Partida Rol por web

Historias de Seattle

1 - Un día cualquiera

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15/04/2020, 12:36
- Director -

La pieza golpeó el tablero con un sonoro ruido de madera contra madera, seguramente porque en la época en la que Raymond aprendió a jugar, los movimientos se hacían de forma más brusca que en esta época en la que la mayoría de la gente aprendía a jugar al ajedrez con máquinas electrónicas. La sonrisa de Darren al escuchar el ya familiar sonido se desdibujó ligeramente al escuchar a Raymond.

— Jaque.

El movimiento había parecido casual. Una dama desplazada en mitad de la partida que había quedado alineada con el rey negro de Darren, amenazándolo e impidiendo su enroque. Seguramente el anticuario debería haber protegido a su rey con la torre un par de jugadas antes, pero ahora no veía más salida que desplazarlo una sola casilla, impidiendo así llevárselo a la esquina en un movimiento posterior.

Su mano se desplazaba ya hacia el rey cuando las barras de cobre que colgaban junto a la puerta de entrada chocaron entre ellas.

Sí... ¿hola?... No, no te oigo. Se entrecorta... — Darren levantó la cabeza del tablero para observar al tipo que entraba por la puerta. Traje gris, corbata azul con unos dibujos que a esta distancia no conseguía distinguir. Llevaba un portafolios de cuero marrón en el que seguramente habría un iPad de último modelo y miraba su smartphone con cara de fastidio. No era el tipo de persona que formaba parte de su clientela habitual. — Creo que no tengo cobertura... ¡AHORA TE LLAMO!

Alzaba la voz como si eso fuera a ayudar a que su interlocutor le entendiera, cuando era evidente que el problema era de la señal. No es que la tienda de Darren tuviera buena cobertura de las redes móviles, pues las paredes del edificio, bastante antiguo para la zona, muy acorde al contenido de la tienda, aislaban bastante la señal, pero con Raymond por allí, no había ninguna posibilidad de que el teléfono de última generación funcionase.

Con gesto de fastidio, el hombre guardó el móvil en un bolsillo interior de su chaqueta y, por primera vez desde que había entrado, levantó la cabeza para observar la tienda. Su mirada pasó sobre los dos jugadores como si fueran dos muebles más de la tienda y sólo volvió a ellos cuando se dio cuenta de que en ese lugar estaría completamente desvalido si no contaba con ayuda.

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16/04/2020, 00:57
Raymond Grend

Raymond saboreó un poco de más su vaso de Whisky cuando la sonrisa de Darren se esfumó de su boca, no obstante la partida no estaba terminada ni mucho menos. Sabía que no debía bajar la guardia contra él, no sería la primera vez que remontaba de situaciones mucho más complicadas. De hecho, y pese a lo poco que le gustaba aquello, sabía que llevaba más partidas perdidas que ganadas contra el joven. No muchas más, cierto. Y tampoco es que llevara la cuenta, aunque sí lo hacia obviamente. pero aunque quisiera era dificil que olvidara las cosas. Además, en el fondo le encantaba el desafio. Era de las pocas personas que lograba ganarle, y esa era otra de las cosas por las que le gustaba Darren. Pese a que nunca lo confesaría, claro está.

Lo malo de todo lo bueno es que suele acabarse, y aquel día no parecía ser una excepción. El tipo que entró a la tienda interrumpiendo la partida no tenía la pinta del típico cliente de Darren. Sobre todo por toda la tecnología que llevaba encima. Volvió a dar un sorbo a su bebida y sonrió a Darren.

-Parece que te toca trabajar un poco. Tranquilo, así puedo pensar bien mis jugadas.

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16/04/2020, 09:15
Darren Rey

Curioso, cumple un encargo o viene a venderme algo - Fueron las primeras palabras que le vinieron a la mente al ver a aquel hombre cruzar la puerta, aunque viendo su actitud no tardó en descartar la primera y la última. Habían ciertas cosas que la fuerza de la costumbre acababa por enseñar. Dirige una breve sonrisa de resignación al señor Grend, asintiendo con la mirada. Deja hecho en el tablero el breve e inevitable deslizamiento del rey en lo que rodeaba el mostrador para recibir al probable cliente. Al menos su invitado tendría algo más que hacer en la espera que ojear las novedades de un género con poca rotación. No le molestaba perder contra el mago, aunque no pensaba ponérselo fácil aún con la pérdida estratégica en el retraso de su despliegue. De joven aprendió pronto a dejar a un lado su orgullo en lo que al Gran Mago Raymond Grend se refería, y aunque la balanza de victorias y derrotas debía estar razonablemente equilibrada a aquellas alturas, las primeras derrotas fueron desconcertantes y amargas. No hubiese podido llevar la cuenta ni queriendo.

Una sonrisa servicial ensayada fue su carta de presentación al visitante - Buenos días. ¿Puedo ayudarle a buscar algo? - Viendo su desesperación con el teléfono, era más que probable que agradeciera ayuda para salir de aquellas paredes cuanto antes y él estaba más que dispuesto a facilitar una venta.

Los números no estaban siempre a su favor. En una ciudad cada vez más tecnológica ciertas cosas comenzaban a dejarse atrás como si se trataran de vestigios de algo que inconscientemente no querías recordar. Pero ahí estaba su belleza. En el recuerdo. 

Si no fuese porque aquel local le pertenecía por herencia, hacía mucho que hubiese tenido que cerrar, números oficiales en mano. Después estaba el pago en favores, por supuesto. Una tarjeta de crédito sin fondo y muchos avales. Su sonrisa se amplía un poco más. - ¿Busca algo inusual para un regalo, o para usted? - Agrega con un gesto hacia una de las vitrinas mejor iluminadas para captar su atención.

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16/04/2020, 11:43
- Director -

Las tazas de café humeaban en la mesa junto a los desayunos de Mara y Jade. Adrian había estado de fiesta la noche anterior, así que se le habrían pegado las sábanas, como siempre.

Jade leía en su iPad una revista local que publicaba las más extrañas noticias que ningún periódico se dignaba a contar en sus páginas. Hasta hace unos meses la revista había tenido una versión física, pero las presiones económicas, seguramente forzadas por algunos grupos pro-lógica, la habían llevado a tener que prescindir de la imprenta y contar sólo con una publicación electrónica para sus suscriptores. Por supuesto, la escritora se contaba entre ellos. De hecho, en alguna ocasión había colaborado con algún artículo para la revista.

Mientras deslizaba los dedos sobre la pantalla electrónica, saltando un artículo sobre el avistamiento de OVNIs en el norte de la ciudad. Cuando la pantalla pasaba a gran velocidad ante sus ojos, algo llamó su atención y rápidamente tocó el iPad para bloquear la imagen.

— ¡Ah! Otro tipo ha perdido la memoria en el Puente Aurora — le comentó a Mara mientras recargaba la página.

Desde hacía tiempo sabían que algo raro ocurría en los puentes de la ciudad, pero sus investigaciones preliminares no habían llegado a ningún sitio. La presencia del agua corriente justo debajo de los puentes perturbaba las energías mágicas, lo que complicaba cualquier tipo de ritual que alguno de sus conocidos con acceso a capacidades mágicas pudiera idear, y los testigos de esos fenómentos sufrían, invariablemente, una amnesia temporal que les impedía explicar qué había ocurrido.

El wifi se interrumpió durante un momento y el iPad mostró un error en la carga de la web. Suspirando, Jade le dió al botón de recargar, pensando por enésima vez en los últimos meses que iban a tener que separar el router de la habitación de Adrian. Efectivamente el chico apareció por la puerta unos segundos después, con gesto algo somnoliento, aunque su mirada buscaba con desesperación la cafetera, esperando que sus compañeras aún no la hubieran terminado.

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17/04/2020, 11:01
Adrian Lash

La noche anterior había sido confusa. Alguien le había llamado para tomarse una cerveza y esa cerveza se transformó en dos copas y esas dos copas en un despertador desenchufado y muchas vueltas en la cama.

Por fortuna para el pelirrojo la palabra resaca no entraba en su diccionario. Le hubiese gustado que la palabra sueño tampoco entrara pero... las legañas le impedían bien con claridad el café que estaba oliendo. No escuchó bien de qué hablaban las chicas, pero es que toda su atención -que no era demasiada, la verdad- estaba centrada en la localización de un líquido negro y espeso.

Grñampfola.

Fue lo más similar a un saludo que pudo proferir. Finalmente, un lapso de un minuto después, dio con su objetivo. Se acercó a la cafetera e inspiró profundamente para que el olor llegase de sus fosas nasales a su celebro y el guantazo correspondiente de divinidad le devolviese un poco al mundo real. Lo suficiente para servirse una taza con todo lo que quedaba, posos espesos incluídos, y un plato con un par de cinnabon que se había encargado de comprar el día anterior. Miró a ambas muchachas y, como aún no era muy consciente de su entorno, preguntó.

¿Habéis cogido? Traje media docena, en el estante de arriba de la nevera.

Ni siquiera verificó cuántos quedaban cuando él cogió o si las chicas tenían ya los platos servidos. Bebió medio café de un sólo sorbo y llevó uno de esos rollos de cielo a su boca.

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17/04/2020, 11:26
- Director -

Miras un momento a Darren mientras se levanta y se dirige hacia el cliente, antes de devolver tu atención al tablero. Al hacerlo, la sombre del hijo de tu amigo se proyecta sobre la mesa y te recorre un escalofrío. Aún hoy recuerdas las extrañas imágenes que vislumbraste la única vez que le observaste con tu Visión.

La inmensa puerta de una madera oscura estaba flanqueada por dos columnas cubiertas de una piedra azul. Darren, en el centro, era a penas una figura indistinguible. La imagen se acerca, dando la sensación de que el tamaño de la puerta se reduce a toda velocidad, pero la imagen de Darren permanece al mismo tamaño. Muchas veces te has preguntado si se trata de un juego de distancias, si la puerta realmente estaba mermando, o si la silueta que era el librero crecía hasta ocupar todo el espacio de la puerta. Sea como fuere, de un instante al siguiente los rasgos de Darren se vuelven perfectamente reconocibles cuando te encuentras al fin a su lado.

El rostro de tu amigo, pues después de tantos años ya te atreves a considerarlo tal, es perfectamente reconocible... salvo por sus ojos. Completamente negros, la oscuridad parece salir de ellos, deformando todas las sombras a su alrededor y dándole un aspecto inquietante y tremendamente severo. La oscuridad que genera su mirada se extiende hacia la puerta, cubriéndola por completo.

Te fijas ahora en el fondo. Lo que en principio habías tomado por ébano o alguna madera oscura es en realidad la sombra que surge de Darren (pues te costaría describirla como una sombra proyectada de forma natural). Pero, lejos de permanecer estática, parece moverse. Según centras tu atención en ella parece agitarse cada vez más rápido, creando un remolino de oscuridad que se alarga poco a poco, transformándose en una garra.

Incapaz de observar la imagen por más tiempo te das la vuelta y corres. Escuchas una carcajada que es a la vez la voz de Darren y no lo es. Cual mujer de Lot, miras hacia atrás. La puerta se pierde en la distancia, pero la figura de Darren sigue a tu lado (¿o creciendo de forma que su tamaño parece inmutable?). Pero el rostro ya no es el de Darren, o no es sólo el suyo. Unos cuernos retorcidos parecen salir de lo alto de su cabeza, como si de un fauno se tratase, y por encima de sus hombros se vislumbran unas alas coriáceas con un espolón en sus articulaciones centrales, que se alzan sobre la cabeza, aún más cubierta en sombras, del hombre.

Tropiezas en tu carrera y el impacto contra el suelo es lo suficientemente doloroso como para permitirte retomar el control de tu Visión y cerrar el Tercer Ojo.

Notas una gota de sudor frío en tu frente, perturbado una vez más por el recuerdo, pero, haciendo gala del mismo autocontrol que normalmente te sirve para controlar tu poder, no dejas que esa emoción trascienda más allá de ese reflejo incontrolable. Levantas de nuevo la mirada para ver cómo Darren, tu amigo Darren completamente humano, llega junto a tipo trajeado y pregunta algo sobre un regalo.

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17/04/2020, 11:46
Cliente sin cobertura

El hombre parece dudar un momento y, cuando mira a Darren le cuesta un poco enfocarlo, como si estuviera más acostumbrado a mirar una pantalla plana que al mundo real. El tipo de persona que se maravilla en una sesión 3D en el cine y a quien nunca se le ocurriría subir a una montaña para ver las tres dimensiones de verdad.

— Emm, sí... es para un regalo — dice con gesto sorprendido por la perspicacia de Darren. — Para una chica, ya me entiende... Verá ella estudia cosas de esas antiguas, ya sabe. Las pirámides, los romanos y esas cosas. Había pensado regalarle una de esas imágenes de esas diosas que llevaban el pecho al aire... a ver si así la animo un poco, ¡jeje! No muy grande, creo que había alguna de este tamaño — dice enseñando el móvil.

Como si al hacerlo se le ocurriera la idea, intenta teclear la pantalla, que ahora no funiona en absoluto.

— ¡Maldito cacharro! ¿Qué le pasa ahora? Tenía buscada algunas imágenes, ¿sabe? Hay figurillas de esas que son gordas y feas... — Raymond, que por algún motivo había alejado su atención del tablero, probablemente para no aprovechar la ventaja que la dsitracción le daba en la partida, casi se atraganta con la bebida, recordando imágenes de la Diosa Madre que muchas culturas neolíticas europeas y mediterráneas usaban como amuleto de fertilidad, casi indignado al ver cómo éste tipo se refería a esas piezas de museo. — Quería alguna imagen bonita, sugerente, si usted me entiende — añade dando un golpecito con el codo a Darren, o más bien intentándolo, porque el joven se retira casualmente antes de que llegue a tocarlo.

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17/04/2020, 12:49
Darren Rey

Asiente más para sí mismo que para su cliente. En efecto, se había aproximado a sus pretensiones, aunque no así con el tipo de preocupación que llevaba a cuestas. Haciendo oídos sordos al ruido que creyó escuchar de la dirección del sr. Grend, ya estaba en movimiento identificando varias piezas que pudiesen llenar los gustos de aquel hombre mientras seguía hablando - Oh... por supuesto que lo entiendo. Faltaría más.

Y no solo eso, sino que creo saber exactamente qué necesita. - Con cuidado, alarga las manos para tomar dos objetos.

La primera era una recreación de una pieza neoclásica  junto a una columna de inspiración jónica y fuste liso emulando el soporte de un brasero. La muchacha que la acompañaba lucía unas curvas más que generosas. - Cada hombre necesita escuchar solo lo que es capaz de entender - Esta de aquí no solo es hermosa, sino que podrá llenar el ambiente de una luz envolvente con la que cautivar a su chica. Práctica y sugerente - La segunda la diosa Tara, representación hindú de la compasión, quien alcanzó la iluminación y renunció a ella para poder estar cerca de la humanidad y aliviar sus males. Está relacionada con la práctica del budismo tántrico en el que se cultiva el interior. - ¿Has escuchado hablar del sexo tántrico? pues esta es Tara, una de sus diosas madre, la que enseña con.. manos suaves.

 

Pero si lo que buscas es una auténtica Diosa... - Casi no necesitó mirar para alargar la mano y tomar un relieve colgado el la pared. La historia de aquella réplica le cosquilleaba en las yemas de los dedos.- ¡Ay de aquel a quien había honrado Ištar, la diosa caprichosa trataba cruelmente a sus amantes de paso, y los infelices desgraciados suelen pagar un alto precio por los favores amontonados en ellos. - Casi lamentaba desprenderse de aquella pieza, pero si su anterior dueño estaba en lo cierto sobre los atributos que le confería, el menor de los problemas de su comprador sería que a la muchacha le despertase la lívido. Una lección que pagaría por verle recibir.

Esta es Istar en una de sus primeras representaciones. Llamada también Inanna, Astarothn - O Lilith, la dama Carmesí, la Gran Ramera para los Thelemitas. - Diosa de la sensualidad y la pasión femenina. Reina del cielo y Señora de la tierra. - De una belleza y perfección anatómoca asombrosa, considerando el hieratismo extremo en las obras artísticas de su tiempo. - Seguía escuchando su eco.

Dejó que su cliente la observase antes de añadir - Y como es un hombre sagaz, sabrá reconocer esta oportunidad. - llevándolo hasta la vitrina de la joyería. Deja la tablilla sus manos en lo que abre la llave de la puerta de cristal, y las muestra.

- Un conjunto ganador, si me entiende. - Empleando palabras del contrario. - Me has caído bien. Sé lo que es estar en tu situación. Así que si te llevas las tres piezas te haré un 20% de descuento. - Engrosado previamente un 10. - Y le añadiré de regalo la historia de esta diosa en una tarjeta para que puedas deslumbrarla.

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18/04/2020, 15:15
Raymond Grend

Raymond se quedó unos instantes mirando el vaso, o más bien a algo más allá del mismo y este estaba sólo en el camino. Al poco sacudió la cabeza tratando de ahuyentar algunos pensamientos o recuerdos, sabiendo que no lo lograría. Así que decidió pasar aquel trago con otro más cultivado.
No obstante casi se atraganta cuando escuchó al "cliente" hacer algunos comentarios sobre "esas cosas". De no haber estado prohibido habría calcinado a aquel tipo allí mismo. Pero desistió de la idea sabiendo la cantidad de papeleo que tendría que rellenar si era el caso. Y tampoco merecería la pena.

Así que se desentendió un poco de la venta y volvió su vista al tablero.

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18/04/2020, 18:43
Cliente sin cobertura

El hombre ladea un poco la cabeza al escuchar a Darren, con cierto gesto de disgusto.

— ¿Sexo tántrico? ¿Ese en el que no te tocas? ¡Nah! No va conmigo... —  El comentario hizo que perdiera interés automáticamente en las dos primeras figuras. Contempló el alto relieve de Ištar, pero lo dejó a un lado no demasiado convencido. Darren casi suspiró aliviado, recordando lo que le habían dicho de la figura cuando la compró e imaginando el desperdicio de que la tuviera un tipo como este cliente. Se inclinó ligeramente hacia los pendientes y el colgante, evidentemente interesados.

— Bueno, si fuera por mí me decantaría por ellos... Pero creo que a mi chica le gustará más esa figura — dijo volviendo finalmente a señalar a la diosa mesopotámica. Casi pilló por sorpresa a Darren, que ya suponía que este personaje carecería por completo de empatía. — Demasiado regordeta para mi gusto, pero supongo que a ella le gustará — comentó despreocupadamente. A pesar de no estar pendiente de lo que decían, el chirrido de los dientes de Raymond casi fue audible en toda la tienda.

Darren se encogió de hombros. Un desperdicio, finalmente, pero no tenía tantos clientes habituales como para poder rechazar una venta.

¿Cuánto cuesta? — preguntó el tipo sacando el móvil antes de que le respondieran. — ¡Mierda de trasto! No voy a poder activar el NFC... — protestó en voz baja antes de recibir su respuesta, guardándolo de nuevo y sacando una cartera, en la que buscó una flamante American Express dorada. Al parecer, todo lo que le faltaba de cultura lo tenía en recursos.

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18/04/2020, 19:29
Darren Rey

Una buena elección - Le hubiese dado la clásica escusa del grosor de las paredes, pero aquel tipo no le caía lo bastante bien como para molestarse en calmar sus inconvenientes. En su lugar, la sustituyó verbalizando el susurro de la historia de aquella pieza - Perteneció al embajador sirio Faris Zain Al-Din, con cuyo país se cerraron relaciones a mediados del siglo veinte, a cambio de que el embajador estadounidense abandonara Damasco.

Una pieza llena de historia por solo 250 dólares.

Su día a día.

- Viene con una nota certificativa de su autenticidad e historia. ¿Querrá que se lo envuelva para regalo? - Alarga  la mano para sacar de detrás del mostrador el datáfono. Con el Sr. Grend por allí no podía permitirse el lujo de usar el inalámbrico, pero si se acercaba a la ventana y había algo de suerte... Si no, le tocaría salir a la calle, como tantas otras veces, para cerrar la trasacción.

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19/04/2020, 00:53
Mara Wright

Entre sus dientes Mara sostenía uno de los rollo de canela que Adrian había comprado, sus labios estaba completamente bañados en canela y glaseado mientras sus ojos recorrían las paginas que tenía frente a ella, sosteniendo en la mano su implacable rotulador rojo.

-mnnfade – masculló dando finalmente un mordisco al dulce, depositando este en el plato y dejando caer su mirada admonitoria sobre Jade – Jade...que nos conocemos – dijo por fin tras un trago de café para ayudar a pasar el trozo de bollo – aun sigue en pie tu “castigo” *¿recuerdas?

No insistió sobre el asunto, era dar alas a la descabellada imaginación de su amiga, además si quisiera investigarlo lo haría con o sin su permiso. Dejo su asiento en la barra americana de la cocina chupando los dedos manchados de glaseado para tomar su bolso y así guardar las hojas del manuscrito en el que trabajaba. ¿el puente Aurora?...pensó para sí al calcular la distancia del lugar del incidente con los puntos de interés de su vida. Estando lo suficientemente lejos como para no preocuparse pero lo suficientemente cerca como para hablar con Darren, quizá fuera otro portal abierto o algo nuevo.

-sí, cielo – respondió al somnoliento Adrian tomándolo de un hombro para plantar un beso en su mejilla – gracias, están deliciosos...ya llevo dos esta mañana – agradeció fugazmente de ese modo el gesto del chico e inmediatamente vació el contenido sobrante de su taza en una portable – prometedme que no haréis ninguna locura...como no se...ir a interrogar al pobre hombre que ha perdido la memoria o acercaros al puente vosotros solos ¿de acuerdo? - compadecía al pobre Adrian, seguro que Jade lo embaucaba para llevárselo de reconocimiento – si después del trabajo seguís con ganas de darle vueltas podemos debatirlo en la tienda pero no-vayáis-solos

A veces podía pasarse de mama gallina con Jade pero bien sabía la facilidad que tenía para meterse en líos y llevarse a otros con ella, no le gustaba ser la sensata pero de vez en cuando tenía que intentar interpretar ese papel.

Notas de juego

*mención a lo ocurrido hace tres meses; incidente de la tienda y del demonio en la universidad

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20/04/2020, 15:10
Cliente sin cobertura

El hombre mira el datáfono con expresión de no poder creerse que esa antigualla siga existiendo, seguramente ignorando por completo que el objeto que está comprando tiene miles de años más.

— Y yo preocupado por el NFC... — comenta en voz baja. — ¿Cree que será capaz de leer esa tarjeta? Si no, creo que llevo esa cantidad en efectivo...

Le cobras finalmente en metálico, aprovechando la presencia de Raymond para ahorrarte la comisión del banco por el pago electrónico, y envuelves la figura con cuidado adjuntando el certificado de autenticidad que la chica seguramente apreciará. El hombre coge el paquete y abre su cartera, en la que efectivamente se pudo ver un iPad con una de esas fundas con teclado, cuyo precio con accesorios seguramente superase los tres mil dólares. Tras guardarlo con cuidado, se despide y sale de la tienda, de nuevo con el móvil en la mano, pulsando la pantalla con gesto desesperado por haber pasado cinco minutos sin cobertura.

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21/04/2020, 09:21
Jade Ellen Keen

Jade suspiró cuando el Ipad dejó de hacerle caso. – Buenos días Adrian – saludó divertida por el aspecto desaliñado pre café. Desconectó el Ipad y lo guardó en un cajón apartado, por suerte sus compañeros de piso no eran de los destroza gadgets, pero era mejor prevenir que curar.

Tenemos que cambiar de sitio el módem, en serio – comentó mientras volvía a sentarse en la mesa junto a Mara y Adrian. No era la primera vez que lo comentaba y seguramente no fuera la última vez. Cogió uno de los rollos de canela y le dio un mordisco con cuidado para no mancharse. – Estos están de muerte, Adrian, - replicó al joven.

Sacó la lengua divertida a Mara, - No se de que me estás hablando – dijo con una mirada y sonrisa inocente, de esas que dicen que nunca había roto un solo plato. - ¿Interrogar al pobre hombre? ¡Qué buena idea Mara! – sonrió de oreja a oreja. – Además que seria un buen punto argumental para mi próxima novela… ¿Quién puede negarle a una escritora investigar un poco algunos casitos reales? – preguntó con voz de niña buena.

- Adrian, ¿te apetece hacer ruta turística por los puentes de Seattle? – preguntó con una sonrisa traviesa. ¿Qué podía salir mal? – ¿O tienes ya algún curro adjudicado esta mañana?

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21/04/2020, 09:53
- Director -

Notas de juego

Salvada por la campana. Estaba escribiendo otro post para no dejar esto colgado... No lo publico y os dejo interactuar un poco, ¿ok?

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21/04/2020, 16:00
Raymond Grend

Raymond murmuro algo de que la Inquisición española tendría trabajo en estos días, pero había que estar muy cerca suyo para poder escucharlo. Así que se concentró en el tablero de ajedrez para evitar cualquier tipo de tentación por su parte sobre el individuo que se estaba marchando de la tienda.

Sólo espero que le haya cobrado como mínimo el triple de lo que vale eso. Se lo tiene bien merecido. Le llamaría Filisteo pero sería insultar a los pobres palestinos.

Notas de juego

Yo no hago nada, que ya es mucho. Porque lo que querría hacer no puedo. XD

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21/04/2020, 16:30
Adrian Lash

La mente de Adrian estaba bastante lejos, mientras escuchaba a sus compañeras hablar. Por lo que dedujo sí habían tomado los rollos de crema y canela y sin pensarlo mucho alzó el pulgar en símbolo de victoria y remató el café. Estaba bastante claro que estaba más dormido que sediento.

Sólo entonces se puso en pie, aún quedaba un rollo pero podía esperar. Con los ojos entrecerrados se fijó en Jade, como si le costara un poco enfocarla.

¿Sí?

Había entendido algo de salir a hacer algo y que era un curro, así que le parecía perfecto.

20 dólares y pagas tú la comida.

Al fin y al cabo era una amiga y tampoco iba a abusar de ella. Sonrió entonces para girarse hacia Mara y asentir con firmeza.

Después de comer en la tienda de Darren. Llevaré donuts.

Con el índice hizo el gesto de dispararle y guiñó un ojo. Se estaba despertando por momentos.

Pero antes una ducha ¿sí? Por cierto, creo que se ha caído internet hace un rato...

Entonces, con todos los puntos claros -al menos para él- se giró encaminándose a la ducha. Se tropezó con la silla y le miró mal, como si se hubiese puesto así a propósito sólo para molestarle el camino y emitió un leve gruñido. Por fortuna sus compañeras sabían que ese proyecto de zombie se convertía en una persona civilizada después de ducharse, y más cuando había trasnochado, madrugado, o ambas. Se rascó la cabeza mientras avanzaba y casi llegando a la puerta se detuvo por un momento. Casi juraría que había dejado escapar algo importante. Seguro que se lo habría inventado. Siguió adelante.

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21/04/2020, 18:20
Darren Rey

La pose servicial desaparece en cuanto el cliente abandona la tienda, siendo sustituida por su seriedad distante habitual. 

Estaba acostumbrado a que el Sr. Grend no lo mirase directamente cuando hablaba. Al fin y al cabo se trataba de una costumbre que él también había adquirido con los años. 

Y aún cobrándole tres veces más de lo que he hecho, es probable que siguiese sintiendo que he hecho una mala venta. - La sensación imprecisa aleteaba en el borde de su percepción. Con suerte, aquello le permitiría ganarse a la estudiante de historia como cliente, más que al ignorante que tanto deseaba descubrir el alto precio por los favores amontonados. Chista con la lengua, tratando de alejar ese pensamiento de su mente en lo que guarda el dinero en aquella caja registradora mecánica con medio pie en ser considerada una pieza de museo en sí misma, para después anotar en un trozo de papel la entrada. Con el tipo de clientes que era una buena parte de sus habituales, era fácil ir dejando atrás algunas comodidades. No tarda en dirigirse a la repisa en la que había dejado a la vista las dos figuras que fueron desechadas, para devolverlas a su lugar.

- ¿Es mi turno? - Intenta pensar en la partida al acabar, repasando rápidamente la posición  del tablero y sus opciones para recuperar el terreno perdido, pero había algo más que no dejaba de aletear en el límite de su atención, como un moscón molesto. 

Resopla y lanza una breve mirada a la puerta, como si quisiera asegurarse de que aquel no sería una de aquellas improbables ocasiones en las que llegaba alguien más.

¿Le importa que abuse de su confianza y le haga una pregunta, señor Grend? - Se cruza de brazos  - Sin entrar en detalles ¿Cuales suelen ser las recomendaciones en casos... como el que estamos viviendo con Jade? - Dudaba que hicieran falta más detalles. Una mortal curiosa deseando destapar y hacer público todo lo que pudiese de la parte sobrenatural de la ciudad... a la que ya no le cabían dudas de que los dos jugadores sabían más de lo que habían querido contarle hasta la fecha. Para Darren, era la primera vez que conocía a alguien tan insistente.

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21/04/2020, 20:33
Raymond Grend

Raymond seguía con la mirada en el tablero mientras Darren volvía a la partida, aunque lo que tardó en hablar le hizo levantar la vista. Si llegar a cruzarla con el joven, pudo notar que este estaba pensativo. Algo le preocupaba y enseguida sacó el tema.

El viejo mago se recostó en la silla y cogió de nuevo el vaso, el cual movió para que el líquido en su interior diera algunas vueltas. Era bastant obvio que estaba sopesando la respuesta.

Bueno. No sería la primera persona normal, ni será la última, que averigua lo que hay más allá del mundo mundano. No hay una norma estricta en lo que se refiere al Consejo Blanco. Mientras no transgredas las reglas de la magia no les importa demasiado.
A mí me preocupa más la impetuosidad de la chica. Puede meterse en cosas muy peligrosas por su afan de conocimientos. Habría que...dirigirla un poco.

Echó otro trago y apuró la bebida.

Si se le enseña que hay cosas siniestras ahí fuera, lo mismo adquiere la madurez necesaria para salir adelante. Sin una guía...

Se encogió de hombros.

Aunque no tengo demasiada fe en estas generaciones jovenes de hoy en día, la señorita Keen viene de otra con más posibilidades. Quizás tenga suerte.

Al parecer Raymond no estaba muy optimista hoy.

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21/04/2020, 21:03
Darren Rey

- Mi religión me prohíbe ponerle las cosas fáciles - Era difícil adivinar hasta qué punto estaba bromeando - ¿Qué sabes de sus raíces? - Era llamativo escuchar un comentario tan personal al mago.