Partida Rol por web

Si instantes antes el gnomo había logrado irritar a la mayoría, ahora los habían impactado con sus breves palabras, el Yelmo, aquel objeto maldito que había subyugado a Matubias parecía volver a amanazarlos. La pregunta era clara en esos instantes, Jaskier posó su mano en el hombro de la hechicera y apretó ligeramente para tratar de transmitirla algo de fuerzas.- Aun siendo una pésima noticia no debemos precipitarnos, ¿cúantos fragmentos han recuperado hasta el momento?, debe encontrar los catorce y no creo que eso sea sencillo.

El joven elfo se quedó observando a los presentes esperando ver si alguien tenía alguna idea de cuan avanzada estaba la búsqueda del yelmo. Esperaba que el rumor fuera solo eso. - De todas formas Sir Crooding do... - claramente el elfo encontraba ciertas dificultades para pronunciar el nombre completo del gnomo de modo que como era de esperar terminó por abreviar.- Sir Crood estais seguro de lo que escuchasteis, no hablarían de cualquier otro yelmo.

- Pues esperemos que sea otro - acota el enano - lo unico que nos falta es que es que ese loco consiga el Yelmo del Dragón. Ya bastante mal están las cosas para que... -

El enano, finalmente se calla. Ha hablado demasiado. Lo siente. No corresponde dejarse llevar por la desesperanza. Tras respirar profundamente agrega - pero antes de preocuparnos veamos lo que el capitan nos quiere decir. Supongo que por eso nos invitaron a este concilio. Yo estoy dispuesto a hacer lo posible para evitar que ese yelmo sea rearmado. Moradin no lo ve con buenos ojos. La pregunta es como podemos ayudar

Mirando fijamente al capitán espera que este les de una pista.

Úgrum entró en el desagradable sótano junto con Kerrin, siguiéndolo, como era habitual. Estaba desanimado, hambriento y cansado, y todavía no podía imaginarse la importancia del concilio.

Mirando al rededor, se dió cuenta de que había seres que nunca había visto, y por fin se dió cuenta de que uno de sus objetivos se había cumplido: tener la oportunidad de ver elfos y gnomos, aquellas criaturas de las que tanto había oído hablar y nunca pudo presenciar.
Son más bellos que como me los describieron...-piensa mientras mira a la elfa.

De repente sus pensamientos desaparecen, ahuyentados por la voz del gnomo cuyo nombre nadie podía terminar de mencionar. Sin duda lo que contaba era de suma importancia. No quería imaginarse como terminaría el continente si fuese cubierto otra vez por la oscuridad. La tierra aún no logra recomponerse de los tiempos de Oran Jatar, por lo que otro azote terminaría por destruirla.

¿Se refiere a "El" yelmo?-le pregunta a Kerrin con el cejo fruncido.
Esto es grave... Sabía que sería un asunto importante, pero nunca me imaginé que fuera de esta magnitud. Sea como sea, no puedo romper mi promesa.

La desesperanza había inundado el ambiente del concilio, todos los que escuchaban comenzaban a comentar ahora sus pensamientos y sus miedos, al menos si no era con palabras se podía leer en sus caras como en un libro abierto. Baje del barril escurriéndome y me coloque al lado de la mediana puse una mano en su hombro con tímida franqueza mientras hacia una reverencia a su persona Gentil dama solo espero que pueda perdonar mis acciones de antes al no reparar en el daño que provocaba en su espíritu mi canción. Solo ruego para que el tiempo me perdone por haberle causado algún tipo de mal.

Después de incorporarme de nuevo mire al elfo y a los enanos, así que me dispuse a contestar a sus preguntas, primero al enano de la nariz estropeada que había preguntado ya dos veces a cerca de la autenticidad del yelmo si lamento ser el informador de tan malos presagios, pero el yelmo del que hablo es el yelmo al que todos tememos el yelmo del rey dragón esta ahora en manos del rey loco después me volví hacia el elfo, y menee la cabeza en señal de negación, mientras mis ojos se oscurecían por la tristeza de lo que aquello suponía para todo nuestro amado mundo me temo que no es un cotilleo escuchado en boca de un borracho en cualquier banquete, lo vi con mis propios ojos, el Yelmo de Oran Jatar, pero aun puede tener alguna oportunidad el futuro, no estaba completo... no todavía.

- No estaba completo. Eso si son buenas noticias. Y alguien sabe donde estan trozos que faltan? Sería más que importante evitar que lo puedan completar. No dudo que mi señor estará de acuerdo con eso. Y estoy dispuesto a ayudar a evitar que nadie termine de armarlo -

La voz de Kerrin es firme y segura. Sabe que habla en representación de su rey y no escapa a su inteligencia la importancia de esta misión - Por Moradín! - exclama preocupado - Debemos impedir que ese yelmo sea armado nuevamente a toda costa. Sino mejor que huyamos de esta tierra. Será imposible vivir aquí -

Ni aquí ni en ningún lado, quizás tardase algún tiempo, pero antes o depues ese maldito rey loco seguro que buscaría nuevos lugares que destruir.- Jaskier sacudió su cabeza tratando de librarse de los nefastos pensamientos que le asaltaban. - Entonces como bien dice Kerrin debemos buscar los fragmentos que falten, al menos uno y hacerlo desaparecer. Pero no hagamos estupideces, tampoco debemos hacerle un favor al Rey loco y encontrar por el los trozos.

Aun había esperanza, esperanza de poder encontrar los fragmentos antes que los hurones, los sacerdotes o las gentes del rey. No parecía una tarea fácil, sino todo lo contrario, pero aquella era su única oportunidad de defender su tierra.

Se sintió reconfortada al notar la mano de Jaskier sobre su hombro, que la rescató de un estudio detenido de los rostros de los allí presentes, gente acostumbrada a las contrariedades, curtida ante la falta de fortuna, cuyos rasgos, a pesar de ello, reflejaban el impacto del desánimo, la desolación y en cierta medida la desesperanza tras el duro golpe recibido, si no está completo… todavía hay tiempo… no es momento de desesperar… sino de hacer algo… el problema era qué sería lo apropiado, ¿buscar los trozos? ¿quién sabe?... Nos hallamos entonces en una cuenta atrás... con varios factores realmente importantes en nuestra contra... el tiempo… y cierto demente y sus secuaces que corren con ventaja…

Recordó al anciano que el Capitán había mencionado en un principio y que todavía no había alzado la voz ante aquella variopinta concurrencia, clavó su mirada en él, estudiándolo con mesura, buscando captar la estela de sus ojos, ansiando un conocimiento que quizás se hallase en ellos: ¿hay algo que podemos hacer, verdad? Lo hay… sino… ¿a qué tanto revuelo?... Sonrió a aquel humano entrado en años que esperaba con paciencia su momento para intervenir, mientras se preguntaba a sí misma, si aquel ser envejecido de mirada sabia albergaría en su haber la clave del destino de todo un continente.

Los presentes lanzaban sus opiniones y preguntas, casi como haciendoselas a si mismos, por lo que el sabía algo se podría hacer y por lo que había dicho el capitán,el estaría metido en el asunto, la pregunta de la elfa al anciano hizo que Ator se fijase en el, sin duda tenía la respuesta a muchas de nuestras preguntas pero seguramente no a todas, pero lo único que necesitabamos en estos momentos era un lugar por el que comenzar.

El anciano se colocó el puño en la boca y carraspeó varias veces, se subió unas pequeñas lentes que le caían hasta casi la punta de la nariz -¿Se puede hacer algo? ¿Hay esperanza? La respuesta está en vuestros propios corazones. Escuchad vuestras almas. De vosotros, de vuestra unión saldrá la fuerza necesaria para que exista esa Esperanza…ejem, ejem… bueno, no me he presentado…mi nombre es…¿cuál es mi nombre? ¡Ah sí! Algunos me conocen por Bidar Micenur… vosotros podéis llamarme simplemente Bidar. Pertenezco a una antigua orden de sabios conocida por la Orden de los Señores Blancos o Señores de la Balanza. Nos ocupamos del estudio de los escritos más antiguos y recapitulamos su información…sí, …sí…básicamente eso es lo que hacemos. –Dice dando unas palmaditas al objeto envuelto que porta sobre sus rodillas. –¿Cómo le habéis llamado? El Rey Loco, sí…ese es el menor de nuestros problemas y el Yelmo del Dragón sólo es la pieza de un enorme tablero de juego… ¿Cómo explicar, cómo explicaaaar? Mmmm… intentaré ser lo más preciso y conciso posible:
Hay terribles Fuerzas del Mal que se escapan a nuestra conciencia, criaturas poderosas que viven en otros planos de existencia…y no estoy hablando de dioses, no…hablo de…para que me entendáis, aunque sería un término muy básico de su esencia, hablo de Diablos. –Hizo una pausa para mirar la reacción de los presentes. –Algunos de estos diablos son tan poderosos que rozan la divinidad, incluso algunos son tocados por los dioses para servirles…uno de estos diablos es Oran Jatar…sus otros nombres no son tan conocidos en esta existencia, pero también es conocido como Molikroth o… Mefistófeles. Contra Él, las razas libres lucharon durante años en la Segunda Edad para terminar de derrotarle en la Tercera. Pero hubo otro Señor de los Nueve Infiernos, que así se llama su plano de existencia, que rivalizó con Oran Jatar y su nombre es conocido entre otros, como El Señor de las Moscas o Belzebuth. Cada uno gobierna su propio Reino dentro de los Nueve Infiernos y compiten entre ellos por conseguir poder y dominio. Dicha competición salpicó y llego hasta aquí, hasta Ankay durante la Primera Edad. Durante miles de años, Ankay fue el campo de batalla… el tablero de juego del que os hablaba. La partida se declinó de parte de Oran Jatar que terminó por derrotar a su contrincante y enviarlo a la Capa del Infierno del que provenía. Nos encontramos en la Tercera Edad y las piezas del juego se están volviendo a colocar para comenzar de nuevo…su revancha personal. –Cogió aire y continuó –Se que lo que os estoy contando suena increíble, paranoias de un viejo loco, pero os aseguro que es real. Sólo tenéis que observar a vuestro alrededor…Oran Jatar, Mefistófeles, ya ha elegido a su pieza principal: El Rey Loco y la tierra que gobierna ha comenzado a cambiar…La Semilla del Mal ya está germinando…sólo observad vuestro paso en el camino y veréis que tengo razón. –Otra pausa; se coloca de nuevo las gafas – la otra cuestión es ¿Quién o qué es la pieza principal elegida por El Señor de las Moscas? Gracias a los dioses que existen los profetas y los textos antiguos –dice desenvolviendo un viejo tomo. La cubierta es metálica y sus motivos no muestran una forma geométrica concreta, sino que todo está puesto al azar, como si fueran trozos de hueso de un cuerpo informe. –Aquí, en estos escritos está la posible respuesta para encontrar la pieza principal del juego de Belzebuth. Pero antes de continuar quisiera saber si tenéis alguna duda o pregunta de todo lo que he dicho –y mira al resto esperando en pose tranquila y serena, sabedor de que lo contado hasta ahora podría generar cierta incredulidad en muchos de ellos. Estaba claro que el anciano quería saber la reacción de todos para seguir dando la información.

- Los nueve infiernos, Mefistófeles, Belcebú... uhm... - el clerigo repite lentamente las palabras con su gruesa voz, tratando de imaginarse a donde quiere llegar el viejo sabio

Al oir los nombres de los Diablos, tu mente se retrae a aquel viejo escriptorium situado en una recondita sala de la antigua biblioteca de Formor. Tu mente recrea con exactitud las pinturas y tapices que decoraban aquella sala olvidada donde pasabas horas interminables de lectura y meditación. El Viejo Árbol luchando contra criaturas infernales, aquí contra un humanoide con ojos de mosca, allá contra una babosa, acullá contra otro de piel rojiza, ojos blancos, terribles alas de murciélago y largos cuernos retorcidos. En todas las escenificaciones aparece El Viejo Árbol luchando, como impidiendo el paso al interior del bosque, defendiendolo de tan blasfemas criaturas. ¿Serán éstos los diablos de los que habla el anciano? Por supuesto, El Viejo Árbol es tan antiguo como La Primera Edad.

No es la primera vez que Kerrin oye hablar de estos Señores del Mal. Largos años de estudio y de oración con los más sabios de entre los clérigos enanos le concedieron a Kerrin el conocimiento necesario para que dichos nombres ya hubieran sido estudiados por él. Conocía, por el estudio, la existencia de otros planos. Sus nombres, diversidad y composición son tan complejos que se necesitarían años de aprendizaje para sólamente tener una ligera aproximación de lo que es el conocimiento de los Planos Inferiores. Sí, porque así se les nombra para agrupar a un grupo de planos de existencia malignos: Planos Inferiores. Y entre todos ellos, están Los Nueve Infiernos. Este plano está compuesto por diferentes Capas y cada Capa está gobernada por un Señor del Mal o Archidiablo. Aquí, Bidar está haciendo clara referencia a dos de sus más poderosos Archidiablos : Mefistófeles (Oran Jatar) y Belzebuth. Lo que está escrito en los libros de teología que han pasado por tus manos profundiza en el tema de la Guerra Eterna que hay entre estos Señores por superar en poder los unos a los otros. Estas guerras interfieren en el plano terrenal donde cada Archidiablo compite por ganar al otro un mayor número de almas. Por ello interfieren en la tierra creando maldad, corrupción y desestabilidad. Para ello, usan agentes y servidores. Se cree que incluso tienen sus propios devotos.

Claro está que todo esto sólo es teoría escrita...nada de esto ha podido Kerrin descubrir por sí mismo, pero lo que dice el anciano está escrito en los antiguos tomos de los templos bajo la montaña.

Luego mira ese libro que descubre el anciano. Kerrin lo reconoce al instante: Es el codiciado Libro de la Oscuridad Vil...o una de sus copias. Libro que contiene información sobre el Mal tan crudo que algunos santos han quedado ciegos ante su lectura... o eso cuentan los maestros más ancianos de las Engañosas.

La elfa de pelo platino deja salir un comentario como hablando para sí : El Mal contra El Mal...y nosotros estamos en medio...

Estremecedor sin duda...realmente estremecedor y poco reconfortante hasta el momento maese Bidar.

La mediana que había agarrado del hombro al gnomo y apretado ligeramente en claro gesto reconciliador dijo -Yo creo todas y cada una de sus palabras...tanta maldad en la tierra tiene que ser por algo.

El Capitán que había captado la mirada de Kerrin y sabedor de que el enano era un clérigo de Moradín, le preguntó:¿ Esos nombres te dicen algo amigo Kerrin?

Kerrin carraspea un poco y toma la palabra - Estimado sabio - le aclara - lamentablemente no es la primera vez que escucho esos nombres. Y se de sus intentos por conseguir almas para sus reinos. Incluso se de la existencia de servidores de esos archidiablos en nuestro mundo. Aunque por supuesto no conozco a ninguno - La seguridad de Kerrin al hablar de estos temas es absoluta

- Incluso se de que habla ese libro que tienes en las manos, que te aseguro no me interesa leer. El mal que destila el mismo es peligroso para un servidor de Moradín... y para cualquiera que profese veneración a los dioses del bien -

Mientras el enano se adelanta y se planta en el medio de la habitación, no puede menos que asentir ante las palabras de los presentes - Si, el mal contra el mal, pero los que sufren son los que quedan en medio de sus combates. Por Moradín que que no quisiera que eso se repitiera en este mundo. Y ya no depende solo de las instrucciones de mi rey. Si hay alguna manera de evitarlo contad con un servidor para intentarlo -

- Estimado sabio, quizas nos podais dar algún detalle adicional - termina su breve discurso mientras mira con recelo el libro de tapas extrañas - aunque provenga de un libro tan maligno como ese -

-¿Libro? ¿Qué dijo El Capitán sobre una pequeña visita a AL Borde del Túmulo de la Rosa LLameante en el día de hoy?

Esos Diablos que nombráis no me son ajenos… ni desconocidos… la elfa observó al enano que se había puesto en pie y había terminado de intervenir, luego al resto de los presentes, sabía que ahora la estarían escuchando y observando a ella también, y eso hizo que recapacitara bien lo que iba a decir para no generar más crispación, pero no estamos solos en esta lucha… hay también seres del Bien que están de nuestra parte y nos protegen… giró el rostro hacia Jaskier, de todos es sabido que nosotros veneramos a un líder legendario, Galadh Iaur, el Árbol Viejo… sumido en una lucha continua para expulsar el Mal de nuestros bosques… Galadh era el protagonista de relatos extendidos de uno a otro confín de Ankay, que fijaban sus primeros pasos por aquella tierra en el comienzo de los tiempos, es decir, en la Primera Edad. Él lleva siglos luchando contra esos Diablos, contra ese Mal…

Se giró de nuevo hacia Bidar Micenur: Decís que miremos en nuestros corazones… Sonrió al anciano, de ser así… ya tengo una ligera idea de hacia dónde nos guiará su propuesta… es un camino que ya me ha sido anunciado, aunque todavía desconozca…

Sus ojos, cargados ahora de un matiz cálido que los alumbró, dotándolos de un brillo especial, se apartaron del anciano y parecieron atravesar la pared, alcanzando el horizonte, repasando un infinito desmembrado en un sinfín de recuerdos almacenados en su memoria. No sólo os creo… recordó los viejos tapices y pinturas del sciptorium de Formor, plagados de escenas de luchas contra seres infernales, sino que confirmo lo que estáis relatando… no especificó más, ni expuso nombres de lugares, ni dio a conocer su condición de hechicera que la condenaba a muerte, sin necesidad de ir más allá.