Partida Rol por web

La cena había comenzado. Y allí se encontraban, sentados en esa mesa circular que había reunido a lo más selecto de tantas generaciones. O al menos, en el pasado. Oliver no pudo evitar mirar a sus acompañantes, mientras hacía una rápida criba mental de quien era digno o no de estar en su presencia. Sorpresivamente, ganaban los positivos. Se estaba ablandando.

Sus pensamientos se vieron interrumpidos por la pregunta del profesor y las rápidas repuestas de sus compañeros. Ministro de magia, Director de Hogwarts... siempre salían en veladas como esa. Sin moverse, movió sus ojos en dirección a los laterales. Sin saber exactamente como, había acabado sentado entre los dos ravenclaws. Pero, visto friamente, y dadas las circunstancias, estar entre Kyle y Eve era mucho mejor que estarlo entre Carrie y Deidre. Al menos, su salud físico-mental se lo agradecía.

Entonces habló Kaitlin, y sus palabras le dejaron absorto por un momento. Su mirada, fija en el rostro de la pelirroja, era tan inexpresiva como sus facciones; un rostro que no volvió a la vida hasta la interrupción de la realista gemela.

- Todos sabemos que conseguirás lo que te propongas, Deidre. Te cueste lo que te cueste. - las palabras de Oliver rompieron el segundo incómodo silencio que había sido provocado por una O'Hare en menos de un minuto. Su mirada fría y su expresión seria se mantenían fijos en la Slytherin. Durante un segundo pareció que el joven iba a dirigirle otro comentario, pero pareció pensárselo mejor. Haciendo caso omiso de las miradas dirigidas hacia él, y al superficial comentario de Eve, continuó respondiendo la pregunta que había sido planteada momentos atrás. - Por mi parte, profesor Slughorn, creo que mi carrera profesional puede estar ligada al Tribunal Wizengamot.

Esbocé una media sonrisa, ante el deliberado ataque de mi hermana. Y, negué lentamente, dejando escapar un largo suspiro. - Bueno, en realidad también me gustaría ser Jefa del departamento de aurores, o mejor aún, inefable. - dije entonces, alzando ligeramente el mentón, mientras miraba a mi hermana fijamente- Pero solo queria dejar claro que no pienso sacrificar mi felicidad por eso ni por nada. No es falta de ambición, Deirdre, se llaman prioridades. Aunque, como dice Oliver, tu ya nos has dejado claro a todos dónde están las tuyas.  Papá apuntó alto, si. Y también dejó claro cuáles eran sus prioridades el día que dio su vida por nosotras.

Acabé mi discurso de la forma más dura posible, manteniendo su mirada unos segundos. No, no iba a dejarme en ridiculo. No hoy. Y, por otra parte, y a juzgar por la reaccion del resto, ella ya se habia preocupado de dejarse en ridiculo a si misma.
 

Escucho atentamente las aportaciones de todo el mundo. Si lo piensas somos un grupo bastante variopinto en lo que a objetivos se refiere. Adopto una expresión solemne cuando escucho la respuesta de Kaitlin y casi hasta me emociono. Cuánta razón...quizás no en lo de los abrazos y demás pero...¿quién no querría ser feliz? Aunque dudo que esa sea una meta que hoy en día esté al alcance de todos. Por un momento admiro su valor por haber expresado todo eso en voz alta hasta que como siempre Deirdre tiene que arruinar el momento. 

- Con una hermana así, ¿quién podría ser feliz?- - susurro, sin dejar que mis palabras lleguen más allá de los oídos de las personas contiguas a mí. 

Cuando veo que ya no queda casi nadie por contestar, me decido a responder algo. Por un instante pasa por mi mente la loca idea de decir que a lo que aspiro es a bailarín profesional pero la descarto al momento. No creo que bromear sobre esto sea lo adecuado en este tipo de cena. Menos aún, después del pequeño duelo verbal entre las pelirrojas. Al final, opto por tomar ejemplo de Eve y darle un toque de ambigüedad a mi respuesta, hablando justo después de la intervención de Oliver. 

- En mi caso siempre me han gustado las criaturas mágicas y había pensado en dedicarme a ellas- digo, aunque la segunda parte no sea del todo cierto.- Pero...últimamente creo que me llama más convertirme  en un buen auror.

Me quedo callado observando a los presentes. Muchos de los Slytherin presentes tenían miembros en su familia que pertenecían o habían pertenecido a los mortífagos. ¿Me estaría cavando mi propia tumba al decir que quería ser auror en ese nido de serpientes? Por último miro a Slughorn. Él es el jefe de la casa Slytherin...¿me pregunto si entre sus amistades y familiares se encuentra algún mortífago?. Me arrepiento al instante de mi pensamiento. Sin quererlo, mi cabeza se había llenado de prejuicios en tan sólo unos segundos. 

Y vuelta a empezar, pensó Carrie con cinismo a la par que ponía los ojos en blanco ante la respuesta de Kaitlin. No hacía falta mirarla para saber que por supuesto estaba de acuerdo con su amiga, y en el fondo le parecía que las respuestas bastante ambiciosas de la mayoría de comensales daban la razón a las palabras de Deirdre, por más que todos se escandalizaran por lo que había dicho. El problema ahí como siempre era que los amiguismos impedían ver más allá de la realidad. 

- No voy a ejercer de mediadora otra vez - anunció con aburrimiento -. Bonito discurso lacrimógeno, Kaitlin, aunque dudo que ninguno de los que ha contestado sobre su profesión de futuro hablara de priorizarla por encima de su propia felicidad - a pesar de su primera frase ya había entrado en contradicción consigo misma metiéndose de por medio porque sabía, conociendo como conocía a su amiga, que aquello iba a convertirse en un fuego cruzado de reproches de un momento a otro del que parecía que únicamente Eve quería escapar-. Deirdre, ha sido un golpe bajo lo de vuestro padre - por su tono nadie diría que le pareciera mal, era como si estuviera contando los tantos -, y Kaitlin, creía que hoy mismo te habías dado cuenta de que tu impresión sobre tu hermana estaba ligeramente equivocada y ahora la acusas de tener claras sus prioridades...¿qué prioridades? Ah, déjalo, era una pregunta retórica, pensé que con el encuentro de esta mañana nos habíamos dejado de tonterías y de emitir juicios sin pruebas.

Sin duda se esperaba una respuesta de ese tipo por parte de Kaitlin. Al fin y al cabo no estaba en la personalidad de su hermana el mantener la boca callada. Si bien, para nada se esperó el ataque directo de Oliver a quien dedicó una mirada fulminante tras la primera sorpresa.

- Con que así lo quieres, ¿eh, Oliver? Esto de seguirte el rollo para que quedes bien delante de todos pisoteándome y haciéndome quedar como la mala se ha acabado.-de todos era sabido que Deirdre O'Hare era incontrolable cuando se enfadaba y al parecer, aunque no había levantado la voz, la participación de Oliver le había soltado la lengua bastante. ¿Qué querría decir? ¿Se trataba solo de un ataque sin fundamentos? ¿O realmente estaba siendo sincera? Y si así era, como siempre había defendido serlo, ¿quién la creería?- Con permiso, profesor. No me siento cómoda en un lugar donde hasta mi propio compañero me ofrece puñaladas en la espalda.

Se levantó enérgicamente, y aunque el profesor intentó por todos los medios pararla, no pudo hacer nada para lograrlo. Deirdre O'Hare abandonó la sala y ahora el silencio se cernía nuevamente en la mesa. Cormac y Laura miraban sin disimulo a Oliver Carrow. Al parecer las palabras de Deirdre habían surtido efecto en elllos. 

Leo siempre había el futuro de Eve en el mundo de la cría de dragones. Así que cuando habló de quiddich giró la cabeza hacia ella, con cierta sorpresa. ¿Por que todo el mundo quiere subirse a una escoba? Bueno, mientras sean ellos los que se suben...

Agradeció mentalmente que nadie lo mirara. Que nadie preguntara, ni nadie hiciera comentario alguno cuando Slughorn mencionó el asunto de la Animagia. Sabía que el rumor había corrido por todo el colegio, y el que menos, había escuchado el rumor del León en el tren. Lo que no esperó, era que sacara a la luz que tenía una relación de sangre con la Directora McGonagall. Aun así, que nadie hiciera mención alguna de esta noticia que había llevado con la máxima discreción posible fue un autentico alivio para Leo, quien lanzó un pequeño suspiro, y asintió con la cabeza. - Gracias, Profesor Slughorn. Lo tendré en cuenta para un aumento de sueldo cuando sea Director - Bromeó, y tras eso, siguió pendiente de lo que decían los demás.

Guardó silencio, escuchando a Kaitlin. Sonrió de medio lado, y bajó la mano por debajo de la mesa, apoyándola en la rodilla de la pelirroja como gesto de aprecio y apoyo. Fuera lo que fuera, Leo estaría allí, dispuesto a ayudar a Kaitlin a cumplir sus objetivos. Fueras cuales fueran.

Lo que no esperaba, era que Deirdre saltara. Miró a la pelirroja, frunciendo el ceño y negando con la cabeza, disgustado por el espectáculo que estaba dando la pelirroja. Kaitlin le contestó. Le habría gustado que Kait no hubiera seguido el juego, pero ella era así, era parte de su encanto y si no fuera así, no la querría tanto como la quiere. Espero que tu madre no te escuche jamás hablar así. Dijo, mirando a Deirdre. Darren era fuerte, no cabe duda. Pero no era independiente, quería a vuestra familia. Y estaba orgulloso, más que de sus éxitos, de sus hijos. Salí a la defensa de Kait, y de la memoria de su suegro. Leo había pasado muchas horas hablando con su suegra sobre él como para conocerlo por las palabras de su viuda mujer.

No esperó que Oliver también saltara. Lo vio más como un ataque a su ex novia, que una defensa de Kaitlin. No comprendía el odio repentino de Oliver hacia Deirdre. No creo que lo consiguiera entender nunca.

- ¿Juicios sin pruebas? - Preguntó de forma retórica, levantando ambas cejas, y mirando a su alrededor. ¿Soy el único que ha visto a Deirdre saltar sin motivo ninguno como una fiera echándole en cara cosas a Kaitlin? Miró a su alrededor. Por suerte, la cara de los demás y algunos de sus comentarios le dejaron claro a Leo que pensaban, quizás no como él, pero si parecido.

Cuando Deidre se marchó, Leo mantuvo el silencio. En ánimo de seguir con la cena sin más incidentes, ni zarandear el avispero, Leo se unió a la felicitación por el vino. - Eve tiene razón, es un vino excelente - Leo deseaba cambiar el tema de conversación, pasar página y que aquella cena no acabara en desastre y en cruce de acusaciones.

Pero no pudo evitar mirar a Oliver con curiosidad, preguntándose a que vino aquel comentario de Deirdre.

Desde la perspectiva de Eve, Kaitlin y Carrie, las tres alcanzaron a vislumbrar un hecho muy extraño. ¡Una serpiente de gran tamaño acababa de entrar resptando en la sala!

Allí sentado, de espaldas a la puerta de la sala, Kyle alcanzó a escuchar la siseante voz de Rita, su amiga serpiente.

- ¡Kyle! Me han descubierto bajo tu cama. Tus compañeros jugaban y se les metió una especie de gragea bajo tu cama. Por suerte, estaban tan asustados que me dio tiempo a escapar. ¡Pero vienen a por mí! Creo que me relacionan con el causante del caos de la fiesta de Halloween...

La serpiente estaba a mitad de camino entre la puerta y la silla del chico.

El profesor se aferró al comentario del vino como un clavo ardiente, dispuesto a salvar la noche. Sonrió a Leonard y alzó su copa.

-Me alegra que os guste. Es de la mejor cosecha. Un antiguo alumno mío me los manda cada medio año. Siempre me envía lo mejor de lo mejor. ¡Brindemos Leonard! ¿Por qué quieres brindar? Te dejo elegir, aunque sea solo por esta vez. Los demás también podéis uniros.

Nada mejor que un brindis para unificar a los comensales.

Carrie había observado marchar a Deirdre con un extraño desasosiego. No acostumbraban a preocuparle los sentimientos ajenos pero aquella vez era una excepción; tal vez lo cerca que había estado de la muerte había cambiado su perspectiva de la vida. Quiso levantarse y marchar tras ella pero tenía un compromiso pendiente. Torció el gesto en señal de disgusto. En realidad todo aquello se había vuelto sumamente aburrido.

Y entonces el profesor propuso un brindis y ella no pudo evitarlo. Alzó la copa con malicia y se aclaró la voz.

- Brindo por las mascotas huidas de sus dueños. Primero un gato, después un camaleón y ahora una serpiente. ¿De quién es? - y dicho esto su mirada se dirigió a Zac como el único otro slytherin en la sala con el que se hablaba antes de añadir en tono confidencial-: Esta vez te va a tocar a ti ser el culpable, por descarte.

La cena no había comenzado nada bien. La discusión entre Kait y Deirdre y las pullas del resto (al parecer todos tenían algo que añadir...) había enviado la cena a convertirse en un banquete de tensión e incomodidad. Quisiéramos o no.

Fue cuándo Deirdre se marchó de la sala que tuve que reprimir soltar un largo suspiro... Aunque el aliento se me congeló de todos modos al ver que una serpiente enorme entraba en la sala. ¿De dónde salía? Instintivamente recogí mis piernas hacia atrás y me disponía a decir algo al respecto cuándo Carrie se me adelantó.

"Bikkel no estaba perdida." - pensé en referencia a lo que obviamente era un comentario sobre mi gata.

Me habría parecido ingenioso el comentario de Carrie si no fuese por la situación y por el obvio ataque que incluía. Yo la había acusado a ella de lo que Bikkel ya que la Slytherin había lanzado a su "conejo" a atacarla y Kait había acusado a Deirdre porque todo apuntaba a su gemela.

- Em... ¿profesor? - dije levantándome un poco y señalando al reptil para que aquellos que no la habían visto entendiesen a qué venía el chiste de Carrie.

A aquellas alturas, comenzaba a esta cansada del espectáculo de Deirdre y de la defensa acérrima de Carrie. Tampoco entendía por qué las dos se empeñaban en decir que yo habia saltado cuando habia sido Deirdre quien se me habia tirado directamente al cuello. Nadie habia dicho nada sobre las aspiraciones del resto. ¿Por qué tenia que comentar nada sobre la mia? ¿Y que le importaba a ella si yo tenia o dejaba de tener motivaciones?

Una persona que te quiere no te deja en ridículo delante de todo el mundo.

Aquella fue la frase que apareció entonces en mi mente, en respuesta a las increpaciones de Carrie. Sin embargo, acabé por negar, suspirando, dejándolo estar. Si no, con suerte, acabaria volviendo a ser la mala y la barriobajera en una pelea que yo no habia empezado. Yo solo queria tener la cena en paz. Y parecia que Oliver tambien: aun no habia abierto la boca despues de aquel comentario de Deirdre. Un comentario que, dicho sea de paso, tambien habia captado mi atencion.

Afortunadamente, el comentario de Eve y Leo sobre el vino y el posterior comentario de Slughorn me dio una oportunidad excelente para dejar aquel tema aparcado. Slughorn acababa de ofrece a Leo la posibilidad de hacer un brindis y eso era genial- Venga ca... - comencé a comentar, con una sonrisilla orgullosa que intentaba desterrar el mal sabor de boca que me habia dejado el enfrentamiento con mi hermana. Sin embargo, algo me detuvo. ¿Que era aquello? ¿Una serpiente?

-¿De dónde ha salido esa serpiente? - pregunté entonces, con una mezcla de desconcierto y terror, mirando primero a Leo y luego a Eve y a Kyle con expresión interrogante, totalmente paralizada.

Cuando estoy alzando la copa para brindar, un suave siseo a mis espaldas me hace darme la vuelta como si se tratara de un acto reflejo. Y entonces la veo allí, a mitad camino entre la entrada y la mesa, y mi rostro adopta una expresión alarmada. Me remuevo en el asiento, incómodo ante la situación. Mierda, mierda, mierda. ¿Qué hace aquí? Espero que nadie la vea. 

Y justo en ese momento, Carrie pronuncia su brindis y se me cae el alma a los pies. Las expresiones de asombro o de miedo que se suceden no hacen más que ahondar en mi agitado estado de ánimo. Escucho la pregunta de Kaitlin y, de repente recuerdo el pánico que le tiene a las serpientes. Tengo que hacer algo, pienso. Antes de que a alguien se le ocurra lanzarle un hechizo a la pobre. 

Me levanto del asiento, dejo mi copa en la mesa y, sin dejar que se note lo nervioso que estoy, miro a Slughorn a los ojos con expresión decidida. 

- Yo me encargo, profesor.- Y sin decir más, camino hacia la serpiente, poniéndome en cuclillas frente a ella y mirándola fijamente al tiempo que alargo mi brazo derecho hacia donde está su cabeza, esperando que entienda el mensaje y se enrosque alrededor de mi brazo. Quizás habría sido más sencillo recurrir a un hechizo calmante o somnífero...pero cuando se trata de animales, prefiero no tener que recurrir a la magia. Eso solo conlleva miedo y desconfianza y ellos tienen tantos sentimientos como nosotros o más.

Leo se puso en pie en cuanto el profesor le pidió que hiciera el brindis. Tomó la copa de vino, aprovechando el comentario del profesor para pasar capitulo en aquella escena. Leo humedeció sus labios, tomando aire e ideando un buen brindis.

- Por nosotros. Y porque dentro de unos años, sus alumnos escuchen de sus labios que somos nosotros quien le conseguimos las entradas, le enviamos el vino o le conseguimos un... - Guardó silencio, cuando Eve preguntó al profesor, y Kaitlin también preguntó por una serpiente. Se giró, viendo al animal cuando Kyle se disponía a salir a su encuentro. Dejando rápidamente la copa en la mesa, dio un paso al frente interponiéndome entre el animal y Kaitlin.

Leo conocía el temor de Kaitlin por aquellos animales, y su gesto fue únicamente para protegerla a ella del animal. Llevó la mano al interior de la chaqueta, tomando la varita, sin sacarla, dejando que Kyle se encargara del animal, pero preparado para intervenir si el animal se lanzaba a por él.

¿Cómo entró la serpiente aquí?

Zac esbozó una media sonrisa ante las palabras de Carrie, con quien chocó la copa produciendo un ligero sonido de cristal y a quien se dirigió mirándola directamente e ignorando la presencia del resto de comensales que ya comenzaban a hacer preguntas sobre qué hacía una serpiente en aquel lugar mientras Kyle, aparentemente nervioso, se esforzaba por ocuparse del asunto:

- Estoy preparado para demostrar mi inocencia.- respondió con seguridad.- Solo hay que esperar a que su dueño me culpe de ello.

Slughorn también se había levantado y había llegado hasta la serpiente y Kyle. El reptil, por su parte, ya estaba comenzando a enroscarse en el brazo del chico cuando el profesor se lo impidió:

Slughorn:- ¡De ninguna manera! Podría ser peligroso- con un agarrón y un posterior tirón desde la cola de la serpiente el profesor apartó a la serpiente de Kyle. Fue entonces cuando el animal se puso en guardia y se alzó ligeramente, mirando con intensidad al profesor que se había quedado muy parado.- ¿Qué te decía? No te muevas muchacho. No te muevas o atacará.

Mis labios se tuercen en una mueca cuando escucho el comentario de Zac. No tendrá ese placer. Por suerte, estoy de espaldas al resto del grupo y la única que puede ver mi cara es la serpiente. 

- ¡Profesor, no!...- exclamo, pero me callo al instante. No soy quién para recriminarle nada a un profesor pero es que...¿a quién coño se le ocurre tirarle así de la cola a una serpiente? Sin duda los vapores de tanta poción le han nublado el cerebro pues no termina de funcionar del todo bien, pienso a punto de perder el control. Inspiro hondo varias veces antes de acercarme lentamente al profesor con las manos levantadas frente a mí. 

- Profesor, déjeme hacerlo, por favor. Sé cómo tratarla... La he visto antes.- ¿Preparado para mentir, Kyle?- El otro día, en los terrenos. - Mi tono sigue siendo lento y tranquilo, no para ganarme la confianza del profesor sino más bien para calmar a la pobre criatura. - Es inofensiva. No atacará- Las dos últimas palabras se convierten en un leve y apenas audible siseo. ¡Mierda! Espero que nadie se dé cuenta...

Aburrido. Aquello era sumamente aburrido, empezando por la ñoñería de Kaitlin, siguiendo por la estúpida impresión de perfección de Leonard, continuando con la contención a la que había de someter sus reacciones para la cada vez más dudosa necesidad de congraciarse con el enemigo y terminando por cómo uno de sus comentarios más ingeniosos caía en saco roto por culpa de lo insulsa que era la audiencia.

Tal vez influía el hecho de que ella, junto a Zac, era la única que sabía con certeza que aquella serpiente era de Kyle, el cual estaba ofreciendo un entretenimiento inesperado tratando de ocultar que era el dueño de la misma, lo cual le sorprendía. ¿Por qué aquello era un secreto? ¿Qué tenía de importante tener una serpiente?

Ah no ser que...

Leo abrió los ojos de par en par cuando vio al profesor acercarse, una vez que Kyle parecía tener dominada la situación. Cuando el anciano tiró de la cola del animal, Leo esperó lo peor y sacó la varita, apuntando al animal sin llegar a conjurar. Ahora, con la varita en la mano, mantuvo la mirada sobre la serpiente, a la defensiva como estaba, y cogió aire, estirando el dedo índice a lo largo del a varita, en preparación para conjurar.

¿De quién es la Serpiente? ¿Cómo que Kyle ya la vio en los terrenos? Me dispuse a inmovilizar al a criatura, neutralizar la amenaza, cuando Kyle susurró algo. Sencillamente, le pareció imposible lo que acababa de escuchar, o lo que le parecía que acababa de escuchar. No puede ser. Se dijo mentalmente. Una parte, le repetía lo que acababa de escuchar. Otra, le repetía que aquello era imposible.

Finalmente, Leo aparto el dedo índice del largo de la varita, observando con más atención la situación. Sobre todo a Kyle, esperando ver como neutralizaba la serpiente. Igualmente, Leo se mantuvo alerta, por si debía actuar.

¿¿¿Seguirme el rollo???

La cara de Oliver era un poema. No solo por lo mucho que le desconcertaban las palabras de su furiosa exnovia, sino por lo sumamente incoherentes que eran con respecto a lo ocurrido en las últimas semanas. Y sino, que explicara sus constantes miradas inquisidoras, sus desplantes o los numeritos montados en la Sala Común. Si, era muy fácil acusar a Oliver cuando los hechos quedaban en 'casa'.

La pregunta retórica de Leonard le devolvió a la realidad, haciéndole poner los ojos en blanco mientras emanaba un cansado y exasperado suspiro. Por supuesto, dedicándole la correspondiente mirada de "¿de verdad vais a juzgarme?" hacia los hufflepuffs.

Levantó la copa por inercia, sin interesarse en verdad en lo que estaba ocurriendo a su alrededor. No podiá dejar de pensar en Deidre, en el resto de alumnos y en Slughorn. Aunque la mayor parte de su atención iba hacia al primera. Parecía más que empeñada en poner en contra de Oliver a todo su entorno, algo que ya había empezado a conseguir entre los Slytherin sin gran dificultad. No podía evitar preguntarse cuánto tardaría la gente en ponerse de su lado. En el fondo, en cuestiones de pareja él era el que tenía las de perder.

Serpiente.

Esa palabra, tantas veces repetida, capto su atención. Le costó un tiempo. Por un momento la imagen de su exnovia se tornó en un extraño verdoso y los sinuosos animales comenzaban a crecer entrelazándose en su pelo. La escena era tan interesante que le molestó que la voz de Slughorn acabara con esa burbuja de ensueño.

A pesar de la tensión de la habitación, Oliver mantenía la calma. Tanto, que no le pasaba desapercibido ningún detalle. Ni el garrafal error del profesor, ni el extraño comentario del pelirrojo ravenclaw. Tuvo la tentación de intervenir, pero se lo pensó mejor. No iba a desaprovechar la oportunidad de ver a ese 'valiente' en acción.