Partida Rol por web

Atravesaste el vientre de Sylar con tu katana cómo tu destino y el propio Isaac Méndez pronosticaron, parecía que iba a ir bien pero por desgracia Peter te pidió que debías matarle para poder salvar a ciudad... En ésos momentos dudaste, y Sylar en un último acto consiguió hacerte volar con su telequinesis para que pudieras ayudar a Petrelli, así que te concentraste en teleportarte para poder sobrevivir, aunque ni siquiera pudiste planificar el sitio... o el momento.

Caes pesadamente sobre un campo verde y extenso, al fondo se distingue una arboleda y muy a lo lejos varias montañas, pero en general parece una zona desierta en cuánto a construcciones y personas.
Bueno, en realidad éso es incorrecto, una muchacha da un respingo notable cuando apareces de la nada y desenfunda su propia katana apuntándote con ella mientras todavía yaces tumbada sobre la hierba algo aturdido.

-Quién eres tú, de dónde has salido- te espeta en tono de interrogación mientras mira de reojo alrededor y de nuevo a ti perpleja, sin entender cómo has podido llegar hasta allí.
Habla en un apresurado y perfecto japonés.

Aturdido por la repentina aparición en un lugar completamente desconocido, y amenazado por una joven con espada me levanto lentamente mirandola a los ojos. Parece tan confundida como yo.

-Soy Hiro Nakamura, y te pido disculpas por la repentina aparición. ¿Cual es tu nombre?

-Yo soy Yukiko- dice mientras retrocede un par de pasos aún sin fiarse demasiado, pero acaba por bajar la espada ya que al fin y al cabo en apariencia no pareces demasiado peligroso.
-No pareces de por aquí, apuesto a que eres uno de ésos chicos de ciudad- te mira de arriba a abajo y no puede reprimir una pequeña sonrisa -Sin duda alguna... ¿Acaso te has perdido?- pregunta con curiosidad mientras mira de reojo tu espada. Desde luego es una situación de lo más extraña...

Le sonrío un poco, tratando de generar algo de confianza. Enfundo mi Katana, todavía manchada con la sangre de Sylar, y la coloco a mi costado.

-Tienes razón, no soy de por aquí. ¿Podrías ser tan amable de decirme donde me encuentro?

Cuando enfundas la espada ella hace lo mismo y ahora sí parece un poco más relajada aunque sigue mirándote con suspicacia sin entender cómo has llegado hasta ése sitio en medio de la nada.
-Estamos en Kushiro, en la provincia de Hokkaido... Bueno es evidente que no estamos ahí pero sí cerca, puedo llevarte si quieres, creo que te convendría... Descansar un poco- comenta arqueando una de sus delgadas cejas para volver a bajarla enseguida mientras empieza a andar. Lo cierto es que el nombre del sitio apenas te suena así que debe tratarse de un pueblo o una ciudad bastante pequeña.
-¿Cómo has llegado hasta aquí, Nakamura?- pregunta mientras de mira de reojo.

- Te agradesco Yukiko-San. No podría decirte como llegué aquí, pués yo mismo no termino de entenderlo.
Trato de evitar hablar mucho de como llegué aquí, no vaya a ser que desenvaine devuelta su katana.
¿Sabes donde puedo conseguir ropas limpias? Las mías se han llenado de barro cuando estaba en el piso. Miro su caminar, es bastante atractiva, atlética y parece que sabe manejar la katana.

¿Me pregunto en que año estoy?

Yukiko asiente, parece una muchacha bastante seria e introvertida a pesar de su joven edad, aunque en realidad suele ser algo habitual en las zonas de campo. En la ciudad es muy distinto, podría decirse incluso que el polo opuesto y basta tomarte de ejemplo para darse cuenta de ello...
-Iremos a Kushiro, no tardaremos más de 15 minutos en llegar está bastante cerca. Espero que no te importe mucho tener que andar- ríe por lo bajo de forma aguda mientras la sigues, tras unos metros llegáis a un polvoriento sendero de tierra por el cuál camináis junto a uno de los bordes.

Sus ropas son muy sencillas, en su mayoría de algodón y de color azul. Unos simples pantalones cortos con una casaca cruzada y anudada con un fajín negro en el cuál sujeta la vaina de su espada. Calza unas chanclas desgastadas pero a pesar de su aspecto no parece haberse alarmado por el tuyo.
-¿Has venido a visitar a alguien? No tenemos muchos turistas.

-Caminar no es problema alguno y a decir verdad no estoy apurado en llegar, pués no tengo un destino todavía. No puedo decirle demasiado de mi viaje, por temor a su reacción, y porque ni yo se a donde dirigirme. ¿Cuál será mi destino? ¿Qué tienen preparado para mi las fortunas? ¿Qué año es este? Todas estas preguntas giran por mi cabeza, pero sobre todo la última. Si pudiera averiguar la fecha exacta sin levantar sospechas....
Yukiko, tu eres de Kushiro ¿no? ¿Qué puedes contarme de ese pueblo?

-¿Estás en un viaje de búsqueda interior o algo así? Creía que sólo pasaba en las películas- comenta con una pequeña risa mientras avanzáis por el camino de tierra que pro suerte está suficientemente aplanado.
-Es una aldea muy pequeña, todos nos dedicamos a la agricultura y ganadería, apenas hay tiendas así que para éso deberías ir a al ciudad más próxima que está a varios quilómetros... No es cómo una ciudad espero que no te asustes- se encoge un poco de hombros mientras a ambos lados de camino empiezas a distinguir campos de arroz dónde algunos ciudadanos están trabajando con sus propias manos y los pantalones arremangados casi cómo antaño a pesar de que las palabras de Yukiko hacen pensar que no puedes encontrarte en una época demasiado atrasada.

Finalmente empiezan a distinguirse las casas distribuidas por la llanura de una pequeña montaña cercana, los caminos entonces pasan a estar asfaltados y algunos empedrados. Realmente es pequeño y tranquilo pero parece un lugar ideal para poder descansar.
-Yo no tengo teléfono... así que te llevaré a la posada- comenta tu guía mientras anda con decisión hasta llegar al pequeño edificio en cuestión después de haber saludado a varios aldeanos por el camino, los cuáles te miran extrañados.
Habla con el propietario de la posada, la cuál en realidad parece simplemente una casa más grande que las que hay por el pueblo, indicándote dónde está el teléfono que a pesar de ser algo antiguo te confirma que el año no parece haber variado... Al menos no mucho.

Busqueda interior? Supongo que podría decirse así. Aun no se que es lo que se espera de mi a continuación, pero espero saberlo pronto.
Al ver el pueblo me quedo completamente sorprendido, esperaba estar varios años más atras en el tiempo, pero parece ser que estoy más cerca de mi tiempo de lo que creí.
Yukiko, se consigue algún diario en tu pueblo? Con suerte me dirá que si, y podré averiguar la fecha.

-Creía que querías realizar una llamada... Claro, ven pro aquí- se encoge de hombros y tras dejar las chanclas en el recibidor y tú tus zapatos, andáis por el brillante parqué un pequeño tramo hasta el mostrador de la posada, detrás del cuál hay un anciano que os saluda sonriente pero se centra en el pequeño televisor que tiene apostado a un lado.
Yukiko coge uno de los varios periódicos que hay disponibles y te lo tiende.
A pesar de que pensabas estar en el pasado, descubres para tu propia sorpresa que te encuentras un año en el futuro, aunque no se nota demasiado eso es evidente.

-¿Te encuentras bien Nakamura? Quizá debería verte un doctor...- dice mientras te mira inquisitivamente, empezando a desconfiar o a preocuparse.
Te llama la atención la pantalla del televisor cuando oyes aplausos y vítores en él, miras de reojo y ves a un hombre que según los titulares es el nuevo presidente de América, aunque éso tampoco te resulta alarmante, una de las personas que hay tras él y se supone será colaborador suyo sí lo hace. Sylar, sonriente mientras aplaude con expresión extraña y enigmática. ¿Puede ser bueno alguien que comparte partido con él...?

Cuando veo a Sylar en la pantalla de televisión pego un salto hacia atras y no puedo evitar contenerme cuando las palabras salen solas de mi boca:

SYLAR!!!! Que está pasando?!?!?!

Cuando me doy cuenta de lo que hice todos a mi alrededor están mirándome completamente sorprendidos por mi reacción.

Perdón, es que ese hombre me resulto extrañamente familiar. No se que decir ni hacer para disculparme por mi reacción cuando veo a Yukiko, mirandome como si yo estuviera completamente loco. [b]Yukiko, podrías darme un diario de hoy por favor?

Yukiko sigue mirándote aturdida unos segundos para finalmente negar con la cabeza y golpearte levemente con el periódico que ya te estaba tendiendo y del cuál pareces haberte olvidado a causa de la sorpresa de lo que viste en la pantalla del televisor.
-Claro que te resulta familiar, ha salido muchas veces en televisión, el presidente Monroe... Increíble cuando admitió que tenía poderes pero todavía más cuando empezó a analizar a todos los ciudadanos de su país para ver si también los tenían- frunce un poco el ceño y finalmente se encoge de hombros intentando quitarle importancia.
-Por suerte éso no pasará aquí- dice para continuar de forma precipitada:-...Aunque no es cómo si a mí me afectara mucho, claro

Me invade una ves más la sorpresa, y sin poder controlarme una lluvia de preguntas sale de mi boca sobre Yukiko.
¿Presidente Monroe? ¿Cuóndo fueron las elecciones? Quién es el hombre morocho y alto junto a el? ¿Cómo puede ser que hayan admitido tener poderes? ¿Cómo reaccionó el mundo al enterarse de todo esto?
Tengo que averiguar como ha sucedido todo esto... Sylar es un hombre malvado, y si están analizando a todos aquellos que tienen poderes entonces debe tener alguna intención oculta.
Entonces noto las últimas palabras de Yukiko. ¿Por qué dices que eso no pasará aquí y que de todos modos no te afectaría? La miro sorpendido. El mundo ha cambiado demasiado hasta donde puedo notar.

-Wow, pues sí que has estado de viaje mucho tiempo, ¿no?- comenta Yuki arqueando ambas cejas y mirándote aturdida después de tantas preguntas seguidas, así que sin decir nada anda por de nuevo por el pasillo, deteniéndose un momento para asegurarse de que la sigues hasta abrir una puerta corredera entrando en un pequeño comedor compuesto escasamente por un televisor y una mesa de ébano baja con varios cojines. Al frente puede verse el jardín a través de unos cristales correderos.

Yukiko toma asiento sobre sus piernas dejando su espada a un lado y te observa mientras empieza a hablar.
-Fue elegido hace practicamente un año, y a los pocos meses admitió lo de los poderes mostrándolos en televisor. Al principio la gente dudó y empezó a tenerlo por loco, pero tras varios intentos de asesinato quedó claro que Monroe tenía razón y al parecer sus células se regeneraban por mucho dolor o heridas que sufriera... Prometió compartir ése don para ayudar a sanar a la gente enferma y de hecho al principio fue bien, pero después resultó más interesado en descubrir a otros cómo él que a continuar la investigación de sueros...- calla un momento ceñuda y se rasca la cabeza pensativamente antes de proseguir.

-Haces demasiadas preguntas, ¿lo sabías? Bueno por muy presidente que sea Estados Unidos está lejos de aquí y yo no tengo...poderes de ésos- confiesa encogiéndose de hombros.

-He viajado más tiempo y más distancia de lo que debería. Le respondo a Yukiko a medida que la sigo a la habitación. Una vez adentro, estando los dos sentados, escucho como me habla del presidente de Estados Unidos.
-Lo se, pero ando muy perdido. Y que opinas de la gente que tienes poderes? Te asustan? los envidias?