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HELLO, WORLD.

EL CONCILIO

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08/04/2008, 01:23
Director

Imagen hospedada en la web

Las ruinosas chozas de la aldea parecían surgir del barro como tristes sepulturas en un cementerio. Al atardecer, los rayos de sol se burlaban de aquel lugar retirándose con prisa para no calentar más lo que nada necesitaba ser calentado, pues lo muerto es frío y lo muerto ya no necesita calor. Las figuras encorvadas de sus habitantes arropadas con mantas roídas buscaban cada cual su refugio con la leña a la espalda de finas ramas de los matojos cercanos. Aquí y allá se oía el llanto de un bebé que reclamaba los pechos ya secos de su madre, el aullido lastimero de un perro o saco de huesos según se mirara, el sonido lejano de un hacha cortando leña y el crepitar de un fuego casi consumido.

Al Borde del Túmulo es una aldea que se encuentra entre Las Colinas Aullantes y el Cuenco de Polvo, tierra estéril y desértica cuyo viaje tiene un destino incierto, pues las necesidades de agua y comida son de mayor necesidad si cabe para poder sobrevivir. En ese punto está la aldea, último reducto de humanidad y de vegetación en muchas millas a la redonda. Y es allí donde La Serpiente Plateada tiene una de sus guaridas secretas. Los aldeanos están formados mayormente por humanos, aunque también por algunos semielfos, medianos y elfos que dejaron en su día los bosques. Sólo unos pocos fieles mantienen el secreto de La Serpiente Plateada, entre ellos el alcaide de la aldea que cede su casa como centro de reunión del grupo. El resto de la población, aunque desesperada, evitan el preguntar cuando miembros de La Serpiente llegan a la aldea y por alguna razón extraña, guardan silencio ante las patrullas de la Rosa Llameante y no delatan nada.

Al anochecer de aquel día de finales del otoño:

El sótano de la Morada de Thoom era el lugar elegido para el desarrollo del concilio. Apenas habían retirado la suciedad acumulada y el olor a cerrado y el calor hacía de aquel sitio un lugar verdaderamente sofocante. Algunos ratones de campo aparecían de vez en cuando correteando por el suelo para luego desaparecer debajo de algún bártulo. Habían dispuesto unas viejas tablas carcomidas como mesa de reunión y como asientos habían distribuido cajas vacías y barriles sin contenido alguno. No había ventanas y la luz la ofrecían las velas y lámparas de aceite que habían distribuido por toda la estancia, con lo que el efecto de claroscuros ayudaba bien poco a que la sensación de agobio disminuyera. Y allí sentados estaban los líderes de los clanes insurgentes más representativos de Matubias con sus respectivas escoltas. A un lado del sótano había una mujer guerrera elfa con el pelo de platino y un elfo que ocultaba su rostro con una capucha y cuyo cuerpo permanecía lleno de cicatrices de antiguas quemaduras; otros dos elfos más jóvenes estaban en medio de los anteriores: una elfa de rostro serio con vestiduras negras posiblemente de Taur Nu Crebain y otro elfo de mirada sagaz y atenta a todo lo que se movía en el lugar. En el otro extremo opuesto, dos enanos permanecían sentados con la misma e idéntica postura: ambos brazos cruzados sobre su pecho y mirada férrea al igual que sus mandíbulas. Parecían dos estatuas de piedra esperando disciplinadamente a que todo comenzara. En el centro de la sala estaba El Capitán junto a un soldado de pelo rapado que había hincado una rodilla en el suelo y apoyaba su brazo en ella en una posición descansada. A la derecha del Capitán había un gnomo cuya apariencia pintoresca chocaba con el resto de la sala. A su lado había un anciano que vestía una larga túnica blanca en cuyo pecho había grabado el dibujo de una balanza. En sus rodillas sujetaba un paquete envuelto cuidadosamente en una tela.

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08/04/2008, 01:29
Fawoce Movali (El Capitán)

El Capitán era un hombre de rasgos duros cuya lectura manifestaba una vida carente de buenos y dulces momentos. Su mirada era la de un león. Poco quedaba ya del soldado que fue, pues su apariencia era más cercana a la de un bárbaro que a la de un militar de grado. Su pelo se recogía en trenzas que recordaban a los peinados étnicos de las tribus de las tierras salvajes. Seguramente, El Capitán pasó largo tiempo entre ellas y dejaron una profunda huella en su ser.
-Gracias –dijo simple y llanamente. Después se limitó a mirar a todos los que allí se reunían mientras parecía pensar cómo iba a decir las palabras que saldrían por su boca. –Gracias a los elfos y a los enanos por acudir a mi llamada. Sabía que no faltaríais. Gracias Kerrin Nariz Partida, sé que habrá sido difícil y largo vuestro viaje y sobretodo, os habrá sido súmamente complicado convencer al Rey bajo la Montaña para poder salir de su reino. –El Capitán parecía conocer a uno de los enanos por su forma de hablar –Gracias a los elfos, porque sé que este gesto es una oportunidad más para con los humanos que tanto os debemos y tanto os hemos arrebatado. –Había sinceridad en todas sus palabras –Gracias a los clanes de libertad: El Perro de Jade, Los Zarrios, Los Najeri y los Pedrosos siempre me habéis respondido con prontitud y fidelidad a mis llamadas. –luego miró al gnomo que tenía al lado y una media sonrisa se dibujó en su rostro al dirigirse a él – Y sobre todo, gracias a ti Sir Croodin Doo of the Kiln-Ring Spinning por acudir a nosotros con tan importante información…y sobretodo, te pido perdón por estas dos últimas semanas, pero tu seguridad era lo primero…espero que algún día pueda compensarte de verdad por todo lo que has hecho.
Ha sido un día intenso; una partida de soldados de la rosa nos ha visitado hoy. Han venido con una carreta pidiendo que todo libro o documento escrito fuera entregado, luego han entrado casa por casa registrando cada rincón y descubrieron nuestro almacén de comida y suministros…siento no poder ofrecerles nada para cenar…estamos con la despensa vacía. Lo siento, sólo puedo ofreceros agua. Es fresca y potable. Los soldados parecían buscar algo que parece no llegaron a encontrar, pero bueno, por la mañana mandaré a algunos de mis hombres a Krell para que consigan algo de comida y poder sobrevivir una temporada más
.-Dio una palmada como intentando animarse a sí mismo –Necesito que presten toda la atención posible a la historia que este valiente gnomo les va a contar, de lo que aquí se diga, sacaremos nuestras conclusiones y él –dice señalando al anciano –nos escuchará a nosotros y decidirá si somos los idóneos para escuchar lo que tiene que contarnos. Lo que Sir Croodin Doo of the Kiln-Ring Spinning y el venerable anciano nos contarán son cosas distintas, pero conectadas y de una importancia tal, que el destino del mundo y de la libertad está detrás de cada una de sus palabras. Así que, Sir Croodin Doo of the Kiln-Ring Spinning, cuando le parezca, tienes todo el uso de la palabra.

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08/04/2008, 02:38
Kerrin Nariz Partida

El clerigo respondió a las palabras del capitan con un leve movimiento de cabeza. Estaba claro que la reunión era, cuanto menos, curiosa, pero estaba preparado para cualquier cosa. No había caminado noche tras noche durante dos semanas para arrepentirse en el momento de la verdad.

Tras mirar con cuidado a todos los presentes, espero que el famoso Sir Croodin Doo of the Kiln-Ring Spinning tomara la palabra. El tenía sus ordenes. Oiría. Y cumpliría su misión

Notas de juego

Por fin... Parece que comenzamos!

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08/04/2008, 10:51
Sir Croodin Doo of the Kiln-Ring Spinning

En mi mente solo resonaban los tambores, llevaba tantos días inactivos que me sentía como un viejo prisionero de guerra que hubiese esperado su sentencia de muerte con impaciencia solo por ver la luz del día de nuevo. Las cadenas se hacían menos pesadas, repiqueteaban melodiosamente a medida que caminábamos hacia el concilio. Sonreí para mi mismo, no existían tales cadenas ni los tambores pero mi mente necesitaba esa transformación para aceptar mejor el mundo que me rodeaba. En mi caso ver gentes nuevas era todo un regalo tras semanas de aburrido tedio en ese pueblo yo se porque muere aquí la gente y no es por hambre... miré hacia los lados analizando a cada uno de ellos como si me los pudiese beber con los ojos. Sus caras, sus ropas y mas aun sus pequeños gestos eran las gotas de lluvia que había necesitado mi espíritu. Estaba comenzando a quedarme yermo. Cuando mi vista se posaba en el desierto un largo escalofrío bajaba por mi espalada recordándome lo que podría ser el olvido de la sociedad.

El guerrero humano era nuevo, tenia un aspecto muy fiero si, no había que negar que había conseguido su propósito, con ese aspecto las putas seguro que se lo rifaban no había duda correrían hacia el lo mismo que sus enemigos huirían de él. Espero que no sepa leer mentes porque sino con ese gigante voy a tener un problema...menos mal que se comunicarme en su lengua jiji Giré el cuello bruscamente para detener la mirada en los enanos, ahí parados como las estatuas de una escalera, seguían igual que en sus ciudades subterráneas, esas criaturas no eran nuevas para mi, bueno esas si pero sus congéneres no y se parecían demasiado los unos a los otros. Estos al menos tenían la delicadeza de haber mandado a uno de barba blanca y otro con la nariz muy fea...¿como había dicho el capitán...? Los elfos como no eran ya mas intrigantes, una vestida de negro riguroso, pasé mis manos por mi propia ropa mientras la miraba pensando el desperdicio de tela y metros de oscuro tejido. Menee la cabeza en un gesto de negación mientras chasqueaba la lengua un poco y hacia que las plumas de mi sombrero animaran la sala, el otro individuo era difícil de definir. Tapado como estaba hasta la punta de su nariz no dejaba ver ni la punta de sus afiladas orejas, pero parecía que sus ojos barrían la sala inspeccionando todo así que crucé mis ojos con los suyos y alcé las cejas a modo de saludo.

Mientras el capitán soltaba su discurso terminé de inspeccionarlo todo, y a la mención de mi nombre adopte una cara inocente mientras lo miraba parpadeando como un niño bueno que esperase su recompensa. Cuando me cedió el turno de palabra carraspee un poco de forma estridente para liberarme del silencio o bueno casi silencio que había tenido que mantener. Di un paso hacia adelante y me quité el sombrero haciendo una profunda reverencia adelantando un pie hasta que mi castaña coleta dio le vuelta tocándome la nariz. Al incorporarme puse el sombrero debajo de mi brazo izquierdo para dejarme el rostro mas al descubierto Bienvenidos al concilio gentes de Matubias, nos hayamos aquí reunidos para escuchar la increíble historia de Sir Croodin Doo of the Kiln-Ring Spinning y la de este anciano con barba aquí a mi espalda.
Acto seguido deje el sombrero en lo que habían dispuesto como mesa y pasando la mirada velo por la habitación descubrí lo que ansiaba así que dibujé una amplia sonrisa mientras me dirigía con pasos coquetos hasta uno de los barriles vacíos, me apoye en el borde y trepe a el con cierta torpeza debido a que el barril era casi tan alto como yo, y algún que otro ay! uy! se escapaba mientras mis pies resbalaban en las tablas. Cuando llegue a lo alto me puse de pie para dominar la situación y a esas gentes de elevado tamaño, la acústica será mejor desde aquí. Cogí mi laúd y comencé a rasguear las cuerdas mientras lo afinaba, la mirada del capitán se clavaba en mi apremiandome pero esta era la mejor recompensa que podía darme publico y ahora tendría que fastidiarse por haberme tenido allí. Bueno esto ya esta! así que una tonadilla pegadiza surgió de las cuerdas animando el ambiente gris del pueblo como una lluvia fresca o la risa que faltaba en aquel lugar. Todo comenzó el día que decidí dejar mi patria, los aquí presentes a lo mejor tengas tierras hermosas de las que no quieran salir por sus muchachas animadas pero en mis galerías alumbradas con luces feericas había visto ya a demasiadas gnomas desnudas así que decidí que era hora de que este pequeño gnomo aventurero cogiese sus pertenencias y decidiera retirarse una noche antes de su boda forzada. Una pequeña pausa musical me dio tiempo para coger aire de nuevo La noche que me escapé las estrellas brillaban en el cielo alumbrándome el camino hacia la gran ciudad, todo eran promesas de diversión y juerga pero pronto la familia de la despechada comenzó una carrera conmigo, lo tome como una diversión, pero ellos no iban cargados así que tuve que darles esquinazo. Mis cejas se alzaron repetidamente mientras miraba a la elfa vestida de negro y la sonreía picaramente.

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08/04/2008, 12:24
Fawoce Movali (El Capitán)

La cara de El Capitán era todo un poema, reflejo tal cual de los versos que el bardo estaba entonando. Sus ojos miraron al resto e intentó poner la cara de suma normalidad que mejor pudo, intentando mostrar con su actitud un "aquí no pasa nada" o un "todo es normal", pero en su pensamiento había un "¡Ay madreee!"

Notas de juego

xD

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08/04/2008, 13:06
Kerrin Nariz Partida

Kerrin miró al gnomo, al resto de los presentes y un pequeño suspiro escapó de su boca Esto será muy largo se dijo a si mismo antes de presionar su propio pecho con los brazos cruzados y mantener sin esfuerzo su pose de estatua. Quizás antes que termine el día nos enteremos de que se trata esto

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08/04/2008, 16:19
Níniel

Níniel se sintió incómoda nada más ver la ratonera en la que pretendían meterlos, era mucho fiarse introducirse en aquel sótano con todas aquellas personas de diverso tipo, pero calló y entró tras sus compañeros, al fin y al cabo aquello era a lo que habían acudido y además, francamente hablando, mirándoles con detenimiento, todos ellos se observaban los unos a los otros, como si compartieran ese mismo pensamiento. Una vez en el interior tomó asiento junto a Jaskier y, apartándose el pelo de los hombros, se quitó la capa y el gabán ante el calor circundante en aquel sótano, colocando posteriormente ambas prendas sobre sus rodillas.

Posó su mano derecha sobre las tablas carcomidas que tenía delante, sobre aquella madera noble venida a menos por el uso y las circunstancias, acariciando suavemente alguna de sus hendiduras, antes de alzar sus ojos y echar un vistazo a los integrantes de aquel Concilio convocado por los humanos. De frente, su mirada se encontró con dos enanos, Thaliongal, el líder del cónclave de hechiceros élfico, decía que los miembros de esa raza eran como topos y que tenían la cabeza más dura que la piedra y el metal, que tallaban de forma tan precisa. Ella, ni corta ni perezosa, se lo había contado a su padre hacía ya muchos años y éste se había reído de buena gana, aconsejándole a Níniel que no hiciera caso de las palabras de aquel anciano cascarrabias y que se forjara sus propias opiniones, que seguro se iba a sorprender. Pues bien, a ella ciertamente no le parecían topos, ni éstos, ni algunos otros que había tenido la ocasión de ver a lo largo de su vida, sencillamente eran individuos que disfrutaban de vivir en el interior de las montañas, cosa que no podía compartir, ni entender, aunque sí respetar y además eran hábiles artesanos. Quizás algún día tendría la oportunidad de conocer a alguno lo suficiente como para comprobar la "dureza de su cabeza", ya que aquello de la cabezonería aún estaba por desvelársele, puesto que nunca había pasado el tiempo suficiente con ninguno como para forjarse su propia opinión al respecto. Uno de ellos parecía mayor y el otro, al que habían nombrado Kerrin, portaba una cicatriz en su nariz, que la curiosidad de la joven elfa la llevó a preguntarse a qué sería debida, hasta que se dio cuenta de que le estaba mirando con excesivo detenimiento, así que antes de ofender a nadie paseó sus ojos por el resto de los presentes en un intento claro de no molestar.

Algunos de los humanos procedían de las tribus bárbaras y en Taur-nu-Crebain estaban acostumbrados a tratar con ellas, ayudándose mutuamente con trueques beneficiosos para ambas partes. No eran mala gente y lo estaban pasando francamente mal, sin embargo, los guerreros no le inspiraban ningún tipo de confianza, al menos a priori, al igual que los gnomos, que uno no sabía hasta que los conocía en profundidad si jugaban a varias bandas o sólo a una y eso solía ser a veces demasiado tarde como para conservar la propia vida. Aquel gnomo en concreto, no tenía desperdicio, la verdad, de sumo colorido y emplumado, cosa que ella no juzgaba, allá cada cual con sus costumbres, parecía haber esperado su momento con denuedo, porque en cuanto le dieron la palabra, dio la impresión de que tenía la intención de resarcirse. Hubo un instante en que pensó que aquel individuo no lograría subirse al barril que pretendía y se preguntó si alguno de los allí presentes estaría dispuesto a darle un empujoncito para auparle. Ahora, eso sí, cuando se puso a tocar y a relatar cuestiones personales que a la elfa no le interesaban nada en absoluto, ésta alzó ambas cejas, se recostó en la silla con desgana en un claro gesto de hastío y se dedicó a observar de reojo a los allí presentes, sin prestarle mayor atención al recitante de momento. Odiaba las reuniones y más aún cuando se veía que se iban a prolongar de una manera totalmente innecesaria.

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08/04/2008, 17:09
Jaskier "el Ratón"

El viaje salvo por algunas desagradables sorpresas, había sido menos problemático de lo esperado, pese a todo Jaskier insistió en adelantarse y ver el deprimente poblado antes de darse a conocer, pese a haber embarrado su cara, envuelto su esbelta forma en ropas pobres que ensancharan su echuras y cubierto prácticamente su cara, dio lo mismo, claramente las gentes de allí no solían ver demasiados forasteros, de modo que le observaron brevemente y volvieron a sus quejumbrosos quehaceres, viéndolos no pudo evitar preguntarse como lograban seguir vivos en aquellas inhóspitas y agrestes tierras.

No surgió ningún problema, los estaban esperando para la reunión aquel lugar difícilmente levantara la atención de los Hurones, ni de nadie, era un lugar seguro para aquel tipo de concilio. Lo que más le sorprendió al penetrar en el sótano fue la presencia de los enanos, no esperaba verlos allí, pero quizás fuera una buena señal que ellos también se involucraran, más sorprendente aun fue ver un cúmulo de coloridas ropas inquieto esperando poder hablar. Los gnomos eran la única raza, a parte de los humanos, que no había sufrido bajo el yugo del Rey, junto con su impredecible naturaleza hacia que fuera difícil confiar en uno de estos.

El joven elfo no había recordado dejar las prendas que lo cubrían y no tardó en sentir el agobiante calor, disimuladamente fue despojándose de las capas de esta hasta dejar a la vista su armadura de cuero y su rostro. Cuando volvió a prestar atención a lo que se decía vió como el gnomo de impronunciable nombre trataba de auparse a un barril mayor que él, en otras circustancias aquella escena podría haber resultado irrisoria y digna de alguna chanza o carcajada, pero viendo el rostro de sus compañeros y de los allí presentes, quedaba claro que aquella actuación y parafernalia no resultaba del agrado de ninguno, de modo que Jaskier se cuidó mucho de no mostrar ninguna emoción.

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09/04/2008, 16:16
Dotaku (lider de Los Zarrios)

El lider de Los Zarrios pregunta en buen tono: -¿Qué significa esto Capitán? ¿Qué es esto? -dice señalando al bardo subido en el barril.

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09/04/2008, 16:18
Boxalh (líder del Perro de Bronce)

Una voz bastante irónica responde antes de que El Capitán lo haga -parece ser que aquí El Capitán, nos ha traído un bufón para entretenernos ¡Este es el mensaje tan importante que tenía que decirnos! Mientras el pueblo se muere de hambre y algunos de mis compañeros esperan en los celdas de castigo la hora de su muerte, El Capitán pretende distraernos con este circo...gracias por querer animarnos ¡pero esto es increible, dejad que siga...ya que hemos hecho tan largo viaje y estamos aqui, no le cortemos por favor! Continue Sir...loquesea con su apasionada historia.

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09/04/2008, 16:38
Dedabaoa (mediana lider de Los Pedrosos)

Una mediana saca una daga y se acerca al gnomo; la tensión aumenta, pero nada más lejos de la mente de algunos, la mediana clava una rodilla en el suelo y le muestra la daga al bardo -Este es el filo con el que un sacerdote cortó la garganta de mi esposo y de mis cuatro hijos. El más pequeño, Fredutt, sólo tenía 2 años...¿quieres oir más? Te pido por favor, un poco de respeto, pues ninguno de los que estamos aquí tenemos ganas de oir la historia de tu vida y menos la de tus correrías personales.

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09/04/2008, 17:54
Lelah Lenelad

Uno de los elfos, el del torso lleno de cicatrices y un corte profundo en la garganta de oreja a oreja, se inclina hacia adelante como prestando más atención a lo que la mediana iba a hacer. Tras ver que no usaba el arma vuelve a su postura inicial, espectante y sombrío tras su capucha.

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09/04/2008, 19:40
Níniel

Níniel clavó sus ojos en la mediana, aquella raza condenada a la esclavitud por deseo de un rey desquiciado y su iglesia dominante, y comprendió al instante su falta de paciencia. De sus palabras y gestos se desprendía el sufrimiento que aún yacía en su interior. No estaba para cánticos, ni para chanzas, al igual que muchos de los que se encontraban allí.

La raza de los gnomos no sabía qué era ser considerado inferior, como lo eran los medianos, no sabía qué implicaba ser un traidor simplemente por razón de nacimiento, como lo eran los elfos o los enanos, e incluso se hacía la vista gorda en cuanto a su uso de la magia. Una magia que les estaba vedada bajo pena de muerte al resto de las razas, un hecho sobrellevado con dolor por muchos magos, después de toda una vida dedicada a su estudio, y por muchos hechiceros, para los cuales era considerada como un don que formaba parte de su propia esencia.

El rostro de la elfa se suavizó tras el relato de la mediana, mientras su mirada se entristecía ante todo lo que aquellas palabras conllevaban, se apoyó con ambos brazos en la mesa y se dirigió a ella, discúlpelo… no creo que haya en él falta alguna de respeto… sino más bien de sufrimiento… alzó los ojos hacia el gnomo, y con esto no es que le desee ningún mal… tan sólo que entienda que quizás éste no sea el mejor momento para mostrarnos su buen uso de la lírica o su destreza musical... su tono intentaba ser conciliador con todas las partes, pero era un esfuerzo realmente grande el que estaba realizando, en beneficio de algo que les había sido anunciado como importante. Ladeó la cabeza suavemente observando las reacciones circundantes, esperando que aquello no fuera a más, y, durante un instante, posó una mano sobre el brazo de Lelah, tratando de tranquilizarle.

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09/04/2008, 19:45
Kerrin Nariz Partida

Notas de juego

Que manera elegante que tiene el Master de apurar al gnomo con su historia, "suave y delicado" sin duda, jaja.

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09/04/2008, 19:52
Níniel

Notas de juego

A mí la que me ha dejado loca es la mediana, ya podemos tener cuidado con los que nos encontremos... jajajajajaja

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09/04/2008, 20:06
Director

Notas de juego

¿Master? ¿Quién? ¿Qué es eso? xD

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09/04/2008, 21:57
Sir Croodin Doo of the Kiln-Ring Spinning

Estaba perdido en mis futuros versos o pasajes cuando la melodía surgía de la yema de mis dedos al entrar en contacto con las cuerdas. Una voz grave que obviamente no era la mía se coló entre mis versos despistándome un poco pero ignoré sus palabras hasta que una nueva voz hizo que me callase un poco malhumorado por impedirme mi cometido en la reunión, contar de forma verídica los hechos que habían contemplado mis hermosos ojos azules. Al escuchar las burlas ante mi actuación primero me sentí ofendido pasando después de eso a fijarme en la mediana que se acercaba a mi con una daga en la mano. Detuve la melodía y coloque el laúd agarrándolo por el mango delante de mi escuálido cuerpo a modo de columna protectora, pero cuando esa criatura abatida se postro de rodillas ante mi contándome su cruel historia con tan pocas palabras comprendí que no debía hacer esperar mas a los que allí se habían reunido y contarles lo que habían venido a escuchar.

Fruncí un poco el ceño mientras reflexionaba con mis propios pensamientos y las palabras de la elfa... al recordar lo que había contemplado un escalofrío recorrió mi espalda y mis brazos cayeron a los lados de mi cuerpo abatidos y cansados de tocar, seguían sujetando el mástil por puro entrenamiento, sino habría dejado caer el instrumento al suelo. Mis rodillas se doblaron y quedé sentado en el barril con las piernas cruzadas. Coloque el laúd entre mis piernas y me acodé arrugando un poco mi cara con los puños de mis manos al apoyarme en ellos. Mi voz sonó esta vez apagada y poco cantarina. Puede que mi raza no este oprimida como muchas de las que se encuentran aquí...pero por esa razón no soy insensible al sufrimiento del resto de los pueblos, veo y siento su hambre como todos los aquí presentes. Un hondo suspiro se escapó por mi nariz al tiempo que acariciaba las cuerdas sin producir sonido alguno en ellas, el Rey planea algo maligno, todos estamos deacuerdo en que su apodo es muy apropiado pero nunca pensé que llegase a esos extremos. Tuve la ocasión de tocar en un banquete y por una razón u otra me enteré de que esta reuniendo las piezas... las palabras se trababan en mis labios como si no quisieran salir pero al volver a posar la mirada en la mediana no tuve mas elección que seguir con el discurso las piezas...los fragmentos del yelmo.

Notas de juego

Siento no haber posteado antes he estado un poco desconectada hoy ^^

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09/04/2008, 22:54
Nemegea (Lider de los Najeri)

-...¿El Yelmo?...¿Te refieres al Yelmo del Dragon, al Yelmo de Oran Jatar? -Al oir esto todos allí se estremecieron porque todos conocían la leyenda. El anciano que escuchaba en silencio, apretó sus manos contra el objeto que portaba con fuerza como si hubiera oído algo tan estridente a sus oídos, que su cuerpo reaccionó impulsivamente. Todos comenzaron a murmurar pues la peor de las noticias se hacia eco en aquel lugar. Pero había más.

La leyenda cuenta que al caer Oran Jatar derrotado, su yelmo fue destruido y roto en 14 trozos y repartidos por todo Ankay para que nunca fuera recompuesto. Pues el Yelmo concede un poder oscuro al que lo posea: el poder de dominar las huestes del Mal, de la llamada de los dragones malignos y su dominio. La guerra y el odio, sangre y terror. Toda vida en la tierra sucumbirá al poseedor del Yelmo, todo morirá y ejércitos de oscuridad recorreran las tierras marchitas. Sólo quedará una sombra de maldad.

Notas de juego

Todo bien, lo único que tu post en esta ocasión era trascendental para que todo continuara. ;)

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09/04/2008, 23:02
Kerrin Nariz Partida

- Yelmo? - por fin entre las palabras sin sentido del pequeño cantor surgió algo interesante - De que yelmo estamos hablando? Y cual es el problema en que lo intente rearmar. Despues de todo eso es lo que se hace con los objetos rotos, no?

Con todo Kerrin era consciente que ese yelmo debía ser particular, no creía que hubiesen convocado esta reunión si no fuera sí - Explicaos por favor, de que yelmo estamos hablando? O acaso... acaso hablas del Yelmo del Dragón -. preguntó con miedo

Notas de juego

Editado ante el mundialmente conocido "nos pisamos", jaja.

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10/04/2008, 01:16
Níniel

La información del gnomo unida a los presentimientos y suposiciones manifestadas por algunos de los asistentes al Concilio suponían un golpe terrible para todo ser vivo que poblase el continente. Si hasta ahora se habían sentido oprimidos, no era nada en comparación de a lo que aquel rey podía llegar en posesión de aquel Yelmo. Ahora tocaba el turno de la aniquilación. ¿Para aquel final habían sufrido una guerra? ¿Para algo como esto había perdido la vida su hermano, junto a tantos otros de todas las razas? ¿Para acabar como al principio? Parecía una broma macabra, un sin sentido, una bofetada dolorosa de un destino irreverente.

La imagen de todo Matubias arrasado, como si de una premonición se tratase, la invadió estremeciéndola. Cerró los ojos por un momento y suspiró contrariada, deseaba que todo aquello se tratara de una vil patraña, de una mentira, pero algo en su interior le decía que no, que era cierto, que todo estaba por comenzar otra vez. Abrió los ojos de nuevo, en un intento vano de deslindarse de todos aquellos pensamientos que la apremiaban.

Recordó el bosque del que procedía y a sus gentes, asimilando lo inevitable y aún así no rindiéndose, y de ser así... ¿nos resta alguna esperanza?... La pregunta se escapó de sus labios y la sintió, como si se hubiera quedado colgando en el aire, sobre la estancia, como si de repente hubiera cobrado vida propia. Esperaba que sí.