o no tienes la pasta es problema tuyo, no mío.

Antes de alejarse, el mulato hace un gesto al motero como despedida.

Bueno, colega, un placer conocerte. Seas quien seas.

Sin decir más, Cruz os da la espalda y se dirige a la puerta del conductor. La posible transacción está a punto de romperse definitivamente.

Oye, hermano, espera. - digo con un acento muy parecido al suyo pero sin ningún toque de burla, más bien el tono de quien ha convivido durante tiempo con los suyos.

A la vez, le hago un gesto con dos dedos al calvito para que se acerque.

El traficante se detiene, intrigado. Observa al motero y, de reojo, a Luigi. Sin embargo guarda la calma y espera curioso lo que Jules tenga que decir.

Mi mente baraja las posibilidades, cuanto tardaría en encontrar otro suminstrador y si valdría la pena pagar ese sobreesfuerzo cuando el misterioso acompañante me llama a su lado y hace esperar al vendedor, me acerco esperando que tiene que decir.

Sonrío cuando se acerca, una sonrisa de la que no emana ninguna simpatía, si no promesas de sangre y dolor si me traicionas.

Debería trabajar en ella, lo sé, pero hace lustros que dejé la humanidad en un arcén de una carretera de mala muerte.

Inclino mi cuerpo hacia delante y hablo en un tono de voz bajo, esto es entre el bola de billa y yo.

Escucha, el chamaquito se va a lagar y tú lo sabes, pues su jefa os tiene cogidos por las pelotas. - mi mirada se clava en la suya, de igual a igual.

Pero si fuese tú, pagaría rápido y aceptaría la ventaja que voy a ofrecerte, un hermano de la Secta, y que te saldrá más a cuenta que unos pocos euros ahorrados en el cerdito de plástico.

Salvo que tengas que tengas que consultarlo, claro...

Me quedo un segundo pensativo.

No es que necesitemos mercenarios pero un par de manos extras si valen el precio excesivo que nos queréis cobrar, creo que puede haber trato. Digo asintiendo a lo que me dice el extraño tipo.