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Historias del Dominio

El viaje

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03/09/2019, 14:05
Ser Arlo Rowan

Antigua. Cuarto día de la Vieja. Mes del Padre. Año 289 A.C.

Si no es la carta en sí, Lyn. Bueno de la carta me preocupa hacer algún movimiento que pueda delatar o hacer sospechar que nuestra desaparición es alguna argucia. — Reconoció. 

—Es el cómo te preocupas por él, como haces lo imposible por protegerlo. Es la maldita sensación...la certeza en realidad—  Asumió apenado.  —de que siempre quedará un hueco en tu corazón para él. No como un amigo, sino como algo más. — Negó con la frustración del que tiene que asumir su propia impotencia. — Y lo intento asimilar, por Los Siete que lo intento. Y me siento como...todo para mí, ¿Carellyn?...todo para mí...no puedes sentir nada por nadie, sólo por mí...todo tu afecto, tu amor, todotodo, para mí.— Dijo imitando gestos de comer como un glotón. —...egoísta es la palabra. Y eso también me hace sentir horrible. Pero es que no puedo evitarlo...y lo intento. Y lo seguiré intentando.— Aseguró. —Es como...lo que sé que sentías cuando pensaste en mí casado con Aquilegia, pero peor. Y no siento nada por ella y ni siquiera he tenido nada con ella. Me entiendes, ¿verdad?. —Trató de explicar intentando poner un ejemplo que pusiera ser similar o parecido.

Y me da miedo, Lyn. Tengo miedo de ese lugar en tu corazón al que nunca voy a poder llegar. Temo que algún día sea ese rinconcito el te aparte de mí. Y eso me aterra...—Se sinceró.

Ya ves, Lyn. He luchado contra hombres de las islas, se me han congelado los pensamientos en bosques helados...y mira tú lo que realmente me aterra.— Dijo con una sonrisa y cierta ironía.

No es la carta, Lyn. No es eso. Puedes darla por mandada, porque en realidad, nada tiene que ver con ella.—

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03/09/2019, 17:04
Carellyn Flores

Antigua. Cuarto día de la Vieja. Mes del Padre. Año 289 A.C.

A medida que Arlo iba desnudando sus miedos ante ella, Carellyn se iba dando cuenta de que aquella no era una herida que pudiese curar en una noche, ni, seguramente, en cien. Y, aún así, estaba decidida a tratar de que comprendiese que no se iba a ir a ninguna parte, que sus temores eran infundados. Tomó su mano con las suyas y lo miró, triste por el dolor que destilaban sus palabras, pero con una devoción infinita. 

—Arlo... —dijo, escogiendo con cuidado lo que iba a decir—... claro que lo entiendo. No me enorgullece, pero siento ese mismo egoísmo cada vez que te miro. Y no te voy a engañar diciéndote que lord Aldern no me importa. No va a haber nada entre tú y yo que no sea auténtico. —Hizo una pausa, apretando sus manos—. Pero quiero, necesito, que comprendas que no existe nada ni nadie  en este mundo que me vaya a apartar de ti. Nunca. Porque desde que te conocí cuando sólo era una cría siempre has sido tú quien ha hecho latir mi corazón. Tú, Arlo, y nadie más que tú —sentenció—. Porque por mucho que pueda apreciar a otras personas, eres el único al que he amado y al que podría amar. Porque es tu rostro el que me ha visitado cada noche en mis sueños desde que tengo memoria. Y, mi vida, no hay ningún rincón de mi corazón que no te pertenezca porque mi corazón es el tuyo, ¿recuerdas? Una sola carne, un solo corazón, una sola alma. Ahora y por siempre —recitó las palabras con las que el septón había sellado su unión y una sonrisa tierna acudió a sus labios—. Desde siempre y para siempre. 

Levantó su mano para llevarla a sus labios y besar sus nudillos con dulzura. 

—Sé que sólo tienes palabras, que por mucho que quieras creerme tu corazón necesita hechos. Pero no me preocupa porque tengo toda la vida para demostrártelo, día tras día. —Su sonrisa se acentuó, sus ojos lo contemplaban con amor—. ¿Acaso crees que hay alguien más en el mundo capaz de hacerme crear jardines sólo por abrazarme? El mundo entero sabe que te amo de un modo absoluto. Y algún día conseguiré que tú también tengas esa certeza. 

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03/09/2019, 17:48
Ser Arlo Rowan

Antigua. Cuarto día de la Vieja. Mes del Padre. Año 289 A.C

Arlo la estuvo escuchando y dejó que tomase su mano. Sonrió al recordar lo que el septon dijo durante su enlace, pero pareció quedarse un poco descolocado, como si esperase algo más que él mismo añadió. —...y maldito sea quien se interponga entre nosotros.—Dejó un silencio que gritaba duda.—¿no?— Pudo ver entonces en sus ojos que aquella omisión le había dicho más que el resto de palabras, aunque pudiera haberse dado incluso de forma inconsciente.

Al final negó encogiéndose de hombros. —Bueno, tampoco está tan mal ser un hombre abono...— Dijo sin duda en referencia a los jardines, pero con ese aire de que fuese lo que fuese, tendría que aprender a aceptarlo.

Notas de juego

Bueno, pues tema carta parece ser que finiquitado, a no ser que quieras añadir algo. Con la dotes de persuasión de Care sbre Arlo y los consejos de su tía Rhonda probablemente vendría a continuación salseo, que podemos saltarlo si quieres y dar paso a...otra cosa. Usted decide, virgen Morgi.

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03/09/2019, 19:29
Carellyn Flores

Antigua. Cuarto día de la Vieja. Mes del Padre. Año 289 A.C.

Aquella puntualización dejó a Carellyn con la sensación de que no la estaba escuchando en realidad. O sí, la escuchaba, pero no interiorizaba lo que le decía, porque ya había dicho eso mismo que él reclamaba, aunque fuese con sus propias palabras. Eso puso un toque triste a su sonrisa, pero con un suspiro se puso de puntillas y apoyó ambas manos en su pecho para poder alcanzar sus labios. 

—Maldito sea mil veces quien intente interponerse entre nosotros —dijo, mirándolo muy seria y muy de cerca a los ojos, crispando los dedos sobre la tela de su camisa—. Porque puedes tener claro que lo mataré antes de permitir que nada ni nadie me separe de ti. 

Tal vez había sonado demasiado sombría, o demasiado intensa, pero poco le importaba en ese momento. Mantuvo aún la mirada sobre él varios segundos, esperando que sus palabras calasen en él antes de bajar los talones. 

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03/09/2019, 19:53
Lady Malora Hightower

Antigua. Cuarto día de la Vieja. Mes del Padre. Año 289 A.C.

Arlo no se vio abrumado por la determinación de las palabras de ella. Al contrario. Quizás era eso lo que necesitaba escuchar de su boca. La mirada clavada en sus ojos fue mantenido mientras la tomaba en brazos sin decir nada. Ella ya lo había dicho todo. Y la condujo al lecho igualmente en silencio. Aquella noche Arlo la amo de forma salvaje, como el agua rota que cae por una cascada; natural y sin reglas. Sin más freno que el que su deseo pudiera ponerle...y su deseo no tuvo freno.

Ambos se encontraban tumbados en la cama, abrazados y cubiertos por una fina sábana de seda, pues en Antigua las noches eran más fresca. Aquel frescor y los brazos de un Arlo que por fin parecía sentirse completo, la mecieron con dulzura. Cerró un instante los ojos antes de hablar con él del tema que aún le acuciaba poner en conocimiento de su esposo. Un tema extraño de comprender incluso para ella: Ser Dwain.

El frío se acentuó hasta parecerle peligroso. Abrió los ojos pero ya no estaba en aquella habitación. Se encontraba en un páramo de hielo, sin árboles, de noche. Una noche cerrada sin estrellas ni luna. No podían distinguirse tan siquiera las nubes. 

Una dama vestida de negro portando una capa del mismo color de fina piel, se acercaba sonriente hacia ella. Su piel era pálida, como si nunca la diese el sol. Tendría una edad similar a su tía, pero aún conservaba su belleza juvenil. Carellyn pensó en su desnudez y tapó sus vergüenzas para comprobar que portaba un vestido de oro y plata y una piel de oso blanco cubria sus hombros y caía hasta casi rozar el suelo.

—Por fin nos conocemos, Carellyn. Dwain me ha hablado mucho de ti. Casi todos los días lo hace— Saludó primeramente con las manos al frente unidas a la altura de su faldón. 

Demos un paseo, tenemos muchas cosas de las que hablar.— Propuso. —Y tú muchas preguntas que hacer, me imagino.— Advirtió por su expresión. —Soy Lady Malora Hightower, pero seguro que me has oído nombrar más frecuentemente como la Doncella Loca...o algo así.— Sonrió negando. —¿Caminamos entonces?—

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03/09/2019, 20:52
Carellyn Flores

Antigua. Cuarto día de la Vieja. Mes del Padre. Año 289 A.C.

Carellyn frunció el ceño por la molestia del frío antes de abrir los ojos. Y cuando lo hizo miró a su alrededor boquiabierta y estremecida. Se miró a sí misma y pestañeó, confusa, al ver la ropa que vestía. Esa misma confusión con la que miró a la mujer que se detuvo a su lado y un asombro que era palpable en su rostro. 

L-lady Malora —saludó, más o menos, porque no quedaba muy claro si estaba saludando o simplemente repitiendo en su ofuscación lo que ella había dicho. Se inclinó ante ella con cierta torpeza, recuperando los modales de puro milagro—. El archimaestre Paul me habló de vos —atinó a decir.

Recordó la herida que el maestre le había mostrado en su pie y el relato de su pesadilla y miró a la mujer aún más asombrada. Había supuesto que tal vez en algún momento la conocería o hablaría con ella, pero no había esperado que fuese en... ¿sueños? ¿Se había dormido? No... ¿o sí? 

¿Estoy soñando? —preguntó, apresurándose a colocarse a su lado, pues lo que menos deseaba era quedarse sola en aquel lugar—. ¿Estáis en mi cabeza? ¿Esto es... de verdad? 

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03/09/2019, 21:11
Lady Malora Hightower

Antigua. Cuarto día de la Vieja. Mes del Padre. Año 289 A.C.

Soñando, por supuesto.— Sonrió divertida por la duda de la joven. —Pero si es real que a veces soñamos...¿no convierte eso, de alguna forma, a los sueños en algo real.—

Tras caminar un poco, se detuvo. Y tomó asiento con las pierna de medio lado, invitando con un gesto a la joven a que hiciera lo mismo.

—Esto Carellyn, es el futuro. Un posible futuro. Lo que quedará si no hacemos algo. — Advirtió sobre el desierto de hielo. Miró entonces en una dirección como si intuyese que algo se acercaba.

Mira allí. ¿Los ves?. Eso es lo que nos espera a todos.— 

Carellyn se horrorizó al ver las siluetas de hombres, mujeres, niños y animales, andando sin vida acercarse a ellos. 

Tu padre...tu hermano...tu otro hermano. Los padres y hermanos, hijos e hijas de todo ser vivo en el mundo, Carellyn. — Según los mencionaba, pudo ver a su padre, o algo parecido. Sus ropas y carne putrefacta hecha jirones, andando en una multitud sin voluntad alguna. Lo mismo vio en un hombre joven que debía ser Daniel, pues aunque lleno de mugre, portaba en su pecho el colgante que hoy mismo le había comprado. Pero la visión de Arlo la estremeció sobremanera. Con un ojo colgando sobre la mejilla y un pico incrustado sobre su cabeza.

Dwain cree que eres la clave para detener todo esto. Y de eso y mucho más tenemos que hablar.— Terminó diciendo mientras los muertos parecían evitarlas como si fuesen rocas en el camino.

—Puedes hacer ese esfuerzo y no despertar como si todo fuese una pesadilla?—

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03/09/2019, 21:53
Carellyn Flores

Antigua. Cuarto día de la Vieja. Mes del Padre. Año 289 A.C.

La muchacha se sentó junto a la mujer, envolviéndose en las pieles. Se sentía sobrecogida y no olvidaba la cicatriz que el maestre había recibido en sueños, pero al menos su mente parecía rodar de nuevo tras el colapso inicial. Siguió la mirada de Lady Malora cuando señaló en una dirección y tuvo que taparse la boca con la mano al vislumbrar a esos seres caminando sin vida. 

Su mirada los contempló y su pecho se apretó en un puño a medida que iba reconociendo algunos de sus rasgos. La visión de su padre encogió su estómago. La de Daniel empañó sus ojos. Pero fue la de Arlo la que sintió como si acabasen de atravesar su corazón con una espada de hielo. 

Para cuando pasaron por su lado los labios de Carellyn temblaban de miedo y su respiración se agitaba en el previo a un sollozo. La mención a Ser Dwain hizo que pestañease, centrando una mirada a punto de desbordarse en Lady Malora. Trató de responder, pero tenía un nudo enorme en la garganta y ningún sonido salió de su boca. Apretó los labios y tragó saliva. Enderezó la espalda. Finalmente, asintió con la cabeza a su pregunta. Deseaba huir de esa horrible visión y despertar en los brazos de su esposo. Quería escapar de la pesadilla, continuar su vida. Pero el rostro del Arlo que acababa de ver se había clavado en su corazón. Si en verdad ella podía hacer algo por evitarlo... no tenía otra opción. 

Puedo —consiguió decir, con un hilo de voz. 

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03/09/2019, 22:11
Lady Malora Hightower

Antigua. Cuarto día de la Vieja. Mes del Padre. Año 289 A.C.

—Bien. Recuerda esto Carellyn. Todos ellos son hoy padres o hijos de alguien. No olvides lo que has visto. No hay casas, ni matrimonios, ni luchas de poder...nada. Esto es lo que nos espera: muerte, oscuridad y frío. Así de sencillo.— Se puso entonces en pie y se alisó el vestido mientras los muertos pasaban a su lado ignorándola igual que ella a los muertos.

—Continuemos...hay más cosas que debo mostrarte.— Comenzó a caminar, abandonando aquella marea de muerte sin voluntad que era como el cauce de un gran río.

Comencemos por el principio: naciste el séptimo día de la séptima semana del séptimo mes. Eso te convierte en alguien especial, con ciertos dones. Yo nací ese día...Dwain nació ese día.— Comenzó diciendo.

—Existe una conexión especial entre tú y Dwain, en eso no se equivoca el caballero. Sois como dos hondas de agua provocadas por la misma gota. Compartís eventos importantes de vuestra vida de forma muy similar.— Asintió.

Naciste el siete del siete del siete. Los tres sietes, como él. Tu madre fue envenenada, como la suya. Eres hija bastarda, como lo es él. Vuestros destinos y vuestras vidas están unidos de algún modo. Quizás por ello te encontró.— Habló con calma.

¿Hasta aquí alguna duda?— Preguntó con gentileza.

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03/09/2019, 23:11
Carellyn Flores

Antigua. Cuarto día de la Vieja. Mes del Padre. Año 289 A.C.

Carellyn se puso en pie rápidamente cuando Lady Malora lo hizo. Compungida, evitaba mirar los rostros que se cruzaban con ellas y se apresuró a seguir a la mujer cuando se alejó de aquello. Aún así, apenas habían dado tres pasos y ya estaba girando la cabeza, intentando distinguir de nuevo a Arlo entre el reguero de muertos. 

Volvió a mirar hacia delante al escuchar que Ser Dwain también había nacido el mismo día que ella. Pero esa sólo fue la primera revelación de muchas, pues entre ellos parecía haber una conexión mucho mayor de lo que Carellyn habría imaginado jamás. Algunas cosas que había visto en el caballero desde que lo conocía encajaban ahora. 

—Él... hizo algo. En mí —dijo, haciendo un esfuerzo por hablar—. Me desbloqueó —trató de explicar—, pero ahora no está y yo... no sé qué debo hacer. Traté de repetir lo que él me había enseñado, pero no sirvió de nada. —Negó con la cabeza. Si el fracaso con el pajarito la había puesto triste en su momento, ahora la llenaba de angustia—. Si no fuese por las flores habría pensado que él se había equivocado conmigo y todo lo había hecho él... pero entonces comenzaron a crecer. 

Cierto era que no era una duda como tal, sino más bien una exposición bastante inconexa de los hechos, pero en aquel momento eso era lo mejor que Carellyn podía hilar. 

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04/09/2019, 00:05
Lady Malora Hightower

Antigua. Cuarto día de la Vieja. Mes del Padre. Año 289 A.C.

—Te despertó, aunque no lo sabía. El sólo quería mitigar tu dolor, tu soledad, tu impotencia. Y te encontró. —  Explicó con rapidez como si apremiasen otras cosas.

Carellyn, déjame explicarte algo primero. Los nuestros tenemos un don. Cada uno distinto. Y tenemos un avatar asociado. Yo soy el cuervo...— En aquel momento, apareció salido de la noche un cuervo que se posó en su hombro. — Soy la mensajera y vidente. Mi padre es el sabio y su avatar es el búho. Ya hablarenos del resto. Pero Carellyn, Dwain es la destrucción. Su avatar, es diferente. Su avatar es el Kraken. No un kraken...ÉL Kraken.— Dejó aquello en el aire. —¿Lo entiendes? El Kraken, Carellyn, es un Dios.— Aseguró. —Ha cometido errores, pues ningún hombre está preparado para asimilar la furia del Kraken. Mira allí.— Indicó a la joven. Pudo entonces ver una batalla y a un Ser Dwain más joven consumido por la ira en su rostro. Los brazos y piernas de sus enemigos volaban a su paso. Un hombre lo desafió y como un perro rabioso se lanzó a por él. Aquel hombre era una gran espada, sin duda un caballero. Contuvo a Dwain lo que pudo hasta que rindió armas reconociéndose derrotado, pero Dwain no estaba en sí y lo decapitó. Aquella imagen tan real como si estuvieran allí, desapareció.

Mucho ha sufrido y luchado para tratar de dominarla y no ser dominado. Y lo ha conseguido, Carellyn. Para el bien de todos nosotros, lo ha conseguido.— Se congratuló de ello. —Sí es capaz de dominarla y desatarla por completo, podría arrasar reinos enteros. Imagina ese poder contra la noche. Y está de nuestra parte, eso desea.—

Su rostro se tornó entonces en preocupación. 

Pero hay un problema Carellyn. Y tú eres parte de él.— Desveló. —Lo siento. No quiero que te sientas mal por ello, pero debes saberlo y ayudarnos.—

—Es cierto que aún no hemos encontrado tu avatar, y que tienes cierto control sobre la vida. Pero no eres lo que él piensa. — Dijo con gesto de dar malas noticias y no querer hacerlo.

El cree que eres pura luz, que no tienes avatar...porque TÚ eres un avatar en ti misma.— Anunció. —Al final todo se reduce a blanco y negro, bien o mal, día o noche. Bien, todo lo malo, lo oscuro, la muerte, el horror, se ha encarnado en un ser: El Rey de la Noche. Dwain cree que tú eres su opuesto.—

Hizo entonces una pausa.

Asimila, querida...asimila.

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04/09/2019, 00:42
Carellyn Flores

Antigua. Cuarto día de la Vieja. Mes del Padre. Año 289 A.C.

Carellyn guardó silencio cuando la mujer empezó a explicarse. Le sorprendía que hablase en plural de ese modo, como si en realidad hubiese muchos como ella, como ellas, a pesar de lo que habían dicho Lady Rhonda y el maestre Paul. Más le sorprendió saber que el propio padre de Lady Malora también formaba parte de aquello. ¿Y el resto? ¿Pero cuántos eran? ¿Y si su padre estaba implicado por qué la tenían encerrada en una torre? 

Siguió el gesto de la mujer con la mirada y la visión encogió su estómago. Supo que, en algún lugar, había un niño pequeño que esperaba el regreso de su padre y se le humedecieron los ojos de nuevo. Compadecía a Ser Dwain, que para siempre cargaba con aquel peso sobre sus hombros, compadecía a ese hombre que no había merecido morir y compadecía al niño que no volvería a ver a su padre. Recogió ambas manos delante de la garganta, como si guardase la respiración que contenía en ellas. 

Cuando la imagen desapareció, volvió a mirar a Lady Malora, sacando fuerzas de las tripas para seguir escuchando y asumiendo todo lo que decía. Bajó la mirada al escuchar que ella era parte del problema y volvió a subirla cuando dijo que no era lo que Ser Dwain creía. Frunció el ceño, intentando asemejar sus palabras con el asunto de la espada que Ser Dwain aseguraba que era ella. 

—No lo comprendo. ¿Por qué soy un problema? ¿Y si no soy lo que él cree... qué soy entonces? Decidme qué debo hacer, cómo puedo ayudar a evitar... —Sus ojos se fueron hacia atrás por encima de su hombro y tragó saliva—. Ser Dwain dice que soy una espada y que soy el futuro. Eso me lo dijo también una vieja vidente. Pero no lo entiendo. —dijo, mirándola con apremio—. ¿Qué debo hacer?

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04/09/2019, 01:15
Lady Malora Hightower

Antigua. Cuarto día de la Vieja. Mes del Padre. Año 289 A.C.

No te angusties. Que no seas quien él cree que eres, no significa que no seas importante. Eres una de las pocas nacidas bajo el augurio de los tres sietes y tu destino está ligado de alguna forma al destino del Kraken.— Trató de tranquilizarla.

Carellyn, escucha bien. Dwain va a morir por ti. Porque cree en ti por encima de todo. Da igual lo que yo le diga o lo que tú misma le digas. El va a enfrentarse al Rey y va a morir. Encontrará una debilidad y nos la hará llegar, pero va a morir. Y no podemos permitirnos perderle. Porque él es más valioso que el conocimiento de esa debilidad con la que armar a los hombres.— Aseguró. —Él tiene fe en los hombres; yo no.— Dijo con determinación.

Tú puedes evitar que acuda al norte antes del enfrentamiento final. Perderle a él sería como perder veinte dragones targaryen que luchen a nuestro lado. Cuando todos estemos preparados para luchar y llegue el día, entonces sí. Entonces debe luchar como nunca lo ha hecho.— La miró fíjamente.

Mira Carellyn, yo sé que él mismo puede hacerte creer, porque de verdad así lo cree, que eres la espada de luz, el opuesto al Rey de la Noche. El avatar de la vida...pero tú sabes como yo, que no eres esa pureza. Eres especial pero no lo que él cree. Tú has mentido, deseado la muerte de otros, y quitado una vida...— Dijo mirando a su vientre. —Has sido influenciada por el Engaño, que ahora también deberíamos de hablar sobre él.—

—Eso no te convierte en monstruo. Solo es que eres una de nosotros, pero no la vida y la luz en esencia pura.— Trató de tranquilizarla.

 

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04/09/2019, 01:46
Carellyn Flores

Antigua. Cuarto día de la Vieja. Mes del Padre. Año 289 A.C.

A Carellyn todo empezaba a darle vueltas. Quiso decirle que no le angustiaba no ser importante, que bien habría preferido haber nacido cualquier otro día y no tener nada que ver con todo aquello. Poder vivir su vida tranquila, sin que los rostros de los muertos que le había mostrado se le repitiesen cada vez que cerrase los ojos.

Quiso decir muchas cosas. Pero no dijo nada porque la forma devastadora con que anunció que Ser Dwain iba a morir por ella, la dejó helada. Bajo la intensa mirada de esa mujer Carellyn creyó comprender lo que le decía sin decirlo, creyó comprender por qué ella era un problema y cómo podía evitar la pérdida del caballero. Tragó saliva despacio y pestañeó, bajando la mirada al suelo. Su mano se posó sobre su vientre y apretó los labios, dolida con la certeza de lo que había perdido.

En ese instante se sintió una persona horrible, una perversión completa de lo que Ser Dwain veía en ella, el problema por el que el caballero iba a luchar antes de tiempo. Todo cobraba sentido, el fracaso con el pajarito y las dudas del maestre. Tragó saliva despacio, asimilando lo que la mujer le estaba pidiendo, consciente de que si, como decía, daba igual lo que le dijese, sólo había una forma de que Carellyn evitase que muriese por ella: eliminar el problema. La duda era, entonces, si iba a ser capaz de hacer ese sacrificio. Y sólo tenía que pensar en lo que había visto unos pasos atrás para saber que sí. Había cierta ironía en que para ser el futuro tuviese que renunciar a tener uno. 

Levantó la mirada entonces. No sabía en qué momento había empezado a llorar, pero asintió con la cabeza.

—Lo haré —aseguró—. Evitaré que vaya al norte. No permitiré que muera por mí y tendréis a vuestro guerrero. 

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04/09/2019, 02:32
Lady Malora Hightower

Antigua. Cuarto día de la Vieja. Mes del Padre. Año 289 A.C.

—Nuestro...— Corrigió ella. —También contamos contigo para ese día.—  Aclaró. —Carellyn, también vamos a necesitarte a ti y al máximo de aliados posibles.— Aseguró. —No puedes desentenderte de ello. Ya has visto qué puede ocurrir. Y tú aunque no seas la pureza absoluta, puedes desarrollar grandes dones que serán de mucha ayuda y apoyo durante la batalla.— Dijo quedándose en silencio, esperando una respuesta en aquel páramo desierto.

 

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04/09/2019, 02:47
Carellyn Flores

Antigua. Cuarto día de la Vieja. Mes del Padre. Año 289 A.C.

—Nues... ¿qué?

Carellyn pestañeó confusa con la corrección, sacada de repente del hilo de sus pensamientos. De golpe, todo lo que había creído comprender no era como había pensado y le dio la sensación de que la mujer estaba, de algún modo, riñéndola por querer echarse a un lado. 

No, yo...  —Ni sabía qué decir. De pronto se sentía absurda, ridícula, además de la peor persona del mundo. Bajó la mirada—. No pretendía desentenderme. —Sus mejillas enrojecieron—. Temo que os entendí mal. No deseo ser un problema. 

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04/09/2019, 03:05
Lady Malora Hightower

Antigua. Cuarto día de la Vieja. Mes del Padre. Año 289 A.C.

Mira...en realidad no lo eres. En realidad es Ser Dwain que es terco como una mula. El cree eso de ti y nada lo va a hacer cambiar de opinión. Pero precisamente por eso hará lo que sea por ti, incluso morir. Pídele de corazón que se quede contigo, o que espere un tiempo, o lo que se te ocurra. Si está dispuesto a todo, como no va a apoyarte de alguna forma si se lo pides. Hazle ver que quizás no es tan importante lo que busca en el norte pero que para ti lo es que no vaya y se quede cerca para ayudarte. Recuérdale lo duro que fue para él asimilar el poder del Kraken, de su avatar, sin casi ayuda y como será para ti si eres la espada de luz.— Agitó los brazos con duda un poco a lo loco.

Lo que se te ocurra muchacha. A ti te hará caso, seguro.

Luego la miró sonriente pero con pena.

No te sientas insegura ahora, ¿de acuerdo?. No se equivocó en que eres una de los nuestros, y algún día podrás llegar a hacer grandes cosas. De hecho ya lo eres.—

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04/09/2019, 03:31
Carellyn Flores

Antigua. Cuarto día de la Vieja. Mes del Padre. Año 289 A.C.

Carellyn empezaba a comprender por qué decían que esa mujer estaba loca. Le decía que nada que ella le dijese haría a Ser Dwain cambiar de opinión y al mismo tiempo también esperaba que justamente algo de lo que dijese sirviese para eso. 

Conseguí que aplazase su viaje —dijo, aunque seguramente ya lo sabía, pues parecía saberlo todo—. Me aseguró que sólo era un aplazamiento, pero haré todo lo que pueda para que ese aplazamiento sea permanente.

Se daba cuenta del modo en que Lady Malora la miraba, como con pena, y sintió que estaba decepcionada con ella. Si había creído en lo que Ser Dwain pensaba haber visto en su interior, era comprensible, pero se sintió mal por no ser lo que querían. Con sus últimas palabras negó con la cabeza. 

Oh, no. No lo soy —aseguró, tratando de evitar de raíz cualquier otro malentendido como el de Ser Dwain—. No es inseguridad, es que no sé hacer nada, de verdad. Nada de nada. Lo del pajarito fue Ser Dwain, traté de repetirlo y no fui capaz. Y lo de las flores pasó, pero no lo hice yo. Sólo... pasó. Porque había alguien a mi lado y fueron sus emociones las que lo hicieron. Creo que no soy yo quien hace nada —explicó al fin la teoría que había ido formándose en su cabeza en las últimas semanas—. Creo que sólo son otros los que lo hacen a través de mí, pero yo sola no puedo hacer nada. —Apretó los labios un instante—. A lo mejor por eso no tengo avatar, ni nada. Tal vez pueda explicarle eso a Ser Dwain. 

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04/09/2019, 11:08
Lady Malora Hightower

Antigua. Cuarto día de la Vieja. Mes del Padre. Año 289 A.C.

—Sí, sí que lo eres.— La contradijo, pero la dejó seguir hablando.

—No, fueron las tuyas.— Volvió a contradecirla y calló rápido conteniendo la sonrisa, cuando habló de emociones.

Cuando hubo terminado, tomó su brazo con confianza para seguir caminando juntas.

Muy bien, Carellyn. Has intuido que algo tiene que ver todo esto con las emociones y en cómo sientes. Aunque hayas pensado que sean otros. Pero en realidad es dejar manar esa emoción que desata tus dones.— Explicó con tono aleccionador. 

No en todos es la misma. Como imaginarás, en el caso del caballero es la ira. Para simplificar...mejor que no se enfade.— Sonrió. —Pero en el tuyo no.— Dijo convencida. —Es cierto que Dwain tiene algo más, y ese algo es una fe inquebrantable. Su capacidad de creer le permite incluso mostrarte cosas sin necesitar estar "enfadado", descubrir cosas, como te descubrió a ti.— Agitó el brazo que sostenía de la joven, en señal de cercanía.

Si no devolviste a la vida al pájaro que comentas esa segunda vez, fue seguro porque el motivo era banal y no despertó en ti la ternura, la pena, el amor suficiente para llevarlo hasta buen puerto. — Abrió un poco los ojos en gesto de convencimiento. —Ya me contó lo del primero para asegurarme que eras de los nuestros. Y sí, su fe en ti pudo hacer que recibieras durante un instante la capacidad de hacerlo, porque recién despertada no sabrás como hacer las cosas. Pero debes creerme cuando te digo, que por mucha fe que él tenga en ti, si no pudieras hacerlo, ese pájaro no habría vuelto a la vida.— Asintió de forma interrogativa esperando un gesto de ella que la trasmitiera que lo había comprendido.

Te voy a poner un supuesto nada agradable. Imagina que uno de tus seres más queridos muriese. No debería resultarte difícil, después de lo que has visto ¿no?. Bueno Carellyn, puedo asegurarte que en ese caso tu beso lo traería de vuelta.— Explicó sin dudar. —No podemos traer de vuelta a los cuerpos descompuestos, tampoco a los decapitados. Pero al resto...— Dejó aquello sin acabar.

Vamos a hacer una cosa: trata de pensar en la persona que más ames. Pero trata de centrarte en lo que sientes por esa persona, no en esa persona en sí.— propuso.

 

 

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04/09/2019, 12:41
Carellyn Flores

Antigua. Cuarto día de la Vieja. Mes del Padre. Año 289 A.C.

Las correcciones de la mujer hicieron que Carellyn frunciese un poquito el ceño, aunque no se atrevió a protestar. Escuchó las explicaciones posteriores, disconforme, pero en silencio. Y es que si la fe del caballero era inquebrantable, la de ella se estaba desmoronando a pasos agigantados, pues era en él en quien depositaba esa fe. Tan sólo estaba cimentada de un modo precario en lo que Ser Dwain veía en ella, si eso era un error, si él se había equivocado con ella... los cimientos se tambaleaban sin que hubiese nada que los apuntalase. 

Notó que Lady Malora esperaba algún gesto por su parte y quería asentir sin más, con el único objetivo de satisfacerla. Pero al final lo que obtuvo fue un extraño aspaviento, indefinido entre un asentimiento y un encogimiento de hombros. Ella no había estado ahí, pensaba. Si hubiera estado se daría cuenta de que todo lo había hecho Ser Dwain.

Su mente se negó a imaginar lo que la mujer le pedía, bloqueando esas imágenes que querían aferrarse a sus retinas. No quería ver más muerte, no podía soportarlo. Ni siquiera en su mente. Tampoco era capaz de creer sus palabras. Si no había podido ni siquiera devolverle la vida a un pajarito tan pequeño, ¿cómo iba a ser capaz de hacer lo mismo con una persona? Se esforzó por disimular su incredulidad, pues no olvidaba la cicatriz del maestre que desvelaba que la mujer que tenía al lado era poderosa, incluso fuera de los sueños. 

Lo siguiente, sin embargo, sí podía hacerlo. Pensar en Arlo era sencillo. En cómo aleteaba su corazón cuando lo veía sonreír, en la calidez de su abrazo, en esa sensación de ternura que la invadía cada vez que se imaginaba un futuro eterno y perfecto a su lado. Respiró despacio.

Pero el pajarito que había permanecido inerte en sus manos aún seguía muy presente en su mente y una sensación anticipada de fracaso empezó a extenderse bajo su piel. No sabía qué esperaba Lady Malora que hiciese, pero su autoconfianza estaba en ese punto tan tocada que aunque lo que fuese funcionase, lo achacaría antes a la mujer que a ella misma.