Partida Rol por web

Escucho a Rita con atención, asintiendo puntualmente a sus palabras. Cuando termina, me incorporo y me vuelvo hacia el resto del grupo para explicarles la situación.

- Por lo visto el herido está en una cueva que hay en un terreno rocoso bastante escarpado. Rita no se ha podido acercar, pues asegura que sólo un animal con garras podría trepar por ahí...No tengo ni idea de como ha podido llegar quien sea que está ahí hasta la cueva, y más si estaba herido,- a no ser, claro, que le hirieran una vez dentro- pero me parece poco probable que pueda bajar en su estado. Se tiene que estar desangrando.

Miro a mis amigos, y después a Carrie, sin saber muy bien qué hacer. Nuestro objetivo es encontrar la planta, para impedir que la persona equivocada se haga con ella, y este nuevo inconveniente no hace más que retrasarnos. Pero claro, ¿cómo vamos a dejar morir a alguien por una planta? Hasta el momento, no me considero una persona cruel. De hecho, es algo que evito ser a toda costa. Suelto un suspiro.

- Supongo que lo correcto sería ayudarle, ¿no?...¿se os ocurre algún modo de subir ahí y evitar ser el punto de mira de las bestias del bosque?

Hice aquel recorrido casi mas pendiente de no cruzarme en la trayectoria de la serpiente que en el lugar en el que estabamos, hasta aquel punto llegaba el miedo que sentia hacia aquella criatura.

Sin embargo, de repente todos se detuvieron y, al mirar al suelo, fui capaz de verlo, tanto como ellos, alli, ante nosotros, rojo y brillante, como si hubiera estado esperandonos todo aquel tiempo: el rastro de lo que, a todas luces, parecia sangre.

Ni siquiera me dio tiempo a sorprenderme. Tampoco me dio tiempo a escandalizarme. Kyle, Leo y Rita fueron mas rapidos que yo, y sacaron todas aquellas conclusiones que yo misma habia sacado en tan solo unos segundos.

-Dios mio... - dije, en voz alta, tapandome la boca, horrorizada al saber que, para mas inri, la sangre era humana-Hay que tener cuidado chicos... ¿Y si se trata de Oliver, o de alguien que haya venido a ayudarlo? Imaginad... podria atacarnos... Aunque tambien podria ser alguien como nosotros, dispuesto a dar con el culpable... Deberiamos ir, pero con cuidado... - añadi, con cierta ansiedad causada por las circunstancias y por el hecho de que mi mente, nada mas escuchar la descripcion, hubiera pensado en Leo para ir hasta alli- Leo... -dije, con un hilillo de voz, mirandolo con cara de circunstancias- El unico animal con garras que conozco eres tu... ¿Crees que podrias...? - lo deje ahi, sabiendo de sobra que se prestaria de sobra voluntario para ir hasta alli.

No me hacia ninguna gracia, estaba claro. Pero, de igual forma, sabia que tampoco me quedaba ninguna otra alternativa.

Aunque el comentario sobre el quidditch había sido algo abrupto, no pude evitar reírme además de tomármelo cómo un cumplido. ¿Cómo si no interpretarlo? Y su sonrisa no era una sonrisa falsa o maliciosa, era una sonrisa sincera, una buena sonrisa. Decir que no eres aburrida con esa sonrisa es siempre un cumplido, ¿o no? 

Entonces dijo algo que me descolocó un poco. Al mirarle le vi observando el cielo, al que yo también dediqué una mirada.Las nubes ocultando la luna me parecieron una mala señal, oscuridad ocultando la luz... Pero nunca había creído mucho en la adivinación y no debía empezar ahora, así que bajé la mirada de nuevo a Zac.

- Sabes, tú también me estás cayendo bien, Bolton. - le contesté del mismo modo, aunque se me hiciera especialmente raro usar un apellido sin utilizar ningún prefijo de cortesía como "señor". Y fue cuándo le llamé por su nombre que recordé algo: ¿No estaban casi todos los Bolton en Azkaban? ¿No sería positivo para Zac que esto ocurriese para volver a ver a su familia? Pero... No, no podía ser. Él era distinto a su familia, tenía que ser eso, su ayuda era genuína. Tenía que serlo.

Se hizo el silencio durante varios segundos, y aunque normalmente no me importaría, si no hablábamos mi mente iba a comenzar a crear posibles desenlaces a lo que estábamos haciendo y acabaría de los nervios.

- Esto... Zac. Tú estás en séptimo. ¿Qué vas a hacer cuándo termines la escuela? - ¿tal vez dado lo ocurrido se decantase por se auror? ¿O para dejar clara su posición? ¿O sería eso demasiado desafiante para con su familia?

Ahí estaba. Lo que faltaba para ablandar aún más el duro y frío muro del chico acerca de Eve. Ahora le estaba cayendo bien. En otras circunstancias se habría reído por dentro de lo súmamente fácil que era engañar a las personas y de lo estúpidas que éstas eran. Pero lo cierto es que no estaba siendo como siempre. Había empezado haciendo teatro, pero había terminado por hablar sin ceñirse a un tipo de personalidad ajena a la suya.

Sin embargo, con la siguiente pregunta quedaba claro lo que les diferenciaba. ¿Cómo decirle que llegaría hasta el poder? ¿Cómo decirle que aspiraba a ser uno de los que les minimizarían la libertad? ¿Cómo explicar que su principal objetivo era sacar a todos los mortífagos de Azkaban y encerrar a los indeseables amigos de muggles? ¿Cómo explicar... que quería esclavizar a los muggles?

Debía ser precavido y continuar guardando las apariencias.

Permaneció en silencio unos segundos, como inmerso en sus propios pensamientos ante la pregunta de Eve, hasta que finalmente se encogió de hombros.

- Supongo que optaré por algún puesto en el Ministerio de Magia.- se limitó a decir.- No le he dado muchas vueltas a ello y aunque esperaba un fichaje por algún equipo de quidditch... lo cierto es que han preferido a tu capitana. - parecía algo molesto por ese hecho. El que pudieran haber preferido a Van Dijck por encima de él era algo doloroso- Lo que tenga que venir, vendrá. Tampoco soy una persona necesitada de dinero precisamente. ¿Y tú? ¿Qué piensas del futuro?

Sangre humana. No tiene sentido. Pensó Leo mientras miraba la sangre del suelo. Llegó a fruncir el ceño, acercando la varita a la sangre, como si iluminarla le pudiera dar una mejor idea de quién era. Alzó la mirada hacia Kyle cuando le confirmó que, no solo era sangre, sino que además, esa sangre era humana. En cuanto escuchó esto, no pudo evitar tragar saliva y sentir como se le erizaba el vello de la nuca.

Aun estaba con esa sensación, sintiendo como los pulmones se llenaban de aire preparándolo para una carrera que no llegaría. La sensación del miedo. - No creo que sea de Oliver... ¿Qué sentido tendría? - Preguntó. Una pregunta destinada a su propio cerebro, que le invitaba a preguntarse por que estaría Oliver allí, herido. Además, se sumó la idea de la clase de adivinación... como hiciera lo que hiciera, acabó por pasar todo lo que debía pasar. ¿Y que debía pasar allí?

- Pero si no es de Oliver.... ¿De quién? ¿Otra persona herida? - Aun estaba haciéndose aquellas preguntas en alto, compartiéndolas con los demás cuando Kyle acabó de... sisearse con la serpiente. Agradecí enormemente que nos tradujera lo que la serpiente había dicho.

Al escuchar la descripción que dio el pelirrojo, una clara imagen mental vino a su mente. La misma que poco después susurró Kaitlin. - Tiene razón, subiré yo. - Carraspeó, frunciendo el ceño y mirando a sus compañeros. Era la llamada del deber. Lo correcto, y la única alternativa. Si había alguien allí herido, necesitaría ayuda. Si era Oliver, sería momento de terminar aquello.

- Hasta ahora. - Susurró a sus compañeros, retrocediendo un par de pasos, y antes de hacer nada miró a Kaitlin unos segundos, forzando una sonrisa.

Una vez preparado, dio varias zancadas hacia adelante, lanzándose en plancha. En su mente se dibujó la imagen mental de un león. Sintió el instinto animal tirar de él. Sintió aquel ligero quemazón en la piel, donde la piel crecía rápidamente, aquella suave punzada de dolor donde el músculo se retorcía y se transformaba. El crujir del hueso, que terminó cuando las cuatro patas tocaron el suelo.

Y una vez hecho esto, se dispuso a entrar en la cueva.

Leo no subió inmediatamente. Antes, miró y observó, escuchando y mirando... incluso oliendo. Cualquier cosa que pudiera decirle que podría encontrar allí antes de trepar.

Vaya, tal vez debería no haber preguntado. No sabía que habrían ojeadores en Hogwarts, y aunque Laura se lo merecía sin duda alguna, la decepción de Zac era obvio y no me gustaba hacer sentir mal a la gente. Aunque, si él estaba al tanto de que estarían echando un ojo a futuros talentos, dar su posición de capitán no había sido lo más acertado. Los capitanes son los primeros que reciben miradas y eso suma puntos. Pero era tarde ahora y no iba a recriminarle algo así, sería absurdo.

- Yo... me lo he estado preguntando bastante este verano. Mi problema es que todo se me da bien, pero no hay nada que me apasione por encima del resto. - dandome cuenta de cómo sonaba eso, me expliqué antes de reciir algun comentario sarcástico. - Cuando algo se te da muy mal, pues eliminas opciones. O cuando algo se te da extremamente bien sobre el resto. Pero si no hay nada que eliminar, o nada que destaque sobre el resto, hay muchas opciones... y por lo tanto muchas posibilidades de escoger mal. No quiero escoger mal... Me gustaría además hacer algo especial, ¿sabes? No quiero ser uno de los cientos de magos rellenando informes sobre uso indebido de la magia. - dije con una sonrisa sabiendo lo irónico que era viniendo de mí, la prefecta que defendía las normas a capa y varita - Tal vez... tal vez vaya a la academia de Aurores. 

En forma de león, Leonard siguió el rastro de sangre que continuaba por el escarpado camino de piedras hasta perderse mucho más arriba de una inestable montaña de rocas, en el interior de lo que parecía una pequeña y casi inaccesible cueva.

Sus sentidos, mucho más afinados, rastrearon la zona. Su vista le indicaba que muchas criaturas, quizás llamadas por la sangre, se empezaban a acercar al lugar, observando al joven león desde la distancia, sin atreverse a acercarse por la presencia del felino; además, pudo comprobar que era el mejor capacitado para subir por esa zona, pues su vista le indicaba los mejores sitios por los que avanzar sin resbalar o quedar atrapado. Su oído le hacía llegar cosas aún más interesantes. Notaba los pasos de las criaturas, los movimientos de las hojas movidas por el aire y desde allí arriba, en su interior, alcanzaba a advertir un leve jadeo. Quien fuera que fuese estaba herido, y probablemente algo asustado. Era humano y el olfato de Leonard le indicaba, sin duda alguna, que se trataba de Oliver Carrow.

Dispuestos a esperar el regreso de Leonard, Jackie y Duncan tomaron asiento, siempre con la varita en la mano, sobre unas rocas. Duncan parecía bastante preocupado y es que el hecho de dejar a Eve con Bolton seguía sin hacerle ninguna gracia. Prefería aguantar sus estupideces antes que dejarle a solas con su novia.

Mientras, Jackie intentaba entrar en calor. No se había abrigado mucho y el frío iba calando en su cuerpo poco a poco. ¿O era miedo? Sea como fuere, eso nunca lo admitiría.

Jackie:- Cuando salgamos de aquí me pienso meter en un baño caliente toda la noche.

Duncan la rodeó con los brazos, ni corto ni perezoso, y le imprimió calor, siempre caballeroso. Jackie alzó una ceja, claramente sorprendida por el trato, mirando a Carrie un segundo para después, sin quejarse, aceptar el detalle del chico.

No había vuelta atrás para Leo, y, fuera lo que fuera, debía seguir adelante. Muchas criaturas se acercaban al lugar, evitando acercarse al chaval ahora convertido en león. En situaciones normales, aquello habría sido al revés, él habría evitado a tales criaturas. Y por un momento, estuvo a punto de retroceder, momento en el que se dio cuenta que ellos estaban más asustados por él, que él por ellos.

Allí arriba estaba Oliver. Pero Leo no acababa de comprender como era posible que Oliver estuviera allí, herido. Herido... sangrando. ¿Asustado? Algunas realidades de las últimas semanas habían dejado de tener sentido, y aquel era el peor momento para tener dudas. Así, que hasta nuevo aviso, trataría a Oliver como un enemigo. Era mejor prevenir que lamentarse.

Tomó cierto impulso, comenzando a subir con la máxima sutileza, gracilidad y sutilidad posibles. Mientras subía, pensó en la posibilidad de que allí hubiera no una, sino dos personas. Pero allí solo había olido a una... fue por esto que su ascensión le pareció eterna, mientras posibilidades, juicios prematuros, temores y agallas se mezclaban haciéndole que su corazón se acelerara y su preocupación aumentara.

Al llegar a la parte superior, y sin asomarse, primero miró si había luz. Si Oliver estaba a oscuras, o tenía alguna luz. Si estaba totalmente a oscuras, aprovecharía la oscuridad para lanzar una fugaz mirada y volver a cubrirse en la subida para saber y confirmar como estaba Oliver. 

Una de las cosas que Leo quería saber era si Oliver estaba esperándolo varita en ristre, estaba desarmado, o había alguien más allí.

Moviéndose con suma gracilidad, Leonard fue ascendiendo por el complicado complejo de piedras puntiagudas e inestables hasta alcanzar con facilidad la boca de la cueva.

Era un lugar bastante pequeño en el que era más bien difícil que un humano estuviera erguido sin chocar la cabeza contra el techo. Había pequeñas goteras a un lado y un poco de luz de luna entraba por algunos huecos, permitiendo ver el interior con claridad.

Allí solo había una persona. Oliver se encontraba apoyado en la pared más alejada de la entrada de la cueva. Sangrando abundantemente por un costado mientras intentaba presionarse la herida con una mano. Sus facciones estaban pálidas y jadeaba ante el esfuerzo de mantener la consciencia.

Apoyado en la pared más alejada de la entrada a la cueva, sentado y sangrando de forma abundante aún por el costado, un más que pálido Oliver.

Justo en la entrada de la pequeña cueva donde Oliver se había cobijado, un león apareció y ambos se miraron a los ojos.

Esperamos, y esperamos, y esperamos. No sé cuantas veces cambie de posicion. No sé cuantas vueltas di a aquel claro en el que estabamos. Estaba nerviosa, muy nerviosa. Sabia que enviar a Leo era inevitable pero no podia evitar sentir miedo por él, porque le sucediera algo.

-Ojala sea pronto, Jackie... - dije, sencillamente, con una media sonrisa nerviosa, mientras me acercaba a Kyle, haciendo un esfuerzo sobrehumano por compartir espacio vital con Rita- ¿Como vas? - pregunté, intentando distraerme y distraerlo, de paso.

Alce una ceja ante el gesto de Duncan, sorprendida por el detalle. Nunca antes, habia visto a Duncan tener un gesto asi para con un Slytherin. ¿Seria cierto eso de que, despues de todo, seriamos capaces de limar asperezas entre nosotros?

-Por favor, que vuelva ya... - mi mirada no tardo en posarse de nuevo en el lugar hacia el que Leo se habia ido, impaciente, sin soltar mi varita en ningun momento.

Y aquel nerviosismo seguia reinando en mi interior, como un pellizco que me encogia por dentro.

Miró a los ojos a Oliver. Era extraño y difícil saber qué expresión mantenía un León, observando al humano tendido en el suelo. Por su mente pasó su propia imagen mental, con forma humana. Aquel escalofrío que siempre recorría la columna vertebral, a la par que tomaba impulso con las patas delanteras, para quedar de pie en cuanto acabó transformado en humano una vez más.

Apuntó con la varita a Oliver. - SE ACABÓ, OLIVER. - Fueron las únicas tres palabras que salieron de su boca, con un fuerte tono de voz, buscando que aquellos que había dejado atrás, le escucharan. Su expresión era dura, con el ceño ligeramente apretado. Aun le parecía imposible que Oliver fuera el culpable, pero allí estaba él.

- ¿Donde está ella? - Preguntó, situándose contra la pared, y prestando atención a su oído, y desviando la mirada hacia el suelo, buscando pasos o pisadas que no fueran del Slytherin durante unos segundos.

Carrie miró casi con avidez el reguero de sangre que habían hallado. Fuera quien fuera (y esperaba que fuera Oliver), estaba herido, probablemente de gravedad, lo cual haría mucho más fácil completar su venganza. Por desgracia, las circunstancias no colaboraban con su afán por hacer pagar a Oliver todo lo que le había hecho, puesto que aquel terreno escarpado parecía ser de difícil acceso mientras ellos sólo podían quedarse esperando a que Leonard bajara con su antiguo amigo y ella perdería la oportunidad de vengarse al caer en manos de los Gryffindor.

Espero, impaciente, dando golpecitos en el suelo con el pie y sin permitir que la escena entre Jackie y Duncan se interpusiera en medio de su obsesión mientras los segundos y los minutos se sucedían sin demora.

- Tiene que haber otro modo de subir - explotó por fin ante el comentario de Kaitlin, que parecía sufrir de la misma impaciencia que ella aunque por motivos mucho más humanos -. ¿Cómo subió él? - tiene que ser Oliver, seguro.

Mire a Carrie, en cuanto la escuche sugerir la posibilidad de ir en busca de Leo, casi como un conejo que acaba de advertir el peligro- No lo se, pero tiene que haber de alguna forma. Venid... vamos a intentar ir a por ... ellos.- dije, casi tan segura como Carrie de quien tenia que tratarse.

Me acerque entonces al lugar por el que Leo se habia marchado, buscando alguna forma, por descabellada o peligrosa que fuera, de llegar hasta él.

De llegar hasta ellos.

Había escapado por los pelos si es que a aquello se le podía llamar escapar pero al menos no se había ido con las manos vacías. Saliendo de la cueva en considerable peor estado que cuando llegara al bosque, se apoyó contra la pared, respirando con dificultad mientras el entumecimiento se iba apoderando de su cuerpo.

Entonces una sonrisa satisfecha se adueñó de sus facciones, no demasiado amplia tal vez, pero debía reconocer, contemplando la Luna de Medianoche en sus manos, que aunque no sabía ni cómo llegar hasta Hogwarts había logrado hacerse con aquella diminuta planta y arrancarla antes de que se marchitara.

De forma inconsciente se sujetó el costado, intentando contener la hemorragia mientras hacía acopio de valor para regresar. En realidad se hubiera contentado con descansar cinco minutos más si no hubiera aparecido Leonard con su forma de león, helando la sonrisa en su rostro.

Las palabras del que creía que era su amigo fueron suficientes como para que no intentara inventar alguna excusa inverosímil. En su lugar se recostó más contra la pared, relajado, intentando no forzarse para que no se notara que estaba a punto de deslizarse hacia el suelo sin conocimiento. Ignoró la pregunta sobre "ella".

- ¿No es un poco tarde para darse un paseo por el bosque? - bromeó con su clásica sonrisa, como si nada de aquello significara lo que ambos sabían que significaba -. Así que todo lo de que os habíais peleado con Colleman era una trampa - aventuró mientras le hacía un gesto para que se acercara -. Una mentira - puntualizó mientras apretaba con más fuerza la mano contra su costado y sentía la sangre caliente filtrarse entre las rendijas de sus dedos -. ¿Qué vas a hacer ahora, Leonard? Me voy a guardar las explicaciones para el Ministerio si no te importa, pero la cuestión es que estoy desarmado - alzó la mano con la que sostenía la planta hacia arriba, moviéndola hacia los lados mientras las hojas se bamboleaban de un lado a otro de modo inofensivo -, estoy herido. ¿Vas a atacarme?

Oliver hablaba. Sus palabras le daban igual. Solo su pregunta le arrancó una frase. - Todo lo que deba hacer, Oliver. Ni más ni menos. - Se ahorró decir nada más, pues vio que sostenía en su mano.

Leo posó sus ojos en aquella planta. Sintió que todo iba a cámara lenta, con el corazón en un puño. Jamás tuvo que enfrentarse a un amigo, pero no dudaría hacerlo si era necesario. Victoria. A Cualquier precio. Fue lo último que pasó por su cabeza, apretando los dientes apuntando a Oliver. Entonces, desvió la trayectoria de la varita hacia la planta que sostenía Oliver. - Reducto. - Susurró, lanzando un rayo contra la planta para destruirla. Porque en su mente solo se repetía una frase:

Evitar que lo que ya había pasado, volviera a pasar.

Permanezco sentado en una roca, ajeno a los hechos que se producen a mi alrededor. No dejo de juguetear con la cola de la serpiente, sin darme cuenta de lo peligroso que puede ser mosquearla. Señal del nerviosismo del que estoy siendo víctima. La idea de haber dejado que Leo marchara solo a esa cueva no me agrada en absoluto. No sabemos qué ni quién hay ahí arriba y lo único que podemos saber con certeza es que probablemente sea algo peligroso. Miro a Kaitlin cuando se acerca, ofreciéndole una sonrisa inquieta a modo de respuesta, y comienzo a darle vueltas a la idea de cómo ha llegado el herido allá arriba. Justo en ese momento Carrie lo pone en palabras, seguida por Kaitlin. Me quedo observando fijamente el rastro de sangre...No puede acabar al pie del terreno escarpado. Tiene que dar la vuelta por detrás o algo. A menos que le hayan subido volando...pero eso es imposible. ¿O no?

- ¿Y si...le subieron volando? Le pudo haber atacado un grifo o algo por el estilo...De todas formas, creo que lo mejor sería seguir el rastro hasta el final nosotros mismos. Puede que haya un acceso trasero o...yo que sé. Vamos a probar. - digo, levantándome dispuesto a acercarme junto con las dos chicas al lugar.