Partida Rol por web

Miro con cara de desconcierto. - ¿Qué coño es eso? ¿Por qué se ha encendido ahora? Cerebritos, ¿alguno sabe para qué sirve esa luz? - Digo, mirando a aquellos que están aquí por sus conocimientos, lo cual les diferencia de mí.

Al escuchar a Ian me quedo callada pensando en sus palabras. - ¿Son hermanos? No se parecen mucho... Pero ha dicho "madre"... Será adoptado.- Asiento con la cabeza, como si me contestara a mí misma.

Evelyn se acerca al Capitán de la nave.

-"Soy la Dra. Evelyn Scott, parte del equipo científico y auxiliar medica. Es mi deber informarle que según los reportes de vacunacion y el numero de tripulantes, alguien no paso por el control medica de rigor y puede considerarse una posible amenaza para la salud de los demás. Dejo a su discreción el procedimiento a seguir"-. Se despidió con una inclinación de cabeza y se dispuso a iniciar su trabajo cuando la alarma empezó a sonar. 

Permanecio en silencio en su sitio esperando alguna instrucción del personal encargado. 

Suspiro cuando mi primer oficial me señala la luz y me giro hacia allí.

-Sí... la luz amarilla es solo llamarme a mi - Miro de nuevo al niño unos segundos - Señor Hassarov, queda al cargo para decidir lo que hacer con el crío, y por favor, vayan preparándose todos, pronto empezaremos con la misión, y los quiero a todos preparados.

Dicho eso acudo a las taquillas y me visto con una camiseta verde, un pantalón y una chaqueta beige.

-Señor Beneth, prepare al resto de tripulantes, quiero que todos estén listos para cuando vuelva.

Antes de irme, la doctora Scott me habla de ese problema.

-Señora Scott, no tengo tiempo ahora mismo, ocúpese del problema como considere.

Viendo que el jefe de seguridad había despertado, decido ignorar todo el jaleo del crío y acercarme a saludar al que será mi superior. Pero me veo interrumpido de nuevo por aquella extraña alarma, aunque pronto aquello se resuelve como algo a lo que no debo prestar atención. Termino de acercarme y digo:

-Señor Hassarov, soy Emanuel Paysal, también formo parte del equipo de seguridad. 

Unos segundos después de que el capitán de la nave se vista y abandone la sala, la alarma deja de sonar.

María se despierta poco a poco. Escucha conversaciones a su alrededor, pero el largo letargo al que ha estado sometida insiste en permanecer, y sólo logra despertarse muy poco a poco, intentando aferrarse a las palabras que escucha a su alrededor...algo pasa con un niño...algo no es como debería ser. Por fin puede comenzar a moverse y se incorpora lentamente, sintiendo una punzada de hambre. Cuando sale de su cápsula se dirige a las taquillas y sobre el uniforme se ponse su bata de médico, mientras escucha a la Dra.Scott informar al capitán y la respuesta de éste. Una vez vestida, se acerca a los demás:

-Soy la Dra. María Alonso, jefa del equipo médico. Dra. Scott, acompañe al muchacho a la enfermería, lo mejor será hacerle un chequeo y ponerle las vacunas convenientes...más vale tarde que nunca. Eso si el Señor Hassarov no tiene inconveniente. Cuanto antes lo hagamos, mejor.

Dulcificó un poco su expresión y se dirigió al niño:

-No te preocupes, no te haremos daño. Pero es mejor para todos que pases el control rutinario.

El despertar fue duro, pero no más que cualquier otro de los tantos que había vivido. Pero siempre era jodido despertar después de un largo tiempo de hibernación. Tras despertar, respiro hondo, para luego toser violentamente durante algunos segundos. Era algo esperable.

Desde la posición tumbada, comienzo a estirar los músculos engarrotados después de tanto tiempo de estar estáticos. Los brazos, los hombros, las piernas,... Cuando valoro que ya tengo la movilidad suficiente, es cuando me levanto de la cámara, quedándome de pie junto a ella.

Termino de estirar mi cuerpo, mientras miro al resto de los tripulantes de la misión, masajeando suavemente los músculos de mis brazos y mis muslos que seguían algo tensos. Mientras escucho las frases de algunos, no puedo evitar soltar un bufido. 

Esta misión ya empieza con problemas. - es lo primero que pienso, tristemente.

Ignoro la polémica del niño, y cuando hablo no me dirijo a nadie en concreto.

Piloto principal de la nave, John Harper. - digo, secamente - Voy al puente de mando, a ver el estado de la nave y la situación.

Y, sin esperar respuesta, me dirijo hacia donde he indicado.

Una vez despierto, poco a poco el efecto de la pérdida de los últimos recuerdos va remitiendo y puedes recordar la reunión que tuvisteis toda la tripulación antes de embarcar, en ella os informaron de todo. Aunque no hablaste con nadie durante la reunión, todas las caras, a excepción de la de George te suenan. Lo normal es que tras la hibernación uno tarde en recordar las últimas horas antes de entrar en ella.

Una vez terminó la reunión, os separaron en los diferentes equipos para explicaros las funciones que tendríais que desarrollar, y ahí tuvisteis ocasión de conoceros un poco más, al menos los nombres.

Cuando terminaron, os dieron un rato de descanso, algunos lo utilizaron para hablar entre si, otros para descansar...

También recuerdas la información facilitada sobre la Nostromo. Al parecer se trataba de una nave prospectora minera que volvía con un cargamento de una aleación de metal de Tulio y Prometio, aleación que está investigándose para toda su utilización en el desarrollo de tecnología de rayos X y rayos láser. Al parecer recibieron una señal que les hizo abortar el viaje de vuelta, y no se sabe más de ellos.

Por fin se presenta. Su cara me sonaba de algo, seguramente de la aburrida reunión sobre la misión. Veo como intenta dirigirse solo hacia el puente de mando y le sigo.

-Espera, voy contigo. Soy el piloto auxiliar de la nave, piloto terrestre principal. Estoy a tus órdenes.-Quiero empezar cuanto antes. Hay que averiguar lo que ha pasado con la anterior tripulación y cuanto antes lo hagamos antes podré volver a casa con mis videojuegos... Aunque me he traído algo para el viaje. Palpo el bolsillo derecho de mi chaqueta. Ahí está... La última revolución en videoconsolas.

De pronto me paro de golpe y miro hacia atrás. En fin, tampoco me voy a poner a jugar ahora. Me acerco al grupo que se ha formado y me dirijo al chaval, agachándome un poco mientras le tiendo la consola. -Toma, guárdala mientras voy al puente de mando, vale? Puedes echar unas partidas.-Le guiño un ojo antes de irme. Pobre chaval, va a resultar que no es ningún genio y que no debería estar aquí. Pues tampoco es que podamos dar media vuelta ahora... Al menos que se sienta cómodo.

Tras haberse vestido con un pantalón y chaqueta blanca, junto con una playera beige, se dirigió a Samantha, a quien recordaba como miembro del equipo de mantenimiento. Su mirada fija y su porte podían parecer intimidantes, y su tono de voz y sus modales no ayudaban a cambiar esa impresión.

- Hola, Samantha, ¿verdad? Soy tu compañero de equipo. Imagino que tendremos que limpiar esta cosa, ¿por donde empiezo? -

Se cruzó de brazos, mirándole fijamente. No se notaba señal alguna de respeto en su voz. 

Empiezas a andar por el pasillo con la parpadeante luz haciéndote sentir confuso y algo mareado. Te percatas de que por los pasillos hay bastante humo y la verdad es que no se ve demasiado bien lo que hay más allá de unos cuantos metros.

Conforme sigues avanzando, ves que en el suelo hay un pequeño reguero de sangre y un trozo de tela beige rota en el suelo sobre un charquito de sangre... Alzas la mirada, y la pared también está manchada con la marca de una sanguinolienta mano.

Escuchas entonces detrás el sonido de algo al chocar contra metal, parece en los conductos de ventilación.

Cuando veo el rastro de sangre me decido a dar la vuelta. No hay que ser muy listo para darse cuenta de que es mío, y si lo dejé huyendo, más me vale seguir haciéndolo.

Me quedo paralizado ante la visión de la pared, y pongo hacia arriba, despacio, las palmas de las dos manos, observándolas. ¿Qué demonios ha pasado?

Entonces ese ruido. Mi primer impulso es correr hacia adelante, tratar de escapar... haciéndome consciente por primera vez de que aún puedo estar en peligro. No sé ni quién soy, y ya tengo que luchar por mi vida.

Sin embargo, mis alarmas saltan cuando doy los primeros pasos en la dirección de la sangre. No parece que sea buena idea. Quién sabe lo que podría haber más adelante. Me quedo bloqueado, llevando las dos manos a mi cabeza, y busco con la espalda el apoyo de la pared.

Una vez ahí me deslizo hacia abajo, doblando mis rodillas, indeciso, sin saber ni adónde lleva ese pasillo que siento que debería reconocer.

Al comprobar que el chaval iba a estar en buenas manos me separo de él. Me recuerda tanto a Riddick...

Si necesitas cualquier cosa recuerda mi nombre. Soy...

Entonces Nikolai me interrumpe sin miramientos. Disculpa, Nikolai ¿cierto? -le tiendo la mano, mientras vuelvo la cara a George y le guiño un ojo. Vuelvo mi atención al ¿ruso? La nave tiene un tamaño considerable, mientras estuvo en el hangar estuve estudiando los planos y familiarizándome con los pasillos de mantenimiento y demás. Por lo demás... no se. Podemos dividir la nave por zonas y repartirnoslas. ¿Te hace?

Unos meses Samantha, unos meses aguantando esto y podrás volver con tu familia. Recuerda el sueldo.

Sonrío.

Todos poco a poco se estaba reuniendo por grupos según los cargos que tenían, ella no estaba completamente segura de con quien juntarse, pues a pesar de que fue contratada para el "Equipo de mantenimiento" su obligación principal era la cocina, fue cuando se quedo pensando si la tripulación tendría haber y exactamente cuales eran los horarios para servir la comida

Se dirigió hacia Samantha y Nikolai, pues era los que según recordaba, también del equipo de mantenimiento

- Chicos, espero contar con su ayuda para limpiar la cocina, ya que estoy segura que preparar comida para 24...- Voltea hacia donde se encontraba el pequeño polizón de la nave - Más bien 25 personas, creara un desastre en la cocina -

Observo a los demás miembros poco a poco despertando así que al no haber inconvenientes me acerco a mi taquilla y busco unas ropas decentes para poder lucir en caso de tener que negociar, la imagen lo es todo y no puedo permitirme un error en esta misión.

Al ver al niño que ya lo están atendiendo no me preocupo por él, después de todo mis disposiciones son únicamente negociar en caso de ser necesario y de no ser necesario seguir las órdenes del capitán al pie de la letra.

Luego de vestirme me acerco al primer oficial el señor Benth, -Si el capitán me requiere para cualquier asignación estoy disponible, de no ser así entonces me mantendré atento delo que acontezca en la investigación.-

Asiento a las palabras de Margaret. Cuenta con ello.

Sigue viniendo gente para decirme cosas, y yo no dejo de estar bastante nervioso, aunque los tripulantes son, en general bastante amables. El señor que dice que es encargado de seguridad me parece un poco antipático, pero seguro que es por su trabajo. Sonrío a Claude cuando me defiende diciendo que soy un hombrecito.

- Jejeje, gracias. - Le contesto y me pongo un poco rojo y miro hacia abajo mientras me limpio las lágrimas que aún quedan sobre mi cara.

La posibilidad de tener golosinas, como ofrece la chica que es enfermera, me arranca una sonrisa más grande todavía, aunque intento controlarme. No soy un niño pequeño. Soy un hombrecito como ha dicho la otra mujer, así que le contesto con tranquilidad.

- Bueno. Algo dulce no vendría mal para desayunar... Muchas gracias. - Sonrío. - Te sigo...

Pero la doctora me habla a mí y encima dice algo que me paraliza y me hace quedarme blanco. ¿Vacunas? ¿Me van a pinchar? No... recuerdo la última vez que tuve que ir a que me hicieran eso y acabé llorando. Dicen que no duele, ¡pero es mentira! Estuve días con el brazo hinchado, y encima me dio fiebre. Moló porque tuve que quedarme en casa, y me dieron helado, y el primo Rett se puso a hablarme de chicas, aunque yo no le podía atender mucho. Pero me sentía muy mal, así que no fueron los mejores días del mundo.

- ¿Vacunas? ¿Hay alguien enfermo? - Pregunto después de tragar saliva para no demostrar mucho mi miedo. - ¿Es necesario de verdad? No quiero dar problemas, señora. Apuesto a que tienen los botecitos de vacuna contados, ¡a que sí!

Miro hacia todos los demás, intentando encontrar a alguien que me pueda apoyar. No quiero que me pinchen. El piloto se acerca y pienso que va a ayudarme con lo de la vacuna, pero la sorpresa es aún mejor.

- ¿Eh? - Digo, sorprendido cuando me tiende la máquina. - ¿¡En serio!? ¡¡Uaaala!! ¡¡Gracias!! - Se me ha olvidado enseguida el problema del reconocimiento médico y las vacunas. Tener una máquina es una cosa realmente chula. Y el tipo de los ojos rasgados se ha ganado enseguida mi admiración. Agarro la máquina con las dos manos con los ojos como platos, entusiasmado, mirándola maravillado. Es un tesoro que no me esperaba. - ¿Qué juegos tienes? ¿Hay de pelea? ¿De carreras? No, no, no... Espera, espera, si eres el piloto... ¡Apuesto a que hay de viajes intergalácticos y matar bichos alienígenas! ¡A que sí!

Me despierto con un fuerte dolor de cabeza y la mente nublada. Me levanto y reacciono por instinto, las primeras cosas, son  rutina, las demás se encuentran cubiertas por las nubes de la irrealidad y el sueño. Una irrealidad, que poco a poco parece cobrar vida, acercarse, volverse real.

Mi deber, reportarme en el puente de mando y establecer las comunicaciones.

Sonrie al pequeño y se levanta cuando acepta acompañarla, pero al escuchar las palabras de la doctora. La mira a esta y asiento aunque en ningun momento se diriguio a mi.

Es un placer Doctora Alonso. dijo amigable a la que seria su jefa en esta nave. Isabela Payne, enfermera bajo sus ordenes. se volvio a presentar aunque las pantallas dieran su imagen, nombre y trabajo.

Mire a George que se encontraba al lado y pude notar sus nervios cuando se hablo de vacunarle, algo que le hacia gracia porque era comun en los niños tener ese miedo. Sera algo rapido George, es por tu propio bien. Seguro no queras hacernos preocupar por tu salud cuando con un rapido chequeo, veremos solo de darte una vacuna si es necesario. le explico para tratar de tranquilizarlo, aunque viendo lo que le dio el piloto estaba seguro que seria mas que sencillo.

Empezo a empujarlo delicadamente hasta la enfermeria siguiendo a la doctora. No creas que me olvide de los dulces, los tendras mas tarde te prometo. le dijo cariñosamente guiñandole un ojo.

Manfred saludo estrechando la mano a su compañero de seguridad Enmanuel.
-Encantado, yo soy Manfred Vaessen, puedes llamarme Manfred o Man si prefieres. Seré tu compañero junto a la chica. Creo que ya estamos todos los de seguridad.-Eso le recordó algo que había dicho una de las mujeres.

-Señor.-Se dirigió a Viktor.-Han insinuado de un posible polizón ¿Como debemos actuar?

Esperaba una respuesta rápida y directa de su superior, de quien no entendía que tardara tanto en tomar la iniciativa en todo esto. ¿Seria el niño el polizón o había alguien mas?