Partida Rol por web

Me despierto lentamente de aquel sueño tan extraño. Lo cierto es que nunca antes había sido criogenizado... Claro, que nunca antes había estado en el espacio, ni tan separado de su mujer y sus hijos. Pero así estaban las cosas, y sólo le cabía realizar su trabajo como miembro de seguridad lo mejor posible. Intento levantarme, pero soy totalmente consciente de que no lo voy a conseguir a la primera. Esto no es tan reparador como un sueño normal, y lo cierto es que noto cierto mareo, así que me quedo tumbado hasta que remite. 

Empiezo a incorporarme lentamente, aún sin prestar mucha atención a las palabras de los demás, para después arrastrarme hacia mi taquilla, dónde rebusco algo de ropa, para acabar decidiéndome por unas ropas beige normales. Una vez vestido, me quedo unos segundos mirando una foto pegada en la taquilla, en la que aparezco junto a una mujer y dos pequeños, un niño y una niña. Una débil sonrisa asoma a mi rostro antes de cerrar la taquilla y recuperar un gesto serio. 

Ya algo más entero, me doy cuenta del grupo de personas que se ha formado, me acerco a ver que ocurre. Allí hay un niño. No necesito comprobar ninguna lista, estoy seguro de que un niño no debería estar allí. 

-Un polizón...

Abrió los ojos, y parpareó varias veces, extrañado, antes de percatarse de dónde estaba. No era la primera vez que Francesco participaba en un convoy de esas características, pero estaba más acostumbrado a predicar las palabras del Señor que a vislumbrar los artilugios que el hombre había creado sobre la faz de la Tierra, e incluso había enviado hacia los confines de la Creación. 

Sabiéndose vivo, se santiguó, y dedicó a Dios una breve plegaria para agradecerle aquel despertar, que significaba que todos habían llegado a ese punto de la misión sanos y a salvo. Sólo entonces se levantó, despacio. Sabía que después de tanto tiempo aletargado debía maniobrar con precaución, pues no eran extraños los mareos y las bajadas de tensión ante las brusquedades tras la hibernación. 

En cuanto se sintió seguro de poder deambular por la nave, buscó su ropa en las taquillas. Permanecer en ropa interior le resultaba indecoroso. Cubrió su cuerpo con ropa sobria, oscura y humilde, colocándose un alzacuellos en las solapas de la camisa, y dejando descansar un pequeño crucifijo de madera sobre su pecho, tras tomarlo entre sus dedos y besarlo. 

Entonces se dirigió al resto de sus compañeros- ¿Estamos todos bien?-dijo, mirando alrededor, esbozando una sonrisa amable- Supongo que ya lo sabeis, pero las presentaciones no están de más. Soy el Padre Cacioppo, pero podéis llamarme Francesco. Seré uno más entre vosotros, además de vuestro guía espiritual, si así lo deseais. 

Reparó en ese momento en la presencia del pequeño George Campbell, y sus ojos se abrieron como muestra de sorpresa- Hijo, ¿cómo es que te encuentras aquí? 

La capsula de Edmundo de empezó abrir poco a poco, todos los demas yacian en sus capsulas correspondientes, teniendo la experiencia en estos viajes se levantó poco a poco, los mareos y el hambre eran actos de presencia en estos momentos de hibernacion.

Cuando se sintió en condiciones se levanto, despacio, y se dirigio hacia la zona donde se hallaba el cuadro de quitar la hibernacion, y apretó el boton, al momento todas las capsulas empezaron a levantarse, la primera persona que vió fue un niño que le preguntaba algo de su padre-Yo que sé quien es tu padre- Pensó Edmundo-Si tu padre está aqui lo sabremos ahora pequeñajo, pero lo primero es lo primero, debo saber que todos estan bien-Le dijo al niño, mientras iba mirando como todos los demas iban despertando de su hibernacion, el era el responsable de que todo estuviera bien..........

A juzgar por toda la información qie te da la consola parece que todos han salido ya de la hibernación, y que los que aún no se han despertado es porque continúan aún dormidos, pero en un sueño normal, no deberían tardar demasiado.
Pensando en lo del niño te resulta raro que haya podido meterse en una cápsula él solo, básicamente por que hay que programarlas.

Me desperté algo dolorida pero mentalmente bastante despejada.Esto era algo diferente a los esperado pero no cabía tiempo para pararme a pensar en esto.

Miré a mi alrededor y algunos se presentaban,otros simplemente murmuraban por lo que decidí unirme a las presentaciones.

- Hola,soy Liliana Sosa y seré la psicóloga de la nave.Espero no tener que trabajar en esceso. - dije con una agradable sonrisa-

Mi mirada se paró en el pequeño que buscaba a su padre.Parecía nervioso y en posibilidades de entrar en un pequeño cuadro de ansiedad debido a la búsqueda de su padre por lo que me acerqué a él.

- Tranquilo pequeño,buscaremos a tu padre.Aunque,creo que nos costará un poco.

La cámara se abrió y Viktor salió de ella con desenvoltura. Como si llevara toda la vida haciendo viajes como estos. Cuando vio a todos despiertos y al chico junto a ellos suspiró mentalmente. Ya empezaban los problemas nada más despertar.

-Por favor, abran paso -dijo Viktor después de vestirse-. Soy Hasarov, el jefe de seguridad. A ver muchacho ¿cómo has llegado hasta aquí?

Las respuestas de los demás tripulantes me ponen bastante más nervioso. Me quedo con los ojos abiertos como platos y un nudo enorme en la garganta que casi no me deja hablar. ¿Estoy... perdido... en mitad del espacio? Miro a todos los que me hablan cada vez más tenso y sin darme cuenta empiezo a temblar un poco. Me encojo un poco, intentando alejarme de las caras del corro de gente.

- E... estaba... jugando. Mirando las máquinas de papá... de mi padre. Entré en una y se cerró. Pensé... pensé que papá... que mi padre me sacaría a tiempo. No... no sabía que... - No puedo evitar que el nudo de la garganta se haga más fuerte que yo y mi cara se arrugue mientras empiezo a llorar. Escondo la cara entre las manos para que nadie me vea llorar así y respiro hondo. No. No soy un llorón. Esto se solucionará. Llamarán a la base, o algo. No pasa nada. Sorbo aire y lágrimas por la nariz y me limpio la cara rápidamente para intentar poner mi cara más seria, aunque la verdad es que no me sale muy bien. Miro a las tres señoras que me hablan amablemente y los señores de negro*. - ¿Creen que podremos hablar con la base? - Me aclaro la garganta para parecer más serio y me sacudo la ropa. - Por cierto. - Trago saliva para poder hacer la presentación tal y como me han enseñado que haga cuando estoy perdido sin hipidos ni sollozos. - So- soy George Campbell. Tengo 12 años. Mi padre es el Dr. Isaac Campbell, encargado del departamento de hibernación de Vector. - Al acordarme de papá me vuelvo a entristecer y mi cara cambia de nuevo a una mueca triste. - Vivo en la calle 35 de la Colonia Outer Heaven. Voy a la clase de 6º grado, grupo A, de la Escuela Elemental Outer Heaven. Mi tutora es Miss Violet Gilligan, o algo así. - Lo último lo digo en voz baja, porque me da vergüenza no saberme bien el apellido de la profe.

Edmundo estuvo a punto de preguntar al pequeñajo que hacía ahí, si solo pueden entrar en las capsulas las personas que estan permitidas, cuando escucho el relato-Debemos tener paciencia- Dijo Edmundo- todo por ahora es un caos y no sabemos muy bien que ha sucedido-Lo primero saber que todos estamos bien

Al ver como todos los demás se encargan del pequeño George, y como este parece pasar de mi, me incorporo nuevamente apartándome, dejando espacio para todos los curiosos que intentan ayudarle

soy Julian Delphiki, el encargado del sistema de soporte vital, encantado de conoceros a todos, si hay algún problema con esa parte de las maquinas, decídmelo a mi, y con un par de golpes del destornillador, se solucionara

se arreglaba así, no?

Digo en un tono de broma algo forzado

Abro los ojos poco a poco tras volver en sí de mi profundo sueño. Me siento sobre el borde de la cápsula y me estiro y bostezo de forma exagerada.

Tras rascarme un poco la cabeza y sin mediar palabra con nadie, me dirijo a mi taquilla, donde me pongo una camiseta ancha y los pantalones azules. Es entonces cuando me doy cuenta de las conversaciones que están teniendo lugar a mi alrededor.

Miro a Julian y a Claude y con una sonrisa en la boca les suelto: - Vaya, y yo pensaba que iba a ser la más bruta de esta misión... Eso es ser delicado con un niño, sí señor... JAJAJAJAJA. Mi nombre es Katarina Poyry y soy miembro del equipo de seguridad de esta nave.

Me acerco a Viktor, mi jefe en esta misión. - Señor, ¿qué hacemos con este chaval? Parece asustado y ya la misión es bastante delicada de por sí...

-No queda otro remedio que cargar con él. Que la doctora ¿como dijo? ¿Sosa? se haga cargo del chico. Nosotros iremos al puente y revisaremos que todo está en orden. No sea que se nos haya colado otro polizón.

-"Todo bien, Dr. Hayes"- A la Dra. Evelyn le pareció un poco irrespetuoso que omitiera su doctorado al dirigirse a ella, pero prefirió omitir el hecho y centrarse en lo importante -"Debo advertir que dentro del control medico se hace evidente que alguien no cumplió con las normas de seguridad y no fue verificado su estado de salud. Se debe informar al Capitán de la nave y al Jefe medico de la irregularidad antes de proceder con el empalme en la investigaciones"- Dijo la Dra. Scott visiblemente preocupada -"Seguramente sea el infante"- añadió. 

Lo mira con tristeza al pequeño, comprendia su dolor y aunque no era muy madura de su parte tambien extrañaba a sus padres. Cuando lo ve a punto de llorar casi se abalansa para tranquilizarlo en tre sus brazos, pero nota como este trata de hacer el esfuerzo para no llorar.

Si no hay problema me podria ocuparme del chico, soy la enfermera bajo las ordenes de la doctora Alonso. dijo sonriendole al chico antes de mirar al jefe de seguridad con un poco mas de seriedad al final su presentacion.

Acercandose al chico pasando por las demas personas se agacha frente a él y le empieza a peinar cariñosamente el pelo. No te preocupes George, esto se arreglara y cuando podamos nos comunicaremos con la base. dijo sonriendo gran. No era algo que supiera si fuera posible, pero confiaba en que los encargados de comunicacion podria hacerlo cuando fuera un buen momento. Quieres venir conmigo? Creo que puedo conseguirte algunas golocinas. le dijo sin dejar de sonreirle tranquila, para que el chico no se sintiera presionado.

Al ver cómo una gran cantidad de gente se acerca al pequeño, Claude se aparta un poco, intimidada por la multitud. Y cuando la mujer de seguridad suelta su extraña reprimenda, la joven se ruboriza levemente, frunciendo el ceño con fastidio.

- No es un niño tan pequeño, tiene doce años, es prácticamente un hombrecito. - Protesta mientras se aparta, dirigiéndose principalmente a Katarina e Isabela que parecen pensar que tratan con un bebé, dejando que los demás tomen el control de la situación. Como es costumbre en su vida, Claude no termina de encontrar su lugar, así que se hace a un lado, esperando que la avisen si necesitan algo de ella.

Tras despejar la cabeza y el cuerpo con diversos ejercicios, se golpeo las mejillas para despertar por completo antes de levantarse e ir hacia las taquillas en busca de su uniforme. No muy lejos parecía que los recién despertados estaban hablando de manera animosa y entre ellos un críos, a el solo se habían avisado de un genio y no era exactamente un niño. Que demonios estaba pasando.
Se enfundo el traje de seguridad con su propia placa identificadora y se reunió con el resto.
-Déjenme pasar... soy Manfred Vaessen uno de los miembros de seguridad, que esta pasando aquí.

Observo y escucho para valorar.
-Vaya... y que vamos a hacer contigo. Lo miraba con los brazos en jarra y la cara torcida, por suerte su superior parecía tener muy clara la solución.

No tardo en presentarse
-Manfred Vaessen en servicio señor, ¿Debo acompañarlos?-Saludo también a Katarina con un simple ademan de cabeza.

al notar la fría respuesta y el hecho que me llamara Doctor, me causa gracia y le digo:

-Evelyn... te recuerdo lo que te dije al subirnos a la nave...  tu y yo, no necesitamos recordar nuestros titulos... sabes que respeto mucho tus capacidades y conocimientos... y por mi parte creo tener alguna capacidad para realizar mi trabajo,  asi que relajate con eso conmigo... y tratemos de realizar un excelente trabajo, que es lo que nos caracteriza.-le sonrío y me vuelvo a mirar al pequeño perdido.

Empiezo a respirar más hondo y mis ojos se van abriendo lentamente para dejar atrás el sueño de la hibernación.

Me levanto con bastante prisa por ser de los últimos en despertar, y me mareo un poco al ponerme en pie.

-¿Se puede saber qué ha pasado aquí? - pregunto mirando la aglomeración de gente, y entonces miro al niño - Mierda.

-"Correcto... Rodrick"- Evelyn se sintió atrapada en su propio reproche, por algo se consideraba una ermitaña con poco contacto social a no ser por motivos de trabajo -"¿Está usted familiarizado con el avance que realizaron los científicos del Nostromo en la investigación?"- Preguntó mientras buscaba con la mirada al Sr. Tom Holm o en su defecto a la Dra. Maria Alonso para informar de la anomalia detectada, aunque estaba casi segura que ellos también deberían estar informados. 

-"Debemos contactar con la Dra... perdón, con Cornelia para comenzar en firme nuestra labor primaria"-. 

Tan pronto como Tom se pone en pie una luz amarilla comienza a parpadear en un lateral, es una especie de cubo pegado a la pared

Al ver la luz me giro hacia el capitán de la nave.

-Capitán Holm, Madre quiere hablar contigo. - Dicho eso señalo a la luz parpadeante.