Partida Rol por web

Alexander queda sin duda entre sorprendido y divertido por ver uno de ésos carruajes por ésa zona, sin embargo su perplejidad aumenta cuando el cochero le abre la puerta invitándole a subir.

-¿La señora Arian...?- pregunta para sí mismo haciendo memoria de las palabras dichas por el Príncipe, recordando entonces que se trata de la mujer dueña de la misteriosa daga y princesa de Huelva.
¿Le invita a él? Éso no traería nada bueno, podría apostar que lo que quiere es indagar sobre los propósitos de Rodrigo pero de todos modos sube al carruaje tomando asiento algo incómodo por llamar tanto la atención.

Cuando vas a subir al carruaje un fuerte pitido te deja atontado en el suelo tiritando mientras unos flash back se suceden vertiginosamente en tu mente uno de tras otro primero ves tu moto, para pasar rapidamente a la imagen de Angel, luego a la de una gran nave con una gran televisión de pantalla plana colgada en una pared de dimensiones tipo cine y un grupo tocando algo que te suena a renegado, después ves a una chica morena (Elena) vestida de cuero negro diciendo algo así como que la suelte, esta está encadenada a una especie de cama o camilla y mas gente que ves muy borrosos.

Por ultimo ves un camión del carrefour aparcado al lado de tu moto y de otra moto similar a la tuya las cuales están encadenadas por grandes cadenas.

Después de eso el pitido y los temblores cesan, el tipo del carruaje te mira asustado mientras te ves tumbado en el suelo al medio empapado por un charco.

Alexander se incorpora con un respingo, alarmado, mirando alrededor aún aturdido y perdido hasta que se sitúa y aparta el pelo mojado de su cara incorporándose... Demasiado extraño, jamás le había pasado algo parecido, sin embargo.... esos camiones no suelen detenerse si no es para descargar así que parece un buen intento.

-Eh... Sí, lo siento, ofrézcale mis mas sinceras disculpas a la sra. Arian, y transmítale mi palabra de que asistiré mañana a dicha reunión si todavía lo desea, pero ahora... No puedo, lo lamento- asiente para sí misma y tras asegurarse de que los kukri siguen en su lugar y no han caído al charco corre por la calle hasta... poder encontrar un taxi que le deje con mayor rapidez en el sitio que cree podría estar ese camión.

Un taxi para cuando lo llamas a voz en grito casi pues estás aún nervioso y algo tiritante por culpa de la visión que has tenido cuando entras te pregunta, ¿A dionder sieñor?

Alexander sube al taxi precipitadamente y le pide que le lleve al centro carrefour más cercano, una vez allí le pide que le espere para comprobar los alrededores.
En caso de que las motos estén ahí, le paga y le dice que se marche. Si no es asi vuelve a subir y le pide que le lleve al siguiente....

Recorres todos los centros de carrefour sin encontrar nada ni rastro de la moto y mucho menos de la gente vista en tu visión, ya casi amanece cuando terminas y la cuenta del taxi asciende a 52€.

Cuando el taxi para cerca de su casa, Alexander ya se encuentra del suficiente malhumor al no haber encontrado ninguna pista de lo que pretendía, así que cuando le dice el precio se limita a salir del vehículo cerrando la puerta con violencia para después mirarle.

-¡Lárgate de aquí!- le espeta en tono autoritario y gutural, con los colmillos sutilmente a la vista para provocar mayor temor al conductor que muy probablemente arranque alejándose todo lo posible de allí.
Alex sube hasta su pequeño piso dándose una rápida ducha y vistiéndose con ropa limpia antes de revisar el teléfono y los posibles mensajes en el ordenador para después dejarse caer en letargo en la cama.

Alexander despierta algo sobresaltado, últimamente algo no anda bien en él, no es normal, nunca había tenido sueños o pesadillas desde que fue abrazado y de hecho no es algo habitual pero además parecen más visiones que sueños, cómo su hubiera la posibilidad de que fueran reales pues al fin y al cabo la primera fue mientras estaba despierto.
Se pasa las manos por la cara y el pelo revolviéndosleo un poco, se siente mareado... En realidad ésa no es la palabra, pero su mente empieza a estar más confundida de lo que había estado en tiempo, no le gusta perder el control de sí mismo, ésa es la clave para poder seguir manteniéndose lúcido y cumplir las misiones así que se mete en la ducha intentando relajarse y despejarse un poco.

Mientras el agua le empapa otra de ésas extrañas visiones le asalta, provocando que deba sujetarse en la pared con ambas manos y los ojos abiertos de par en par. ¿Quién o Qué es él? Demasiadas preguntas y pocas respuestas pero está claro que es la clave de todo. Al principio pensaba que podría tratarse de un vástago expiado pero después de esto...

Necesita que el Príncipe le dé más detalles sobre él así que sale de la ducha vistiéndose de nuevo, revisando el teléfono y después el ordenador antes de salir para comprar una tarjeta de móvil de usar y tirar.

Ni en el teléfono ni en el ordenador encuentras nada, hoy de momento y después de semanas sin descanso no tienes trabajo que hacer a no ser que intentes retomar el trabajo que te quería proponer Ana Rico a la cual no llamaste ni nada para decir que no irías.

Sales a la calle, aún no han cerrado todas las tiendas y tu sentido común te dice que en algunas gasolineras venden tarjetas de un solo uso para móviles de todas las compañías, pero móviles reciclables solo se pueden adquirir en las tiendas especializadas y esas no están abiertas.