Partida Rol por web

Poco a poco ibas avanzando en un cortejo que el destino decidió que fuera huellas de Melknhar.

Un camino arropado por la luz de débiles velas que tras los cristales guiaba un sendero a seguir. Arropada por el arrullo callado de almas en pena. Pero nunca sola, nunca más… pues dentro de tu alma, ahora en plena lucha convivían dos de tus más cercanas antecesoras.

Llenando de murmullos tus silencios, y dejando que los reproches entre ambas, fuera algo a lo que te debías acostumbrar.

Tus manos enguantadas se aferraron al quicio de la puerta, indecisa de si poder entrar.

Aquel nombre que regía el dintel de la puerta te estremecía, pero sabías que debías seguir. Debías de descubrir el destino que te unía como al resto junto a Oldland.

Siempre guiada por las enseñanzas de tu madre, luego por las ocultas palabras de tu abuela. Todo un velo de misterio que con dulzura te cogía de la mano y te decía donde pisar, pero ahora era diferente.

Dentro de ti, que seguirían tus pasos, pues ahora eras tú la que debía tomar el mando, la que os debía guiar. ¿Pero hacía donde?.

Tanto tiempo mirando los actos de los demás que ahora tus manos temblaban al decidir que hacer.

Si sólo hubiera una señal, un mero reflejo del destino, quizás hubiera sitio para que el timón cayese entre tus manos y empezar a andar. Pero ahora aquellas manos solo tenían un velo de seda que las protegía y una puerta por la que decidir si entrar o no.

Era el momento de empezar a decidir, de dejar atrás aquella puerta entreabierta y empezar a actuar.

Puede que tu destino fuese buscar tu propia senda en este lugar, o puede que fuera encontrar una tierra, una persona o quien sabrá.

Lo único seguro es que Oldland ya estaba ante ti, y tu como esa débil niebla de tus dedos, debías empezar a conducir tu destino… una vez más.

Lylian había sentido su interior agitarse más y más en cada paso que daba acercándose a Oldland. Las mujeres que llevaba dentro de sí habían permanecido en un silencio que a la Melknhar se le antojaba respetuoso desde que había sobrepasado el cartel en la entrada. Pero sus emociones no habían pasado desapercibidas para Lylian. 

Su madre, más impulsiva y emocional parecía alterarse con cada persona que se cruzaba, con cada recodo que giraba o con cada arco que le hacía recordar a un padre que Lylian no había llegado a conocer. Zyllah parecía crepitar con la expectación previa a un combate. Sentía en cambio a su abuela más contenida, casi podía visualizarla analizando cada mirada, cada gesto, cada palabra intercambiada entre los semidemonios que parecían reunirse en aquel lugar.

Lylian trataba de ignorar ambas presencias, pero sus emociones se pegaban a las suyas creando en su pecho una expectación mucho mayor de lo que habría sentido si estuviese allí sola. Se sentía como si tuviera dentro de sí un cóctel explosivo, denso y espeso. Nunca habían estado tan calladas. Pero al mismo tiempo nunca había sentido sus emociones tan a flor de piel. La joven daba gracias mentalmente en ese momento por sus guantes. Hacía siglos que no perdía el control de su poder, desde que su madre y su abuela habían quedado atrapadas dentro de ella, pero no quería ni imaginar lo que podría provocar si sucedía.

Fue Zyllah la primera en reaccionar al escuchar el nombre de la Melknhar de ojos dorados. Lylian la sintió saltar dentro de sí y pudo notar cómo emociones encontradas recorrían la consciencia de su madre. Sorpresa, añoranza, preocupación y finalmente un alivio cargado de cierto fanatismo. Si realmente Marion era quien creía, eso significaba que Eko y ella habían logrado lo que se propusieron al separarlas. Y esperaba que alguna de sus dos hijas fuese capaz de abrir el Sello. Sin embargo, Nybras pareció encogerse en un primer momento ante la exaltación de su hija. Y a pesar de la revolución que se formó en el pecho de Lylian, consiguió no decir nada al respecto, manteniéndose tranquila, pero dedicando miradas curiosas a la otra joven.

No fue hasta que entró en lo que parecía ser una taberna que su abuela se decidió a hablar. 

[color=#B40404]- Entonces también nos recibió alguien. Y también se le exigieron respuestas.[/color]
[color=#B40404]Tiene razón. Todo va a comenzar y ese Sello debe permanecer a salvo, Lylian. [/color]
[color=#B40404]¿Ya has tomado tu decisión?[/color]

[color=#0B610B] - No te fíes de ese hombre, Lylian.   [/color]
[color=#0B610B] La más dulce y pequeña criatura puede esconder un demonio del averno en su interior.  [/color]
[color=#0B610B] No te fíes de nadie. De nadie.  [/color]
[color=#0B610B]Pero fíjate en cada pequeño detalle. Lo necesitarás después. Debes abrir paso a Joselinne.  [/color]
[color=#0B610B]¿Viste el nombre encima de la puerta? Es una señal. Es tu señal. Eres de mi sangre, de la sangre de Joselinne.  [/color]
[color=#0B610B]Sabes lo que debes hacer. Sabes por qué nos sacrificamos tu padre y yo.  [/color]
[color=#0B610B]Ahora es tu momento. [/color]

Y sin embargo, Lylian no les prestaba atención, había aprendido a vivir con sus voces discutiendo a gritos dentro de ella y había conseguido ser capaz de ignorarlas lo suficiente como para que no se atisbara en su rostro la tormenta que tenía lugar en su mente. Si su madre tenía razón, tal vez había encontrado más de lo que buscaba, pues tan sólo había tenido la esperanza de hallar una pequeña pista sobre su familia. Y si era cierto... Allí podía estar su hermana, delante de ella.

- ¿Será verdad? ¿Será ella? - Esa era la mayor preocupación de Lylian en ese momento. - No nos parecemos demasiado. Pero sería demasiada casualidad... ¿No?

El murmullo en su mente volvía a sonar. Su madre y su abuela se habían enzarzado una vez más en una discusión sobre lo que Lylian debía o no debía hacer. La joven suspiró mentalmente mientras se concentraba en dejar sus voces a un lado y centrarse en lo que tenía delante de las narices. Podía sentir en su piel que algo iba a suceder. Al fin y al cabo estaba en Oldland, el lugar donde se forjaban y se derrumbaban destinos. Había visto las almas errantes en las que su madre y su abuela creyeron reconocer las figuras de antiguos compañeros y enemigos de batalla. Pero si algo tenía Lylian claro era que sus tiempos ya habían pasado. Ahora era ella la que estaba allí y la que tomaría sus propias decisiones. No sabía qué camino seguiría, pero no iba a seguir las directrices de ninguna de ellas. Elegiría su propio destino. Aunque... No tenía ni idea de cuál sería.

Las palabras de Vael provocaron de nuevo un silencio denso y pegajoso dentro de Lylian. Zyllah y Nybras escuchaban cada sílaba con atención, una expectante y la otra con aire analítico, pero ambas memorizando cada una de ellas.

Tardaron un par de segundos en reaccionar, mientras Dam y Nessa volvían una vez más a la carga. Y fue Zyllah la que primero reaccionó, soltando una carcajada antes de empezar a hablar, con más seguridad que nunca.

[color=#0B610B]- ¿Lo habéis oído? ¿Lo has oído, Madre? Ella está ahí, como yo pensaba, esperándonos.
Sólo tenemos que abrir esa puerta, tenemos que dejarla pasar. ¡Somos de su sangre! Ese era nuestro destino.
El destino de la estirpe de las Guardianas. Mimí fue la última, ella debía proteger el Sello para nuestra llegada.
Y tú, Madre, el tuyo era encontrar tus raíces para que el sino pudiera seguir de nuestro lado.
Y el mío... El mío era traer a Lylian y a Marion al mundo para que pudieran cumplir por fin con el destino de las Braxton. ¡Somos las descendientes de Joselinne y ella nos necesita! [/color] - Zyllah cada vez estaba más exaltada y su voz tenía un brillo fanático impregnado en ella. - [color=#0B610B] Debes conseguir esa llave y abrir esa puerta, Lylian. Es tu destino.
Y junto a Joselinne forjarás una nueva estirpe, más fuerte y más poderosa, que dominará el mundo.
Es lo que Eko y yo soñamos, por lo que nos separamos, para protegeros, para que pudierais llegar aquí y abrir esa puerta. Debes abrazar tu condición, Lylian. Debes...  [/color] 

[color=#B40404]- ¡No! ¡No debe hacer nada de eso! - [/color] La voz de Nybras sonó seca y enfadada. [color=#B40404] - ¡Todo eso no son más que fantasías que metió en tu cabeza la ponzoña de ese payaso! No hay un destino que cumplir, tú escribiste tu propio destino, Zyllah, igual que yo escribí el mío. No existen esas reglas de las que hablas, olvídalas.
Tan sólo existe el camino que tú decides recorrer.
El destino se forja con decisiones.[/color] - Hizo un breve silencio. [color=#B40404]- Y las tuyas fueron pésimas, hija.[/color]

[color=#0B610B]- No sabes de lo que hablas, Madre. - [/color]  Dijo Zyllah con un desprecio profundo. [color=#0B610B]- Fuiste una cobarde, dando la espalda a tu destino. Lylian nació para esto. No trates de convertirla en alguien como tú. [/color] 

[color=#B40404]- No, Zyllah. No será necesario que yo haga nada. Yo sé que tus hijas harán lo correcto. [/color] - Hizo una pausa y al volver a hablar su voz sonaba dolida. - [color=#B40404]Por mucho que te hayas esforzado en corromperla, Lylian no es como tú. Parece mentira que no seas capaz de verlo. [/color]

Las dos mujeres que cohabitaban en el interior de Lylian formando una extraña trinidad se revolvieron con fuerza ante el impacto de lo sucedido.

Zyllah se había quedado muda, pero su incredulidad rozaba las emociones de Lylian de forma rasposa, como acariciar el lomo de un erizo. No era necesario que hablase, su silencio después de la exaltación de la noche anterior era más elocuente que cualquier palabra que pudiera pronunciar. La sensación de fracaso se extendía desde su consciencia recorriendo las venas de su hija, dejando un camino helado a su paso. 

Nybras, sin embargo, sí habló. Su voz era tranquila en la mente de Lylian, apaciguadora, tratando de calmar con sus ánimos el rastro de decepción que Zyllah iba extendiendo.

[color=#B40404]- Lylian, no pasa nada. Esto no es el final. Yo pasé dos veces por lo que estás pasando tú ahora y sin embargo, salí de Oldland. No te dejes llevar por la desesperación. Nada ha terminado aún.
Sólo... Sólo tienes que mantenerte fuerte y despierta. No te dejes caer, Lylian. [/color]

Lylian se sintió más reconfortada y mientras esperaba la respuesta de Mariam empezó a darle vueltas al día anterior para ocupar su mente. ¿Quién se había comportado de forma extraña o había cambiado su actitud? Había un nombre que brillaba como un neón al hacerse esa pregunta: Nessa. La que había querido parecer una mosquita muerta para luego saltar a la defensiva sin motivo... Y después convertir su rabia infundada en vergüenza y coqueteo mientras se pegaba al pequeño grupo que habían formado Dam, Marion y ella. Las actitudes de otros también habían sido extrañas, pero ella se llevaba sin duda la palma.

Sentir a su hija analizando la situación trajo recuerdos del pasado a Zyllah y una punzada de nostalgia invadió su consciencia. En esos momentos echaba más de menos a Eko que nunca. Sin embargo, no dijo nada. Tan sólo dejó que su frustración se apaciguase un poco, dejando a Lylian pensar en silencio.

Las grietas están más suaves pero siguen estando ahí...

Toda tu ropa había sido destrozada, pero de algún modo la niebla oscura ha tejido un nuevo atuendo de estilo más gótico. Algo más tipo Nybras ... ^^

Los guantes tu decides si están o no... 

Desde que Lylian se había levantado de nuevo las voces dándole la bienvenida habían atraído su atención, atenuando las presencias de su mente. Sin embargo, podía sentir la furia de su madre al escuchar al hombre del cuervo disculpar sus instintos antropófagos. También la calma de Nybras al echarle una mano para responder las preguntas que caían sobre ella. Y sin duda, la molestia de ambas cuando desestimó la importancia de las historias pasadas. 

Su mirada recorría el lugar y a todos los que allí se encontraban, mientras su cabeza analizaba lo que había podido ver sobre ellos desde que llegó a Oldland. 

[color=#B40404]- Es como una partida de ajedrez, Lylian. ¿Tu madre no te enseñó a jugar?[/color]

Un leve resoplido llegó desde la consciencia de Zyllah.

[color=#0B610B]- Siempre odié ese juego. -[/color] Dijo, sin querer reconocer que el ajedrez le recordaba inevitablemente a Eko.

Era curioso que durante los años que habían pasado separados, hubiese llegado a congelar la parte de sí misma que lo extrañaba. A concentrarse en criar a Lylian y mantenerla a salvo, en educarla para que cumpliese su destino. Y sin embargo, ahora que se encontraban allí, no podía dejar de recordar cómo había sido para ellos. Analizando las actitudes y palabras de todos, urdiendo y tramando, hasta salir victoriosos. Hasta enamorarse. 

[color=#0B610B]- Las batallas reales no se juegan sobre un tablero.[/color]

[color=#B40404]- Oh, pero si no hubiera sido por mi insistencia, ¿crees que tú habrías analizado las cosas como lo haces? ¿Buscado los detalles y las intenciones? Lylian está intentando darle la vuelta al tablero, entender por qué y cómo. Eso es bueno. Y eso es ajedrez.[/color]

La esencia de Nybras se dirigió a su nieta entonces.

[color=#B40404]- Piensa en cada uno de ellos por separado, Lylian. Y también en las relaciones que has visto formarse.[/color] 

Y Lylian siguió dándole vueltas a lo que había visto de cada uno de los presentes. Por el momento no quería plantearse que su hermana pudiera ser la causante del despertar sangriento que había tenido. Aunque tampoco podía descartarlo por completo. Al fin y al cabo, no la conocía y quién sabía cómo habría sido su vida. Desde luego empezar por ella podría haber sido una buena forma de despistar. Sintió en su interior las protestas de su madre y su abuela, ninguna de ellas quería tampoco desconfiar de Marion, por el momento. 

Entre los otros Melknhar, Dam se había acercado a ellas rápidamente, pero le parecía un hombre amable y educado. Aunque no olvidaba cómo se había exaltado con la ignorancia de Nessa. Brif, el violinista, se mantenía cerca de Vexy. Recordaba sus palabras. Solos somos débiles, pero juntos, invencibles. Lo cierto era que esas palabras podrían referirse a cualquier cosa. Y la Eve pelirroja que no dejaba de esconderse tras él... ¿Realmente era tan inocente y dulce como aparentaba? ¿Había una doble intención en su advertencia sobre las intenciones del hombre del cuervo?

En cuanto a él y al otro hombre con el que se había enzarzado antes de entrar en la ciudad, ambos hacían que la nariz de Lylian se frunciese con desagrado. Uno escondía su legado y amenazaba con que su cuervo devoraría los cadáveres. Toda su parafernalia con el cuervo, las monedas, la armónica... ¿Trataba de crear una cortina de humo para otras cosas? El otro, el Melknhar, mostraba un curioso interés acerca de quién la había llevado de vuelta. ¿Para qué quería averiguar algo así? ¿Para quitarlo de su camino, quizá? ¿Y por qué intentaba desviar la atención hacia la discusión de Dam y Nessa? Lylian no le veía sentido.

Los dos Eve que caminaban juntos, Gabrielle y Speeir... Ella parecía saber más sobre lo que sucedía. Ninguno de los dos le resultaba a Lylian especialmente sospechoso... Pero tampoco veía motivos para descartarlos. Especialmente él parecía muy dispuesto a pegarse a ella como una lapa. ¿Tendría algún motivo para hacerlo, ganar aliados tal vez?

Al pensar en Katia, Zyllah se revolvió dentro de ella. Su rostro era muy parecido al de alguien que había conocido cuando estuvo en Oldland, Alexia. Sin embargo, Lylian no veía motivo para descartar a Katia. Tan sólo debía ser alguien que se parecía y había intentado acercarse a ella en varias ocasiones desde el día anterior. Lo cual podría haber sido una tapadera para después matarla y disimular mejor. 

Por cierto que si pensaba en alguien que estuviera tratando de acercarse a otros, ahí estaba Kimberly. La joven albina se había pegado primero a Zoar y después a Dante. Ese aire desvalido no le encajaba a Lylian con una Grovehn. Tal vez tan sólo era una fachada. 

Dante por otro lado parecía estar a su aire, quizá demasiado. Esa forma de entrar con la moto a Oldland y observarlos a todos en silencio... Escamaba, cuanto menos. 

¿Y esa mujer silenciosa que iba acompañada de un loro? No podía decir nada sobre ella, apenas la había escuchado hablar. ¿Estaría tratando de pasar desapercibida? En todo caso, eso no tendría por qué ser algo malo. Quizá sencillamente no quería que la matasen.

Mariam... Lylian se había encontrado con ella en aquel bosque lleno de almas. Pero la otra chica ni siquiera había respondido a su pregunta. No le parecía que pudiera ser una de los asesinos, había visto inocencia en sus ojos. Pero ciertamente, tampoco le había caído demasiado bien su silencio.

Nessa había vuelto al parecer a su postura desvalida, dejando atrás el coqueteo y también la fuerza que había demostrado contra Dam. Sus cambios de actitud eran extraños, a Lylian le parecía que trataban de proyectar una imagen de ella, sin mostrar cómo era en realidad. Y también había intentado acercarse a ella, aunque indirectamente, al seguir a Dam.

Los otros dos Grovehn, Nathaniel y Trevor, uno parecía a punto de saltar como un resorte en todo momento, apasionado hablaba con un énfasis admirable. Por el momento no había nada que hiciera a Lylian sospechar de él. Ni tampoco había nada que le hiciera descartarlo. En cuanto a Trevor, sus palabras eran acertadas y precisas. Su mirada parecía franca y directa y lo cierto era que su sonrisa se le antojaba bastante sexy. 

Lylian suspiró mentalmente. Después de tantas vueltas, lo cierto era que no tenía nada sólido a lo que aferrarse. Tan sólo muchas suposiciones. Estaba claro que no tenía ni el instinto de su abuela, ni la capacidad de análisis de su madre. Por suerte ellas estaban también allí, pero demasiado ocupadas en su eterna disputa sobre la existencia o no de su destino como para que a Lylian le resultasen útiles sus comentarios. 

Por otro lado, todavía no sabía qué postura tomar. Habían intentado matarla y eso provocaba su ira y su sed de venganza. Pero... ¿Debía hacer lo que decía su madre y tratar de liberar a Joselinne? O debía escuchar a su abuela y... ¿qué? ¿Salvar a la humanidad? ¿Cuál era el destino que quería construirse? No tenía ni idea. 

Es algo alo que no puedo responder. .. ^^

A tus pies el cuerpo herido e inerte de Ithan descansaba a la par de la muerte.

El brillo de sus sangre empezaba a secarse, sin nada más que hacer.... O quizás sí...

Puede que fuera el momento de definir tu destino, puede que esa fuera la dirección... Todo dependía de tu destino y de si creías que esa era la opción...

Lylian contempló el cuerpo de Ithan dubitativa. ¿Era ese el camino que quería seguir? Por una vez el silencio se había hecho en su cabeza pues ambas presencias parecían haber decidido dejar que ella tomase su decisión a solas como en un acuerdo mudo.

Sin embargo, Lylian se dio la vuelta, dando la espalda al cuerpo y dirigiéndose al lugar donde estaba su hermana. No sabía qué había llevado al Melknhar a ser como era, pero ella no quería ser como él, ni recorrer su camino. Era demasiado pronto para decidir.

[color=#0B610B]- Está vivo. - [/color] Susurró Zyllah dentro de Lylian, sintiendo cómo la tensión que había acumulado hasta escuchar la respuesta de labios de Marion se liberaba convirtiéndose en un alivio fresco. [color=#0B610B]- Está vivo. [/color] 

Sin embargo, Lylian se sintió pensativa entre el alivio que inundaba sus emociones. ¿Cómo iba a explicarle a Marion lo que había pasado con su madre? No podía hacerlo. No delante de tanta gente. Cualquiera podía conocer la historia y querer tomar represalias en ella si descubrían que albergaba dentro de sí a su madre, que tanto daño había hecho. Bueno, y todavía quería hacerlo a través de ella. Lylian no sabía aún qué camino tomaría, pero no parecía buena idea dejar que se supiera su pequeño secreto. 

Las tres mujeres se sentían afectadas por la tristeza que habían visto en los ojos de Marion. Las emociones de su madre y su abuela volvían a pegarse por encima de las de Lylian como si fueran una segunda piel cuando se sentó junto a su hermana y estiró la mano para tomar la suya. 

Lylian no sabía qué decir, ni cómo hacerlo. No quería desvelar su secreto delante de toda esa gente, pero tampoco quería dejar a su hermana sin saber lo que había pasado en realidad. Y en su incertidumbre fue Zyllah quien tomó la iniciativa, tomando por una vez el lugar. Lylian le cedió el sitio, comprendiendo que su madre necesitaba tener un momento con su otra hija, aunque fuese a través de ella. 

Fueron los labios de Lylian los que se abrieron cuando comenzó a cantar. Pero fue su madre la que puso la emoción y la melodía, la que entonó aquella canción que su padre siempre le había cantado en primavera, haciendo que tanto el corazón de Lylian como la consciencia de Nybras se encogieran por la melancolía y la tristeza de lo que esa melodía significaba.

Y al escuchar las palabras de Marion y su propia voz, uniéndose, Zyllah supo quién había enseñado a cantar a su pequeña y la piel de los brazos de Lylian se erizó con la fuerza de las emociones de su madre.

En cuanto el gato había aparecido en la sala Nybras había musitado un nombre en el interior de Lylian. 

[color=#B40404]- ¿Mimí? -[/color] Tan sólo fue un susurro, pero suficiente para que la consciencia de Zyllah se alterase.

[color=#0B610B]- ¿Mimí? ¿Qué hace ella aquí? -[/color] Zyllah siempre había admirado a esa mujer y su determinación para cumplir su destino. De la misma manera que había despreciado a su madre por huir de él. Pero ahora que creía que su fin debía ser abrir camino para Joselinne, no estaba segura de querer que Lylian la conociese.

[color=#B40404]- Ella fue la última de nuestra sangre que guardó el Sello. [/color]- Explicó Nybras. [color=#B40404]- Desde luego no estaría de acuerdo con lo que quiere tu madre que hagas. Ya entonces nos advirtió del odio de Joselinne. -[/color]

La anciana reprendió a Lylian en el otro lado en ese momento y Nybras no pudo evitar una pequeña risita al sentir las emociones contrariadas de su nieta. 

[color=#B40404]- Vamos, Lylian. Ella tiene razón. Estás perdida, sin saber hacia dónde caminar. Sin saber qué decisión tomarás finalmente. Ella espera que hagas lo correcto, como yo lo espero.
Piensa, querida, las respuestas están dentro de ti. No nos necesitas para encontrarlas.[/color]

A pesar de los ánimos, Lylian se sentía confusa, abrumada por lo que la anciana pudiera esperar de ella. Y sin embargo, exprimió su mente, sintiendo la presencia de su abuela constante y positiva, ayudándola a encontrar las palabras en su mente. 

Mientras tanto, Zyllah tan sólo seguía a Mimí con la mirada, analizando a esa mujer que tanto había admirado, ahora que tenía la oportunidad de estar junto a ella.

[color=#0B610B]- Nos ha visto, Madre. - [/color]Dijo finalmente, tras varios segundos en silencio. [color=#0B610B]- Cuando ha mirado a Lylian a los ojos. Nos ha visto. [/color]

- ¿Y eso es malo? - Preguntó Lylian entonces, obteniendo tan sólo el silencio de ambas como respuesta.

Nessa había caído y parte de su muerte tenía tu marca.

Una marca que Enoch se había encargado de grabar con sangre y saña... ¿Quizás fuese el momento de usar tu don o esa era una marca para decir que ese cuerpo no sería...?

La fuerza iba aumentando en ti, mientras decidías si seria hoy cuando conocerías tu destino o si eso necesitaba algún día más...

Una decisión que solo tú podías tomar.