Partida Rol por web

- De nada. - Respondí, con una sonrisa al ver que le gustaba la pizza. Después me quedé pensativa, analizando la información sobre Poron. - Quizá fue él quien cambió a Tetsuo... Y a ti por extensión. En todo caso, estando muerto no nos preocupa. Lo importante es que no puede volver.

Hice una pausa, antes de volver a preguntar. - ¿Qué le dijiste a Ira? ¿A por quién le propusiste ir? Espero que te responda pronto, tengo que tomar mi decisión en las próximas horas...

- Le he propuesto ir a por Gabriel, no habría forma de conseguir que aceptara ir a por Marceline y los demás no son una opción, espero que no se ponga difícil, no quisiera tener que negarme.- la posibilidad de una discusión con Ira me preocupaba, era impredecible y no quería que se me complicara más, bastante había liado ya las cosas Ivhone.

- Yo también lo espero. - Asentí, un poco pensativa. - En todo caso, avísame en cuanto diga algo... Si se pone pesada con que Gabriel es para ella y todo eso... Ofrécele que lo ataque ella y vigila tú, o no vigiléis ninguna. Al fin y al cabo Nil ya no está, y Yormund hace mucho que no cuenta nada sobre sus noches. Si quieres le puedo pedir a Gabriel que diga que mañana te mirará a ti porque estás muy callada últimamente o algo así. Eso te daría la excusa.

- Malas noticias, Ira se está poniendo pesada con lo de Gabriel, dice que es suyo y que va a cumpliar la normas... ¿qué normas?- solté un gruñido de enfado.- Ese jueguecito que se trae es absurdo. Necesito alguna treta para dirigirla hacia Marceline, para que quiera quedarse con su puesto. También que Eko diga que está protegido y que cualquiera acabará como Annie, así se le quitará la obsesión de ir a por él.

Asentí con la cabeza a la petición de Alexia. - Voy a poner a los chicos en marcha entonces. Todavía tengo una idea un poco alocada por si lo de ahora no funcionase... Pero inténtalo con lo que dirán los dos ahora. También puedes decirle a Ira que sin Lennish no podrá hacer su duelo con Gabriel. Ella era necesaria para obligarla a votarse a sí misma. Y sin ese voto, las cuentas son imposibles. La única forma que tiene ahora mismo de enfrentarse a solas con Gabriel es por la noche. En todo caso, que vaya a por Marceline sería la mejor opción, así que intenta dirigirla hacia eso.

Tras varios segundos en silencio, mi mirada se volvió hacia Alexia. - Voy a traer a Andrew. - Informé con tono tranquilo. - Pero antes de que te pongas a dar saltos de alegría, escúchame... Voy a enviarlo a por Ira esta noche. Si la protección de ella funciona con los ataques nocturnos, es probable que él no llegue al amanecer. Tendréis poco tiempo para estar juntos en ese caso. - Hice una mueca con los labios, sabiendo que sería doloroso para ella. - Lo siento, pero es la única opción. Todo debe terminar esta noche. 

 Miré a los dos alternativamente, dudando sobre algo. - A él no sé si sería mejor decírselo o que no lo sepa, así que por ahora no se lo digáis. Según cómo se tome su vuelta se lo diremos después...

*Después miré a Yormund para decirle solamente unas palabras. - Tú ya sabes lo que tienes que hacer. - Me dirigí a Alexia de nuevo una vez más. - En cuanto sepas a por quién iréis vosotras, dímelo cuanto antes. Es vital saberlo para que el plan funcione.*

Me levanté y con un movimiento rápido desenfundé a Irad y lo extendí a mi lado antes de sentarme de nuevo con las piernas cruzadas a lo indio. Cerré los ojos y me concentré, empezando a murmurar una letanía antigua, ya casi olvidada, que acudía a mis labios cada vez con más naturalidad, como si llevase toda la vida con ella en la cabeza.

Durante un segundo, la alegría me invadió deseaba volver a ver a Andrew, pero esa alegría duró poco por la certeza de que volvería a perderle, me tapé la cara con las manos tratando de controlar mis emociones. -Al menos tendré tiempo para despedirme de él, aunque no pueda decirle la verdad.

Cambié de tema porque no soportaba seguir hablando de conseguir que Andrew volviera pra perderle de nuevo.- Por fin Ira se ha pronunciado, he conseguido que acepte ir a por cualquiera de los dos, ha dejado la decisión en mis manos. Se me ha ocurrido una idea, para que no sospeche cuando le diga que iremos a por Marceline. Ivhone lo propuso con al intención de controlar el cementerio, le contaré que usaremos el poder de Marceline y la caída de Liam para hacerla pasar a ella por inocente y cargar la traición en uno de vosotros. A ver si me explico bien, desde el principio le he dicho que mi mejor arma es que no sospechais y que me respetáis por mi  poder, la idea es que crea que tras la muerte de Marceline os diremos que al hacerle sucesora le ha convertido de traidora a inocente. Le pediré que se acerque a Gabriel, ya que él desea tanto ver su lado bueno, con mi poder veré a Liam y os diremos que la inocencia de Marceline ha pasado a Ira y la maldad de Liam a uno de vosotros. Estará convencida de que se librará de las votaciones y así no sospechará nada. ¿Qué te parece? Cómo todo acabará esta noche no tendrá importancia después, sólo necesito que confie en mi hasta el amanecer.

Suspiré y respiré profundamente mientras abría los ojos. - Andrew debe estar a punto de llegar. No sé por qué está tardando tanto, quizá al esperar para usar mi poder va más lento... O quizá es por llevar tantos días muerto... Pero llegará, está hecho.

Asentí con la cabeza a las palabras de Alexia y escuché su plan atentamente antes de hablar de nuevo. - Sabía que lo lograrías. - Empecé, dedicándole una sonrisa. - En cuanto a tu plan... Puedes decirle lo que desees, al fin y al cabo, aunque no terminase todo al amanecer, tenemos controladas las votaciones y sin Liam ella no tiene nada que hacer. Cuéntale lo que quieras para que confíe en ti...

Me detuve a pensar un instante antes de seguir hablando despacio. - Pero ten en cuenta que tu plan tiene un fallo... Tú no podrías mirar a Liam hasta el atardecer, así que no podrías decir que lo has hecho por la mañana. No sé hasta qué punto Ira entiende cómo funciona tu poder, pero si le cuentas eso, sé consciente de que te podría salir por ahí. Bien, id vosotras a por Marceline entonces. Si crees que te sería más fácil convencerla de ir a por Gabriel, también sirve, Yormund se encargaría de Marceline... ¿Qué prefieres? ¿A quién le tienes más ganas? 

Me lo pensé unos instantes antes de decidir.- En realidad no me importa ir a por ninguno de los dos, dependerá de lo que quieras hacer. Es decir, lo que necesitamos es que muera Marceline, yo no tengo inconveniente en ir a por ella. En ese caso, ¿mandarías a Yormund a por Gabriel o a por nadie?, ya ha muerto dos veces y aunque sea un capullo, si no es necesario que haya más muertes... no sé, tal vez estar aquí me ha ablandado.- me encogí de hombros, el pulpito me hacia gracia y matarle por tercera vez me daba lástima.

Guardé silencio un par de segundos, pensando en ello antes de responder. - Creo que lo mandaría a por Gabriel. En privado, en el mundo de Zagam, nos ha demostrado que es un hipócrita, aún más de lo que ya habíamos visto antes. No creo que sea de fiar, y me ha dado más de una vez la impresión de que quería quedarse él como Guardián del Sello... No puedo permitir eso. 

Me encogí de hombros. - No me gusta ese hombre y cuantos menos salgan de aquí con el Último Legado mejor, toda esta guerra no habría tenido lugar si no se hubiera extendido su existencia desde la batalla anterior. Además... Tras su apariencia de correcto milord inglés, esconde un verdadero monstruo, esta mañana pudimos ver su aspecto real... Y te aseguro de que es algo que no le deseo a nadie. Creo que su hora llegó hace mucho y tan sólo ha estado retrasándolo por una especie de añoranza perdida. Incluso le haremos un favor, pues él desea terminar su tiempo en la tierra, pero no se atreve a hacerlo por sí mismo. - Expliqué, arrugando la nariz al recordar la verdadera imagen de Gabriel.

Suspiré y recapitulé. - Así pues, id vosotras a por Marceline si es lo que prefieres... Y tú Yormund, encárgate entonces de Gabriel. En cuanto llegue Andrew le encargaré que él mate a Ira. Y con esto haremos que todo termine esta noche. Por fin...

- Espera Zyllah, si Gabriel va a morir igual entonces que vaya Yormund a por Marceline, así no tendré que inventar nada con Ira, sólo le prometeré que sufrirá que al final es lo que ella quiere.- traté de frenarla porque de esa forma no tenía que arriesgarme a que Ira no creyera lo que se suponía era un plan perfecto.

Asentí a las palabras de Alexia y reorganicé de nuevo las órdenes. - De acuerdo, si así te será más fácil tener a Ira contenta, entonces vosotras id a por Gabriel. Yormund, tú te encargarás de Marceline... Y puedes ensañarte todo lo que quieras con esa... gallina emplumada y soberbia. Y en cuanto llegue Andrew le encargaré que él mate a Ira. 

La miré y suspiré. - Espero que os dé tiempo a estar un rato juntos antes de que anochezca... Por si acaso. 

Al llegar al lugar pareces perdido, hasta encontrar la piedra central, donde Zyllah descansa esperando verte llegar… al igual que su látigo espada, sus cadenas se aferran a tu piel, haciéndote su prisionero, y su compañía en este viejo y olvidado lugar…

Andrew, aquí tienes a tu Domina… Zyllah aquí esta tu lacayo, unido a tu alma contra viento y marea, como parte de una misma piedra, heridas que se juntan en una misma raíz…

Antes de abrir los ojos ya pude sentir su presencia en el lugar. Respiré profundamente, todavía con ellos cerrados y una sonrisa satisfecha, pero un tanto incierta se esbozó en mis labios. Cuando los abrí, los clavé directamente en los de Andrew, mientras me ponía en pie sobre la piedra central. 

- Bienvenido, Andrew. - Dije con voz suave, antes de fruncir un poco el ceño, notando que el joven había perdido de su interior al que realmente yo quería traer. - En realidad, esperaba que Azhariel viniese contigo... - Con un movimiento rápido de la muñeca recogí y enfundé a Irad. Sin dejar de mirarlo, le hice un gesto con la mano para que guardase silencio por ahora. - Él ya sabía de sobra de qué va todo esto... No sé cuánto te habrá contado de su situación al final de la batalla anterior, pero no quiero que te equivoques conmigo. Yo no soy Verona. No vamos a ser hermanitos como decían ellos, ni tomaremos las decisiones juntos. - Suspiré, recordando que Azhariel también había tenido que soportar a Helmuth como regente. No llegaría a ese extremo tampoco, pero no lo diría por ahora. - Estas son las reglas. La primera. Aquí mando yo. Y fuera también, al menos en ti. - Me encogí de hombros. - Supongo que ya sabes que es inútil que te resistas. Por ahora quiero que mantengas en secreto que te encuentras aquí. Si te preguntan, di que tras las últimas votaciones el tatuaje te dio el poder de volver por ti mismo, y eso hiciste. No quiero que se sepa lo que puedo hacer, ni que estás encadenado a mí. Al menos por ahora. 

Hice una pausa, sin tener claro cuánto tenía que explicarle y cuánto ya sabría gracias a la unión que había tenido con Azhariel... Y decidí explicar todo por si acaso. Ya empezaba a aprenderme el discurso de memoria a pesar de las pequeñas variaciones. - Como ya sabrás, tu vida está ligada a la mía. Si me pasa algo, también te pasará a ti. Pero no a la inversa. Así que no creas que eso te da poder sobre mí. 

- La siguiente. No harás nada que pueda perjudicarme. Directa o indirectamente. - Esbocé una sonrisa de medio lado antes de puntualizar. - A no ser que yo te lo pida. Si tienes dudas sobre si algo puede perjudicarme, me preguntarás antes de hacerlo. Y por favor, controla tu lengua, no quiero que me pase como a Helmuth.

- Si me sirves bien y sobrevives, cuando todo termine, te liberaré y podrás seguir tu vida con normalidad. Volver con tu familia, ir con Alexia a Siberia, o lo que tú quieras... Si no... - Mi mirada se posó durante un instante en Yormund y Naica, recordando su llegada y los momentos de después, antes de continuar hablando, con un tono más duro que antes. - Bueno, te basta con saber que no tendré reparos en obligarte a cumplir mis órdenes, quieras o no. Él puede confirmártelo.

Suavicé mi tono y busqué de nuevo los ojos de Andrew, escrutando en su interior, buscando a Azhariel en él. - Lo último que tienes que saber por ahora es que no estamos trabajando solos. Contamos también con Eko, que por cierto, te manda recuerdos, antes también contábamos con Zagam, pero ahora... - Dejé la frase en el aire, sin terminarla. - En fin. Por lo que a mí respecta, todos salvo nosotros cuatro y Eko me importan poco. Sean traidores o no, me da igual que mueran si eso sirve a mis objetivos. 

Con un ademán, le señalé a Alexia, que se encontraba cerca de Saskia, sentada en un amplio sofá verde oscuro, pegado a una de las paredes, con una mesa de madera delante con una pizza y una taza humeante sobre ella. - Alexia es una de las traidoras, pero está de nuestra parte, ahora que te lo explique ella mejor si quiere. Lo que debes saber es que la tenemos infiltrada dentro. Yormund es como tú, va por su cuenta. Todo va a acabar esta noche, vamos a hacer que termine. - Lo miré seriamente antes de seguir. - Espero y deseo que no hayas cambiado y sigas teniendo el poder de matar a alguien por las noches, porque quiero que esta noche te encargues de Ira. Mientras tanto, hasta ese momento... Te recomiendo que aproveches para estar con Alexia, no sabemos qué sucederá al amanecer.

Hice un gesto hacia el lugar donde nos encontrábamos y tomé asiento de nuevo sobre la piedra, cruzando las piernas a lo indio. - Mientras estés aquí puedes hablar con total libertad. Decir lo que piensas, incluso avisarme o rebatirme si crees que me equivoco en algo. Las decisiones son mías, pero no me considero infalible ni nada por el estilo. Me gustaría conocer tu opinión sobre las cosas. Y cuéntanos... ¿Qué se cuece en la cabeza de Marceline? Ella no nos cuenta casi nada de lo que sucede allí, y en lo que cuenta se equivoca una y otra vez. ¿Qué ha dicho Zagam desde que llegó? ¿Y qué ha pasado con Azhariel?

Andrew abrió los ojos y al principio no entendió nada, pero al ver los grilletes lo entendió todo. No tuvo que escuchar las palabras de Zyllah, ya sabía lo que hacía allí y en el fondo se alegraba, sobre todo cuando vio a Alexia allí. No pudo contener la sonrisa.

Dejó que Zyllah hablase, en realidad tampoco tenía demasiada opción, ya que había sido ordenado a callar. Cuando la Grovehn terminó su discurso y le preguntó directamente respondió primero a sus preguntas.

Es un... placer verla aquí, supongo. Dijo, con cierto tono cínico y haciendo una reverencia exagerada. No le gustaba el tono que había usado, sobre todo al principio. Se sentía contento de estar ahí, pero no le gustaba que le tratasen así. Marceline cree que al matar a Ira y a Liam acabará todo... y tiene razón. Sospecha de Eko y también de ti, o eso parece. No sabe lo que escondes y alguna vez ha demostrado su inquietud sobre ello... o esa es la impresión que me ha dado.

Respecto a Zagam, se ha mantenido muy enigmático. Es consciente de que todo está a punto de acabar, pero no ha dado nombres y no ha dicho nada. Se ha hecho el interesante, básicamente, y se ha ganado pocas amistades ahí abajo... Aunque tampoco se habla demasiado. Se ha perdido la esperanza, todos pensábamos que no íbamos a volver... Como Azhariel. Me imagino que seguirá allí. El semblante de Andrew se ensombreció. No le gustaba la idea de que su amigo muriera de aquella forma... Sobre todo por el padre del chico alado. Solo tenía a Azhariel. Siento que sea así.

Entrecierra los ojos y mira a Zyllah. Porqué tiene ese maldito crío mi poder? Acaso mi muerte tuvo algo que ver? Recordaba el dolor, el intenso calor. Era como tener llamas por dentro, llamas que se extendían y acababan con su cuerpo desde dentro. Llamas que obligaron a intentar sacarse aquel calor a arañazos y lo llevaron a su horrible muerte.

Se acercó a Alexia y tomó aire antes de dirigirse a ella. Su tono se volvió más amable, más cercano. Sabía que muchas cosas habían cambiado tanto con ella como con él... Pero no quería que eso cambiase su relación. Puedo? Le preguntó con una sonrisa. Parece que volvemos a estar en el mismo bando... Me sentí fatal cuando cambié de bando. Me di cuenta de que no íbamos a poder acabar los dos con vida, pero ahora eso ha cambiado. Sabes lo que piensan de mí los demás asesinos?

Escuché a Andrew, ignorando su inicial tono cínico sin problemas. A estas alturas, después de soportar a Yormund durante días, ya no me afectaba algo así. Me encogí de hombros ante sus palabra y no dije nada hasta que terminó. No pude evitar observar con una sonrisa cómo se acercaba a Alexia. No sabía cuánto duraría, pero me alegraba de verlos juntos y estaba expectante por ver la reacción de ella.

- Marceline no tiene ni puta idea. - Dije con voz suave, tratando de no interrumpirlos. - Ella no sabe que Alexia es una de las traidoras, y si yo no la hubiese traído aquí, eso sería nuestra perdición completa, pues terminando con Liam e Ira no sería suficiente. Pero por suerte las cosas no dependen de Marceline. Y no nos viene mal que siga en la ignorancia mientras haga lo que ha prometido hacer... Me alegro de que no sepa lo que escondo, y con lo bocazas que es, espero que no lo descubra. Esta noche Yormund se encargará de ella y si las cosas salen como deben, ella se llevará a Liam consigo. 

Hice una pausa entonces, para encogerme de hombros. - Yormund ya llegó a mí con ese poder. No fue él quien te mató, si es lo que sospechas. Su cambio fue al volver de la muerte, creo que por algo parecido a lo que te hizo cambiar a ti, pero consigo mismo. En todo caso, no puedo negar que nos ha venido bien. 

Pensé durante un instante en el amigo de mi madre, que por lo que parecía había quedado atrapado dentro de la mente de Marceline. - Siento lo de Azhariel... Ojalá haya podido escapar y volver a su cuerpo allá donde esté. Si no, quizá al menos pueda reunirse con Valfar, es lo que lleva años deseando.

Finalmente observé a la pareja unos instantes y les hice un gesto hacia el resto del lugar, lleno de otros pasillos y salas similares a esta, pero sin la gran piedra central. - No puedo prometeros una intimidad completa, pues por las características de este sitio, escucharemos todo lo que habléis, además, al estar dentro de mi mente, podré sentir lo que hagáis... Pero si queréis ir a otra sala para estar juntos y lo más solos que se puede aquí dentro... Bueno, que no me parece mal, vaya. Al fin y al cabo, ya tenemos toda la noche preparada y todos sabéis ya lo que tenéis que hacer. Y si tengo que deciros algo, lo puedo hacer aunque estéis en otra sala. Si queréis podéis aprovechar lo que queda de noche para estar juntos. - Terminé, mientras una sonrisa se dibujaba en mis labios al mirarlos.

Andrew miró a Zyllah algo enfadado. Para qué? Al fin y al cabo es bastante probable que sea mi último día con vida. Si me mandas a por Ira moriré. Lo sé. Lo sabes. Alexia lo sabe. Todos lo saben. No entiendo porque no lo mandas a él-señala a Yormund con la cabeza-sería todo más fácil.

Mira a Alexia con una mezcla de tristeza e ilusión. Al menos he podido volver para despedirme y dejar todos los temas zanjados.

El momento había llegado, no podía dejar de caminar por la sala ansiosa y preocupada, cuando le vi aparecer me tensé a la espera de su reacción. Ahora sabía sobre mí y temía que me despreciara por ello, esperé en silencio a que Zyllah acabara su discurso y esbocé una sonrisa cuando lo escuché, era casi idéntico a lo que me dijo a mí.

La reacción de Andrew me tomó un poco por sorpresa, no esperaba que la hablara en ese tono, pero las cosas era un poco diferentes ahora. Atendí a su explicación sobre el otro lado y a la respuesta de Zyllah, por muy contenta que estuviera la información era importante y cuando acabó el pulso se me aceleró, había llegado del momento de afrontarlo. Sus palabras me aliviaron tanto que dejé escapar todo el aire que había estado conteniendo, no me odiaba, no me podía creer que tuviera tanta suerte. Miré a Zyllah antes de contestarle. –Gracias por lo que has hecho-.

-Tú puedes… siempre.- Le dije sin esconder mi alegría.- Yo también lo pasé mal, no sabía que habías cambiado y estaba convencida de que me odiarías cuando lo supieras, tampoco quiero que nuestra relación cambie, te he echado de menos.  Quiero que sepas que no tuve absolutamente nada que ver con tu muerte.- ante todo necesitaba que estuviera seguro. –Sólo queda Ira y no es muy comunicativa, aún no ha reaccionado a tu regreso  pero me da igual, puedo controlarla. Con Liam no tengo contacto y, en su caso, me importa todavía menos lo que piense.  Llegados a este punto lo único que me importa es acabar y que nos marchemos de aquí, a ser posible juntos… si tú todavía quieres, claro.- una risilla divertida salió de mi labios al escuchar la oferta de Zyllah, resultaba realmente interesante pero no era una decisión que pudiera tomar sola, debía ser cosa de los dos. Crucé mi mirada con la de Andrew- ¿Quieres aceptar su oferta?- le pregunté nerviosa. Su respuesta me decepciónó un poco, ese aspecto cínico me sorprendía porque no era propio de él, pero la muerte nos cambió a ambos. Miré al suelo con tristeza -al menos es mejor que nada- murmuré apesadumbrada.- Todavía no pierdo la esperanza, al fin y al cabo no esperaba volver a verte.

Enarqué una ceja ante la actitud de Andrew. Parecía que en la intimidad no era tan carismático como solía mostrar de cara a la galería. ¿Su amabilidad y simpatía habituales eran una máscara? No parecía el mismo joven de hacía unos días atrás, eso seguro. 

De nuevo ignoré su tono y me encogí de hombros, antes de hablar con voz seria, perdiendo la sonrisa. - Para empezar, no sabemos si eso que tiene Ira también le sirve durante las noches. Tenemos la esperanza de que no. Para seguir, te aseguro que me encantaría enviar a Yormund y no arriesgarte a ti. Aunque sólo fuese por Alexia, que se merece salir de este lugar y ser feliz. Pero no puedo. El tatuaje de Yormund le permite llevarse a alguien al morir y ha decidido que si le pasa algo seré yo quien le acompañe. Y detrás de mí, vendríais Alexia y tú.

Fruncí el ceño, mirando a Yormund con la mirada ensombrecida durante un instante. - Así que, por mucho que me gustaría que se arriesgase él y no tú, sería absurdo, pues al arriesgarlo a él, nos estaría arriesgando a todos. - Suspiré, haciendo un gesto con la mano con un mensaje claro. "Esto es lo que hay". - Como ves, eres el único que puede hacerlo. Alexia no puede, ya que se supone que ellas van en equipo. Pero para terminar, creo que pase lo que pase al amanecer, deberías aprovechar cada minuto con la persona a la que amas. - Si es que realmente la amas y no era teatro. - No pude evitar pensar viendo el cambio de actitud del muchacho. - Haya un futuro o no para vosotros, al menos hay un presente. Y eso es más de lo que tenías hace unas horas.

Me alejé de él con tristeza y me senté en el sofá que Zyllah había conseguido para mí y Saskia saltó a mi lado.- Dejalo, si no quiere no voy a obligarle.- me encogí de hombros, en esos días se había convertido en una amiga y no quería que la actitud de Andrew la molestara. -Sé que preferirías mil veces arriesgar a Yormund. Tan solo es una decepción más, estoy empezando a acostumbrarme.