Día 2: Lazo

Sin los pies ligeros del Dios mensajero, los humanos perderían el interés de comerciar y los ladrones no tendrían protección de ningún tipo. ¿Qué sería ahora de aquellos seres cuya devoción era total hacia aquel que cabalgaba los vientos? Era responsabilidad de Iris ahora el cumplir la labor de su contraparte masculina.

Cronos había detenido el tiempo una vez más, pero esta vez su impacto fue diferente. Su tiempo transcurrió tan lento que, en cuestión de un segundo, ya él había desaparecido y todos recuperaron su movilidad, aunque la sorpresa no pudo evitarse pues al mirar qué había pasado, pudieron ver una estatua nueva entre todos ustedes, la estatua de un dios cuyos bacanales alegraban los corazones de los mortales y cuya arma de conquista siempre había sido el vino. Dionisio acompañaba a la madre Gea en su cautiverio mientras la alegría y los festejos parecían despojarse de la mente de los hombres.

Todos intercambiaban miradas preocupadas mientras trataban de entender por qué estaba pasando aquello y cuando se giraron hacia los reyes del Olimpo, pudieron ver a una Hera sorprendida y a un Zeus furioso, quien se paraba en frente de ella, con su postura erguida y con la firme convicción de que cualquiera que quisiera llegar a ella, tendría que pasar por él primero. En su rostro se veía el enojo y la furia mientras que Hera respiraba agitada, algo extraño de ver en la Reina del Olimpo.

Notaron la quietud del viento y buscaron a Eolo* pero cerca de los gemelos Hipnos y Thanatos, quien trataban de moverle, pudieron ver otra estatua más la cual reflejaba la figura del dios del viento tratando de volar lejos de algún tipo de ataque pero, tal vez, no había sido a tiempo.

Las Musas entonaron una nueva canción - Corazón de bronce de interior blando. El cuerpo como prisión del alma. Esta será su arma y vuestra perdición - el harpa sonaba mientras continuaba - El tiempo ataca y el vino es ahora bronce. Esta será última canción del hijo de Zeus -.

¿Qué sería ahora de aquellos seres cuya devoción era total hacia aquel que cabalgaba los vientos? ¿ Que sera ahora de todos nosotros? Cronos había parado el tiempo... Y todo era distinto... Ya no confiábamos entre nosotros... Todos parecíamos unos extraños, pues lo que estaba pasando nos estaba afectando. Por otro lado por momento dejaba de escuchar los lloros de los niño, era un alivio, pero a la vez me ponía triste porque...Me gustaba escuchar a esos pequeños, pues siempre había una esperanza en ellos.

Ilitia estaba triste y apena hablaba con nadie...Solo miraba a la nada.

Con la mirada apagada Thanatos, respira hondo para volver a abrir los ojos justo para encontrarse con las silenciosas estatuas de más dioses. *Parece que no tardaremos mucho en saber quién es traidor y quien no, están sucediendo demasiado rápido los acontecimientos...* Con cierto aire de desconcierto mira a su lado para ver que Eolo ha sido uno de los caídos, apenas a un metro de él. Se levanta para intentar moverlo, inspeccionarlo, buscar cualquier atisbo de vida... todo es inútil. Levanta la vista para mirar a los ojos de Hipnos, una mirada larga y profunda. 

Con elegancia vuelve a sentarse. Las enormes alas se acomodan sobresaliendo por todos los lados, rodeando con un negro profundo la silueta de Thanatos. 

- Somos sus mariotas - se limitó a decir. Ya no se hace la voluntad de los dioses, ahora es su propio destino el que está en juego, el que se les escapa entre las manos... como intentar agarrar el agua. Es momento de actuar con sabiduría, cualquier paso puede suponer el fin.

Que Apolo la señalara al igual que ella lo había hecho con él, era lo más lógico y coherente del mundo. Hécate le dedicó una sonrisa, y luego centró su mirada en Asclepio. Tras unos segundos, se encogió de hombros y suspiró.

Luego desvió la mirada hacia Thanatos. - Sólo si se lo permitimos. Y yo, desde luego, haré todo lo posible para que así no sea.

Contemple la escena un poco emocionada.Note la discordia dentro de ellos y eso hizo arder mi corazon con ansia.Esas cosas me alimentaban y me hacian mas fuerte.

Pero el placer no me llegaba.Solo senti miedo  por mi misma.La caceria habia empezado y todos podrian señalar a cualquiera, y su voluntad se haria.

Me levante rapido de la silla y deje derramandose  el licor de mi copa.No podia creer que pese a todo hubieramos caido en eso.

-Buena idea!- aplaudo a todos, especialmente a los ejecutores-matemosnos unos a otros  o lo que sea esta vida de bronce.Asi quedaran menos contra los que luchar!-Digo ironicamente

-¿Y si el nuevo poder de Cronos residiera en obligarnos a matarnos mutuamente?Donde esta la confianza mutua?-Me giro hasta Zeus- Oh, padre...que haras cuando ..la discordia de Cronos entre en ti y sientas el deseo de matar  a Hera?U otro de tus hijos.Puedes prometer que nos protegeras a todos?

Me aparto un poco de ellos dolida por el acontecimiento mientros observo la estatua de Hermes.Cuan rapido era y cuan lento esta ahora.Mi vista se fijo despues en la de Eolo.Le tenia cariño al viejo viento del sur...siempre traia buenas nuevas.Y ahora no traeria nada..ni bueno ni malo.Los barcos no se moverian, ni su dulce brisa jugaria con mis cabellos en la cima del Mundo.

Apolo contempló la ejecución con gesto grave. El resplandor de Helios lo cegó y, antes de que nadie pudiera hacer nada, Hermes se mostraba más quieto de lo que jamás nadie hubiera podido imaginar. No entendía cómo se había ganado el odio de los demás, pero una cosa estaba clara, su silencio no le había ayudado lo más mínimo.

Hermes... Susurró el Dios, dedicándole unas notas que sentía vacías con la lira que le resultaba extraña al tacto. Pero los acontecimientos no acabaron ahí. Cronos volvió a aparecer, directo y letal. Apolo fue pasto de los sueños y cuando amaneció pudo ver que había dos estatuas más acompañando a las demás.

Su mirada se cruzó con Hécate. Se habían señalado mutuamente, algo irónico. Sonrió de medio lado y, sin darle más importancia, se dirigió a Hera. ¿Estás bien, mi señora? ¿Tú también has sido atacada? Le preguntó, al observar a Zeus con gesto amenazador y la expresión agitada de su mujer.

Esperó a su respuesta y después se dirigió a los demás. Han acabado con dos más sin que hayan podido hacer nada para defenderse. Los hermanos de Cronos actúan cuando nadie más puede hacerlo, por la espalda, como cobardes que son. Saben que de cara jamás podrían derrotarnos.

Helios aún seguía molesto por las palabras de Apolo, ningún dios le diría que podía a o no podía contar, pero optó por no darle más importancia al Dios de la Música pues no se la merecía. 

Luego, posó su vista en Hermes, el dios de los ladrones y comerciantes estaba muy callado, y si había alguien traicionero por naturaleza era el dios de tales oficios infames. Por ello no lo dudó, y viendo que tanto Hades como Morfeo pensaban igual que es, decidieron acabar con Hermes.

Por un momento creyó que ya se acabarían los males, que habían detectado al traidor entre ellos y todo se solucionaría, pero no fue así. Cronos paró el tiempo, y cuando volvieron a sentir que todo volvía a la "normalidad" dos nuevas víctimas aparecían ante sus ojos. Era obvio que habían errado...

Ahora una nueva elección se abría a sus ojos, era obvio que los secuaces del dios del tiempo actuaban durante las pausas de su señor, por lo que se quedó escuchando lo que decían unos y otros. No obstante cuando escuchó lo que dijo Apolo, no entendía a que se refería, por lo que en un tono altanero, fruto de su antigua disputa le dijo:

- ¿A qué te refieres con que Hera ha sido atacada? Explícate Apolo, no hace falta que mencione lo sospechoso que parece eso -dijo un tanto desconfiado, pues no se fiaba del dios tras su anterior disputa.

Todo había salido mal, no sólo no habían parado a Caos, si no que, aún por encima, tres dioses habían acabado convertidos en estatuas. Había elegido a Hermes por su silencio, no quería que se perdiera una vida, pero resultaba sospechoso.

Ahora la duda le asaltaba, ¿Cuántos titanes habría entre ellos? ¿Cómo podían saber si su elección había sido correcta? ¿Seguían vivos dentro de su cárcel de bronce?

Intentó de nuevo entrar en los sueños, pero no podía. Su esencia se había desvanecido y ya no podía comprobarlo. ¿Alguien sabe si permanecen ahí? ¿atrapados? Quizá podríamos devolverles a la vida de alguna forma. Espero que, una vez detengamos a Caos, los caídos se puedan recuperar. Se sentía bastante responsable de la desaparición de Hermes, no culpaba a Hera de su voto, al fin y al cabo el había acabado con un dios y no sabía si había acertado.

¿Quizá los votos realizados puedan darnos una pista? Tendrían que aprovechar una mala situación para encontrar una solución y empezó a pensar en diversas posibilidades. Tendría que concentrarse para encontrar un patrón.

- Relájate, Helios. - Quise hacer de intermediaria. - Apolo tiene razón, Hera parece nerviosa y Zeus muy enfadado, como si ella hubiera sido víctima de alguna amenaza, quizás incluso por parte del mismo Cronos. Dejemos que ella nos lo explique.

La táctica de Cronos parecía funcionar: empezábamos a sospechar los unos de los otros y parecíamos capaces de atacarnos entre nosotros y hacerle el trabajo sucio, o dejárselo fácil al menos.

Miro la estatua del pobre Hermes. Yo no había sospechado de él, no me siento culpable, pero veía en aquel error muchos otros que podríamos cometer antes de atrapar a los verdaderos culpables. ¿Qué harán los humanos ahora sin comercio?

Observó la muerte, observó la destrucción. Aquello comenzaba a parecerse a una guerra y sin embargo él no estaba siendo partícipe de la forma que le hubiera gustado. Se estaban minando entre ellos cayendo de lleno en el insidioso y peligroso juego que aquel perturbado de Cronos quería hacerles jugar para su deleite. No podía permitir eso, él era el dios de la Guerra y no podía caer si derrotar a Cronos en la guerra más importante de la historia. No podía permitir eso.

- Estáis demasiado impacientes, atacáis sin mirar y golpeáis a cualquier lugar, pero eso no nos hará bien. Tenemos que ser más fríos y atacar donde debamos. Si no vamos con cautela acabaremos matándonos entre nosotros sin remedio. El cobarde de Cronos se niega a presentar una batalla digna y quiere jugar con subterfugios, trampas y tretas. Ya han caído dos sin contar a Gea. Por mi parte el orden a seguir es claro buscar entre todos una forma de resolver la situación y cuando digo todos es todos, los que no aporten por mi parte pasarán a ser de los primeros en sospechar. - Tras decir aquellas palabras golpeó con fuerza el suelo sobre el que todos descansaban con su lanza un par de veces, para dar mayor eco y relevancia a lo que había dicho.

Dionosio, Hermes y Eolo… - estiró sus brazos pesadamente tras recuperar la movilidad. - … ciertamente no estamos perdiendo el tiempo.

La sangre fría con la que Hares, Morpheo y Helios habían acabado con Hermes, hacía que su corazón latiese a una velocidad que jamás había alcanzado, sus manos comenzaban a sudar como nunca antes lo habían hecho. ¿Era acaso aquello sentirse mortal? ¿Era temor a la muerte?

Los perversos titanes han actuado y han elegido a Dionisio, que poco había dicho ni hecho. - continúo tras una breve pausa – Sus razones tendrán. Tal vez sus dones nos hubiesen sido útiles para desenmascarlos.

Se paseó por delante de Zeus, pausadamente, miró de reojo a Hera, que se ocultaba detrás del omnipotente. ¿Era aquello miedo? ¿Miedo en el padre de los dioses? ¿Quien o que podía causar tal cosa?

Y Cronos se entretiene cruelmente, como alguien que arranca las patas a una simple hormiga, por divertimento, segando la vida del pobre Eolo. - se detuvo frente a sus estatua, acariciando lentamente su mejilla. - Pobre hermano, nada había que tener del dios del viento.

Prestad atención a las palabras, pero más a los silencios. Los asesinos mostraran falsa amargura e intentaran que caigamos en sus engaños.

Respirando agitadamente, apreté una mano contra el pecho. Mis ojos estaban abiertos desmesuradamente a causa de la sorpresa. El repentino ataque me había tomado con la guardia baja. Miré a los allí reunidos, acercándome a mi esposo quien parecía aún más enojado que yo. 

Respirando un poco más calmada, observé a los allí reunidos, en especial a algunos cuya actitud me empezaba a parecer sospechosa, hasta llegar donde Eris y sus funestas palabras.

- No pronostiques lo que no ocurrirá, Eris, ni pidas promesas que no se puedan cumplir. Ahora mismo no hay certeza de ninguna cosa.

Después, volví la mirada a Apolo. En otro momento una respuesta airada hubiera sido todo lo que hubiera recibido, pues de los vástagos de Zeus era uno de los que menos toleraba, pero en aquel momento no encontraba ni los ánimos ni los celos que me caracterizaban para crear una nueva discusión.

- Fui atacada - respondí directamente sin perder detalle de los presentes - sentí como si me atravesaran el pecho y mi cuerpo se convertía en bronce, mas tuve suerte de contar con ayuda. 

-Morpheo, exijo una explicación- Grito llena de furia por las acciones de mi hijo.

lanzo miradas fulminantes a los otros dos involucrados en el asesinato del dios.

-¿Hemos decidido empezar a matar antes de ser matado? podria esperar eso de la belicosa prole de Zeus pero no de mi propia descendencia-

observo todas las caras de la estancia buscando algun signo de indiferencia ante los tres dioses caidos.

-no podemos dejar que cronos domine nuestras decisiones, el proximo que actue como estos tres, me ocupare personalmente que tenga el mismo destino que sus victimas-

si los titanes han decidido eliminar la opción del alcohol para revelar la verdad solo quedan los sueño, pero ahora no estoy convencida de que sea buena idea-

Ya la confusión reinaba en el olimpo y el caos sembrado por el padre de los dioses mayores se abrió camino entre nosotros, ahora unos señalaban a otros sin discriminación alguna. Cronos estaba sacando partido de la situación....

Calmate un poco Helios, no te dejes encender por la ira.... -sonrío irónicamente, tratando de bajar un poco la ya notoria tención en todos nosotros.

Por otra parte, si hera fué atacada debería contarnos que ha pasado para así tratar de encontrar pistas en vez de atacarnos a diestra y siniestra.. no creeis?- finalizo mirando al dios de la guerra que al parecer el cambio de esencia no le había sentado mal, ahora parecía menos iracundo y mas reflexivo.

Con los ojos abiertos en una muda expresión de horror, vio sumida en el shock como Hades eliminaba a Hermes. Estaba asustada y quería buscar un lugar seguro donde pudiera refugiarse y calmar su alma, un rinconcito que le devolviese algo de la paz que parecía haber perdido. Pero esta vez no correría a buscar consuelo en los brazos de Hades... Sus actos la habían asustado. Cuando intentaba reponerse del golpe emocional, Cronos volvió a aparecer, jugando de nuevo con el tiempo...

Tras que éste se normalizase, pudo ver al igual que los demás, los cuerpo broncíneos de Eolo y Dionisio. Se llevó las manos a la boca, que impresionada había dejado escapar un leve gritito.

No era capaz de concentrarse y escuchar el murmullo de quejas, acusaciones e ideas del resto de dioses. Se sentía sobrepasada por la situación y, sin poder evitarlo, empezó a llorar en silencio.

Otras dos estatuas de bronce. Mi cuerpo tiritaba de miedo en mi interior, aunque por fuera intentaba contenerlo, no debían saberlo.

Ellos matan. Nosotros nos matamos - murmuré - Al final Chronos acabará con nosotros sin mover un dedo. Mientras hablaba no era capaz de apartar la vista de las estatuas. Menos mal que Zeus había sido rápido y había evitado otra muerte más. - ¿Que propones, Ares, dios de la guerra?- pregunté tras pensar en sus palabras

La ira llenaba su pecho al ver a su señora atacada, y antes de que el pérfido que había buscado atravesar el pecho de Hera terminará su labor, se levantó, poniéndose frente a ella, para protegerla.

- Cobardes... - Fue lo único que pudo mencionar, hasta que sintió a Hera avanzando hacía él. Se adelanto para tomarla entre sus brazos, rodeándola de un protector abrazo.- Pierden el tiempo si creen que voy a dejar que alguno de ustedes se acerque a mi esposa.- Los observó a todos y cada uno de ellos, antes de aclarar la situación.

- Uno de los aquí presentes se rodeó de sombras para atacar a Hera, pero no podrán acabar con nosotros cobijados en la oscuridad. Sépanlo bien antes de volver a intentarlo, la próxima no voy a perdonar a nadie.- Luego levantó a la reina, cargandola en sus brazos para llevarla hasta su trono, lugar donde le dejó tomar asiento para que pudiese descansar. Y encontrándose demasiado agitado aún para poder pensar con claridad, decidió guardar silencio mientras cuidaba de ella.

Atenea escuchaba paciente las palabras de los demas olimpicos, la mayoria solo argumentos que daban vueltas en circulos. Entonces escucho una petición de su sabiduria por parte de Eros, el dios que se encargaba de inspirar el amor entre los hombres. La diosa no sabia que decir, era la primera vez en la existencia que un Titan usaba semejante juego perverso para acabar con el Olimpo-Un momento-Pensó la diosa con asombro-¿Y si todo esto para el no sea mas que un juego?¿Un espectaculo para su autoentretenimiento?-Tendria mas sentido, el Titan tenia esos misteriosos poderes pero no los podia usar arbitrariamente, tenian sus limites y lo demas dependia de que los Dioses se mataran entre ellos quebrando la confianza, la poca, que existia en este conflictivo grupo de deidades.

Iba a compartir su teoria cuando nuevamente fueron presas de ataques, primero de otros dioses y luego de manos de Cronos dando como resultado final 3 bajas. Atenea al ver esto meneó la cabeza con tristeza y apoyo su frente en su cetro lamentandose, los planes de Cronos progresaban y los ataques planeados a los blancos resultaban. Atenea debia de hablar.

Poniendose en alto y majestuosa tal cual era Atenea se dirigió a sus congeneres Olimpicos:

-No puedo creer que no se hayan dado cuenta, todo esto es parte de su plan, su plan para dividirnos y luego encerrarnos. Todo esto forma parte de su "juego".

La diosa pusó enfasis en la palabra Juego por que queria que pusieran especial atención al concepto, debia iluminar sus mentes cegadas con discordia y pensaran con logica sus actos, cosa imposible para varios olimpicos pero debia tratar, debia intentar protegerlos de sus propias malas decisiones que los llevarian a ser victimas de este perverso juego por otros y el propio Cronos. Atenea se pusó a pasear serena y empezo con su explicación:

-Imaginemos que Cronos obtuviera estos nuevos poderes y con ellos ahora puede infiltrarse, engañarnos y destruirnos en una serie de cacerias silenciosas con fines desmotivantes para generar discordia. ¿Por que realiza un plan tan inecesariamente complicado? con sus habilidades mejoradas el quitarnos nuestros dones, los que nos hacen quienes somos, como el Relampago de Zeus el Grande o el talento de Efesto para crear con las inpurezas de la tierra sus artesanias, con los dones mezclados y/o arrebatados ¿que lo detiene de eliminarnos a confrontación abierta?.

Dicho esto espero unos segundos, para que los dioses pudieran asimilar la información. Terminado el plazo continúo:

-¿Que les pareceria si les dijera que Cronos no tiene libre albedrio con nosotros? ¿Y si el en realidad esta atado a unas normas de lo que puede o no puede hacer y de ahí viene la capacidad de alterar nuestros dones?. No es sorpresa que los dioses seamos prisioneros del destino, el mismo destino que llevo a los Titanes a enfrentar a los Primordiales y el que llevo a Padre y a los primeros Olimpicos a derrocar a los anteriormente mencionados. Es este mismo el que ahora ha soltado a Cronos y le ha dado el poder de someternos a este juego. Un juego donde estamos siendo puestos a prueba y en donde Cronos es verdugo a la vez que condenado, todo depende de nosotros y de lo que podamos hacer aqui y ahora. 

Hizo otra pausa, ahora llegaba a lo mas importante:

-Las reglas ya han sido explicadas, debemos encontrar a sus verdugos antes que ellos actuen en nuestra contra. ¿Por que? Por que todo forma parte del este juego ideado por el destino, viendo de lo que somos capaces y para ver quien es mas capaz, los Olimpicos o los Titanes, ahora estamos en igualdad de condiciones. Justo como Gea querria que fuera nuestra anterior guerra contra ellos, en competencia justa.

Atenea dejo su ir y venir por la camara y tomo una copa con agua, ella no era  el tipo de diosa que disfrutaba mucho los placeres del alcohol, era una diosa muy comprometida con su labores. Ya con la garganta refrescada la Diosa de las guerras de Justicia se dirigió a los demas dioses y les dijo

-¿Como podemos ganar?, Facil, probando que somos dignos de seguir siendo los que rigan a los mortales, que rigan la existencia. Estos hechos se revertiran o seguiran igual, todo depende de lo vayamos a hacer aqui y ahora.

Terminadas estas palabras Atenea guardo silencio, esperaba que los Olimpicos escucharan sus palabras y vieran como poder romper las cadenas que los ataban al destino, el mismo que seguramente libero a Cronos y le dio el poder de sembrar la discordia entre los dioses. Era un reto, pero seguramente podrian ganarlo, por algo los dioses habian estado en la supremacia por tanto tiempo, mas que por sus defectos era por su virtudes y nobleza, Atenea queria ver brillar esos dones una vez mas.

La crítica de su madre hizo que se sintiera peor. No sólo había condenado a alguien, ahora tenía la vergüenza de perder el cariño de Nyx. Su ser había actuado por su propia inercia al considerar sus sospechas sobre Hermes, no pretendía acabar con su vida, pero esa era la maldición que había tejido Cronos. Así todos se pondrían en contra de todos.

Lo siento madre, no debí haber actuado sin preguntaros primero a quién deberíamos votar. Dijo avergonzado. Sé que tenéis dudas sobre Iris y la votaré a ella si es vuestro deseo. Aunque, primero deberíamos saber por que motivo dudáis de ella. Ya he elegido una vez, si he errado será un precio que tendré que pagar toda mi vida, no quisiera pagarlo por duplicado.

Meditó entonces sobre las palabras de Zeus. ¿Una sombra había atacado a Hera y el había podido pararla? Zeus aún era poderoso, incluso en este estado, habiendo perdido su esencia. Quizá aún hubiera una oportunidad de vencer contando con él en su bando. Aunque estaba deprimido por los sucesos actuales y una sombra de duda se alargo en su cara.

Entonces habló Atenea, el cambió de las esencias no había perturbado su sabiduría. Sus palabras eran tan sabias como cabría esperar. Aunque no llamaría a esta tortura como si fuera un juego, estaba claro que Cronos la veía así.

Entonces, sabía Atenea, ¿debemos encontrar a los espías de Cronos y acabar con ellos? Yo estuve cavilando sobre ello, y creo que los votos pueden darnos algunas pistas de quién no es un espía. Por ejemplo, aquellos que han votado por alguien que Cronos ha transformado en estatua podrían no ser espías, dado que su voto no iría a por una victima. ¿No es así? Pensó durante un instante en lo que acababa de decir, y continúo. Llevaba un rato pensando en ello, pero sabéis que mi mundo son los sueños y ya no sé si mis cavilaciones son realistas o fruto de un estado onírico permanente.

Después de meditar durante un rato más largo, consideró que llegaba a una buena idea. Quizá podríamos decir a quien vamos a votar y el motivo por el que consideramos que es un espía. Así podríamos dirigir nuestros votos a alguien sospechoso y no al azar.

Esperaba haber sido claro, pero sabía muy bien que eso era difícil para él. Era una de sus pequeñas cargas, los sueños no podían ser claros, si no, sería aburrido.

Al ver las estatuas de bronce, un frío de muerte recorrió todo mi ser, el miedo ante una amenaza invisible era mayor que el que podía presentar un enemigo que se presentara frente a uno mismo.

-Pero...no hay amenaza invisible...aquellos que intentan matarnos están frente a mi...

Miré a los dioses, lentamente, todos actuaban extraños, incluso Zeus, cualquiera podría intentar matarme...no podía permitirlo.

Una nueva emoción sustituyó al miedo, no quería jugar bajo las reglas de cronos pero si ese era el único camino para seguir vivo lo haría, mataría a cualquiera de los dioses del Olímpo.