Partida Rol por web

Harvaka 1, Tierra de Piratas.

Capítulo 113. Asumiendo el Control.

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20/03/2018, 15:38
Director

Euyun despertó algo desorientada. Le dolía horrores la mandíbula y aunque de buenas a primeras no recordaba lo que había pasado, pronto cayó en la cuenta de que había sido el propio Anwalën quien le había golpeado. Posiblemente había perdido la consciencia instantes después, pues no recordaba nada más desde entonces.

La sacerdotisa se hallaba en el camarote que compartía con su patrón cada vez que viajaba a bordo de aquel balandro. Pudo reconocer el lugar gracias a la luz de una vela que dejaba en penumbra el interior de aquella estancia. A través del amplio ventanal que ocupaba la pared exterior del camarote se filtraba la luz de Maahn y las estrellas, pues ya había oscurecido y era noche cerrada.

Anwalën se encontraba sentado en el escritorio al amparo de la luz de la vela y con las piernas recostadas sobre la mesa. El elfo miraba con expresión de satisfacción a través de la ventana y aparentemente no reparó en que la sureña había despertado. No sabía cuáles eran las intenciones del semidiós a partir de ese momento, no sabía lo que había pasado por su cabeza en el momento en que la golpeó y tampoco podía decir por qué no le había comunicado sus intenciones, pero lo único cierto era que si seguían con vida, era porque el plan en mayor o menor medida había funcionado.

Notas de juego

Pensaba hacer este turno algo más largo, pero como vamos bastante avanzados con respecto al resto e jugadores, no hace falta correr tanto.

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24/03/2018, 12:18
Euyun

La joven nunca terminaba de llevarse sorpresas, en este caso de su mismo compañero que según notó según un tremendo dolor de mandíbula que la habría golpeado y dejado inconsciente. Pues estaba en su camarote y no en la sala de oficiales donde antes había terminado la charla con él. La estancia se mantenía a oscuras excepto por una vela, pues era de noche según percibió y tras ver el amplio ventanal de la estancia que daba al exterior. Podía ver a través de aquellos cristales la luz de Maahn y de las estrellas. Un suspiro dio al sentirse de nuevo en la cama, y no encerrada o moribunda debido a los ataques que pudiera haber recibido de soldados y marineros. 

Allí donde estaba la vela reposaba la figura de su compañero que tenía los pies sobre la mesa, mientras observaba las estrellas y la luna, para un elfo sería todavía algo más simbólico y tradicional aquellos astros, pues se decía que los elfos se podían guiar por las estrellas. Verlo en calma la relajó, sabiendo que él también estaba bien pero entonces, ¿qué habría pasado para que todo se mantuviera en calma? Un leve carraspeo o tos con la boca cerrada alertó a su señor que se había despertado. - Es bonito Maahn pero dicen que los elfos pueden guiarse por las estrellas, ¿es verdad?, y si es así Anwälen, ¿por qué percibo un dolor tan intenso en la mandíbula?- dijo a modo de reproche - y no recuerdo nada de lo que ha pasado tras nuestra conversación en la sala de oficiales. Te agradezco que me hayas traído a la cama, pero no sé qué plan hicistes para conseguir que terminemos aquí en relativa paz y calma o es qué... es un sueño. Miró al elfo con sus grandes ojos negros intentando escrutar en aquel ser, ¿qué había hecho para poder concluir la difícil tarea de los asesinatos? Del cual sabía ahora tantas cosas, entre ellas su afición por la sangre y como medio para recuperar su poder, y lo de su daga tradicional la cual era necesaria para llevar a cabo el ritual. Por eso la guardaba en un cofre sellado y con signos indescifrables que sólo él conocía. Dobló la almohada y se echó algo hacia arriba para que parte de su cabeza y espalda estuvieran reposadas sobre la cabecera, pero respaldada sobre la almohada para así no sentir la dureza de la madera. Quería prestar especial atención a lo que le dijera su compañero pues estaba en riesgo sus vidas, el objetivo de su misión y la comandancia del barco.

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26/03/2018, 18:21
Anwälen Manewë

- Lo cierto Euyun, es que la idea de incriminar a Elsabeth me gustó. – Dijo de pronto el elfo. – Aunque lo cierto es que me costó bastante explicar cómo una joven como ella pudo escapar de la celda, introducirse en la sala de mando y matar a todos los oficiales. Dejarte inconsciente era parte del plan.

Anwalën se puso en pie y se acercó al lecho donde Euyun dormía. Se levantó la camisa y mostró una terrible herida que iba de lado a lado. Todavía no había cicatrizado del todo y se veían varias zonas enrojecidas por la sangre que había manado de la herida, limpiándose posteriormente de forma descuidada.

- Es escandalosa por su longitud, pero no es profunda. – Habló el elfo. – Fue doloroso, pero no tuve otra opción. – Sonrió de forma maliciosa. – Lo cierto es que cuando cree la ilusión, la norteña saliendo de la escena del crimen… - Posó suavemente la mano sobre la mejilla dolorida de Euyun. - …no pensé que mis fuerzas estuvieran tan mermadas. También perdí la consciencia y comencé a sangrar por la nariz. Todavía me estoy recuperando. No hace tanto que desperté, tan solo llevo en este mundo una hora más que tú.

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26/03/2018, 19:04
Euyun

La muchacha entonces lo comprendió todo mientras miraba aquella fea y larga herida que estaba todavía sin cicatrizar. Parecía que aquello podía hacer gritar al guerrero más fuerte con solo sufrir el tacto de la ropa, pero el elfo que vestía con ricas vestiduras demostraba estar más allá de cualquier sufrimiento. Su concentración era digna de elogio, y la forma en que utilizaba sus pocos recursos del mejor mago que hubiera visto. - Me has hecho muy feliz Anwälen, le dijo la muchacha mostrándole una sonrisa y una mirada de profunda veneración. - Nunca he podido estar tan feliz en mi vida que cuando hice lo que tuve que hacer. Ahora mejor no hablar de ello, pero quiero que sepas que has cumplido tus expectativas conmigo con creces. Dicho esto le comentó: - Sé que estás muy herido pero ahora eres el capitán de este barco, y así debes de hacérselo saber a los demás soldados y marineros. Le tienes que comentar que la muchacha no puede ser tocada ni que se emprenda contra ella un linchamiento. Le tienes que decir que lo único que provocaría es que su poder fuera mayor, que tú eres el único que sabes como destruir su verdadera alma para que no vuelva a resucitar de entre los muertos, y que te encaminas hacia esa noble tarea. Por otra parte, tendrás que recuperarte lo suficiente Anwälen, para poder borrar los recuerdos de la muchacha e imponer los tuyos, hasta que ella sienta que la máxima felicidad está en sacrificarse por ti. No quiero que esté en una jaula para siempre, es demasiado astuta, debes de lavarle el cerebro cuando tengas las fuerzas suficientes, cariño. Después se levantó a pesar del dolor que sentía, - te acompañaré para que des a los soldados estas instrucciones y que nadie ose menospreciar tu mandato. La muchacha debe de seguir comiendo y bebiendo, no podemos dejar que ahora se nos vaya. Se puso enfrente de su amor y le dio un beso en la boca, - queda muy poco mi señor para que el mundo se pose a tus pies, ahora más que nunca Elsabeth es un instrumento que debemos de cuidar como el objeto más valioso que tenemos. Ella es la pieza clave para tu ascensión. Euyun lo tomó de la mano para que le acompañara y así hacerse cargo del barco, debían de ver cómo estaba la norteña y si estaba custodiada. No podían dejar que se sublevaran contra la norteña y tomaran la justicia por su mano.

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27/03/2018, 14:59
Anwälen Manewë

- Tranquila… - Dijo el elfo poniéndose en pie y caminando junto a la cama de la sacerdotisa. Se notaba que la herida que lucía en el torso era dolorosa y le impedía ciertos movimientos. - ¿Puedo? – Preguntó señalando con su oscura mirada el lecho sobre el que Euyun yacía.

Lentamente se sentó junto a la sureña y por unos instantes guardó silencio. Euyun pudo escuchar su forma de respirar entrecortada. Aunque su expresión era normal y no aparentaba el dolor que sufría más que cuando tenía que caminar, era evidente que el elfo estaba sufriendo. No obstante, la herida que tenía en su cuerpo no era suficiente explicación a todos los signos que Euyun advertía en su patrón.

De hecho su rostro estaba más pálido de la habitual y unas ojeras preocupantes habían surgido bajo sus ojos. Sus manos temblaban como las de un anciano y aunque su cuerpo y su rostro parecían los de un joven, Euyun percibió que los muchos años que portaba aquel ser tras sus espaldas empezaban a hacerse evidentes a sus ojos.

Me he encargado ya de ello. Elsabeth no será molestada. – Habló con la voz algo temblorosa el semidiós. - No obstante, ha tenido que ser encadenada. Los marineros son muy supersticiosos. No les gustan los norteños y no les gustan las mujeres. Abordo al menos... – Anwalën sonrió y se detuvo para mirar directamente a los rasgados ojos de la muchacha mientras acariciaba entre sus dedos uno de sus largos mechones de pelo color azabache. – Ahora toca descansar. Mañana veré un nuevo día si es que el destino así lo quiere...

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28/03/2018, 13:06
Euyun

Cuando Anwälen se quiso recostar y le pidió permiso la muchacha le contestó, - ¡claro!, todo es tuyo, le dijo mientras seguía mostrándole su sonrisa. - Échate mi señor, le ordenó al verlo tan pálido y con aquellas ojeras. - Estas utilizando tu poder con tanta asiduidad que tu cuerpo no puede soportarlo. Y mientras su compañero se tumbaba ella le quitó las botas para que estuviera más cómodo. - Descansa mi señor, y lo arropó dejando que durmiera mientras ella se dirigió al barreño. Se quitó su ropa quedándose con la ropa interior mostrando su cuerpo de piel morena tersa y estilizada a su edad con sus bellos pechos. Los cuales uno estaba marcado por una cicatriz que al ir sanando iba ocultando su herida. Tomó también un paño limpio, y tras lavar sus manos con jabón limpió la herida. A continuación se aseó lavando su rostro y las axilas tomando otro paño que pasó por sus partes para limpiarlas. Y aquella ropa llena de sangre la tiró por el ventanuco mientras la brisa del mar acariciaba su rostro, y sintió que era feliz por haber arrebatado tantas vidas de personas ilustres, de altos mandos que habían caído bajo su mano. Entonces fue al baúl que se encontraba antes de que hubieran embarcado en el barco, y en el que había depositado su ropa anterior que llevaba en un saco atada a su espalda. Tomó su vestido, una falda violeta que caía hasta el suelo y que le cubría hasta los pies, y su chaleco de cuero oscuro que lo dejó sin apretar para que no se frotara con la herida. Tomó su cinturón donde llevaba dos ranuras para la daga y la pistola y cogió dichas armas, después abandonó el cuarto cerrando la puerta en silencio, con la intención de saber qué había pasado con los cuerpos, y en qué estado estaba la tripulación y la norteña. 

Notas de juego

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31/03/2018, 10:19
Director

La noche estaba en calma. Varios marineros que se encontraban en cubierta se sorprendieron al ver a la joven sureña paseando a esas altas horas de la madrugada. Se trataba de dos jóvenes tripulantes que nada más verla abrieron los ojos de par en par y comenzaron a cuchichear algo entre dientes salvando las distancias con ella.

De lo primero que se percató la Duartalesa fue de que nadie hacia guardia frente a la puerta de la cabina de mando de la nave ni frente a los camarotes de los mandos superiores del buque. En cierta manera era algo totalmente lógico, pues ya no había a nadie a quien guardar las espaldas.

Una vez en cubierta observó cómo dos marineros, un veterano de barba blanca y un sureño de piel oscura y poco pelo se encontraban encadenados y atados al palo mayor del balandro. A parte de ellos, tan solo un timonel al mando de la nave y un vigía que se encontraba a su lado ocupaban la cubierta aparte de los dos primeros marineros con los que Euyun se cruzó.

La luna, Maahn reinaba en lo alto de un cielo despejado y nada hacía indicar que la noche pudiera tornarse complicada para la navegación. No obstante, entre los seis marineros que se encontraban en el exterior, los dos prisioneros, el timonel y los tres vigías, parecía imperar un halo de desesperanza y cierto temor.

Notas de juego

Lo dejo aquí por si quieres interactuar con algún marinero.

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03/04/2018, 17:24
Euyun

Al salir de su camarote se alarmó al ver que estaban totalmente desprotegidos sin guardia alguna. Eso suponía algo malo pues si ellos estaban sin protección, y también los camarotes de los oficiales quería decir que no veían a Anwälen como su capitán o sustituto. Si no había guardias, el motín podría ser el próximo paso en el barco y era el mal que había querido evitar a toda costa.

La subida a cubierta no dejó de sorprenderle al ver a dos marineros atados al palo mayor. Le inquietó que su compañero no le hubiera comentado nada, ya que ese castigo solía ser por alguna infracción grave, un castigo ejemplar que no se podía pasar por alto, y le extrañaba que Anwälen no le hubiera hablado sobre ello.

La muchacha se acercó a los dos marineros que cuchicheaban: - decidme, ¿qué hacen estos dos hombres atados al mástil?, y a qué viene que el pasillo de los oficiales esté sin custodia. ¡Hablad rápido!, le conminó la mujer hablándoles como si tuviera autoridad sobre ellos. 

Su silueta era sumamente femenina, sus ojos grandes y rajados la convertían en una belleza de sureña, con su pelo suelto salvaje y oscuro como la noche misma que le hacían sumamente atractiva, sino fuera por ese tono de voz imperante, y esa mirada que era una mirada que inquietaba al no ser la de una mujer normal, presentando atisbos de locura.

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04/04/2018, 16:26
Tamullah Jhawad

Los dos marineros se miraron mutuamente durante unos instantes. Su expresión, sin demostrar pavor, si era de desconfianza e incluso de cierto miedo. Era evidente que no se fiaban de la mujer que acababa de aparecer de improvisto sobre la cubierta del Adnan. Al fin y al cabo el elfo con el que viajaba resultaba ser una figura siniestra y peligrosa, al igual que todo lo relacionado con él.

- Han sido castigados por no custodiar las dependencias donde usted y los mandos se reunieron. – Declaró finalmente el más joven de los dos. – No custodiamos los camarotes porque están vacíos… - Miró entonces al veterano y este asintió con la cabeza. – No tiene sentido hacerlo.

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05/04/2018, 09:36
Euyun

- Entonces si no tiene sentido porqué no vas y salvas a estos dos hombres, según tú son inocentes y no han hecho nada malo, ya que eres el cerebro de este barco ayúdalos a bajar. Dijo en tono sarcástico que seguro que un mentecato de mar no habría captado la sutileza de su expresión. Lo dijo esta vez con una sonrisa en tono amistoso, como si fuera su confidente, para ver si el muchacho tenía tan poco seso como la soltura de su lengua.

Después miró al hombre más viejo, esta vez recobró otra vez el tono imperativo sin hacer más caso al muchacho: - dígame de cuanta tripulación disponemos separando marineros de soldados, y estos hombres supongo que eran soldados, dígame el nombre del soldado que lleva más tiempo en la tripulación y se ha ganado el favor de los hombres. También dígame del que lleva más tiempo como marino y se ha ganado el favor de los marineros. Otra vez adoptó ese tono y compostura marcial, expresando una mirada que parecía despedir fuego por sus ojos, los cambios tan bruscos se hacían patente, como si su personalidad se hubiera adaptado a expresar facetas tan contrarias en un tiempo tan breve.

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05/04/2018, 19:26
Sibed Brakri

- Disculpe señorita pero, creo que no me ha entendido. Lo que quería decir… - Comenzó diciendo el más joven de los dos marineros, pero enseguida fue cortado por el veterano, quien propinó un leve codazo en el costado de su compañero para que desistiera en sus infructíferas explicaciones.

- Yo le responderé encantado a sus inquietudes. – Anunció el veterano, pero antes lanzó una mirada severa hacia su compañero.

Sutil, pero no lo suficiente como para que Euyun no la detectara. Quería mantener callado a su compañero. Probablemente era mejor no cuestionar nada ni hacer preguntas que pudieran incomodar a aquella extraña mujer del sur, pues si ella misma ya emitía un halo de pavor sobre la tripulación, más lo hacía el extraño elfo al que ahora, al parecer debían obediencia.

- Verá, mi señora. – Prosiguió. – La tripulación consta de cincuenta y cuatro tripulantes. Cuarenta de ellos son soldados y el resto versados marinos. No obstante, todos los aquí presentes sabemos lo básico sobre marinería y todos sabemos empuñar un arma si es menester. En cuanto a las otras preguntas, sin duda aquel hombre… - Señaló entonces al que en esos momentos estaba ejerciendo de timonel. – Ghaffik Muthar es sin duda el más experimentado de todos nosotros en lo que a marinería y dirigir una embarcación se refiere. Ya era el principal apoyo del difunto Alferez Arkam. Siempre consultaba la ruta a seguir con él y sabe conoce muy bien todos los rincones del barco y su funcionamiento, además de poder intuir tormenta o marejada antes de que se produzca. – El soldado quedó unos instantes callado a la espera de que Euyun dijera algo, pero como no sucedió prosiguió. – En cuanto a los miembros de la tripulación que pertenecen al ejército he de decir que son dos los que pugnaban por el ascenso a oficial. Sami Wadad e Isa Keled. Los dos son jóvenes, buenos soldados y buenos estrategas.

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06/04/2018, 14:14
Euyun

- Bien - respondió con una sonrisa - vosotros dos seguidme, - los miró por un instante relajada - parecía que aquella tensión se había disipado por un momento, pareció calmarse aunque todavía presentaba una mirada felina. - Quedáis relevados de vuestros cargos, a continuación la muchacha volvió sobre sus pasos mirando hacia atrás para cerciorarse que los dos la seguían. Fue hacia el pasillo de los oficiales y esperó a que estuvieran detrás de ella para hablarle, en frente estaba el salón de la reunión donde había ocurrido los dramáticos asesinatos. La mujer les habló mirando hacia la puerta, - abrid el salón, les comunicó aunque ya su voz no presentaba ninguna amenaza ni autoritarismo, parecía que la fiera que llevaba en su interior se había calmado, aunque todavía podía despertar si aquellos dos hombres no actuaban según sus mandatos.

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10/04/2018, 15:51
Tamullah Jhawad

Los dos soldados hablaban en susurros entre ellos mientras dedicaban miradas de incomprensión hacia aquella mujer. No obstante obedecieron, pues el vacío de poder que se había producido tras los extraños asesinatos de los oficiales por parte de aquella en apariencia inofensiva norteña, habían elevado al elfo a la máxima autoridad dentro del buque y en consecuencia su lugarteniente, aquella joven humana, representaba una extensión del elfo dentro del barco.

Una vez se encontraron frente a la puerta de la sala de mando, se miraron de nuevo el uno al otro hasta que finalmente el más veterano de los dos soldados asumió la responsabilidad de decidir por los dos. Con algunas dudas abrió la puerta y se introdujo en el interior cediendo el paso a la humana.

El interior de la sala se encontraba ordenado tras el incidente. Los soldados se habían apresurado en retirar los cadáveres, retirar el mobiliario roto y en limpiar los restos de sangre y miembros amputados del suelo. Lo cierto era que en algunos puntos, como en la alfombra, las paredes decoradas con papel o las cortinas, todavía se veían los restos carmesí de la matanza, pero era difícil de arreglar aquel desaguisado hasta no atracar en un puerto donde encontrar elementos para su substitución.

- ¿Y ahora qué, mi señora? – Habló entonces el soldado más joven.

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12/04/2018, 11:07
Euyun

El salón estaba limpio, habían quitado sus cuerpos y limpiado la moqueta, la mesa las sillas... Euyun suspiró: - sentaros, dijo dándole igual si había alguna lámpara que iluminara la sala o no, después la muchacha se sentó a cierta distancia. Su silueta era perturbadora en la más oscura penumbra, su piel caoba y su pelo azabache propiciaban que se mezclara en aquella oscuridad. - Bien, ahora que estamos aquí solos, - se puso cómoda en su asiento de madera, entrelazando las manos sobre la mesa. - Quiero que me contéis vuestro cometido en el barco, los años que habéis estado navegando, si habéis estado en otros barcos antes que este, vuestra relación con la tripulación, si estáis insertados en la tripulación o no y por favor no me mintáis. También si tenéis algún delito o condena y si os persiguen en alguna región, decídmelo todo, vuestras aspiraciones y lo que deseáis, cuál es vuestra meta... - La muchacha esperó con paciencia. - Todo lo que el elfo le había dicho era verdad, ahora eran fuertes, y ella ocupaba un rango de posición, por encima de personas que le duplicaban la edad, como aquel hombre que estaba frente a ella junto al joven. Pero su rango de poder no terminaría ahí, su vida estaba abocada como si fuera un huracán o un torbellino a acabar con todo el orden impuesto o imperante en Gea.

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12/04/2018, 15:36
Tamullah Jhawad

Los dos marineros volvieron a mirarse el uno al otro buscando una explicación a aquella extraña situación a la que se habían visto abocados. El joven parecía nervioso, pero el más veterano lo estaba aún más si cabe. Finalmente el veterano volvió a encogerse de hombros y tras mirar hacia la puerta descartando el salir corriendo a la carrera tomó asiento. Acto seguido el marinero más joven se sentó junto a él.

Ante las preguntas formuladas por la sibilina mujer que les había convocado a aquella inesperada reunión clandestina a media noche, volvió a reflejarse en los rostros de ambos la más absoluta desorientación. El veterano se rascó la cabeza en busca de alguna explicación a aquello, pero no la encontró. Fue finalmente el marinero más joven quien se decidió a responder a alguna de aquellas preguntas.

- Mi nombre es Tamullah Jhawad. Tengo veinte años y llevo sirviendo al Imperio tres. Siempre he servido en esta nave, embarcando por primera vez en Bulcan, hace un año y medio. Soy soldado, mi señora. Somos soldados, pues esta nave es un buque de guerra. Mi cometido es defender este barco y obedecer las órdenes de mis superiores. – Hasta ese momento las palabras de aquel joven parecían sinceras. - ¿Condenas? Bueno… - Dudó un instante bajando la mirada. – Una vez fui recluido por el alférez debido a una insubordinación leve. – De nuevo alzó la mirada encontrándose con los felinos ojos de Euyun. – Mis aspiraciones son las de servir bien a mi patria y poder mantener a mi familia.

- Yo soy Sibed. – Dijo de forma escueta el veterano. – Llevo sirviendo a la marina del Imperio cuarenta y cuatro años de mis sesenta. He servido en muchas naves y he recibido condenas en muchos puertos. La bebida fue mu perdición en mi juventud y pasé por varios calabozos civiles y también militares. Por eso no he ascendido. Solo sueño con jubilarme y poder comprar un terreno a las afueras de Metechafe. Soy de ahí y aunque poco queda de mí en esa tierra, quiero vovler a ver los acantilados de la costa y el bosque del Ojo Negro…

- Todos nos llevamos bien, mi señora. – Añadió Tamullah. – Somos como una familia. Debemos serlo si queremos sobrevivir en tierra hostil.

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13/04/2018, 10:51
Euyun

- Bien Sibed Tamullah, necesito mensajeros durante todo el día por tanto os elijo a vosotros que os ocuparéis de relevaros para así tener vuestras horas de sueño y espacios libres. Vuestra tarea será estar siempre a mi lado para indicaros vuestros cometidos. Si estoy durmiendo, uno de vosotros se deberá turnar con el otro para estar siempre fuera por si tengo que alertaros de algo o comunicaros cualquier mensaje, como también deberéis de hacer la guardia y custodia de nuestros aposentos. Por tanto Tamullah se quedará esta noche en guardia delante de mi puerta, y Sibed por la mañana tendrá que hablar con Ghaffik Muthar, Sami Wadad e Isa Keled para convocarlos a una reunión en este mismo salón. Si os preguntan por el motivo de la reunión decirles que es para acordar los cargos y funciones al respecto.

Vosotros seréis mis ojos y mis oídos, si hay algún rumor en el barco quiero saberlo, si se dice algo de nosotros o de la rehén quiero saberlo, si se dice algo de los oficiales asesinados quiero saberlo. 

Quiero deciros que vuestros anhelos se verán gratamente recompensados si me servís como os pido, y os mantenéis obedientes a mis órdenes, si no vuestro final será triste y desagradable, ¿alguna pregunta al respecto? Dijo la muchacha que hablaba como si sus amenazas fueran algo ordinario al que deberían de estar acostumbrados. 

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13/04/2018, 15:22
Sibed Brakri

- Así lo haré, mi señora. – Dijo el joven marinero con un renacido resplandor en los ojos dadas las expectativas que aquella extraña sureña había abierto hacia él. – Custodiaré la entrada de su camarote con suma diligencia. – Añadió.

El veterano no parecía para nada tan impresionado como su compañero más joven. Sin duda los muchos años de servicio le habían enseñado que no podía fiarse de nadie y menos de alguien a quien acababa de conocer. Demasiadas esperanzas rotas, demasiadas decepciones y excesivas mentiras por parte de los superiores con los que se había cruzado hasta el momento. Sin embargo y dado que su labor no requería demasiado esfuerzo, al menos por el momento, decidió no contradecir a quién se podía revelar como alguien peligroso.

- No tengo nada que perder. – Habló Sibed. – Por la mañana me pondré en contacto con los hombres de los que hemos hablado y los tendrá a su disposición a primera hora. – Concluyó aquel hombre entes de marcharse dejando a Euyun únicamente con su nuevo subordinado.

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13/04/2018, 21:17
Euyun

- Sibed comuníqueme cuando estén en este salón los tres miembros, dígale una hora que no sea muy temprano ni tarde creo que al mediodía está bien. Si alguno pone alguna traba hágamelo saber, puede marchar.

Después Euyun se dirigió al más joven llamado Tamullah, - sígame, y fue por el pasillo con el muchacho, - ¿confía en Sibed Tamullah? Lo veo algo insubordinado, espero que no sea un impedimento más adelante, pero por si acaso infórmeme si ve que se queja de su cometido o no quiere seguir mis órdenes. Le especificó mirándole a los ojos, para ver si el muchacho seguía el camino del viejo o por el contrario seguía siendo fiel a su mandato. Después le dio las buenas noches dejándolo en la puerta de su habitáculo y cerrándolo con llave.

El interior seguía iluminado por una tenue vela, Euyun tomó la vela y se acercó al elfo iluminándole el rostro para ver en qué estado se encontraba. Viendo si estaba sangrando o por el contrario se mantenía saludable, después si vio que estaba bien se acostó a su lado si no se lo comunicaría a Tamullah para que llamara al galeno.

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16/04/2018, 17:09
Tamullah Jhawad

- No es un mal tipo. – Respondió de forma escueta el joven marinero. Por la manera en la que Euyun le miró y por el molesto silencio que sucedió a su respuesta, supuso que no era exactamente lo que esperaba obtener de él y decidió ampliar su exposición. – Es un veterano. Lleva más tiempo a bordo de esta nava y otras, que sobre tierra firme. Pese a que no ha subido de escalafón jerárquico, se cree con cierta potestad para hacer y deshacer aquí dentro. Sólo por veteranía es cierto que bien se merece cierto respeto, pero hay veces en las que es demasiado inflexible. – Todo aquello estaba muy bien pero no era por lo que aquella extraña sureña le había preguntado y Tamullah lo sabía. – Confío en él como compañero. Sé que en tiempo de guerra me defenderá, pero no le confiaría un secreto íntimo o algo más personal. Confío en Sibed como confío en el resto de mis camaradas, pero nada más allá de lo profesional.

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17/04/2018, 10:11
Euyun

- Bien, la muchacha pareció quedar satisfecha, - necesito que esté aquí vigilando, puede que le necesite o no, de todas formas siempre es bueno que alguien vigile. No solo mi puerta también las dependencias de los oficiales, hay mapas e instrumentos de navegación que pueden desaparecer si no son vigilados. Le deseo buena ronda, marche sobre las siete a descansar, y si escucha o ve algo fuera de lo normal llame a la puerta para avisarme, buenas noches. 

La mujer sin nada más que decirle entró y cerró la puerta con llave, después en el interior que seguía iluminado por una tenue vela, Euyun la tomó y se acercó al elfo iluminándole el rostro para ver en qué estado se encontraba. Viendo si estaba sangrando o por el contrario se mantenía saludable, después si vio que estaba bien se acostó a su lado si no se lo comunicaría a Tamullah para que llamara al galeno.