Partida Rol por web

Cuando traspasas la puerta verde un cuartucho sin ventanas y con varias pantallas de televisor así como un mesa y dos tios que las observan es lo primero que ves, el cuarto está casi sin iluminación y los tios no te prestan atención.

Tras pasar por al lado de la mesa o recibidor donde estaban los dos tíos una puerta de madera finamente tallado a modo renacentista se habre de par en par permitiendote ver una gran sala con una bobeda en el techo y un fresco finamente dibujado copia idéntica al fresco de miguel angel en la capilla sixtina.

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Cuando traspasas la puerta verde un cuartucho sin ventanas y con varias pantallas de televisor así como un mesa y dos tios que las observan es lo primero que ves, el cuarto está casi sin iluminación y los tios no te prestan atención.

Tras pasar por al lado de la mesa o recibidor donde estaban los dos tíos una puerta de madera finamente tallado a modo renacentista se abre de par en par permitiéndote ver una gran sala con una bóveda en el techo y un fresco también finamente dibujado a modo de copia idéntica al fresco de Miguel Ángel en la capilla sixtina.

El salón es amplio con suelo de piedra, el contraste entre el renacimiento, barroco, mozárabe o mudejar y neoclasico te hace comprender cada vez que lo ves que ha debido costarle muchos años de arduo trabajo el conseguir la colección completa que ves, por ultimo casi disimulado en una pared al fondo ves un ascensor el cual es la única manera de llegar al principe dentro del edificio pero que ahora tiene una luz roja encima encendida pronosticando que está con otra reunión.

Alexander pasa casi de largo la sala de seguridad ya que no le prestan demasiada atención, al fin y al cabo dio sus cuchillos al llegar pero, ¿acaso no es él mismo la peor la de las armas?
Atraviesa la segunda puerta y sonríe complacido al llegar a la hermosa sala de espera.
Algo ostentosa para su gusto al mezclar tantos estilos distintos, prefiere deleitarse con algo más concreto pero aún así es una sala que fascina a los sentidos a cualquiera que sea capaz de contemplar el arte con el suficiente interés.

Tras unos segundos se fija en el ascensor y chasquea la lengua. Al parecer hoy es una noche ocupada para el Príncipe, aunque en realidad probablemente lo sean todas... Se acomoda en uno de los mullidos sillones que rodean la habitación y espera con resignada paciencia mientras recuerda lo sucedido en el garaje frunciendo el ceño.

Ensimismado en tus pensamientos observas desde tu asiento las tallas y bordados que adornan la pared, así como la escultura en mármol blanco y renacentista de un hombre esculturalmente romano tan solo tapado por unos pocas telas mirando y señalando al cielo mientras un ave emprende el vuelo mirando hacia abajo.

Escuchas el sonido inconfundible y siseante del ascensor bajando y al girar la cabeza observas como la luz roja se ha apagado símbolo inconfundible de que el príncipe ha terminado su reunión.

Es en unos segundos ves como la puertas se abren permitiendo salir a dos vástagos de este un hombre y una mujer.

El hombre es el antiguo del clan Toreador Didier Castor y que según se dice es el amante del señor de la ciudad y de la mujer no sabes nada excepto su nombre que es Arian.

Los dos salen con paso seguro y rápido, mientras te observan unos segundos.

Salgo del ascensor y digo con voz melodiosa, segura y rostro ceñudo que no quita un ápice a mi belleza.

No creas que no me he percatado de tus intenciones y ten por seguro que el está bien versado en esos juegos, será enamoradizo pero no tonto y tu juego no terminará saliendo como esperas.

Vuelvo mi mirada a los sillones donde veo al joven cazador sentado y mirando en nuestra dirección lo que me hace callar y andar.

Cuando paso a su lado una palabra se escapa de mis labios a modo de saludo, buenas noches, para dejarla en el aire y seguir andando para salir de la habitación en la que me encuentro.

Salgo del ascensor con rostro pensativo y serio mientras Arian me increpa por las ultimas fichas movidas y paro mi andar para decir con gestos agraciados y tranquilos.

Todo juego tiene sus riesgos y mientras mas se arriesga mayor es la recompensa que este otorga.

¿Realmente crees que me descubrirá si tu me ayudas princesa?

Sigo la mirada de Ariana y veo al joven que fue bautizado como cazador, le sonrió amablemente mientras mis ojos observan sus ropas y rostro, me pongo otra vez en movimiento siguiendo a Ariana mientras le digo al joven vástago, buenas noches cazador de cazadores y sigo los pasos de la bella joven.

Alexander observa y escucha con aparente tranquilidad y desinterés los retazos de conversación entre ambos vástagos, mientras en su interior llega a estallar una carcajada al oír a dos antiguos hablar de algo tan fútil y estúpido. Pero no le cabe duda de que detrás de ése acto en apariencia trivial, se esconde una enmarañada trama de conspiraciones propia de los Camarilla que en realidad poco o nada le interesa puesto que no le incumbe.

Devuelve las miradas con intensidad a ambos, no sabría decidir cuál de los dos es más hermoso en apariencia, pero si tuviera que juzgar basándose en la actitud no tendría duda alguna.
-Buenas noches...- les saluda con tono educado y distante, tras lo cuál se levanta y se dirige al ascensor para llegar definitivamente al despacho del Príncipe.
Talmente el recorrido le recuerda a diversas cámaras de "desintoxicación" que deben ser superadas antes de llegar al laboratorio final... Piensa con una sonrisa burlona mientras el ascensor sube.

Cuando entras en el ascensor solo ves un botón que sabes es el que te llevará al despacho del príncipe y otro con una cerradura electrónica y de huella dactilar que es el que no sabes donde te llevaría pero deduces que serán los aposentos de este.

Cuando el ascensor termina de subir se habre la puerta permitiéndote ver el despacho del príncipe y a este al fondo mirando en una televisión como discuten en la calle los dos vástagos que as visto abajo, se encuentra de espaldas a ti y de pié detrás del escritorio.

El aire es suave y limpio en esta habitación, aromas a cedro y pino bañan toda la sala, la pared según en que lugar está llena de tapices, cuadros y armas de distintas épocas pero lo predominante son las armas y armaduras que datan casi todas del siglo XV, el suelo es de marmol negro tallado con el escudo de cada clan fundador de la ciudad, los cuales son el assamita, el lasombra, el ventrue, el toreador, el brujah, el tremere y el gangrel en ultima instancia todos en plata y cristal.

Dos ventanas y un ojo de buey muestran las parte norte del los reales alcazares, otra ventana da a la calle por la que entraste y por ultimo una vidriera en el techo baña con sus colores el salón del principe con la luz de la luna, pues la habitación está tenuemente iluminada.

El televisor es apagado al momento y uno de los dos cuadros de esa pared cierra la visión de este.

(Estos dos son los cuadros).

La mesa del príncipe es renacentista pero en madera caoba como el sillón tronado apartado por el y aunque antiguos aparentemente son muy cómodos y decorado todo en tallas perfiladas con plata e hilos purpuras.

Sobre la mesa destaca un portátil ahora abierto y una foto de escritorio volcada con marco de madera simple y por lo que a primera vista parece sin tallar como hecho a mano por manos inexpertas.

Al lado de la mesa un maletín y delante de esta dos sillas confortables de respaldo alto como las que el tiene, a tu derecha ves una mesa de juntas con trece sillas iguales a la que el tiene en su escritorio, cada una crees que con el símbolo de uno de los trece clanes en oro y plata a la espalda del respaldo por las que consigues ver, y tres sillas mas que no ves los símbolos pues están los respaldos mirando a la pared.

El príncipe se mantiene callado y vuelto a tu espalda sin mirarte ni decir nada.

Cuando entras en el ascensor solo ves un botón que sabes es el que te llevará al despacho del príncipe y otro con una cerradura electrónica y de huella dactilar que es el que no sabes donde te llevaría pero deduces que serán los aposentos de este.

Cuando el ascensor termina de subir se habre la puerta permitiéndote ver el despacho del príncipe y a este al fondo mirando en una televisión como discuten en la calle los dos vástagos que as visto abajo, se encuentra de espaldas a ti y de pié detrás del escritorio.

El aire es suave y limpio en esta habitación, aromas a cedro y pino bañan toda la sala, la pared según en que lugar está llena de tapices, cuadros y armas de distintas épocas pero lo predominante son las armas y armaduras que datan casi todas del siglo XV, el suelo es de marmol negro tallado con el escudo de cada clan fundador de la ciudad, los cuales son el assamita, el lasombra, el ventrue, el toreador, el brujah, el tremere y el gangrel en ultima instancia todos en plata y cristal.

Dos ventanas y un ojo de buey muestran las parte norte del los reales alcazares, otra ventana da a la calle por la que entraste y por ultimo una vidriera en el techo baña con sus colores el salón del principe con la luz de la luna, pues la habitación está tenuemente iluminada.

El televisor es apagado al momento y uno de los dos cuadros de esa pared cierra la visión de este.

(Estos dos son los cuadros).

La mesa del príncipe es renacentista pero en madera caoba como el sillón tronado apartado por el y aunque antiguos aparentemente son muy cómodos y decorado todo en tallas perfiladas con plata e hilos purpuras.

Sobre la mesa destaca un portátil ahora abierto y una foto de escritorio volcada con marco de madera simple y por lo que a primera vista parece sin tallar como hecho a mano por manos inexpertas.

Al lado de la mesa un maletín y delante de esta dos sillas confortables de respaldo alto como las que el tiene, a tu derecha ves una mesa de juntas con trece sillas iguales a la que el tiene en su escritorio, cada una crees que con el símbolo de uno de los trece clanes en oro y plata a la espalda del respaldo por las que consigues ver, y tres sillas mas que no ves los símbolos pues están los respaldos mirando a la pared.

El príncipe se mantiene callado y vuelto a tu espalda sin mirarte ni decir nada.

Como puedes comprobar esta es más o menos mi hora de entrada y te escribo este mensaje rápido y veloz porque me requieren en el briefing cuando termine iré a desayunar y después volveré aquí a ver si mi ángel de la noche ha posteado en su party para seguir jugando.

Un beso.

Alexander entra en el despacho silenciosamente, puesto que al calzar bambas éstas no hacen resonar el suelo marmóleo.
Contempla el símbolo de Brujah que se encuentra en él con una pequeña sonrisa para enseguida alzar la vista hacia la pantalla de televisor que muestra a los dos antiguos con su absurda discusión sobre planes de... de todos modos enseguida es ocultada por un bello cuadro representando a Caín y Abel, o eso supone porque en realidad no lo conoce y no es experto en arte pero sigue gustándole más la copia de doble cuadro que tiene en su piso de "La creación del mundo" de El Bosco...

Aún así cabe decir que el despacho es hermoso cómo pocos, la primera vez que lo vio llegó a sorprenderle de verdad, aunque pecando de ostentosidad cómo siempre. Parece cómo si fuera obligatorio usar el oro y la plata para demostrar poder financiero, lo cuál le parece absurdo y algo arcano pero por suerte éste Príncipe aún tiene su respeto.

-Señor...-se limita a saludar escuetamente con una inclinación de cabeza, demostrando respeto pero no sumisión, esperando que tome la iniciativa de girarse y proponerle asiento para proseguir la conversación. Protocolos, protocolos... siempre lo mismo.

Me quedo en silencio unos minutos pensativo sin mover un ápice de mi cuerpo, me llevo la mano al bolsillo y saco algo de este observándolo con detenimiento, vuelvo a meter lo que sea que saqué del bolsillo en su sitio y me doy media vuelta, mi rostro es duro y mi mirada ceñuda, te miro pero es como si mirara mas allá, otro tiempo u otro lugar.

Mi mirada cambia cuando empiezo a observarte ahora a ti, se vuelve cordial y tranquila, atraigo hacia mi el sillón y me siento en el no sin antes hacer un movimiento con la mano mientras digo, siéntate por favor, mi voz en melodiosa y melancólica, tiene dejes de cansancio pero mi rostro no lo muestra en ningún momento, mis movimientos mientras me siento son seguros y tranquilos y observas como cierro el portátil sin mirar lo que pudiera estar viendo con anterioridad.

Te vuelvo a observar para ver si te sientas y notas que mi mirada es algo calculadora como intentado ver que movimientos pueden ser débiles y cuales no, se podría decir que eres el centro de atención ahora mismo pues eres escrutado con minuciosa atención.

Alexander se acerca a una de las sillas dispuestas frente al escritorio de Sven, sentándose calmadamente mientras le devuelve una mirada segura y orgullosa, con movimientos casi tan calculados cómo los de él aunque probablemente no tan perfeccionados. Posa las manos con las palmas abiertas sobre sus rodillas en un gesto de cierta confianza mientras apoya su espalda en el respaldo, erguido y con porte elegante.

-Usted dirá, sin duda se tratará de algo importante...- dice con tono controlado y "profesional", pues al fin y al cabo está acostumbrado a tratar ése tipo de "negocios" aunque se pregunta si realmente será éso... Bueno, ¿por qué otro motivo iba a requerir su presencia Sven? Espera su respuesta y parte de la explicación con expectante atención.

Se te queda mirando unos segundos a los ojos y se levanta para acercarse a un mueble bar y frigorífico mientras dice, ¿una copa? Sin esperar a que contestes coge dos copas de cristal de boemia tallado y tintado en algunas tallas y las llena de sangre de una botella cerrada casi como si de un buen vino se tratara.

Se gira con pasos seguros se acerca a donde estás tu mientras dice, esta sangre es de las de mejor origen que he conseguido nunca, después te tiende la copa de su izquierda mientras dice, necesito de ti una pequeña investigación, esta vez no será una simple cacería.

Después si la coges te la da y si no la posa en la mesa mientras anda con paso tranquilo asta ponerse a tus espaldas.

Entonces escuchas su voz otra vez, vistes quienes salieron ¿verdad? ¿Sabes quienes son? Hace una pausa y prosigue, ella es la princesa de Huelva y el mi amigo Didier el antiguo del clan Toreador al que seguro que si conoces, la palabra amigo te ha sonado un tanto irónico pues su voz cambia unos segundos para seguir diciendo con el tono habitual, pues bien ellos tienen dos cosas que me interesa que me consigas y que no darán por las buenas, vuelve a andar asta sentarse en su asiendo y mirarte otra vez a los ojos mientras prosigue, una daga muy antigua llamada daga del recipiente y un fragmento del libro de Nood y eso es lo que quiero que caces para mi.

Alexander sigue con la mirada al Príncipe sin interrumpirle ni hacer interrupciones mientras él habla, dejando que deposite la copa en el escritorio puesto que a pesar de parecer maleducado no va a correr un riesgo tan innecesario cuando ni siquiera él está bebiendo. Y de todas formas no lo haría, no hay forma más fácil y traicionera de vincular a alguien... ¿fiarse de un ventrue? No está tan loco, al menos todavía.

Tras unos segundos de reflexión en los que se limita a devolver la mirada a Rodrigo aunque en realidad enfrascado en sus propios pros y contras empieza a hablar.
-Sin duda no estoy acostumbrado a "trabajos" de ésta índole, y por tanto no puedo darle garantías de que consiga llevarlo a cabo con éxito, sin embargo si puedo darle mi palabra de que no sería delatado a menos que manipularan mi mente de forma extremadamente precisa...- vuelve a producirse un pequeño silencio.

La misión en sí es arriesgada, en realidad mucho. No es que le importe demasiado pero si debe morir preferiría que fuése en un combate directo cara a cara con su oponente... De todas formas el "pago" puede llegar a ser suculento y hay algo que necesita ahora: información.
-Cabe decir que dada la naturaleza singular de su encargo y los riesgos que éste conlleva, me gustaría obtener parte de mi pago por adelantado...- deja la frase en el aire, permitiendo que el Príncipe sospese las posibilidades mientras él apoya los codos en los reposabrazos y junta las yemas de sus dedos en actitud calmada y pensativa.

Sonrio ante lo propuesto por el neonato brujah de un adelanto mientras me recuesto pensativo en el sillón, los segundos pasan y me mantengo callado, observando, tranquilo, mi rostro callado no muestra ninguna hemoción.

Cuando aún no han concluido ni dos minutos digo, bien es lo justo siempre y cuando sepa el precio sea tambien justo, callo unos segundos y mi voz cambia a un tono de advertencia, pero cuidado te advierto que lo justo efimero.

Observo tu copa intacta y doy un leve trago a la mia mientras te miro por encima de esta sin aparatar los ojos de tu rostro, clavandolos en los tuyos.

Cuando termino de beber digo mirando la copa, no temas jamás sería tan estupido de vincular a nadie de esta manera, hago una pequeña pausa y digo sonriendo, perdería credibilidad ante todos.

Después callo denuevo para seguir diciendo por último, y bien ¿Cual es tu precio?

Sonrío ante lo propuesto por el neonato brujah de un adelanto mientras me recuesto pensativo en el sillón, los segundos pasan y me mantengo callado, observando, tranquilo, mi rostro callado no muestra ninguna emoción.

Cuando aún no han concluido ni dos minutos digo, bien es lo justo siempre y cuando el precio sea también justo, callo unos segundos y mi voz cambia a un tono de advertencia, pero cuidado te advierto que lo justo efímero.

Observo tu copa intacta y doy un leve trago a la mía mientras te miro por encima de esta sin aparatar los ojos de tu rostro, clavándolos en los tuyos.

Cuando termino de beber digo mirando la copa, no temas jamás sería tan estúpido de vincular a nadie de esta manera, hago una pequeña pausa y digo sonriendo, perdería credibilidad ante todos.

Después callo de nuevo para seguir diciendo por último, y bien ¿Cual es tu precio?

Alexander sigue en la misma posición tranquila, talmente cómo si fuera un duelo de "compostura", y de momento es obvio que ninguno de los dos va a bajar la guardia, siguen escrutándose con la mirada aunque es obvio que Rodrigo y su auspex juegan con ventaja.
Cuando el susodicho bebe de la copa él también coge la suya y la prueba, con un corto y y silencioso sorbo.

-El precio es información... Seguramente a usted no le suponga mucho problema a menos que tenga algún tipo de pacto con los afectados, estoy seguro de que tiene localizados y "registrados" a todos los vampiros de la ciudad, a menos que sean Sabbats escapados de su mano pero aún así ése número sería mínimo, ¿no es así?- une pequeña sonrisa se dibuja en sus labios, en cierto modo su mirada se torna algo más desafiante.