Partida Rol por web

El tiempo corría nuevamente y todos recuperaron la consciencia de sí mismos cuando recordaron los gritos de Rea. La buscaron y pudieron verla encerrada en lo que parecía una jaula de oro, hecha de los restos del trono de oro de Hera, el cual su propio hijo había forjado para ella. Parecía estar bien pero seguía siendo una prisionera.

Luego, pudieron escuchar el bramido de Hipnos, quien miraba sorprendido una estatua, la estatua de su madre, la cual había perecido esta vez.

Las musas cantaban una canción para despedir a la noche, dejando a Helios como única estación para los humanos. Tal vez no dormirían y estarían activos cada día, cada eterno día, sin buscar regocijo en el manto de la oscuridad nocturna.

Rea los miró preocupada al ver esto y dijo - Esto... Esto es solo un juego para él. Solo eso - bajó la mirada triste y guardó silencio.

Lo sucedido el día anterior con Hefesto le sorprendió, mas no mostró expresión alguna mientras el dios de la forja quitó la vida a Afrodita, tras proclamar que era su compañera en la traición, junto con Iris y Poseidón. Esta noticia no le alegro del todo, simplemente añadía más preguntas. Preguntas que pronto tendrían respuesta.

Luego llegó la muerte de Hefesto, y con ello las palabras de Rea, y al maldito titán que encerró a Rea en el oro del trono de su amada. Incapaz de hacer nada para impedir esto, o de responder a su burla, se tuvo que limitar a mirar con odio a la figura de titán hasta que este desapareció. Luego se levantó, mientras caminaba hacía la estatua broncínea de Afrodita, jurando en silencio que los planes de su padre y enemigo no se cumplirían.

Llegó frente a la estatua de Afrodita, posó su mano sobre ella por unos leves momentos, antes de volver a dirigirse hacía su trono.- Llegó la hora de conseguir algunas respuestas...

Apenas acababan de reaccionar y Zeus ya se había levantado. Mientras Rea palidecía en aquella jaula, su hijo menor se acercó a la estatua de la diosa cuyo esposo la había condenado al fuego eterno y la tocó por unos instantes mientras el bronce comenzaba a resquebrajarse, cayendo poco a poco mientras liberaba la esbelta y torneada figura de la diosa de la belleza. La luz que desprendía su esencia inmortal hizo difícil ver que, por poco, cae al suelo, pero logró sostenerse con un último aliento mientras recuperaba su fuerza habitual y los miraba a todos. Afrodita había regresado a la vida.

Sólo habían pasado unos minutos, pero aquel encierro casi me ahoga. Y sin embargo, cuando el manto de bronce cae y de nuevo soy capaz de moverme, por un instante deseo que la protección que me brindaba esa cáscara hubiera seguido en su sitio, pues el dolor causado por el fuego de Hefesto aún seguía latente.

Pensando que aún seguía vertiendose sobre mí debido al fulgor que observo a mi alrededor, emito un grito ahogado y me tapo de forma instintiva el rostro, pero nada ocurre, el dolor remite. Al apartar mis manos y observar a mi alrededor, veo que todos me miran. Compruebo entonces que soy capaz de moverme: estaba de vuelta.

Poso la mirada en la estatua de Hefesto. ¿Por qué había hecho algo así? Yo no le había acusado... y recuerdo entonces las palabras de Ares.

Él estaba a mi lado, y a pesar de todo lo acontecido estos días mi corazón sigue siendo suyo. Posando una mano en uno de sus hombros me alzo para besarle, agradecida por su apoyo, pero acto seguido me alejo de él. Abandono su lado, claramente contrariada por tener que hacerlo, y mis pasos, los pasos de un cuerpo que apenas necesita rozar el suelo para avanzar, se dirigen al trono de Zeus, terminando ante él su camino, y cayendo de rodillas.

- Gracias, majestad. Ahora a vos os debo la vida. Gracias.

Quedo en aquella postura, postrada y con la cabeza baja, agradecida y complaciente, avergonzada y arrepentida por mi comportamiento anterior.

Mantuvo su mirada en Afrodita unos momentos. Cruzó sus dedos mientras hacía su cuerpo hacía adelante, observándola con atención. Parecía concentrado, pensativo. De pronto, cerró sus ojos, volvió a apoyar su espalda en el trono, mientras empezaba a tirar de sus barbas, meditando las palabras que vendrían a continuación, y sus repercusiones.

- Los enemigos del Olimpo, los ayudantes de Cronos, han sido identificados de una vez por todas. Dionisio no mentía, támpoco Hefesto que en ultima instancia vendió a sus compañeros.- Frunció el ceño mientras dirigía su mirar hacía Iris, y luego hacía Poseidón.

- La Diosa Mensajera y el Rey de los Mares deben morir.- Luego, dirigió su mirada hacía Dionisio, con profundo pesar en sus ojos.- Así como el Dios del Vino. Su esencia fue corrompida por Hefesto en el momento en el que dios cojo murió. Dionisio es uno de los compañeros de los traidores ahora.

Zeus se puso de píe, mientras dejaba escapar un suspiro cargado de pesadumbre.- Ellos no son los únicos... Helios y Morfeo.- Posó sus ojos sobre ellos.- Ellos también han traicionado al Olimpo.

Se demostrará mi señor Zeus que todos ellos mienten - dije con calma - Votadme si así lo queréis. Lo he dicho ya. No moriré en la primera votación.

Es fácil, todos contra la que no se defiende con palabras porque prefiere hacerlo con hechos. Las palabras son vanas y aquí, cargadas de mentiras en boca de muchos y claramente, muchos otros habéis preferido creer en ellas.

No sé cual es el plan de Chronos para mi. Todos tenéis más de un don y a mí sólo se me ha revelado uno por el momento. ¿Porqué? Lo desconozco, pero como todo en estos días. Los traidores están siendo revelados. Dionisio que hace lo posible para defender a los suyos atacándonos a otros. Hefesto le sigue el juego para dar más veracidad y que los suyos no caigan. ¿Quien sabe quienes más están con ellos? Mi voto hoy será para quién me acuse a mí. Para mí todos los que se pongan del lado de quienes considero traidores, serán traidores como ellos. 

Luego miré a Zeus - ¿Que me dices pues? ¿Es lo tuyo una acusación en firme y te posicionas con ello del lado de los que yo considero que nos han traicionado?

La ira blanca ante las acusaciones que me lanzó Hefesto dieron paso a una fría furia, lejos de comenzar a gritar, una calma calculadora se apoderó de mi en ese momento.

-Perder la compostura ahora no sirve de nada.

Miré al resto de los dioses, fijé mi vista en Hefesto.

-Despreciable...

Tras esto me dirigí a los demás.

-Las cartas están sobre la mesa, todos se han pronunciado, He hablado de mi don, el cual no tengo intención de usar y de los fundamentos para mis acusaciones, no tengo más que decir, seguiré mi juicio a la hora de votar y me defenderé de las acusaciones. No tengo pruebas para poder defenderme, al igual que no hay ninguna prueba en contra mía, salvo las habladurías de Hefesto y las conjeturas de Zeus, las cuales podrían ser igualmente partes de un plan mayor, que no digo que lo sean.-Me apresuro a decir para que no se me pudiera atacar.-Todos somos conscientes de que estamos bailando al son de Cronos y si nos alcanza la muerte, que así sea. Después de este día más luz se arrojará sobre el asunto...

Helios contempló como tras el incidente de la noche anterior en el que Hefesto atacó a su propia mujer acabó en desastre, el nuevo día traía una nueva víctima, Nyx, la que siempre le pareció la más sensata, era una gran pérdida, sin duda. Por suerte, Zeus hizo honor a su palabra y le devolvió la vida a Afrodita. No obstante al momento, empezó a cargar acusaciones contra muchos de ellos, y su sorpresa fue mayúscula cuando lo mencionó a él.

El dios del Sol se enfureció, su piel se volvía mucho más caliente y se podía sentir su enfado con sólo mirarlo, por ello le espetó al rey de los dioses sin importarle mucho su posición:

- ¡¿Me acusáis a mi?! yo que siempre he intentado ayudar y que confié en vos... Me decepcionáis Zeus... Pero lo que más me enfurece  es que no sé en que os habéis basado para acusarme; obviamente tras la declaración de Hefesto, Iris y Poseidon son más que sospechosos, pero por la misma lógica, y dado que parecía que la mayoría de nosotros hemos acertado al elegir a Hefesto como enemigo, la única defensa con pruebas que puedo hacer es que si yo fuera un traidor, ¿no creéis que Hefesto me habría mencionado? al igual que habría mencionado a Morfeo, pero parece que no es así, y eso hermanos lo considero bastante relevante. Yo votaré a Iris o a Poseidon, pues es de los que creo que tenemos más pruebas, pero el próximo que me acuse, será mejor que lo haga con más pruebas... -dijo a modo de amenaza.

Sabía que al revelar la información que ahora poseía, esas ratas saltarían ahora con el animo de morder cada cuerda que levantara el telón de sus identidades, y destapara su impostura. Aquello tremendamente tedioso, mas no iba a tolerar sus ridículas excusas. Por ello, con gesto duro, se levantó de su trono, y caminó hacía Iris, pasando por el lado de Afrodita sin siquiera mirarla.

Frente a Iris, le dedicó una sonrisa. Su tono de voz era afable, pero arrogancte.- No Iris. No morirás en estas votaciones.- pero luego, tanto sus palabras como su mirada se tornaron severas, filosas y agudas como el acero.- No... A ti te dejaré para el final. Te dejaré observar cómo cada uno de tus compañeros caen. Tu vida será tomada sólo el día en el que no te quede nada. Y eso... eso será por atreverte a atacar a mi amada Hera.

Luego, se giró hacía Poseidón, y empezó a avanzar contra él. De este no pudo hacer otra cosa que reírse. Sus defensas eran absurdas.- Afrodita, Hades, Dionisio, Artemisa, Hera, yo. Todos tenemos dos poderes. Aquel con el que comenzamos, y aquel que nos dio Rea, Madre mía, de mi esposa, y de mi hermano Hades. No tuya, impostor. 

Se alejó de él y preguntó a todos.- Hermanos, hijos míos. ¿De verdad alguno se traga las palabras de estos dos? Poseidón dice que mis acusaciones son sólo conjeturas. Pero no. Todo lo que he dicho son las palabras de Afrodita. Ella me debe la vida, ustedes lo han visto. Ella es mi esclava, y es incapaz de mentirme. Preguntele a Artemisa, quién ha escuchado lo mismo que yo.- Luego, volvió a dirigirse hacía Poseidón, con una sonrisa triunfadora en su rostro.- Es más... Aquel poder que dices tener, el poder para cambiar los votos del resto... Ese es el poder de la diosa de la Caza. No podría haber elegido una peor mentira para quitarte los ojos de encima.

Mientras negaba con la cabeza, dirigió su mirada hacía Helios. Se acercó a él, tranquilamente. El calor de la piel de Helios, su mirada de furia, nada de eso importaban. Se llevó las manos a la espalda, observándolo de forma despectiva.

- Tu te has estado reuniendo con ellos en secreto, sin inmiscuirte en sus actos de forma directa. Hacías eso mientras afirmabas luchar por el Olimpo... ¿Vas a negar esto? Si de verdad luchas a favor del Olimpo, dinos a todos... ¿Cuál era el motivo de estas reuniones? Y no pierdas el tiempo tratando de mentir. Ayuda a tus hermanos con algo más que un voto.

Terminadas sus palabras, tras haber encarado a aquellos tres, les dio la espalda y volvió a tomar asiento en su trono. Extendió su mano hacía Hera con el deseo de tomarla y sentir su contacto.

Apolo se había mantenido callado todo ese tiempo, meditando y perdido, desbordado por tanta muerte y caos. El dios de las artes había sucumbido, pero junto con el nuevo día había vuelto a resplandecer. Miró a unos y a otros sin llegar a confiar en nadie, pero claramente más inclinado por creer a Zeus.

¿Padre, estás seguro de eso? Le preguntó, indeciso. Me da miedo creer eso ciegamente, si resulta ser mentira estaríamos dándole la victoria a Cronos... Parece tan fácil, solo habría que acabar con ellos, pero si resulta que es mentira y nos guiamos por tus palabras ciegamente, no habrá nada que hacer.

Respiró con fuerza, decidido. Voy a usar el don que me dio Rea para averiguar si lo que dices es cierto, pero por desgracia solo puedo hacerlo con un dios. Su mirada se posó en todos a los que había nombrado Zeus, pero finalmente clavó en Helios. Serás tú. Si eres inocente será una bendicion y podremos firmar la paz. Además, significará que las palabras de Zeus no pueden ser creídas. Si eres culpable... Bueno, los humanos podrán encontrar un buen sustito como dios del del sol.

Hay otra cosa que me preocupa. Se trata del lugar del que habló Zeus. Alguien nos está llevando allí y no parece un lugar agradable. Temo lo que pueda ocurrir si todos lo visitamos. Miró a Hécate, Eris, Eros, Pan, Hipnos, Perséfone y a Atenea. Ahora mismo sospecho que uno de vosotros es el respondable. Hécate, Eros, Eris, Pan, Hipnos, Perséfone y Atenea. Sospecho de vosotros porque no os habéis decantado públicamente por ningún bando y habéis preferido estar en un segundo plano. El problema es que sois muchos y no tengo forma de saber quien podría ser el culpable.

Miró a los demás dioses. Puede que ahora parezca un problema menor teniendo en cuenta todas las muertes, pero creedme, no lo es. Yo estoy ahí y es aterrador. Debemos encontrar al responsable, ya que cada día va metiendo a dos nuevos dioses y temo lo que pueda pasar cuando todos estemos en ese lugar.

Suspiró, lleno de preocupación y dio un paso atrás para hablar con Hipnos de forma privada, pero sin llegar a ocultarse, pudiendo ser escuchado si alguien prestaba atención. Hipnos, has dicho que se equivocaron con tu hermano y contigo. Quiero creerte, pero necesito algo más. ¿Qué poder le concedió el destino a tu hermano?

Ahora el dolor era múltiple. Se habían llevado a su madre y Zeus le acusaba, a pesar de haber estado ayudando todo el tiempo, incluso cuando alguna de sus ideas se había llevado a cabo para evitar muertes de inocentes.

No me sorprenden tus acusaciones. Dijo aún con lagrimas en los ojos. Si tan seguro estáis de que soy culpable, decido claramente y votadme el siguiente. Pero ahora diré algo, que quizá resquebraje los cimientos del Olimpo.

Necesitaba enjuagarse las lagrimas. Y necesitaba contar todo lo que sabía, pero había alguien que debía proteger todavía.

Sí consideráis que soy culpable quiero que me votéis el siguiente. Vivir en un mundo sin noche... ¿Quién querría eso? Sin embargo, que mi madre fuera la siguiente en transformarse en estatua nos dice algo muy importante. Nos dice que Zeus esconde algo, ¿por qué, si no, los titanes se han decantado por hacer desaparecer a mi madre en vez de a alguien con un poder tan grande?

Debía ser valiente, no cedería ahora con sus palabras.

Mis poderes no han sido de gran ayuda, por que no tuve tiempo de usarlos con suficiente tino. Mi poder es la unión, puedo unirme con otra gente y hablar con ellos sin que otros titanes o dioses puedan verlo. Ello me permitía cierto movimiento, sin embargo, sólo podía unirme con uno cada día y cuando trate de unirme, el primer día, a Zeus, fui rechazado. Posteriormente me uní con la persona que decidí no nombrar, y que ahora he decido que no nombraré nunca. Y en mi último intento, intenté unirme con Hefesto para averiguar sus intenciones cuando fuera devuelto a la vida, por que ya entonces sospechaba de que Zeus ocultaba algo.

Sus ojos miraron a Rea, ella daría la verdad a quién debiera dársela.

Y ahora, os mostraré mis indagaciones y el por qué de mis sospechas. Desde el ataqué a Hera tenemos a Zeus como alguien importante. Al fin y al cabo, puede devolver a la gente a su ser, con el pequeño e insignificante pago de su voluntad. Y eso, parece no haber molestado en ningún momento a los titanes. No han ido a por Zeus, ni han intentado pararle, aún sabiendo que su poder podía usarse en su contra...

Sus ojos se encendieron por un momento. Había visto miles de pesadillas y había lidiado con ellas, enfrentándose a miedos de todo tipo; sus palabras no caerían ahora.

Mis sospechas y mi próximo voto irán por vos, Zeus, o debería decir Cronos. No por venganza, si no por consecuencia de mis averiguaciones. Quizá eliminándote se deshaga esta maldición de una vez por todas. Y si fallo, y simplemente sois otro enviado más, por lo menos se habrá eliminado la ponzoña del Olimpo.

Levanto los brazos y suspiró.

Mi conocimiento no caerá conmigo. Simplemente pasará a otro inmortal. Rea así lo ha querido. No ganaréis, titanes.

El mundo giraba en torno a ellos y el tiempo transcurría de forma aleatoria y confusa para él. Se había interpuesto entre todo el mundo, protegiendo a Afrodita. Sin embargo Hefesto, había recurrido a una capacidad que el desconocía y mediante eso había logrado atacar a Afrodita. Se odio por eso, pero mucho más odio al dios de la forja por aquello. Quería acabar con él, matarle sin contemplaciones y así lo hizo y bien pudieron admirar todos los presentes como disfrutó de ello. Al fin y al cabo era el dios de la guerra y toda aquella palabrería le irritaba. Necesitaba descargarse y fue aquella la forma correcta.

Pero nada acabó allí, no estuvo atento en lo que le rodeaba pues su frenesí sangriento le enajenó. Sin embargo pudo notar como Afrodita volvía a la vida, en esa vuelta ella le besó. Notó el cálido tacto del cuerpo de ella y la tibiez con la que le envolvía. Sin embargo su gesto cambió cuando ella se alejó y quedó arrodillada ante Zeus. El gesto no fue precisamente de alegría, como era fácil de suponer. - Tengo la sensación de que todos tenéis más información que yo, que todos libráis una guerra que me es ajena. Eso no me gusta. - Tras aquellas palabras chasqueó la lengua molesto.

- Hefesto demostró ser un traidor y que tenía cómplices, deberíamos seguir esos pasos y acabar con ellos. -

Habiendo agradecido ya a Zeus mi vuelta a la vida, me levanto de mi gesto de reverencia y vuelvo junto a Ares. No quería estar alejada de él, y menos ahora. Agarrada a uno de sus fuertes brazos, el que no sostiene la lanza, apoyo mi mejilla en su hombro. Sabía de la rabia que le había inundado al ver cómo Hefesto me atacaba.

- Gracias.

Después miro a Morfeo, curiosa. Como dios del plano onírico que es, muchas de las cosas que dice me suenan a información a medias. O bien protege a alguien, o bien sabe algo que no quiere decir, sin embargo sus palabras son sensatas.

- Es cierto que hay algo extraño. A medida que pasa el tiempo vamos averiguando que esto no es tan sencillo como que Cronos haya implantado impostores en algunos de nosotros, sino que hay una tela de araña intrincada y compleja de poderes, de comunicaciones privadas y de conspiración. Por mi parte, esperaré a ver si Apolo con su poder puede averiguar algo más.

Una vez más, la impotencia... Mi madre encerrada, Nyx en otra prisión de bronce, Hefesto confesando, delatando a sus compañeros titanes y vengándose de su esposa infiel, los dioses desmintiendo sus palabras, Afrodita de vuelta con nosotros para sincerarse... Cronos riéndose de nosotros...

Volví a tomar asiento y escuche las distintas intervenciones. Cuando todo parecía quedar claro empezaba a abordarnos nueva información...

- ¿Todo eso te lo ha dicho Afrodita? - preguntó a Zeus y miro a la diosa. Sería maravilloso que lo dijera ante todos... Guíe mi mirada hacia Artemisa. - Ya que te ha mencionado, ¿corroboras sus palabras? - vuelvo sobre mi hermano. - Entonces ¿Helios y Morfeo son titanes o se reunían con ellos? ¿Ambos o esto es lo que hacía Helios y Morfeo actuaba de otra forma?  - Habían tantas preguntas... - Helios parece mostrar un ligero interés en la inocencia de Morfeo... aunque quizás solo porque es la misma acusación que cae sobre él...

Centré mi atención en Dionisio... Era una pena que tras volver del Inframundo e intentar ayudarnos en esta guerra haya sido contaminado y debamos... Una pena.

- Me siento igual que tu, Ares... - Paso los ojos sobre todos los presentes haciendo más hincapié en quienes no han hablado aun. - ¿Alguien tiene algo que añadir? ¿alguna prueba en contra o a favor de alguien?  

Las palabras de Apolo me tenían intranquilo. 

- Apolo, ¿y quién dices que estáis ahí dentro, si se puede saber? ¿Ahora no solo tenemos titanes entre nosotros, si no que enfrentamos otro peligro añadido?... Pues si ya contamos con al menos 6 supuestos titanes de 19 que quedamos y tenemos que buscar más traidores entre los 13 restantes veo pocas opciones de salir victoriosos. Es de suponer que este otro... bando también tendrá su medio de comunicación privado. Si son más de uno, claro. Espero que alguien este reuniendo información que nos sirva para atraparlos... - hago una pausa, me hago con otra copa y bebo un trago. - También espero tus próximas indagaciones, Apolo. A ver si consigues darnos algo más de luz. - Con suerte confirmaría lo poco que sabíamos y podríamos ajusticiar con cierta... seguridad... Si es que se podía afirmar tal cosa. 

Apolo sé quedó quieto durante unos segundos con los ojos cerrados, concentrado. Fue consciente de las voces a su alrededor, pero no le alteraron lo más mínimo. El antiguo dios de la armonía no iba a dejarse desconcentrar tan fácilmente. Tardó varios minutos y cuando los abrió miró a Helios con una expresión de dureza y reprobación, pero no llegó a decir nada.

En vez de eso miró a Afrodita y a Hades y asintió a a ambos, dando a entender que, pese a haber estado en una especie de trance, había escuchado sus palabras y agradecía la confianza depositada en él. Ya tengo las respuestas que buscamos. Finalmente se dirigió a Zeus. Lamento haber dudado de tu palabra, padre. Dijo, agachando la cabeza en señal de respeto. Es como decías.

Clavó su mirada en Helios. Una mirada cargada de odio y de ira. Puedes confesar ya, Helios... ¿O debería llamarte Menecio? Lo acusó, señalándolo con el dedo. He visto lo que se esconde detrás de esa máscara y he visto tu verdadero ser, tu verdadera oscuridad. Tú no eres Helios, probablemente hayas acabado con Helios para poder infiltrarte tomando su apariencia. Eres Menecio, un titan cobarde que se esconde tras la máscara de un Dios. Zeus te mató una vez y esta vez espero que seamos mi hermana y yo los que acabemos con tu triste existencia y de que no vuelvas jamás a la vida. Solo así se hará justicia por tus actos. Dicho esto se agachó a por su arco y se preparó para la batalla. Sin embargo aún tenía que esperar para eso. No podía precipitarse, había que jugar siguiendo las reglas.

Querida familia, lo que ha dicho Zeus es cierto, al menos en lo referente al impostor que se esconde tras Helios. Por ello me inclino a pensar que las demás acusaciones son ciertas, aunque eso no lo sé con certeza. Lo que sí sé es que Helios no es quien dice ser. Él es Menecio y, junto con sus hermanos, es uno de los titanes que nos matan cuando nos encontramos bajo el embrujo de Cronos. La voz de Apolo estaba ganando fuerza y confianza a medida que se dirigía a los demás presentes. Juntemos nuestras fuerzas para acabar con él hoy, ya que él no dudará en hacer lo propio con nosotros si le damos otra oportunidad.

Tras decir aquello se giró hacia Hades y no tardó en responderle. Es un lugar al que llegas atraído por los cantos de las sirenas. Al principio parecía embriagador y acogedor, pero con el tiempo se ha ido volviendo cada vez más escalofriante. El primer día llegamos Nyx y yo, pero ella ya no está... Su mirada se posó en lo que quedaba de ella, apenada. Después llegaron Zeus y Atenea. Hoy han llegado Ares y Dionisio. Somos cinco en total.

Se giró hacia los demás y, sin dirigirse a nadie en concreto, profirió una amenaza. Sea quien sea el que está llevándonos allí, que pare. Si no lo hace, será mi prioridad encontrarle y darle caza y no tendré piedad con él. No nos obligues a hacerlo.

Hécate miró como iban cruzándose las acusaciones, hasta que Apolo usó el poder que le habia otorgado Rea.

Gracias por arreglar lo que yo rompí ayer.

Y con estas palabras volvió a guardar silencio.

Y asi , una vez mas la Diosa de la Discordia volvia a tner razon.

El gran Zeus no lo admitiria nunca pero cuando propuse votar a los tres a la vez me tacharon de poco atinada...y sin embargo ahi estan.Solo quedaba Dionisio del trio de la Discordia, y pese haber demostrado su buena voluntad, aun seguia sin fiarme.Por el Olimpo!!No me fiaba de nadie!!!

-Y nueva mente caemos en lo mas vil, hermanos...Acusar a varios y defendernos echando las culpas al que nos acusa.Es curioso la forma en que todo da vueltas...Helios,Dionisio...hasta el propio Zeus se ve envuelto en todo.Ciertamente, padre Zeus,..todos hemos confiado en ti ciegamente.De hecho, creo no tener dudas sobre ti.Siempre he creido en tu buen juicio aunque tu arrogancia sea una de las mayores del Olimpo.Sin embargo, debo decir a favor de nuestro padre, que su historia concuerda en el puzle.

-Hera fue atacada y Zeus la salvaria.Puede que la habilidad que dices, Morfeo, de unirse a otro, fuera el ataque que Zeus intuyo sin saber de donde procedia..por lo tanto podria ser un ataque...infundado o mal advertido como amenaza.Yo por ello No votare ni a Zeus ni a Morfeo.Su historia concuerda.

Lo peor de todo era que no tenia ni idea de a quien votar.No sabia quien era quien.Mis sentidos estaban embotados y mis poderes no funcionaban como quisiera.

-¿Helios?Bien...y si fuera el traidor?Y si otro ocupase su cuerpo?La pregunta que yo me hago es ...donde esta el verdadero Helios?

Sabeis una cosa...esto no es nada...si cada vez que alguien se convierte en bronce, despues vuelve...entonces no hay miedo en el titan que se oculta bajo la piel de otro.Solo tiene que esperar a que alguien le traiga de vuelta....esto es una perdida de tiempo.

Llevo mis manos a  mi cabeza.Me da vueltas y no se que creer.

-No se a quien votar...sinceramente..ya no se que creer...Porque..y si los titanes tambien pueden devolver la carne al caido y hacerlos pasar por dioses verdaderos?
 

Miro uno a uno a los dioses presentes, sobretodo a los silenciosos. Niego con la cabeza.

- Me complacería escuchar más voces. No desconfío de vuestras palabras. - me apresuro a añadir, refiriéndome a Zeus y Apolo. - Pero cuantas más pruebas haya en contra de los impostores más seguro me sentiré al sentenciarlos. - Cuantos menos errores en nuestras decisiones, más posibilidades de vencer. 

- Eris. - bebo un trago de mi copa mientras capto su atención. - ¿Por qué votaste a Nyx? 

Doy un sorbo más.

- Y el resto, ¿esperáis que ganemos la guerra por vosotros o tenéis intención de colaborar?... - increpo a quienes se mantenían callados sin aportar ni debatir... 

Oigo a Hades preguntarme por mi voto

-Sinceramente, mi querido tio?No tengo  ni idea de por que lo hice...-dije restandole importancia al asunto- La primera vez Vote A Eros...si...Eros..lo siento mucho...me guie por "corazonadas",sabes?Igual que con Afrodita, a la que tambien vote.Estaba demasiado silenciosa hasta que paso lo de Hefesto.Y luego Nyx..paso de hablar y encararse con mi hermano Ares, para callarse y limitarse a mirar al resto...justo como haria un traidor.

Es curioso, piensalo, tio mio...que aquellos a los que voto, luego se conviertan en ejecutores, o tengan un papel importante en todo esto...no es casualidad?-Me recuesto nuevamente en el divan.

-Desgraciadamente mis poderes, mi..."ver el ser interior de los demas"..."mi descubrir y alentar el corazon para infundir valentia o detectar envidias y demas"...no funciona como yo desearia.Desde el toque de Cronos, no puedo sino hacer conjeturas...me siento desnuda sin mis poderes....

-¿A quien crees que voy a votar esta vez mi señor Hades?Piensalo...podria ser tu ejecutor mañana...-Digo con ironia-Oh, vamos no pongas esa cara...solo era una broma.No se a quien votare....Helios?Ya lo habeis condenado vosotros...seria inutil votarle...

Cojo una manzana del plato de la fruta.-No tio mio....creo que esta vez, me limitare a buscar  otros objetivos, ya que el de esta noche ya esta elegido...puede que viendo morir a Helios,si es cierto que es un traidor, algun otro delate su pena...y ese sera el siguiente Titan traidor.Desgraciadamente solo puedo hacer eso..observar...

Tras perder mi trono a manos de Chronos, me quedé a un lado observando todo en silencio. Mis ojos recorrían a los asistentes sin pronunciar una sola palabra, no lo creía necesario. Para mi todo estaba ya claro. ¿Errado? No creía haber errado. A partir de ahora las excusas se las llevaba el viento.

- Dudo mucho que tan sólo unos pocos tengamos dos poderes - susurré en voz baja pero lo suficientemente alto para que todo el mundo me oyera - ¿no será esta otra de vuestras mentiras para ocultar la verdad? Demasiadas veces lo has pronunciado ya, Iris, ya lo oímos la primera vez.

Mi mirada me fijó en Morfeo, de quien ya sospeché en un principio.

- ¿No han ido a por Zeus, Morfeo? ¿En serio? Pues yo creo todo lo contrario. Cuando se hizo evidente de que no lograrían matarme sin quitar de en medio a Zeus, de pronto, Poseidon adquirió la urgencia de votar por Zeus. Si no conseguían matarlo de una manera, había que hacerla de otra, ¿verdad? Igual Que ahora, vuestro único propósito es quitarnos de en medio. ¿Qué razón hubiera tenido Zeus para salvarme? ¿O acaso seré yo la siguiente a la que acuséis?

Asintiendo, agradecí las palabras de Apolo. A pesar de no tenerle mucho aprecio, su intervención fue muy oportuna.