Partida Rol por web

Ella me habló, claramente intentando hacerme todo el daño del que era capaz. Lo que más me dolió fue la parte de que varios de los que había allí me habían enviado a la muerte y ahora hacían como si nada. Aquello me llegó al alma.

Me habían asesinado por votación popular. Me habían engañado. Me habían insultado. Nadie había sentido lástima por mí. Habían afirmado alegrarse de mi muerte. No podía soportarlo más. Toda la rabia e impotencia que había contenido aquellos días se desató. Apreté mi metálico puño y la golpeé directamente en la cara con todas mis fuerzas, dispuesto a hacerle todo el daño del que era capaz.

Chiyoko, Azura Aqua, Kadogemu y Hitosh

Volteo a ver a Yuki.

El algoritmo los saco a partir de las notas, y tomando todas las variantes de posibles nombres falsos a nombres reales, aun si tuviera una nota mas, del tipo Verdad... tal vez no daría una pista del posible oso oculto entre los que has mencionado Yuki, pero si tengo que descartar a alguien como un no oso es Kadogemu, que no se puso resistencia en votar por los osos confirmados, incluso es uno de los pocos que no quiere mi cabeza en una estaca....

Eso nos deja con dos nombres: Chiyoko y Azura Aqua, pero si aun falta comprobar si loq ue dice Chiyojo es cierto.

Pero de todas formas me acuesto en el piso enojado.

¡¡DE TODAS FORMAS MIS ALGORITMOS HASTA AHORA NO HAN FALLADO Y AL TENIDO UN ACIERTO DEL 100% DE EXITO, PONIENDO A SATO Y KENJI COMO OSOS... INCLUSO DEMOSTRÉ EN EL DÍA 2 QUE YUKI ERA INOCENTE!!, El único algoritmo que no use porque había una falla del 70%, fue con Atira, pero al final demostró que Atira estaba tonto y se termino de matar el sólito.... _{por lo menos el Algoritmo de que Atira estaba tonto, le dio un cierto de 70%}

Y si me guío de nuevo a la nota 2, que Atira gracias a su torpeza, es una nota pura, nos da como resultado a Yuki inocente y un oso entre Chiyojo y Kukiko. 

Me paro orgulloso.

¡Chupame esta Sato!, demostré que yo era el matemático definitivo.

Escucho a Yuki sobre no poder usar su habilidad pero también a Kukiko y sus fuertes palabras al pobre gato.

Ñia

Mmmmmmmmm, ya veo porque Bim aun tiene el dilema de besar a Kukiko, lo entiendo pero eso no significa dar un paso atrás en la relación cada rato.

Mas relajado volteo a Katsumi.

Y sobre encerrar a Azura, Me parece buena idea, incluso podemos enamorar a Azura con Chiyoko, así hacer un escenario tipo de Romeo y Julieta.

...

Aun así Kastumi, falta que el mayordomo que nos explique del cambio de voto... Ya que Miyamoto no hubiera sabido que le habían cambiado el voto, hasta parece que fue a voluntad propia...

Volteo a ver al Mayordomo.

¡MAYORDOMO TE EXIJO QUE TE EXPLIQUES!

- ¡¡¡Altooooooooo!!! ¡¿Qué te crees que estás haciendo?! - la voz de Monokuma surge de la nada y, como siempre, el oso bicolor también. En este caso, se dirige directamente a Yuki.

- ¡¿Te has vuelto completamente loco?! ¡¿Violencia física en la Hope's Peak Academy?! ¡¡Este juego no consiste en ese tipo de violencia, Yuki Ishida-kun!! - grita el oso... mientras enseña amenazadoramente sus garras.

- ¡Que no vuelva a repetirse! ¡Te lo advierto, ese cuerpo mecánico tan realista que tienes ahora lo construí yo! ¡Conozco perfectamente sus puntos débiles! ¡Así que ándate con cuidado! - advierte Monokuma.

Después se dirige a Kukiko.

- ¿Te encuentras bien, Kukiko-chan? - murmura el oso, algo inseguro, y de la nada se saca un pequeño botiquín y le ofrece tiritas a la chica.

Y después de eso, desaparece.

¡Pela de Chicas!

Y era de esperar que alguien tan desequilibrado termine a los golpes, lo cual no me defiendo y le permito que se descargue como un animal. Si no tolera un debate, si no acepta su propia realidad, no es mi asunto. Tampoco los demás le van a creer por eso, es estúpido. 

Así que mientras recibo aquel golpe en medio de la cara, donde siento que un tío es quien me está golpeando no una chica. Lo dejo hacer hasta que Monokuma la detiene, lo cual asiento con la cara con la cara llena de sangre, ni sé si me rompió la nariz. Quizás si. 

- Ku... Kumiko. ¿Me... Me ayudas? - digo. 

Y cojo el botiquín con las tiritas, dispuesta a ir al baño o donde sea para limpiarme la cara. 

Arisaka abrió mucho los ojos, pero para cuando entendió qué estaba pasando... Ya era demasiado tarde como para interponerse. No era que no entendiera perfectamente la rabia que Yuki tenía que estar sintiendo, ni que no pensara que Kukiko se había ganado ese puñetazo a pulso, pero las reglas eran las reglas, y ya habían visto qué pasaba cuando alguien se las saltaba.

─ ¡Yuki-kun! ─Se acercó tanto para calmar al chico como para asegurarse de estar en posición de intervenir si, por lo que fuera, la cosa iba a más─ Por difícil que sea... No dejes que las provocaciones te afecten. Sabes que no es verdad. Yo mismo no estaría aquí de no ser por ti, y no me refiero a tu Monotool, si no a que te aseguraste de que siguiera pensando y no tirara la toalla mientras estabamos eliminados.

Suspiró (O realizó el equivalente robótico a suspirar) y miró a Kukiko.

─ Te pavoneas de ser inmutable, pero ver una única posibilidad como cierta y rechazar todas las demás sin llegar siquiera a planteártelas tampoco dice nada bueno de ti. Espero de verdad que tu corazonada no esté equivocada.

Niña Rosa se había sonrojado, por alguna razón, cuando había tomado una palomita. ¿Qué tenía de especial comer una palomita? «¿Por qué...?» y entonces Bim recordó el contexto, apartando con ello rápidamente la mirada aunque sin poder evitar ser amenazado con un cuchillo por Niño Gato.

—S-sí... están buenas —dijó luego de tragar... ¿Por qué Niña Rosa se había puesto así? No lo entendía. Después de haberle pedido a Ojeras que la enamorase, ¿ahora ella...? Bim se revolvió el cabello con frustración. Era demasiado difícil entender a una mujer.

Creepy apareció luego, aunque cual boss de cierto juego, parecía haber perdido la mitad de la salud de su barra de vida, evolucionando así a su segunda fase: Super Creepy. Super Creepy daba más miedo que Creepy. Había explicado que ella no era la que revivía pues Niño Bola se había revivido solo, aunque eso no era nada que no supiesen ya, y de hecho no recordaba si había sido Ojeras o Happy que habían explicado que Niño Bola y Creepy eran casi necesariamente de bandos distintos. Cierto era que el argumento de lo cámara no perdía ninguna validez, pero sí que perdía mucho peso al haber nuevos e importantes argumentos en el otro extremo de la balanza.

Aunque había estado a punto de responderle con todo lo que pensaba al respecto y recordarle el momento en el cual había dicho que había hecho uso de su poder, o el momento en el cual había mentido sobre el mismo, Creepy le dijo que Niña Rosa se sonrojaba por cada cosa que... ¿que él decía?

Bim analizó a Creepy.

Y la siguió analizando.

Un rato más.

Y entonces.

Se dio cuenta.

«¿Qué?»

¿A qué se refería con que se había sonrojado con cada cosa que él le decía? ¿Era eso cierto? No, Creepy debía de haber visto mal, ¿verdad? La única razón por la que Niña Rosa se había sonrojado había sido por las palabras de Niño Gato enfrente a todos; cualquiera se sonrojaría por algo así, pero eso no significaba nada... o... ¿sí? Aun así, Creepy se equivocaba una vez más al decir que la quería poco y nada. Eso no era cierto. Bim la quería como... como... —Bim era malo con las metáforas.

—Como a una galleta —declaró con seriedad y casi olvidando que los demás no podían leerle la mente. Esto último significaba también que no podrían deducir así sin más cuánta importanciales daba a estos alimentos, teniendo en cuenta que su dieta consistía principalmente de galletas. Más o menos.

—Varios han preguntado por Niño Espada. El Oso Maloso le había dado varias advertencias y Niño Gato es quien puede encerrar por el día, con lo cual yo descartaría que hubiese alguien con una Monotool capaz de encerrar por las noches —a menos que esa fuese su extensión—. ¿Ayer votó o intervino en algún momento? Si no lo hizo supongo que lo más probable es que el Oso Maloso se lo haya llevado a divertirse por ahí. Y con divertirse no me refiero en absoluto a divertirse, por si alguien se lo preguntaba. Si sí votó e intervino entonces no sé qué le haya podido pasar. Y sí, Ojeras, yo también descartaría que hubiese nadie capaz de forzar Monotools, al menos no con vida y por una sencilla razón: Si fuese un oso, habría jodido a Kute al menos una vez. Si fuese de la esperanza habría copiado la habilidad de Kute para encontrar osos. Hasta donde sé no se ha dado ninguno de los dos casos.

Luego Niña Rosa había dicho que prefería tontear con él y que...

«¿Qué?»

¿A qué se refería? Bim miró a Niña Rosa con los ojos achinados. «No sé en que estás pensando» pensó, esperando que de alguna forma un canal telepático se abriese entre ellos dos para así poder leerle la mente e intentar entender qué estaba pasando. Fuese como fuese, luego de eso Niña Rosa dijo algo muy cierto, y eso era que estaban considerando inocentes confirmados a personas que no eran en absoluto inocentes confirmados: Bailonga, Creepy, Referencias, Onee-chan, Niño Gato, Alfred, Niño Leche, Niño Espada y... "él" No se contaba a sí mismo en esa lista pero cualquiera podría decir eso, con lo que al final eran nueve; ni tres ni dos ni uno. Nueve. No podían pasar eso por alto y confirmar a inocentes de forma arbitraria.

Lo que pasó luego fue... inesperado. Happy le pidió que buscase a alguien más a quien acosar, lo cual de forma inevitable le trajo a Bim flashbacks de Vietnam. Niña Rosa respondió con dureza y Happy respondió a su respuesta con más dureza, pero esta vez se trataba de una dureza distinta, una dureza con sabor a metal y sonido seco. ¿Había enloquecido? En un arrebato de ira había golpeado a Niña Rosa con su puño robótico. Seguramente no se habría atrevido a hacerlo como humana. «Malditos androides...» pensó Bim. Pero de hecho lo había gritado.

¡Malditos androides!

Bim se apresuró a interponerse entre ambas, aunque la situación parecía haberse calmado.

—¡Happy! ¿Qué haces? —inquirió—. No sólo has golpeado a alguien simplemente por no estar de acuerdo contigo —que aunque quizás impactaba a la vista, lo cierto era que eso no era lo peor de todo— sino que te has puesto a tí misma en riesgo de que el Oso Maloso tome cartas en el asunto de forma seria sin razón alguna. —Bim suspiró—. Por favor, dejen estas estupideces para después y compórtense como personas civilizadas. No podemos perder tiempo con estas tonterías —afirmó algo molesto. Era irritante ver que era el único que parecía totalmente centrado en la investigación.

La chica cayó al suelo del golpe, sangrando por la nariz. Miré mi puño, que ahora estaba algo manchado de sangre. Yo mismo estaba sorprendido por lo que acababa de hacer. Yo no era una persona violenta. Todo lo contrario. Pero todo tenía un límite. En aquel golpe había depositado no solo la ira debido al acoso de Kukiko, sino toda la que había acumulado desde que fui ejecutado injustamente.

El maldito oso bicolor no tardó en aparecer, amonestándome verbalmente. Por lo visto, las faltas de respeto y provocaciones estaban permitidas, pero la violencia no. Pensé en decirle algo al respecto, pero sabía que no valdría de nada. Y además, ¿qué sentido tenía protestar por aquello cuando nos estaba obligando a matarnos entre nosotros?

Arisaka-kun acudió rápidamente para calmarme. Dirigí una última mirada a Kukiko y me alejé de la chica y del oso, con la cólera y la angustia fluyendo por todo mi cuerpo.  Mientras me alejaba, dirigí una furiosa mirada a Yoru por un momento, pero no le dije nada. ¿Acaso le parecía gracioso aquello? ¿No había oído la parte que estaba relacionada con él?

—Sí. Sí dice la verdad. Decidieron matarme por votación popular. Y sólo una persona se ha molestado en intentar disculparse. Algunos incluso se han burlado de mí. ¿Tú crees que merecen siquiera que les ayudemos? —¿Podía llorar este cuerpo? Probablemente no, porque entonces estaría llorando en ese momento.

» He puesto todo de mi parte para ayudar a la esperanza a ganar. Pero lo único que he recibido a cambio son insultos, burlas y descréditos. Y nada de gratitud. ¿Por qué tengo que ayudarles siquiera? Ninguno de nosotros hemos decidido participar ni hemos elegido nuestro bando. Los osos son tan víctimas como nosotros. No merecen morir más que los demás. Parece que nadie más se ha dado cuenta.

» Quería encontrar a los osos lo antes posible para acabar el juego cuanto antes y reducir las muertes al máximo. Pero ¿sabes qué? Ya estoy harto. Si tanto molestan mis aportaciones, mejor cierro la boca. A partir de ahora no voy a intervenir. Ya han demostrado que no se merecen que me esfuerce por ellos. Que resuelvan esto ellos solitos —afirmé de forma contundente, y me alejé del grupo.

Me levanto y abrazo a Yuki cuando él se intenta apartar - Son unos tontos, están cegados y quieren ver la respuesta más fácil - Azura comenzó a lagrimear al sentir la piel de Yuki y ver qué no era como antes - Si me quitan mi monotool y gastan la votación en mi los osos ganan - digo mirando a los demás y soltando a Yuki - Si las cuentas de Arisaka son ciertas, con que el 50% de los vivos sea un Oso, perdemos a excepción de que el 50% de la esperanza sea Miyamoto o yo porque nosotros tenemos formas de que en la votación no sean mayoría, pero si además de gastar su voto en un inocente ese inocente es quien puede evitar que los osos no sean mayoría en la votación, puedo decir que ya perdimos - Creía que esto se iba a alargar cuando revivieron tres compañeros, pero seguiríamos condenando a esperanza a la muerte

Vuelvo a ver a Yuki - Sé fuerte y que los insultos no cambien tu juicio - me limpio las lágrimas y miro con odio a todos los presentes - Si me quieren muerta que los osos gasten una noche para matarme.

En medio de mi dolor físico mientras intento quitarme la sangre y toda la que se ha montado, solo respondo a él (Arisaka). 

- Me parece bien que la defiendas, aunque si analizas sus palabras es una contradicción constante. Pero da igual, quiere que tengan lastima de ella, que se apiaden. Háganlo, yo paso a quinto plano. En serio que si. - digo en un tono apesadumbrado, dolido. 

Era un puñetazo de un robot, no descarto que me lo merecía pese a que la verdad duele y la hipocresía se bebe a sorbos aquí. Hay gente que mata a sangre fría y te sonríe como si nada, gente que te lincha sabiendo que eres inocente y está todo bien mientras ninguno se lamenta de las muertes bajo el mando de Monokuma. Yo que digo las cosas en la cara, recibo el golpe de gracia. 

Si es que las personas no razonan, jamás lo harán. Una pena, al fin de cuentas todos los presentes merecemos esto. TODOS.

​​​​

¡¿Pero que demonios?! Yuki, basta ya con ese tema de víctima. Muchos han Sido eliminados de esa manera y no lloriquear tanto, nos equivocamos, si, pero la cosa estaba entre dos inocentes y tocó elegir. Nadie se está burlando. Ojalá hubiésemos tenido la opción de no votar pero es lo que hay. Tenemos que acabar con los osos antes de que todos muramos y no matarnos entre nosotros.
Me acerco a Kukiko y comienzo a ayudarla.
Y tú tranquilizate, dejas ya los insultos y vamos a centrarnos.

 Finalmente, y a diferencia de otras ocasiones, ahora el nombre de Kadogemu estaba siendo invocado con mayor tendencia entre sus compañeros. Kadogemu en cuestión, se estaba dando cuenta de este suceso y las gotas de sudor en su frente no tardaron en hacerse notar. El orondo muchacho tapaba la mitad de su cara con la nueva foto que le había otorgado Monokuma, para evitar tener que afrontar a todas esas acusaciones y dichos que estaban lanzando todos con su contra. Que se mantenía al margen, que no hablaba de sus habilidades, que no compartía el contenido de su MonoTool. Todas cosas que, si bien pdían ser verdad o exageraciones, le ponían al muchacho entre las personas con más dudas en su contra de los presentes. Lo cual era algo que le gustaba para nada.

- D-don't... Don't look at me! ¡Yo no he hecho nada malo! ¡Déjenme en paz, pandilla de bravucones! ¡De todas las personas aquí, soy el que menos daño le ha hecho a alguien! ¡Sáquenme de sus conversaciones y olvídense de mi existencia, como han hecho hasta ahora! ¡Como todos han hehco conmigo toda mi vida! ¡NO ME MIREN!

 Ofuscado, el muchacho se da vuelta de forma dramática y se va a un rincón, completamente molesto con que los demás le tengan tan poca estima y sospechen tanto de él.

─ Cada día que sobrevivimos, todos tenemos que votar para matar a alguien ─Replicó, desanimado─ Lo que te ocurrió no fue justo, Yuki, pero... Nada de esta mierda lo es.

» No importa si lo merecen. No tienes que hacerlo por ellos. Hazlo por tí mismo. Hazlo por los que están muertos. Hazlo... Por lo que se supone que todos eramos antes. ─murmuró, dejando caer los hombros, recordando las fotografías y el último dibujo de Mashiro─ Y esto... También va por ti, Kukiko. A estas alturas, no voy a pedir algo tan fútil como que nos llevemos bien. Pero por muy mal que hayamos empezado... La única forma de terminar esto es colaborando, abriéndo la mente a nuevas opciones y replanteando las cosas en las que hemos podido equivocarnos.

» Y soy el primero en incluirme en eso, porque soy de todo menos infalible.

También era trágicamente consciente de que aunque había pedido colaboración, eso era una espada de doble hoja, pero no iba a entrar en eso: Era algo que todos sabían demasiado bien, y más ahora que el tiempo de volver a sus habitaciones se acercaba. Aún así, sí que miró a un Kadogemu que había reaccionado tan fuertemente a las sospechas sobre él.

─ A estas alturas... ─comentó en voz baja─ Irónicamente, alguien que no habla en absoluto puede ser casi tan sospechoso como alguien que miente más que habla. No juegues esa carta. No es que nadie te haya vetado la opción de participar. Y suele decirse mejor tarde que nunca.

En el calor de aquella discusión y malentendido, si se le podía llamar así a un robot golpeando a una persona con sus nudillos, Bim había olvidado la pregunta más obvia de todas.

—¿Estás bien, Niña Rosa? —Normalmente era una pregunta pésima. Cuando veías a alguien que se acababa de tropezar y dislocado una pierna preguntarle que si estaba bien no ayudaba ni aportaba nada, menos aún teniendo en cuenta que claramente no estaba bien. Aún así, era costumbre, tradición y obligación hacerlo, y no iba a ser él quien desafiase aquel dogma milenario—. ¿Te duele? —Y ahí iba otra pregunta poco útil. Salía sangre, claro que dolía, ¿cómo no iba a doler? Si alguien no lo tenía claro podía pedirle a Happy que lo golpease en la cara. Así obtendría una respuesta más rápida y detallada—. Déjame ver... —dijo mientras se acercaba a ella y le corría el pelo de la cara para ver la herida, contusión o a saber qué—. No luce bien —y raro sería que lo hiciese—. ¿Por qué no lo esquivaste? —Bim no lo entendía. ¿Por qué Niña Rosa se había dejado golpear? ¿Acaso...?

—Así que a ti te... gustan esas cosas, ¿no? —Entonces había sido por eso que... Tenía sentido. Bim se volvió hacia Ojeras y analizó su cuerpo. «Tiene sentido» pensó. Tenía sentido.

A pesar de que todavía quedan muchas preguntas en el aire y una tensión sexual por resolver, un pequeño detalle ha atrapado la atención de Aki, que no puede apartar la mirada de Chiyoko. Ha vuelto tan... cambiada. Tan... Hacia unos días, la chica le había recordado a una actriz de la época del cine mudo. Pero se había equivocado. Ahora mismo le recordaba más bien a cierta actriz alemana, cuyo nombre no recordaba, pero cuya imagen en un traje negro de hombre se había quedado grabada en su mente tras tanto ver la película. Ahora estaba seguro de que tenia delante de él a toda una estrella en potencia. Otra razón más por la que se lamentó del juego en el que estaban metidos. Las cosas habrían sido tan diferentes si hubieran podido tener un año escolar normal...

- Gracias, Kumiko. - digo sonriendo apenas. 

Junto a ella pude detener la sangre y colocarme una tirita en la nariz. Encima es un lugar muy molesto, no solo porque duele en demasía sino porque suele sangrar muchísimo. Al menos ya no estoy como salida de una película de terror, ahora solo estuve en el ring con Rocky Balboa. 

Y en medio de ello, se acerca Bim. Me sorprende que lo haga, considerando todo lo que hemos pasado. Quizás le importo algo o no, no tengo mucha idea ahora mismo. No obstante le permito que se acerque. 

- He tenido mejores días. - respondo. - Duele mucho, seguro se rompió la nariz.

La pregunta tras mirar con detenimiento me sorprende, está claro que no lo esquivé porque en el fondo siento que me lo merezco, pero también porque jamás había peleado con alguien en mi vida y no sé cómo defenderme. Una cruda realidad. 

- Hm... No me gusta, en absoluto. La violencia nunca fue un medio de satisfacción personal, igual no lo esquivé porque no sé cómo hacerlo. Jamás he tenido un enfrentamiento físico con nadie... ¿Tu sabes pelear? -​​​​​​ Le pregunto. - Aunque quizás si me convierto en un robot, comienzo a repartir. Quien sabe. 

Noto que me mira, ahora mismo no soy la sensualidad en persona, que estoy salida de una película de terror. Lo bueno es que luego de la nariz rota, ya no hay vergüenza. Y recuerdo, ya que lo tengo cerca, hacerle de nuevo esa pregunta. 

- ¿Por qué querías que tú y yo estemos juntos? - pregunto. 

A Niña Rosa le gustaba el sadomasoquismo, esa era la conclusión a la que Bim había llegado. Esa era la razón por la cual se había dejado golpear y por la cual había elegido a Ojeras: todos sabían que los robots tenían más fuerza que las personas, lo cual se traducía en una mayor capacidad de ejercer prácticas sadomasoquistas. Por otra parte que lo negase era entendible, después de todo, debía de ser esa clase de persona que se hacía cosas como quejarse por ser acosada pero en el fondo lo disfrutaba. Bim no acababa de comprender su mentalidad pero no era quién para juzgar.

—Descuida, no tienes que mentir. Tu secreto está a salvo conmigo. No te juzgaré —le susurró luego de que la chica dijese que no le gustaba. Bim carraspeó—. Sí, sé pelear. De hecho, aunque no lo creas he participado incluso en peleas profesionales, de esas que tienen ring, presentador e incluso cone... Ehm, y esas cosas. Aún recuerdo aquella vez que me enfrenté a mi némesis —recordó, nostálgico y abstrayéndose de todo lo que ocurría a su alrededor.

Era literalmente una bestia en el cuerpo de un hombre, un demonio encarnado, un ser al que agregándole un par de cuernos se le podría llamar Satán. Su fuerza era inigualable, ¿su velocidad? Inhumana. Los músculos de sus piernas parecían haber sido forjados con acero macizo y me atrevería a decir que a estos robots los desensamblaría de una única patada. Apareció de la mismísima nada y aunque al llegar causó risas y carcajadas en muchos, quienes lo tomaron por un cualquiera, sus sonrisas pronto serían borradas de sus rostros, en algunos casos para siempre. En todos y cada uno de sus combates, aunque no en todos de forma sencilla, dejó a sus oponentes en un estado de coma permanente, llegando a un punto en el que ya nadie quería enfrentársele, temerosos de las potenciales y desastrosas consecuencias.

Yo era un joven don nadie, había participado en algunas peleas, sí, pero no estaba ni cerca de ser un invicto como él y era impensable que alguien como yo pudiese hacer nada si ambos estuviésemos en el ring. Enfrentarlo no era una idea que siquiera me hubiese planteado jamás, él estaba en las grandes ligas, ¿y yo? Un amateur, mi carrera apenas estaba empezando y lo había hecho de hecho con el pie izquierdo. Aun así, luego de ver cómo hacía pedazos a mi luchador favorito me dí cuenta de que había algo que no podía soportar. ¿Por qué llegaba a tales extremos? ¿Qué necesidad tenía de causar un daño irreversible, irreparable, pudiendo ganar sin eso? No lo entendía y no lo aprobaba, así que decidí ponerme como objetivo enfrentarlo y hacerle lo que él le había hecho a tantos. Entendía a lo que me estaba arriesgando pero alguien debía hacerlo, y ese sería yo. Sólo uno ganaría. Sólo uno se iría al hospital de por vida.

El gran día había llegado, él y yo, sólos en el ring. Fuera, mis fans, principalmente chicas por algún motivo, me animaban con furor, vistiendo distintos cosplays sugerentes posiblemente esperando captar mi atención, pero no podía distraerme: tenía un objetivo, una misión, un destino que alcanzar y muchos dientes que romper. La campana sonó y lo que vieron mis ojos me enfureció. En lugar de atacarme, me miró con aquella fastidiosa sonrisa maliciosa que acostumbraba a llevar desde que se había convertido en leyenda y movió dos veces el dedo índice en su dirección, provocándome para que lo atacase.

Bim sonrió.

No estaba preparado para lo que se le venía encima. Fuera, mis fans fritaban con furor que las mirase, ¡pero no podía dejarme distraer! Embestí a toda prisa contra él, haciéndole ver que le daría un gancho izquierdo sólo que para al último instante cambiar mi equilibrio al otro lado de mi cuerpo y disparar un veloz gancho derecho superior. Ví como la expresión de su rostro cambiaba de satisfacción y seguridad pura a un estado de miedo, alarma y desconcierto al percatarse de lo que estaba por suceder: iba a perder. Justo en el último instante, cuando estaba a punto de golpearlo, usó la técnica prohibida y desapareció. Nunca más se le volvió a ver en el ring y su paradero es aún desconocido. —Bim parecía frustrado—. Ese tigre, felino, resultó ser un roedor, una rata, y ahora se esconde quién sabe dónde. Mi misión no ha cambiado: encontrarlo y derrotarlo para así pod—la pregunta sorpresiva de Niña Rosa descolocó a Bim y borró por completo la atmósfera que había ido generando mientras contaba la historia.

—Yo... —¿Por qué le preguntaba eso? ¿Estaba... molesta? Después de todo, quizás sí la había fastidiado. A nadie le debía de hacer mucha gracia que alguien apareciese de forma totalmente espontánea a disuadir a la persona con la cual se acababa de declarar, en el caso de Niña Rosa, Ojeras—. "¿Por qué?", dices... No... lo sé. ¿Por qué será? —preguntó mientras sonreía, intentando quitarle hierro al asunto y desligarse de tener que responder aquella pregunta, pasándole la tarea de responderla a Niña Rosa.

Azura Aqua acudió a consolarme. Me dio un abrazo, lo que me hizo sentir mejor tras tanto mal trago. Me di cuenta de que estaba llorando. Al parecer, de verdad se preocupaba por mí.

—Gracias, Azura —dije, en voz baja. Y asentí cuando me pidió que no cediera ante los insultos.

Arisaka-kun intentó animarme a que siguiera colaborando. Debía admitir que tenía razón. Alguien debía morir cada día, porque Monokuma así lo quería. Y como yo mismo había dicho nadie había aceptado participar en esto. Nadie merecía morir. Debía ayudar todo lo posible para acabar esto cuanto antes y evitar todas las muertes que pudiéramos. Pero era muy difícil seguir adelante cuando mis supuestos compañeros no paraban de tratarme mal.

—E…Está bien. Seguiré ayudando a resolver esto. Gracias, Arisaka-kun. —Tras estas palabras, lo abracé con fuerza. Él había mencionado antes que de no ser por mí, él no habría llegado hasta aquí. Pero lo contrario también era cierto. Él también me había ayudado mucho cuando más lo necesitaba. De no ser por él, ¿quién sabe lo que me habría pasado? Quizás hubiese sucumbido a la locura. Debía continuar también por él. No podía abandonarlo ahora.

Veo como todos se pelean, Yuki le da un golpe a Kukiko, Yuki habla de sus sentimientos, Azura también habla se sus sentimientos y Kukiko habla sobre no a la violencia junto a la trágica historia de Bim... y yo a un lado del todo, esperando respuesta de Miyamoto y 

Mucha drama.

Pero antes de seguir afilando mi cuchillo por Bim, escucho a Kukiko comentar a Bim, de estar juntos

AAAAAHHHH

Pero antes que Bim le diera un "SI" Espete parece desviar la pregunta, esto me molesta.

Mmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmm, creo que Bim es una cabeza hueca.

Levanto la mano y señalo a Bim.

¡Bim!, así lo hace los hombres, sin mucho rodeo.

Volteo a ver a Chiyoko

Me acerco, pero muy cerca de Chiyoko

Es hora de mi dulce venganza.

Antes que Chiyoko pudiera reaccionar, la tomo y le Robo un beso.    aun varios sentimientos encontrados había y estaba algo sonrojado era mi coraje para demostrar a Bim como besar a una chica que no me importo si Chiyoko le diera asco o se enojara. 

-Mmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmuaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa-

Cuando la termino de besar doy un paso atrás. aun sonrojado pero con mucho orgullo le hablo a Chiyoko

¡HAS SIDO BESADA POR MI!

¡¡KIBOU!!

Volteo ahora a Bim

¡Así lo hace los hombres Bim!

Dejando a espaldas a Choyoko y esperando una paliza o patada por parte de ella, pero era tanto mi coraje y mi enojo a Bim que no me importaba.

Después de hacer la orden de Kibou de votar por Mashiro, solo fue cuestión de tiempo para que el día se volviera raro. Desde fantasmas a Robots de nuestros compañeros muertos junto a que Mashiro me acuso de ser un oso y esta inicio a hablar mucho junto a las grandes peleas de Yoru, Bim, Chiyoko, Yuki, Atira y Kukiko. Para mí fue un dolor de cabeza. Así que tome el equipo de limpieza y inicie a darle brillo al lugar. cuando cae la noche y ver como Mashiro era ejecutada, fui a la cocina a limpiarla. Después de un rato en la cocina y escuchar que mis compañeros hablaban de parejas, hay logro entender que ya se habían calmado. Salgo de la cocina y voy a donde están todos.

¡Buenas! como dice la señora Katsumi y la orden de Kibou, no me deja de otra que contar el ¿por qué cambie el voto?, si digo todo, tal vez un oso salga a la luz trago saliva La verdad fue que.... veo como Yuki la robot golpea a Kukiko, luego como Yuki y Azura lloran para luego terminar como el señor Kibou le roba un beso a Chiyoko. Creo que mejor me voy a otro lugar. Me voy a mi cuarto.