Partida Rol por web

Hilos invisibles

Capítulo 1: Tú ya no eres sólo tú (Wamai)

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01/10/2016, 00:37
Subira Baddhu

Subira, por su parte, mantiene puños y boca apretados durante algunos segundos más sin llegar a contestarte. Su respiración es profunda y sus pupilas están fijas en el vehículo que se aleja como si pudiera mirarlo tan intensamente como para estropearlo. Sin embargo esa capacidad no debe funcionar muy bien, porque las ruedas del cuatro por cuatro siguen escondiendo el coche tras una nube de polvo cada vez más lejana.

Las palabras de Rasul también deben ser oídas por Subira, porque le dedica una mirada fulminante. Sus pupilas parecen tan grandes que han escondido la aureola marrón que normalmente las rodea.

—A la ciudad —responde la chica con un tono que es como uno de los varazos de Muthengui. Y sabes que en esta ocasión no va dirigido a ti, sino a quien esté conduciendo. Sus palabras, más que decir «a la ciudad» parecen querer decir «lejos de nosotros».

—Tengo que ir a casa —añade de inmediato, y sin dedicaros siquiera una despedida comienza a caminar.

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01/10/2016, 00:43
Montu búh "Jimiyu"

Jimiyu por su parte lo mira todo con los ojos bien abiertos, impresionado. No parece entender muy bien qué está sucediendo. O, mejor dicho, parece entender aún menos que tú. Puedes ver cómo observa al coche alejarse, y por un momento desvía su mirada hacia Subira para luego mirar de nuevo hacia delante. Le conoces lo suficiente para saber que se está imaginando que corre, por ella. Que se mueve al menos tan rápido como uno de esos blancos que pierden siempre en las Olimpiadas, o puede que un poco más.

Sin embargo Jimiyu no llega a hacer nada. Escucha el insulto que Subira dedica al tipo del bigote y mira al suelo, aparentemente confundido. Luego, cuando su amiga anuncia que se va, tu hermano te mira durante un segundo.

—¿Qué hacemos, Wawa?

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04/10/2016, 10:59
Wamai Saád ú

Doy dos pasos sobre mi mismo, saciada su pasajera curiosidad las gentes se alejan con algo de lo que hablar. Yo frunzo media cara con el comentario del cojo, Rasul, quien parece saber que ríos suenan. Repito gesto con la posterior respuesta de Subira, quien tampoco pierde misterio sobre su hermana, ante las gentes, supongo. Pero me quedo clavado en la salida de la comunidad. Me sujeto la cintura, en jarra desganada, mientras veo como la nube de polvo se levanta ante mis impotentes narices. 

Uno no entiende — Mbuzis. Me quejo al aire. Mukuru. Pienso y busco un punto de equilibrio en la situación mirando al cielo, pero termino resoplando. Creo evidente que esto es una jugada de respetables tradiciones que no comparto sin la libertad de elegir, y si no, quiero enterarme de lo que pasa — No lo sé hermano, Wawa piensa — respondo entonces... pero desde luego, no apañar un jarrón roto a media tarde. A Wawa no le sale decir "vámonos para casa" con la cabeza gacha pensando muy a la fuerza "aquí no pasó nada ", intuyendo que no, y más, sabiendo que uno tiene una chispa de suerte remolona guardada en su bolsillo. 

Me sobo la nuca, entre indeciso y cogiendo impulso para el impulso que noto con cada segundo, cuenta y pasa. Miro el terreno que tomó el coche alejándose, y acto seguido lanzo una mirada en diagonal al camino, hacia arbustos relativamente lejanos, verdes, verde — Espera, hermano — Lo segundo que se me pasa por la cabeza es más instantaneo... ¿Y si atajo el camino que toma ese coche, campo a través, hasta el próximo cruce?

 

Ya sin decir nada, echo a correr cual javato hacia los matojos*

Notas de juego

*Si no es factible borramos la ultima frase y dejamos a Wamai delirando :p

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05/10/2016, 01:07
Montu búh "Jimiyu"

Mientras tú resoplas tu hermano cambia el peso de una pierna a otra, inquieto. Sus ojos siguen los pies de Subira como si caminasen detrás de ella. Aún así no llega a moverse de su sitio, a tu lado. Con tu respuesta él palmea los lados de sus piernas y vuelve a mirarte a ti y luego a la chica que se marcha.

—Otro tampoco —dice con un tono ingenuo que en otra situación resultaría cómico.

Los siguientes segundos los pasa más inquieto todavía, al principio mordiéndose el labio y luego cambiándolo para morderse el dorso de la mano. De nuevo busca a Subira con la mirada, aunque tus siguientes palabras hacen que emita un suspiro y se pase la mano por la cabeza, como si eso le pudiera ayudar a pensar una solución.

Jimiyu parece sorprendido en el mismo momento en que echas a correr. Y aunque su primer impulso es quedarse esperando, tal y como has pedido, no tarda en salir tan rápido como un perro escuálido que de repente descubre un trozo de carne que no está muy podrida.

—¡Tu propósito se va! —bromea, acelerando tan rápido que no tarda en ponerse a tu altura.

- Tiradas (6)
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05/10/2016, 01:59
Narrador

En cuanto te planteas la idea de echar a correr la mejor opción llega a tu cabeza con la rapidez y fuerza de un latigazo. Si el vehículo continúa en esa dirección pronto tendrá que girar casi una vuelta completa para tomar el camino que se aleja de la zona. No lo has hecho antes, pero si te das prisa a lo mejor puedes pillarles después de la curva.

Te lanzas directamente a atravesar los matorrales, y Jimiyu corre contigo. Algunas de las ramas casi secas se parten con vuestro paso y un instante más tarde tú te encuentras ya al otro lado de los primeros arbustos. Aún te queda un buen rato de carrera, pero es un principio. Tu hermano se ha quedado atrás, un poco rezagado en la lucha contra la escasa vegetación, pero te hace gestos con las manos para indicarte que continúes sin él.

Sabes que mientras corres el coche debe estar avanzando también, y debes darte prisa. No es que el tiempo corra, porque hace mucho que tu abuela te enseñó que cada uno tiene el suyo. Pero si uno quiere encontrar su destino sabes que es a fuerza de repetición*, de modo que ahora sólo puedes lanzar un pie después de otro como si hacer una y otra vez esa tarea fuese totalmente necesario. Y quizá tus pies lo sean, al menos para Nyah,

Te ves obligado a correr más de doscientas zancadas a toda velocidad. Incluso al final para ir más rápido debes dejar de ir en línea recta, cuando si no tendrías que rebasar otra zona de arbustos y dos vallas medio rotas que un día el loco Aleia quiso poner, creyéndose que así todo lo que quedara encerrado dentro sería suyo. Y lo que para él era dentro era lo que para otros era fuera, de modo que se creía rey del mundo. Aleia había muerto joven diez años atrás, pero había dejado atrás muchas historias y aquella era sólo una de ellas.

Estás a sólo unos veinte pasos del camino cuando ves el vehículo. Va rápido, y si no te das prisa pronto desaparecerá sin que la comunidad tenga otro atajo para ti. De modo que con un último empujón, sacando fuerza de las rodillas y de las piernas acabas llegando a la carretera justo en el momento en que el coche está a punto de pasar, y debe frenar de golpe para no atropellarte.

El polvo se levanta alrededor de las ruedas, y más aún con el frenazo. Llega a golpearte aún cuando está ladeándose para evitarte, y cuando el coche se detiene puedes ver que el que conduce es el más feo de los dos. El otro, el del bigote, va de pasajero en la zona trasera, junto a Nyah. Ella parece estar conteniendo el llanto y él te señala con la mano. Puedes ver su boca moverse, y no resulta muy difíicil adivinar que te estará insultando.

- Tiradas (1)

Notas de juego

*En suajili «Destino» y «Repetición» se dicen igual, «Marudio».

Aleia: Exaltado.

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06/10/2016, 12:02
Wamai Saád ú

Corro, corro y corro. Me dejo impregnar por la incipiente adrenalina que a su vez me hace olvidar momentaneamente las magias, el cansancio acumulado, y los dolores pasajeros. Enfrento la vegetación, y al escuchar a Jimiyu tras de mí, suelto un breve esbozo de sonrisa — No si puedo evitarlo – y allá voy. Salto troncos muertos mientras esquivo los vivos, no me importan las ramas, ni tampoco cruzarme con una congregación de mosquitos acosadores o atravesar un campo de zarzas si la mismísima madre tierra me lo impone. Mukuru, Wamai corre cual viento.
 
No lo frecuento, pero uno conoce estos matojos. Y no dura mucho Jimiyu, el único sonido de un par de pies me deja percibir que tras varios metros sigo la carrera en solitario. Voy rapido. Wamai es más largo. Echo mi vista fugazmente atrás para intuir los gestos de mi hermano y volver la vista al frente -espera Jimiyu-. Esquivo por pura inercia el recorrido de ese viejo cerco que Aleia decidió en el pasado, que en el futuro, hoy presente... se interpusiera en mi camino. Pero no freno, Wamai perdería el ritmo, rodeo la zona de los arbustos molestos hasta recoger la dirección adecuada mientras sigo corriendo inhumanamente. Dejo de pensar. El aire entra y sale por mi nariz mientras corto el aire con las palmas... y de pronto, por fin, noto el vehiculo. Alzo la cabeza, lo veo. Cual rayo de cielo a tierra entro en el camino – Lo tengo –. 

Un parpadeo y pierdo el equilibrio. Un golpe, quizá cruzarse en el recorrido de un 4x4 no fuese la mejor idea, pero quizá también fuese la unica. Frenó. Respiro por un insignificante segundo para alzarme tosiendo, con rapidez, tengo muchas ganas de vomitar y noto todo mi cuerpo hirviendo, pero logro atar los nervios extra.
Veo el interior del vehiculo. Por orden me quedo mirando un segundo para el hombre con cara difícil, acto seguido me fijo en la parte trasera. El macho de bigote suelta cobras por la boca.

Son dos. Uno para cada brazo, y Nyah. Sin pensarlo mucho, me acerco y trato de abrir la puerta del lado de la hembra. De estar cerrada insisto con la maneta, con la mirada, y con todo.

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08/10/2016, 01:46
Desconocido

En el segundo que pasa desde que examinas el interior del vehículo hasta que te acercas a la puerta de Nyah el conductor te mira confundido. Parece no entender de dónde has salido así, tan de repente, o si debería parar para comprobar si te ha hecho daño o por el contrario terminar de arrollarte.

Sin embargo los insultos del otro y tu manera de moverte terminan por espabilarle. Te sigue con la mirada cuando te acercas a la puerta de Nyah y al ver cómo forcejeas sin resultado con la manilla pide indicaciones al del bigote. Un instante más tarde abre la puerta y sale, quedando justo a tu lado.

Visto de cerca es aún más feo que de lejos. Su nariz es demasiado grande, sus ojos saltones y su expresión parece la de alguien que debe repartir la inteligencia de una persona normal con otras cuatro personas tan tontas como él. No dice nada. En lugar de eso se prepara para golpearte sin mediar palabra.

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08/10/2016, 01:55
Nyah Baddhu

Al abrirse la puerta puedes oír los sonidos del interior. Nyah, que te había mirado con sorpresa, ahora habla rápidamente mientras te hace gestos para decirte que te alejes. No entiendes todas sus palabras, pero las que van dirigidas a ti te hablan de peligro. Y las que van hacia el tipo del bigote son una continua súplica, pidiéndole que te deje marchar.

Sin embargo todas ellas cesan en cuanto el hombre le da un puñetazo para conseguir el silencio que no logra ni con sus amenazas ni con sus insultos. La mirada de tu amiga se clava en ti a través de la ventanilla mientras sendas lágrimas surcan sus mejillas. No llega a sollozar, pero sí parece estar implorando por dentro que pase algo, cualquier cosa, que te saque a salvo de allí.

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08/10/2016, 01:59
Desconocido

Tras dar el puñetazo a Nyah y conseguir así su silencio el tipo del bigote te ve forcejear con la cerradura. Dice algo en tu dirección, pero la ventanilla está subida y sólo percibes su voz gracias a la puerta abierta. Sin embargo no llegas a entender lo que dice. Su actitud, sin embargo, es suficientemente reveladora: se trata de una advertencia, y de una muy seria.

Lo siguiente que el hombre hace es alzar la mano, y en ella lleva una pistola. Apunta en tu dirección a través del cristal y sus ojos fríos parecen a punto de dar el último pestañeo antes de abrir fuego.

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11/10/2016, 10:34
Wamai Saád ú

Juraría que estoy en uno de esos momentos en los que mi cabeza desprende una nube de vapor. Respiro con la boca medio abierta, no quiero que se lleven a la hembra, así, pero queda claro que mi insistente taca-taca en la maneta no será suficiente para llevarla conmigo. 

Miro a un lado y otro, una y otra vez. Estoy un poco tenso, y me tiemblan los dedos. Noto la puerta del piloto abriéndose y el tipo feo saliendo por ella, es mucho más feo sin el cristal de por medio, pienso que sus padres podrían ser hermanos o algo así, pero mis ojos apenas se desvían con esta peculiar creación de la madre tierra más que para estar alerta, en primera instancia. A su vez, escucho los berridos en el interior del auto, lo que me lleva a pegar la frente al cristal para ver algo más que siluetas: Puñetazo a la hembra. Todo sucede demasiado rápido - ... - Arqueo las cejas dejando la mente en blanco, y casi en un estúpido estado de inconsciencia, ignoro el arma que me apunta llevándome las manos a la cabeza, pero sin llegar a tocarla. Aprieto los párpados con infinita energía durante un interminable segundo. Noto sonidos dispares en mi cavidad cerebral, todo, incluso Nyah, parece decirme "huye Wamai". Pero... un pequeño "click" en mi cabeza me trastoca por completo. Me cruje el estómago como cien nudos y la mirada me arde como el fuego de mil hogueras. Estoy a punto de ceder, e irme... pero...

Puñetazo...
Arma...
Tipo feo...

Pero, pero... ¿qué estás haciendo, Wamai? 

Abro los ojos, de repente, y me muevo con la intención de sorprender al tipo feo para engancharlo con fuerza, a modo escudo. Y no hablo, solo pienso... "Kukaa katika mimea, Jimiyu*" 

Notas de juego

*Quédate en las hierbas, Jimiyu

- Planteo duuuudas

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11/10/2016, 12:46
Narrador
- Tiradas (4)

Notas de juego

Resultado iniciativas:

Actúan a la vez Wamai, desconocido del bigote y Nyah.

Actúa después el desconocido de cara difícil de mirar.

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11/10/2016, 16:58
Wamai Saád ú

Pase lo que pase. No lo dudo ni medio segundo, pues en el medio siguiente busco hacer un mataleón de toda la vida. Es prácticamente imposible soltarse cuando te trincan por el cuello con un brazo y aprietan con el otro. Así lo intento con el adefesio para forzarlo a interponerse entre el coche y yo, en el acto, tan rápido como puedo.

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11/10/2016, 23:45
Nyah Baddhu

Al mirar hacia todas partes no te cuesta distinguir una sombra que se mueve en la dirección por la que tú llegaste. Probablemente se trate de Jimiyu, pero aún le queda un buen trecho para llegar adonde estás.

Mientras tanto alrededor del coche las cosas empiezan a precipitarse. Te lanzas a por aquel adefesio intentando ganar su espalda. Un beneficio de eso es que podrás dejar de verle la cara. El tipo es lento, tanto que probablemente puedas colocarte detrás de él antes de que reaccione. En el último vistazo al interior del vehículo puedes ver cómo Nyah lleva sus manos a la muñeca del tipo del bigote, intentando quitarle el arma o, al menos, desviarla mientras esta te apunta.

- Tiradas (7)
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12/10/2016, 00:34
Desconocido

Su agresivo acompañante no le presta demasiada atención. Sigue gritando como si no pudiera hacer otra cosa, pero su cabeza parece pendiente de ti. Con la mano libre trata de zafarse de ella sin mucho esfuerzo mientras que la otra, la que sostiene el arma, la mantiene alejada de ella mientras te apunta. Parece totalmente dispuesto a dispararte.

Hay algo en él que es difícil situar pero que eriza la piel de tu nuca. Probablemente sea su mirada fría y vacía, como si le importase verdaderamente poco que acabases tendido en el suelo muerto en ese instante.

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12/10/2016, 00:38
Desconocido

El dueño de ese rostro que parece dibujado por un niño lleno de rencor, por su parte, está totalmente dispuesto a lanzarse a por ti. Sus puños están apretados a ambos lados de su cuerpo y toda su determinación es la de descargar un par de fuertes puñetazos contra tu cara. Quizá quiera igualarla a la suya, aunque ni golpeándola desde ahí hasta el lago envenenado podrías parecerte a él.

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12/10/2016, 00:41
Narrador

Las cosas suceden tan deprisa que es difícil decir quién hace qué primero, Tú vas a por aquel que está más cerca, consiguiendo rodearle, pero antes de que lo termines de inmovilizar el sonido de un disparo hace levantar el vuelo de una bandada cercana de avefrías.

Puedes sentir un denso calor recorriéndote mientras agarras al tipo. Proviene de tu abdomen, de unos dedos más abajo que la última costilla derecha. La bala del tipo del bigote te ha dado, y él no parece que vaya a dejar de disparar.

Mientras el calor da paso al dolor notas cómo el hombre al que has atrapado forcejea sin demasiado éxito. A pesar de tu herida le tienes bien agarrado y parece que le vaya a costar soltarse. Sólo cabe esperar que el otro tenga mala puntería la siguiente vez o este sepa parar bien las balas, porque no parece que el asunto haya sido zanjado.

- Tiradas (4)

Notas de juego

Recibes dos puntos de daño letal.

Iniciativa del siguiente turno:

-Tipo del bigote.

-Al mismo tiempo Wamai y el tipo feo (apresado, tendría que conseguir liberarse para poder hacer algo).

-Nyah.

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14/10/2016, 13:59
Wamai Saád ú

 Me muevo hacia el adefesio mientras difícilmente y por el rabillo del ojo intuyo los gestos de Nyah. Trata de poner en balanza la situación, pero el arma de fuego rompe todo amago de equilibrio. Veo la puerta delantera abierta, también de reojo, y agarro al tipo feo con fuerza. Surge el disparo. Noto como las aves huyen en masa de sus árboles mientras el calor y ajetreo del momento me hace pensar que el macho sin bolas falla su tiro, frunzo el ceño con fuerza, pero no, lo desfrunzo al darme cuenta de que esa lagartija keniana acierta conmigo. ¡Mukuru! Prefiero no mirar hacia abajo... creo que la tengo dentro.

Urgh... — Aprieto los dientes y guiño medio ojo al empezar a notar el calor del impacto. Me aguanto las ganas de dejarme caer desmayado, sería lo fácil, o abollar el capó del coche con la cabeza del tipo que sostengo, lo ideal, pero sólo mientras pienso que el macho bravo volverá a disparar, seguro. Mi reacción en caliente es tratar de apretar la nuez de su secuaz, todavía agarrándolo por la espalda, para que afloje sus zarandeos. Surgen mis enrabietadas palabras hacia la oreja de este bello ser — ¡¡Estate q-quieto!! — berreo — ¡Quiiiiieto! —.

3 pares de ojos, muy rápido, todos claros. Hago un movimiento raro, solo con dedos, mientras improviso un acto de invocación, conexión, o lo que madres sea esta bendición maldita de luces y sentimientos transitorios. Antes lo hice, Wamai puede hacerlo de nuevo. Pienso en las sensaciones más recientes con Ruth, hace unas horas. Entrecierro los ojos y lo expreso para mis afueras — uchawi —  magia — Marudio-uchawi — Invoco. Wes. Las... Californias — Wes. Wes. Wes. Aquí. Ahora — Lo intento de nuevo, pero concentrando las magias.

¡Tú, quieto! — insisto al feo, no es momento de perder la atención.

Notas de juego

- Sigo tratando de tener inmovilizado al feo, e intento una llamada astral a Wes!

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14/10/2016, 22:20
Nyah Baddhu

La primera reacción de Nyah ante el disparo es el sobresalto. Sus ojos se abren desmesuradamente y pega un bote en su asiento, incómoda. Y justo después lo primero que hace es mirar hacia fuera, buscándote, intentando ver si esa bala te ha dado y cómo.

Al ver que sigues en pie y luchando puedes notar que se tranquiliza un poco y a través de la ventanilla rota escuchas su voz suplicante.

Jomo, déjale, por favor —enuncia, intentando colocarse justo en su línea de visión para capturar su mirada y que tenga más dificultad a la hora de apuntarte—. Si le dejas iré contigo. Si le dejas me quedaré —promete. Su tono es nervioso, alterado, y notas cómo en ese punto se tiñe de llanto—. Jomo, él no ha hecho nada. Está herido. Si le dejas volver todos sabrán que eres fuerte.

Notas de juego

Jomo: lanza ardiente.

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14/10/2016, 22:27
Desconocido

El hombre al que tienes apresado continúa con su forcejeo, intentando liberarse de tus brazos tan pronto como pueda. Escucha tus palabras, pero sólo sirven para que se agite más y más. Sin embargo en cuanto ve que el tipo del coche sigue apuntándote el miedo debe extenderse por su pecho como si lo respirase, pues deja de hacer fuerza y muestra las palmas de ambas manos.

—No —suplica—. No dispares, no —insiste, aunque dirías por su voz que no tiene mucha fe en conseguir nada. Su rostro y su cuerpo se muestran como objetivos a las balas y probablemente ya se imagina con un nuevo agujero—. Espera, yo me suelto —asegura—. No dispares, no.

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14/10/2016, 22:34
Desconocido

El tipo del bigote parece desoír las palabras de Nyah. En lugar de prestarle atención intenta hacerse a un lado para tener un mejor disparo. La mano que antes estaba libre la lleva ahora también al arma, intentando así apuntar mejor. El intento de tu amiga por interponerse acaba con la pistola apuntando directamente a su hombro, y el hombre le dedica una mirada fría y fiera.

—Los muertos también dicen eso —asegura—, y lo dicen más fuerte.

En ese instante llegan las palabras de su compañero y el hombre sólo arruga un poco la nariz, como si aquello fuera una molestia del tamaño de un mosquito. Un instante más tarde vuelve a cambiar de postura para poder apuntarte, y aprovecha el movimiento para volver a abrir fuego.