Partida Rol por web

Alex se irguió en su asiento y paseó la mirada por los presentes. Ni Chirstine ni Ashton lo habían conseguido. No le extrañaba, la verdad. Ya no sólo por la dificultad de un conjuro así, que también, sino por el mero hecho de que el recuerdo debía de ser evocador en una medida que Alexander no creía fácil de sentir.

El hombre lo intentó por compromiso, alzando la varita y señalando al frente. Miró la punta de la misma, desconfiada, y habló, intentando desatar el conjuro.

- ¡Expecto Patronum!- profirió en tono alto y claro, pero nada pasó.

Negó con la cabeza, devolviendo la varita al regazo. Se lo esperaba. Expecto Patronum. Sólo posible por uno de cada diez magos. Pero se alegró por Henri, mucho. El chico sufría, como todos, pero era capaz de imaginar algo capaz de conjurar a su plateado cánido.

Scarlet observó como ninguno de los presentes había conseguido hacer el patronus (excepto Henri, obviamente). Sin embargo, no pasó por alto la sonrisa triste que esbozó Alex antes de hacer el hechizo, cuando Christine probó a realizarlo.

Cuando su amigo gryffindor probó a hacerlo, también falló ante la atónita mirada de Scarlet, que frunció el ceño al ver que de su varita no salía ni una hebra plateada. Ella esperaba que fuese capaz de hacerlo, ya que es la persona más alegre que conoce y siempre hace que los demás se sintieran bien... Aunque como todos los ahí presentes, si estaba ahí era porque lamentablemente no tenía demasiados recuerdos felices. Pero aún así, sabía que era capaz de hacer ese hechizo, ese y muchos más. 

Le dedicó una sonrisa de ánimo a Alex antes de ponerse de pie e intentar ella realizarlo. No tenía demasiada confianza en sí misma respecto a ese hechizo, pero si todos lo habían intentado, ¿por qué no ella también? Se colocó con la varita en alto y los ojos cerrados, pensando en un recuerdo lo suficientemente feliz como para que diese resultado. 

-Expecto Patronum-pronuncia con voz tranquila.

Henri empezaba a desanimarse, aunque intentó que no se le notara. - Tranquilos, la primera vez es muy difícil que salga - volvió a repetir. -Pero no pasa nada, con un poco de práctica y tratando de encontrar un recuerdo muy muy feliz seguro que lo conseguís.

Sabía que cuando estabas triste era casi imposible encontrar y revivir un recuerdo feliz, aunque tuvieras cientos de ellos y eso era exactamente lo que les estaba pasando. Miró a Katie y a las otras que aún no lo habían intentado, y les dijo. -Buscad un momento de alegría, y cuando lo tengáis concentraros en él y notar dentro de vosotras la alegría que sentisteis antes de pronunciar las palabras.

Alex sonrió al ver la reacción de Scarlet. No era una sonrisa feliz, pero sí sincera. Como la que le dirigía a Henri instantes después.

- Estoy seguro de que sí- respondió a Henri, intentando ser optimista-. Dicen que la práctica hace al maestro- continuó, aunque tenía sus dudas sobre si uno podía practicar cómo ser feliz.

Alex estaba convencido de que no era así del todo, aunque podía hacer algo al respecto. Miró a Scarlet y le hizo una señal para que se acercase. Una mirada llena de circunstancias. Tras ello, giró el rostro para encarar a Katie, y al resto de las chicas.

- Venga, nosotros ya lo hemos intentado- las jaleó con un deje de su ya sabida ilusión por los demás-, os toca a vosotras. No os desaniméis. Seguro que tenéis algún recuerdo capaz de hacer aflorar a vuestra... bestia interior.

Esbozó una sonrisa de medio lado, divertida. Los ojos, en cambio, revelaban cierto regusto por aquella comparación. Esperaba de verdad que alguien lo consiguiese, o aquello sería un fracaso general, y eso no sería bueno para el ánimo colectivo, y menos para el de Henri. Él merecía más.

Lo miró un segundo, asintiéndole con la cabeza mientras levantaba un pulgar.

Lo estás haciendo bien, Henri. Lo estás haciendo bien.

Por intentarlo que no quedase. Con la varita ya en la mano, y rememorando los momentos más felices que pudiera recordar, alza la varita lentamente. Preparándose. Por suerte, no eran recuerdos muy lejanos. Aquel fugaz momento de despedida, hasta el día siguiente.

Conseguir estar juntos después de que pareciera que todo estuviera en contra.
Sonríe ante esa pequeña realidad que habían conseguido superar.

- Expecto Patronum

Si Scarlet hacía caso a Alex y se acercaba, el chico la animaría con la mano a sentarse brevemente a su lado, en la mesa. Quería ser relativamente discreto en aquel momento. Parecía claro que no estaba en su mejor momento, aunque tampoco en el peor. Sólo estaba marchito por la situación colectiva. Había perdido el subidón por el origen de la organización, y todas sus expectativas al respecto estaban muriendo.

Necesitaba que aquello fuese mejor de lo que iba. Alex necesitaba que algo verdaderamente importante para él fuese bien. Claro que tenía recuerdos felices, muchos, pero en aquel momento no podía hacerlos aflorar. Se sentía sobrecogido por sus actuales circunstancias, de las cuales estaba seguro que Scarlet no contemplaba en su totalidad.

- Necesito que practiquemos- la dijo ladeando ligeramente el rostro, en voz baja cual susurro sibilino a luz pública-, tú y yo. Necesito hacer un patronus y necesito pasar tiempo contigo.

Alex no solía necesitar cosas. Solía pedirlas, o generalmente sin que pareciese que verdaderamente lo quería, bromeando al respecto o invirtiendo los roles. "Scarlet, sé que te tiemblan los huesos por una paliza al ajedrez mágico, así que de acuerdo, acepto". Si lo pedía así, como una necesidad, era porque verdaderamente lo precisaba. Alex sentía un vacío en algún sitio, y sus hormonas bailantes de quinceañero le sumían en una espiral de cambiante temperamento que sólo Scarlet conseguía sosegar.

El resto sólo eran problemas. Incluyendo a Madelain.

- Eres lo único que me centra- dijo para si.

Era romántico, a su manera, pero porque verdaderamente Alexander, tras cuatro años, sentía por Scarlet. No parecía en absoluto que estaba tratando de ligar con ella, en parte porque no sentía que sus emociones estuviesen en esa fase. Y sin embargo, cuando no había nadie escuchando, no parecía ocultarlo demasiado, sintiéndose liberado al respecto.

Era como si llevase casado diez años con ella, y siguiese sintiendo lo mismo que en el primer día, pero con la confianza de toda una vida juntos. Bueno, en realidad, sí había pasado un tercio de ella a su lado. Ni siquiera parecía reparar en Spencer, aunque obviamente era lo único que le retenía, respetando la libertad de Scarlet al respecto de cómo gestionar sus emociones y sus amoríos.

Clare se levanta de su sitio con una confianza bastante abrumadora y se coloca en el centro de la sala. Saca su varita, bastante sencilla para alguien que es de Slytherin y que bien podría pasar por un trozo de rama si no puede porque está bastante pulida. Cierra los ojos para concentrarse en el pensamiento más feliz que tiene, el día en el que Chris llegó a casa y por fin tendría a alguien a su lado.

Sonríe ante ese pensamiento y levanta la varita para señalar hacia delante.

-Expecto Patronum! 

De la punta de la varita salen unas hebras de color plateado que van tomando la forma de un animal bastante común y corriente, un pequeño gato que a penas da unos pasos y se desvanece en el aire.

-Lo siento, no ha sido lo bastante fuerte, pero algo es algo.

El primer beso con Ashton, después de tanto tiempo de no poder estar a solas, los nervios, las miradas.

Cosas romanticosas :3

Marta sigue a Clare, pero tiene bastante claro que su nivel de magia está bastante por debajo del de ellos así que sabe que no lo va a conseguir, al menos a la primera. Se concentra en un pensamiento feliz e intenta hacer lo mismo que han hecho los demás.

-Expecto Patromun!

Pero de su varita no sale nada aunque tampoco se desanima.

-Bueno, es un conjuro difícil y estoy en segundo... seguramente más adelante lo lograré.

- Es normal- dijo Alex, parpadeando con un cabeceo mientras miraba a las chicas-. Sólo necesitamos práctica y muchas ranas de chocolate- añadió con una sonrisa.

Chocolate. El chocolate siempre funciona.

Pero Alex no pensó en que se debía al azúcar y a que estimulaba el centro de placer del cerebro. Sólo lo asoció por cultura popular, como quien sumaba dos y dos sin que diesen decimales. No esperaba que Martha lo consiguiese, claro.

- Bueno, ya lo hemos intentado todos. Démonos tiempo. Es nuestra primera reunión con fines de aprendizaje- concluyó, queriendo restarle hierro a un fracaso aceptable dadas las circunstancias-. Tenemos a Henri y a William, dos grandes maestros- concedió intentando levantarles el ánimo a los mentados-. Digo yo que vendría bien, para la próxima reunión, concretar cuando será y cómo vamos a llevar a término todo el asunto de los galeones trucados.

No hace falta que Alex le repita el gesto dos veces para que Scarlet acuda a su lado con pasos cortos y rápidos, sentándose a su lado en la mesa, alisándose la falda del uniforme de forma nerviosa con sus manos de piel blanca, aún con la varita entre éstas. 

Ante su propuesta, Scarlet le mira primero directamente, girando la cabeza sorprendida; pero al darse cuenta de que era un gesto demasiado brusco y descarado que podría hacer que los demás los vieran, vuelve a su posición inicial y ladea la cabeza hacia el chico, dejando que una cascada de cabellos oscuros se interpongan entre la mirada azul de Alex y la suya verde. Entre sus mechones morenos, el chico podía entrever una sonrisa tímida y una mirada de reojo que se enfrenta con la de Alex.

Scarlet asiente lentamente, conforme con su proposición. Aparentemente tranquila por su postura relajada, pero con el corazón latiendo con fuerza, bombeando sangre que subía directamente a sus mejillas pálidas que tornaban paulatinamente a un color rojizo debido a sus últimas palabras... Acordándose sin quererlo de lo sucedido la última vez que estuvieron allí. Pero no, no podía volver a pasar... no debía. Era lo mejor... ¿no? 

-Ya sabes que puedes contar conmigo para lo que quieras.-le susurra, apartándose un par de mechones de cabello negro azabache para colocárselos detrás de la oreja, destapando levemente la cortina oscura que los separaba.-Sólo dime hora y lugar. Y allí estaré.

Le dedica una última sonrisa, alegre y tímida a la vez, con un suave rubor sobre sus mejillas aún. Parpadea un par de veces y desvía la mirada del chico para centrarse nuevamente en las pruebas fallidas... Ahora lo intentarían Clare y Martha. Pero parecía no funcionar nada. 

¡Enhorabuena!- les dijo a las que habían tenido algún progreso - Es muy dificil, y os ha salido realmente bien. La próxima vez seguro que os sale mejor a todos, no hay que preocuparse, hay muchos magos adultos que tampoco lo dominan. ¿Verdad pro...? ¿Verdad William? - le preguntó al guardabosques llamándolo por su nombre, ya que cada vez que intentaba llamarlo Gordon le salía el profesor sin quererlo.

Gracías- contesto a Alex por los elogios, pero la verdad es que su primera clase no había salido muy bien precisamente. Con lo de los galeones no puedo ayudar, no tengo ni idea de como hacer que funcionen.

Después de ver como el conjuro funcionaba, en aquellas vetas de color plata, y se iban transformando en un lobo. Aquella criatura tranquila, que solo reaccionaba agresiva si se le provocaba. Pero que en general, generaba miedo o recelo, pocos se acercaban a ese animal.

Una vez se desvanece, mira la varita incrédula. Y vuelve a sonreír.
Agradece de corazón las palabras de Henri, y vuelve a centrarse. No siempre podía estar en las nubes de su pequeño triunfo

- Podemos... investigar lo de los galeones, pero necesitamos saber cómo se llamaba el hechizo... No sé si lo mencionasteis, para poder buscar información sobre él...

-Genial chicos. Aquellos que no lo habéis conseguido, no pasa nada. Harry Potter también tuvo problemas para aprenderlo, pero al final lo consiguió. Tratad de buscar momentos felices y tratad de rememorarlos. Sé que es doloroso para muchos de vosotros, pero esos momentos felices están ahí.

Mira el reloj para comprobar la hora porque parece que se haya pasado el tiempo volando. Han pasado como dos horas desde que entraron en la sala de los menesteres hasta ese justo momento y parece que es hora de ir acabando la reunión "secreta".

-Bien... creo que por hoy ya ha sido suficiente. Creo que el asunto ese de las monedas lo tiene que tratar alguien que sea bueno en encantamientos y transformaciones. Y ahora debo irme... recordad que soy profesor y tengo algunas cosas pendientes. Ya me diréis cuando es la próxima.

Hasta luego William- se despidió Henri del profesor. Para el chico la tarde se había pasado volando, le había gustado eso de ser profesor, aunque solo fuese por unas horas. Lamentablemente, la prespectiva de una clase con el basilisco después de cenar era algo que le quitaba la alegría a cualquiera.

Va siendo hora de irnos.- les dijo- es casi la hora de cenar y luego tenemos clase, espero no terminar tan salado como el martes.

¿Hay que recoger las cosas de la sala o esto se recoge solo? - añadió mientras dejaba la silla que había usado junto con las otras, ayudando a recoger porque no pensaba que la sala tuviese servicio de limpieza incluido.

Una vez se fueron todos y se quedarón solos en la sala de los menesteres Henri intentó consolarla.

No te preocupes por lo de los recuerdos felices- le dijo con una sonrisa tranquilizadora en los labios- No hace falta que sean antiguos- sabía que lo había pasado bastante mal y que sería muy dificil que encontrara algo en su infancia.- nunca se sabe cuando sentiras algo que te haga realmente feliz.

Ya tenía claro desde el principio que el patronus es un hechizo vetado para ella, pero bueno... tampoco es que vaya a dejar de intentarlo, aunque solo sea por hacer algo durante las clases en las que se de ese hechizo. Asiente a las palabras de Henri, aunque no muy convencida.

-Bueno, creo que cuando acabe todo esto quizá pueda permitirme buscar recuerdos felices. Pero no te preocupes, continuaré intentando realizar el patronus... me gustaría saber que tipo de animal es.

De mi varita salen chispas de color plateado, y una especie de hilo del mismo color, que desapareció al avanzar apenas un palmo. Así que o había fallado o mi patronus era una lombriz.

Miro a los demás. La mayoría consigue más o menos lo que yo. Salvo Clare, que consigue generar un gato, y Katie, de cuya varita sale nada más y nada menos que un lobo. Me quedo de piedra mirando al animal. Tendría que esforzarme mucho para conseguir algo así. Aunque algo me decía que yo tendría algo más parecido al perro de Henri que a un lobo (¿dependería el animal de la potencia del hechizo o sólo de la persona?).

- Gracias profesor. – aunque yo no soy Harry Potter, me ahorro decir. - Si se forman solas seguro que se recogen solas. Y si no, seguro que pueden esperar a después de la cena.