Partida Rol por web

Algo despierta en tí...

Pacto de Locura: Cuando estés muerta, en cualquier momento puedes decidir volver a la vida una vez por partida pero sin la capacidad de votar durante los días impares, pasando a ser un voto aleatorio. No obstante, si vuelves a morir no podrás volver a la vida hasta pasados, al menos, dos amaneceres y dos anocheceres enteros, aunque volvieses a la vida, volverías a dejar de poder votar en los impares para dejar el voto aleatorio.

- Pacto de Locura... - Repito suavemente. - Parece algo más digno de Rakedus que de ti... - Suelto una risilla leve. - En todo caso me gusta, y tengo una deuda con el azar. Podría ser interesante... Puede que lo use pronto.

Sonríe.

Estaba en tí, no en mí.

Sonrío. - Parece que sigues pensando que me equivoqué al elegirte. En todo caso, no lo usaré de momento, ahora todos parecen querer traer de vuelta a la loquita por sí mismos. Son veleidosos e inconstantes, deberían dejarse llevar por la corriente con más tranquilidad.

En realidad... la locura es brillantez, conocimiento, descubrimiento. Nunca dije que te equivocases conmigo. Eres ingeniosa, y al final te alzarás victoriosa. Lo sé.

Algo quiere traerte a la vida... Aunque tiene un precio, puedes elegir: Sucumbir a la Locura, Sucumbir a la Sombra, o pagar para liberarte... Liberándote o de mi Ingenio en busca de un Don, o de tu Agua Negra en busca de una Habilidad, o de tu propia Voz, sin encontrar nada a cambio. El cambio será permanente... Elige bien.

Sonrío de medio lado ante las palabras de Zyba. - Elegir bien... Sabes que tengo una deuda con el azar. No veo mejor forma de pagarla que dejar esta elección en sus manos. Supongo que por eso se me presenta delante la decisión, para que pueda pagarla... - Cierro los ojos durante unos segundos y dejo que el azar tome mi decisión. Finalmente, sonrío de nuevo tranquila. - Locura, ese será el precio.

Ríe.

Cara, acepto, cruz, vuelve a intentarlo.

Te ofrece una moneda, en tono de broma. ¿O no?

Me río con él. - A ti también te gusta jugar... Está bien. - Tomo la moneda y la lanzo al aire para cogerla sobre el dorso de mi mano un segundo después. - Cruz. ¿Vuelvo a probar?

Cierro los ojos de nuevo y dejo que el azar tome la decisión de nuevo por mí. - Ingenio por Don. ¿Te gusta más? - Pregunto con una sonrisa.

Pregúntale a la moneda.

Dice sonriente y tranquilo, conteniendo la sonrisa.

¿Sabes? Realmente eres sagaz.

En silencio, con una sonrisa, vuelvo a tirar la moneda. - Cruz. Ese no es mi destino por lo que parece... Demos otra oportunidad al azar.

Repito el proceso anterior, concentrada, pero sin perder una sonrisa traviesa. - Vaya... El azar elige que sucumba a la Sombra. Pero veamos qué dice la moneda esta vez. - Le guiño un ojo a Zyba antes de lanzarla.

Suelto una carcajada al observar el resultado de la moneda. - Cruz. Zyba... ¿Estás alterando el azar? Si quieres que decida una cosa en concreto, me lo puedes decir, no hace falta que me des una moneda trucada.

Jajajajaa... Jajajajaja...

Se ríe abiertamente.

Es una moneda natural, lo juro.

Alza las manos en un gesto de inocencia y toma tu moneda, la lanza al aire.

Cara, me das un beso. Cruz, te doy... un secreto.

La mira...

Cruz. Te diré algo... La Sombra es la Traición. Rakedus la Locura... ¿O no?

Te devuelve la moneda.

¿Destino? Tu resurrección ha sido cancelada... Por el lado bueno, te ahorras de pagar. ¿Algún otro juego?

Sonrío al escuchar el secreto de Zyba. - La traición... Supongo que Eir es la Sombra.

Un ataque de risa me invade cuando la resurrección es cancelada y tardo unos segundos en recomponerme y poder hablar. 

- Te lo dije: veleidosos e inconstantes. La moneda lo sabía, pues el azar todo lo sabe, por eso siempre salía cruz. 

Sonrío lentamente mientras me guardo la moneda. - He perdido una resurrección, he ganado una moneda llena de sabiduría. He pagado mi deuda con el azar. Puede que use el Pacto de la Locura al amanecer. ¿A qué te gustaría jugar, Zyba?

Aguarda hasta que amanezca entonces. No puedo decirte si Eir es, o no, la traición, quizá en ambos casos sea Rakedus, quizá sea Eir, o quizá ninguna de las dos sea correcta. Creo recordar que lo último a lo que jugué en el bosque era a las preguntas sinceras... y que me tocaba preguntar. ¿No?

Me encojo de hombros. - Ese juego debe ser muy aburrido para ti teniendo en cuenta que puedes leerme la mente, pero si es lo que quieres... Adelante, juguemos.

Elije: morir por salvarle a Él y que Él devore todo. O vivir por condenarle a Él y que tu alma sufra por la eternidad. Y lo mejor... ¿por qué?

Dudo durante unos segundos y al final me encojo de hombros.

- Ninguna de las dos. Prefiero tomar la Amalgama y ocupar su lugar. O que nos quedemos así como estamos... Quiero despertarlo, sí, pero no a costa de mi propia vida ni del sufrimiento eterno de mi alma. Mi deuda no llega tan lejos. De todas formas, puede que dentro de un rato cambie de opinión, nunca se sabe con estas cosas. A veces parece que se estancan y todo se aclara, pero cuando menos lo esperas... Plof... Se ponen a fluir en cualquier dirección... Seguro que sabes a qué me refiero.

- Zyba... No lo tengo muy claro, ¿puedo hacer otra poción durante este día? - Pregunto confusa.

Comprendo, perfectamente. Y sí, elige entre Vida o Muerte.