Partida Rol por web

Historias de Dragones y Mazmorras. Capitulo1: ¡Traedlo vivo!

En la guarida de los Ardites

Cargando editor
15/03/2011, 15:29
Gog Barbasangre

El ceño fruncido de Gog mostraba claramente que se había perdido algo. Estaba a punto de empezar a partir piernas, y de repente, y sin mediar aviso, todo había acabado.

El guerrero enano caminaba cabizbajo, sin mediar palabras con ninguno de sus compañeros, pero murmurando cosas incomprensibles en la lengua de sus ancestros.

De vez en cuando se llevaba la mano a la cabeza, mientras se rascaba su pelirroja melena, en una clara señal de estar desconcertado.

La frustración del enano, lo pagaban los guijarros que encontraba a su paso, pues eran chutados y pateados con toda la saña posible. - Mierda de día...

Cargando editor
15/03/2011, 16:00
Alaina

Gog ya tendremos tiempo de aplastar cosas cuando no afecte a terceros

susurro alaina a el enano girándole un ojo ..

Compensaremos tu disgusto emborrachandonos y prometo que esta vez no aprovechare tu estado etílico para robarte

 

Cargando editor
15/03/2011, 16:08
Artin Gorunn

Cuando por fin el joven Lucente se hubo quitado el colgante, todo pareció volver a cómo debía ser. Mircea había hecho un fantástico trabajo convenciendo a la Reina Ardite de que no necesitaban un rey, y finalmente parecía que iban a poder marcharse sin mayores problemas.

Artin suspiró, alividada, y se dispuso a seguir a sus compañeros en silencio. Ya tendrían tempo de rememorar qué había ocurrido allí... cuando no tuvieran toneladas de tierra sobre sus cabezas.

Cargando editor
15/03/2011, 16:11
Director

 Los aventureros fueron escoltados hasta la salida, por varios ardites. No estaba muy claro que iba a ocurrir con ellos, pero el joven Lucente ya estaba a salvo y parecía que todo se había solucionado sin mayor percance. Incluso el enano parecía de mejor humor. Por fin al aire libre emprendieron la vuelta a la posada. Mircea entonaba una ligera cancion de triunfo mientras desacían el camino de regreso.

 

Cargando editor
15/03/2011, 16:17
Alaina

alaina habla sin pausa de viejas aventuras

Esta vez fue mas facil que el dia de los asesinos escarlata, ademas quien diria que un grupo con ese nombre tendria tan pocas monedas.

su mirada mira constantemente hacia atras como temiendo que las cosas no pueden ser tan faciles .

por cierto despues quien me invitara a comer? es que sigo sin ninguna moneda y una dama tiene que estar alimentada

 

Cargando editor
15/03/2011, 16:23
Gog Barbasangre

- A comer no se, pero yo me beberé toda mi bolsa!! Creo que no pasaba tantas horas seguidas sin beber desde que acorralamos a los trasgos de CuernoViejo!!

El ánimo del enano había mejorado con la perspectiva del alcohol deslizándose por su gaznate. Ya se veía ebrio sobre la mesa de la posada.

Con aquella idea en mente, hasta parecía caminar más liviano y con mayor premura.

Cargando editor
15/03/2011, 16:30
Alaina

al estar a una distancia prudencial alaina se pone a dialogar con el muchacho.

Estas bien ? tendras ya ganas de estar con tu padre no? parece que el comercio para vosotros marcha?

por una vez la intencion de la picara es más relajar al chaval que robarle

Cargando editor
15/03/2011, 16:31
Lucente

 Mi padre os lo recompensará. Esas criaturas...los ardites, nos asaltaron sin previo aviso. Casi no recuerdo nada, los caballos encabritados...Me alegro de haber salido de esa cueva.-dijo Lucente mientras caminaba con vosotros.

Cargando editor
15/03/2011, 18:00
Reithar

-Yo me alegro muchísimo de poder conseguir que te reunas con tu apdre de nuevo-añado tratando de controlar la emoción que asoma a mi rostro.

Desde que hemos salido de la guarida de los ardites no paro de sonreír pues de nuevo siento esa plenitud que me da cunaod hacemos algo por el bien de alguien.

-Alaina, ¿oiste? Nos recompesarán... no hará falta invitarte a comer, podrás hacerlo tú solita-le digo sonriente y dándole un codazo suave en plan broma-. Gog, hasta yo beberé hoy. Hoy es un día genial-continúo diciendo mientras avanzo por el camino junto a mis compañeros.

Cargando editor
15/03/2011, 21:00
Mircea Cólodrin

Interrumpo mi canto para compartir unas reflexiones:

-Lástima que no hayamos podido seguir investigando el misterio de esas criaturillas. ¿Quién fue su creador, el nombre de ese alquimista? ¿Qué le ocurrió? ¿Desde cuándo llevan esos ardites raptando gente y hechizándola? ¿Por qué viven ahí, es que acaso guardan algún tesoro? ¿Es una población controlada en número? Y ahora, ¿se atendrá el chamán a la decisión de la reina? ¿No se desatará una guerra civil?

Y hay otro misterio aún”, pienso mirando el trasluz de la maga. “No voy yo a interrogarla directamente, pero sigo pensando que ha tenido mucho que ver en el despertar del muchacho; de no haberlo hecho, catacumbas de sangre acontecieran.

Luego sigo cantando aquello de que la vida es un contratiempo.

Cargando editor
15/03/2011, 21:08
Artin Gorunn

Una vez fuera de la guarida, Artin se permite por fin que la sonrisa aflore a sus labios, y es como si no pudiera contenerla. Casi no puede creer que hayan logrado salir de la guarida de aquellos pequeños seres sin mayores contratiempos, sin que realmente mediaran las armas de por medio.

Tal es su exultación que cuando se da cuenta incluso está silbando suavamente la melodía que el bardo ha entonado, y escucha a sus compañeros hablar con el muchacho con regocijo. Las preguntas de mircea, sin embargo, además de interrumpir la cantinela la devuelven a la realidad, hablando por primera vez desde hacia largo rato.

- No estoy muy segura de qué pasará con los Ardites, el tal Kamalda parecía... muy ávido de poder, no se si me explico. - Declaró, acariciando al pequeño gato que se había subido a su hombro hacía un rato y parecía tomar el sol desde allí, acurrucado los ojos cerrados. - Pero ese ya no es nuestro problema: nacieran como naciera y estén en esas ruinas por el motivo que sea, hemos logrado sacar a Lucente de allí sin mayores problemas. Sólo me preocupa el que no pudiéramos arrebatarles ese colgante... tengo la sensación de que tarde o temprano volverán a las andadas.

Cargando editor
15/03/2011, 22:13
Marcaeus

 Y asi los compañeros volvieron felices a la posada, donde Marcaeus pudo por fin abrazar a su hijo. Aquella noticia pareció encender un fuego en su interior y aunque seguia cojeando, no parecía tan demacrado como cuando lo visteis. Se acercó despues a vosotros, apoyandose en una pierna:

Que Heironeus os bendiga, amigos mios! Carbad, ponles una cerveza o un buen vino a estos heroes. Venid y sentaos conmigo, debemos hablar de la recompensa -dijo sonrriente, acercandose a una mesa y sentandose trabajosamente.

Cargando editor
16/03/2011, 09:34
Gog Barbasangre

- Esto ya me gusta más. Dijo Gog con una sonrisa enorme detrás de su poblado mostacho rojizo. Empezaba a sentirse sobrio, y era una sensación que lo desconcertaba.

Cogiendo un baso lleno de cerveza caliente, lo alzó en dirección a sus compañeros. - Salud camaradas!! Y se lo bebió de un solo trago. La espuma resbalaba por la barba trenzada del guerrero, mientras tragaba el néctar alcohólico.

Una vez terminado su baso, volvió a llenarlo, y pasándose la mano por la boca quitó los restos de espuma de su bigote.

- Creo que es hora de explicar lo sucedido a este buen señor... Y diciendo esto, dejó que alguno de sus compañeros más diestros con las palabras narraran los hechos acontecidos.

Cargando editor
16/03/2011, 10:39
Artin Gorunn

Tras la llegada a la posada, Artin se relajó visiblemente. El mercader, exultante, los invitó a comer y beber. La maga contempló con cariño como el enano daba buena cuenta de la enorme jarra de cerveza mientras ella apenas daba un par de sorbos del aromático vino que había pedido antes de hacer la gran pregunta: ¿que diablos había pasado allí abajo? 

Artin sonrío, entre pícara y orgullosa.

- No creo que haya mucho que contar... - comenzó, agitando ligeramente la copa para que el liquido bailara ante sus ojos, el color rubí como de la sangre lamiendo las paredes que lo contenían. - Llegamos, pedimos amablemenente a la Reina Ardite que nos devolviera el chicho y nos fuimos. ¿Rápido, sencillo y limpio, no os parece? 

Desde hacía tiempo, Artin se preguntaba si su voz sonaba igual cuando ella hablaba que cuando empleaba el conjuro susurrador. Hasta el momento no lo había descubierto, y empezaba a sospechar que no, ya que el joven Lucente no parecía reconocerla cuando hablaba (algo que durante toda la agónica negociación con el adormilado muchacho había temido, y por eso no había dicho absolutamente nada hasta que habían estado lo suficientemente lejos para que el joven, si es que la reconocía, no la delatara).

Cargando editor
16/03/2011, 10:45
Alaina

en la mente de alaina solo sono una palabra que explosiono casi de manera orgasmica

recompensa!!!!!!!!

porsupuesto estimado Marcaeus! hablemos si asi le place !!!

decia alaina mientras el halcol corria por la garganta de los demas

 

Cargando editor
16/03/2011, 11:05
Marcaeus

 Lucente me ha contado que lo habeis rescatado, pero no me ha dicho mucho mas... dice que no lo recuerda muy bien. Y me alegra que asi sea, no quiero que recuerde sus estancia con esos monstruos. Pero contadme vosotros,¿que ocurrió?¿habeis acabado con esas criaturas?-pregunto Marcaeus mirandolos como un niño pequeño que espera una buena historia.

Cargando editor
16/03/2011, 12:34
Alaina

 

Las criaturas eran menos peligrosas de lo que parecían y el rescate fue fácil para gente como nosotros.

Otros seguramente habrían perecido, tuvo mucha suerte de encontrarnos.

Las criaturas querían que su hijo fuera su rey …

Alaina dejo una pausa dramática para que el bardo hablara y subiera el importe de la recompensa

Cargando editor
16/03/2011, 13:19
Reithar

La sonrisa adorna mi rostro que permanece relajado aunque tengo la sensación de que cuando ese honorable hombre se entere de que esas criaturas no han sido destruidas la recompensa se irá al garete, aunque para mi no tiene importancia sé que para algunos de sus compañeros, sobretodo para Alaina, eso será un duro golpe. Yo, me conformo con saber que ese joven ha vuelto junto a su padre.

-Todo ha salido estupendamente y volvéis a estar juntos-digo con una enorme sonrisa cruzando mi cara.

Cargando editor
16/03/2011, 20:45
Mircea Cólodrin

La posadera me está cosiendo la herida en un apartado: doce puntadas. Escucho a mis compañeros, alguna seña capto para que tenga que explicar yo alguna cosa. Dejo de morder el trapo y doy un sorbo a una bebida no alcohólica antes de hablar:

-Hace muchos años estuve prometido con una elfa de la tierra que ve nacer al sol. Su familia y ella –gente prudentísima-, más que titiriteros, ejercitaban el arte de las siluetas interpuestas entre un foco de luz y una pantalla: sombras javanesas, las llaman. Pues bien, como puras sombras vivientes y voluminosas son los captores de Lucente. Mas no sombras hechas de ausencia de luz, sino de brea solidificada, como talladas en roca plutónica. Y cuando los abres en canal, se derrama el magma, aún bullente en su interior. Es cosa indescriptible.

Su sociedad, hasta el día de hoy, ha adoptado una forma de gobierno monárquica. Un chamán, Kamalda, asesora a la pareja real. Pero el rey, hasta dónde sabemos, no ha sido jamás uno de su propia especie, sino que han ido abduciendo a peregrinos a la sazón, y, hechizándolos por medio de un colgante, entronizándolos. Descubrimos que el “antecesor” de Lucente habría sido un mediano; con toda la devoción del mundo organizaban sus exequias.

Mis compañeros son muy modestos. Por un sinfín de peligros tuvimos que atravesar, desde felinos iracundos hasta escalinatas vertiginosas, pasando por rompecabezas que harían llorar de frustración al sabio Meningetes, para irrumpir en la sala del trono y someter a las inteligencias primitivas.

Lucente –su hijo está destinado a grandes cosas, si me permite decirlo-, inspirado por nuestro espíritu indómito, pugnó en su voluntad hasta romper las ataduras mentales. A continuación, doblegándolos con nuestra mera presencia, les hicimos prometer que no raptarían a nadie más –oh, me da para componer varias canciones este momento glorioso-. Y emergimos a la luz, renacidos, cargados de experiencias. Y con heridas, claro. Ay, qué bien le habría venido a este grupo de exploradores un carro para transportar a sus heridos.

Cargando editor
17/03/2011, 11:09
Marcaeus

 Oh, una historia increible. Jamas podría agradeceroslo. He podido reunir algo de dinero, ademas de lo que llevaba encima. Se que para vosotros quizas no es mucho pero espero que podais hacer buen uso de él-dijo sacando una bolsa con monedas de oro.- Son cien monedas de oro, ademas he pagado la estancia a Carbad, con la comida que habeis consumido. Asi que mientras esteis aqui no teneis por que preocuparos.