La colección de libros del Tío Freddy consistía principalmente en trabajos de historia de la religión, específicamente de la religión india. Entre los títulos destacaban:
• Religiones de la India por A. Bartg, traducido por J.Wood, 1921
• Religión y Folklore de la India del Norte por William Crooke, 1926 (dedicado en la primera página:"¡Que se preparen las imprentas!" Gracias por tu inestimables sugerencias! Todo lo mejor, Bill.")
• Movimientos Religiosos Modernos en la India por ].N.Farquhar, 1915
• Indische Religionsgeschichte por Edmun Hardy, 1904 (Alemán)
• El Sol y la Serpiente; una Contribución a la Historia del Culto de la Serpiente por C.E Oldham, 1905
• Hijos de la Muerte por ]ackson Elias, 1918
Robert, saca su libreta y anota los títulos, autores y temática de los libros que ha visto. Después, echa un vistazo al resto de la habitación.
Motivo: Buscar
Tirada: 1d100
Resultado: 74
No me sale buscar como tal, Tengo Buscar Libros 80% y Descubrir 75%
Yo acabo de venir del comedor y no he encontrado nada, sonríe con disculpa, aunque ya sabes lo mayor que soy, y es posible que se me haya escapado algo. La única información que te puedo dar es los detalles acerca de los cuadros rasgados que te comenté.
La idea que comentas, la de la clave para la caja fuerte, es buena, aunque todavía no sé por qué tendría tu tío que escribirla y no decirla de palabra. Estaría más inclinado a un tipo de mapa, de dibujo. Le hace un gesto indicándole la puerta por la que acaba de entrar. ¿Echamos una segunda ojeada al comedor?
Mientras Catherine se entretenía rebuscando entre aquellos libros, el señor Howard se dedicó a rebuscar en los alrededores de aquella estancia, en el escritorio no había nada de interés, pareció estar a punto de tirar la toalla hasta que se fijó en la papelera: Un periódico del miércoles, un paquete vacío de galletas saladas, una bolsa de té usada y una delgada cadena de oro rota de unas dieciocho pulgadas de largo.
- Esta claro que no fue un simple robo, y parece que encontraron lo que buscaban. Dijo Robert, girándose hacia la señorita Leed con la cadena rota colgando de su puño. - Será mejor que bajemos a comunicárselo a los demás, quizá ellos hayan tenido más suerte.
Mientras los dos amigos valoraban sus posibilidades, fueron sorprendidos con la llegada de sus dos compañeros, quienes bajaban por las escaleras. Parecían venir de haber revisado a fondo la planta superior.
Un brillo delató la presencia de un objeto que Robert llevaba en sus regordetas manos: parecía una cadenita de oro.
Todos juntos ahora
Amigos, vayamos a la cocina a hablar. No me gusta estar en esta habitación... - el gesto de Charles denota tristeza. Mientras camina hacia la cocina pregunta a Richard.
- ¿Qué encontraste Richard, digo Robert? El comedor y el salón no parecen tener nada interesante. - se me está yendo la cabeza...
Richard sonríe a ver a los otros dos acompañantes. Parece que alguien ha aprovechado la búsqueda. Guiña un ojo al señor Howard cuando distingue el destello de la cadenita de oro, y sigue a Charles a la cocina.
Charles, ¿te diriges a mí o a Robert?
- Siéntate aquí Chales. Dice Robert acercando una silla de la cocina a su compañero. A continuación, entrega a su amigo una cadena de oro. - Parece buena, estaba en la papelera, al parecer arrancaron el colgante, el medallón del que hablaba el diario quizá. Lo que no me cuadra del todo, es porque se molestarían en tirar la cadena a la papelera, podían habérsela llevado con el colgante o simplemente dejarla tirada como el resto de las cosas.
-También revisamos por encima la librería. A juzgar por los títulos de los libros, el tío de Charles estaba muy interesado en las religiones de la India. Uno de los libros en particular parecía hablar de un culto en particular, llamado "culto de la serpiente". Aunque había otro libro con un título mucho más escabroso: Los hijos de la muerte. No hemos llegado a abrir ninguno de ellos. Señores, ¿creen que sería recomendable llevarse alguno de los libros para leerlos? Puede que las investigaciones de Freddie -se le hacía extremadamente extraño llamar Freddie a un hombre fallecido al que nunca llegó a conocer- sobre las religiones de la India tengan relación con lo que estaban buscando sus torturadores. ¿Ustedes han encontrado algo? -preguntó a Charles y a Richard
Richard abre los brazos en un gesto de impotencia.
- Por desgracia, señorita Leed, yo no he conseguido ver nada que resulte de mucha utilidad, sólo que los asaltadores se emplearon a fondo para encontrar el medallón. Desde luego, entre los estractos del diario del señor Short y su bibliografía, parece que tuvo problemas con alguna religión de ese país, lo cual no me extraña en absoluto, tratándose de ese tipo de raza - suspira. - ¿Creen que hará falta algún libro más?
- Estoy un poco desmotivado amigos. No sé si es sólo la casa o el hecho de que no hayamos encontrado nada que nos ayude demasiado... Catherine, llevémonos esos libros ¿los dejasteis arriba?. Mientras los recogéis quizás podamos echar un vistazo rápido al garaje o la despensa. No serían malos sitios para esconder algo teniendo en cuenta las sospechas de mi tío...
Charles no espero respuesta de sus amigos y se dirigió al garaje a echar un vistazo.
Richard ve partir a su amigo con lástima, y se vuelve a sus otros dos compañeros.
- ¿Tienen con ustedes los libros? Si no es así, me gustaría tener la oportunidad de echarle un vistazo a la librería. En caso contrario, acompañaré a Charles a registrar el garaje, a ver si los asesinos estuvieron por ahí y dejaron alguna pista.
-No, solo cogimos la cadena de oro con la que vieron al señor Howard. Por favor, viste la biblioteca si le apetece. Quizá sus dotes de bibliotecario nos sean de utilidad, y alguno de los títulos que nos pasaron por alto sean realmente útiles. Yo bajaré a acompañar a Charles. -se despide de sus dos compañeros con una sonrisa y sigue a Charles.
Richard se dirige al único que queda, el señor Howard.
-¿Qué le parece, señor Howard? ¿Me acompañaría a revisar la biblioteca? No creo que encuentre nada, pero me interesaría ver la colección que el señor Short ha reunido durante todos estos años.
- Por supuesto Mr Bishmark, será una buena idea darle otro repaso con un ojo experto. Robert se encamina de nuevo hacia las escaleras, pero antes de salir de la cocina, se da la vuelta. - Por cierto, Charles, la señorita Leed y yo, ya miramos en la despensa, no encontramos nada. Pero puede que su tío escondiese el medallón en alguna parte, sospechando de que intentasen quitárselo. Si se le ocurre algún sitio, o alguna otra propiedad o caja de seguridad...Bueno, son divagaciones, pero nunca se sabe.
Bibliotecario y escritor, dos profesiones acostumbradas al trato con los libros volvieron al estudio donde aguardaban los libros, libros en las estanterías, en el suelo sobre una alfombra y alguno sobre un escritorio de gran tamaño y aspecto desordenado. El trato inhumano a aquellos ejemplares turbó ligeramente el corazón del bibliotecario. Una maleta permanecía junto al escritorio con una pila de libros que probablemente estuviesen dentro.
La pareja atravesó la cocina, salieron al porche trasero y desde ahí se encaminaron al garaje. Accedieron al garaje través de una pequeña portezuela trasera de color crema, aquella puerta estaba pensada para descargar los enseres del vehículo en la cocina. Un viejo Flivver negro les dio la bienvenida (con ese nombre se refería cariñosamente la juventud al Ford T). El aspecto del vehículo distaba de ser flamante debido a los cristales reventados y los asientos rajados. No había lugar en el no se hubiesen detenido a buscar. Salvo el vehículo en aquella estancia no había muchas más cosas, no había herramientas ni bancos de trabajo tal y como otros tenían en sus propias casas. El vehículo también tenía una gruesa capa de polvo que se interrumpía en aquellos lugares donde había sido tocado.