Así comenzó tu historia...
 

Gynk hijo de Grynkell

Adogold Dragonsbane es como se te conocía, aunque no era tu nombre real. Hijo del líder de la tribu bárbara te adentraste arma en mano a una cueva llena de goblins, con la protección del colgante sagrado... Pero se rompió, como si se tratase de alguna estafa o broma cruel. La arena te envolvió, y todo cambió...

Y ahora continúa tu historia...

Participaste en la batalla inicial contra Rakedus, pero en el momento de la explosión donde empezó el Caos... Tú viste una llave, una llave que tomaste, que te llevó lejos de aquella batalla. ¿Era una posada? ¡Por todos los dioses que sí! ¡Y te encantó!

Todas las almas de los participantes, sus deseos y perversiones, se hacían realidad allí... Y tú eras el encargado de administrarlas. Hubieses preferido luchar, pero darles un trago para paliar sus almas heridas tampoco era, para nada, una mala opción. Incluso yaciste en el lecho de alguna de las participantes, pero... lo más importante es que ahora la puerta se ha abierto y puedes participar en la batalla.

Sabes que ellos no recordarán lo sucedido en la posada, pero poco te importa en realidad, ahora es la hora de darse de leches y... ¡Espera! Algo te está cambiando... Tus heridas desaparecen, tu pelo crece... ¿Estás volviendo a sentirte jóven y fuerte?

Los restos de las arenas que acompañaban a tu ser te rodean, te envuelven, incluso parece que te acarician. Te sientes mejor, más vital, más capaz... Pero también la llave cambia. Eres su guardián ahora, lo sabes. Eres el guardián de un tesoro tan grande que pocos podrían adivinar, además de ser un guerrero como pocos hay.

Estás dispuesto a todo en esta batalla por la Amalgama... Poco te importa el poder que pueda darte, no te hace falta, tienes lo que necesitas... Quizá ahora sí puedas sanar aquellas heridas abiertas en el pasado. Eso es más importante. O quizás, sólo quizás, no sabrías decir si lo deseas o no... Encuentres alguien con quien pasar toda tu vida... Convertirla en una guardiana, como tú. ¿Es eso posible? Estás seguro de que sí...

La llave: Puedes ir a otro plano en cualquier momento, siempre que estés vivo... Una única vez.

¡Fuera de mi propiedad!: Una vez por partida, si el plano donde te has establecido hay más personajes, puedes expulsarlos a otro plano cualquiera. Si lo hicieses, por cada dos personajes (redondeando a la alza) podrás invitar a uno cualquiera a ir a tu plano.

Aprendiz: Al comenzar la partida escogerás a otro personaje, y desde ese momento serás su aprendiz. Sabrás su Capacidad, cada secreto suyo, amores y cualquier otro completamente inconfesable... Aunque él no sabrá nada de tí... Pero tienes que esperar tu momento, cuando él muera, tú aprenderás su Capacidad. ¡Pero cuidado! Si volviese a la vida, sabría que tú eras su aprendiz... Y quién sabe si querría tomar reprimendas contra tí. ¡Ah! ¿Sabías que sigues siendo un aprendiz incluso muerto?

The Shadow

Triste alegría te produce no recordar nada de tu pasado ni de tus orígenes. La oscuridad siempre ha formado parte de ti desde que recuerdas, todos te rehúyen, todos te temen, incluso algunos que se hacen llamar dioses, muchos te odian, eres capaz de alargar las sombras, de mutar sueños agradables en tremendas pesadillas, de caminar entre la vigilia y la realidad. Pero siempre ha sido así, todos sueñan, todos temen... y a todos lados has podido caminar en busca de esas presas y divertirte entre sus llantos. Ya ni siquiera eres capaz de recordar por qué comenzaste, por qué te hace reír, pero sí recuerdas haber devorado pesadillas de otros, seres mitad caballo mitad fuego, ogros enormes, sólo por oponerse a ti, pero ellos no saben que tú eres el verdadero miedo... o al menos uno de sus hijos más privilegiados.

No fue hasta hace apenas unos años que algo cambió, estabas aburrido ¿o aburrida? no importa, en un pequeño pueblo desconocido en mitad de ninguna parte y entonces una niña jugaba feliz con una pelota y tu estómago rugió, tenías hambre y los sueños de esa chiquilla parecían deliciosos. Caminaste hacia ella y te alzaste imponente... y ella se rió. La oscuridad la envolvió devoradora... y ella se rió. Monstruos traídos de los confines... y ella se rió. Retrocediste un paso ¿acaso estabas sintiendo miedo de una simple niña? No, todos tienen algo que temer. O mueren. Abriste tus fauces... y ella te entregó su pelota... y ella se rió.

Desapareciste, huiste de ella. Cuando quisiste darte cuenta tu forma, que siempre había sido la que deseabas, había asimilado la pelota, estaba en tu centro, podías ver cosas extrañas, luminosas, con ella, como su fuese a través de sus ojos... un mundo que siempre te había sido negado, con el calor de la familia, de los rayos del sol. Necesitabas poder.

Entonces sentiste la Amalgama y marchaste allí en busca de su don. ¿Podrías volver a ser la terrible sombra que todo lo cubre? ¿quizá podrías convertirte en la luz que tanto has combatido? ¿era una segunda oportunidad lo que tenías frente a ti o la sentencia de que cuanto eras había muerto... por una niña? Y entonces te reíste.

Sombra del miedo: Una vez por partida puedes escoger un personaje, lanzas 1d20, si sacas 6 o más, muere instantáneamente. Si fallas perderás tu voto hasta que pasen dos anocheceres completos y luego recuperarás esta habilidad.

Pero hay algo más...

Ha escogido un cambio. Ha escogido el sacrificio. Ha escogido lo imposible. Ha escogido seguir a Zyba. Y con ello un Don...

Guardaespaldas: Al amanecer escogerás un personaje que no seas tú mismo para que goce de tu protección, pudiendo coger varias veces seguidas el mismo personaje, tal que le protegerá de cualquier fuente de ataque inclusive salvo del linchamiento público. No obstante, si salvas dos veces seguidas al mismo personaje, tú mismo caerás al terminar el día.

Aún resta un secreto...

Un secreto que sólo será descubierto si su vida realmente peligrase. Pero por ahora, tan sólo aguardar.

Una luz invade tu ser.

Te sientes impresionado, rodeado. Varias siluetas se dibujan enfrente tuya, las identificas rápidamente como Cell, Rakedus y Zyba.

Una mano amistosa te hace girarte y entonces ves a Eir. Ella te sonríe y su sonrisa te calma.

Esto es el Juicio, tranquilo. Estaré aquí para guiarte. Ellos pueden ofrecerte su apoyo si lo deseas, pero la elección final dependerá en exclusiva de tí. No dudes en preguntarme a mí o a ellos si tienes alguna duda, pero recuerda que aquí se pondrá en juego tu Alma, el Don único que te identifica con el resto de la existencia.

Dicho esto, Eir retrocede un paso.

Rakedus avanza con paso confiado mientras las sombras parecen engullirlo.

Has perdido a tu familia, tu amuleto era un timo, te hicieron cicatrices que no olvidarás, te dejaron fuera del Caos... ¡Y ahora pretenden que seas una herramienta en sus manos! No... Tú eres mucho más, en tu interior está la locura por vengarte de tus enemigos, de todo lo que te han hecho. De todo lo que van a hacerte. Déjate llevar.

Las palabras de Rakedus hacen hervir tu sangre.

Has rejuvenecido, tus heridas han sanado en su mayoría. Es hora de dejar el pasado atrás, de mirar adelante, de emprender un nuevo camino. Eso es cuanto puedo ofrecerte para ayudarte.

Cell mira a sus oponentes, coloca la mano sobre su empuñadura.

A veces la solución más sencilla es la correcta.

Me caes bien.

Reconoce Zyba. Te mira de arriba a abajo.

Mientras respetes lo que es mío... Voy a hacerte una oferta. Sí, a tí sí. Te ofrezco que puedas decidir entre la vida y la muerte, a tu antojo, según veas conveniente. Esa es la oferta que te hago. Y no suelo ofrecer nada a nadie, así que medítalo... Con la sabiduría que realmente dispones.

Miro asombrado a todos los seres que se encuentran ante mi... Pero un brillo de picardía se ve en mis ojos.

Un juicio... a mi... por ser quien soy... admitámoslo, no es un juicio... me necesitáis... no me juzgáis... me tentáis.

Sonrío medio de lado ante todas las ofertas...

Mi alma esta en juego, pero qué mejor manera de pasar el resto de mis días con un juego así de interesante. Cell, dices que me ayudaras a seguir adelante, de buscar un nuevo camino.... interesante... pero... ¿cómo?

Acaricio suavemente la llave que llevo al cuello.

Esto promete ser divertido, lo siento Zyba, el control de la vida y de la muerte es aburrido, ¿qué valor tiene la vida cuando puedo controlar la muerte?

Miro a Rakedus sin parpadear...

Rakedus, tu oferta es mentirosa, la locura no lleva a la venganza, lleva al error, como tú mismo demostraste en el pasado... si no, ¿qué haces aquí en esa forma?

Miro con ternura a Eir.

Gracias por tu consejo y guía... pero por curiosidad, ellos me ofrecen algo... ¿tú que ofrecerías?

El camino comenzará cuando sepas de dónde partir, a dónde ir.

Lo entendiste mal. No te ofrezco el control. Te ofrezco la posibilidad de cambiarlo. Una segunda oportunidad, si deseas llamarlo así. O una última oportunidad. O ambas.

Pero aquí sigo, poderoso e influyente. Como los que se mueven en las sombras por mí.

Te ofrecen su ayuda. Así ha sido siempre, y así será. Tú eres tu juez, y ellos son partes del preciado Don que es tu alma. Judga con sabiduría...

Entonces se detiene en unas palabras tuyas.

¿Yo...? No, soy el Dragón de los Caídos. Tarde o temprano, todos terminarán a mi lado. Nada ofrezco, salvo guía. La Amalgama no está hecha para un Dragón de garras jóvenes como las mías.

Ella sonríe con tranquilidad y sus ojos fríos te evalúan.

Miro a Cell con gesto decidido.

De acuerdo Cell... acepto tu ayuda... seré tu "agente", por decirlo de algún modo, pero no te sirvo... eso tenlo seguro.

Juego con la llave entre mis dedos mientras hablo con Cell... pero nunca dejo de mirarlos a todos a los ojos... sin atisbo de miedo o duda...

No busco siervos. Unamos fuerzas entonces.

Cell... ¿Seguro? No habrá vuelta atrás una vez hayas judgado.

Miro a Eir a los ojos.

Si, estoy seguro, he decidido unirme a él. 

Cell te sonríe.

Gracias al cielo que aún queda gente con razón.

Eir extiende su mano y aparece un portal.

Atraviésalo para volver donde debes. Suerte en tu empresa.

Mirando al portal.

En fin... empieza la batalla... deseadme suerte JAJAJA

Un gran destello tras que cruces.

Pero en tu mente, tu juicio ha sido emitido.

La presencia de Cell se hace patente en todo tu ser.

Bienvenido seas al lado del Orden. Te ofrecí un camino. Y eso tendrás, mi Aprendiz.

Aprendiz: Al comenzar la partida escogerás a otro personaje, y desde ese momento serás su aprendiz. Sabrás su Capacidad, cada secreto suyo, amores y cualquier otro completamente inconfesable... Aunque él no sabrá nada de tí... Pero tienes que esperar tu momento, cuando él muera, tú aprenderás su Capacidad. ¡Pero cuidado! Si volviese a la vida, sabría que tú eras su aprendiz... Y quién sabe si querría tomar reprimendas contra tí. ¡Ah! ¿Sabías que sigues siendo un aprendiz incluso muerto?

Escoge a alguien para ser su Aprendiz...

Aunque no te lo creas.... The Shadow... Simplemente porque no hay mejores motivos que ese...