Salgo hacia la nueva y secreta estancia.
El Buzo entra en escena seguido muy de cerca por Eider e Inara.
Ambos encuentran a Alice en la celda "VIII".
Reviso el círculo, el pedestal, la bolsa y la imagen
Inara saluda al buzo inclinando la cabeza y se acerca a la puerta de madera. Después saca su llave e intenta abrir la puerta, sin perder de vista al buzo ni a Eider, que parece interesada en el pedestal.
Al parecer el pedestal era un puzzle, y ya había sido resuelto por alguien más con anterioridad.
Por otro lado; la puerta de madera no tenía cerrojo, tampoco estaba bloqueada, se podía pasar al otro lado.
Inara se asomó y vio un pequeño pasillo con dos puertas, una a cada lado.
Vaya. Parece que por aquí se puede seguir avanzando. ¿Vamos? -le dice Inara, situándose entonces entre las dos puertas.
El sitio es de lo más siniestro posible. Ni siquiera nuestras vestimentas es la adecuada. Procedente de la lejanía nos llega el sonido de unos llantos, acompañados de un: ''¡Sacadme de aquí!'' . Es Alicie, quien por votación había sido arrestada. Por mis pies, casi desnudos, noto cierto insecto recorrer, por lo no puedo evitar un chillido ahogado. Las arañas y yo... nunca nos hemos llevado nada bien.
Sin ir más lejos, llegando a la celda de Alice, noto la presencia de alguién más. Por lo que me giro rápido a la denfensiva.
-¡B-Buzo! -exclamo sorprendida-, pensaba que estabas aún en el patio, aunque fue ahí donde os dejé con el señor John.
Me acerco a aquel número romano XII, inspeccionándolo, sin reparar en la pobre Baronesa, el cual había sido ya resuelto. Al escuchar la puerta de madera abrirse por Inara, camino hacia ella deprisa.
-Hay dos puertas... ¿Qué hacemos? No podemos decedirlo a la tolera. Hagamos una cosa. Intentemos abrir las dos puertas y le arrojamos unas piedras -digo agachándome para coger dos-, como suelen hacer en las series de misterios...
Inara asiente ante la sugerencia de Eider y coge una de las dos piedras. Sin perder de vista al buzo, se sitúa junto a Eider entre las dos y...
-¡AHORA! -exclama Inara, mientras abre su puerta, procurando que ocurra al mismo tiempo que Eider la suya, lanzando la piedra y ocultándose.
Decidida, me alejo de la puerta una vez lanzada la puerta, esperando la respuesta de algún sonido procedente de ella.
Escuchan como ambas piedras chocan contra el suelo y rebotan un par de veces, no parece que haya nada peligroso a simple vista, o al menos, nada que pueda suponer una trampa que se active por una pequeña piedrecita.
. . .
Si queréis entrar en una puerta, estas son "lugares nuevos" a los cuales gastar un viaje.
Pero al menos se podrá mirar desde el marco de la puerta y ver que hay, no seas así. Dos movimientos son muy pocos, al menos ábrenos el apetito con algo, porfaaaaa
Inara mira a Eider y ambas asiente, totalmente de acuerdo.
-Vamos por la izquierda -le digo y me dirijo junto a ella y el buzo hacia la izquierda.
-El camino de la izquierda -digo caminando hacia buzo y agarrándolo de la mano para que continúe con nosotras-, no está bien quedarse solos en lugares como estos.
Sin más miraciones nos quedamos los tres en el marco de la puerta, escuchando los sollozos interminables de Alice.
-Caminemos por aquí.
Acto seguido, caminamos por la puerta izquierda los tres.
A mano derecha parece ser un pequeño taller de madera, con herramientas de talladura, algunos objetos de madera repartidos por todos lados, unas pequeñas ventanas al exterior; algunas pinturas de colores.
A mano izquierda parece ser una sala algo mayor, repleto de tuberías y grandes calderas, todo está oscuro; pero se puede distinguir montañas de carbón en una esquina, troncos de madera cortados. Alguna que otra señal de precaución.
Entiendo que Inara fue a la izquierda para volver junto al Buzo y Alice al Calabozo.
-Y recordad, si os movéis ahora, ya no podréis votar o explorar otro lugar.
Acepte la invitación de Eider y seguí a las dos mujeres al cuarto de las calderas.
Ya que parecía que no había mucho más que investigar en los calabozos
Alice en ningún momento grita ni pide que la saquen de allí.
En cambio si oye las voces de las dos chicas que habían votado por encarcelarla.
Buenas tardes chicas. Si no os importa, me gustaría hablar con vosotras. Creo que el hecho de que quisiera hablar antes con vosotras os ha llevado a desconfiar de mi o que, según el sumiller, me echáis a mi la culpa de lo de las tortugas. Esa culpa la ha admitido el doctor. Además, que no os supuso ningún daño, solo a mi y al señor Maynard, así que si os acercáis al menos os contaré lo que no pude deciros antes y acabó por provocar vuestra desconfianza.
No parecía preocupada en absoluto.
Me acerco hacia Alice al oírla hablar.
--¿Donde se encuentra Jorge? Llevo esperándole toda la noche y estoy preocupado por él ya que vino a acompañarte con el somelier.
me imaginé que Inara y Eider podían reconocer mi voz pero en estos momentos estaba preocupado por Jorge en compañía de ese somelier