NOTA DEL MÁSTER:
860 efectivos enemigos entre orcos, gnols y (en menor medida) osgos. -18 (segundo asalto a la puerta) -155 (huídos al ver caer a los jefes) -87 (cuarto asalto a la puerta) -23 (huídos tras ese asalto)
1 atach.
33 "jefes" humanos.
Viendo asombrada cómo las tropas se dan a la fuga, Diana finalmente reacciona al mirar hacia el interior del pueblo:
Tenemos que retroceder!! entrarán en tropel de un momento a otro!
empuñando todavia su espada mira deseperada en todas las direcciones. El milagro sucedido a las puertas no parece ser suficiente para salvar una aldea condenada.
Las palabras en idioma orco resuenan en la oscuridad mágica. Gnols y algunos osgos continúan atravesando el jirón de penumbras para entrar en la indefensa aldea, pocos pieles verdes, no obstante, aparecen a este lado de la muralla. Dos osgos, grandes y fuertes, dan gritos en común y en otra lengua, seguramente trasgo. Tratan de llamar al órden a los más débiles y cobardes orcos, parece que del medio centener que asaltaron la brecha tan solo una veintena entra poco a poco en el pueblo.
La mayoría de los orcos de este lado han huído, sea por el duro combate, por la tenebrosa oscuridad o por las palabras que le ordenan marcharse... en todo caso las deserciones se multiplican en el lado norte de Asbrav, para fortuna de los defensores. Los osgos parecen llevar las riendas a falta de los "jefes" y los gnols parecen demasiado feroces para dejarse amedentrar, quizá la barrera del idioma también impida que muchos hayan entendido las inquietantes palabras de Kandalian.
A pesar de las bajas, la brecha norte sigue siendo franqueada por enemigos. Algunos orcos y gnols se ven dispersos por varios lugares de la empalizada oeste... posiblemente hayan logrado trepar el muro o entrado por pequeñas grietas y esperen los refuerzos, cuando más secciones de la muralla cedan, cosa que ocurrirá de un momento a otro.
El grueso del ejército enemigo continúa lanzándose hacia la desprotegida aldea, algunos edificios arden y las frágiles defensas simbólicas se vienen abajo visiblemente. Los pocos aldeanos que pueden verse por las calles corren hacia el centro de la aldea, hacia las barricadas.
Tirada: 1d20(+3)
Motivo: av. intenciones orcos (contando +5)
Resultado: 1(+3)=4
Tirada: 1d20(+1)
Motivo: imponer órden osgos
Resultado: 2(+1)=3
la tirada de engañar se enfrenta a averiguar intenciones de ellos. Solo podrá afectar a los orcos.
Aún fallando, hago una tirada de intimidar por los osgos a modo de "liderazgo".
El elfo, intentando liberar tensión, salta de la escalera en la que está situado. Un a vez en el suelo, mira hacia Diana y después hacia el resto de compañeros.
¡Volvamos ya! ¡Tomad un último respiro, pues este será el último combate!
Tras estas palabras el explorador busca con ansiedad los carcajes de los aldeanos abatidos. Su mejor opción para derrotar al enemigo es utilizando su arco, por lo tanto se acerca hasta dos de los caídos para recoger los carcajes. Luego empieza a correr hacia el punto acordado mientras coge las flechas de los aldeanos y se las guarda.
El nigromante se gira al oír los gritos, pero permanece parado, su respiración es algo mas fuerte de lo normal y su pecho sube y baja bastante rápido, esta forzando demasiado y estas son las consecuencias del uso de los vientos de la magia sin ningún tipo de preparación.
Justo cuando Diana pasa a su lado el mago se gira y comienza a correr a su lado.
!Que el suelo se riegue con la sangre de nuestros enemigos, y que el suelo que pisamos se tiña de rojo¡
Hoy es un gran día, para el dios de la sangre
Con la daga maldita en su mano comienza a conjurar, poco despues se toca con su mano libre y una extraña sensación parece dar a entender que hay un pequeño campo de fuerza a su alrededor.
Armadura de mago sobre mi, conjuro restado
Arkaeron, Diana, Naldar y Vanth emprenden carrera hacia el centro de la aldea. El único lugar que aún podría ser defendible cuando las tropas entran en la población por doquier. Les acompañan ocho aldeanos armados, dos de ellos malheridos que poco podrán combatir más, de camino dos lanceros más se unen al grupo. Parece que por todas partes los defensores que quedan están buscando refugio en las barricadas.
Algunos orcos y gnols se ven dispersos por varios lugares de la empalizada oeste... posiblemente hayan logrado trepar el muro o entrado por pequeñas grietas y esperen los refuerzos, cuando más secciones de la muralla cedan, cosa que ocurrirá de un momento a otro.
El grueso del ejército enemigo continúa lanzándose hacia la desprotegida aldea, algunos edificios arden cerca y las frágiles defensas simbólicas se vienen abajo visiblemente.
En seguida llegan al círculo trazado en torno al viejo almacén, los materiales amontonados para formar una barrera no les impiden el paso ahora que todavía no tienen enemigos acosándoles. En el momento en el que el grupo atraviesa el cerco por su lado suroeste, pueden ver a Derek llegar a la carrera desde el noroeste acompañado de varios aldeanos, algunos gravemente heridos, un poco más atras viene Amnyin. No hay señal de Kandalian.
El resultado es agridulce, pero no del todo decepcionante. La batalla promete ser aun muy dura y un enemigo que se vaya es un enemigo menos que puede acabar con la vida de los aliados.
Kandalian permanece oculto observando los movimientos de los enemigos e intentando localizar a Amnyin donde quiera que esté.
Juntos podremos hacer más que por separado...
No te cuesta localizar a Amnyin a pesar de que su piel oscura le camufla en la noche, se dirige al centro de la aldea siguiendo al caballero y a los aldeanos. Posiblemente cuando todo está a punto de caer como ahora, las barricadas y el viejo almacén de piedra formen la última defensa.
Kandalian ha de tomar una decisión. O refugiarse en el edifio de piedra central o intentar hacer daño por su cuenta en una especie de guerra de guerrillas. A pesar de que la rabia y el odio contra los invasores es alta, dadas las importantes bajas en el bando aliado, lo más prudente es intentar llegar hasta las barricadas y el edificio central.
Camuflado, agachado y con mucho cuidado, intenta avanzar entre las casas, escombros y calles de Asbrav, intentando evitar al enemigo para alcanzar el refugio.
Dime si he de tirar algo.
NOTA DEL MÁSTER:
860 efectivos enemigos entre orcos, gnols y (en menor medida) osgos. -18 (segundo asalto a la puerta) -155 (huídos al ver caer a los jefes) -87 (cuarto asalto a la puerta) -23 (huídos tras ese asalto) -5 (asalto a la brecha del norte) -24 (orcos huídos tras ese asalto)
1 atach.
33 "jefes" humanos.
me parece ver enemigos por todas las calles, entrando cada vez más rápido. Al menos hemos llegado a tiempo, aqui podemos hacer un último intento de defensa.
Con su mirada abarca la zona a la que el grupo acaba de llegar, dejando claro que se refiere al centro de la aldea, fortalecido por las barricadas. En ese momento ve a Derek llegar con unos supervivientes y a Amnyin un poco más atras.
¿donde está el gnomo? quiso saber el jóven bárbaro, frunciendo el ceño y dejando caer aun más sus agotados hombros. La perspectiva de perder otro de sus compañeros le preocupaba sobremanera.
Miró con fijeza a Derek en busca de una respuesta y después al extraño ser al que llamaban Amnyin.
Ante la pregunta formulada el triste y demacrado rostro de Derek anuncia lo peor. El caballero muestra varias heridas graves que atestiguan que al otro lado de Asbrav el combate ha sido encarnizado.
El gesto de Amnyin es neutro aunque en seguida la expresión de todos se suaviza al ver aparecer a Kandalian moviéndose silencioso y rapido como una sombra entre callejones hacia las barricadas. En el protegido centro de la aldea, al otro lado de las improvisadas barreras, Arkaeron, Vanth, Naldar, Diana y unos quince aldeanos armados esperan a Derek y a Amnyin, que en estos precisos momentos atraviesan el cerco por el norte poniéndose temporalmente a salvo, así como al rezagado Kandalian.
Ya no cabe duda de que una buena sección de la empalizada este debe hacer caído, una oleada de humanoides salvajes carga proveniente de ese lado hacia el centro donde se resguardan los supervivientes de Asbrav. En el oeste y noroeste algunos enemigos más, dispersos, se acercan a lo último de la ciudad que queda por ocupar. A pesar de las bajas y de la escasa moral deben quedar cientos del brutal ejército y todos y cada uno se avalanzan contra los muros exteriores y, a medida que los van superando, contra las barricadas del centro.
El humo serpentea en tres direcciones distintas, algunos edificios del pueblo arden, seguramente los astutos y malvados gnols que encabezan la marcha se propongan acabar del todo el trabajo antes de saquear los restos humeantes.
asalto 2 del tablero.
El explorador empieza a notar el cansancio del combate aunque, sin ir más despacio, corre hacia la cuerda que había preparado en el edificio del centro. Al llegar a ésta, se detiene un instante, mira a sus compañeros y luego hacia las barricadas.
Estaré en el tejado para poder disparar mejor, a la vez que observe la situación desde la altura. ¡Coraje amigos!-atina a decir mientras coge el extremo de la cuerda, buscando uno de los nudos para apoyar su pie derecho y empezar a trepar.
Naladar, en apariencia, está más calmada que hace unos minutos, pero es en su interior donde todo arde. Su mente mantiene al elfo relajado unos instantes hasta tener mejor posición, en lo alto, desde donde empezar a descargar su ira contra sus enemigos predilectos.
Kandalian llega por fin al grupo central de compañeros. Afortunadamente no han habido más bajas... El gnomo tiene la sensación de que los aliados se mueven como gallina sin cabeza, sin control y perdidos. Maldita sea Finrod, te necesitamos! La situación es muy compleja. Encerrarse y resistir en el edificio central es solo una medida temporal. ¿Cuánto tiempo pueden resisitir ahí dentro con la comida y la bebida racionalizadas? No demasiado, desde luego.
La opción de Naldar es la mejor. El tejado!
El gnomo se dirige a alguno de los aldeanos. ¿Se puede acceder al edificio desde el tejado? Para luego reflexionar en voz alta. Si es así hay que defender esa vía de entrada...
Desde luego el tejado parece un buen sitio desde donde seguir luchando. Claro que las flechas y los proyectiles de honda son limitados. Y no se puede acabar con un ejército de cientos de enemigos a base de pedradas...
Por San Culthbert... Esto se pone difícil...
No, no hay ningún acceso al tejado o desde él.
contesta uno de los lanceros a Kandalian. Los hombres corren hacia el extremo este de las barricadas, por donde en poco tiempo empezarán a asaltar los enemigos.
Vanth se apresta a acompañar a los combatientes al lado este, Diana y Derek toman posiciones igualmente. Mientras, Naldar comienza a trepar al tejado del viejo almacén.
Afortunadamente ese lado de las barricadas es el más fuerte ya que los dos grandes edificios de piedra ocupan casi todo el lateral y su resistente muro es una barrera bastante más eficaz que los bultos amontonados. En todo caso es una ventaja nimia pues una abertura de 5 pies de ancho entre las dos construcciones resulta dificil de defender cuando los atacantes son más de un centenar y de todas formas muchos simplemente rodearan los edificios hasta aparecer por la zona vulnerable.
La zona resulta demasiado amplia, pero cualquier área sería demasiado extensa para defenderla de un ejército con tan pocos efectivos.
no sé si te has liado o no te entendi del todo. En principio la idea era defenderos en el último círculo que forma el cerco de barricadas (dibujado como una empalizada en torno a los dos edificios grandes). Dentro del almacen con forma de L inversa están la mayoria de los no combatientes, los indefensos vaya, aún sois demasiados como para recluiros en un edificio. =)
Perfecto.
Ahora sí lo he pillado.
No me quedan más puntos de vida que puede autocurar, no?
no, te curaste todo lo que podias. =)