Partida Rol por web

INCURSIÓN Nº1: VIAJE A LAS COCINAS

El reloj da la hora en el castillo, las 12 de la noche, la hora de las brujas y los espíritus en la tradición muggle. Las puertas están todas cerradas y los únicos alumnos que debería haber por el pasillo, son aquellos que salen de la clase de astronomía, pero esta vez los pasillos están vacíos porque los de 5º de Hufflepuff y Ravenclaw han salido media hora antes.

A esas horas, hasta los cuadros están dormidos.

Clare espera impaciente bajo las escaleras, mirando el reloj y pensando que quizá Alex no pueda venir.

Alex caminaba procurando no hacer ruido, hasta alcanzar la ubicación de Clare. La pequeña rubia pasaba bastante desapercibida entre las sombras. La hubiese saludado con alguna de sus bromas habituales, pero tal y como se había puesto antes por lo de Cuidado de Criaturas Mágicas prefería no volver a entristecerla. Le sentaba como una patada en el estómago que se mostrase tan dolida, y más sabiendo que él era el culpable.

- Puntual como un reloj, querida- dijo el chico mientras sacaba el mapa y se lo tendía-. Llévalo tú, será lo mejor. Si nos pillan antes cargarán contra un Gryffindor mal reputado que contra una Slytherin "modelo".

Le dio cierta carga a esa última palabra, pues sabía que era todo mentira.

Sonríe aliviada al ver que Alex llega a donde está ella. Siempre puede pasar cualquier cosa, como que se haya tenido que quedar en la sala común por estar vigilada o con alumnos aun levantados o que los profesores le hayan pillado vagueando por los pasillos y se lo hayan llevado al subdirector, pero parece que nada de eso ha pasado.

-Sí... me dedicaré a la lencería - sonríe mientras coge el mapa.

La verdad es que no le hace mucha falta porque se sabe los recovecos del castillo, pero siempre es bueno ver quien te puede venir por la espalda.

- No seré yo quien se niegue a eso- dijo el chico con una sonrisa de satisfacción. Le encantaba ver que su compañera estaba en plena forma, y que para haberse convertido en piedra hace dos horas seguía teniendo cierta chispa e ingenio. A él desde luego no se le había ocurrido el doble sentido.

Con un gesto de la cabeza se puso en marcha rumbo a las cocinas. No debía haber mucha distancia, así que seguramente no pasase nada. Y para casos así estaban Murphy y sus leyes.

Alex se lanza a la aventura sin haber comprobado ni el mapa cuando Clare ve que se acerca uno de los profesores a las escaleras desde las mazmorras... quizá sea el profesor de pociones, que tiene la clase ahí, pero al mirar el mapa se da cuenta que en la etiqueta pone Fiore y si les encuentra la han cagado.

Coge a Alex de la manga para tirar de el y ocultarle bajo las escaleras de nuevo.

-No vuelvas a salir así - susurra casi sin pronunciar palabra, solo moviendo los labios - Fiore...

Como a Fiore le ha parecido escuchar algo en el hall se queda plantada frente a las escaleras, esperando a que salga la rata que está escondida o a si oye algo más.

- Mea cul-pa- respondió Alex haciéndose el sordomudo, imitando la forma de hablar de Clare. Sonreía como sólo un chico acostumbrado a los castigos podía hacerlo, aunque ciertamente la había pifiado, y que le pillasen con Clare podía ser de lo más peligroso. Lo sabía-. Pue-des cas-ti-gar-me- añadió, quitándole hierro al asunto, como siempre. Guiñó un ojo, esperando que la chica tuviese que morderse la lengua y no pudiese arrearle un manotazo por temor al ruido.

¿No estaba ella bromeando? Pues a Alex no le ganaba nadie.

Le lanza una mirada de "Sí, sí... tú ríete... ya verás cuando te pille". Se aguanta las ganas de pegarle por meterse con ella, aunque sabe que no lo hace por el motivo de meterse con ella, si no de hacer bromas y esas cosas. Y encima se aprovecha porque está Fiore y no puede hacer nada para vengarse de él. Bueno... sí... puede vengarse sin hacer ruido, al menos por su parte. Le pincha en las costillas con el dedo, más bien fuerte, y le saca la lengua.

Ahora no te quejes dice moviendo solo los labios.

- ¡Ah!- masculla el chico doblándose ligeramente por el pinchazo. Su sonrisa había adquirido cierto matiz vengativo, pues aquello había sido un golpe bajo-. En las cos-ti-llas no, que es-toy res-pi-ran-do- añadió, transformando la frase hecha sobre la cabeza y estudiar cuando una madre te persigue zapatilla en mano por el pasillo.

Se quedó en stand-by un momento al ver a la chica con la lengua fuera, pero se ahorró las metáforas para con serpientes y las cosas propias de un chaval de quince años.

- Te es-tás ga-nan-do un Ric-tu-sem-pra, Ru-bia- amenazó el chico, alzando el dedo. Lo dijo como hubiera amenazado a cualquier otra persona, salvo por la ligera hinchazón de sus mejillas, conteniendo la carcajada, y el contenido de la amenaza. Aquel conjuro era más social que otra para el chico.

Sonríe ante la amenaza de Alex sobre el rictusempra, pero tiene la baza de estar escondidos porque Fiore está esperando a que salga alguien o escuchar cualquier sonido. Se lleva un dedo a los labios y con la otra mano señala en dirección a la profesora como diciéndole que ella tiene ventaja en esa situación y que no podrá vengarse como quiere.

Al cabo de unos minutos, parece que Fiore comienza a moverse y sube la escalera principal. Clare mira el mapa y parece que es así. Espera un momento para salir y caminar en dirección a uno de los pasillos laterales del Hall. Por el mismo en el que se encuentra la sala común de Hufflepuff.

- Eres mala- dijo el chico saliendo de su escondite y poniendo rumbo por donde Clare. La connotación de aquella palabra era más positiva que negativa, y quedaba bastante claro el significado.

Sacó la varita, pero no hizo nada. La llevaba desenfundada más que nada por si en algún momento tenía que ponerse a lanzar Lumos, Alohomora o incluso Gorgona, aunque esperaba poder llegar a la cocina sin más incidentes. Convencer a los elfos no iba ser fácil, y se temía que el escultural cuerpo de su amiga no fuese a servir con los de su clase, pero tenía que ver aquello y estudiar cómo iban las cosas de diplomacia.

-No soy mala, aprovecho las oportunidades que tengo frente a mí... y esta vez me he librado de tu venganza... - dice sonriendo.

El pasillo no está oscuro del todo, pero solo lo iluminan unas antorchas cada ciertos metros y de forma regular. El pasillo tampoco es muy amplio, lo justo para que quepan dos personas o alguna armadura. Clare va delante, mirando el mapa a la espera de ver si viene algún problema.

Parece todo tranquilo, pero Clare de pronto ve en el mapa que aparece un fantasma que va hacia ellos.

-Viene un fantasma!

Alex arrugó el ceño, molesto.

Otra vez no.

El chico echó un vistazo al mapa, para ver si se acercaba por delante o por detrás. Al comprobarlo agarró la muñeca de Clare y tiró en dirección contraria, echando a moverse cuan rápido podía sin hacer demasiado ruido. Si conseguían alcanzar una zona donde pudieran moverse sin estar acorralados se salvarían de esa, sino... a ver qué fantasma les tocaba.

- Aprovecha esta- dicho el chico, bastante centrado en aquel momento pues respetaba la capacidad de los fantasmas para atravesar paredes, y su inmunidad a la mayoría de los conjuros. Tratar con un fantasma era más peligroso que con una persona, desde luego, pues tenían impunidad para hacer lo que les viniese en gana, y Alex no tenía muchas ganas de escribirse con sangre en la mano "No deambularé por los pasillos de noche".

Demasiados delitos cometidos como para quedarse paralizado de miedo, vaya.

Tira de la mano de Alex para llevarlo tras un tapiz. Es un escondrijo que descubrió en una situación parecida, pero cuando iba sola... Es algo estrecho, quizá en el pasado había servido como un expositor para alguna estatua o algo parecido y ahora está cubierto por no ser decorativo un hueco viejo.

-Si seguimos retrocediendo llegaremos de nuevo a la escalinata - murmura...

- Joder- masculló entre dientes el chico-. Al paso que vamos me preocupa que se nos haga de día que eso. Hubiese preferido la capa de invisibilidad al mapa, la verdad- confesó, aunque ya veríamos si hubiera pensado lo mismo en una situación contraria-. ¿No había un sitio más... espaciado, querida?

Alex había comprimido el diafragma para que Clare tuviese más espacio ahí, y parecía un palomo en contra del viento.

- Casi puedo verte la raíz castaña...

¡Zasca!

Le clava el codo en las costillas por su comentario. Nadie se mete con su pelo y sale vivo... aunque sabe que lo hace por sacar su vena bromista y esas cosas... pero su pelo es su pelo.

-Te gusta meterte conmigo, eh? - le lanza una mirada maliciosa, quizá tramando su venganza cuando salgan de ahí... bueno, a lo mejor es cuando salgan de ese agujero, sino dentro de unos días o quizá se lo guarde para dentro de unos años... así su venganza será mas dulce...

Que sea buena no significa que no le gusten esas cosas... que por algo esta con las serpientes...

Alex relajó el diafragma, despreocupándose un poco del tema del espacio. Miró de reojo a la apertura del lugar, por si pasaba el muerto plateado, pero parecía ser que todavía no.

- Y a ti que lo haga- respondió con una sinceridad normalmente callada. Era fácil pensar que habían llegado hasta ese punto de batalla de egos porque les divertía, a falta de una palabra más retorcida que se ajustase a la verdad, pero decirlo en voz alta le daba cierto tono amargo-. Estás tan ansiosa de emociones como yo, reconócelo.

Hubiese relacionado aquello con la Orden del Fénix, pero se dio cuenta de que aquello en realidad sí que perseguía un propósito importante. Bien lo sabían todos.

-Según cómo, cuándo y dónde, querido "caso perdido" de la escuela.

Como él, aparta un poco el tapiz para observar cuando pasa la silueta gris del fantasma que, o va muy borracho y no sabe el camino, o va paseando como si fuese por el jardín... porque deben llevar ahí como 5 minutos de su vida. Para ella sola, ese lugar es perfecto para esconderse, pero para dos personas y encima alguien como Alex que le saca 2 cabezas y medio cuerpo, pues es bastante incómodo.

-Contigo es una aventura cada día... - sonríe y le guiña el ojo antes de volver a observar el pasillo

- No te cortes. Sigue piropeándome, igual hasta me sonrojas- dijo el chico con todo descaro, saliendo del agujero en que se habían metido-. Enséñame cómo, cuándo y por dónde movernos para no acabar hechos piedra, "estudiante modelo", antes de que tengamos que apretarnos en un sitio aún más estrecho.

Como si fuese malo.

Esbozó una media sonrisa, divertido por aquella travesura mental, aunque ciertamente estaba hasta la varita de que tuviesen que retroceder a cada paso. ¡Que tarde o temprano Alex tendría que dormir! ¿No?

Sale del escondite al ver pasar al fantasma que se pierde por el pasillo y mira a Alex por encima del hombro con una sonrisita que más bien quiere decir "ya te gustaría a ti que fuese más estrecho, guapo". Tras eso mira al frente y comienza a caminar de nuevo en dirección a las cocinas. En el mapa del merodeador tampoco parece que haya ningún peligro en el pasillo así que camina un poco más deprisa para que no les enganche ningún profesor/fantasma/alumno tocapelotas.

Tras media hora de esconderse y volver hacia atrás, llegan a un cuadro de un bodegón... la puerta perfecta para las cocinas, sin duda. Toca el lugar exacto para que la puerta se abra, apartándose el bodegón y deja ver el interior de las cocinas que ahora están tranquilas y solo hay un par de elfos domésticos en el lugar.

Alex soltó aire al ver las cocinas por dentro. ¿Ya? Veríamos. Hubiera preferido que hubiesen más elfos, pero era más fácil convencer a un par que a todos, eso estaba claro. Ahora, no tenía ni idea de cómo iba a hacer eso exactamente, acostumbrados como estaban los elfos a tragar con aquella vida.

- Las teñidas primero- profirió el chico, abarcando con la mano en abanico hasta el hueco abierto.

Hubiese dicho mujeres o serpientes en lugar de teñidas, pero no hubiera sido tan divertido, por supuesto.

- Empieza tú el discurso, que yo enmudezco ante el público, ya sabes- mintió, pues no tenía ningún problema con las masas, pero sí con qué decir que fuese apropiado y no les hiciese saltar la alarma.