Partida Rol por web

Froto mis ojos con la mala estampa de Yaiza al despertar, ya mejor tendida. Tendré que asimilar que todos morimos... cosa de tiempo, pero hoy no. Por ello también me alegro de alegrarme de algo, como lo es ver viva a la compañera que he elegido para superar tan truculenta aventura: Vyka. Una de mis sutiles maneras de intentar protegerla es mantenerme pegada a ella... así que me pongo en pie en esta nueva ceremonia de dementes.

Entre el resto veo como una semilla del amor florece entre la mujer con miedo y el hombre que lo simula. Se escuchan las poco creíbles palabras de una mujer que flota, y otra que no le da tregua. Algunos que solo hablan, y otros que parecen pastar mientras lo hacen. Ogh! me costó horrores entender lo que Bethanny se esforzó en no dejar entender.

Con la vuelta de Daeron no puedo evitar 2 largos pestañeos en un leve respingo de emoción, acogiendo el hecho como un gran giro positivo en todo esto - Vamos, vamos - señalo la zona de los muertos a mi reptil tras cruzar una mirada con Vyka, y persigo el inquieto pelo rojo de mi compañera. Pero con todo, y entre mucho... una rápida reseña de Olenna frena lo que podría ser una equivoca reacción por mi delicada parte - No... bienvenido no - acierto a decir, pues al final el joven Grovehn resulta mucho mas demonio que persona - No lo toques, Vyka - digo atropando mis brazos contra mi pecho, pues siento como si Quón tratase de advertírmelo en algún momento, vaya, y yo no quisiese prestar ni una migaja de atención.

Imagino que muchos querremos escuchar al chico – ¿Como has vuelto, semilla de la destrucción? - añado otra inocente pregunta para Daeron frunciendo el ceño mientras lo observo - Yo si pudiese los tumbaba ya. Tal como mi bestia - y afín a su mala leche bajo amenaza. Aunque a lo mejor se merecían que les arrancasen el corazón...

¿Donde descansan? - pregunto a la mujer del bastón con dubitativa expresión, mirada levemente entrecerrada. ¿Bajo tierra?

Abro los ojos entre los cadáveres, tosiendo, y con un dolor demasiado familiar recorriendo mi cuerpo. Hace que ría entre toses, y desde la pila de los muertos, veo a los demás.  Observo como Vyka se acerca a mi, y me ayuda a ponerme de pie... otra vez. Jeje. Ya parece un clásico. 

Aún así, mi rostro se torna sonriente conforme oigo a los presentes hablar. No solo hablar. Acusarme. Extiendo lentamente la mano hacia Vyka cuando se aleja de mi, pero la dejo ir. En ese momento miro al suelo. Una sonrisa triste se apodera de mi al coger mi paquete de cigarrillos y tras estudiarlo detenidamente, sacar uno de ellos en concreto. Un ojo avizor de fumador, ya notaría algo raro. Ese cigarrillo estaba al revés dentro de la caja.

Carraspeo, y me dirijo a todos. -El juego se ha acabado, junto a las mentiras.  Ha llegado mi hora de confesar... Trabajo para la mafia rusa. ¿Sabéis que mote me pusieron en Moscu? El boticario.- Me río un poco mas fuerte. -¿Sabéis por qué? Por que mi especialidad, es la creación de drogas. De las fuertes.- Rompo el cigarrillo en mi mano, y de el sale un vial con un líquido negro. Miro a Olenna mientras sonrío. -Y esta es mi mejor creación. Yo la llamo... "La apuesta al Odio."-Dejo un silencio y sujeto el vial en alto, para que todos lo vean. Entonces, me lo guardo en el bolsillo y me río -Perdonad por el nombre macabro, pero lo hice justo después de que me dejase mi novia.-

Carraspeo, dirijiendome todavia a todos. Lo que mi apuesta al odio induce es un estado de muerte falsa.- Miro de reojo a Olenna, con un semblante serio. -Así es. Tengo dos dosis, y usé una en mi cuando le di una calada al otro cigarrillo. Lo que esta muerto, no puede matar, no ha matado nunca.- Vuelvo a dirigirme al resto del grupo. -Mientras estaba en la otra vida, Olenna era la conexión con la tierra de los vivos, al ser una medium... Y todo sea dicho, está haciendo un trabajo... Excepcional. Nos está engañando y manipulando a todos. Ella guarda la información que quiere, y nos da lo que le conviene.- Comienzo a andar con paso firme hacia Vyka y Smel. Con una sonrisa triste.- 

Así que decidme. ¿Os llegó algún mensaje de los que dijo que iba a daros de mi parte? ¿Es verdad que dijisteis que yo era un descarado temerario y merecía estar muerto?-  Les doy un segundo, pero no espero a que respondan. me doy la vuelta y me dirijo al grupo.- La verdad y la única verdad, es que Olenna solo ha dicho como cierto lo que dijo Yaiza sobre Fiona y Raffariel. ¡El resto no han sido nada más que mentiras!- Tomo un tiempo para relajarme, ya que mis musculos están tensos y aún estoy mareado. Y no solo eso. Convenció a Roy y a los demás de que yo era un traidor. Y está intentando hacerlo aquí también. Tiene una agenda secreta, lo sé.  Si no, diría la verdad... Es cierto, yo también mentí en el más alla, pero algo olia a quemado, y ahora estoy rodeado por las llamas-

Caigo al suelo de culo, sentado y cansado, pero la convicción sigue en mis ojos. Pese al dolor, ahora no puedo rendirme. -Olenna es una manipuladora de primera.... ¿No os parece raro? No han pasado ni dos dias y ya afirma saber quien es nuestra esperanza y quien no. Demasiado conocimiento en muy poco tiempo, ¿No creeis?... A no ser... que juegue en varios equipos a la vez.-

En el suelo comienzo a reirme mientras pongo las manos en el suelo e intento ponerme más cómodo. ¿Ninguno os preguntasteis qué es lo que dije que iba a hacer antes de morir? Bueno, esto era. Mis cartas están sobre la mesa, mi jugada maestra, ha sido completada.-

La mañana se alzaba mientras las palabras de Daeron resonaban en vuestra cabeza... De nuevo más dudas, más nudos que desenredar en aquella telaraña.

Y mientras lo hacíais, de nuevo... un sello a vuestros pies parecía iluminarse...

Y mientras aquel Sello se desplegaba, las horas pasaban... poco a poco... como la cadente secuencia de Oldland, que arrastraba vuestras voces al orgullo de la tarde, antes de sumirlas en la ilusión de la noche...

Me había despertado junto a Nimay, era un alivio ver que no le habían atacado por la noche, busque con la vista a Deidre y estaba bien, luego seguí a Olenna y sonreí al verla despertar, junto a mi continuaba Sylvia, pero al buscar el cuerpo de Roy con la esperanza de que hubiese vuelto a la vida, noto el cuerpo de Yaiza, tan brutalmente atacado, pero la posición en la que dejaron su cuerpo era algo que me parecía macabro, gire la vista, era una chica agradable y no me recia una muerte así, volví a pensar en cómo habría sufrido Roy y Linda y la emoción me albergo.

Fiona reclamaba la misma justicia para Yaiza y estaba de acuerdo con ella, haríamos pagar no solo la muerte de Roy, la de Yaiza y cualquiera que en las futuras noches fuera atacado, hasta dar con los cobardes, empuñe mis manos con fuerza.

Cuando escuche a la mujer globo me pise de pie de inmediato – ¡MIENTES!- grite con fuerza, mientras Wardjan se situaba a mi lado gruñéndole con fiereza, incluso yo mostraba mis dientes furiosa, si furiosa… -¡MENTIROSA!...Roy era inocente, no era lo que dices, no te atrevas usarlo para salvar tu pobre alma, eres una asesina, una mujer vacía que necesita a un hombre para sentirse completa, eres FALSA, ERES HORRIBLE Y NO ERES DIGNA DE SER UNA HIJA DE CAIN…¡MENTIROSA!...TE JURO QUE PAGARAS, AUNQUE SEA LO ULTIMO QUE HAGA, PERO PAGARAS HABER MATADO A ROY Y YAIZA…- con cada palabra daba un paso y el doberman más agresivo se mostraba, las lágrimas corrían por mis mejillas por rabia, porque ella no conocía a Roy, porque no vio su bondad, ni escucho su cálida voz, lo extrañaba, quería que volviera…

Todos se vuelve más extraño, cuando a los pies del Ángel donde habíamos dejado los cuerpos de Roy, linda y Daeron, una mano se alza, miro esperanzada de que sea la de mi amigo, pero es Daeron el que regresa de entre los muertos, en principio sentí alegría, pero cuando Olenna confiesa el “por qué” de todo lo que había expuesto, termino de comprender el gesto, cuando señalaba su cabeza.

Todo se torna un poco confuso y abandono la rabia para ir junto a Olenna y tomar su mano, acaricio el lomo de Wardjan quien se para frente a nosotras como claro guardia, por si los asesinos quieren hacerle algo…entonces escucho las palabras de Daeron, aprieto la mano de Olenna… -Ella no miente- sentencio.

-Estas igual que Katalina justificando tus actos para hacernos creer que no eres uno de ellos… ¿Por qué debiste recurrir a tu jugada maestra?, ¿Por qué debías demostrar que si morías eras inocente?...creo que has usado una mala estrategia para intentar salir limpio de esto…más justificaciones como los de esa mentirosa, desconoces de todo lo que ha ocurrido mientras estabas muerto y tus palabras no cambian en nada lo que aquí ocurre- miro a Vyka… -tienes razón, primero debe pagar Katalina y si Daeron dicen la verdad dejarle un día más con vida no debería suponer un riesgo, más que él quiera proporcionarnos-

Alzo mi vista a Olenna –No te preocupes, se por qué guardabas silencio y eras cautelosa, con Roy también debíamos serlo o podríamos ser blanco fácil para los cobardes, pero tu comprendiste todo…- hago el gesto de llevarme la mano al corazón y la cabeza – dile a Roy y Linda que los extraño...y que no estoy…sola- sonreí, mirándola fijamente a los ojos.

La mujer negó las palabras palabras de Olenna y siguió por el momento ignorándolas para dedicarse a las de las demás personas. “Es lo que trato de hacer ahora mismo salir lo más clara posible para que entiendan que no soy una semilla de la destrucción como dicen.” Devolvió aunque sin dejar ahí esto porque sabía que no podía hacerlo.

“Como dije Roy no era un traidor, pero tampoco era un ser inocente como se dejaba ver lo que Olenna llama una amistad simple, no es mas que un engaño que le han hecho a ella por un cultista. Algo que bien pensaba colaborar pidiendo ahora que quien estaba con èl se revelara y comprobara que decía la verdad.” Entonces miro a la niña que le gritaba en vez de decir otra cosa. “No se cómo era tu relación con èl tal vez mejor de que se podía esperar y por eso le tienes afecto pero la verdad es otra. Al menos por lo que he visto en su cuerpo muerto su relación contigo era diferente a lo que piensas. Porque tal vez no te das cuenta, pero cualquier hombre que elija llevar a una niña a un lugar privado no es ningún inocente, sin importar las palabras que haya usado o las promesas que haya hecho.” Le recrimino al hombre que aun que muerto bien podría defenderse por Olenna.

 Dicho eso miro al resto. “Aquí está mi historia algo que tanto pedían pero ciertas personas querían callar ahora mismo como hacen ahora con una seguridad que no sé de dónde saca, ya que al menos antes había pensado que me había examinado para dar con el peligro que es mi poder para los traidores. Pero si es una médium no entiendo bien de dónde saca las pruebas.” Comento mirando a la mujer. “Excepto de los muertos que es muy probable que no digan toda la verdad con la posibilidad de ser traídos de vuelta.”

En este día todo pasaba mucho mas rápido que el primero, en principio agradecía, pues lo importante no eran los muertos, sino los vivos, por otra parte, como muchos dijeron el regreso de los muertos era cierto. Y con su llegada, la historia entre las dos mujeres se hizo mucho mas complicada, tras las palabras del regresado, solo tenia una duda el hombre de vietnam.

-Olenna, si es cierto, si eres la vigilante de los muertos, como se supone que sabes que Katalina es culpable de las muertes en la noche. Según hasta donde escuche, la ciudad solo nos otorga un poder. ¿Pero entonces tu tendrías dos?-Arqueo las cejas.-¿O acaso hablas por una segunda persona?-Miro a la niña y negó.-Creo que no es tan fácil como que una es mala y otra inocente. Puede que a estas alturas pueda haber un tercer bando que no les importe si son inocentes o culpables quienes mueren, simplemente al no estar en su bando sean prescindibles para ellos.-Tras las palabras de Daeron, esa posibilidad se hizo mas real para aquel hombre, quien estaba mas confundido y lleno de dudas que cualquier otra cosa.

-Entonces esto era lo que decían, el caos en estado puro, muchas mentiras y tan solo una pocas verdades, el problema es no errar en cual creer.-Pensó en alto.

Aquella pequeña demonio descargaba todo lo que pensaba frente a todos. Me causaba ternura y miedo a la vez, algo me hacía confiar en ella, algo más allá de su aspecto. En un comienzo el temor hacía desconfiar, ahora la confianza en sus palabras hace que esté más de su lado que la de sus rivales, incluso más cerca de ella que de Katarina, quien es de mi propio legado. De igual manera se que no puedo confiar en nadie de los presentes, mucho menos si se ven hermosos y por dentro todos somos demonios...

Olenna dice que tiene contacto con aquellos que ya partieron, al comienzo no le creo solo la miro con mirada incrédula. Pero dentro de un momento toca un punto que hace que mis sospechas hacía ella desaparezcan. Por lo que salgo un poco de la timidez para decir algo. - Olenna dice la verdad. Digo para luego darme cuenta que tome la atención de los presentes retrayendo nuevamente mi cuerpo, no me gusta sentirme observada, ni mucho menos ser centro de atención. Generalmente soy discriminada cuando hago eso, pero esta vez no me importa por lo que me levanto nuevamente.

- Olenna dijo algo que me hace afirmar su inocencia y la verdad de sus palabras... Yaiza... A ella no la conocí, por lo menos no en este plano dimensional... Pero si corroboramos mutuamente nuestra inocencia. Ella no hubiese confiado en mi inocencia a no ser por esa accidental unión. Para que Olenna sepa eso significa que efectivamente tuvo contacto con Yaiza. Nuevamente me siento avergonzada, me retraigo otra vez y miro a Olenna. - Te creo... Estoy contigo... Digo esta vez con voz baja y tímida.

Tras sus palabras la Grovehn permanece unos segundos en silencio mirando a todos, escrutando sus rostros como si aún esa fuera una oportunidad para descubrir un gesto fuera de lugar, una mirada distinta o cualquier otro indicio de peligro. Escucha las palabras de la chica que grita y asiente a ellas, y ante la pregunta de la del cocodrilo la mira por un instante, ladeando la cabeza.

—Aquí —enuncia entonces, poniendo una vez más un dedo en su sien.

Después de eso pone atención al chico de las cartas, y por su expresión es evidente que ni siquiera valora sus palabras más de lo necesario.

—Mentira —enuncia entonces, aunque su tono no es realmente acusador, sino más bien enunciativo—. Roy dijo que lo que estaba muerto podía matar, y te mató —dice. Luego se queda escuchando lo demás—. ¿Agenda secreta? —pregunta como si no supiera ni qué podía ser eso. Sin embargo luego se encoge de hombros—. ¿Qué vas a decir? Eres asesino. Ya lo sabía antes, pero hasta Yaiza te vio matar al panda.

Después de eso Olenna observa el arranque de la pequeña, y la observa genuinamente impresionada. Con el paso de los días la cría está demostrando ser mucho más valiente de lo que parecía. Quizá la cercanía de la muerte esté sacando lo mejor de ella. La escucha apoyarla, y cuando termina simplemente asiente.

—Lo digo —asegura con un tono entre serio y solemne.

Tras eso vuelve a poner atención a las palabras que salen de la boca de la mujer globo. Frunce el ceño conforme ella va hablando, y llegado determinado punto una sombra que es mezcla de desprecio e incredulidad aparece en los ojos de la mujer del bastón. Había llegado a creer que la mujer flotante ya no podía decir nada más increíble, pero acababa de superarse.

—Roy no eligió llevar a nadie, sus cabezas se encontraron —señala, volviendo a llevarse un dedo a la sien—. Roy tiene una hija, Roy juró protegerla, Roy acabó aquí. La niña recuerda a ella. —En ese momento algo encaja en su cabeza y busca con la mirada al hombre elefante—. Te suena —enuncia con seguridad, como si no necesitase una confirmación.

—Insultas a Roy porque está muerto. Lo harías a cualquier muerto. Lo intentaste con los vivos, pero la devolvemos —asegura acercándose un par de pasos en su dirección. Entonces ladea un poco la cabeza—. ¿Qué dirías de mí? ¿Qué dirás de Yaiza, si digo que te vio? ¿De Sylvia? ¿De la niña? ¿Él también se lleva niñas? —pregunta haciendo un gesto con el bastón hacia el hombre elefante—. ¿Todos oscuros menos tú?

Tras esas palabras alterna su mirada entre ella y el oriental.

—Dije que no diría qué tengo y qué sé, y sólo he dicho parte. Los muertos dicen mucho, y demuestran más. Tú no demuestras nada —continúa hablando a la mujer, y entonces una sonrisa vuelve a perfilarse en su rostro—. Y no he dicho que no te haya examinado —la cita antes de golpear dos veces el suelo con el bastón—. La piedra habla. Las luces hablan.

Y tras esas últimas palabras asiente una vez más con convicción. No la mira directamente, pero lo hace en referencia a lo que acaba de decir la chica de cara pintada.

Poso sus dedos en sus labios y escucho con atencion las palabras de la mujer que susurraba al suelo y tras terminar ella, el simplemente alzo la mano y cerro los ojos pacientemente.

-Tus palabras no dicen nada mas que lo que ya has dicho o han demostrado otros, Daeron a demostrado que es verdad que tenéis el don de escuchar a los muertos, pero nada mas.-Abrió sus ojos -Por eso me hace sospechar que alguien, un tercero, tal vez un titiritero o un flautista, este moviendo tus hilos o embaucándote con su sonido. Para acusar a la gente que piensan podrían ser peligrosos en un futuro cercano. Usandote a ti, a sabiendas de que no pueden culparte de asesina.-Concluyo aquel hombre de cara rota.

La verdad es que me defrauda muchísimo ya no solo la posición de Daeron, si no también lo que dice. Mis delicados labios van formando una lenta mueca de desaprobación según sus palabras continúan, una tras otra. Y el ultimo comentario de Theora también me descoloca un poco, hay cosas que no logro entender en este acontecimiento. - Hay cosas que no termino de entender en este acontecimiento – digo directamente en un resoplo frustrado. Y observo a Quón, con su vista puesta en el joven Grovehn de las cartas.

– La verdad es que me puedo sentir engañada de muchas maneras – digo revolviéndome. También sé que no todo el mundo querrá matarme. Pero cuando es no, pues es no, y es no. Doy un ligero pisotón al suelo - No puedo creerte Daeron. Intentas engañarnos – Le digo al joven con expresión de enfado, por mi misma, y resuelvo mirando hacia la Grovehn del bastón - Yo también te sigo - se por donde va una pequeña parte de todo esto.

Acaricio la prieta mándibula de mi bestia - La mujer que flota suena hasta creíble, pero tampoco la creo - Niego, y me pongo en pie para sostener un brazo de Vyka con las dos manos, inclinando mi cuerpo hacia ella en un susurro al oído. – Ahora tampoco me fío nada del señor Nói - tenia que decirlo. Y cada mas que habla, menos.

- ¿Pero que...? - pregunto en voz alta sin percatarme, bastante sorprendido al ver alzarse al chico que había muerto. ¿Un veneno para fingir su muerte? ¿Por qué? Su extraño levantarse me deja muy descolocado, así como sus palabras. Y entonces la chica del bastón comienza a decir que puede hablar con los muertos. ¿Es este el poder de Oldland? Confundido pregunto.

- Espera... ¿dices que puedes hablar con los que han muerto? ¿Como? ¿Y tú has vuelto, así sin más? - le pregunto a mi hermano de Legado, incrédulo. Instintivamente me interpongo entre él y Deidre. No me gusta nada todo esto. No me siento nada inclinado a creer lo que dice del veneno, por lo que me dirijo a mi hermana Grovehn de nuevo. - No entiendo... si dices que él es uno de los asesinos ¿por qué lo has traido de nuevo? ¿O ha sido otro el responsable? Lo que dices parece tener algo de sentido pero se me escapan los motivos que están causando estos acontecimientos.

El viejo Melknhar, por otro lado, aporta un punto de vista con bastante sentido. Pensar que en esto solo hay doss bandos puede ser un error letal en esta situación. - Bien visto, anciano. ¿Se le ocurre que punto medio puede haber entre los que desean recuperar Oldland y los que quieren abrir las puertas prohibidas? ¿Quizás solo salir de aquí sin más, sin tomar partido? - sugiero como primera opción que se me ocurre.

Los ojos de la mujer vuelven al hombre oriental cuando este habla, reevaluándolo. En las palabras de él parece haber cosas que ella no comprende. Algunas de estas las aparta. Otras, sin embargo, las deja en el suelo de su memoria para pensar en ellas más tarde.

—No hay titiriteros terceros—asegura con esa misma determinación que es inicial de su nombre, como sin entender por qué tendría que haberlos—. No voy a darles más pistas diciendo más. He dicho lo de aquí —dice haciendo un gesto hacia su cabeza— porque él va a contarlo a los suyos. Creer o no creer es cosa de uno. —Entonces ladea la cabeza, como si las continuas intervenciones del hombre para buscar explicaciones que no impliquen la culpabilidad de los acusados acabasen de adquirir una nueva dimensión. Su sonrisa vuelve a aparecer entonces—. Pero habla. Interesa lo que dices.

Luego de aquel beso todo cambia en nuestro entorno, no sólo el chico de las cartas revive sino que las cosas se tornan confusas, claras y enredadas por momentos. ¿A quién creer y a quien no? Yo tenía mi postura y es por ello que al ver como Theora le habla a katalina, mi cuerpo se tensa en clara señal de que si te metes con ella no habrá piedad y Tyr muestra los dientes portando la misma actitud.

Incluso detrás del Grovehn que me mantenía protegida, extiendo mi mano para que el lobo se coloque delante de la pequeña dispuesto a lo que sea si osaban hacerle daño. -Estoy con ellas... - expreso en un tono serio, tajante, reflejando mi apoyo a Olenna y a Theora. Otros también lo hacían mientras que Alastor cuestionaba dentro de la lógica la postura de la chica que tenía el bastón apoyando al oriental. Aquel hombre era sabio y lo suficientemente imparcial pero si sabía algo más tenía que romper su silencio en algún momento. 

Cierto era que Katalina no tenía un fundamento seguro y viable de creer, era una mujer desesperada con las manos manchadas de sangre. Se limitaba a elegir un objetivo para meterse con él, lo intentó hacer conmigo por estar cerca de Alastor, luego Olenna, Theora. No era inteligente y estaba desesperada, más ahora cuando la pelirroja anunció que la linchemos a ella. 

Si Olenna cuidaba la información, razones tenía, aquí pasabas a la horca en cuestión de segundos y no podía poner todo sobre la mesa. Los asesinos estaban a la vista y a pesar de que el chico de las cartas juzgaba a la mujer yo me preguntaba quien lo había devuelto a la vida. ¿A qué has venido? ¿Venganza? ¿Apoyo? ¿A qué?

-¿Qué buscabas al inducir tu muerte y regresar? ¿Condenar a los asesinos? ¿Cuál es tu propósito? Si eres quien dice la verdad, no dudarás en responder estas preguntas. - cuestiono deteniendo mis ojos lupinos en los suyos mientras sujeto la mano de Alastor, ahora colocándome a su lado. No tenía miedo, todos buscábamos lo mismo en este lugar mientras que Odland tenía otros planes para nosotros.

Tyr por su parte, se mantenía alerta protegiendo a Theora hasta que diga lo contrario y regrese a mi lado. 

Aprieto los dientes desde mi posición en el suelo, tan solo para acabar suspirando. -Olenna. Sigue mintiendo. Hagamos una aclaración, frente a vuestras preguntas. No fingí mi muerte para probar mi inocencia. Eso sería estúpido. Fingí mi muerte para protegerme, ya que si alguien quisiera matarnos a todos, no intentaría matar a un cadáver. Lo sé, no es lo más valiente, pero uno no sobrevive siendo valiente, si no inteligente... Fingí mi propia muerte, y mi propia droga me trajo de vuelta a la vida. ¿Y por qué hago esto, preguntáis? Por que no confío en nadie.   -

Me pongo en pie lentamente, mordiéndome los labios. Por eso me sorprendió tanto que os adjudicases mi muerte. Porque yo sabia que vosotros no habíais tenido nada que ver en ella.- Me paso una mano por el pelo mientras cierro los ojos y comienzo a andar en otra dirección. - Y no solo eso. Acabas de decir otra mentira nueva aquí y ahora.- Me giro hacia el resto de los presentes, con convicción. -Cuando estaba muerto, todos estábamos en una misma zona. Un bosque al lado de una hoguera. Y pude hablar con Yaiza yo también. ¿A que no adivináis que fue lo que dijo de verdad?- Respiro profundamente y con el dedo indice señalo a Smel. Nos confirmó tu maldita inocencia... Y ahora te pones del bando de la que oculta las verdades. De la mujer que nos deja saber solo lo que ella quiere.  De la mujer que no para de mentirnos a la cara.- Me doy la vuelta con los brazos abiertos, dirigiéndome al grupo. 

Literalmente, estáis creyendo a la persona que no quiere seguir hablando del tema por si se tropieza y se contradice a ella misma y a su lista de infinitas mentiras. ¿Acaso no es esa la actitud de alguien que tiene algo que esconder?- Suspiro nuevamente, y parsimoniosamente enciendo un cigarrillo.- No se lo que ha pasado aquí mientras estaba en el más alla, pero tampoco nadie se ha molestado en explicármelo. Lo único que sé es que  una vez me mate a mi, buscará a alguien más de quien dudar. Y poco a poco, nos exterminará a todos.- Hago un pequeño gesto de duda con la cabeza. -No sé por que. Tal vez por que haya sido seducida por el mal, o un traidor. O tal vez, por que los traidores le hicieron una oferta que no puede rechazar. 

"Deja de manipular mis intensiones, al menos un minuto." le reprocho la mujer que aun flotaba por los aires pero no mostraba el mismo movimiento divertido que antes, claramente afectada con los ataques de Olenna. "No me estoy metiendo con un muerto, el poder que me ha dado Oldland solo funciona con ellos y con nadie mas. Por lo que aunque tratara no podria saber si solo estas confundida o tienes un pacto con alguien mas ahora que estas viva. Pero muerta saldria de toda duda con solo esperar a la noche."

Entonces se toma la cabeza con la mano negando. "Aunque no se porque te respondo si lo unico que haces es culparme o cualquiera cuando te contestan. Solo hace poco cambiaste cuando empece a dejar mas claro mi rol en todo este embrollo."  termino de decir antes de fijarse en el resto.

Habian un par de cosas que no terminaban de verse bien como la resurreccion de Daeron que hasta hace poco habia sido visto como un traidor antes de ser revivido, pero aqui estaba etre ellos por la magia de alguno de los vivos que a lo mejor hubieran tenido una mejor idea si habrian revivido a otro. "Nadie se adjudico tu muerte, Olenna dijo que Roy admitio haberte matado cuando murio, algo asi como una venganza."

Con un suspiro y su mirada brillante de determinación Olenna escucha las palabras del falso rey* y niega con la cabeza.

—No he traído —enuncia en respuesta antes de negar con la cabeza—. Yo no he sido.

Después de eso vuelve a poner su atención en el chico de las cartas cuando este habla. El gesto de Olenna es elocuente, afilándose en los momentos en que se da cuenta de que está diciendo cosas que no tienen sentido.

— «No os preocupéis, yo haré algo» —le cita con una sonrisa—. Y terminaste de hablar con una pregunta. Dices que finges tu muerte. No —asegura tajante—. No sabías que iba a pasar, porque no fuiste tú. Lo muerto puede matar. Si era para esconderte, no iban a matar a todos en un día para irse creyendo que estabas muerto. No. —vuelve a sentenciar—. Pediste varias veces mientras estabas muerto que preguntase quién te había matado —le recuerda entonces—. No lo sabías. No.

Después de eso se toma un instante, hasta que él habla a la chica del cocodrilo. Entonces se echa a reír, como si sus palabras fueran las que habían provocado esas carcajadas.

—Es gracioso —empieza a aclarar—, porque ella no dijo eso —enuncia mientras deja de reír y se dispone a explicarse con más detalle—. Pero si lo hubiera hecho eso no hace lo otro mentira, porque Yaiza dice más cosas que una. Y tú no sabes todo lo que dice, porque estás vivo. Intentas liar a todos, pero sólo te enredas los pies y tropiezas. Pero hablas mejor que ella —añade entonces, haciendo un gesto con desgana hacia la mujer globo—. Eres menos triste.

—Y sí sabes lo que ha pasado aquí —asegura encogiéndose de hombros, como si aquello realmente importara poco— Os lo fui diciendo. Aquí no tenía que contar cosas, allí podía hacerlo.

Una vez ha contestado al Grovehn Olenna se separa unos pasos, empezando a caminar de nuevo. No disfruta siendo el centro de atención, pero es obvio que no le importa visitar el ojo del huracán cuando cree que es lo que debe hacer. Sin embargo ahora ha llegado el momento de comprobar una vez más la linde. Camina hacia allí arrastrando su bastón, escuchando una vez más el murmullo de la piedra, hasta que una voz se alza por encima de este, la de la mujer flotante.

Olenna no detiene entonces sus pasos. Bastante se ha parado ya por ella. Sin embargo sí deja que su voz tosca y grave le dé respuesta a sus palabras mientas camina.

—¿Tu poder de Oldland detecta violaniñas? —pregunta, mirándola sólo un instante—. No has dicho más de él, y eso no lo has dicho del todo —comenta. No disimula su escepticismo y niega con la cabeza, sin prestarle más atención de la necesaria. Sin embargo un instante más tarde sí le dedica una mirada—. Yo no acuso al que contesta —enuncia, haciendo un gesto hacia la chica del lobo como ejemplo—. Yo acuso al asesino. Por ahora, vosotros dos. Cuando descubra más, más.

Tras esas palabras prosigue con su rutina, mucho más tranquila ahora que las cosas han empezado a aclararse. Sin embargo algunos segundos más tarde vuelve a hablar.

—Si flotas ahora estás lejos al atardecer —dice en voz alta—. Más lejos que el bastón, y a lo mejor que el grito.

Creía que nadie me hacía caso, cuando de repente me hicieron un gran regalo. Un Grovehn de vuelta de entre los muertos. Parecía que iban a respetar mi derecho de ser yo quien ejecutase a los de su estirpe. No había traído mi martillo para hacer una choza, sino para hacer ataúdes. Pero mi sonrisa se ensanchó aún mas cuando Olenna acusó al recién regresado de ser un asesino. - ¡Sí! Por fin un poco de acción. - Desafortunadamente, aunque parecía haber mayoría de apoyo a las palabras de la Grovehn, querían acabar primero con la Melkhnar. - ¡No! Esto no es justo... - Y entonces caí en la cuenta de algo, y sonreí enseñando todos los dientes, mirando al recién regresado.

Sabes, pues hay una forma muy fácil de demostrar que dices la verdad y que Olenna miente. Te queda otra dosis, ¿verdad boticario? - escondí un poco los dientes, aunque mi sonrisa seguía triunfal - Pues ya sabes lo que puedes hacer. Te vuelves a "matar", demuestras que no eres el Grovehn que está ahora mintiendo, y para cuando vuelvas a la "vida" tendrás alguna que otra preocupación menos.

Si Daeron decía la verdad, nada más fácil que hacer esto, ¿verdad? Al menos así, podía dejar pasar el insulto de ir a por otro que no fuera un Grovehn.

Asiento con complacencia ante las palabras del Vitnamita. Aquella era una teoría que venía rondándome en la cabeza desde hace tiempo. La cual Daeron y la extraña mujer silenciosa lo verificaban.

- Es extraño Olenna es que la única que ha estado acusando en este lugar eres tú. Guardo silencio Al principio solo te limitabas a lanzar piedras al aire mientras llamabas la atención del resto. Señalo a los presentes. – Si tu victima conseguía esquivarla, cambiabas de objetivo y vuelta a empezar. Pero lo de esta noche  señalo a Katrina ha sido diferente. Te has lanzado a su yugular con una acusación directa y tajante hacia ella. Lo que más me ha llamado la atención es que no mostraste ningún tipo de pudor, ni miedo al hacerla justo al caer la noche. Trago saliva O bien eres una suicida, o alguien te obligo a ello o bien en aquel momento de algún modo tenias las espaldas bien cubiertas.

Observo el cadáver de Yaiza. -Aún así hay algo que no entiendo en todo esto y es acerca de ella señalo el cuerpo inerte de la muchacha. –Habéis dicho que ella vio a Katrina matar a Roy por la noche. Observo a los presentes. – ¿Porque no os ayudo y apoyo en el momento que hicisteis la acusación hacia Katrina? Clavo mi mirada en Olenna ¿Podéis preguntárselo?

Tras escuchar las palabras de Bethanny. - Interesante...

Al mismo tiempo que yo me colocaba junto a Olenna para mostrarle mi apoyo, Fyas se enroscó en su bastón, dispuesta a ser un complemento de su arma si ella pensaba o se veía obligada a utilizarlo, simbolizando así que nos considerábamos del mismo bando.

- Las palabras de Olenna son las únicas que tienen un poco de sentido, a pesar de que le cuesta expresarse. Yo la creo. Aunque también creo que esconde información, pero es irrelevante. La cuestión, es que yo también creo que Daeron es una de esas "semillas".

Después miro a Bethanny con aprobación.

- La chica de la maza es lista. Tiene razón. Si Daeron dice la verdad, puede demostrárnoslo. Que vuelva a autoadministrarse esa falsa muerte, y cuando regrese, que nos cuente. Y si Olenna es la única que acusa de forma directa, - esta vez la mirada a Aisha se vuelve un poco más dura - puede que sea por dos cosas. La primera, porque sabe a quién acusar, y la segunda, porque no es una cobarde y no teme decir lo que sabe, y lo que piensa.

-¿Porque esconder información es irrelevante?-No salio de su asombro antes esas palabras de la mujer de la serpiente.-En este momento se esta rebatiendo a quien creer, todo es relevante o acaso estoy equivocado.-Giro entonces su cabeza para mirar a Alastor y contesto su pregunta.

-Lo siento, no entiendo siquiera la necesidad de un tercer bando. Pero la historia es clara al respecto, que pueden existir y que han existido antes.

-Yo vuelvo a preguntar, si ella habla con los muertos, como es que sabe que Katalina es culpable, si ella nunca murió, quien se lo dijo. Recordando que lo hizo en la noche con solo Roy, Sarghagas y Daeron como muertos.-Negó con la cabeza y se quito la gorra un tanto contrariado, no deseaba mandar a una inocente a la tumba tan pronto.

-Empiezo a pensar que ambas son un par de peones, siendo manejadas por un rey en la sombra. El rey suelta su peón y ataca a otro. Sin miedo asi a que termine destruido el instigador de todo esto.-Volvió a pensar en alto.