Partida Rol por web

Te encuentras todavía en tu modesto piso de Brooklyn, el anteriormente perteneciente a tu difunto padre.
El enorme mapeado con chinchetas, cuerdas e identidades de otros humanos con genes evolucionados sigue en su sitio y tú sentado en una silla junto al escritorio exhausto y algo confuso.

Tras el ataque de Sylar en la plaza Kirby y la explosión de Peter, ayudaste a Parkman y a la família Sanders a transportar a los heridos al hospital.
Tanto D.L. cómo Matt parece que van a salir de ésta sin demasiados problemas, pero Molly no se encuentra registrada en ningún sitio y siendo huérfana está demasiado expuesta a que La Compañía vuelva a buscarla aunque ésta se desestabilice momentáneamente a causa de las recientes muertes de Linderman y demás directivos y contribuyentes.

Al principio pensaste que la pequeña podría apañárselas bien con la família Sanders, pero al parecer tienen demasiados problemas para poder subsistir ellos mismos, así que no podías dejarla sola... Y ahora duerme en tu cama mientras te preguntas qué hacer a continuación.

Mohinder hizo girar la cucharilla en la taza de café. El sonido que esta causaba al rozar suavemente la superficie del recipiente siempre le había relajado cuando tenía que pensar. Poco a poco el color del café fue cambiando mientras se mezclaba con la leche, como los pensamientos del doctor...

Han ocurrido tantas cosas en tan poco tiempo...

Un suspiro leve escapó entre mis labios. Mi espalda, agarrotada, me recordó las horas que llevaba sentado en la misma postura. Me levante lentamente, dejando que la sangre volviera a recorrer mis extremidades, estirando un poco los entumecidos músculos. Con unos pasos titubeantes me acerqué hasta la habitación donde se encontraba Molli.

Es tan fragil. Podría pasarle cualquier cosa en manos de la Compañía. Su futuro no sería mejor del que les esparaba antaño en los circos de monstruos ambulantes...

Mis ojos se posaron en la pequeña niña que descansaba en la cama. Su respiración era calmada, estaba profundamente dormida.

¿Cuanto tiempo haría que Molli no descansaba así?. Tengo que pensar sobre que hacer.

La mirada de Mohinder se perdió, meditabunda, en uno de los oscuros recovecos de la habitación. ¿O sería una sombra de su propio interior?.

Las horas pasan sin que apenas seas consciente de ello... Con Sylar, el mayor peligro, muerto, La Compañía casi disuelta, el descubrimiento de que tu sangre puede curar ése peligroso virus... Son muchas cosas que te hacen preguntarte qué paso dar a continuación. ¿Qué hubiera hecho tu padre de encontrarse en tu situación...?

Mientras te preguntas ésto, sales de tu ensimismamiento cuando Molly empieza a moverse en la cama, aún algo pálida pero con mucho mejor aspecto que horas antes.
Se frota los ojos soñolienta y tras mirar un rato la habitación confusa, te mira a ti.
-¿No duermes? Tú también deberías descansar- te dice casi en tono de regañina.

El tiempo siempre tiene la fea costumbre de acelarar los momentos difíciles y dilatar los banales. Las últimas semanas habían resultado demoledoras, revelándome tantos secretos de mi propia existencia que me hacían sentir vértigo. Si mi padre estviera aquí sabría que hacer. Sus, notas, apiladas en la mesa de estudio llevaban días esperando ser clasificadas, su trabajo, inconcluso, necesitaba de una mano experta que supiera leer allí donde aún faltaba por desentrañar briznas de verdad. Todo eso era lo que me esperaba. Pero, ¿Y que hay del trabajo con el virus?, tengo que lograr detener ese terrible vector de pandemias.

La voz de Molly me sacó de mi ensimismamiento. Caminé lentamente hasta la cama y, tras besar su frente, me senté en el borde de la misma. - Tenía mucho trabajo por hacer. Hay demasiados cabos sueltos. Mi mirada se posó sobre sus ojos, aquellos pozos de calma que parecían pertenecer a una criatura mucho mas vieja y sabia. Aquí estaras a salvo de La Compañía Molly.

-Me vas a proteger, ¿verdad?- dice convencida mientras te dedica una sonrisa alegre. Te da un pequeño abrazo que no dura mucho y vuelve a recostarse con un suspiro de cansancio, todavía no del todo recuperada del ajetreo de la noche.
-Me gustaría visitar a Matt cuando esté mejor...- te comenta mirándote con expresión suplicante e inocente antes de dejarse vencer nuevamente por el sueño.

-Buenas noches...-susurra ya por lo bajo, tornándose su respiración calmada y profunda al cabo de pocos minutos, lo cuál casi te da cierta envidia, la despreocupación de ser un niño...

Mohinder sonrió cansado, con afecto, ante el abrazo de Molly. - No te preocupes, conmigo estarás a salvo. Su manó acarició su cabeza un instante y, levantándose de la cama, arropó a la pequeña Molly, que ya descansaba en los brazos del sueño. Descansa Molly, no tienes nada que temer,.

Los pasos de Suresh le devolvieron al mundo de las preguntas. El mar de papeles seguía sin clasificar, pero él se encontraba sin fuerzas para comenzar el duro trabajo. Debería descansar yo tambien, pero hay tantas preguntas por resolver... Al sentarse ante el escritorio su mano, inconscienmente, se posó sobre el teléfono inalámbrico. Debería preguntar por Matt y D.L. Las teclas del teléfono sonaron mientras marcaba el número del hospital (Bep, booop, Bip.).

- Llamaba para preguntar por el estado de un amigo. Su apellido es Parkman. Mohinder esperó unos instantes la respuesta de la enfermera.

La enfermera te pide que esperes un momento mientras la oyes teclear de fondo con rapidez y profesionalidad, después habla con alguien sin que llegues a distinguir las palabras de ninguno hasta que recoge de nuevo el auricular.
-El sr.Parkman se encuentra estable después de la operación, ha finalizado hace escasas horas... Estará un día en la UVI antes de ser trasladado a una habitación pero de momento no debe preocuparse, aunque deberá esperar si quiere hacerle alguna visita- dice con tono distante y monótono, del que está acostumbrado a dar informes de ése tipo tan a menudo cómo quién habla del tiempo.
-¿Puedo ayudarle en algo más?- pregunta con educación y a la vez que cierto tono de cansancio.

Las noticias eran buenas. Suresh, después de la terrible secuencia de acontecimientos que había vivido en los últimos días, se alegró por ello . También me gustaría saber el estado del Paciente D.L. Sanders. El sonido al otro lado del auricular volvió a tornarse en aquel silencio de espera.

Parece que todo empieza a calmarse poco a poco. Tengo que hablar con Parkman acerca de Molly. Se que prometió protegerla y alguien como él puede resultarnos muy útil para esconderla. Los dedos de la mano derecha tambolirearon sonbre la mesa mientras esperaba. Esperaremos un par de días para visitar a Parkman. Molly es aun pequeña y no quiero que sufra una gran impresión por las heridas de la operación. Aunque después de lo que ha tenido que sufrir... Suresh dejó vagar la mirada por la habitación. Tengo que descansar un poco antes de ponerme a trabajar. No puedo empezar en este estado de agotamiento. El sonido al otro lado del auricular le hizo volver de sus pensamientos.

La enfermera recoge de nuevo el auricular con un sonido algo incómodo, probablemente al golpearlo con su propio brazo.
-No consta ése nombre, ¿está seguro de que me lo ha dicho bien?- pregunta extrañada mientras la oyes teclear de fondo, pero nada más se distingue en el silencio nocturno del hospital.

-Hmm... no, lo siento, nadie con ése nombre ha ingresado en los últimos 3 días, debería llamar a sus...amigos para asegurarse del nombre. ¿Puedo ayudarle en algo más?- pregunta la enfermera con un tono algo más dubitativo que antes, pues el hecho de que dieras un nombre erróneo suena algo sospechoso pero al fin y al cabo apenas hablaste con la que creías era la familia "Sanders"

Suresh se extrañó momentáneamente ante la respuesta de la enfermera. Claro, no deben de estar casados. Se incorporó en su silla y apoyó su cabeza en la mano libre. Muchas gracias señorita. Tras colgar el teléfono Suresh se levantó de la silla y dió unos pequeños pasos por la habitación.

Casi sin darse cuenta se detuvo frente a la pizarra de su padre. Todas estas conexiones y un patrón que las une que se escapa a mi completo entendimiento. Dando un pequeño vistazo, casi con rencor, al panel repleto de conexiones Mohinder bajó la mirada y se encaminó hacia la otra habitación. Es hora de que duerma unas horas. Despacio, casi como si se encontrara al borde del colapso, Suresh se desvistió arcialmente y se metió en la cama de la otra habitación. Al menos descansaré un poco. Lo último que hizo antes de dormirse fue ajustar el despertador para dentro de seis horas, con eso debería bastar...

Decides que ha llegado tu turno también para dejar de pensar y tomarte un descanso bien merecido tanto físico cómo mental, y en realidad tu cuerpo te lo agradece ya que enseguida caes rendida ante los brazos de Morfeo.

Cuando suena el despertador todavía te sientes soñoliento y cansado pero aún así mucho mejor que ayer.
Oyes de fondo el televisor encendido con unas voces agudas y algo histéricas que seguramente indica que son dibujos y por tanto deduces que Molly ya se ha levantado. Probablemente le cueste más que a un niño normal dormir largas horas sin problemas... y hablando de niños normales, ¿qué pasa con su educación? Desde luego hacer de padre no entraba en tus planes.

Somñoliento aun se levantó despacio de la cama. Su cuerpo todavía protestaba por la falta de sueño pero al menos tenía la cabeza mas despejada que hace unas horas. Tras ponerse ropa cómoda Suresh caminó hasta el salón, el lugar de donde provenía el ruido de la televisión.

-¿Molly?. La pregunta quedó suspendida en el aire esperando una respuesta. - ¿Has desayunado ya?. La niña, recostada en el sofá y envuelta en una pequeña manta disfrutaba de los dibujos animados.

-¡Buenos días! Claro que he desayunado...-comenta cómo si fuera lo más evidente del mundo mientras saca uno de sus pequeños brazos de entre la manta y te muestra un paquete de galletas a medias. De hecho es una suerte que lo encontrara porque no sueles salir a comprar muy a menudo...
-Casi nunca veía dibujos antes, son divertidos- se encoge de hombros y sigue comiendo tranquilamente mientras las voces estridentes y animadas de las Supernenas suenan de fondo.

Las 8 de la mañana... afuera aún está empezando a salir el sol aunque últimamente ha estado nublado, hace frío y las calles están húmedas y parcialmente congeladas en algunos tramos.

Mohinder miró a Molly y, con una sonrisa, se metió tambien debajo de la manta. - Sabes, yo tampoco solía verlos. Recosté a Molly contra mi para ver más comodamente la tele. - ¿Qué otras cosas te gustan?. ¿Te gusta leer?. Nunca pensé que tendría que ocuparme de una niña pequeña. No se muy bien por donde empezar. Recogí los pies para que a ninguno de los dos se nos salieran por fuera de la manta. En La Compañía... ¿Fuistes al colegio?. Quiero decir, ¿Te dieron alguna vez clase?. Mi intención no era recordarle su terrible pasado pero necesitaba saber sobre su educación, sus gustos, sus necesidades.

Molly arquea ambas cejas cuando las preguntas empiezan a inundar el comedor para enseguida apoyarse sobre ti acomodándose y tendiéndote las galletas.
-Me gusta dibujar y pintar, leer también, dependiendo de qué libros...- se encoge de hombros y alza la vista para mirarte.
-Antes de llegar allí iba a la escuela, hasta que ese hombre vino a casa y tuve que esconderme... Matt me encontró pero de todas formas después ellos me cogieron. De vez en cuando venía un tutor aunque solía hacerme más tests y preguntas sobre mi poder que clases...- niega con la cabeza y tras suspirar da un pequeño respingo.

-¿Volveré a la escuela?- pregunta inauditamente animada ante ésa perspectiva.

Mohinder cogió una galleta entre sus dedos y se la llevó a la boca, mordisqueándola. ¿Hacía cuanto tiempo que no se sentaba tranquilamente en el sofá de casa?. - Asi que te gustaría volver a la escuela... Eso esta bien, necesita volver a una vida "normal". Tras acabar la galleta Suresh quitó las pocas migas que habían caido sobre la manta. - Antes tendremos que dejar pasar unos dias. Tengo que hablar con Parkman. Al no ser nuestra hija no se si habría problemas legales para llevarla a una escuela. Su mano acarició el pelo de la niña. - Por cierto, iremos a ver a Parkman en unos dias. Cuando se haya recuperado.

-Estupendo, tengo muchas ganas de verle, espero que esté bien... fue muy valiente, ¿verdad?- comenta con una sonrisa ante la perspectiva de poder visitar a Matt dentro de poco.

Así pues, te pasas un par de días organizado y colocando las notas que tenías algo dispersas sobre toda la información recopilada por tu padre y por ti mismo, centrándote esta vez un poco en el piso en sí puesto que normalmente no le prestabas mucha atención pero ahora que tienes que convivir con Molly decides que es mejor tenerlo algo más limpio y ordenado.
Aprovechas también para empezar a informarte acerca de las escuelas más cercanas a casa con precio asequible, pero de momento ni siquiera llegas a entrar puesto que prefieres hablarlo y consultarlo con Parkman.

El jueves por la mañana Molly y tú os levantáis entre animados y nerviosos, dirigiéndoos al cabo de poco hacia el hospital general de Manhattan ya que tenéis que coger dos metros para llegar hasta allí...

Mohinder se encontraba sentado en la emsa de su padre. Los papeles la inundaban completmente creando una sensación de caos que no se correspondía a la realidad. La mesa estaba ordenada aunque lo lo pareciera y Suresh pensaba sobre lo que en ella estab expuesto.

Mi padre había avanzado mucho en sus investigaciones. Había superado las fronteras del conocimiento y, ahora yo debía ser capaz de desentrañar que se esconde detrás de su algoritmo genético. Lo mínimo que podía hacer era tratar de explicar parte de él. Pero para ello era necesario que siguiera los pasos más elementales. La base de todo se encuentra en nuestro DNA. Su estructura es similar a la de una enorme cinta magnética que contiene toda la "película", como si de un rollo de cine se tratase. El DNA, en vez de tener fotogramas, codifica la información mediante las cuatro pequeñas subunidades que la conforman: Adenina, Citosina, Timina y Guanina...

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Aquella mañana hacía especialmente frío. La calle se encontraba prácticamente desierta con todo el mundo refugiado en cafeterías y tiendas. Tan solo algunos atrevidos salíamos corriendo d enuestros refugios de comfort para hacer algun recado. Molly iba vestida con gruesas ropas de abrigo, gorrito, bufanda y unos guantes. Antes de bajar ambos habían estado bromeando sobre su apariencie. Realmente parecía que un enorme ser de lana y color se la hubiera tragado. Mohinder se dirigió hasta el metro y sacó los dos billetes. Poco después ambos estaban en el anden esperando el metro.

- Tienes ganas de verle, ¿Verdad?. Parkman es un buen amigo. Y si, se portó como un valiente.