Partida Rol por web

Aquel calabozo estaba conformado por un largo pasillo con celdas a ambos lados del mismo, bien señaladas según números romanos del "I" hasta el "XI". Todas ellas estaban equipadas con una pequeña y mugrienta cama, así como un bacín La única entrada visible que hay era la que daba bajo las escaleras del Gran Comedor. Todo estaba hecho en piedra y en roca, sin contar con los barrotes de hierro.

Las llaves de las celdas se encontraban en un llavero al lado de la puerta, el cual estaba bien sujeto por un cable de hierro a la pared, pues al parecer no se deseaba que estas llaves se perdieran o incluso que salieran de la estancia. Aún así, el cable es lo bastante alargado como para abrir la celda más alejada sin problemas. El final del pasillo estaba decorado con un círculo que ponía "XII" y bajo había un pequeño pedestal con una imagen grabada y una pequeña bolsa. A su derecha había un pequeño pasillo tenuemente iluminado por un candelabro en la pared que daba a una puerta de madera.

Por lo demás, todo era lúgubre, húmedo, sucio y mugriento. Telarañas y alguna que otra gotera puntual con su correspondiente charco bajo esta. Se podía escuchar cuchichear a las ratas, así como los cienpiés y las arañas corretear por todos los lugares. Muchos podrían desear volver a la estancia anterior, junto a los animales muertos antes de seguir con los vivos.

Cuando nos acercábamos a la celda que recluiría a la Baronesa observé que  el señor Maynard venía a nuestro lado. En cambio el Doctor Smith y el buzo, o se habían retrasado o no tenían intención de venir. Reflexioné sobre la actitud de Alice hasta ese momento, en verdad pensaba que era inocente, y que sus supuestas amigas la hubieran traicionado votando en su contra, me intrigaba y no entendía cuál podía ser la verdadera razón. Sabía lo que me había contado Irina pero no sabía la versión de Alice...

- Señora Baronesa...¿me permite llamarla Alice? Cuando sus amigas Irina y Eider entraron al gran comedor para votar. Mencionaron que habían sido atacadas por una multitud de tortugas asesinas, cientos de ellas, una vez que se escuchó la melodía del piano. Usted misma me ha entregado la caja de música y ahora mismo está en manos de messieur Maynard. Entiendo que su versión es correcta y si han votado en su contra, cosa que se a ciencia cierta...solo me hace pensar que la ven como culpable de todo aquello. ¿Podría hablar de lo sucedido y quién se encontraba en esos momentos allí? Le diré lo que sé, y si le parece bien me completa los datos que faltan...

En el gran salón, se abrió el globo terráqueo tras presionar los países en relieve en un cierto orden, y dentro se encontraba una corona extraña y el mini-bar personal del Barón. Se también que la estatua con la balanza estaba desequilibrada y que al colocar 8 vasos de agua la balanza se equilibró. También pude observar que de la cabeza de la serpiente habían sustraído algo pero desconozco el qué.

Todo estaba lleno de agua, hasta la chimenea...y después está lo que le he contado que Irina ha mencionado, lo de las tortugas asesinas y la melodía del piano. ¿Cómo se relaciona todo esto? Eider e Irina afirmaban que estaban con ustedes el buzo, el doctor, usted y ellas dos...¿Maynard y McOwen no estaban presentes y desconocían ese hecho? 

Queria creer en la inocencia de la baronesa pero quería que me lo contara en persona y no por terceras partes. Si la habían acusado en las votaciones es porque o bien había hecho algo sumamente molesto para las jóvenes o que había atentado contra sus vidas. Si iba a apoyarla, traerle comida y proporcionarle la posibilidad de defenderse frente a un ataque al liberarla de sus esposas, merecía una respuesta por su parte...

No haga caso, le han dado una excusa barata. Es cierto que al tocar la melodía en el piano se abrió una puerta en el patio de cristal, la que llevaba hasta el invernadero donde usted me encontró, de hecho. El caso es que, al parecer, un montón de tortugas enfadadas y hambrientas guardaban la entrada y se enfurecieron aún más. Nos atacaron, pero no a ninguna de ellas dos, que salieron corriendo, sino a mi y al señor Maynard aquí presente que corroborará lo que le estoy contando. Posteriormente, mientras ellas corrían a votarme supuestamente por que atenté contra su vida (cuando la peor parada fui yo y ni siquiera sabía que hubiera tortugas allí), yo conseguí comida en la cocina y se la ofrecí a las tortugas calmándolas y permitiendo que tanto el doctor como yo accediesemos al invernadero. Usted luego accedió por la misma puerta cuando las guardianas ya se habían calmado.

En cuanto al salón, mientras los puzzles del globo terráqueo y la estatua fueron resueltos yo no estaba allí. No sé como lo resolvieron. Yo allí solo resolví el puzzle del piano con la caja de música que usted vio.

Ayer pude ver que había un pasadizo secreto detrás de la chimenea del salón. Quise llevar a un aparte a la señorita Serra para contárselo, pero el señor Maynard, tal y como les decía antes, no se separó, y yo no confiaba en él. Ahora tengo mis dudas, pero supongo que no me queda más remedio que confiar. Así que hoy me metí por ese pasadizo. Al meterme estaba McOwen en el salón pero no había nadie más. Él se vino conmigo. El pasadizo llevaba al taller de mi marido. Allí es donde puede encontrar el martillo y donde yo me encontraba cuando se resolvían los puzzles del salón. También allí estaba la caja de música que usé para abrir la puerta hacia el invernadero. En ese punto encaja la historia completa que ya hemos hablado

Escuché atentamente las palabras de Alice. Parecía que no estaba mintiendo pero faltaba un dato importante que aún no había mencionado. ¿Y McOwen? ¿Dónde hacia aparición en toda esta ecuación? ¿Dónde estaba ese taller donde estuvieron a solas? Ella afirmaba que él era inocente con total seguridad al igual que Smith...

¿Y respecto al señor McOwen? ¿También estaba con ustedes cuando todo lo de las tortugas ocurrió? Afirma que tiene plena confianza en él y que estuvieron juntos en el taller...¿De qué taller está hablando? ¿Cómo consigo ese martillo para liberarla?

Hice un boceto del castillo con el bolígrafo que traje del gran comedor en una de mis servilletas y se la tendí para que marcará la posición del taller. 

Pero si se lo he dicho... estese más atento por favor. En el salón hay una chimenea con un pasaje oculto. Lo vi ayer. Me metí hoy al amanecer por él. McOwen estaba en ese momento en el salón y me siguió. Estuvimos juntos en el taller y no me atacó. Por eso creo que es inocente. Aunque estaba como ausente. Yo resolví varios puzzles y me fui dejándole allí. No sé donde está ahora, pero la última vez que le vi estaba en el taller. Quizás siga alli. En el taller aún hay cosas por hacer. Cajones cerrados sin aspecto de poder ser abiertos y una fábrica de cornamentas como las de la pared del recibidor. Por favor, vaya allí y consiga el martillo. Luego vuelva aquí a quitarme esto. Como ve, sigo con las esposas.

- Le doy mi palabra. También vendré de mañana a traerle el desayuno. De verdad siento esto, si es usted inocente lo demostraré y la sacaré de aquí. ¿Hay algo que quiera decirme que pueda resultarme de ayuda? No sé si quiere comentar algo...

Una vez la introduje en su celda busqué si había algún mecanismo o algo que permitiese retirar las esposas. Alguna apertura o similar.

Por desgracia las esposas parecen no poder ser retiradas de ninguna forma, salvo rompiéndolas, o que el mecanismo interno se abra por su propia cuenta. 

Una vez encerrada la baronesa en la celda VIII y depositadas las llaves en su respectivo lugar, me acerqué hasta el círculo con el número XII. 

Observé la imagen y con sumo cuidado traté de averiguar qué había en la pequeña bolsa 

Corroboro lo que ha contado acerca de las tortugas. Las tortugas estaban molestas por que William la cagó. Muy hábil lo de la comida por cierto, el buzo me llevó encima ya que su traje lo hacía invulnerable... Aunque al principio no pudo por el peso y creo que voy a tener un chupetón de tortuga en eo cuello durante el resto de mi vida. En cuanto a la balanza del salón, lo que había fue la bola que tengo en posesión. Visto que no puede quitarle las esposas, creo que lo mejor hasta que pueda regresar es que le devuelva al menos el cúter. Ningún asesino que intente atacarla esperaría que la hubieran dejado a usted armada. Es más... Yo preferiría estar esposado pero con el cúter encima. Tendría el factor sorpresa y ellos no.

Dicho esto, se puso a examinar la bolsa bajo el símbolo del número XII

Alice Backwell fue encarcelada aún esposada y sin ningún tipo de defensa ante los atacantes, si es que hubiera alguno aún suelto; en la celda VIII, al parecer a Gérard Mercier le pareció correcto recorrer más de la mitad del pasillo para escoger un lugar correcto para encarcelar a Alice. Su capricho, se ha de suponer.

Por otro lado; ambos caballeros una vez encerrada a Alice se dirigieron hacia el contenido de aquella bolsa, en la cual tan solo había unas cuantas canicas con simbología extraña. 

Por otro lado, en donde estas se encontraba, al parecer había un dibujo grabado en la piedra de un reloj de arena, con un total de 7 agujeros.

Recogí las canicas y probé a ver si encajaban en los respectivos agujeros

En efecto encajaban.

Observé por los alrededores si algo había cambiado...el pedestal, la zona del circulo XII

Después observé con detenimiento las distintas canicas, los signos, simbolos y/o relieves que pudiesen tener. 

Tomé las canicas, las guardé dentro de su bolsita y tras colocarlas en mi maleta les comenté a Alice y Jorge.

- Voy a tratar de llegar al taller y recoger el martillo, ¿puede indicarme exactamente como entrar por la parte de atrás de la chimenea del gran salón y una vez dentro que camino recorrer hasta llegar al taller? Por favor, traté de recordar todo lo que hizo para que no haga el camino en vano ¿Presionó alguna combinación? ¿Movió alguna figura? En cuanto a su protección, creo que si el señor Maynard se queda aquí haciendo vigilancia hasta que regrese en  breves y coloca una brida para que nadie pueda mover las llaves por el cable, deberías estar segura. No es que desconfíe pero prefiero mantener el cutter yo mismo por lo que pudiese ocurrir. comenté tratando de ser sincero y esperando una explicación detallada de cómo accedió por el pasadizo de detrás de la chimenea. Esa zona la había registrado con detenimiento y nunca había encontrado un pasadizo cómo indicaba la baronesa.

De momento guardaré yo las canicas y cuando averigüemos cual es el orden para colocarlas en los respectivos agujeros nos reuniremos aquí los tres. Regresaré trayéndole el desayuno Alice, soy un hombre de palabra. Señor Maynard, confío en que protegerá a la baronesa hasta mi regreso. Nos vemos pronto.

Dicho eso salí de la estancia en dirección al gran salón para acceder desde allí al taller.

Me dirijo al Patio de Cristal, máster. 

Guardo en mi inventario la bolsita con canicas.

Le doy al señor Mercier las indicaciones necesarias para acceder al pasaje secreto de la chimenea del salón y que pueda llegar al Taller.

Examino con detalle mi celda