Partida Rol por web

Marceline asintió ante las palabras de Zyllah. Luego vio el espectáculo de Gabriel, y puso cara de "lo sabía" mientras miraba a Liam. - Si he entendido bien las palabras de Gabriel, y por lo que había estado suponiendo por la insinuación de Nil y tu comportamiento, imagino que en tu interior tienes una... condena. Lo único que desconozco, más por tiempos que por las palabras de Gabriel, es si ya se ha desencadenado. En caso negativo, me dará pena que vayas a morir sin haberte convertido en un traidor de los que tienen capacidad de matar por las noches. Aunque no por ello sea ese el único tipo de traidor ni con menos peligro.  - dijo desviando la mirada en Ira - Y si ya eres parte de ellos, pues nos veremos en el otro lado. Y si bien Annie debería ir delante de ti, no voy a negar que me sentiré más a gusto acabando con ella el próximo día que contigo. Y seguro que Azhariel se quedará más a gusto acabando contigo.

Luego miró a Yormund y también se encogió de hombros - Si estuviera segura que Annie es ya la única con capacidad de matar, yo iría a por ella para evitar que matase a nadie. En el peor de los casos, antes de ello habría convertido a Liam definitivamente a su bando, pero eso lo solucionaríamos en las votaciones, mientras no lamentaríamos una muerte más. Pero no puedo asegurar lo primero, y por supuesto, no es mi poder. En cualquier caso, queda anotado la cuenta para Megan - dijo guiñando un ojo.

Las palabras de Andrew tranquilizaron en gran medida a Eko. Aún así le sostuvo la mirada hasta que terminó de hablar, evaluándolo. Durante unos segundos estuvo tentado de ser más duro con él, pero no merecía la pena. No saldría nada ni bueno ni divertido de ahí, y él ya se había disculpado.

- No te preocupes. - Le dijo sin más, en tono tranquilo, antes de darle un golpe amistoso en el hombro. - Desconfiar es bueno. - Sentenció al final, intentando quitar hierro al asunto, pero aún sin recuperar la naturalidad con la que había hablado hasta entonces al Grovehn.

Luego asintió ante las palabras de Alexia, sin decir nada más, y cuando Gabriel les dio todo ese torrente de información una sonrisa se dibujó en sus labios. Sonrisa que se amplió al escuchar lo que Marceline tenía que decir.

- Que no te recuerde tanto a ese alguien. A diferencia de esa persona, Liam sí lleva la traición grabada en la sangre. - Le dijo, con una mirada divertida. - Lo que Gabriel está diciendo es que tenemos delante a alguien capaz de librar a los traidores de nuestros juicios. Si lo he entendido bien. - Añadió, posando su mirada en los ojos de Gabriel, esperando una confirmación.

-Exacto. -Dije únicamente para reafirmar las palabras de Eko. Pensaba que había sido claro, Liam tenía la capacidad de protegerlos, estaba en el bando de los asesinos aunque no fuera él quien decidiera directamente las muertes, si que contribuía a las mismas, era tan culpable como ellos. Dediqué una fugaz mirada a Marceline entornando los ojos, no sabía de donde se había sacado aquella historia tan enrevesada, aunque desde luego había tenido sentido en su mente. La realidad era más simple.

Esta vez mi participación había sido distinta. Había querido mantener a todos unidos y no darle una escapatoria a Ivhone. Todos sabemos que los insectos pueden huir por cualquier hueco.

Escucho las palabras de Alexia y me preocupan. Me giro hacia Chance, acariciándole de nuevo. - Te has vuelto a portar muy bien. ¿Sabes? Hay algo que no me termina de cuadrar... ¿Por qué ninguno de los dos principales sospechosos votó por Ivhone? Todos dudábamos quién sería elegida y parecía que estaría más reñido, hubiera sido una buena forma de asegurarse la supervivencia. Si hubiera sido inocente, no habría motivos para no hacerlo, y si hubiera sido culpable, lo mismo, ya que ni Poron ni Vanna han vuelto para reprochar nada. Otra cosa que no me cuadra, basándome en que no sabíamos quién sería elegida, es por qué Ivhone se señaló a sí misma... A no ser...

Me giro asustado, buscando a Zyllah y, aunque me pese, a Marceline con la mirada, ya que había escuchado su conversación. - ¿Sabéis si alguien elegido en votaciones puede fingir su muerte? Todos vimos como fue su araña la que le quitó la vida, no nosotros. Es probable que haya algún truco, y no me sorprendería que esa fuera la causa por la que Alexia no ha podido verla. Si no está muerta realmente, sino fingiendo, no podría, ¿no? No sé, es una teoría que en otras circunstancias sonaría descabellada, pero, ¿qué no es descabellado en todo esto? - Hago un gesto con los brazos, como queriendo señalar todo a mi alrededor.

Me acerco a Lennish. - Interesante tu participación en el combate. ¿Te puedo preguntar qué fue eso? Parecía un ritual, o una invocación, o algo así...

Por último, me acerco a Testsuo, manteniéndome un poco distanciado de él y poniéndome en cuclillas. Le hablo en voz baja y tranquila, pese a que creo que es la primera vez que me dirijo a él directamente. - ¿Estás bien? ¿Te podemos ayudar? Has demostrado ser el aliado más valioso que tenemos, por lo que, cualquier cosa que podamos hacer para ayudarte, dínoslo. No estás solo en esto.

Las palabras de Zagam me sacan de mi sopor y le digo con una sonrisa triste: - Meganko-san me quiere, ro ha dicho er gato -. Digo traduciendo aquel mensaje enviado para mí.

- Puede que no ro entendaís pero ahora siento que hay argo que podría perder, antes no tenía nada que perder, soro ayudaros, pero ahora ra puedo perder Zagam-san y no quiero perder a ro único que tengo -

Me levanto y limpio mis lágrimas para luego, limpiar mi espada como hiciera siempre, miro el cadáver de Megan y digo al resto: - Siento que hoy seré egoista, pero si al amanecer sigo en pie, ra traeré de vuelta. Tomo aire antes de proseguir y digo: Y si no ro estoy, ar menos estaré a su rado -

Miro a Marceline, y le digo: - Dire una cosa ... Watashi no tame ni matsu* -.

Andrew se asusta cuando Gabriel aparece a su espalda sin previo aviso, poniéndole la mano en la espalda. Sin embargo, al ver que es él le asiente agradecido. Gracias, Gabriel. Tu palabra es lo único que necesitaba para atacar y ya la tengo. Se gira hacia Liam y clava su mirada en la suya. Bueno, Liam, parece que éste es tu último día con nosotros. Escogiste mal tu camino y eso te llevará a la perdición. Da unos pasos hacia él con la mirada fija en los ojos de Grovehn.

Es posible que no hayas sido tú personalmente el que mató sin piedad a Alexia. Es una pena, quería vengarla... La mirada se centra esta vez en Annie. Matándote a ti, por ejemplo... No sé cual de los dos es mejor opción. Lo que está claro es que los dos sois unos traidores. Personalmente te tengo más ganas a ti, poligonera. Puedes matar y me pareces la más peligrosa de los dos.

Su mirada se cruza con la de Alexia y se suaviza considerablemente. Haré lo que se decida, pero una cosa es clara. Uno de los dos morirá esta noche. Por ti, Alexia. 

Escuché la conversación sobre Liam y dediqué una breve mirada a Ira, las cosas no eran exactamente como yo había pensado, aunque se parecían bastante. Me sorprendieron las conclusiones de Marceline, no terminaba de entender de dónde se había sacado eso, pero se lo aclararon enseguida.

Cuando Zagam se giró para mirarme alcé la mirada para cruzarla con la suya y negué despacio con la cabeza. - Creo que esperaban que estuviera más reñido el asunto entre Annie e Ivhone y los votos se repartieran más. Pienso que ellos preferían que cayese Annie por algún motivo y por eso intentaron inclinar la balanza en su dirección. Y bueno... Ya está claro por qué Liam quería ser el elegido, probablemente se estaba protegiendo a sí mismo...

- Nunca he oído hablar de una muerte fingida en las votaciones. - Aclaré hacia el ilusionista. - Aunque hay cosas que han cambiado, quién sabe si podría suceder... - Me encogí de hombros levemente antes de seguir hablando. - Pero la verdad es que no lo creo. Creo más bien que la persona que puede cambiar nuestras intenciones al votar, ha obligado a Shia a volverse contra Ivhone. Eso sí que sucedió en la anterior batalla. Una vez intentaron que mi madre y su pantera se enfrentasen, aunque por suerte fue otro el elegido y no llegaron a atacarse. 

Después me dirigí hacia Andrew. - Haz lo que tú creas, pero yo pienso que lo mejor es que vayas a por Annie. Si Liam se protegía hoy de las votaciones, no creo que pueda hacerlo también mañana.

Me acerqué al caballo de Zagam pensativa y al llegar a su altura le ofrecí la palma de la mano para que me oliese antes de intentar tocarlo, acariciando su frente. Mi ceño estaba ligeramente arrugado, revelando mi preocupación. Todo estaba resultando demasiado fácil y me olía a chamusquina.

Me sorprendió la reacción de la pelirroja, aunque luego dicha sorpresa pasó a ser divertido, por lo visto tenía la capacidad de sacar de quicio la gente. Le dediqué una sonrisa burlona, y pese a mis ganas de provocarla, finalmente por falta de tiempo no llegué hacer, lástima, esa chica sin duda tenía carácter, algo que me gustaba en una mujer.

Las votaciones llegaron, y fue la chica de la araña quien cayó a manos de muchos, una mujer tan delicada fue presa fácil ante todos los que eran. Aunque admito que su muerte no causó ninguna reacción en mí salvo una sonrisa de satisfacción en mis labios, después de todo su asquerosa araña me picó durmiéndome la pierna.

El regreso de Yormund fue inesperado, eso lo reconozco, aún así no le di importancia alguna, no tenía nada que ver conmigo, lo ignoré sin más.

Las palabras de Gabriel no pasaron desapercibidas, no era para menos. Si creían que iba a temblar de miedo, o quedarme sorprendido estaban equivocados. Una sonora carcajada escapaba desde el fondo de mi garganta.

Vaya, que consideración Gabriel. - Contesté de forma sarcástica fingiendo importancia, cosa que no era así por supuesto.- Guárdatela para quien la necesite que no es mi caso. - Acabé de dirgirme a él de forma fría.

Tenía mucho que decir, y seguramente a algunos tenía que dedicarles palabras, apuré la petaca de absenta, quería vaciarla antes de irme. Sentía el fuerte licor bajar por mi garganta y mi hígado replicar aquel acto.

Primero fue a Marceline, le dediqué un tono frío y distante, muy distinto del provocativo que solía usar, señal inequívoca que no tenía intención de atacarla, solamente decirle un par de cosas. – ¿Pretendías salvarme? Un poco tarde, más bien bastante, no elegí este camino porque quise, simplemente fue el que el destino tenía reservado para mí. Vine a Oldland para salvarme, y al final acabé siendo engullido por la oscuridad, ¿no te parece irónico? – Me reí de forma divertida ante mis últimas palabras. – Esta maldita ciudad tiene la particularidad de sacar a relucir lo peor de cada uno, y no voy a negar que he disfrutado viendo como os matáis unos a los otros. – Terminé con otra sonora carcajada.

Después me dirigí a Andrew, que lo tenía frente a frente, le miré a los ojos de forma desafiante, sin vacilar. No había remordimiento, ni tampoco miedo.

¿Perdición? Al contrario, salvación, la muerte es lo que yo estaba buscando. Es una pena que no pueda esperarte despierto para disfrutar de tu…”compañía”.  – Cambié mi tono a uno más mordaz. –  Tienes razón, no tuve nada que ver con la muerte de Alexia, ni tampoco sabía que iba a pasar, aunque no se puede negar que tarde o temprano tenía que pasar. Solo por eso, me dan ganas de decir algunas cosas más, pero como comprenderás no puedo, motivos de “lealtad”, ya sabes.  – Miré con ira a Annie, quería matarla con la mirada, odio, desprecio, apreté mis puños para contener todo aquel torbellino de emociones que estaba dentro de mí amenazando con salir, como si fuera un volcán en erupción. Después volví a mirar a rubito.- Por tu bien, espero que la cuides o si no puede que acabes haciéndome compañía en el otro lado - Le dediqué una sonrisa provocativa ante mi amenaza tan descarada.

Miré fijamente a Alexia pero guardé silencio, no tenía intención de montar una  escena melodramática. Si ella quería decirme algo bien, pero yo no tenía intención de decirle nada.

Levanté una ceja ante las palabras el razonamiento de Zyllah. - ¿Estás segura? - Le pregunté de forma sarcástica. - Me imagino que ya lo entenderás, ¿cierto? ¿O necesitas que lo explique? Era preferible que cayera yo antes que el resto. Si yo fuera el último no habrían muertes y así la diversión hubiera terminado. Algo bastante claro, ¿no te parece?  - Seguí usando un tono bastante mordaz. - El modo y el momento me es indiferente, solo hacerlo, ya tenéis motivos de sobra para hacerlo, ¿verdad?. -  Era una orden, les estaba exigiendo que me mataran.

Volví a reírme, estaba excitado, expectante de saber que mi muerte estaba cerca, la ventaja de todo esto es que podría despreocuparme de todo esta mierda de una vez para siempre. A partir de ahora el silencio era lo único que diré. Una sonrisa se dibujó en mi rostro, una sonrisa de satisfacción.

Ante las respuestas de Eko y de Gabriel, Marceline empezó a parpadear de forma notoria. - Pero... pero... - los ojos de Marceline empezaron a ir de un lado a otro, mirando a varios de los presentes - ¡Joooooooooo! - Marceline cruzó los brazos y puso cara de enfadadas - Yo había entendido, asumido allí abajo, que ese era el papel de Ira. Pero claro, don sabelotodo había sabido deducirlo sin pestañear de la verborrea de Gabriel. ¡Pues muy bien!

Marceline se sentó apartada sin perder su postura de enfado, y entonces volvió a mirar a Eko - Eh, pero lo que había pasado esta noche con Yormund y Megan no se te había ocurrido. ¡Mmm! - Y le sacó la lengua. Continuó en esa posición, ajena ya a las otras conversaciones, hasta que Tetsuo le da un mensaje para Megan, y entonces se relaja y vuelve a estar animada.

Justo preguntaba como estabas. Estoy seguro que este mensaje la deberá hacer muy feliz. - responde con una sonrisa en el rostro.

Los dientes de Ira se clavaron en el propio labio, observando con gran expectación lo que allí ocurría. Recostada contra la columna, no muy alejada de la zona de batalla se quedó viendo cada movimiento, sorprendiéndose de forma grata de las distintas habilidades allí mostradas y fue razón de más para arrancarle una pequeña sonrisa. Sus ojos se cerraron casi al instante, sintiendo cómo si una copa de cristal chocase contra el suelo... La vida de aquella joven se había extinguido finalmente ”La muerte es el don más preciado..” sin miedos o ascos, volvió la mirada hacia donde estaba la mujer sin vida. Lentamente alzó los brazos, para restarle importancia... Ella no había participado por la mera razón de que no tenía motivos, pero estaba segura de que hubiera disfrutado tanto o más que los que sí habían arremetido contra ella. Aún así, parecía que su votación había sido otro motivo más para señalarla, cosa que incluso le hizo gracia. ”Ni capacidad de escoger tienen... pensó mientras su mirada se clavaba en primer momento en Zagam. Frunció el ceño, pero después sonrió con tranquilidad, ella no tenía nada que esconder y tampoco les daría el placer de verla asustada. Ella no temía a la muerte.

Los juegos del Yormund con su gata casi habían conseguido enternecerle, pero de manera negativa, estaba claro. Separándose de la columna se acercó hasta los demás, mirando con curiosidad el cuerpo de Ivhone. La voz de la mujer pájaro la hizo girar lentamente, mirándola con atención y dedicándole una sonrisa cuando esta se viró hacia ella, cómo insinuando lo que venía haciendo desde hacía días, aborrecida solo negó con la cabeza un par de veces, para después retirarse el cabello hacia atrás, en un intento de serenarse y controlarse ¡Pero estaba tan cansada de las tonterías! Eran cómo niños pequeños. Cerró unos instantes los ojos, borrando todo rastro de “felicidad” de sus ojos y volviendo a tomar esa expresión fría.

Suavemente se sentó en uno de los lados, no muy alejada, pero tampoco cerca de ellos. Su mirada se posó en Liam, quien por un momento la miró, pero que no dijo nada. Esta vez había ganado ella ¿No? Cerrando los ojos escuchó cada una de las palabras, sorprendiéndose cada vez más, no pudiendo evitar mirarlo, nuevamente su ceño se frunció mientras sus manos permanecían escondidas en los costados. Cuando acabó, las distintas reacciones la hicieron esbozar un pequeño gesto, pero lo que la hizo reír de forma suave y enloquecida fue la reacción de Marceline, esa chica jamás dejaría de sorprenderla. Llevándose un dedo a los labios, se dispuso a decir algo, pero se silenció, bajando la cabeza y cerrando los ojos. No entraría en aquel estúpido juego en el cual buscaban hacer saltar.

La confirmación de Gabriel hizo que Eko dibujara una sonrisa de suficiencia y la posara en Marceline, levantando las cejas. Luego se apartó, sin más, meditando sobre lo ocurrido y sobre lo que podía estar por venir. Su mirada se posó en Zyllah durante un instante y le guiñó un ojo, con triunfo y complicidad, ante la confesión de Liam. Si es que podía llamarse así.

Aún a pesar de todo durante los minutos siguientes se mantuvo medianamente serio, hasta que la reacción de Marceline le hizo liberar una risa grave. Y más la última vez que se dirigió a él. - Oh, por supuesto. - Le dijo entonces. - Y es una explicación brillante, no te quepa duda. - Alabó, con un tono que no dejaba claro si hablaba realmente en serio.

Finalmente el antiguo Grovehn se dirigió a Andrew. Había estado pensando sobre ello y, si realmente esperaba tener sus opiniones, era lo menos que podían dar. Le miró a los ojos, sin saber aún muy bien si cuando hablaba lo hacía a Andrew o a Azhariel. - A mí me parece correcto que vengues a Alexia. - Enunció.

Quedo gratamente sorprendido por la confesión de Liam y la sonrisa en mi rostro refleja plenamente ese sentimiento.

-Caray!... la verdad es que tu confesión nos viene de perillas...pero...- me rasco la pera pensando y continúo-  no se que es mejor, que alguien se encargue de ti ahora o esperar las votaciones y participar de tu descanso; de cualquier forma... no ha sido un gusto conocerte...- me vuelvo a Eko y le pregunto:- bueno, resumamos: Vanna traidora, Poron traidor, Ivhone Traidora... Liam Imbecil ayuda traidores... y la última es Annie?...va bien mi cuenta Jóven Létang?- le pregunto con una sonrisa.

Me encontraba allí en medio mirando a ambos con el ceño fruncido, había escuchado las palabras de Gabriel marcando a Liam como traidor y luego Eko dando su aprobación. Los dos me miraban como esperando algo, uno tal vez esperando mi aprobación, el otro... ¿quién podía saber lo que pasaba por la cabeza de Liam?

- Yo no estoy de acuerdo.- dije en un susurro, luego levanté la voz un poco más y miré a Andrew.- Si quieres hacerlo por lo que Gabriel ha dicho, porque crees que es culpable o porque le detestas...- me encogí de hombros antes de añadir.- Pero no lo hagas por mi, no sé por qué pero no creo que Liam tuviera nada que ver en mi muerte y no quiero ser una excusa para otra muerte más, si lo haces que sea por el motivo por el que estamos aquí pero no por mi.

Luego volví la vista hacia el francés.- Lo siento, pero no puedo hacer nada hasta que estés muerto y aún así no puedo asegurar que te veré. No puedo decir nada en tu favor a parte de que soy la única con la que has sido medianamente amable... y te lo agradezco. Tal vez fuera de aquí no tomariamos unas copas.- Sonreí con pesar.- Pero esto es demasido importante, no puedo poner la mano en el fuego por nadie. Hasta que llegue el momento, si quieres hablar ya sabes donde estoy.- estaba cansada, muy cansada, había prometido que no me metería entre ellos y no lo haría. Me aparté de ambos y me fui a mi rincón de siempre donde me senté en el suelo con Saskia a mi lado.

Cuando Nil se dirige a él de esa forma familiar, tan de buen humor, Eko lo mira durante un par de segundos antes de contestar, meditando sobre las palabras del hombre. Mientras tanto, su pequeño compañero cambia de posición sobre sus hombros, dando pequeños saltitos.

- De que todos ellos son traidores estoy seguro. - Afirma. - Pero de ahí a que Annie sea la última hay un salto muy grande. Supongo que lo comprobaremos mañana por la noche. - Termina, serio.

Luego, ante las palabras de Alexia se dirige a ella. Su tono es cansado, casi un murmullo.

- Liam no ha participado en tu muerte, puedes estar tranquila con eso. - Le explica. - Pero eso no lo hace menos traidor. Por eso le digo a Andrew que si desea vengarte no vaya a por él, sino a por quien Yormund dijo que vio.

Una vez hubo terminado Eko se apartó de los demás, sentándose un poco alejado. Algunos parecían estar ya celebrando la victoria, pero él aún no daría la batalla por ganada hasta que no se hubiera marchado del lugar. Su mirada perdida buscaba a los demás cuando hablaban, pero mientras el silencio reinaba él la sala se encontraba reflexivo. Mientras tanto, su pájaro levantó el vuelo, quedando suspendido durante unos segundos en el aire. En rápidos y pequeños trayectos quebrados llegó hasta Zyllah y ahí se mantuvo, aleteando a toda velocidad con un zumbido que al antiguo Grovehn ya se le hacía totalmente natural. Finalmente buscó un lugar para posarse cerca de su pelo, como si ella fuera un curioso elemento del mobiliario.

Annie escuchó a los presentes y esbozó una sonrisa sibilina- Bien, ya que parece que me queda poco tiempo por aquí, aclararé un par de cosas- se cruzó de brazos- La primera es que me he divertido mucho. Mataros ha sido algo sublime, y os doy las gracias por proporcionarme semejante entretenimiento. 

Su sonrisa se ensanchó- La segunda es, que estáis tan seguros de vosotros mismos que lamentaré enormemente no poder ver vuestras caras de pasmo cuando sigáis muriendo como ratas a pesar de todas vuestras cábalas. - soltó una carcajada, y se llevó una mano al vientre- En fin, echo de menos el sarcasmo de nuestro amigo felino, y su hipocresía. Me gustaba su estilo. Vosotros sois aburridos. 

Le dedico una sonrisa cansada y triste a Annie

- My make up may be flaking, but my smile...still stays on, ¡show must go on!. Un placer, aunque dudo que no nos veamos de nuevo.

Sigo acariciando distraído la cabeza de Naica.

-por cierto, Tetsuo, no te sientas tan mal por tu decisión, piensa que ella decía que era capaz de resucitar a alguien, así que no es una opción taaan egoista,

Andrew asiente a Zyllah y a Eko, escuchando sus propuestas y sopesando sus posibilidades. Sin embargo, cuando Alexia habla niega con la cabeza. Se acerca a ella y la mira a los ojos, con ternura. Entiendo tu reacción, Alexia, pero te estás equivocando. Tenemos a dos traidores seguros, Liam y Annie. Puedo encargarme de uno de ellos y si puedo elegir prefiero encargarme de Annie. Ambos merecen morir, si pudiera me encargaría de los dos esta misma noche, pero no puedo.

Sonríe a Alexia. No voy a poder perdonar lo que te hicieron. Para mí las cosas están claras. Entre Liam y Annie mataré a Annie. Ella se ensañó contigo, disfrutó matándote a ti y a Saskia. Lo acaba de admitir. Una mirada gélida aparece en los ojos de Andrew cuando mira a Annie y desaparece al instante cuando vuelve a ver a Alexia. Una mirada comprensiva, que escondía mucha emoción. La mataré por ser traidora y la mataré por lo que te hizo. Por las dos. Espero que no te parezca mal.

Le vanté la vista de Saskia, a la que estaba acariciando tranquilamente, al escuchar las palabras de Eko, estaba claro que no habían entendido mis palabras.

-Creo que no me he expresado bien. Ni Liam ni ningún otro, no en mi nombre. La venganza no es buena te ensucia el alma y no es eso para lo que estamos aquí. No quiero que mate por mi, no soy importante y no merezco que se vengue por mi. Al menos no más que tú o Nil, Marceline o Syd.- miré a Andrew y sonreí con tristeza. -Si no salgo de aquí, no quiero que acabes amargado como Azhariel aunque, por supuesto, no puedo comparar lo que hubo entre ellos con nosotros. Igualmente, no puedo decidir por ti.

- Eh, EsquizoAndrew, yo no he dicho que haya matado a Alexia. De hecho esa noche yo os estaba vigilando... Mientras otros se encargaban de tu amiguita lobuna. -dijo, señalando a Alexia.

Miró entonces a Yormund- Esa era buena. Pero hoy en día nadie sabe una mierda de música. 

-No te preocupes, Alexia. Saldremos de aquí, juntos. Esto se acabará muy pronto, solo hay que aguantar un poco más. Andrew besa a Alexia. Tras unos instantes separa los labios de los suyos. Me enseñarás Siberia, yo te enseñaré Toronto y visitaremos juntos el circo de Poron, con mis hermanos. A partir de ahora todo irá a mejor, ya lo verás.

Los ojos de Andrew brillaban, lejos de aquellas paredes y de las muertes. Pensando en el fin de todo aquello y en lo que vendría a continuación.

El brillo despareció de golpe y una mirada llena de furia golpeó a Annie nada más empezar a hablar la Melknhar. Con cada palabra que dices me das más asco, Annie. No vuelvas a llamarle loco a Andrew porque está bastante más cuerdo que tú, maldita asesina. Morirás esta noche, ya lo he decidido. Pero antes quiero algo más de ti. Has dicho que "otros" se encargaban de Alexia. Ivhone y quien más, Ira? HABLA!