Partida Rol por web

Después el venerable abrió el libro por la mitad y saco una especie de pergamino doblado por la mitad. –Esta es la réplica exacta de la escena pintada en el Templo de Inul en la ciudad perdida de Azrubel en el Continente Norte. Fue pintada sobre las mismas paredes que protegían El Cristal de Nonarion, que luego hablaré de él. Pero primero, tomad y observad bien esta escena, pues su significado aún está por descubrir. Los sabios de la Orden sólo han comprendido parte de él. Se conoce como: El Nacimiento.

La pared en la que está pintado El Nacimiento tiene grabado el siguiente texto:

El Gran Señor de las Moscas fue expulsado
Pero una gota de su esencia quedó cristalizada
Bajo forma de gran joya de nombre :Nonarion.
Un hombre será poseído por su oscuro deseo
Y una de las Nueve Damas elegirá para su hijo.
Nueve damas, nueve vírgenes,
nacerán bajo la marca de la flor del amanecer
y todas serán portadoras de su simiente.

El artista de esta pintura es un visionario que vivió durante la Segunda Edad: Gedes Talaine.
Lo que Gedes pretende comunicarnos es una profecía basada en la derrota del Señor de las Moscas. Belzebuth en un último suspiro, dejó parte de su esencia cristalizada en una Joya conocida como El Cristal de Nonarion.

La joya transmitía una gran aura de maldad que podría corromper fácilmente a los frágiles de espíritu. Gracias a los dioses, que la joya fue encontrada por un paladín de noble corazón llamado Tincel Modinet, que se convirtió desde ese día en el héroe guardián del Cristal. Fundó otra Orden llamada: Los Guardianes del Spectrum. Construyeron un templo bajo el que guardarían y protegerían celosamente la piedra Nonarion.
Y así fue durante muchos años, pero los seguidores de Belcebuth localizaron el templo y su oscura sombra penetró sus muros. Corrompieron las almas de los miembros de la Orden y poco a poco su siniestra mano se acercaba al temible Cristal. De entre todos los Guardianes, cuatro generales se resistían a la corrupción, pues sus almas eran puras. Eran portadores de armas poderosas. Gracias a ellas podrían luchar contra la Oscuridad. Pero si estas armas caían en las mismas manos corruptas que se hicieran con el Nonarion, todo estaría perdido, la única posibilidad de defensa quedaría anulada y el poseedor de la piedra Nonarion no tendría rival. Pues las armas son las únicas capaces de combatir contra el poder oscuro del portador. Cuando los sirvientes del Diablo llegaron demasiado lejos, los guardianes trazaron un plan para proteger las armas y El Cristal: cada arma activaba sus poderes sólo si se realizaban tres rituales. El conocimiento de cada ritual sólo era conocido por cada uno de ellos individualmente; el uno no conocía los rituales que conocía el otro. Se intercambiaron las armas y huyeron y se escondieron del mundo en algún lugar del Continente Norte. Pero antes sellaron el templo con magia poderosa con El Cristal de Nonarion en su interior hasta nuestros días. Los sirvientes de Belzebuth no han podido abrir las puertas… hasta hace sólo unos años.

Por otra parte, la profecía habla de nueve damas que llevarán la marca de la flor del amanecer, está que está aquí

Y serán conocidas como Las Damas del Amanecer. Su único destino es ser fornicadas por el poseedor de la piedra de Nonarion. Una de ellas será la madre del descendiente de Belzebuth.
Eh aquí la segunda pieza del tablero de juego…El Niño.
Las nueve damas se encuentran repartidas por todo El Continente Norte y su identidad es una incógnita…sólo la marca las delata. Pero los cuatro generales, conocedores de la profecía de El Nacimiento, crearon una escultura: La Dama del Amanecer.

Esta estatuílla de no más de dos palmos de largo hecha de mármol blanco sólo tiene un poder: indicar el camino a seguir hasta encontrar a las nueve damas. Esta estatuilla es como comprenderéis de un valor primordial para nuestros propósitos: encontrar y destruir a las nueve damas.
Pero estad tranquilos, la estatua está en lugar seguro…sólo tenéis que ir a recogerla.

Y así tenemos dos piezas clave y dos cuentas atrás en marcha:
Por un lado el Rey Loco, la pieza de Oran Jatar, en busca de los trozos del Yelmo y por otra parte, el poseedor de El Cristal de Nonarion, que no sabemos quién es, en busca de una de las nueve Damas del Amanecer. El juego ha comenzado y el tiempo corre en contra.

¿Qué tenemos a nuestro favor? Estamos en posesión de La Dama del Amanecer.
También conozco el lugar donde se encuentra una de las Armas legendarias, que luego os diré.

¿Qué debemos hacer? Es sencillo: el tiempo corre, pero corre más deprisa para El Rey Loco pues es más difícil para él encontrar los trozos del Yelmo del Dragón, que para el portador del Nonarion encontrar a una de las nueve damas. Tenemos pues, que matar a las nueve damas antes de que sean encontradas por El Cristal.

¿Y por qué matar a las nueve? Sólo una será fecundada, pero las nueve quedarán preñadas y sólo de una nacerá El Hijo del Señor de las Moscas, su reencarnación en la tierra.

Por otra parte, es de vital importancia encontrar las 4 armas y activar sus poderes para poder derrotar definitivamente a la Oscuridad. –De nuevo el anciano se quedó en silencio durante largo rato observando las reacciones de los asistentes.

Kerrin escuchó con atención y un rictus de desacuerdo se adivinó en su rostro - Matar a las 9 doncellas? Pero si ellas no hicieron nada. No se si Moradín estará de acuerdo con algo así - contestó al sabio. - Puedo entender la importancia de lo que decis, pero no me agrada la ida de matar inocentes -

El enano está confundido. Puede ser que este sabio nos esté pidiendo asesinar a nueve inocentes? - Eso me parece tan malvado como las acciones del señor del Dragón - acotó preocupado - debe existir otra forma -

Mientras el anciano contaba la historia hablandose a si mismo y corrigiendose su propio nombre me retiré a un rncon en el que descansaban mis objetos personales para dejar mi laud en su funda. Cuando estaba llegando pensaba para mi mismo que un buen relato debi tener un buen cuenta cuentos y obviamente este debia tener un buen nombre no dudar de él. Pero bueno era una cuestion que se podia disculpar en alguien que pertenecia a otra raza que no amaba los nombres...

El enano de la nariz...Kerrin parecia una roca tallada que hubiese escuchado toda la historia del mundo y su voz similar a dos rocas rascando entre si no dejaba de escucharse debido a que tenia muchas preguntas y conocimientos que aportar a la reunion. Todos los que se encontraban alli habian acudido por un mandato de sus superiores o por pertenecer a una sociedad con altos mandatos y codices que les obligaban a estar aqui preocupandose por el futuro pero yo...yo solo habia ido alli a contar mi increible y horrible descubrimiento y no me habian dejado hacerlo. Asi que me tiré sobre mi petate para estar mas comodo y escuchar las decisiones de gentes importantes. Decisiones que iban a afectar a todos los pueblos que estaban reunidos alli. Cuando mencionaron los seres diabolicos mi mente comenzó a girar en sus mecanismos pensando en la gran historia que estaban relatando... si querian que las gentes de Matubias estubieran alertados era importante tomar nota de esos datos asi que me levanté de un salto y me puse a rebuscar en mi equipaje hasta encontrar lo que buscaba aja!

Me dirigi a la mesa donde me apoye en un cajon alto para poder escribir y empecé a tomar datos importantes de la historia, cuando terminó haba hecho un esbozo de la historia y del fresco, algo burdo pero en mi imaginacion todo estaba claro. Como habia prestado mucha atencion pensé que seria el momento apropiado de resolver mis dudas asi que mi rostro se levanto del pergamino y mire al anciano Ilustre señor mio, y no ha pensado que si ese ser maligno es tan poderoso sus metodos no serian tan faciles de detener. Ha pasado por mi mente mecanica la posibilidad de matar a una de esas doncellas no seria cierto que en otro lado del mundo una nueva seria elegida para mantener su numero siempre...y quien nos asegura que cuando estemos acabando con la vida de una la otra no este ya dando a luz al hijo de ese ser...es algo incierto que requiere de calculos precisos.

El anciano escuchó con atención tanto a la elfa de prendas oscuras, como al enano de extraña nariz como al gnomo cantor. Se dirigió en primer lugar a la elfa: -Por supuesto que si existen esas fuerzas del Mal, existe su contrapartida: también existen las Fuerzas del Bien...y sereis ayudados por ellas, de eso estoy seguro. Galadh Iaur es un Gran Señor del Bien...por eso estais aquí la raza elfa. Incluso las Armas Legendarias de las que hablo fueron forjadas por las Fuerzas del Bien...por eso son tan necesarias. -Luego miró al discípulo de Moradín -Cierto que puede resultar cruel...en un principio. Ejem, ejem, pero perdonad mi brusquedad, la solución tan drástica que os propongo lógicamente contrasta con vuestras morales, sobretodo si uno es devoto de un dios del Bien. Mi posición como la de toda mi Orden siempre ha sido la neutralidad. No adoramos a ningún dios, sea bueno o malo, legal o caótico, adoramos a lo que nosotros denominamos La Balanza Cósmica, adoramos el Equilibrio y velamos porque este se mantenga. Consideramos que una inclinación desproporcionada hacia uno de los dos lados, tanto para el Bien como para el Mal, para el Caos o para la Ley, es algo negativo. En los tiempos que nos toca vivir, la balanza se ha inclinado precipitadamente hacia el lado del Mal; es por ello que nos hemos visto obligados a intervenir en pos del Bien para contrarrestar el peso. Sé Kérrin que estos términos te son familiares. Desde mi posición, veo necesaria la muerte de esas mujeres pues es la solución más rápida...eso sí, no seré yo quién decida sobre vuestros valores...si encontrais otras formas de evitar el nacimiento...adelante.
Luego sonrió al bardo -Nueve damas con la marca...ni una más Sir Croodin Doo of the Kiln-Ring Spinning, ni una menos. Nacieron predestinadas y ese es el número. No nacerán más Damas del Amanecer. ¿Calculos más precisos? Lo siento, pero eso no está en mi poder...sólo os cuento lo que hay y os ofrezco la posibilidad de intentar, aunque parezca remota, la posibilidad de evitar la lucha entre los dos Señores. Lo que sucederá, lo que dices de si una de las damas parirá mientras estais matando a la otra, no está, repito, en mi mano. Como he dicho ya, es una cuenta atrás...si nace el Niño, Belcebuth habrá vencido.

- Si, conozco las ideas de los dioses neutrales, aunque no los comparta. Sin embargo ya veremos cuando llegue el momento como resolvemos este problema "etico". Creo que lo más importante es saber quienes están dispuestos a cumplir esta misión... y conseguir toda la ayuda posible - tras pensarlo un momento e explica - sea esa estatuilla o esas armas especiales. Todo será necesario. Despues de todo hablamos de Archidiablos -

Úgrum escuchaba inquieto la historia que narraba Bidar Vicenur. Al escuchar la parte en la que había que matar a las doncellas, su rostro reflejó repulsión hacia la idea, y quizá al viejo, que la había ideado.

Así que matar nueve doncellas inocentes inclina la balanza para el lado del bien...-susurra, a nadie en particular, mientras mira el piso lleno de polvo.

-Disculpad--dice poniéndose de pie, y mirando seriamente a Bidar-Pero tiene que haber otro modo. ¿No es posible, que cuando las encontremos, las llevemos a un lugar lejando donde no puedan ser encontradas? la idea de matarlas es demasiado despiadada para mi gusto.

El enano miraba a los presentes y notaba que no era el único al que no le gustaba la idea.
No... Tiene que haber otro modo... Si, estoy seguro.

Níniel se levantó con donaire y con una serie de pasos gráciles, pero briosos, alcanzó la posición de Kerrin, el enano que se hallaba en pie, decís bien señor… posó después sus ojos en el otro enano, y vos también… es cruel matar inocentes… pero igual de cruel sería darle la oportunidad a ese niño de alzarse con el poder del Mal absoluto en sus manos... ¿Cuántos inocentes perecerían llegado ese punto?... Les miró con detenimiento, estamos hablando de la aniquilación de toda vida… de todo ser vivo… de la desaparición del Bien en sí mismo… y eso no se puede consentir… se giró hacia los que seguían allí sentados, deteniéndose en los otros tres elfos y en especial en Jaskier, por dos razones concretas, las armas que se habían mencionado y el viaje al norte. Galadh sabía lo que hacía, sí, lo sabía, silencioso en su inmensa sabiduría, les había hecho ver un esbozo de aquello en lo que se iban a ver inmersos.

Devolvió la mirada de nuevo a Kerrin que se hallaba algo contrariado y contestó a su última afirmación, yo por mi parte estoy dispuesta a comprometerme en esta misión… y si los que la asumamos valoramos las vidas de esas jóvenes, como es el caso, estaremos seguros de encontrarnos en el buen camino…porque en nuestras manos se hallará el hecho de encontrar otra forma de hacerlo y la buscaremos con ahínco… respiró profundamente, expulsando después el aire con lentitud, comprobémoslo por nosotros mismos… vamos hacia un continente nuevo y las fuerzas del Bien estarán de nuestra parte... no adelantemos acontecimientos…

Entonces recordó de nuevo las palabras del anciano, ¿de manera que era cierto? La leyenda de Galadh era cierta, sus labios se entreabrieron, pero permaneció en silencio, sintiendo cómo si las vendas que la cegaban hubieran caído de pronto de unos ojos, que ahora se hallaban abiertos a un mundo que se podía romper en pedazos. Níniel sabía que aquel hombre no les mentía y entendía la drasticidad que impelía a sus palabras, pero lo sé… en última instancia no podemos dejar al Mal vencer… musitó, dirigiéndose a él.

Jaskier estaba aun desorientado por la cantidad e importancia de los datos que les habían dado a conocer, desconocía gran parte de lo que hablaban y no era capaz de asimilarlo en tan escaso tiempo. El Bien y el Mal eran conceptos enormes que en aquel momento habían adquirido la forma y cuerpo de gentes reales, el joven elfo se imaginó entre dos grandes montañas que inexorablemente se acercaban para colisionar y reducir a polvo todo lo que entre ellas se encontrara.

La mirada de Níniel le recordó las imágenes que le había mostrado Galadh, pensar en él resultó un bálsamo y un nuevo rayo de esperanza. - Como ha dicho Kerrin necesitaremos todos los recursos de los que podamos disponer, las armas, la estatua y a través de esta las chicas.-Jaskier pensó en las chicas a las que se estaban refiriendo, deseaba que aquellas fueran malvadas de alguna manera, no simples portadoras pues a él tampoco le hacía gracia matar gentes inocentes. - A nadie nos gusta la idea de matar inocentes, espero que el ser las elegidas haya corrompido también sus almas y nos facilite el trabajo, pero no contaría con ello.- En el rostro del pícaro no había ningún atisbo de la sonrisa que había mostrado hasta hacía unos minutos, su rostro era serio, no mostraba emoción alguna. - Llegado el momento tendremos que decidir, entre nuestro mundo y cada una de esas muchachas, pero preguntaros, ¿cómo alguien puede albergar el mal en su interior y no estar tocado por este?, si fuerais alguno de vosotros el que fuera la llave para que los demonios llegarán a este mundo que haríais...

Ator se puso en pie por primera vez en la reunión, -puede que si a alguien le dan un motivo, si este le parece razonable, se vea en la necesidad de matar a un inocente, pero también os digo que a aquellos han seguido la senda del bien durante toda su vida esa muerte les pesará en el corazón por siempre, y es una carga muy pesada de llevar-, hizo una breve pausa para pensar en como continuar -Tal vez una muerte os parezca poco, incluso las nueve las podríais asumir, ¿pero donde pondríamos el límite?, un límite que nos diferenciase de los que ahora llamamos demonios, ¿cincuenta? ¿cien?- preguntaba mirando a todos los presentes para acabar mirando directamente al capitán -estoy dispuesto a ayudar, pero prefiero dar mi vida que volver a convertirme en un demonio, habrá que pensar en otra solución-

-¿otra solución?, no creo que reunirlas y tratar de salvaguardar su inocencia hasta que se marchiten sea algo muy compasivo, yo preferiría morir a verme encerrado de por vida. Además no hariamos nuevamente sino ahorrarle trabajo a quien sea nuestro enemigo.- Claramente la situación era dura, difícil y tensa. - Yo tampoco quiero convertirme en lo que tratamos de derrotar, pero mientras no vea una mejor solución prefiero evitar este tema. Como he dicho quizás encontremos en nuestras muchachas una responsabilidad inesperada. De todas formas porqué torturarnos dando por supuesto que serán inocentes, la profecía sólo menciona nueva damas, nueve vírgenes, no nueve inocentes.- Jaskier no quería ponerse en la peor situación, al menos no hasta que llegase el momento, llegado el momento lo tendría claro, pero no se encontraban en esa situación, no sabían ni el paradero ni quienes eran aquellas damas, de modo que era totalmente inútil hacer conjeturas sobre ellas. Tras estas palabras su rostro se ensombreció un tanto, bajando la cabeza retrocedió hasta la pared donde se apoyó pensativo.

No lo veían, no tenían más salida, se planteaban la inocencia de las muchachas, y porqué no plantearse la del niño, porqué condenar a sus hijos, por una profecía de la que hasta el clérigo enano desconfiaba, no debían llegar hasta ese punto, en ese momento habrían sido derrotados. Níniel era la única que parecía mucho más consciente de los hechos, pero no dejaría que fuera ella la que cargará con aquel peso, él estaba decidido, aceptaba que aquellos extraños no quisieran poner en peligro sus almas, quizás yo fuera demasiado corto de miras para los asuntos del alma, pero realizar aquel sacrificio era su deber y no lo rechazaría cuando llegase el momento.

- Parece que a ninguno le gusta mucho la idea de tener que matar a esas doncellas. Eso habla bien de Uds. Con suerte encontraremos la manera... y no necesariamente aprisionandolas. Supongo que deberemos postergar esa decisión hasta el momento indicado - el enano habla con calma, sabiendo que no es el momento de interrumpir a quienes tienen los datos que necesitan.

Kerrin mira al sabio y finaliza - Tu lo has dicho, la cuenta atrás ha comenzado. Cuentanos sobre esa arma y sobre la estatua, parece que no tenemos demasiado tiempo que perder -

El enano escucha atentamente a todos, suspira y vuelve a tomar asiento.
Creo que debemos tranquilizarnos...
Yo apoyo la idea de dejar el tema de las doncellas para el momento decisivo.

El enano busca el rostro del anciano sabio entre los presentes.
¿Y cuándo partiremos? ¿contaremos con buen equipo en general, o tendremos que arreglárnoslas con lo que tenemos? ¿iremos todos juntos, o seremos varios grupos?

Úgrum ve el gesto que hace Bidar con la cara y suelta una última oración.
Demasiadas preguntas, si... Lo siento.

Níniel observó con detenimiento a todos aquellos que estaban interviniendo y se preguntó qué harían si de verdad se hallasen en la tesitura de tener que eliminar a aquellas muchachas, si por un casual no hubiera otra salida y tuvieran que decidirse a acabar con sus vidas. Ella no era una asesina, ni carecía de escrúpulos, pero al mirarse en los ojos de aquel anciano, había entendido la urgencia y la importancia de aquella misión. ¿Lo habría comprendido el resto al igual que ella? ¿O llegado el momento, si todo indicaba que no había otra manera, darían la espalda a su encomienda? ¿Tendrían todos la entereza de soportarlo?

Quizás efectivamente era mejor no darle vueltas a aquello de momento, terminar de recibir la información y no adelantar acontecimientos, deseando y esperando no alcanzar nunca el extremo de tener que cargar con aquellas muertes en su conciencia, como bien había mencionado aquel guerrero, pero… ¿Qué importaba más? ¿Sus conciencias o todos los seres vivos de Ankay? Si anteponían sus conciencias al fin de los tiempos, ¿en qué posición quedaban entonces esas mismas conciencias permitiéndolo? Porque una cosa estaba clara y era que se estaban comprometiendo a realizar esa misión y que al menos ella por su parte no pensaba echarse posteriormente atrás.

Eso es, escuchemos el resto y enfrentemos nuestro destino… el tiempo apremia… buscó con la mirada a los suyos y regresó junto a ellos.

Escuche las palabras del anciano atentamente y me concentré en mi pergamino dibujando nombres y uniéndolos entre si sin mucho sentido para cualquiera que me mirase. Para mi era una tarea importante tener clara las relaciones entre uno y otro de los sujetos para no sucumbir en un error o a los problemas morales que se estaban planteando todos. Mientras trazaba lineas que se cruzaban la una con la otra la punta de mi lengua asomaba en una de las comisuras de la boca dándome una expresión algo estúpida y concentrada ya que cualquiera sabia que lo que hacia no tenia ningún sentido en la mente de otro que no fuese un gnomo.

Cuando termine mis relaciones abrí los ojos y separé un poco el pergamino para aclararme la situación y tener un primer vistazo del caso. Apoye el pergamino en la tabla medio podrida que nos hacia de mesa y dejando la pluma y el tintero a un lado me dispuse a exponer mi punto de vista ayudándome con mis notas. Carraspee un poco para llamar la atención de todos mientras me dirigía al anciano el cual podría verificar mi teoría por haber estudiado el problema que nos acontecía. Si no me equivoco, son nueve las doncellas...ni una mas ni una menos como ya me ha aclarado. Y han mencionado bastantes veces la palabra doncella...hagan una reflexión en sus mentes sobre ese termino...¿no llegan a alguna otra solución? si son doncellas marcadas con una flor lo que necesita nosotros buscaremos la forma de hacer que dejen de ser doncellas.... dirijo una mirada a las damas de la reunión con perdón de las presentes, pero me parece que así nos ahorramos el ligero problema del peso de conciencia acerca de unas damas a las cuales no conocemos.

Espere con las palmas abiertas manchadas de tinta en algunas partes a la respuesta o el gesto del anciano corroborando mi certero razonamiento con su correspondiente conclusión.

El enano mira al gnomo con una expresión de incredulidad dibujada en su rostro - Es que pensais que si las doncellas dejan de ser doncellas... - Finalmente se interrumpe, azorado ante el planteo del pequeño ser - Pero... Es que... -