Partida Rol por web

Alex se levantó, guardando la varita. Miró a Chris, premiándola con los ojos por su demostración de magia ilusoria, y se inclinó ligeramente sobre la mesa, acercándose para decirle algo.

- Voy a hablar con Ashton y Henri- soltó en tono bajo-. Ya sabes.

Dicho eso, guiñó un ojo con complicidad y más compromiso que picardía, encaminándose hacia la puerta. Lo primero era lo primero, y no iba a parar hasta que aquel asunto estuviese resuelto. El resto de asuntos eran secundarios.

Alana guardó sus cosas, se contentaba con haber hecho bien el encantamiento, pero el ruido de la campana opacó su resultado. Un trabajo de mas, podía resolverlo en la siguiente hora sin problemas. Miró hacia ambos lados antes de salir al pasillo, pero pareció descartar la idea de buscar a alguien y simplemente se marchó.

Sonreí satisfecho cuando la profesora me dijo que lo había hecho bien pero cuando hizo el comentario de la voluntad la sonrisa desapareció de mi rostro, dando lugar a una furia contenida. Me había salido perfecto pero aquella profesora no había sabido valorar lo que era realmente un hechizo en condiciones.
Con la sensación de que me habían engañado, recogí mis cosas viendo cómo Alana ya lo había hecho y salí de la clase. Me quedé un momento en mitad del pasillo, siendo arrastrado por la masa de alumnos que se movía de un lado a otro, buscando algún alumno que estuviera incumpliendo alguna norma pero no parecía haber nadie. Podía ir a la biblioteca y leer sobre la poción que habíamos aprendido en clase, pero me parecía una pérdida de tiempo... Al menos leer sobre pociones. Me dirigí hacia la biblioteca con la intención de leer sobre libros de Defensa Contra las Artes Oscuras.
 

ASTRONOMÍA

El torreón de astronomía se encuentra al aire libre y digan lo que digan, de 10 a 12 de la noche es mal momento para hacer esa clase porque hace fresquito y cuando se adentren en el invierno, ahí casi que no podrán dar clase. El cielo está despejado y hace una noche perfecta para mirar las estrellas y estudiarlas.

Junto a la puerta que da acceso al torreón, se encuentra la profesora nueva con una mesita llena vasos con chocolate caliente y unas mantitas que va dando a los alumnos van entrando. Cuando ya están todos, se pone frente a ellos con una sonrisa.

-Bienvenidos a la clase de Astronomía. Siento que tenga que ser tan tarde, pero parece que los horarios son inamovibles y que permanecerán así. Por favor, sentaos en semicírculo. Presentaos y decide que es para vosotros la astronomía... no hace falta que me mintáis diciendo que es divertida, eh? Primero me presento yo... mi nombre es Margaret Shine y soy la nueva profesora de Astronomía tras el desafortunado accidente que sufrió el profesor Serpens el año pasado... espero que nos divirtamos todos juntos... a pesar de la asignatura que es. Ayer tuve clase con vuestros compañeros... espero que no os hayan contado nada malo...

¿En serio? Quiero decir... ¿en serio? Precioso todo.

Alex se sentó en el semicírculo, mirando con expresión escéptica. Aquella profesora era demasiado buena. Lo fue la noche pasada y lo era en esta. Desde luego, el Señor Tenebroso no será el que le ha hecho la entrevista de trabajo. No parece ser de los que aceptan a flores del campo como profesoras, sino a gente del modelo de Fiore o Carak.

- Alexander Blair- dijo con sencillez, pronunciando un nombre completo que rechinaba hasta él, pues lo usaba más bien nunca-. Astronomía para es, lógicamente, el estudio de los astros.

Alzó una mano, sopesándola. Era una respuesta parca, pero tampoco sabía muy bien qué demonios quería oír miss simpatía. En otras circunstancias hubiera estado mucho más afable y participativo, pero sabiendo que Serpens intentaría brillar en vano y que Alana o Chris ya harían el trabajo limpio a él no le quedaba más que hacerse el racional.

La hora no le incomodaba. La clase tampoco. Sólo lo que había pasado esa tarde.

Alex no era el único con una cara que reflejaba no creer lo que tenía delante. Los profesores de Howarts tenían una especie de regla del matón que seguían en su mayoría, pero esa profesora transmitía una especie de calidez extraña. Probó el chocolate, y realmente sabía bien. Miró a la profesora y procedió también a identificarse.

-Me llamo Alana Michaelis. Y tengo entendido que la estronomía estudia los planetas, satélites, cometas, y cualquier fenómeno que ocurra en la esfera celeste en general.

-En la anterior clase, con vuestros compañeros, creo que me expliqué mal. Se creen que esto va a ser algo así como adivinación... les explicaba que los centauros llevan siglos estudiando la órbita celeste y son capaces de predecir muchos fenómenos astrofísicos que, a menudo, se asocian a grandes acontecimientos.

Se sienta frente a ellos con una manta sobre los hombros y un vaso de chocolate caliente del cual bebe un sorbo. Señala con la mano al firmamento.

-Con esto quiero decir que siempre habrá algo en el cielo que aparecerá cada cierto tiempo y que mucha gente, entre ella los centauros, asociarán a cosas mágicas. Y quizá no están del todo equivocados porque los seres vivos dependemos de estos ciclos.

Alex miró la taza de chocolate con cierta envidia infantil. Sin embargo, al ver la paciencia de esa mujer frente a su fría lógica, cedió un poco. Le sabía algo más ser tan excesivamente racional con alguien de tal amabilidad, más teniendo en cuenta la noche anterior.

- Los Muggles creen más en ese tipo de magia que en esta- sacó brevemente la varita, enseñando a qué se refería, pero la guardó brevemente, pues no era el momento de usarla o tenerla desenvainada-, o al menos eso creía. Me cuesta creer que estén tan equivocados.

Dio una palmada, señalando a la profesora con satisfacción y una sonrisa, apuntalando su respuesta antes de retirar la mano.

- Por ejemplo, los licántropos. Se transforman física y psicológicamente en base a la luna. Y creía que cambio era de índole más mágica que otra cosa- aseguró. El chico no tenía ni idea sobre licántropos, pero al menos lo intentaba. Todo fuese por no estar callado durante toda la clase haciendo de sujeta-astros.

- ¿Desde cuándo nos importa lo que piense esa gente?- le pregunté a Blair, soltando una pequeña carcajada de superioridad. Los Muggles, como él los llamaba, no eran más que la escoria del universo, los despojos humanos, una raza inferior... Y con el paso del tiempo se había demostrado-. Discúlpeme, profesora Shine. Mi nombre es Gabriel Serpens y opino igual que mi compañera, pero no creo que nuestra vida se vea tan influenciada por la colocación de los astros. Sin embargo, como asignatura, puede ser interesante...-.
Obviamente no estaba diciendo la verdad. Aquella asignatura no me parecía tan útil como otras, pero no había más remedio que aceptarlo como una de tantas.

-Creéis que no estamos influenciados?

Señala hacia la luna que preside el cielo mientras mira hacia ella con una sonrisa. Tras mirarla por un momento, vuelve la vista hacia Gabriel.

-Tu padre era el antiguo profesor de astronomía. ¿Cómo influye la luna en nosotros? ¿Podrías decirlo? Seguro que encontramos cosas interesantes en la respuesta a esa pregunta.

¡Pero si yo he dicho que SÍ! La madre que la parió...

Alex reprimió una mirada rapaz, aunque cuadró una mano bajo el mentón, mirando a Serpens. Ya tardaba en meterse con el grueso de la población el rey de la discriminación. Cayó, en silencio. Le habían hecho una pregunta directa, y no sería él el bocazas que se metiese de por medio.

Desde luego, aquello por el momento no prometía ser interesante. A él le gustaba la astronomía como tal, como medio estudio de los cuerpos celestes, y en menor medida, por las reacciones que provocaban, pero no tenía especial interés en ponerse a filosofar al respecto.

Me encogí de hombros ante la pregunta de la profesora.
- Sí, mi padre era el antiguo profesor de astronomía y eso le trajo la desgracia... Pero bueno, creo que esa pregunta PUEDE que se la responda mejor el amigo de los muggles- dije, resaltando la palabra "puede", ya que dudaba que en realidad pudiera hacerlo-. O puede que se transforme de un momento a otro...- añadí, con una sonora carcajada.
 

-Pero la pregunta te la he hecho a ti, así que me gustaría mucho que me la respondieras.

Mantiene la sonrisa, pero por sus palabras da a entender que no tolerará que alguien le diga lo que tiene que hacer o que no responda a sus preguntas. No le tiene miedo a alguien como Gabriel pues ella es la profesora y él un simple alumno que tiene que hacerle caso.

-Así que puedes proceder a darme la respuesta, sr Serpens.

Alana cerró los ojos mientras debaja que las conversaciones siguieran a su alrededor, aunque duró poco. La pregunta que hizo la profesora recibió una respuesta que hizo que abriera los ojos de vuelta, mirando de forma incrédula a Serpens. Podía haber respondido simplemente (o eso había creído) a esa pregunta, pero optó por una respuesta mas..."creativa".

Responder eso...¿de verdad?

Alex se encogió de hombros, sonriendo, esbozando una inclinación de la cabeza y una ofrenda con la mano. Todo ello encaminado a Serpens, que lo que tenía de prefecto lo perdía de manipulador. Y es que, a todas luces, su respuesta fue de todo menos acertada.

- Ni que fuese un cargo maldito- murmuró para si por consecuencia a las palabras de Serpens.

"Sí, mi padre era el antiguo profesor de astronomía y eso le trajo la desgracia"

Que no era Artes Oscuras la materia, valga la obviedad.

- Creo que ya se la he contestado, profesora... Aunque se puede haber pasado por alto- dije, con una sonrisa de medio lado, levantando bien mi mentón-. Sigo pensando que si hay alguien a quien le afecte la luna es a los licántropos, de ahí mi comentario sobre Blair. En fin, perdone profesora, es que a veces tengo un humor demasiado negro- añadí, haciendo más amplia aún mi sonrisa.
Mi comentario sobre Blair había sido claramente simulando que él era un licántropo, de ahí que dijera que podía transformarse de un momento a otro. Sin embargo ninguno de los alumnos parecía haber cogido el significado oculto de mi frase y, como no podía ser de otra manera, tampoco lo había hecho la profesora. Quizá mi humor negro era demasiado inteligente para todos ellos. ¿Quizá? ¡Claro que era demasiado para ellos! Estaban a un nivel mucho más bajo que yo, en todo obviamente.