Partida Rol por web

Al ver la sorpresa en los ojos de la cantante en la expresión de Adam Strong se formó una pequeña sonrisa, cercana y cómplice.

- Tranquila. - Le dijo. - Vuestro secreto está a salvo conmigo. Él es un buen hombre, Susie. Puede que no tenga algunas cosas claras... Pero sé que sabrás cuidar de él. - Comentó manteniendo la sonrisa de manera sincera.

- Igual que vosotros os habéis encontrado, - Continuó. - así se encontraban Lila y Rosalind. Por eso ella se ha tomado de esa forma la muerte de la chica. Lila me dio algunos nombres, pero se calló otros... Stolesouls cree que si Lila quisiera proteger a alguien, sería a ella.

El reverendo notó cómo la mirada de Susie se volvía mucho más seria de repente. La camarera se había puesto en alerta.

¿A qué te refieres con que Lila y Rosalind también se encontraron? Sé claro, Adam. Susie habló con el tono directo que la caracterizaba. Lila estaba enamorada de Giesie. Por eso dio su vida por él en el ajusticiamiento. Si no, no tiene sentido que se interpusiera a los disparos. ¿Qué tiene que ver Rosalind en esto? 

¿Y cómo narices sabe lo de Wyatt? La camarera le miró con perspicacia. El reverendo sabía demasiadas cosas.

Al ver cómo Susie se ponía más seria el reverendo se decidió a explicárselo todo con calma. Puso en orden sus ideas y se echó hacia atrás en la silla, mirándola a los ojos.

- Hay muchas parejas encontrándose. - Empezó por aclarar. Parecía lo más importante. - Giesie y Lila, sí, pero también Lila y Rosalind, o Riley y Thorton. No entiendo muy cómo funciona, pero la persona que, bueno... - Dijo, tratando de buscar la palabra adecuada. - Quien anima a ese tipo de encuentros me lo ha comentado por encima.

- Lila se puso delante de Giesie porque le amaba. Al ver que Lila amaba a otra persona, Rosalind se desencantó, y por eso no la protegió también. ¿Recuerdas que te dije que mi sospechosa era Lila, pero que fuésemos a por Giesie? Era porque si íbamos a por Lila podía caer también Rosalind, y ella decía ser capaz de averiguar la verdad sobre la gente.

Maybelle caminaba de vuelta hacia el pueblo. En la dirección de la que venía tan sólo había un pozo seco hacía años y la mujer parecía dispuesta a encaminar sus pasos al burdel en el que estaba alojándose. Sin embargo, al ver al reverendo cambió el rumbo de su camino para acercarse a él y seguirlo hacia la caseta. 

Una vez allí lo miró con curiosidad. No esperaba volver a hablar con él hasta el día siguiente y la había sorprendido que acudiese en su busca. Permaneció de pie, sin saber si la conversación duraría lo suficiente como para liarse un cigarro o si no merecería la pena.

Tras escuchar sus palabras asintió una sola vez con la cabeza. - ¿Y ya sabe quiénes serán los elegidos? - Preguntó con naturalidad, como si estuviese hablando de los números ganadores de una rifa.

No dejó tiempo a que el reverendo respondiese antes de añadir algo más que tal vez fuese de utilidad. - He estado espiando a la señorita Powell y al señor Stolesouls en el viejo pozo. Ella no parece tenerlas todas consigo respecto a usted, Adam. Dijo que había estado fingiendo creerle.

Hombres y hombres, mujeres y mujeres. Esto es un despropósito. Susie frunció un poco el labio. Le daba igual lo que hiciese la gente, siempre que guardase la decencia y no lo hiciera público. De modo que Rosalind estaba enamorada de la india, quién iba a decirlo. Y tiene la habilidad de saber qué hacer la gente y qué no. Supongo que tantas horas en el Saloon tenían que servir para algo.

Susie suspiró. Esta noche pasarán cosas. Por más que me empeñe en mostrar optimismo delante de los demás, sé que hay más asesinos sueltos y que habrá gente que morirá. Miró directamente al reverendo. Padre, no habrá nada que pueda hacer esta noche para ayudar a los que sean atacados. Así que tu misión es convencer a todos de que ajusticiemos unánimemente a uno de los asesinos que tienes por seguro: a Prescott, por ejemplo. La siguiente noche, yo intentaré acabar con otro de ellos. Pero alguien que sea confirmado un maldito forajido. Por primera vez, el reverendo vio cómo Susie hablaba sin pelos en la lengua y con frialdad.

Adam Strong no llegó a sentarse una vez entraron en la caseta. Había cerrado la puerta detrás de la mujer y luego se había dirigido al extremo opuesto de la habitación, dándose la vuelta para observarla mientras hablaban.

- Digamos que tengo tres candidatos. - Afirmó el reverendo, frunciendo el ceño al escuchar las otras palabras de la mujer.

- Sólo puedo decir que es una pena. - Dijo, sorprendiéndose de que le afectase menos de lo esperado. Susie siempre había sido una amiga, pero desde que todo esto había comenzado y había tomado la decisión de sobrevivir junto a Ella las cosas se veían distintas. - Yo por mi parte creo que he averiguado quién me atacó a mí. - Continuó. Sin embargo el otro tema comenzaba a preocuparle. - ¿Qué han dicho exactamente?

El reverendo escuchó lo que Susie tenía que decir, y asintió suavemente con la cabeza. - Eso es lo que Rosalind dice. - Dijo, matizando a la vez las palabras de la camarera. - Pero el Coronel también. Yo espero que sea cierto, la verdad, pero no estoy seguro de que podamos confiar en ambos.

Luego permaneció en silencio unos segundos, valorando las últimas palabras de la mujer.

- Yo para esta noche preveo cinco ataques, Susie. - Respondió. - Son muchos y temo que tú o Stolesouls estéis en peligro. Habla con él. Quedaos juntos y protegeos mutuamente. - Sugirió.

- Uno de los ataques de anoche fue de alguien que intentaba librarnos de los forajidos. Estoy intentando saber quién es, para guiarle hacia alguno de los confirmados. Podría ser Prescott, - Dijo, haciendo un gesto para señalar que era lo mismo que había dicho ella. - pero él también se ve con un inocente: correríamos peligro de que cayese alguien que no ha hecho nada malo por culpa de eso.

¿Prescott también tiene un lío amoroso con alguien? Susie inquirió. Era vital conocer esa información. Se frotó el ceño con preocupación. Según mis cálculos mentales, esa persona que trata por su cuenta de eliminar a los asesinos debe ser Ella, el irlandés borracho o el croupier. De hecho, mi instinto me dice que tus heridas fueron... ejem... causadas por esa persona, y no por los forajidos que asolan Bala Dorada.

Susie le miró elocuentemente, intentando que captara su mensaje sin necesidad de dar más datos sobre sus ocupaciones nocturnas.

Adam Strong torció un poco el gesto cuando Susie quiso saber más sobre el lío de Prescott. Se sentía tentado de no decir más, pero la mujer había demostrado ser de confianza.

- Así es. - Respondió antes de bajar la voz. - Pregunta... Pregunta a Wyatt por ello, él sabe más que yo. - Dijo. No era su secreto: no estaría bien desvelarlo así como así y sin dar a las personas implicadas oportunidad de explicarse.

- Yo también he pensado en lo de mi ataque, - Dijo entonces. - y he llegado a la misma conclusión. Lila me dijo que su grupo fue a por ti, y si Francis está en el otro tiene sentido que fueran a por el negro. Espero que quien haya sido se haya dado cuenta de su error.

Luego se quedó algunos segundos callado hasta que al final se decidió a ir más allá y terminar de dar a la mujer lo que había pedido en el Saloon.

- Hace poco dijiste que querías confirmar la culpabilidad de los ajusticiados. - Le recordó. - Soy yo quien hace eso. He ido a preparar sus cuerpos para un funeral digno, y el de Lila para llevarlo con su gente. - Empezó a explicar. - He confirmado que los dos eran culpables, y que Jessy, la mujer que mató el Sheriff, era inocente. Hacía algo parecido a lo que haces tú, pero no me quedó muy claro qué. No me detuve demasiado por si los forajidos me veían.

Cuando el reverendo pronunció las últimas palabras, vio cómo un inmenso alivio aparecía reflejado en los ojos de la mujer, y comprendió que le torturaba por dentro el pensar que podría haber sido causante de la muerte de un inocente. Susie sonrió con sinceridad por primera vez en horas. No se alegraba de la muerte de la pareja, pero al menos se había hecho justicia real. No había muerto un inocente por su mano.

Gracias por confiar en mí. Esto hace mucho más fáciles las cosas - le sonrió - En efecto, los forajidos de ningún grupo fueron quienes te atacaron a ti. Por eso me sorprendí tanto al ver tus heridas por la mañana: no me cuadraba. Y tengo que decir que eso me hizo desconfiar de ti al principio, no me lo tengas en cuenta... Pero volvamos al problema actual. Si no podemos ir a por Prescott, tendremos que ajusticiar a alguien que sepamos que no guarda relación con ningún inocente. Aunque tarde o temprano tendremos que ir a por el que odia a los negros. Si confirmamos que Red es un asesino, propongo que le ajusticiemos a él. 

Adam Strong frunció el ceño al escuchar de las palabras de una amiga que había estado desconfiando de él. Sin embargo su expresión no tardó en relajarse. Era ante todo un hombre cabal, empático, y entendía que en una ciudad donde todos se conocían, cuando sucedía algo así, había que mantener un ojo abierto incluso ante la sombra de uno mismo.

- No te preocupes, Susie. - Le dijo con un gesto tranquilizador. - Yo de no ser por tu herida probablemente también me habría pensado las cosas dos veces contigo. - Explicó echándose hacia adelante.

- Thorton no debería ser quien da caza a los forajidos. - Valoró entonces. - Rosalind le emborrachó, y me dijo cosas que no terminé de entender sobre él, pero no era nada de eso, de modo que la cosa está entre Ella y el irlandés.

- En cuanto a Prescott... Él tiene tres relaciones. - Enunció antes de empezar a enumerar. - Y todas con hombres. El inocente que te he dicho, Hardigan y el propio Coronel. - Explicó antes de quedarse un instante callado, echando cuentas.

- Susie, si hacemos las cosas bien y tenemos algo de suerte todo puede terminar mañana al atardecer. Quedan cuatro forajidos. Si Hardigan es uno de ellos y al caer él cae Prescott, serán sólo dos. Si tú y la persona que les da caza lo hacéis bien esta noche, mañana tras las votaciones todo habrá acabado.

- No estoy seguro, Francis. - Dijo el reverendo, haciendo memoria. - Se lo he contado a alguna persona más que a ti, pero sólo a gente de confianza. ¿Por qué? ¿Qué ha pasado?

Padre si alguien sabe que le digo esto me mataría,..  le pido secreto sacramental, Padre

La mujer se encogió de hombros. - Nada demasiado específico en realidad. Ella manifestó que había estado fingiendo que creía lo que le contaba, pero que no confiaba en usted. Y él lo llamó... Titiritero. - Esbozó una media sonrisa. - Dijo que estaba seguro de que usted no le había contado todo y se guardaba ases en la manga. 

- La señorita Powell cree que es la señorita Watson la que está dando mis empujones. Y dijo que a usted lo atacó alguien que se está tomando la justicia por su mano. Cree que la señorita Watson, el señor McFinnigan o el señor Thorton. - Hizo una pequeña pausa. - Parece creer que yo lo salvé cuando le atacaron.

- Tu secreto está a salvo conmigo, Francis. - Aseguró el reverendo. - Secreto de confesión.

Al escuchar la explicación de Maybelle el reverendo empezó a reír de una manera ligera, liberando parte de la tensión del día.

- Creí que era algo que debía preocuparme. - Comentó mientras negaba con la cabeza. - Lo de Stolesouls no tiene por qué ser algo malo: también me lo dijo a mí. Por el momento no es como si estuvieran conspirando a escondidas entonces. - Empezó. - Y evidentemente no le he contado todo. Se veía con un asesino.

- Sobre ella, bueno... Hemos estado hablando, y ella misma me dijo que no terminaba de confiar, pero parece que ahora la cosa marcha mejor. Necesitaba una muestra de confianza, como saber que yo iba a revisar los cadáveres de Giesie, Lila y Jessy. - Se explicó.

- En cuanto a lo de usted, bueno... Si no me hubiera dado ese empujón doy por hecho que no seguiría vivo. Así se lo hice saber a Stolesouls cuando me preguntó por usted. - Dijo antes de levantar las manos como si estuviera siendo atracado. - Ni una sola mentira, se lo prometo. - Bromeó. - Pero Stolesouls ató cabos como creyó oportuno, y yo se lo permití.

- En cuanto a Ella... Bueno, puede que también tenga algo que ver, aunque yo no dije que fuese la encargada de los encuentros, sí hice saber que era una mujer que no era Rosalind. Supongo que una vez más volvieron a atar cabos. - Terminó, con ganas de bromear al respecto al ver lo equivocados que estaban todos. - ¿A usted le importaría que pensasen que los empujones son cosa suya? Si eso la va a sacar del punto de mira, me parece un mal menor.

Ese tambien Padre,ese juramento tambien, la india me a maldito y me habla padre,me a dicho cosas padre y me a dicho quien a matado y matara Padre...,me a maldito Padren,me ahorcaran por loco!!

Los ojos de Adam Strong se abrieron con sorpresa al escuchar las palabras del vaquero. Haciendo un gesto que intentaba calmarle, empezó a hablar.

- Vamos a ver Francis. - Empezó. - Cálmate y cuéntame qué te ha dicho, y desde cuándo.

No estoy loco, algo me pasa padre,vino la moche que murio a casa,igual que viva pero mas palida,pero igual de guarra y sucia y descalza,me dijo que ella era inocente y se vio movida por su amor a Giesie,qhe Giesi era malo y lo de despues no lo entiendo padre,habla demas gente y que quiere salavar el honor de su pueblo y me dara informacion pero he de seguir sus indicaciones o me maldecira para siempre

- Francis, cálmate, te estás confundiendo. - Empezó el reverendo. - Lila no pudo ir a ningún sitio "la noche que murió", porque sólo ha muerto hace unas horas. Todavía no hemos pasado ninguna noche.

- Y ahora dime, ¿qué indicaciones son esas?