Partida Rol por web

Entonces todos tenemos un trato. - digo mientras doy un paso atrás y sacó otra vez el paquete de tabaco.

Hago un gesto al sudamericano asintiendo con la cabeza y me enciendo el cigarro tranquilamente.

El traficante permanece un instante con los ojos clavados en el motorista, con un ojo más cerrado que el otro y el ceño exageradamente fruncido. Parece que hay algo en todo este asunto que no termina de cuadrarle, aunque tampoco parece tener intención de inmiscuirse en asuntos que no son de su incumbencia. Pasa lentamente a mirar a Luigi, con gesto dubitativo.

¿Lo... tenemos?

Eso parece. Habra que tener vigilado al nuevo pero al final el trato no es del todo negativo pienso para mi. ¿Cuando y donde nos entregarás la mercancia? pregunto

El traficante mantiene una mirada llena de intriga en el rostro del motero, aunque las palabras de Luigi le arracan de manos de los pensamientos que estuvieran secuestrando su mente.

Eso depende de ti, brother. La mercancía está aquí mismo para que te la puedas llevar cuando quieras. Pero, como suelo decir, querer es pagar...

Asiento hacia el mulato y me empiezo a dirigir hacia mi moto cuando escucho que el tema del pago parece no estar solucionado.

Me detengo y me giro ligeramente, esperando a ver que hacen las tres marías.

Cagalli suspira y dice:

- Vamos, Luigi cariño pagale lo que quiere que me estoy muriendo de frio y lo que podemos hacer es en el futuro buscar otras fuentes o como quieras, pero quiero irme ya de aqui, ademas quiero mi regalo

Mira a los alli presentes y añade en un tono algo infantil:

- Señor Cruz me da mi regalo para poder verlo meintras Luigi le paga?

Asiento estando de acuerdo con Cagalli.

De acuerdo, pero dile a tu jefe que me gustaría hablar de negocios en el futuro. Creo que ambos podemos salir beneficiados si nos llevamos bien. Le digo al tipo.

El traficante asiente con desgana a la proposición de Luigi, punto final de una negociación que ha sido tensa por momentos, pero que finalmente se celebra sin problemas. El pago se realiza mediante transferencia bancaria, que Luigi puede ejecutar desde un ordenador portátil que Cruz saca de debajo del asiento del piloto de la furgoneta. Internet hace que las cosas sean mucho más sencillas para los vampiros. El número de cuenta que Cruz proporciona para el pago será seguramente una cuenta fantasma, irrastreable a partir de mañana en cuanto retiren todo el dinero. O puede que no, que no tengan ese nivel de seguridad y ese número de cuenta sea una brecha de seguridad en su organización. Eso es algo que no sabéis de momento.

La pregunta es: ¿Os importa?

Una vez el pago es confirmado, Cruz saca nuevamente la bolsa de deporte cargada y os la tiende. Por el peso, y debido al vistazo que le echasteis anteriormente, sabéis que se trata de aproximadamente una decena de armas de fuego, con algo de munición extra y algunos accesorios. No es como para comenzar una guerra, pero suficiente para defender tu patio y hacerte respetar. También se incluye en el lote un par de navajas idénticas de abanico para Cagalli.

Cruz se despide de un modo bastante parco en palabras, aunque con una amplia sonrisa de satisfacción. No es de extrañar, pues acaba de cerrar una buena venta. Lo ha hecho, de todos modos, gracias a la oportuna intervención de Jules.

Y es el propio Jules quien representa el único fleco que queda aún de esta transacción. Mientras la furgoneta de Cruz se aleja, la presencia del motero se vuelve una tensa situación que hay que afrontar. Una presencia que debería aclararse.

El pago se realiza de manera rápida y limpia igual que el intercambio de armas.

Bueno, todo listo vamos a reunirnos con los demas. Le digo al resto.

Cagalli se guarda las dos navajas con una leve sonrisa y tras el comentario de su compañero algo extrañada dice:

- Bueno, y con este hombreton que hacemos, no se porque pero me da que Luigi tu y el habeis hablado algo interesante antes cuando os habeis apartado un poco, venga dinos a los demas que ha pasado

Me giro, apoyandome ligeramente en mi moto, mientras saco otro pitillo de nuevo de mi cazadora.

Poder, podrías hacer muchas cosas con  este hombretón. - respondo a la muñequita rubia, mirándole de arriba a abajo sin ningún disimulo mientras saco mi mechero y doy las primeras caladas.

Creo que para lo que tenía planeado la jefa un par de manos extras nos vendrá bien.... no es que lo vaya a llevar a nuestro refugio pero sí a la fiesta de esta noche. Quizás deberíamos llamarla, pero no se si quereís saber algo antes...  Digo mirando a Cagalli y Danny

- Claro que queremos saber todo. - dice el estadounidense con el ceño fruncido, no confiando en el melenas, al que mira mal sin disimulo alguno. 
- Un par de manos extras... pero hasta que no demuestre si tiene lo que hay que tener... es completamente prescindible.- piensa.
 

Cagalli observa y dice:

- Si podria pero no se no se, no termino de estar convencida de si podrias soportar mi ritmo, tu ya me entiendes

Finaliza con un guiño, entonces escucha lo que dicen sus compañeros y dice:

- Seguro que alguien a quien todos conocemos pregutnara muchisimo, asi que Luigi si nos haces el resumen sera mejor

No hay mucho que explicar, solo viene a ayudar, verá lo que nosotros le dejemos y lo tendremos vigilado. La negociación fue una verdadera perdida de tiempo por eso no me gusta negociar con segundones...  Me quejo. Vayamos a hablar con Steff y los demas a ver que opinan ellos.

Cuando quieras, muñeca, pero luego no te quejes si sales dolorida. - respondo a la muñequita mientras me encojo de hombros tras las palabras del calvito y paso mi pierna por encima de la moto.

Jules, por cierto. - me presento - ¿Tenéis ruedas o tenéis que pediros otros taxi?

Cagalli sonrie y dice:

- Quien sabe comopodria terminar, pero no eres mi tipo, me gustan mas... limpios

Mira a su compañero Luigi y dice:

-Tal vez deberiamos irnos ya a casa no? cuanto antes nos pongamos en marcha mejor

No puedo evitar que una media sonrisa florezca en mi rostro, mientras le vuelvo a dar un repaso de arriba a abajo.

Espero que al menos tus estirados sepan tratar a una mujer como se merece. - el tono de mi voz deja escapar una dureza que denota que no estoy pensando en sujetar la puerta para que pase o en pagar la cuenta después de cenar.

No a casa, quedamos con Steff en otro lugar antes. La llamré para confirmar el lugar. Digo sacando el movil para llamar al otro grupo.